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Salvar la nacion INTELECTUALES, CULTURA Y POLITICA EN LOS ANOS VEINTE LATINOAMERICANOS Patricia Funes es Doctora en Historia, Investigadora del CONICET con sede en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de te eRe ete PACE RUB carl ce profesora de Historia Social renee erty Cet etory Peet er reer | ee ta ects investigacién sobre historia de eee eR bead Cronin rater | Area Archivo y Centro de eee aeRO TT) ee a etna De ee Ha publicado articulos en cect nacionales y extranjeras. Libros (en colaboracién): “Fragmentos CCU S Crm ey Universidad de Buenos Aires De Cr eee pC eo Cary Peete ace kd rere noms rors Sota re een eee POR encom Paces libros Funes, Patricia Salvarla nacign: intelectuales, cultura y politica en anos veint latinoamericanos- 1a ed, - Buenos Aites: Prometeo Libros, 2006, 440 pus 21x15 em, ISBN 987-574-075.6 1. Historia Politica Argentina. I. Titulo CDP 320.982 © Deesta edicion, Prometeo Libros, 2006 Av. Corrientes 1916 (C1045AA0), Buenos Aires Tel.: (54-11) 4952-4486/8023 / Fax: (54-11) 4953-1165 e-mail: info@prometeolibros.com hutp.www prometeolibros.com Imagen de tapa: Tlaloc, Xul Solar (fregmento) Diseno y Diagramacion: R&S ISBN: 987-574-075-6 Hecho el depésito que marca la Ley 11.723 Prohibida su reproduccisn total o parcial Derechos reservados 35 veinte. Dislogos entre la vieja rr y la joven América ctuale, cultura y politica ¢QuE €5 una nacion? Modemizar y cvilizar Nacion y crisis Ordena l cambio cambarel orden, Signifcados de la nacion en los atios veinte Lanacion es el Inkario Nacion: patria y fuerza Anatopismos y continuidades “Genius loci y civismo “Grandes problemas nacionales" tierra y raza Forjando patria Lanacion entre la ciencia y el ideal "Por mi raza hablara el espiritu” Las mayorias son la nacién Peruanicemos al Pert maci6n y sus otros La nacion bajo el microscopio. Pensar los indios, pensar por los indios El*problema del indio”: continuidades y rupturas Plurales indigenistas Inkanismo, indianismo, indologias. Polemicas del indigenismo De indio a campesino De la insurgencia campesina al mestizaje espititual ‘Tierra y libertad! Tierra, raza y cultura u 26 39 45 B 5 79 80 85 88 8 7 102 106 m 120 128 137 138 143 143 147 151 155 161 61 163 Ambivalencias de la blanquitud: de inmigeante a maximalista, Atodos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino : Extranjero, disolvente y maximalista Inversién de la barbarie. Sintesis y crisoles ‘Antimperialismo, latinoamericanismo y nacién Panamérica Ariely Caliban David y Goliat ‘Contra el imperialismo yanqui Una estrategia politica continental: un partido indoamericano Punto de vista antiimperialista La cuestion del nombre: de Nuestra América a América Latina Indoamérica : Lengua literatura: arcanos de a nacion Idioma; “el problema nacional en pequenio” Como hablamos. Como somos Palabras para nombrar la nacion (ol estado?) Leer versos con los oos de la historia: Las literatutas nacionales Letras: estética y politica La construccién del canon: “los precursores” Gauchos y més gauchos para una modemidad perfria @Palma 0 Gonzslez Prada? la costa o la sierra? Revolucion en la literatura o literatura de la revolucign? Ser salvados por la nacién. Las biisquedas de una nueva legitimidad. La erosién del orden liberal La democracia y sus adjetivos z . *Ongaicemes a conrarrevoucn” El nacionalismo de los nacionalistas Nacién y socialismo, Nacion o socialismo No una parte, el todo: el partido es la nacién Definiciones sobré la revolucion Nacionalizar la revolucion. Recuperando a Madero y anticipando a Cardenas .. TERCERA PARTE Palabras finales \. Fuentes y bibliografia Gracias 180 180 192 198 205 1-206 215 219 29 239 on 242 246 250 259 260 sone 265 271 281 286 295 1295 304 312 324 327 332 340 353 361 369 379 307 4ul 441 Invitaci6n Las preguntas {Como somos?” 