Está en la página 1de 25

LAS MUJERES PASTUSAS Y LOS MEDIOS CULTURALES

EN EL PERÍODO DE LA REPÚBLICA LIBERAL. 1930-1946

María Teresa Alvarez Hoyos*

Bajo el régimen de la hegemonía conservadora (1886-1930), el dis-


curso de la sociedad sobre las mujeres se caracterizó por el halago y la
aceptación, siempre y cuando se mantuvieran en el lugar de su rol tradi-
cional: los espacios domésticos.
Con la llegada de la República Liberal entraron en escena otras ex-
pectativas acerca del papel de la mujer en la sociedad, como agente activo
que puede participar en las tareas de la cultura, como sujeto poseedor de
bienes y quien lentamente conquista algunos espacios de los que habían
estado reservados para los varones. Paulatinamente se erige un lugar para
la voz femenina en este período, y los medios de comunicación serán
los que viabilizarán las transformaciones culturales que, en el caso de
las mujeres, se van a expresar en las únicas formas aceptables de un yo
femenino público: el de la poesía y el de la pedagogía.
La democratización de la cultura que se experimenta en Pasto – así
sea en forma incipiente - a través del acceso de la mujer a la educación
secundaria, el incremento de las bibliotecas y de una mayor circulación
del libro y de las publicaciones periódicas, comenzó a incidir en las
transformaciones culturales de los años treinta y cuarenta. El Curso de
Extensión para damas organizado por la Gran Normal de Occidente, en
1935, es un ejemplo del movimiento cultural suscitado en los años treinta,

* Profesora Titular Universidad de Nariño. Miembro de Número Academia Nariñense de


Historia.

193
194 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

considerado por la Escuela Normal como una contribución social de altí-


simo valor. Se trataba de un curso que ofrecía las siguientes asignaturas:
Psicología infantil, Historia, Inglés y Nociones de Literatura.
El aviso publicado en El Radio informaba que las matrículas del curso
estaban abiertas, aunque “no es necesario que se matriculen en todas las
materias pero es necesario un número por lo menos de veinte alumnas
para cada clase”1. El 21 de noviembre, el diario citado mencionaba:
“Con la más honda satisfacción tenemos que dar a nuestros lecto-
res, la grata noticia de la inauguración del curso de extensión para
damas y del instituto nocturno para obreros en la Gran Normal de
Occidente. Estas dos manifestaciones culturales habían sido previa-
mente anunciadas por el señor Rector, desde su discurso inaugural
de la Escuela, y venciendo todas las dificultades en nuestro medio
displicente, vemos que con el grupo de sus colaboradores, las ha
llevado a la realidad…
No es posible que nuestras damas, por motivos que no recogemos,
se alejen sistemáticamente de los centros de estudio, después de
haber terminado sus años de escuela o de colegio. En campos más
interesantes, tienen ahora la oportunidad de lucir sus bellas dotes
intelectuales y sus condiciones morales, aquilatadas por nuevas
orientaciones que habrán de dar a sus claros nombres, la aureola de
precursoras de una nueva ruta intelectual […] Es señal de prestancia
el conocimiento de otros idiomas que abren caminos desconocidos
para la inteligencia y para solaz de los espíritus atormentados por
las faenas cotidianas”2.
La Escuela Normal de Occidente se propuso incentivar entre las
mujeres transformaciones que se encontraban en los planteamientos de
los grandes educadores y que, para los diseñadores de las políticas de
la Revolución en Marcha, hacían parte del proyecto de construcción de
una nación que consideraba como una exigencia la extensión y democra-
tización de la cultura3.
Frente a los cambios acelerados que introduce la modernidad es fre-
cuente que se apele a la idealización de un orden pasado, al que se atribuye
los rasgos de una sociedad más integrada, orgánica, justa y solidaria. Esta
configuración ideológico-cultural ha sido denominada por Raymond Wi-
lliams “la edad dorada”, que Beatriz Sarlo recoge de la siguiente manera:
“El tópico de la “edad dorada” es la configuración literaria de la
estructura ideológico-afectiva que emerge de las desazones causa-

1. “Curso de extensión cultural para damas”, El Radio, 7 de noviembre de 1935.


