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Historia Crítica del Perú y del Mundo

Material de sesión presencial: El Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada

El periodo de 1980 a 1992 estuvo, además, marcado por la guerra subversiva que libró contra el Estado
peruano la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso. Este partido se había originado en una de las escisiones
de los partidos maoístas surgidos en los años del gobierno militar entre los profesores y estudiantes de las
universidades nacionales. La fracción de Sendero Luminoso quedó en manos de un profesor de filosofía de la
Universidad de Huamanga, Abimael Guzmán Reynoso, nacido en Arequipa en 1934 y que en los años sesenta
había viajado a la China de la revolución cultural, retornando convencido de que en el Perú debía realizarse
un proceso similar.

En las ciudades del interior la decadencia de las sociedades terratenientes ocurrida desde mediados del siglo
XX y completada con la reforma agraria del gobierno militar había dejado al margen de la historia a los hijos
de los antiguos terratenientes. Conservaban algo del prestigio social de sus antepasados, pero carecían de
los bienes y el poder político de que había gozado antes su clase social. Cuando no emigraron a Lima, donde
trataron de sobrevivir refundidos en los barrios recientes de clase media, su refugio fueron los empleos
públicos en sus localidades, entre los que destacaba el del magisterio. Se volvieron profesores, de ser posible
de nivel universitario, que era el más prestigioso y mejor remunerado. Arrollados como clase social por los
cambios que trajo la modernidad, desarrollaron un sentimiento hostil hacia ella, revalorando en cambio la
cultura andina, de la que en cierta forma se sentían parte, pero que además percibieron como sabia,
milenaria y auténticamente peruana.

Sendero Luminoso reclutó sus primeros cuadros dirigentes entre intelectuales y profesionales provincianos
como los hijos de la clase terrateniente. Luego se añadieron dirigentes sindicales y líderes barriales que, con
frecuencia, eran personas con educación superior pero a quienes su origen social y el racismo imperante les
había negado el reconocimiento de la sociedad como profesionales.

La penetración del senderismo dentro del aparato educativo del Estado le ayudó a este crecimiento. Si la
producción en el país no había aumentado, el número de estudiantes se había multiplicado.

La ferocidad del accionar político de Sendero Luminoso, la facilidad con que atraían a los jóvenes de los
sectores populares y la extensión de su organización a lo largo de casi toda la sierra peruana y gran parte de
la costa, conmovieron a los intelectuales de Lima y descolocaron a la izquierda legal. Los primeros trataron
de entender la ideología y las prácticas senderistas recurriendo al milenarismo andinista, y asociaron a
Sendero Luminoso con la prédica antioccidental de movimientos asiáticos como el de Pol Pot en Camboya.
La izquierda legal se dividió entre quienes consideraban a los senderistas compañeros de ruta, aunque
criticaban sus métodos violentos, y quienes condenaron abiertamente no sólo sus métodos carentes de
humanidad, sino su ideología mesiánica y totalitaria.

Sendero Luminoso fue, ciertamente, un movimiento mesiánico en el que se desarrolló un fuerte culto a la
personalidad de su líder. Abimael Guzmán fue llamado el “presidente Gonzalo”, cuyas ideas fueron elevadas
a la categoría de los grandes pensadores del socialismo mundial, como Marx, Lenin y Mao. Él era para sus
seguidores “la cuarta espada” del movimiento comunista mundial y era objeto de una pleitesía
incondicional. En 1988 apareció una larga entrevista que le hicieron unos periodistas del periódico El Diario,
que fungía de vocero oficioso de la organización, que se constituyó en el documento más importante para el
estudio de la ideología del movimiento.
Adaptado exclusivamente para uso educativo de:
Contreras, C., y Zuloaga, M. (2014). Historia mínima del Perú. México, D.F.:
Turner, El Colegio de México. Páginas 264-267.

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