Está en la página 1de 2

AUTOSUFICIENCIA

LIBERTAD Y FELICIDAD ENMARCADA


Alexis Fabián Martínez García - 2021

La misión del ser humano ha sido, sin duda, uno de los cuestionamientos más
profundos que se han hecho distintas corrientes filosóficas, y es que en sí la misión del ser
humano determinaría el todo en nuestra existencia como especie, Kant en su texto
“Lecciones de Ética: En torno al destino final del género humano” describe como el fin del
género humano se edifica en la felicidad a través de la “perfección moral” y la necesidad
que tenemos para ser felices, pero este proceso para llegar a tal fin requiere que las
personas reciban educación civil y doméstica que permita no solo encontrar guía al camino
de nuestro fin, también, se vuelve necesaria para convertirnos en instrumentos y evitar ser
obstáculos para que los demás consigan su final.

En mi opinión personal y en mis creencias adoptadas de la Iglesia de Jesucristo de los


Santos de los Últimos días, Nuestro Padre Celestial no nos creó imperfectos, de hecho,
somos seres creados a imagen de Él, quién es la perfección absoluta; sin embargo, Jehová
entre muchas de sus bendiciones nos concede el libre albedrío en nuestro paso por el
Reino Terrenal mientras estamos lejos de Él, como se expone en el Libro de Mormón:

“Mas he aquí, le fue señalado al hombre que muriera —por tanto, cómo fueron separados del
árbol de la vida, así iban a ser separados de la faz de la tierra— y el hombre se vio perdido
para siempre; sí, se tornó en hombre caído. Y ahora bien, ves por esto que nuestros primeros
padres fueron separados de la presencia del Señor, tanto temporal como espiritualmente; y
así vemos que llegaron a ser personas libres de seguir su propia voluntad” Alma 42: 7-8 [2].

Nuestro Padre Celestial nos permite seguir nuestra propia voluntad en este Reino y nos
permite así elegir seguir el Plan de Felicidad y Salvación, el fin del ser humano en cuanto mi
punto de vista es ser para nosotros y para los demás siguiendo los Mandamientos
Celestiales para conseguir bendiciones, a través de las cuales, nos permiten conseguir la
autosuficiencia, en lo cual concuerdo con Kant, puesto que para que nosotros como
individuos pertenecientes y respondientes a una sociedad se nos vuelve indispensable
formarse en disciplinas que nos ayuden a evolucionar en las distintas esferas en las que
nos desarrollemos.

La evolución ciertamente nos ayuda también a escalar en jerarquías sociales que nos
imponemos, creamos y modificamos como sociedad, y acá surge algo indispensable en
nuestro deber de ser para los demás, y es como debemos entender y respetar la dignidad
humana propia y ajena, la cual siguiendo las enseñanzas Sagradas, nunca podrá ser
jerarquizada; y como consecuencia natural aquel ser humano que hace diferencia de la
dignidad entre personas pierde su objetivo del fin sublime de su género.
Sin embargo, aunque el fin del género humano en mi opinión es conseguir la felicidad a
través del plan de Salvación y exaltación, en la cual naturalmente se incluye el ocio y
diversión; caer en el libertinaje se convierte en un riesgo inminente y se puede percibir
como una paradoja de la felicidad que tenemos visualizada como fin de nuestra misión, en
lo cual reitero, desde mi percepción, la felicidad no es caer en hedonismo, sino ser
protagonista de una evolución propia logrando ser mejor cada día, siendo para los demás,
pues si solo se toma la felicidad propia como único objetivo se entraría nuevamente en una
paradoja de egoísmo y mezquindad al hermano.

Para concluir, el fin del género humano es evolucionar siendo tanto para sí mismo como
para los demás; en este camino se debe procurar mejorar las habilidades que tenemos
consiguiendo la autosuficiencia necesaria para poder guiar a otros durante su camino a la
exaltación, sin saberlo somos o vamos a ser ejemplo de otros, por lo cual cualquier acción,
por pequeña que sea, puede tener consecuencia en la vida o incluso en la construcción de
la felicidad de otros, y cuando estemos listos, podremos cruzar el velo de los reinos para
disfrutar el Reino Celestial o someternos a la justicia del Reino Telestial según como
sigamos en esta transición de nuestra existencia el Plan de Salvación, donde la búsqueda
incesante de la perfección moral y la felicidad serán el eje de todas, o al menos la mayoría,
de nuestras acciones.

Bibliografía:
1. Kant, I., Rodríguez Aramayo, R., & Roldán Panadero, C. (2013). Lecciones de ética.
Barcelona: Austral.
2. Smith, J. (1963). The Book of Mormon. Salt Lake City, Utah: Church of Jesus Christ
of Latter-Day Saints
3. Covenant Communications. (2004). The Doctrine and Covenants. The Pearl of Great
Price. American Fork, Utah.

También podría gustarte