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3-7-2021

Universidad Experimental Felix Adam


Derecho Constitucional
Anyara Amador Montero 2020-00128

Cuando la sociedad dominicana declaró su independencia, en febrero de 1844, en


Europa y Norteamérica se registraba un avance arrollador de la Revolución industrial, a
pesar de haberse iniciado en el siglo anterior.
La situación política de la época era inestable y conflictiva. En aquellos tiempos los
países latinoamericanos se encontraban en plena conformación de sus Estados. En ese
sentido, el primer texto constitucional de la región fue promulgado el 4 de abril de 1811
por la Asamblea de Cundinamarca, Colombia.
La Constitución haitiana de 1816 que rigió la vida dominicana durante la Dominación
Haitiana sigue muy de cerca el texto constitucional francés de 1795 que, entre otras
cosas, incluye la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre y los Ciudadanos.

Esa Constitución también contiene ecos de la Constitución de los Estados Unidos de


1787, como es la adopción de un sistema legislativo bicameral dividido en un Senado y
una Cámara de Representantes de las Comunas.

A pesar de esas influencias, los constituyentes haitianos introdujeron algunas


innovaciones, entre ellas la institución de la presidencia de la República vitalicia.

También mantuvieron el principio, decretado desde el momento de la creación de Haití,


de que "ningún blanco, cualquiera que sea su condición, podrá pone pie en territorio
haitiano a título de amo o propietario. Solamente se reconocerán como haitianos los
blancos que formen parte del ejército, los que ejercen funciones públicas y a los
admitidos en el país antes de al Constitución del 27 de diciembre de 1806. Para el
futuro, y después de la publicación de esta revisión constitucional, ningún blanco podrá
aspirar a los mismos derechos, ni ser empleado como tampoco adquirir la ciudadanía ni
la propiedad en la República". (Art. 39)
La dominación haitiana de la parte dominicana duró 22 años y sólo terminó después de
que el presidente Boyer fue derrocado el 13 de marzo de 1843, pues la Constitución de
1816 no preveía otra forma de transición política como no fuese mediante el golpe de
Estado, el magnicidio o la muerte natural del presidente de turno.

Boyer fue sustituido por un presidente provisional, Charles Hérard, quien no pudo
impedir que los dominicanos se rebelaran en la parte del Este de la isla buscando
separarse de Haití. Durante todo el año de 1843 y principios de 1844, las conspiraciones
se sucedieron en una y otra parte de la isla.

Mientras tanto, los políticos antiboyeristas quisieron darle a Haití un nuevo texto
constitucional más liberal que el que había hecho posible las largas dictaduras de Petion
y Boyer. Para ello, Hérard convocó una Asamblea Constituyente en octubre de 1843.

Esta Asamblea Constituyente eliminó la Presidencia de la República vitalicia, fijó


elecciones presidenciales cada cuatro años a través de electores escogidos por
asambleas primarias en las comunas, y prohibió la reelección presidencial sucesiva,
asimilando con ello varias normas de la Constitución estadounidense.

Éstos y otros límites impuestos al Poder Ejecutivo hicieron que esta Constitución fuese
considerada como la más liberal que ha tenido Haití, a pesar de mantener las
prohibiciones a los individuos de raza blanca de poseer propiedades en Haití.

Aprobada el 30 de diciembre de 1843, este texto sirvió de modelo a los constituyentes


dominicanos casi un año más tarde cuando, después de haber declarado su
independencia de Haití, el 27 de febrero de 1844, decidieron redactar su propia
Constitución para organizar un nuevo Estado llamado República Dominicana.

Esta Constitución fue votada el 6 de noviembre de 1844, pero durante los meses previos
la Junta Central Gubernativa que funcionó como gobierno provisional estuvo regida por
una "Acta de Separación" publicada el 16 de enero de ese año.

Esta Acta fue redactada siguiendo el modelo de la Declaración de Independencia de los


Estados Unidos de 1776, según demostró Emilio Rodríguez Demorizi en su estudio El
Acta de la Separación Dominicana y el Acta de Independencia de los Estados Unidos de
América, publicado en 1943.