2. “Las realizaciones culturales de la Normal de Occidente”, El Radio, No. 391, 21 de no-
viembre de 1935, p. 3.
3. SILVA, Renán. República Liberal, intelectuales y cultura popular. Medellín: La Carreta
Editores E.U., 2005, p. 89.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 195

das por lo nuevo: restituye en el plano de lo simbólico un orden que


se estima más justo, aunque nunca haya existido objetivamente y
sea, más bien, una respuesta al cambio antes que una memoria
del pasado. Por eso la ¨edad dorada¨ no es una reconstrucción
realista ni histórica, sino una pauta que, ubicada en el pasado, es
básicamente acrónica y atópica: de algún modo, una utopía, en cuyo
tejido se mezclan deseos, proyectos y, sin duda, también recuerdos
colectivos…
Como tópico, la ¨edad dorada¨ es especialmente permeable a las
operaciones de una ideología conservadora, aunque también el pen-
samiento revolucionario ha diseñado utopías situadas en el pasado,
anteriores a las relaciones privadas de propiedad”4.

Frente a la modificación de las costumbres, en especial en lo que


tocaba con las mujeres, los intelectuales, principalmente de origen con-
servador, elaboraron una versión fantástica o idealizada del pasado y
crítica del nuevo orden y de los cambios que éste impone. Un discurso
de Laureano Gómez, con ocasión de la visita a Nariño en el año 1934, es
una buena muestra de esta valoración del pasado:
“Señor doctor Bucheli: […] Maravillosa raza esta a que pertene-
céis, distinguidos señores que os habéis sentado en torno de esta
mesa, para dar con este acto un nuevo testimonio de adhesión a la
gloriosa y amada doctrina conservadora. Las virtudes de vuestros
antepasados renacen en vosotros con el empuje primaveral con
que los renuevos decoran el añoso tronco de la vid venerable que
sembraran, largos años atrás las solicitas manos de los abuelos…
Y vosotras damas bellas y santas, que habéis mantenido intacto el
decoro de la mujer castellana; que habéis sabido conservar el hogar
nariñense como un huerto delicioso y escondido a donde se anhela
entrar para recibir el cultivo suave de vuestras manos amorosas y
de donde no se quiere salir; porque no queda por fuera nada pulcro
y ambicionable, vosotras compañeras no igualadas e inspiradoras,
guías, sostenes, consuelos, recompensas de los buenos varones, en
vuestro fervoroso entusiasmo, qué tesoro inefable como la felicidad,
inmenso como el mar, profundo como los cielos estrellados, cuyos
destellos lucen en vuestros ojos, se encierra para esta empresa en
que venimos empeñados.
Qué renovado impulso, qué robusto brío, qué decisión más tenaz que
la del acero de la mejor espada se alientan en vosotras cuando nos
favorecéis con el premio inestimable de vuestra aprobación. Loor
a vosotras, señoras nuestras, luz y decoro de la raza, alegría de la
vida. Por vosotras, salud!”5.

4. SARLO, Beatriz. Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930. Buenos Aires:
Ediciones Nueva Visión, 1988. pp. 32-33.
5. “Discurso del doctor Laureano Gómez”. Ilustración Nariñense, No. 54, julio de 1934
196 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

La vuelta al campo –afirma Sarlo– “pareciera garantizar que lo co-


nocido y experimentado, cuya base son las costumbres legitimadas en
razones más trascendentes que los intereses individuales enfrentados,
recuperan un lugar y una vigencia. No es sorprendente que esta valoración
del pasado tenga como promotores a intelectuales de origen rural: más
bien sería extraño que sucediera lo contrario”. Un columnista del diario
El Derecho expone cómo la sumisión de la mujer a las normas paternas
haría que se conservara esa ¨edad dorada¨ campesina, vista con nostalgia
ya que permitiría que el pueblo nariñense se mantuviera como pueblo
tranquilo y encerrado en sí mismo:
“La mujer nariñense educada bajo el poder absoluto del padre al
modo latino, es sumisa, poco amiga de exhibición y constante hasta
en el sacrificio del amor. Todas las cualidades anotadas han dado por
resultado, un pueblo tranquilo, luchador e inteligente, que se aferra
profundamente a sus ideales y que vive su propia vida encerrado
dentro de si mismo. Lo abrupto de las montañas y la falta de vías de
comunicación, han favorecido esta característica, que desaparecerá
poco a poco, al ponerse en contacto con el mundo”6.

¿Debe o no ingresar la mujer a la Universidad?


