La auditoría ambiental, como mecanismo voluntario de autorregulación, fomenta el
cumplimiento de la normatividad y un monitoreo periódico de las instalaciones.
También, al beneficiar económicamente a la empresa a largo plazo, la certificación
ambiental proporciona un incentivo para ir más allá de la legislación, encaminando a las empresas al esquema de mejora continua.
De tal forma, la auditoría ambiental es y seguirá siendo un instrumento benéfico y
efectivo tanto para las empersas, como para las autoridades, que se traduce efectivamente en menor contaminación del medio ambiente y menor exposición de los trabajadores a riesgos de trabajo.