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BIBLIOTECA E. J. HOBSBAWM | DE HISTORIA CONTEMPORANEA ERIC HOBSBAWM LA ERA DEL IMPERIO 1875-1914 ERIC HOBSBAWM COC En esta Biblioteca LA ERA DE LA REVOLUCIN, 1789-1848 LA RA DEL CAPITAL, 1848-1875 Historia DBL. sIGLO xx Eric Hobsbawm La era del imperio, 1875-1914 Critica Grupo Eprroriat PLaNea Buenos Ames 5. Trabajadores del mundo Luego se fue a América ‘un poco porque estaba ‘Un trabsjador sleman, hacia 1911" Samurs. Gomreas, Una vida proletaria, una muerte proletariay la incineracién en el cespiritu del progreso cultural. ‘Lema de «La Llama», asociacin funeraria de los trabajadores austriacos? I Con la ampliaciOn del electorado, era inevitable que la mayor parte de los elec- tores fueran pobres, inseguros, descontentos o todas esas cosas a un tiempo. Era inevitable que estuvieran dominados por su la derivados; en otras palal clase cuyos efectives se ‘modernas necesitaban trabajos dé construccién o servicios municipales que habian Iegado a ser indispensables en el siglo xix —gas, agua, alcantarillado— y en todos La era del imperio, 1875-1914 Trabajadores del mundo 107 rocartiles y telégra- sminorfa regresaba a sus lugares de origen, pero la mayor pare de ellos permanecia, | iseibuian en alimentando las cuadrillas de trabajadores de la construccién, de ls minas, de las | acerias y de otras actividades del mundo.ut sitaban una mano de obra resistente y poco més, Su hijas ylesposas trabajaban en el Servicio que atravesaba la red de puertos, ‘zonas del mundo econémico. tipo, yen algunos de esos pases —por cempto, i recer uns importante industria texte incluso del ‘el mimero de trabajadoresasalaiados se multiplioé d donde llegaron a formar una clase especsica fue fundamentalmente en los pases donde la industralizcion habia comenzado en época temprana y en aquellos otros ‘que, como hemos visto, inicaroa el periodo de revolucién industrial entre 1870 y 1514 es decir, esencialmente en Europa;.Norteamérica, Japén y algunas zonas de ligeramente entre 1882 ultramar de colonizacién predominantemente blanca. eansumo de cuero ‘tansferencia a pari de esa produccin adi ‘mayor tamatio (cuyo mi ra seis veces mis tab sproximadame: icado desde 1882 y que empleal 100 de los trabajadk de rapida industrial ‘owo. En cuanto a los hombres y ‘ofa una pequefia, aunque smjeres que han del cam _utilzamos el rérmino en boga en ese trabgjadores, momento), muy pocos de ellos tenfan la oportunidad de trabajar en la agricultura Por offs part, el mimero de proletarios en las economia en proceso de indus- aunque lo desearan, ttializacion se -nté también de manera falminante como consecuencia de la or lo que respecta a las explotaciones modernizadas de Occidente, exigian ddemanda casi ia de mano de obra en ese periodo de expansién econémica ‘menos mano de obra permanente que antes, aunque empleaban con frecuencia ‘demanda que. iba en gran medida en la mano de obra preindustral preps- ‘mano de obra migratoria estacional, mu sada ahora para afl sectores en expansiOn, En aquellos sectores en los que sobre la que for duefios de Tas exp cuando terminaba la estacin de trabajo: os Sacksenginger de Polonia en Alemania, rly la remoogi del vapon 0 los que, como en la construcci6n, sus métodos ‘en Estados Unidos los vagabundos, ‘no habjan cambiado sustancialmente, la demanda se centraba en los viejos artesa- ‘mexicanos. En no expeclizadosoen aquellos ofits epeciizadon como heres ocrrairo® Gue se habian adaptado a las nuevas industrias de fabricacion de maquinaria. Esto ‘ho carecia de importancia, por cvanto los artesanos especalizados, sector de asa- lariados existente ya en la época preindustrial, constituian muchas veces @lHGCIE9) ‘és activo, culto y seguro de si mismo de la nueva clase proletara: el Mer del par- ‘Europa sin contar Rusia) {ido socialdemdcrataaleman era un tornero de piezas de madera (August Bebel), y el del partido socialist espafiol, un tipSgrafo (Pablo Iglesias). jones atrasadas no