0 “spor qué no somos como... ir, el siempre algido examen sobre las identidades refiere inmediata- te a un juuego de espejos que la ensayistica latinoamericana ha reco- jo con peculiar fruicién. Como no relacionar, por caso, textos como ra América de Marti, Ariel de Rodd, La Raza Cosmica de Vasconcelos, Utopia de América de Henriquez Uretia 0 los Siete Ensayos de Mariategui lo no solo por afinidad problematica sino por la vocacién proyec- y la simpatia explicita de las genealogias, conformaban para los pro- protagonistas, eslabones para definir la region, Otro tanto con las preguntas referidas a las pertenencias nacionales: ser “argenti- , “peruano”, “mexicano”, “brasileno”. Las indagaciones de Samuel . Alberto Erro, Ricardo Rojas, Ezequiel Martinez Estrada, Eduardo lea, Arturo Jauretche, Antenor Orrego, Sebastién Salazar Bondy, Gil- Freyre, Leopoldo Zea u Octavio Paz, por poner sélo unos pocos plos, intentaron metéforas e imagenes, ubicadas entre la subjetivi- y la necesidad de objetivar los escurridizos sentidos de la nacién. En el campo de la historia de las ideas, repensar los pensadores ha tun camino fértil para deconstruir las blindadas representaciones nales.' Tulio Halperin Donghi desnuda con perspicacia ese carécter Enel campo académico, sobre todo a partir de la década de 1960, la historia de las ideas América Latina ha trazado un tinerario en el que las pertenencias dseiplinatas y los metodologicos han sido ms acotades y rigurosos pero nunca han abandanado el entre [a literatura, la filosefa, ln historia. Desde la fundacional obra de José Luis se desplego una produceidn erltica que piensa sobre el pensansiento. Una muy ta mencidn, sobre el pertodo y el tema que teatamos, a modo de ejemplo: Romero, Luis. El desarrollo dels ideas en la sociedad argentina del siglo XX. Romero, José Luis, america, las cudades y las ideas, Silo XX1, Buenos Aires-México, 1976, Ram, Carlos. critica dela cultura en America Latina, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1985", La ciudad en: Morse, Ry Hardoy, J, Cultura urbana latinoameicana, Clacso, Buenos Aires, 9. p.11-37. Ardao, Artuto, “Panamericanismo y latinoamericanistmo", en: Zea, Leo- >. América Latina en sus ideas, FCE, Mexico, 1986. Rama, Angel, Las mascarcs democr del macernismo, Acca, Montevideo, 1994. Ramos, Julio. Deseneventros de la modernidad ‘America Luling, FCE, México, 1989. Real de Aza, Carlos, “Ambiente espiitual del un Patricia Funes reflexivo, Ia dinémica de alguna manera circular que envuelve al histo- riador de las ideas con su objeto: “el historiador que debfa aportar la leccién del pasado a disciplinas cercanas aprendia una parte esencial de esa leccién en el acto mismo de impartirla: al proyectar sobre una pers- pectiva nacional més larga las preguntas hoy decisivas, descubria que ellas continuaron a las de ayer, que José Carlos Maridtegui o Raul Pre- bisch estuvieron lejos de ser las figuras adénicas que ellos mismos, entre desesperados y arrogantes, parecian suponer, y que, por el conttario, en su avance por las huellas ya transitadas a lo largo de un siglo largo, su papel fue el de descubrir perfiles nuevos en un paisaje que ya estaba lejos de ser desconocido.”* Este libro se propone analizar los contenidos e intenciones que adopt la reflexién acerca de la nacidn entre los intelectuales latinoamericanos en la década de 1920, Anos veinte, intelectuales y nacién, Ninguna de las tres dimensiones se impone didfanamente si historizamos sus significados. En general la década de 1920 ha quedado deprimida en las periodi- zaciones clésicas entre “1880 y 1930", arco temporal nada caprichoso, por cierto, y congruente con las dinamicas econémicas y politicas de la region. Otras veces, los afios veinte quedan englobados en el "periodo de entreguerras", lo