Por ejemplo, en uno de sus primeros párrafos, la Declaración norteamericana dice: "La
prudencia aconseja ciertamente que no se cambien por pequeñas causas los gobiernos
que cuenten mucho tiempo de existencia, pues la experiencia ha demostrado que los
hombres prefieren sufrir, mientas sus males sean tolerables, más bien que alterar las
leyes a que están acostumbrados; pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones,
cometidos invariablemente con el mismo objeto, revela el designio de oprimir a un
pueblo despóticamente, éste está autorizado y se halla en el deber de separarse del
gobierno que tal haga, buscando nuevas garantías para su futura dicha y felicidad".
El Acta de Separación dominicana sigue cercanamente el tono y la forma este párrafo
cuando dice que "Nosotros creemos haber demostrado con una constancia heroica, que
los males de un gobierno deben sufrirse mientras sean soportables, más bien que hacerse
justicia aboliendo las formas; pero cuando una larga serie de injusticias, violaciones y
vejámenes, continuando al mismo fin denotan el designio de reducirlo todo al
despotismo y a la más absoluta tiranía, toca al sagrado derecho de los pueblos y a su
deber, sacudir el yugo de semejante gobierno, y proveer a nuevas garantías, asegurando
su estabilidad, y su prosperidad futuras".

Como se ve, los constituyentes dominicanos no eran ajenos a la tradición política y


constitucional norteamericana, pero su primera Constitución Política de noviembre de
1844 recibió esas influencias por vía de la Constitución haitiana de 1843, según
demostró Julio Campillo Pérez en su libro La Constitucionalidad en Santo Domingo.
Período 1492-1844, publicado en 1983.

Tan liberal resultó esta nueva Constitución que el primer presidente de la República,
General Pedro Santana, se negó a tomar posesión de cargo con las limitaciones al Poder
Ejecutivo aprobadas por los primeros constituyentes dominicanos.

A Santana y sus consejeros les parecía poco práctico gobernar un país envuelto en una
guerra de supervivencia nacional si el Primer Ejecutivo, encargado además de las
Fuerzas Armadas, se veía constreñido por los controles legislativos de la nueva
Constitución. Al igual que en la constitución norteamericana, estos controles,
garantizaban el orden político en la separación de poderes y en un sistema de chequeos
recíprocos entre el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.

Para obtener los poderes absolutos que Santana creía que necesitaba, envió a la sede de
la Asamblea Constituyente un contingente militar que rodeó a los diputados y no les
dejó salir de allí hasta que agregaran un artículo especial al final del texto
constitucional, el famoso Artículo 210, que establecía que mientras durara la guerra y
no se firmara la paz con Haití el Presidente de la República podía, además de organizar
libremente el ejército y movilizar la población, "dar todas las órdenes, providencias y
decretos que convengan, sin estar sujeto a responsabilidad alguna".

A pesar de la intención de sus primeros diputados constituyentes, la República


Dominicana nació bajo el manto de una dictadura militar. En los años siguientes esta
dictadura se hizo tan odiosa que Santana, sintiéndose rechazado, renunció a la
presidencia en 1849, y fue sustituido por Buenaventura Báez, quien apoyó a los
opositores de Santana para que celebraran una nueva Asamblea Constituyente que
recuperara el texto constitucional de 1844 con nuevas garantías y libertades.

Esta Asamblea comenzó sus trabajos en enero de 1854 y trabajó durante todo un mes
bajo la dirección de Benigno Filomeno de Rojas, un pensador político muy liberal que
había vivido en los Estados Unidos. Las modificaciones que se hicieron al texto
constitucional de 1844 fueron bastante profundas y chocaban con la tradición política
establecida por Santana.
Por ejemplo, el Senado fue investido de mayores poderes, entre ellos la capacidad de
otorgar ascensos militares y movilizar las Fuerzas Armadas en cualquier momento, una
prerrogativa exclusiva del presidente de la República, según el Artículo 210, que fue
eliminado. Fue creado el cargo de Vicepresidente de la República. El régimen municipal
fue reorganizado para dar mayores poderes a los ayuntamientos.

Esa Constitución, promulgada en febrero de 1854, no fue del agrado de Santana, quien
en esos momentos se aprestaba a tomar posesión de la Presidencia de la República por
segunda vez.