podia se- TE aquellos secroresen-que el ebajo industrial no ets mecunizado y no ‘no s6lo estaba al aleance de I gui ‘cuyo niimero se multipli- Merle que Pa arenes igran cantidad de mano de obr iplicaba el era terminar su vida como jorn forme aumentaba la ‘Consideremos al que se trasladaran), con la es evidentes: tanto la construccién, que proveia la infraestructura de qi aiios como para comprar alguna propiedad, expansién, como onsen €l espeo de ss ‘vecinos como hombre acomodado en alguns 0 mi sna, polaca o griega. Una pasé de jadamente medio Tones en 1907, 0 desde un 10 por 100 hasta casi el 16 por 100 de la mano de obra. 1 Reino Unido (800.000 amiento de las economias carbén en esos pases era de Por otra parte ls mecaizacén, que pretendia sustiui la dustrial, por lo general de entre 50.000 y 3 Jos comienzos de siglo cualquier ciudad Lowell; carb6n, hierro y ‘armamento y constraccié » pero consttaian una minoria cada YY con independencia de lo que pueda trospectiva, para los contemporineos la masa de trabajadores era grande, sin duds Trabajadores del mundo 109 se estaba incrementando y lanzaba una sombra oscura sobre el orden establecido, de la sociedad y la politica. ¢Qué ocurrria si se organizaban polticamente como te Jo que ocurrs, aescala curopea, todos los sitios donde lo perma See ‘que era ya una fuerza electoral cera un hecho tan normal que un Por qué no eit socialism en los Estados Unidos? ese pai dos de masas obreros y socalstas se habfa convertido en norma; era su ausenci lo hecho, en 1914 existian partidos socialistas de masas incluso en los Estados Unidos, donde el candidato de ese partido obtuvo easi un millon de votos, y tam- partido consiguié el 10 por 100 de Tos votos en 1914, 110 La era del imperio, 1875-1914 cual en los estados democriticos, debia constitu, sin dud un punto decisivo. O como rezaba el nuevo himno socialsta: «La Internacio~ specie humana». No debemos compartir este optimism, que result6 infundado. Con todo, en los afos anteriores a 1914 era evidente que incluso los partidos que estaban aleanzando los éxitos 70808 tenian todavia enormes reservas de apoyo potencial que podian movilizar, y que estaban moviizando. Es Tue del fotos A primera vista, ese notable desarrollo de los partidos obreros era bastante sorprendente. Su poder radicaba fundamentalmente en la sencillez de sus plan- el momento de la muerte de Mars y los ‘vex. mis la mayoria de los nuevos partidos, porque la claridad con que enunciaba «308 objetivos le prestaba un enorme poder de penetracién politica. Bastaba saber que todos los trabajadores tenian que integrarse en esos partidas o apoyatls, pues ‘merosa y homogénea como para reconocerse et riado» y lo bastante convencida de la validez del a Y sus tareas, la primera de ls cuales era formar par dencia de cualquier otra actividad, comprometerse los revolucionarios se mostraban de acuerdo con esa prim: por el momento podemos dejar al margen a esa minoria ant ‘ideas asociadas con el anarquismo.) Pero précticamente todos os observadores del panorama obrero se mostraban de acuerdo en que «el proletariado» no era ni mucho menos una masa homogénea, ni siquiera en el seno de ls diferentes naciones. De hecho, antes de la aparicién de Jos nuevos partidos se hablaba generalmente de «las clases trabajadoras», en plural mis que en singular. El proletariado clisico de la fibrica industrial moderna, con frecuencia una minoria reducida pero en ripido ineremento, era muy diferente del grueso de los trabajadores manuales que trabajaban en pequeiios talleres, en las casas rurales, Trabajadores del mundo ut ‘en las habitaciones interiores de las que en el Reino Unido eran fundamentalmen trabajadores especializados de pecializados, donde el tipografo miraba por encima del hombro al albafily este al ‘no habia s6lo divisiones, sino también rivalidades "uno de los cuales intentaba monopolizar un tipo de trabajo: rvalidades exasperadas por la innovaciones teenologicas que transfor- 1 