que tampoco contribuye a reconstruir la dindmica con- tinuidad-cambio, esa forma de respiracion de los procesos histéricos. Las ideas, sin ser auténomas, no siempre responden a los imperativos de las cronologias, pero a veces se expresan con elocuencia. La crisis de Ja Gran Guerra genera en el mundo de las representaciones dudas y novecientos", en: Roxlo, Carlos, Un nacionlismo popular, Arca, Biblioteca del Autor Nacio- nal, 2, Montevideo, 1984, pp. 7-31, La custion nacional y a afirmacion nacionalista en fs textos escolares, Fundacion Ebert-UNAM, Mexico, 1972. "Los males latinoamericanos y su clave", en: Punta de Vista, Buenos Aires, Ano Vi, Nro. 18, agosto de 1983, pp. 15-21 Historia visible e historia eslérica, personajes y claves del debate latinoamericano, Arca, Mon- tevideo, 1975, Una completa revision de la obra de Real de Azda en: "Real de Azva Evocacion/provocacion", Cuadernos del CLAEH. Revista uruguaya de cencias sociales, 2éa Serie.Ano 12, Nro.42, 1987/2, Roig . Arturo, Tertay erica del pensamiento latinoamericano, FE, México, 1981. Serlo, Beatriz, Una modernidad perifrica: Buenas Aires 1920 y 1930, [Nueva Visa, Buenos Aires, 1988. Sarl, Beatriz y Altamirano, Carlos, Ensayos Argentinos, CCEAL, 1983. Terin, Oscar, En busca dela deolgta argentina, Catalogos, Buenos Aires, 1986. Jost Ingenicros. Antimperialisno y nacion, Siglo XXI, México, 1979. Vida intelectual en el ‘Buenos Ares findesgl (1980-1930), Fondo de Cultura Econdmica, Buenos Aires, 2000. Zea, Leopoldo, Esquema para unahistonade las ideas Iberoamerica, UNAM, México, 1956. Zea, Leopoldo (comp, notas y eronologia), El positvismo latinoamericano, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1980, 2 tomos. Halperin Donghi, Tullo, Ef Espejo de la historia, Prolemas argentnos y perspctivas latino mmericanas, Sudamericana, Buenos Aires, 1987, p. 11 2 Salvar le nacion rumbos suficientemente significativos como para tomarlos en cuenta. Por otra parte la crisis de la economia capitalista, menos por Wall Street que por la dramatica constatacion de Ia erosién del sujeto liberal, también impone un continente de sentidos. Entre duelos y renaceres, epigono 0 antecedente, la década deja atras el “largo siglo XIX" e inicia el siglo XX. Los aftos veinte son afios de transito, de ideas némades, hermafrodi- tas, Todo esta “como por set” 0 despidiendose de lo que era, y esa situa cign eclipsa la entidad de las busquedas y rupturas de esos afos. Algunas de esas preguntas y sus respuestas se desvanecieron despues de la crisis de 1929, Otras, en cambio, adquirieron nitidez en los anos treinta y cuarenta, También las hubo mas discolas, que quedaron suspendidas y reapareceran en la década de 1960 Proponemos recortarle una entidad a esa década inconformista, ya que existe un territorio de significados que permiten individualizarla. Y quizis sea su contingencia e indeterminacién lo que la define con mayor elocuencia. Los aftos veinte, a nuestro juicio, tienen un caracter coloidal, es cierto, tanto ast como fundacional de muchas tradiciones intelectua- les, culturales y politicas del siglo XX latinoamericano. Por muchas razones la Primera Guerra Mundial ensancho la geografia del orbe pero tambien matizo calendarios, metros, y limé todas las ma- yusculas decimononicas: Razon, Civilizacion, Progreso, Ciencia. Por los Intersticios de esas incertidumbres surgieron caminos indisciplinados y heterodoxos para considerar esta parte del mundo. “No es que tengamos brajula propia, es que hemos perdido la ajena”, esctibia Pedro Henriquez Urefia en 1925. Si los “barbaros” curopeos se habian suicidado en una guerra, como proclamaba no sin desconsuelo José Ingenieros, el caracter de “civilizacion” podia ser revisado, incluso, invertido. Para José Vasconcelos, por ejemplo, la barbarie en la historia se habia demostrado