Aun antes de tomar posesión, Santana exigió que le restituyeran al Poder Ejecutivo los
poderes asignados al Senado. Los senadores aceptaron esta exigencia y debilitados por
esta maniobra, Santana ejerció nuevas presiones sobre el Congreso Nacional para que
dictara un decreto que le restituyera los poderes que le otorgaba el Artículo 210.

Doblegado el Congreso ante su fuerza militar, Santana entonces convocó al Senado y a


la Cámara de Representantes para que se reunieran el 1 de noviembre de 1854 y
discutieran la conveniencia de elaborar una nueva Constitución que garantizara, según
él, la seguridad y estabilidad del país.

Atemorizados por las amenazas vertidas por Santana en una alocución al respecto, los
congresistas aprobaron un nuevo texto constitucional que se haría famoso en la historia
dominicana como consagración del despotismo.

La Constitución dominicana fue diseñada y votada en
el transcurso de una difícil situación política impregnada de conflictos internos y extern
os. Sin lugar a dudas, su estructuración y organización respondió al interés de
un grupo conservador que dominó en aquellos tiempos. El autoritarismo imperó en
el texto, pese al espíritu de los legisladores, quienes tomaron disposiciones de dos
de las más avanzadas legislaciones constitucionales que existían entonces: la
de Estados Unidos (1789) y la de Haití (1816).
Al parecer, la inestabilidad política que vivió
Republica Dominicana desde su independencia, dentro de que la fue gestada
la primera Constitución dominicana, fue la puerta a las 39
modificaciones que ha recibido la Carta Magna de la nación: 17 en el siglo XIX, 20 en
el siglo XX y dos en la primera década del siglo XXI.
El Constitucionalismo es definido como “la teoría o ideología que erige el principio de
gobierno limitado y la garantía de los derechos en la dimensión estructural de la
organización político-social de una comunidad”
Para entender la evolución del constitucionalismo en República Dominicana, es
necesario comprender que su historia ha sido dividida en repúblicas, no como forma de
gobiernos, sino de acuerdo con los hechos trascendentes ocurridos, con los cuales se ha
afectado su soberanía, así como la libertad estatal lograda sobre esos hechos, en la cual
impera una ruptura del orden político, no necesariamente del orden constitucional. A los
fines del presente ensayo estudiaremos la evolución del constitucionalismo a partir de
estos períodos constitucionales, con un enfoque especial en las Constituciones con
mayor transcendencia para esta teoría política. II. El primer período constitucional
En ese sentido, se habla de un primer período constitucional que inicia con la
Independencia de la República y culmina con la Anexión a España (1844-1861). En
efecto, el 27 de Febrero de 1844 se logra en República Dominicana la independencia de
Haití, que nos venían ocupando desde 1822, constituyéndose en gobernantes de toda la
isla de Santo Domingo bajo el entendido de que la misma era “una e indivisible”. Una
vez alcanzada la independencia, se proclamó la Constitución de 1844, que se caracterizó
por el reconocimiento de una serie de derechos fundamentales como lo eran la abolición
de la esclavitud, el principio de legalidad, el derecho de propiedad, la libertad de
asociación, la educación gratuita y la libertad de asociación, libertad de acceso a
empleos o funciones públicas, la prohibición del encarcelamiento sin resolución
motivada, la adquisición de la nacionalidad por vía del ius sanguinis. Se establece
además la supremacía de la Constitución sobre las demás leyes adjetivas, verificándose
desde este texto legal el control difuso de la constitucionalidad, cuando en el artículo
125 de la misma dispone que se encuentra vedado a los jueces la aplicación de una ley
inconstitucional. Asimismo, dispone que el Presidente de la República no tiene más
facultades que las que expresamente le confiere la Constitución y las leyes particulares.
Si bien las disposiciones antes mencionadas establecen y solidifican la supremacía de la
constitución, la misma encuentra su debilidad, para los fines del constitucionalismo, en
su artículo 210, el cual confería poderes prácticamente ilimitados al Presidente de la
República.
En tal sentido, si bien se restringía al presidente de actuar fuera de los límites de la