obsoletas viejas profesiones de lo que era competencia, por pintor de brocha gord: entre grupos equivalr su propia divisién del trabajo, pero en los restantes casos los trabajadores especia- Tizados podian enzarzarse en duras «disputas de demarcacién que afectaron a los astilleros britinicas, sobre todo en el decenio de 1890, abocando con frecuencia 1 trabajadores no implicados en esas luchas interocupacionales a una ociosidad incontrolable e inmerecida. Aparte de todas esas diferencias existéan otras, mis obvias incluso, de origen social, geogrifico, de nacionalidad, lengua, cultura y religidn, que necesariamen- internacional y transocesnica masi vista parecfa una concentracién de hombres y m cias que existan en el seno di cde nacionalidad, religion y lengua la dividieron. El caso de ccon mucha mayor fuerza que los protestantes @ acercarse a la socialdemocracia, y 12 La era del imperio, 1875-1914 ‘en Bohemia los trabajadores checos se oponfan a la integracién en un movimiento ppanaustriaco dominado por trabajadores de habla alemana. El apasionado inter- nacionalismo de los socialistas —los trabajadores, decia Marx, no tienen pi ee una clase— atrafa a los movimientos obreros, no sélo por su id 1s checos, o en Budapest, donde los taba: jadores cualificados eran alemanes y el resto eslovacos 0 magiares? E] gran centro industrial de Belfast mostraba, y muestra todavia, lo que podia ocurrir cuando los trabajadores se identifiaban fundamentalmente como catélicos y protestantes y omo irlandeses. Por fortuna, los llamamientos al intemnacionalismo 0, lo que era lo mismo nacionalidad y religin no hicieron impos de una conciencia de clase unificada, especialmente cuando los grupos nacionales de trabajadores no competian entre si, por cuanto cada uno tenia su lugar en el mercado de trabajo. Sélo plantearon grandes difcultades euando esas diferencias profundos conflictos de grupo que hacen desapa- iferencias en el seno de la clase obrera que parecian incompatibles de todos los trabajadores. Los trabajadores checos 'mostraban suspicaces ante los trabajadores alemanes no en tanto que trabaja~ ores, sino como miembros de una nacién que trataba a los checos como seres jores. Los trabajadores catdlicos del Ulster no podian sentirse impresionados por los llamamientos a la unidad de clase cuando vefan cémo entre 1870 y 1914 los catdlicos quedaban cada ver. mis excluidos de los trabajos cualificados en la industria que, en consecuencia, se convirtieron jadores protestantes con Ia aprobacién de sus si de Ia experiencia de clase era tal, que la idem licos —por lo general en este periodo no muy amplios—, aunque habria preferido organizaciones conjuntas de empresarios y trabajadores. Lo que realmente exc! identificaciones alternativas no era la conciencia le que existiers ‘un movimiento sindical y una lucha industrial de algin tipo, pero no —excepto cen el seno de cada comunidad y s6lo de forma débil e intermitente— un partido basado en a identificacin de clase. A estos factores que dificutaban la organizacién y Ia formacién de la con- ciencia de clase de los trabajadores hay que afiadir la estructura heterogénea de la economia industrial en su proceso de desarrollo. En este punto, el Reino Unido consttufa la excepciGn, pues exista ya un fuerte sentimiento de clase, no politico, Trabajadores del mundo 1B nizacién de la clase obrera. La antigiedad —y el idn pionera de este pais habia ices del pafs que, por una serie de razones, sustitucion de la mano de obra por la maquina- ria como por la combinacién de energia. En todas las grand fuera en otto tiempo «taller del ‘mundo —en la industrias del algodén, la y la metalurgia,laconstruccién, de méquinas y barco \dustria dominada por el Reino Unido)— existia ‘un niicleo de onganizacién de la clase obrera, por oficios o actividades, capaz de ‘ransformarse en un sindicalismo de masas. Entre 1867 y 1875, los sindicatos con- siguieron un estatus legal y unos prvilegios tan importantes que los