més creativa como matriz de las civilizaciones. La mo- demidad latinoamericana, entonces, podia juzgarse con menos rigor y si no con autonomia, mucho mas libremente La relativizacion de Europa como faro de cultura y la oposicién a las agresivas politicas militares de Estados Unidos sobre la region (el “gran garrote” no era una metafora antimperialista sino la formula del propio Ente las décadas de 1920 y 1960 existen puntos de contacto muy interesantes, ue a ‘nuesio julcio, aun no han sido suficientemente explorads. Una primera aproximacion en Funes, Patricia y Ansaldi, Waldo, “Viviendo una hora americana, Acerca de rupturas y continuidades en el pensamiento en los anos veinte y sesenta", en: Cucusrnos del CIHS, Facultad de Humanidades y Ciencias de In Educacion, Universidad Nacional de La Pata, Nueva époea, Nre. 4, segundo semesire 1998, pp. 13-75 B Patricia Funes Roosevelt), fueron recortando la silueta de problemas ¢ inquietudes co- munes en América Latina, “Indoamérica’, “Eurindia” o tantos otros nom- bres acuntados en el periodo. E] Manifesto Liminar de los estudiantes de Cordoba en 1918 interpela- ba “A los hombres libres de Sud América” con la conviccién de estar “pisando una revolucion y viviendo una hora americana’, Porque otro centro de gravitacién de la época era la Revolucion en Rusia, una socie~ dad no clasicamente occidental ni asimiladamente “europea”. Las perife- rias del mundo, leidas desde otras periferias, apatecian mas vitales. Esti- mulaban tanto a revisar el pasado y la historia como a imaginar horizon- tes emancipados. No serfa muy osado sostener que la Revolucién Mexica- na se ley6 seriamente como “revolucién” después de 1917 y no justamen- te por la Constitucién de Querétaro, que estatufa normativamente los derechos sociales més adelantados de Occidente. No faltaron proyectos idealmente mancomunados. Hacia mediados de la década, Victor Raul Haya de la Torre impulsaba un partido politico latinoamericano, el APRA. Si bien el partido no logré mas que modestas éélulas en distintos paises, los postulados del aprismo cruzaron adhesio- nes politicas, culturales, ideol6gicas y hasta sensibles, de un arco genera- ional que trascenderia con creces los afios veinte a escala continental. Por los mismos aftos se fundaba en México la Liga Antimperialista de las ‘Américas, que editaba una revista llamada El Libertador (y que su redac- cin estuviera en Ia calle “Bolivar” del Distrito Federal era una casuali- dad, no asf el voluntario nombre de la publicacién). En una Argentina muy poco identificada con América Latina, se creaba la Union Latinoame- ricana y su revista Renovacion Repertorio Americano, la revista costarricense que dirigia Joaquin Gar- cia Monje y concentraba buena parte de las noticias de la “nueva genera- cidn’", es representativa de los fluidos canales de comunicacién entre los pensadores del periodo. Ese repertorio americano retomaba los ideales bolivarianos y los desafios de la Independencia, El titulo vuelve a ser sugestivo, ya que era un homenaje nada pretencioso del propio Garcfa Monje a la revista del mismo nombre que el venezolano Andrés Bello publicara en Chile un siglo antes. Muchas otras audacias eran pensables, sobre todo, en el iconoclasta dominio de las vanguardias: la invencion del “neocriollo” por parte del pintor Xul Solar (una lengua mestiza entre el espaiiol y el portugues) o la “ortografia indoamericana” del vanguar- dista peruano Francisqo Chugiwanka Ayulo. Esas vocaciones regionales legaron a tener un curioso formato legisla- tivo: el 22 de septiembre de 1927 el Senado mexicano aprobs un proyee: 4 Salvar la nacign to de ley para invitar a los gobiernos de la region (incluyendo explicita- mente a Brasil) a establecer una ciudadania latinoamericana, con los mismos derechos y deberes de los paises de origen.