En 1928, la Revista Universidad, que dirigía Germán Arciniegas,
agitó el tema del porvenir educativo y cultural de la mujer colombiana
mediante un cuestionario que remitió a distintos intelectuales de la
sociedad bogotana. Las preguntas formuladas fueron: “¿Las disciplinas
universitarias de la mujer reportarán ventajas al país, y a nuestras damas
en particular? ¿Será posible que ellas se dediquen a estudios superiores?
¿Estos estudios superarán a sus capacidades intelectuales? ¿Cuál será
la mejor y más práctica forma de tal innovación educativa? ¿Con qué
dificultades sociales podrá tropezar la mujer colombiana para asistir a la
Universidad? ¿Qué consecuencias tendrá para los profesores varones la
competencia de las mujeres doctoras en Derecho, Medicina e Ingeniería?”7.
El ingeniero y matemático Jorge Álvarez Lleras, aunque valoraba la
capacidad intelectual de la mujer colombiana, expresaba que:
“este reconocimiento no nos obliga a desear que nuestras esposas,
las madres de nuestros hijos, las reinas de nuestros hogares, se
conviertan en ingenieras, médicas o jurisconsultas, por la sencilla
razón de que los doctores de esta tierra, sean médicos, ingenieros
o abogados, se han convertido en una plaga social que amenaza
las instituciones vigentes y puede convertirse en un pauperismo
de levita, en un proletariado intelectual, que es el que hace las re-

6. Periódico El Derecho, No. 692. Pasto, 2 de noviembre de 1933, p. 2.


7. ALVAREZ LLERAS, Jorge. “La mujer moderna y la universidad”. Revista Universidad,
Bogotá, 2ª época, No. 65, 21 de enero de 1928, pp. 38-39.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 197

voluciones. Bajo este punto de vista, mi respuesta a sus preguntas


últimas es negativa, pues si tan mal nos va con las universidades
para machos […] ¿qué nos sucedería si las doncellas timoratas
abandonaran el hogar para convertirse en picapleitos? Dios nos
tenga de su mano, ya que ante tamaña contingencia sucumbiera
la nacionalidad sin remedio”8.
El citado Álvarez Lleras concluía su escrito afirmando que la mujer
colombiana no debe recurrir a las aulas universitarias, “no por ser ella
inferior al varón, […] sino precisamente por ser muy grande su superiori-
dad y porque su destino en una sociedad embrionaria, como la nuestra, es
de altísima importancia, como educadora y moralizadora de los hogares
y fuéra de éllos”9.
Una encuesta similar fue aplicada por la Revista Universidad a di-
ferentes damas de la sociedad bogotana. Una de éstas, identificada con
el seudónimo “La dama del antifaz”, opinaba que “las mujeres no deben
entrar a las universidades, por múltiples razones. Ante todo, [porque] el
papel de la mujer en la vida es ser mujer […] Una muchacha que sigue
una carrera, pierde mucho de su delicadeza y de su gracia […] La enfer-
mería, el arte, la enseñanza, etc., son campos en los que debe entrar la
mujer con absoluta franqueza. Pero nada que parezca rudo, nada que se
acerque a la brusquedad, porque entonces, ¡ay de ellas!”10.
En la coronación de la Reina de los Estudiantes, Luis López de Mesa
expuso un criterio diferente frente a la educación de las mujeres, que
presagiaba los cambios que impulsarían los gobiernos liberales de la
siguiente década:
“Es el día de la mujer colombiana. Vuestra misión […] ¡oh Reina!
es la de abrir nuevos horizontes de estudio y de trabajo a las mu-
jeres de Colombia: la universidad, normales de seria preparación
docente, institutos de técnica industrial y comercial, bachillerato…
arrinconamiento de este dorado embuste de los colegios femeninos…
Y vosotras, mujeres de mi patria, tenéis que pedir para vuestro de-
coro de seres libres el goce de una ciudadanía perfecta, la igualdad
ante la constitución y las leyes de Colombia: no más maridos tuto-
res, políticos tutores et caetera tutores, que os están desvalijando
con inefable ternura. Ante la constitución y las leyes de Colombia
el concepto de ciudadanía se entiende por igual para ambos sexos.
Hé aquí la carta magna de vuestra liberación. A quien otra cosa os
diga, tenedlo por sospechoso de entendimiento o de intenciones”11.