empresarios militantes, los gobiernos conservadores y los magistrados no consiguieron redu- generals en pro de la democratisaién del derecho de voto. Trabajadores del mundo us tuna serie de luchas contra la sindicalizacién masiva, pero inestable, de los grandes ppuertos maritimos. Por su parte, la ofensiva obrera en visperas de dial planifics su propia fuerza estratégica, la Triple Alianza, de parte los mineros del carbén, los erroviarios y la federacién de los trabajadores del que ano tardar demos rmerosas empresas d obrera, los trabajad taron con la gran factoria modern ‘operarios semicualficados a cargo de parla situacisn favore ue en todas las grandes fibricas de armamento se durante y después de la primera guerra mundial descubrimos ratorias de los decenios de 1890 y 1900. Ja al que los movimientos obreros también intentaron organizar y moviizar, en general con escaso éxito.” Ahora bien, lo cierto es que las clases obreras fueron unificadss. Pero, ge6mo? mm ‘Un poderoso método de unificacin eraa través de la ideologia transmitida por la organizacién. Los socialista y los anarquistas llevaron su nuevo evangelio a unas | masas olvidadas hasta entonces pricticame sectas plebeyas, slo muy lentamente penetraron en el terreno proletario 0 estaban poco preparadas tra srente de las comunidades estructuradas de 5. Los trabajadores eran gente desconocida ‘un nuevo grupo social, Hasta qué punto eran iguarlo los escrtos de diversas analistas sociales u ob- servadores de clase media; eyendo las cartas del pintor Van Gogh, que actué como apéstol evangélico en las minas de carbén de Bélgica es fic hacerse una idea de hasta qué punto eran olvidados. Los socalstas fueron los primeros en acerearse a ellos. Cuando las condiciones eran adecuadas, estamparon en los grupos mis va- riados de trabajadores —desde los especializados o vanguardias de miltantes hasta, ‘una influencia comparable entre los trabajadores sin tera 116 La era del imperio, 1875-1914 ‘comunidades enteras de mineros—una idad, la del «proletario». En 1886, aquellos que compartian el ideal de una clase obrera nica y uni- itadores y propagandists levaron ese mensaje de unidad de todos los {que trabajaban y eran pobres a los extremos mas remotos de sus paises. Pero tam- bin levaron consigo una organizacin, la acién colectiva estructurada sin la cul lt clase obrera no podia existir como clase, ya través de la organizacién consiguieron un cuadro de portavoces que pudiera articular los sentimientos y esperanzas de unos hombres y mujeres que no podian hacerlo por sf solos. Aquellos posefan o encontraron la palabras para expresa as que sentfan. Sin esa colectividad organizada sélo eran pobres gentes trabajadoras. Ya no bastaba el antiguo cuerpo de sabiduria —proverbios, dichos, canciones— que formulaban el Weltanschauung de las clases trabajadoras pobres del mundo preindustral. Eran una nueva realidad social que exigia una nueva reflexiGn. Esta comenzé en el momento en que com- prendieron el mensaje de sus nuevos portavoces: sos una clase, debeis mostrar que lo sois. Asi, en casos extremos, los nuevos partidos sélo tenfan que promunciar su nombre: «el partido de los trabajadores». Nadie, excepto los militantes del nuevo trabajadores ese mensaje de conciencia de las. Sirvié para unira todos aquellos que estaban dispuestos a reconocer esa gran verdad por enci- 1ma de todas las diferencias que los separaban. Y lagente estaba dispuesta a reconocer esa verdad, porque cada vez era mayor clabismo que separaba a quienes eran ose estaban convirtiendo en trabajadores de Jos demas, incluyendo otras ramas del «pueblo menudo», modesto de de vista social, porque el mundo de la clase trabajadora estaba cada vez mis aislado yen gran medida, porque el conflcto entre quienes pagaban los vivian de ellos era (00 «capitalistas») o Middlesbrough (6,000 habitan- En esos centros, dedicados fandamentalmente a la dado que depen ambiente proletari. En Bochum, el sector dedicado a la produecién para