* El senador que la propuso, Higinio Alvarez, ingres6 el proyecto el dia por excelencia de los nacionalismos: el de la Independencia de México. Silos afios veinte tienen un cardcter contestatario y anfibio, otro tanto ‘curte con quienes en este trabajo llamaremos “intelectuales”. Fil6sofos, humanistas, sabios, eruditos, pensadores, artistas, “idedlogos”, “trabaja- dotes del pensamiento”, todas estas denominaciones conviven en la *re- publica de las letras”. Una de las invitaciones de este libro es reconstruir la discusion sobre la palabra y sus sentidos. Las cualidades, funciones y desafios del intelectual estan en la agenda tematica de los sujetos involu- crados. Esto marca una ruptura con la “aristocracia del saber” del moder- nismo que se definia contra Ia intuicién fatal de virtuales “multitudes” y fuerzas democratizadoras, de alli que fuera la “torre de marfil” el lugar de resistencia para “lo bueno, lo justo'y lo bello". La generacién posbélica, levante la bandera de la intervencién social, interpelando a la clase obre- ra, las masas, el ejército, los indfgenas, en nombre de la nacion, de la Fevolucion o de ambas. Sin embargo, encontramos en todos ellos un rechazo explicito a formar parte del elenco de la “vieja politica criolla’ Como desarrollaremos, si el lugar de los intelectuales esta tensionado tentre el campo de la cultura y el del poder, los “hombres de ideas” lati- [F71 Por os conductos debidos, invitese @ los poderes legslatives de todas las naciones [Binoamericanas, a reformar y adicionar sus respectivas constituciones politicas en el ido de conceder la calidad de ciudadano, con los derechas y obligaciones que # los jonales se reconocen, a todo ciudadano latineamericano que esté en pleho uso de sus hos en su pals de origen, sin mas requisito que eomprobar esto con documentos sles Fehacientes finde evitar que pasen a otro paisa eercitar derechos de ciudadania, delincuentes que estén habilitados Los derechos de ciudadania y nacionalidad de origen podran reeabrarse con el solo ho de pisar nuevamente el territario de la patria, cuando na se haysn perdido o suspen Ee por delito que amerite esa pena, Tnsindiese en Ia invitacién a que se refieren los puntos anteriores, a conveniencia de uunicar por circular alos podercs legislativos de todas Ins nacioneslatinoamericanas, la lucion gue al respecto se tome en cada una de ells, para facilitar el computo Side computo resulta yuc es aceptada la idea, debera procederse enseguida, cn todas las ones latinaamericanas, a veriicar ls reformas y adiciones constitucionales a que se rae la presente inicisiva de Sesiones del Senado de los Estados Unidos Mexicanos, los 16 dlas del mes de vembre de 1927. Senuslor por el Estado de Colima, Higiio Alvar co, septiembre 22 de 1927.” En. "Mexico y la Ciudadania Hispano-Americana. Docu: 10s de la ley votada por el Paslamento Mexicano « Propuesta cel Senadar Alvarez", 1a, Lima, Ato TI, No 15, miayo-junio, 1928, pp. 18-21 Patricia Funes noamericanos de los afios veinte privilegiaron el campo de la cultura y la sociedad, situacién que se va deslizando a finales de la década hacia la politica convencionalmente considerada, es decir, hacia el Estado. Originales y hasta entonces inéditos fueron los campos de interven- ccidn intelectual. Los indigenistas cuzquefios, por ejemplo, hablan para los indios y, mas, por los indios. Discuten e invierten las representacio- nes del Pera “costeno, limeno y blanco”. Creen en la inminente apari- ion de un Lenin que bajaria de la Sierra peruana para redimir Ia nacién quechua. O bien: José Ingenietos no dudaba en aconsejarle a Felipe Ca- rrillo Puerto en Yucatan, los rumbos que debia tomar la experiencia mas radical de la Revolucion Mexicana (vinculo epistolar, ya que Ingenieros nunca habia estado en Yucatén ni conocié jamas personalmente a Carri- lo