Constitución, es ésta misma la que le otorga un amplio y peligroso poder discrecional
dentro del Estado, que no fue más que el fruto de las presiones realizadas por el
General Pedro Santana.
A pesar de esto, la misma Constitución establece la separación tripartita de poderes, y
además, establece una serie de mecanismos a los fines de limitarlos, y que cada poder
fuera supervisado por otro, como lo es la facultad que tiene el Congreso de juzgar al
presidente de la República, en virtud del derecho de acusación dado por el consejo
conservador; la disposición de que los impuestos sólo pueden ser establecidos por la ley,
y encargar en la figura del Presidente de la República la responsabilidad de todos los
abusos de autoridad y excesos de poder que se cometan bajo su administración.
Ya para la Constitución de 1858 (Constitución de Moca), vemos una especial
acentuación en ciertos derechos fundamentales previamente reconocidos, como es el
caso de la esclavitud, donde se establece que la misma no deberá existir jamás en la
República. Además de esto, la misma trae consigo la abolición de la pena de muerte, así
como la consagración del libre pensamiento y la inviolabilidad de la correspondencia.
Además de esto, dicha Constitución dispone una reforma considerada dos anhelos
históricos del constitucionalismo liberal dominicano: la prohibición de la reelección
presidencial y la inamovilidad de los jueces. También se restringen los derechos
conferidos al presidente por el precitado artículo 210, y se confirma la supremacía de la
Constitución. En cuanto a la forma de gobierno, se establece que el mismo será civil,
republicano, popular, representativo, electivo y responsable, lo que constituye un
verdadero cambio dentro del sistema, ya que a través de esta disposición se instituye el
sufragio universal dentro de nuestro sistema de gobierno, y a su vez se imposibilita a
una autoridad militar de dirigir la administración pública.
III. El segundo período constitucional
Luego de la anexión a España y la posterior Restauración de la República se inicia
el segundo período constitucional, período en el cual nuestro país contó con 17 reformas
constitucionales. De las reformas constitucionales realizadas en este período, la más
relevante resulta ser la que dio como resultado la Constitución de 1965, que estableció
el sufragio universal sin condiciones restrictivas, siendo el único requisito para votar era
ser ciudadano y tener 18 años de edad. Este período culminó con la primera
intervención norteamericana en 1916.
IV. El tercer período constitucional
Ya para 1924 finaliza la intervención norteamericana, y con este evento damos inicio
al tercer período constitucional. Ya para esta época se reconocen la libertad de trabajo,
libertad de cultos, libertad de tránsito; derechos fundamentales previamente
contempladas en la reforma constitucional de 1907. Dos innovaciones de
la Constitución de 1924
son el reconocimiento de derechos intelectuales, al establecer en su artículo 6.11 como
derecho fundamental inherente a la persona la propiedad de los inventos y
descubrimientos, así como de las producciones artísticas, científicas y literarias; y
además de esto, la instauración la figura del habeas corpus, bajo la cual se consagra el
derecho de toda persona a reclamar su libertad si es hecha prisionera sin causa o
formalidades legales.
En la Constitución de 1942, se estableció una reforma trascendental en nuestro sistema,
toda vez que gracias a ésta, se reconoció como derecho fundamental de la mujer la
participación en la actividad política en plano de igualdad del hombre. Si bien esta
reforma colocaba a República Dominicana dentro de los pocos países de América que lo
hicieron en la época, la realidad es que esta conquista fue relativa, toda vez que la
misma fue implementada durante la dictadura de Trujillo, época en la cual las
elecciones tenían previamente establecido al generalísimo como ganador. En ese orden
de ideas, a pesar de que esta constitución dispone como inherente a la personalidad
humana el derecho a expresar el pensamiento sin sujeción a censura previa, es obvio
que sola consagración de este derecho en la Carta Magna no bastó para que se
cometieran abusos de la autoridad en contra del ejercicio de la libertad de expresión.
Con la Reforma Constitucional de 1955, se adopta la corriente del constitucionalismo
