Está en la página 1de 3

LA REALIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA

INTRODUCCIÓN

La pandemia denominada covid-19, ha generado grandes cambios sociales y económicos,


no solo a nivel nacional, si no también mundial, esto ha llevado a que los países y las
organizaciones mundiales tomen medidas drásticas para contrarrestar el impacto de este
virus de fácil propagación que ha ocasionado un número de muertes alarmante en el
mundo; como medidas de prevención del contagio y buscando detener la velocidad de
propagación del virus, varios países decretaron cuarentenas en los territorios nacionales, lo
que principalmente ayudo a disminuir la rapidez de propagación del virus y la curva de
muertes ocasionadas por este, sin embargo, esta trajo consigo una recesión económica
mundial, dado que los mercados y producciones casi se detuvieron por completo, llevando
a que pequeñas, medianas y grandes empresas, tuvieran que despedir a su empleados,
generando más pobreza y llevando a que las familias colombianas no tuvieran con que
cubrir y sustentar sus necesidades básicas.
En Colombia se decretó un estado de emergencia económico, social y ecológico el día 17
de marzo del presente año, desde ese momento el gobierno empezó a implementar medidas
para ayudar a la población que se vio más afectada y a los sectores de la economía nacional
que se vieron obligados a detener su productividad, uno de estos fue el decreto 579 en
donde el gobierno plantea fórmulas de arreglo referidas a las obligaciones derivadas de los
contratos de arrendamiento de inmuebles destinados para la habitación como también para
uso comercial; en este decreto se relacionan las obligaciones tanto de arrendadores como
de arrendatarios establecidas en la ley 820 de 2003.

Lo que este decreto buscaba en un principio era la flexibilidad de la obligaciones


establecidas en la ley 820, una de estas son las prórrogas en los términos de pagos y
entregas, sin embargo, lo que no tuvo en cuenta fue que aunque se implementen estas
medidas, no se les está dando una solución, ni transitoria ni definitiva al problema, dado
que muchos de los arrendadores viven del pago de esa mensualidad por el arriendo de ese
inmueble, en este caso concreto configurando así una afectación al mínimo vital, a la vida
digna y otros derechos fundamentales de los ciudadanos colombianos, esto a manera de
presentar un ejemplo, porque no es el único caso que se presenta, en Colombia como el
mismo decreto lo menciona 5.6 millones de hogares viven en inmuebles arrendados de
aproximadamente 14.6 millones de hogares que hay; lo cual constituye casi el 40% de esta
población en donde en cada familia se estaría presentando una situación similar, pues la
pandemia también produjo que muchas personas se quedaran sin empleos porque sus
empleadores no podían seguir pagándoles estando el mercado inmóvil, las pequeñas y
medianas empresas que constituyen el mayor porcentaje de fuentes de empleo en Colombia
tuvieron que cerrar y algunas hasta llegar a despedir a sus empleados y colaboradores por
no tener como pagar el salario, exponiéndose así a demandas por parte de los mismos. Esto
haciendo un análisis a groso modo de las afectaciones que han sufrido tanto los
productores, trabajadores y consumidores pero que en el fondo es mucho peor.

El estado colombiano ha venido pronunciándose sobre muchos aspectos de los cambios que
se han producido debido a la pandemia, pero en todos lo ha hecho como en este decreto,
dando soluciones superficiales y poco eficientes, ofreciendo alternativas que al final no
ofrecen soluciones ni ayuda por parte del estado para los más vulnerados, que al final
viene siendo toda la población colombiana, sin tener en cuenta estratos socioeconómicos ,
pues muchos de estos estratos ubicados en la clase media y alta como los conoce la
sociedad también viven de la productividad de sus empresas, las cuales se han visto
afectadas, no generando un ingreso donde tengan si quiera como solventar y seguir
manteniendo las condiciones mínimas vitales a estas familias colombianas, pues aún con
todas estas medidas implementadas la realidad es otra, razón por la cual la situación se
termina agravando para mayoría de ciudadanos que componen y sustentas el estado los
cuales finalmente son la clase media y baja, se está dando una transgresión e inobservancia
por parte del estado a los derechos internacionalmente protegidos de las personas, las
ayudas humanitarias se quedan por el camino y si la gente no se muere por contraer el virus
probablemente lo haga de hambre debido a que no tienen trabajo ni dinero para comer,
pagar arriendo y cubrir sus necesidades básicas.
En conclusión, El estado y los entes regionales, deberían buscar medidas realmente
eficientes, donde la ayuda no solo sea para las clases bajas, sino también ayudar a la clase
media, aquellas pequeñas y medianas empresas, que vienen siendo gran parte de la
población colombiana y que finalmente en su mayoría son las generadoras de empleo en
Colombia, estas ayudas contribuirán a que estas pequeñas y medianas empresas puedan
seguir garantizando los empleos a sus colaboradores, así mismo un salario donde con este
ellos puedan preservar la condiciones mínimas de vida para ellos y para sus familias, de no
ser así, muchas de estas se verán en la obligación de cerrar sus empresas luego de esta crisis
aumentando así la tasa de desempleo y llevando a que familias colombianas, vivan en
condiciones más vulnerables.

Posibles acciones para responder ante la crisis


- Ayudas económicas por parte del estado para pequeñas y medianas empresas, donde
están contribuyan a que los empleadores puedan seguir garantizando el empleo a los
trabajadores y así mismo estos puedan mantener las condiciones de vida mínimas,
tales como tener un sustento para comer y tener donde vivir, ya sea en arriendo o
vivienda propia.
-

También podría gustarte