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PSICOTITERES eeececee El trabajo con titeres en el campo de la salud mental. por Pablo Séez (*) El uso ritual de objetos en el arte de curar puede extenderse a las précticas ancestrales de chamanes y curanderos. En muchos pai- ses, el trabajo con titeres se asocia a todo tipo de terapias, sobre todo a partir de la década del 60. Las experiencias se multipli- can, sin contacto entre si. Esta es solo una breve resefia. Titeres en el Borda Afio 1965, hospital neuropsiquidtrico Borda: el Dr. Jaime Rojas Bermudez, obsesionado por lograr al- g:in tipo de comunicacién con sus pacientes psicéticos utiliza el psicodrama, disciplina creada por J.L. Mo- reno en Estados Unidos. A pesar de los numerosos estimulos que propiciaila técnica, no tiene éxito: los Pacientes contintian encerrados en sf mismos, en ac- titud autista. Como tiltimo recurso decide incluir tf- teres en la etapa de caldeamiento. Les resultados son sorprendentes.'Dice Rojas Bermudez: “La respuesta obtenida superé todas las expectativas. Se habia conse- guido centrar la atencién de los pacientes en breves mi- autos. Ms atin, algunos de ellos descontrajeron sus ros- 41708 y esbozaron una respuesta afectiva. Mds adelante, con ciertas escenas y estimulos mds directos se logré que se levantaran de sus asientos y se acercaran al teatro de heres. Era llamative, ademds, la necesidad de muchos de ellos de tocar ls steres.A partir de entonces se pasb a instrumentarlo y darles indicaciones mds precisas. De esta manera, los ttteres no quedaron limitados al Cal- deamieuso, sino que pasaron a formar parte de la Dra- matizacion y en algunos casos, de la etapa de Comenta- rio y Andlisis” (1) Rojas Bermudez para explicar te6- ricamente el fenémeno elabora los conceptos de ob- jeto intermediario, primero, y esquema de roles, des- pués. Un titiritero lo acompafié con sus personajes Juancito y Marfa, Era Ariel Bufano, quien continua- tla durante afios formando psicélogos y psiquiitras, El titere hoy se sigue utilizando en psicodrama, en sus vertientes morenianas y psicoanallticas, para abor- dar escenas donde es necesario cierto distanciamicn- 10, FARDOM 8 Ante para curar Bajo nombres como “terapias expresivas”, “arteterapia’, “ludoterapia’, y otros neologismos, en el prolifico “campo psi” nacen disciplinas que valo- ran las posibilidades del arte para que el individuo se conecte con su mundo interno, pueds comuni- carlo a los otros y elaborarlo, Incluyen la plistica, la miisica, la expresin corporal, etc. Los titers siem- pre tienen dedicado un capitulo especial y en los talleres se incluye tanto la realizacién, como el juego en dramatizaciones, pero en instrumentacion dife- ente que en el psicodrama: “El serapeuta de arte no interpreta la expresién artstica simbdlica de su pacien- te sino que lo alienta para que descubra por si mismo el significado de sus producciones arttticas. Aun cuando el paciente no entienda al principio lo que significa para élsu serie de disehos simbélicos, es posible median- te el uso de la asociacién libre y la evocacién de sus estados de dnimo o las circuenstancias en las cuales fue- ron hechos los dives, ayudarlo a descubrir el signifi- cado tntimo de los mismos”. (2). En medicina de base y atencién primaria en progra- mas de salud dirigidos a la infancia, se han utilizado titeres para lograr diagnosticos dificiles de situacio- nes de violencia familiar y abuso sexual. A veces son utilizados espontaneamente por enfermeros y medicos, que luego recurren al asesoramiento de ti- tiriteros profesionales, como ha sucedido en Peru afios atrds. {Psicoandlisis con titeres?. 5 En clinica de nifios se utilizan frecuentemente ju- guetes. Con ellos el chico llega a la palabra desde la libre asociacién’ del juego y surgen contenidos es- ponténeamente, que a veces la palabra dificulta. Los psicoanalistas de nifios suelen tener en el consulto- rio teres arquetfpicos como un rey, una reina, una Princesa, una bruja, que permiten trabajar proyectivamente los roles familiares. Hay también psicoanalistas que extienden su uso incluso al traba- jo con adultos, tomando el titere como técnica proyectiva tridimensional, incluyendo el modelado y la confeccién de tfteres, ademés del juego draméti- co.(3) Un gran tedrico del psicoandlisis, Donald Winnicott, explica la importancia de los objetos con los que se relaciona el nifio en su desarrollo psiquico y en los procesos de creatividad. Su corpus teérico ilumina desde la perspectiva psicoanalitica, y reflexiones so- bre su practica, la potente fuerza delos mufiecos en su relacién con los nifios. (4) Talleres en comunidades terapeuticas. En mi propia experiencia, legué exsualmente hace! algunos afios a trabajar en salud mental con talleres | dirigidos a adictos severos en recuperacién, jévenes internos en comunidades terapéuticas, ‘Tanto en los pacientes como en los psicblogos, Jos titeres suscitan adhesién inmediata, como si abrieran una puerta para ir a jugar, libre de las presiones de un tratamiento de rehabilitacién. Generan répidamente un espacio dis- tendido para la expresién plistica, laescritura, el tra- bajo corporal y los juegos teatrales (con o sin tite- tes). En la creacién de personajes y escenas, general- mente aparece en un primer momento la comedia, cen técnicas con retablo (guante, boca varilla), como medio pafa elaborar, a través de la risa, situaciones personales {mites (abusos, violencia, absitinencia). En una etapa posterior, otras técnicas, con manipu- Jadot expuesto (materiales, objetos y titeres de mesa) permiten trabajos de otra profundidad. Cuando la experiencia del taller puede finalizar en ua encuen- tro con el otto, el puiblico, el resultado es altamente Juan le habla ojo a ojo «Marfan reparador. Recuerdo mi primer trabajo en una co- munidad terapeutica. Los titeres construidos, que habian nacido literalmente con sintomas de absti- nencia (“mandibuleaban” como en la jerga se cono- cela falta de cocaina), finalizaron el taller con una festejada funcion para los nifios de una escuela ru- ral, proxima al campo de internacion, La transfigu- racién de los titeres y los titiiteros era notable, Tal vez, como Federico Garcia Lorca decia, la risa fres- ca del lenguaje de los mufiecos habia limpiado de impurezas los corazones. weed eres y psicodrama”, NOTAS (1) Rojas Bermudez, Jaime, Genitor, Bs.As., 1970. (2)Moccio, Fidel, “El taller de terapias expresivas, | Grupos e Instituciones”, Paidos, Barcelona, 1980, | (3)Fernindez, Martha, “Titeres en la clinica oel | regreso de la Preciosa’, Lugar Editorial, Bs.As., 199. (4)Winnicott, Donald, “Realidad y juego”, Gedisa, | 1980. (*) Nota escrita durante una pasantia en Taki ‘Wasi (comunidad terapeutica para la rehabilita- cidén de adictos a traves de la enomedicina), Tarapoto, selva alta de la amazonia peruana. ‘martinpablosaez@hotmail.com Inireno del Bordo FARDOM 9

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