Puerto), No menos curioso es que el propio Carrillo Puerto, conside- rara a Ingenieros lo suficientemente revolucionario como para publicar sus trabajos en Mérida y solicitarle sus opiniones sobre las transformacio- nes agratias y sociales que llevaban adelante los socialistas yucatecos, quie- nes difundtan las impresiones del “Maestro de la Juventud” EI menu de temas del banquete de los intelectuales se puebla de nue- vos ingredients: Ia revolucién, el socialismo, el comunismo, el antiim- perialismo, el corporativismo, la democracia (quizés el menos convocan- te de los conceptos). También los preocupa la ubicacién de esta parte del mundo en Ia cartografia de la modernidad: gera América Latina Ariel, Caliban, Préspero, st espejo 0 complejo? La critica social y la polémica son inherentes al intelectual modemo. Justamente esa modernidad los volvia parricidas con la tradicidn, frente a la que guardaron algun residuo edipico. Las argumentaciones eran muy pasionales ~como algunos han advertido, neorromanticas~ y el lenguaje lo muestra con elocuencia. La ironia era casi el estilo por excelencia del Manifiesto vanguardista, incluso la diatriba y hasta la “injuria”. De alli que esté en esos cénones que Borges juzgue “indecidoras, pavotas y frivo- las” las cuartetas del Romancero de Lugones. La respuesta de Lugones (el silencio absoluto sobre la obra de Borges en toda su vida) no es menos beligerante. Fuera de las vanguardias, en el interior del espacio na- cionalista argentino y con animo de confrontar cercanias, Ernesto Palacio celebraba con sorna “las bodas de Plata con el gerundio™ del hacedor por excelencia de mitos de la nacionalidad: Ricardo Rojas Otro tanto ocurria con la polémica que en 1925 se entablaba sobre el “afeminamiento” o la “virilidad” de la literatura revolucionaria en Méxi- co, confrontaciones que no son exclusivamente estéticas, aunque se diriman entre escritores y poctas. 16 Salvar la nacion Por caso, la punzante polémica entre José Vasconcelos y José Santos Chocano en el contexto del Centenario de la batalla de Ayacucho y la “Hora de la Espada”, tiene como centro el lugar y las funciones del inte- lectual.? Vasconcelos acus6 a Chocano de “bufén” por haberse puesto al servicio de todos los poderes: después de haber estado junto a Pancho Villa en México y a Juan Vicente Gomez en Venezuela, “ya sin freno ni pudor, se fue a cortejar a Estrada Cabrera, la vispera de que se derrumba- ra. Después de aquel fracaso, Chocano recorrié otros caminos todavia mis sucios y finalmente se ha ido a juntar con el verdugo de su patria, El poeta hace tiempo que se habia perdido." Chocano no se qued6 atris y respondié que Vasconcelos era un farsante ya “que no presté ningun concurso a la revolucién, ni con Ia palabra ni con la accién ni dentro ni fuera del pats", “farsante por pregonar su antimilitarismo y haber sido miembro del gabinete del general Obregon”.’ La polemica se profundizé con el desgraciado asesinato del estudiante Edwin Elmore por parte de Chocano, lo que atiz6 rechazos por toda América Latina, Haya de la Torre, Maridtegui, se solidarizaron con Elmore y con lo que éste significa- ba para la “nueva generacion” a raiz del suceso, pero las simpatias y antipatias estaban planteadas de antemano, Nuevamente Vasconcelos se pregunta: "za donde iremos a dar hoy, que alin nuestros poetas se con- vierten en bandoleros? ¥ todo para qué? Para allanar el camino del ‘rei- no de la Espada’ jPobre América Latina!” Lugones también quedaba in- corporado a una polémica sobre la funcién de los intelectuales, A pesar de confrontaciones y epitetos, es muy fuerte la pertenencia a una cofradia de codigos comunes y compartidos. El socialista Mariategui conocia y denunciaba el rumbo fascista que habfa tomado Lugones. En 1927 seftalaba: “Estoy politicamente en el polo