social, enunciándose que el Estado continuará con el desarrollo progresivo de la
seguridad social. Esta reforma constitucional es muy tomada en cuenta en 1966, como
detallaremos más adelante.
Luego del paso de la dictadura de Trujillo, entra en vigencia la Constitución de 1963, en
donde los derechos sociales y económicos alcanzan la máxima expresión constitucional,
haciendo especial énfasis en los derechos económicos y sociales, sobre todo en lo
referente al trabajo, considerado un derecho y un deber al mismo tiempo. Se establecía
como fundamento principal de la nación el trabajo, y se consideraban la vagancia y la
mendicidad como vicios sociales que atentaban contra tal fundamento. En otras
palabras, quedaba en manos del Estado garantizar que toda persona tuviera una
oportunidad de trabajo, y el mismo se constituía en una obligación para dicha persona.
En ese mismo lineamiento, se consagraron como derechos fundamentales: el derecho
del trabajador en la participación en los beneficios de la empresa, la no discriminación
en el trabajo, el derecho a la huelga y la libertad sindical. En esta se consideraba que la
propiedad como derecho como un reconocido y garantizado por el Estado, que debe
servir al progreso y bienestar del conglomerado, pretendiéndose a través de la misma la
erradicación de los latifundios y los minifundios, considerados contrarios al interés
nacional. Se realiza especial énfasis en cuanto a la educación como derecho,
estableciendo en sus artículos 35 y 36 la obligación que tiene el Estado en cuanto a
fomentar la educación y erradicar el analfabetismo.
V. Cuarto período constitucional
Ya con el estallido de la guerra civil finaliza este período constitucional; y es en 1965
que iniciamos el cuarto período constitucional, el cual se extiende hasta nuestros días.
En efecto, la Constitución de 1966 reproduce la reforma de 1955 en cuanto a la
prohibición de la reelección presidencial, y se enfatizan los derechos económicos y
sociales, consagrando como derechos fundamentales la libertad de empresa, la
protección de la mujer, la protección de la vejez, y la protección sanitaria. Además de
esto, se continúa con el desarrollo progresivo de la seguridad social, de manera que toda
persona llegara a gozar de la adecuada protección contra la desocupación, la
enfermedad, la incapacidad y la vejez.
VI. La Constitución de 1994
Con la Constitución de 1994 se establece en eslabón importante dentro del
constitucionalismo dominicano. En efecto, la cual nace de la crisis política surgida de
las elecciones presidenciales y congresionales del 16 de mayo de 1994, época en la que
se redujo a dos años el último período del presidente turno, lo que condujo a celebrarse
las elecciones presidenciales de forma separada a las congresionales y municipales (este
último logro se vio truncado por la actual Constitución del 2010, como veremos más
adelante), así como también una serie de reformas al sistema electoral tendente a que
sea más confiable y transparente. En ese sentido, esta Constitución trae consigo
reformas significativas al sistema político dominicano, toda vez que reproduce la
prohibición de la reelección presidencial y la inamovilidad de los jueces, contempladas
en la Constitución de Moca. En este último aspecto, esta Carta Magna se caracteriza por
brindar mayor independencia al poder judicial frente a los demás poderes, ya que a
través de ella se crea el Consejo Nacional de la Magistratura, conformado por miembros
de los distintos poderes del Estado a los fines de elegir los jueces de la Suprema; se
establece la Carrera Judicial, bajo la cual el Poder Judicial tiene autonomía
administrativa y presupuestaria; y sobre todo, se le otorga a este poder la facultad de
elegir los jueces. No obstante a esto, 8 años más tarde nos llega la Reforma
Constitucional del 2002, que consistió básicamente en posibilitar nuevamente la
reelección presidencial prohibida en 1994, aunque alejándose del sistema de reelección
indefinido, permitiendo que una persona pueda reelegirse una nueva vez solamente, sin
posibilidad de optar posteriormente a la reelección.
VI. La Constitución de 2010
Finalmente, la Constitución actual del 2010, viene a convertirse en el eslabón final del
constitucionalismo, en cuyo texto se preserva los logros de la evolución del
constitucionalismo antes detallado, en donde se prohíbe la reelección presidencial