8. Ibid., p. 39.
9. Ibid.
10. “Encuesta femenina de Universidad. Contestación de La dama del Antifaz”. Revista Uni-
versidad, Bogotá, No. 91, 21 de julio de 1928, pp. 66-67.
11. LÓPEZ DE MESA, Luis. “Mujer, patria y cultura”. Revista Universidad, Bogotá, No. 91, 21
de julio de 1928, p. 62.
198 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

En mayo de 1935, el Centro Jurídico de la Universidad de Nariño


abrió un Concurso femenino sobre la base de “si puede y debe entrar o no
la mujer a la Universidad”. La premiación del concurso se llevó a cabo en
la celebración del onomástico del rector, Julio César Moncayo Candia, y
allí resultaron ganadoras las señoritas Luz María Solarte Álava, Josefina
Gómez Jurado y María Gómez Jurado.
La primera ganadora consideraba que la mujer debe ingresar a la
universidad “a fin de obtener conocimientos de todo orden que la tornen
apta y capaz de afrontar toda labor útil, moral y estética, con los cuales
pueda dirigirse e influir enérgicamente en las sociedades. […] El hombre
tiene profundos ideales, pero entre ellos debe figurar el de admirar a la
mujer ilustrada y capaz, antes que admirarla en su sola belleza física”12.
Josefina Gómez, quien obtuvo el segundo premio expresaba: “A la hora
presente, creo que la mujer colombiana debe sentir un vago y suave
viento de renovación que la llama a dedicarse al cultivo de las letras y la
ciencia para cooperar con eficacia al engrandecimiento patrio, como lo
han sentido las mujeres europeas, muchas de las cuales al atender a ese
llamamiento, han llegado a ser la honra de sus naciones y las portaestan-
dartes de civilizaciones avanzadas”13.
Unos pocos meses después, un grupo de señoritas solicitó a la Uni-
versidad de Nariño la apertura de cursos en la Facultad de Comercio,
solicitud que fue atendida por el rector Moncayo Candia, con la creación
de las cátedras de mecanografía y contabilidad mercantil, especial para
señoritas. La aprobación de los cursos de la Escuela de Comercio tuvo una
respuesta muy favorable entre la población femenina, con la asistencia
de 33 estudiantes matriculadas. Esta experiencia permitió que al año
siguiente, las jóvenes decidieran ingresar, ya no a cursos aislados sino al
Programa de Comercio, en conjunto con los demás estudiantes, dándose
así la aparición formal de la coeducación en la Institución14.

El caso del obispo y la Universidad de Nariño


Un evento que interrumpe la incorporación de la mujer a los espa-
cios públicos que comenzaban a abrirse para ella en los años treinta, es
el que ocurre el 1º de enero de 1937, cuando el obispo de Pasto, en la
celebración religiosa, dio a conocer una pastoral en la que censuraba el
sistema de la coeducación instaurado en el plantel universitario durante
el rectorado de Julio César Moncayo. La decisión de aceptar el ingreso
de las alumnas a la Facultad de Comercio había contado “con el aplauso

12. SOLARTE, Luz María. “Concurso Femenino. Primer premio”. Anales de la Universidad de
Nariño. Pasto, No. 12, mayo de 1935, pp. 476-477.
13. GOMEZ JURADO, Josefina. “Segundo Premio. Debe o no la mujer ingresar a la Universi-
dad?” Anales de la Universidad de Nariño. Pasto, No. 12, mayo de 1935, p. 479.
14. HERNÁNDEZ, Gabriela. La mujer en la Universidad de Nariño. 1936-1969. Pasto: Editorial
Universitaria, 2004. pp. 70-72.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 199

y la cooperación social que era de esperarse para medida tan acertada”.


En igual forma continuó bajo los rectorados de los señores Sergio Elías
Ortiz, Miguel Ángel Álvarez e Ignacio Rodríguez y, en el año académico
en curso, el sistema había proseguido sin censura eclesiástica alguna,
“pues jamás la Universidad dio motivo alguno para ello”15.
El prelado condenó públicamente la medida de la coeducación, y
ante el temor de que otras instituciones educativas siguieran el ejemplo
decidió prohibir:
“BAJO PENA DE PECADO MORTAL, a los padres y madres de familia
que continúen enviando a sus hijas a la Universidad, mientras no se
les dé a ellas separadamente la enseñanza. Esta prohibición y bajo
la misma gravedad la hacemos extensiva a todos los establecimientos
de nuestra Diócesis en donde se quiera implantar la coeducación”16.
Ante la censura, el rector de la Universidad, Miguel B. Muñoz, “sin
previa consulta al Gobernador del Departamento, ni al Consejo Univer-
sitario, ni al Director de Educación, precipitose a pactar con el señor
Obispo de la Diócesis, en el sentido de dividir las clases en la Universidad
de acuerdo con los sexos. Semejante actitud del señor Rector mereció la
improbación del señor Gobernador del Departamento y del Director de
Educación Pública, tan pronto como aquel funcionario, en forma privada
dio cuenta de su actitud”17. El director de Instrucción Pública y presiden-
te del Consejo Directivo de la Universidad, Ignacio Rodríguez Guerrero,
citó a reunión con el fin de “no ratificar la apresurada determinación
del Rector, y mantener sus prerrogativas en asunto que le incumbía por
entero a la entidad”18. Este episodio culminó con la renuncia del rector.
La respuesta del doctor Rodríguez Guerrero de no aceptar intromi-
sión de la curia en las decisiones de la Universidad fue una demostración
práctica de la concepción liberal que impulsaba la preparación de la mujer
nariñense en las aulas universitarias. El pronunciamiento del Consejo
Directivo ante el Ministerio de Educación resaltaba que el público había
acogido “con beneplácito esta innovación trascendental en nuestros sis-
temas educativos, que daba oportunidad a la mujer nariñense de adquirir
una adecuada preparación que la capacitaría para afrontar con ventaja los
diarios problemas de la vida moderna, en toda clase de actividades, y así