opuesto al de Lugones. Soy revolucionario. Pero creo que entre los hombres de pensamiento neto y posicién definida es facil entenderse atin combatiéndose, Sobre todo combatiéndose”. Eso explica el ejemplar de los Siete Ensayos que le enviara a Lugones con la dedicatoria “A Leopoldo Lugones, desde mi puesto de combatiente de la revolucion socialista, estas paginas sobre un pueblo que conoce, con profunda estima personal e intelectual”. Lugo- » Vasconcelos, Jos, "Poetas y Bufones” [1925]. Citado por Yanquelevich Pablo, "Vendedor e palabras: Jose Santos Chocano™, en: La Revolucion Mexicana en America Latina Intreses politicos ¢itieraris intelectual, Institute Mora, México, 2003, pp. 60:99, idem * Chocano, Jose Santos,” Poetas y farsantes” [1925] en: api. p. 88, * Vasconcelos, Jost, “Trigico", en: op. cl, p. 91 Patricia Funes nes, por su parte, escribid un obituario ante la muerte de Maridtegui en el que, autorreconociéndose como un hombre de las derechas, expresaba la admiracién por la nobleza de propésitos, la valentia y Ia claridad de expresion “de éste que fue el mejor entre los izquierdistas”. Sin embargo, las suertes estaban echadas y las adscripciones, cristalizadas, Un intelec- tual tan ligado a estas generaciones como Dardo Cuneo, en un articulo cen que recoge sus memorias de estudiante, nos dice: “Mariategui era nues- tro anti-Lugones** Los anos veinte son contingentes. Los intelectuales, un colectivo en construccién. Pero el mas ambivalente de los significados es la nacién. La nacion suele ser una evidencia que deslumbra y una certidumbre que se evapora en el momento de definirla."® La reflexion sobre la nacién fue un topico que se ubicé en el centro del repertorio intelectual. No era un tema nuevo, ni original. Este libro se propone focalizar esos elementos de transito que son a la vez fundadores de sentidos sobre la nacién en Amé- rica Latina. Analizaremos esa reflexion intelectual en funcion de los dos grandes universos semadnticos inherentes al concepto “nacién”. Por un lado, los contenidos y significados de los discursos y representaciones que persi- guen definir en la arena cultural qué es la nacion. Por otro, la intencion de los intelectuales de los afos veinte de galvanizar solidaridades colec- tivas y recrear una “comunidad imaginaria’, aparece ligada estrechamen- te a una discusion que se desplaza del plano filoséfico-cultural al plano politico en el momento de precisar inclusiones y exclusiones. De all que cuestiones tales como la democracia, la ciudadanta, la revolucién y el sistema politico se enhebren con cada una de las definiciones culturales de la naci6n y cada vez mas hacia finales de la década La nacion se vuelve mas antigua. Abordaremos cierta aparente para- doja: cuanto mas drasticas son las revisiones, mas atras en el tiempo se retrotrae la busqueda de simbolos para legitimar linajes y prosapias. El Tawantinsuyu, el ayllu, Quetzacéatl, el Condor de Chauvin, la compara- cién arqueolégica entre la civilizacién azteca y la egipcia o el simil litera- rio del Martin Fierro con la Chanson de Roland. La nacién también se en- sancha en densidad social: negros, indios, campesinos, rurales, son in- corporados a la discusion de lo nacional en provocativo gesto de ruptura * Cinco, Dardo, “Sobre Juan Carls fic] Mariategui", en: Aventuray Letrade America Latina, Pleamar, Buenos Aires, 1964, pp. 79.92 "© Delannot Gil. “La Teoria de la nacisn y sus ambivalencias Andee, Tori del nacionalisme, Paid, n: Delannol, Gil y Tague, arcelona, 1993, pp. 9-17 8 Selvar la nacida con respecto a la exclusién social, politica, econémica y étnica del orden oligarquico. Valen dos aclaraciones. Nuestro anilisis no se abocard exclusivamente ala produccién de los intelectuales que se autodefinen como pertene-

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