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Sentí una fuerte necesidad interior de lograr mi libertad financiera y lo logré.

¿Has sentido alguna vez que el universo te está mostrando algo, te gusta, te da bienestar, pero no lo
visualizas como un hecho en tu mente?

En ocasiones solía pensar que estaba aquí sin un propósito, aunque las señales siempre estaban en
frente de mis narices, tuve que pasar ciertos años de vida, descubriéndome, tomando todas las pistas
divinas que me estaba dejando el universo.

Comencé en la universidad estudiando Ingeniería Química, pero para ese entonces era escaso el empleo
y mi mentalidad era, graduarme y comenzar de una vez a ejercer, así que, en el cuarto semestre me
cambié a Ingeniería Industrial especializándome en Proceso.

Me encanta leer, pero mi pasión más grande es la conducta y crecimiento humano, sin saber para qué
me serviría más adelante...

Me case a los 18, nunca había trabajado, mi experiencia laboral era nula, pero tampoco podía tener la
posibilidad de un empleo ya que, la universidad y mis hijos muy pequeños me consumían el tiempo
completo, dependía totalmente de mi esposo.

La verdad, me sentía atrapada, atada de manos porque nunca vi a mi madre pedirle dinero a mi padre,
no sabía pedir, realmente era una posición incómoda. En ese momento, la necesidad inmensa de tener
libertad financiera era más fuerte que las de sobrevivencias.

Me gradué, conseguí un empleo, pero en mi mente mi único objetivo era tener libertad financiera, ya mi
padre me había enseñado que con empleos nadie llegaba lejos, comencé a llevar finanzas conjuntas con
mi esposo, un excelente administrador, él se encargaba de todo, dentro del acuerdo estaba que todo lo
que yo produjera fuera de mi salario era mío, me propuse ganar con pequeños emprendimientos más
de lo que ganaba en mi salario como empleada, así le entregaba mi sueldo a mi pareja y lo que hacía
extra lo usaba en pequeños negocios, cosas de la casa y de mis hijos.

Una vez dejé de ser empleada comencé a servir en ministerios de mujeres: (Ministerio de Estudios
Bíblico, madres de niños con cáncer, Ministerio de ayuda a mujeres privada de libertad) La vida me llevó
justo donde sentía una imperiosa necesidad de ayudar a empoderar mujeres, hacerlas conscientes de su
capacidad y suficiencia. Lo más doloroso para mí, fue ver en la cárcel de mujeres una población de
mujeres jóvenes entre 19-30 años sentenciadas a pasar los años más productivos de sus vidas
encerradas.

Tiempo después llegó una visita que nadie esperaba, la COVID-19. Cerré mi negocio y como tengo
conciencia de que el tiempo es un recurso no renovable quería tener una cuarentena productiva, lo
asumí con compromiso y determinación e inmediatamente inicié las certificaciones y escribí mis dos
libros: “Reprográmate y comienza de nuevo desde tu ser” y Sembré transformación y coseché
abundancia”.
En aquel momento, pensé que mis sueños se estaban poniendo en stop, pero la verdad fue un impulso a
cumplir y hacer realidad otros. Con firmeza puedo decir que, para poder llegar a tener libertad
financiera tuve que necesariamente agotar la ley del proceso.

Ser, hacer y tener. El Proceso comenzó en mis creencias, en tener claridad de mi presente para
convertirme en esa mujer que aspiraba ser.

En otras palabras, a través de una libertad integral obtuve como resultado la libertad financiera, son
razones más que suficientes para gritarle al mundo lo orgullosa que estoy de haberlo logrado.

Si tú estás pasando por lo mismo que yo, ten en cuenta que se puede persiste, resiste e insiste.

Espero mi testimonio le sirva a alguien para que por fe y confianza en sí misma ponga el primer pie en
la escalera, aun no vea el final de ella.

Recuerda: “Las águilas vuelvan con águilas”- Cesarina R.

Me encanta la historia…. lo unico, no olvides agregar espacios, negrillas en el titulo y negrillas donde
puse negrillas…. al final puedes despedirte con alguna frase tuya o… “espero que esto inspire a alguien
el dia de hoy” - Cesarina R.

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