15. RODRÍGUEZ GUERRERO, Ignacio. Informe que el Director de Educación Nacional del
Departamento de Nariño rinde al señor Gobernador. Pasto: Imprenta del Departamento,
1937.
16. RODRÍGUEZ GUERRERO, Ignacio. “Orientación Universitaria”, Anales de la Universidad
de Nariño, Nos. 13-15, septiembre y octubre de 1941, p. 288, citado por Gabriela HER-
NÁNDEZ, “Ignacio Rodríguez Guerrero 1909-1983”. Personajes importantes en la historia
de la Universidad de Nariño. Pasto: Universidad de Nariño, 2001. p. 138.
17. RODRÍGUEZ GUERRERO (1937), Op. cit.
18. RODRÍGUEZ GUERRERO, Ignacio. “La Universidad de Nariño”. En: Geografía Económica
de Nariño. Pasto: Editorial Sur Colombiana, 1961. pp. 279-280, citado por HERNÁNDEZ,
Gabriela, Personajes importantes en la historia de la Universidad de Nariño, Op. cit. p. 139.
200 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

colmáronse las aulas universitarias con un selecto grupo de señoritas que


acudieron a recibir las enseñanzas que se daban en el plantel, en forma
absolutamente correcta, adecuada y conveniente”19.
En 1948, con el regreso del conservatismo a la dirección del Esta-
do, se observa una vuelta al aseguramiento de la subjetividad femenina
dentro de los cánones impuestos por las relaciones de poder, clase y
diferenciación de género. Se avivó la necesidad de transmitir un ideario
sobre el papel de la mujer en el espacio doméstico, al tiempo que se re-
quería contrarrestar el impulso del “feminismo”, que amenazaba el ideal
de mujer decimonónica tipificada en “el ángel del hogar”. La “Página del
hogar” del diario El Derecho presentaba estas reflexiones:
“Lo esencial está en ver las cosas claras. La mujer fisiológicamente
está en inferioridad de condiciones, debe ser protegida de acuerdo a
ellas. Moralmente debe cimentar su vida en el sacrificio y el renun-
ciamiento; pero no con resignación de mártir, sino con convicción
de criterio. Lo que llamamos sacrificio es una autoeducación; una
aproximación a la perfección; un callarse a tiempo para hablar a
su hora, un renunciar a lo pequeño para lograr lo importante, un
ceder en ocasiones, para tener el derecho de reclamar en otras. En
una palabra: renunciar a la pequeña satisfacción, la del detalle,
la que conforma al hombre, muchas veces, para obtener de él la
comprensión en lo mayor y el respeto en lo fundamental.
Y quién se anima a objetar que este inteligente renunciamiento a la
igualdad con el hombre, en los fútiles derechos que solo contentan
la parte material, la miseria de la personalidad es rendirse y vivir
esclavizada? Y creemos que a todo esto el lector comprenderá nuestra
posición en el problema […] No se perderá su feminidad si se encara
el problema, no como una igualdad de la mujer al hombre, porque
esto no sería protegerla, sino aumentar su inferioridad específica,
sino compensándola, protegiendo sus condiciones esenciales de mu-
jer; y formándole una mentalidad tal, que comprenda que igualarse
al hombre en todo, es hacer antifeminismo”20.
En su empeño por “reconstruir el hogar”, El Derecho publicó un ar-
tículo en el que hacía responsables a las mujeres por las deficiencias que
experimentan los hombres en el gobierno del Estado, debido a la salida de
la mujer por fuera del hogar y el desequilibrio social que esto generaba:

19. RODRIGUEZ GUERRERO (1937), Op. cit. Un caso digno de mencionar, al referirse a la
formación de las mujeres, es el de Orfelina Díaz de Calvache, quien realizó estudios de
obstetricia en el Ecuador, mediante una beca otorgada por la Gobernación departamental.
En 1930, ofrecía sus servicios como “Profesora de Obstetricia, graduada en la Universidad
Central del Ecuador”. Su labor como partera fue muy conocida y solicitada en la ciudad
de Pasto. “Orfelina Díaz de Calvache”, El Derecho, No. 113. Pasto, 26 de enero de 1930. p.
3.
20. BERRUTI PELEGRINO, María. “En torno al feminismo”. El Derecho, No. 4329. Pasto, 12
de enero de 1948. p. 1.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 201

“La mujer está perdiendo el hogar. Se está volviendo nómade; el


desasosiego la lleva de una parte a otra sin que sepa exactamente si
busca o si huye. En el hogar tenía su residencia, su sede y su trono.
Desde él atraía y gobernaba constituyendo uno de los centros de
gravitación de la sociedad; la política y los negocios atraían a los
hombres pero no llegaban a absorberlos totalmente como ahora,
porque desde el hogar ejercía una atracción no menos poderosa
la mujer. El equilibrio social era mantenido por el contrapeso que
hacían la calle y el hogar […]
Murillo Toro dijo que “sin virtudes privadas no hay virtudes públi-
cas”. Por tanto, si la mujer no educa y no gobierna en el hogar, el
estadista no puede educar y gobernar en el Estado […] El desaso-
siego, la inestabilidad, constituyen el fondo psicológico de la mujer
moderna; para encontrarla no hay que ir a su hogar que es donde
menos permanece. Hay que buscarla en la fábrica, en el cine, en el
cabaret, en la piscina, en la playa, en los salones de bridge, en las
peluquerías o en la aglomeración de las calles mendigando miradas
y elogios”21.

La entrada de las mujeres a lo público a través de la escritura


El eje afuera/adentro es una clave para entender no solo los procesos
de la historia de las mujeres sino también su práctica escritural. La re-
lación casa-mujer no es tan cierta si se tiene en cuenta que muchísimas
mujeres han trabajado por fuera del espacio doméstico; más bien habría
que pensar que, en la mayoría de los casos, el espacio doméstico como
característico del reino de lo femenino, es una manifestación de la ins-
tauración del capitalismo y de una sociedad burguesa22.
Sin embargo, si la casa es el espacio de las mujeres burguesas son
precisamente éstas las que se escapan de ella por medio de la escritura.
“El sufrimiento por salir de lo sagrado y el goce de vivir en espacios nue-
vos hace que, para las mujeres el acto de escribir resulte tanto del logro
como de la renuncia, de lo cual se deriva la ambivalencia de sus textos.
En efecto, muchos de ellos oscilan entre el adentro y el afuera, el ser y
el deber ser para mostrar que el precio que se paga por combinar mujer
con escritura es muy alto”23. El campo literario era percibido como un
espacio masculino, al que con timidez se acercaban las mujeres, cuidando
siempre de inscribirse en las orientaciones consideradas como legítimas
en el marco social.

21. “Reconstruir el hogar”, El Derecho, No. 4354. Pasto, 10 de febrero de 1948, p. 1.


22. ROBLEDO, Ángela Inés. “Escritoras de la nación. Apuntes sobre la construcción de una
simbólica de lo reprimido”. En: Memorias IX Cátedra anual de historia “Ernesto Restrepo
Tirado”. Mujer, nación, identidad y ciudadanía: siglos XIX y XX. Bogotá: Ministerio de
Cultura, 2005. p. 195.
23. Ibid., p. 196.
202 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 203