consecutiva, se contemplan más detalladamente derechos sociales y económicos, y se
crean organismos tendentes a garantizar el respeto a la Constitución, como lo es el
Tribunal Constitucional. Cabe destacar que estos logros son por el momento textuales, y
que (aun a casi 5 años de ésta, la más reciente modificación) nos encontramos en la
víspera de verificar si el contenido de esta nueva Constitución se ajusta a la realidad
social, política y económica de nuestro país.
 La Constitución es definida como el conjunto de reglas fundamentales que rigen la
organización y las relaciones entre los poderes públicos y fijan los grandes principios
del derecho público de un Estado.
Según las notas de derecho Constitucional del jurista Manuel A. Amiama, la
Constitución dominicana después de proclamada en 1844 ha sido modificada 39 veces,
la primera fue en 1854 y la última en el 2015, pero según el autor hasta 1994 no se
habían alterado esencialmente la teoría política que desde el principio la inspiró.
Amiama destaca que las reformas más fundamentales han sido: la reafirmación del
sistema bicamarista; la supresión del refrendo ministerial de los actos del Presidente; la
instauración del sufragio directo para las magistraturas políticas; la creación del recurso
de casación; la extensión de los derechos políticos de la mujer; entre otros.
Sin embargo, a lo largo de la historia 15 gobernantes dominicanos han cambiado la
Constitución de acuerdo a los intereses del momento, como el debate del
establecimiento o no de la Reelección Presidencial y el empeño de los gobernantes de
obtener poder, entre ellos Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ramón Cáceres, Horacio
Vásquez, Rafael Leonidas Trujillo Molina, Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía, Leonel
Fernández y el actual presidente, Danilo Medina.
Entre las reformas más recientes están las de 1994, tras la crisis electoral de ese año y de
los cambios que produjo, estableció la no reelección presidencial consecutiva, estableció
el porcentaje de 50 y más para ganar la Presidencia de la República y los Colegios
Electorales Cerrados.
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Estableció que si ninguno de los candidatos presidenciales logra 50 y más, los dos
candidatos más votados van a una segunda vuelta.
Otra reforma constitucional fue la de 2002, impulsada por el presidente Hipólito Mejía
para restablecer la reelección presidencial e intentar ser reelecto.
Se presentó como candidato y fue derrotado por el candidato del Partido de la
Liberación y fuerzas aliadas, Leonel Fernández.
El entonces Presidente Fernández designó a expertos en materia constitucional para que
dirigieran una consulta popular en el Distrito Nacional y todas las provincias del país
para conocer los pareceres de los dominicanos sobre la reforma constitucional.
De ahí nació el proyecto de reforma que dio origen a la Constitución de 2010, la más
amplia en la historia de la República Dominicana y posteriormente en mayo de este año
dar paso a la reforma número 39, en su articulo 124 que establece la reelección
presidencial.
A partir de 1844, la Carta Sustantiva de la nación ha sido objeto de 39 modificaciones,
algunas de las más importantes son:
El primer documento constitucional que reguló la vida independiente fue proclamada el
6 de noviembre de 1844, en San Cristóbal.
-En 1854 hubo dos reformas a la Constitución. La primera fue promulgada el 25 de
febrero, que suprimió el artículo 210 restringiendo los poderes del Ejecutivo y amplió
las facultades del Poder Judicial y del Congreso.
-La segunda fue proclamada el 23 de diciembre del mismo año, se convirtió en el texto
preferido de las dictaduras del siglo XIX.
-El 19 de febrero de 1858 se proclamó la Constitución de Moca, la más democrática de
la República Dominicana.
-En 1865 se reformó nuevamente la Carta Magna de la nación, donde por primera vez se
consagra en el texto el voto “para toda la ciudadanía”, sin tomar en cuenta que las
mujeres estaban excluidas del derecho al sufragio.
-La Constitución de 1866 vino a ser la de 1865 con ligeras variantes. La de 1872 fue
modificada por iniciativa del presidente Buenaventura Báez.
-Abril de 1874 llega con un nuevo texto constitucional que suprimió el requisito de