el consumo inclufa, aparte de +E bermas como Ingres de reanién par los sndicatos y rams de los partidos hernero como militants socialise conocido en vation pales Berlin, Favoriten y Ottakring en Vien dia y media ba {ambien inensied sa jacobinismo andeapialisao su rdicalismo republican En cuanto a los trabajadores especializados y los aprendices,no era dificil que se Jas acosadas industrias domeésticas la época protoindustrial, muchas veces como Jos tejedores manuales asociadas imeras etapas del sistema de fibricas, ia? Hubo una serie de comunidades de ese otros lugares, que se convirieron en bastiones naturals del movimiento. as razones para sustentar la conviesion de parte fundamental de su experiencia era su ‘0 movimiento obrero socialista era insepa- us La era del imperio, 1875-1914 ‘Trabajadores del mundo uy lo porque la democracia electoral sac elementos que la formaban (véase 54 patronos,tipificada cada vez mas por el se rompi intereses di Ia clase de industria» ya no era una categoria teGrica para estadisticos y economistas y que se estaba convirtiendo en un concepto operativo o estratégico de earicter nacio ‘marco econémico de la lucha sindical, aunque fuera un marco localizado. Pe raz6n, los mineros briténicos del aunque eran enérgicos defensor autonomfa de su cuenca minera,¢ incluso de su pozo, conscientes de la espe dad de sus problemas y costumbres, en el sur de Gales y Northumberland, y Staffordshire, se vieron inevitablemente obligados a unirse en una organizaci nacional entre 1888 y 1908. ansién econsmica, comenz6 a pavonearse y En cuanto al estado, su democratizacin electoral impuso la unidad de cla- como en big busines, de forma més visible y del privilegio. Se uni ddemagogos de la Inglaterra periodo de depresion dejé paso a figuras, de forma visible ya través de los nuevos medios de comunicacin de masas, se que sus gobernantes esperaban poder evitar. Necesariamente la lucha por El principal experto del gobierno britinico en el tema obrero afirmaba que los amplacin de los derechos ciudadanos adquirié una dimensién clasista para smental (al menos en el caso de los hombres t penédicos y el automévil, que en Europa eran un monopolio de ls reas, hacfan clase obrera, pues la cuestién . eral derecho de voto del ciudadano sin propedades. La exigencia de ser propieta- a politica contra «los privilegios» se idemific6 con la ada, en el lugar de trabajo y en torno a él el mundo del ‘ada vez més distanciado de los que estaban por encima imiento, répido y muy notable en algunos paises, del sector dela economia, que generd un estrato de hombres y mujeres que trabaja- anos. A diferencia de la pequé ue formaban ‘dos veces mis en affos sucesivos, , que pusieron de manifesto y refor wimetros y determinaba las luchas de los trabajadores, vas eran cada vez de mayor importancia para la existencia de la clase obrera. La economia funcionaba cada cexigencias de un cuerpo de votantes tan ampli 3a integrado, como un sistema en el que un los viejossindicatos victorianos y el nuevo mo. agregado de unidades locales con un vinculo decenio de 1880, fundamentalmente a propésito de ‘ocho horas quedara establecida por ley y no por una negociacién or una ley aplicable de forma universal a todas los trabajadores id soci aril a ‘Sin embargo, a fuerza de la uni refleaba esa visién de la ‘economia como un todo integrado. El «sindicalismo industria reconocia que «la (gregorano} de ag la conocid confusion con respecto ala Revo No es posible ni necesario analizar aqui todo el conjunto de peculiaridades aricin de una internacional obrera (la «Segunda» distinguirla de la Internacional fundada por Marx y que se prolongé desde 1864 a la esperanza y la confianza de la hacer acto de presencia grupos fo de progreso importante se produjo en entre la Revolucin rusa de 1905, que fue un factor de primers espe- cialmente en Centrocuropa, y 1914. El extraordinario avance electoral de los par- permitié que ese avance quedara regstrado de forma