El espacio público no es hospitalario con la presencia femenina,


situación que explicaría que las dos únicas formas aceptables de un
yo femenino público, hasta las primeras décadas del siglo XX sean “el
convencionalismo efusivo” de las poetisas, y “el de las educadoras, que
transmiten, en vez de convenciones estéticas, convenciones éticas. Esta
doble figuración social es la forma de los obstáculos a partir de los cuales
las mujeres ingresan en la esfera pública y la cultura”24. Según Carlos
Rincón, la única forma en que las mujeres podían tener participación
en los géneros literarios eran los géneros de intimidad (cartas, etc.). La
religiosidad y el sentimentalismo son las dos caras de la domesticidad.
A las poetisas serias les estaba reservado el manicomio y el suicidio25.
En los documentos revisados para esta investigación, se observa
con frecuencia la publicación de poesías en periódicos y revistas de la
ciudad, remitidas por mujeres, alternando con las producciones de los
escritores regionales. Las autoras de las poesías usualmente son profeso-
ras de instituciones educativas y/o pertenecen a los sectores sociales más
favorecidos de la fortuna; sin embargo, no se conoce si hubo participación
de mujeres del pueblo raso en este campo. Por lo general, el interés se
centra en la poesía y con muy poca frecuencia aparecen contribuciones
de otros géneros literarios.
La revista Ilustración Nariñense, en 1945, hace una relación de las
prosistas y poetisas de Nariño y, de paso, menciona la poca atención
prestada a la producción literaria femenina, aspecto que se corresponde
con una nación que ha hecho invisibles a las mujeres, ellas son “no-per-
sonalidades, no presencias a las cuales constantemente se les ha negado
el uso de la palabra”26.
“Poca atención se ha dado a las producciones literarias del bello
sexo; y sin embargo, tenemos prosistas y poetisas que bien merecen
ocupar puesto de honor en el Parnaso de Nariño y algunas de ellas
en el Parnaso Nacional. Entre las poetisas cuyas producciones han
sido bien recibidas del público intelectual, recordamos por ahora
los nombres de las siguientes: Blanca Ortiz de Sánchez Montenegro
(Tumaco), Rosario Conto de Cabrera, Emma Medina de Moncayo,
Cecilia Guerrero Orbegozo, Mariana Gómez L., Josefina Moncayo de
Guerrero, Josefina Villota P., Josefina López Rendón, Marina Apráez
(religiosa misionera) Rvda. Madre Teresa (franciscana Túquerres)
Maruja Hinestrosa de Rosero Rivera, Alicia Eraso de Garzón, Berta
del Río (Barbacoas), Carmen Elisa Guerrero N., Esperanza Delgado
Guzmán, Martha Díaz del Castillo”27.

24. Silvia Molloy, en su ensayo “Dos proyectos de vida: Norah Lange y Victoria Ocampo (Fi-
lología, XX, no. 2), citada por Beatriz Sarlo, Op. cit. p. 70.
25. Entrevista a Carlos Rincón, Berlín, noviembre de 2009.
26. ROBLEDO, Op. cit. p. 197.
27. “Antología de poetisas nariñenses. Florilegio”, Ilustración Nariñense, No. 92, noviembre
de 1945, pp. 23-25.
204 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

La acogida que tenía la poesía y la narrativa corta refleja el pensa-


miento de la época sobre la actividad cultural de las mujeres y sobre los
temas y estilos que debían utilizar en sus creaciones literarias; sus limi-
taciones de tiempo, espacio y preparación les impedían dedicarse a obras
de mayor envergadura28. En cuanto al paradigma de feminidad vigente,
debe resaltarse que estaba asociado estrechamente con la anhelada “sa-
cralidad”, por lo cual la mayor parte de la producción de poesía femenina
es de carácter religioso o exalta la sensibilidad. Magdala Velásquez dice
al respecto:
“[La] producción literaria femenina estaba regida por austeros cá-
nones formados por el ideal de feminidad que imponía una serie
de convencionalismos en la forma y en los temas. Marcados por el
ideal femenino de la ingenuidad y por la negación de sus pasiones,
las mujeres expresaban una poesía acartonada por la espirituali-
dad, el pudor, la exaltación ilimitada de la maternidad y de todos
los demás valores que se imponían como paradigma femenino”29.
El reconocimiento social de la poesía femenina, que expresaban los
periódicos con almibarados conceptos, no se traducía en la participación
de las mujeres en los espacios que agrupaban a los escritores de la región.
En septiembre de 1945 se instaló la Asociación de Escritores Nariñenses,
organismo que tenía como finalidad representar al gremio de escritores
del departamento y que agrupaba a “todas aquellas personas que hubieran
publicado o estén para publicar una obra original, en verso, prosa, sea de
historia, de sociología, o de cualquier otra materia”30. Entre los asistentes
al evento de fundación de la Asociación no se menciona ninguna mujer.