saber leer y escribir para los votantes y estableció un congreso unicameral compuesto
por 31 diputados elegidos por voto directo.
-Esa constitución se reformula sucesivamente en 1875, 1876, 1877, 1878, 1879, 1880,
año en que el general Gregorio Luperón decreta la celebración de elecciones para la
Asamblea Nacional que debía dotar al país de una nueva Constitución.
-Luperón, también promovió otra reforma en 1881, la que tendría vigencia hasta 1887
cuando comienzan las ejecuciones dictatoriales de Ulises Heureaux.
-En la cuarta gestión de gobierno de Lilís propició otra reforma constitucional que le
permitiría la reelección en 1896. A partir de ese momento y hasta 1907, no hubo más
revisiones a la Carta Magna.
-En el siglo XX, se produjeron seis reformas constitucionales antes de la dictadura de
Rafael Leónidas Trujillo: dos con Ramón Cáceres en 1907, 1908 y cuatro con Horacio
Vásquez en 1924, 1927, y dos en 1929.
-Luego se sucedieron siete reformas durante la “Era de Trujillo”. Período de gobierno
dictatorial que duró del 1930 al 1961.
-Reforma de 1961, del 29 de septiembre, se estableció el Consejo de Estado.
-Reforma de 1962, septiembre 10, Reforma hecha por el Consejo de Estado, presidido
por el Lic. Rafael F. Bonnelly. El consejo del estado desde la proclamación de la
constitución votada en 1961 venía ejerciendo los poderes legislativo y ejecutivo.
-Constituyente 1963, 29 de abril. Gobierno de Juan Bosch.
-La constitución de 1961 había conferido mandato al consejo del estado para convocar a
elecciones representantes de una asamblea revisora de la constitución, la cual no pudo
llevarse a cabo en la fecha prevista en la citada ley que 5968 del 20 de junio de 1962.
Esto es, a más tardar el 15 de agosto de 1962. Por los dichos consejos de estado
sanciona a la ley número 6050 del 23 de septiembre de 1962, que convoca a una
asamblea revisora.
-Acta institucional del 1965, 09 de agosto, que puso fin a la guerra civil. El ensayo de
gobierno democrático surgió de la libérrimas elecciones del 20 de diciembre 1962
quedó frustrado por un injustificado cuartelazo militar, a penas a 7 meses de haber
iniciado el ejercicio del poder el gobierno constitucional que en lo que iba de siglo más
tributo y respeto rindiera a las libertades públicas y a los derechos del hombre.
-El golpe militar del 25 de diciembre del 1963, por medio del manifiesto dirigido al
pueblo dominicano por los comandos de las fuerzas armadas y la policía nacional que
depusieron al presidente de la república Juan Bosch, declaro “Inexistente la última
constitución de la República votada por la constituyente surgida de las últimas
elecciones generales.
Revisión de 1966, 29 de noviembre. En cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 53
del acto institucional de 1965 el Dr. Joaquín Balaguer presidente de la república a partir
del 1 de julio de 1966, en fecha 19 de julio de ese mismo año, se dirigió al presidente
del senado con el propósito de que el congreso nacional determinara los medios por los
cuales debía integrarse la asamblea constituyente, encargado de tomar una decisión
sobre el problema constitucional.
-La constitución de 1966 representa el proceso de evolución de nuestro ordenamiento
sustantivo de mayor tiempo de vigencia de las 34 enmiendas que le presidieron, al
regular la actividad el estado dominicano y sus administrados por espacios de casi 3
décadas.
–Reforma de 1994, 25 de julio, reforma del 2002, 25 de julio se aprobó la reelección
presidencial la cual fue prohibida en la reforma de 1994.
-Reforma 2010, 26 de enero. Consta de 277 artículos y 19 disposiciones transitorias. La
nueva Constitución contempla la igualdad de género y la participación popular para
presentación de proyectos de leyes ante el Congreso.
– Reforma 2015, 28 de mayo. Artículo 124 para establecer la reelección presidencial,
establece que “se consigne que en el caso eventual de que el presidente de la República
actual, correspondiente al periodo 2012-2016, sea candidato presidencial para el periodo
2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente período y a ningún otro”.
“La Constitución no es un instrumento para que el  gobierno  controle al pueblo, es un
instrumento para que el pueblo controle al  gobierno  - para que no venga a dominar nuestras
vidas e intereses.”
PATRICK HENRY

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