efectva. Al mismo tiempo, fos brotes de agtacién obrera fortalecieron el sindicalismo organizado. Esos dos ‘momentos de rapido progreso del movimiento obrero aparecen précticamente en todas partes, en una u otra forma, aunque los detalles del proceso pudieran variar Ja norma, sino que tampoco ocurria de forma habitual. Lo que se producia con mayor frecuencia, estuvieran 0 no los tral tficados con su «partido», cra la identifcacién de clase sin contenido politico, la conciencia de pertenecer a Tncidn de Octubre, que evo Trabajadores del mundo 5 regionales de lengu: de actividad social (po 1a identifiacién de un deporte concreto con el proletariado como clase, Inglaterra a partir de como la tipica gorra de 1e2 del «movimiento, ni siquiera las ia de clase habrian sido completas ni fuc- ‘clases obreras» se fusionaron hasta for- ‘movimientos, cuando se con virtieron en dominados por la descontianza, no politica sino aquellos que no se ensuciaban las ‘con los que contaba el Partido es periodistas far, ni hacia un pufac jeres y oradores nacions de socialistas de origen (dos funciones que con | | | | 122 La era del imperio, 1875-1914 partido que era su expresiGn fundamental y que pricticamente bre de Partido Socialista Socialdemécrata) y/o simplemen- lenostados, a menos que mantuvieran lencios, como hizo J.R. echellesea del desarrollo capitalsta, que Mars analieé en profundida problemitico el derrocamiento de la sociedad existente y tan eficaz del movimiento adoptaron su social, 0 que sus actividades é significaba exactamente del captalismo al socialis- Lo que se debatia no era la fe en la transformacién total dela sociedad, aunque ‘nmediatas para preocuparse jerdista que se remontaba fea de un colapso inminente del capi é podian hacer, pues, los ejércitos del proletariado, movilizados por mil ‘bandera roja? sminadas figuras del ala derecha del movimiento recomendaban concen- seen las mejoras y reformas inmediatas que la clase obrera pudiera conseguir idando el futuro més lejano. No se contempla- mente condenado por los politicos de los partidos obreros cuy realmente al eapitalismo era, a veces, conviecion de qu ultaba into fa aleanzar esa nueva sociedad cuando el hundimiento ‘mucho menos inminente? La desconcertante defini- cin del gran Partido Socialdemécrata alema que, aungue es revoku posicién de permanente oposici fuerza creciente del movimie lo. y confiar en que las pensaban muchos radicales ‘ordenar que pasaran a la spresién de las luchas que 4 partir de 1905— formada por rel intelectual y revolucionarios eran los partidos proletarios de masis a los que velan reformistas y burocratizados como consecuencia de su participacién en de 124 Laeera del imperio, 1875-1914 terminadas actividades polticas. Los argumentos utlzados contra ellos eran muy similares tanto sila ortodoxiavigente era marsista, como sucedia por lo general en el continente, como si era antimarxsta de corte fabiano, como en el Reino Unido. a inquierda radical preferia apoyarse en la accién proletaria directa que pasaba Por encima de la peligrosa ciénaga de la politica, culminando idealmente en una especie de huelga jo de intelectuales durante la segunda fase sarrollo y radicalizacién del movimiento, que coincidi6 con unos alos de ofan agitacin ober ecalainternaconlycon una notable incertdunte cen los parti wvolucionario occidental tipico era un sindicalsta re- iente, rechazaba el marxismo como ideologia de los ‘como excusa por no intentar llevar a cabo la revolu- volucionario q partidos que se ciGn, Esto era un tanto injusto con respecto a Marx, pues lo sorprendente en los partidos proletarios de masas de Occidente que situaban su estandarte en las astas de sus banderas era el modesto papel que jugaba en ellos a figura de Marx. Muchas, veces era imposible distinguir la ereencias basicas titulo suficientemente expl telectuales m: al este de Viena y de Praga, ‘un lugar preponderante. El marxismo

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