Las mujeres y las milicias católicas


Durante la República Liberal la Iglesia tuvo que acopiar una gran
cantidad de estrategias para mantener centrada la atención de la población
en sus dictámenes, pues el liberalismo había llevado el discurso social

28. JARAMILLO, María Mercedes y OSORIO DE NEGRET, Betty. “Escritoras colombianas del
siglo XX”. En: Las mujeres en la historia de Colombia. Tomo III, Mujeres y Cultura. Santafé
de Bogotá: Consejería Presidencial para la política social, 1995. p. 166.
29. VELASQUEZ TORO, Magdala. “Condición jurídica y social de la mujer”, en Nueva Historia
de Colombia, Vol. IV, Bogotá, Planeta, 1989. p. 41, citado en María Mercedes Jaramillo,
Op. cit. p. 167.
30. “Quedó formada la Asociación de Escritores Nariñenses”. El Derecho, No. 3710, 10 de
septiembre de 1945, p. 5. En este comentario se menciona la necesidad de fundar este
organismo ya que los escritores “han vivido en una perpetua anarquía distanciándose
indiferentes los unos de los otros. Se procedió a la elección de la mesa directiva, habiendo
resultado elegidos por unanimidad los siguientes conocidos escritores: Presidente: Ale-
jandro Ortiz López, Vicepresidente: Alberto Montezuma Hurtado, Secretario: Edmundo
Medina; Tesorero: Alfredo Burgos, Vocales: Plinio Enríquez, Efraín Córdoba, Sergio Elías
Ortiz, Jorge Delgado Gutiérrez, Juan Álvarez Garzón, Francisco Álvarez Pérez y Manuel
Quiñones”
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 205

a la plaza pública y amenazaba con destruir el entramado social armado


por la Iglesia, mediante el cual había configurado y creado la gramática
sobre la que se asentaba la sociedad31. Desde el inicio de los gobiernos
liberales, tanto Olaya como López buscaron mantener relaciones de
equilibrio con la Iglesia, evitando tocar las prerrogativas eclesiásticas,
con lo que estaban demostrándole al clero que podía continuar con sus
actividades. Sin embargo, por más que el gobierno trató de mantener la
paz religiosa, la Iglesia y el partido conservador utilizaron la posición
anticlerical de los liberales para atacarlos, aunque éstos aclararan en sus
discursos “no ser ateos, sino solo propiciadores de la separación entre el
clero y el Estado”32.
El “terror rojo” se apoderó de la Iglesia al observar el surgimiento ace-
lerado del comunismo, partido que apoyaba las reformas constitucionales
del gobierno de Alfonso López Pumarejo. Medidas como la redistribución
de tierras y la consagración institucional de derechos laborales a los traba-
jadores coincidían con las tesis del Estado Benefactor que hacían carrera
en Estados Unidos33. La tensión se elevó al máximo con la propuesta del
gobierno para la Reforma Constitucional de 1936 que suprimía el nombre
de Dios “como fuente suprema de toda autoridad tal como había sido
consagrado desde 1886 en el preámbulo de la Constitución” 34. Por otra
parte, la intención de instaurar el divorcio y el matrimonio civil fue otro
factor que introdujo fuertes desacuerdos.
El proyecto de reforma constitucional fue visto como una grave
amenaza contra los intereses religiosos del pueblo colombiano, hecho
que suscitó la organización de manifestaciones públicas y reclamos por
parte del clero. Éste, aunque tenía prohibida la participación en política,
hacía todo lo contrario, en especial el clero de Boyacá, Nariño, Antioquia
y Santander, “defensores de los preceptos intransigentes del catolicismo
e incitadores de actos violentos”35.
“Con listas que se han dado en llamar las milicias católicas, el clero
viene entorpeciendo la política del partido conservador y sembrando
la cizaña en las actividades de la Republica […] Por el contrario,
el clero ha de ser lazo de unión y de armonía ciudadana y llevar

31. ARCE FUSTERO, Gustavo. “Anticlericalismo, secularización y violencia: algunas pautas


de historia comparada entre España y Colombia (1930-1948)”. En: BIDEGAIN GREISING,
Ana María y DEMERA VARGAS, Juan Diego (comps.). Globalización y diversidad religiosa
en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2005. p. 155.
32. FIGUEROA, Helwar Hernando. “Cambio de enemigo: de liberales a comunistas. Religión
y política en Colombia, años cuarenta”. En: BIDEGAIN GREISING, Ana María y DEMERA
VARGAS, Juan Diego (comps.). Globalización y diversidad religiosa en Colombia. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia, 2005. p. 168.
33. RUIZ VÁSQUEZ, Juan Carlos. Leopardos y tempestades: historia del fascismo en Colombia.
Bogotá: Javegraf, 2004. p. 101
34. Ibid., p. 113.
35. FIGUEROA, Op. cit. p. 168.
206 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

la paz al hogar colombiano, si queremos que sean a su vez respe-


tados y acatados socialmente. […] El clero colombiano ha estado
acostumbrado a intervenir en todos los problemas de orden político,
sembrando la discordia y el desconcierto en la atmósfera nacional”36.
La formación de la Acción Católica fue la respuesta de la Iglesia
colombiana para combatir a la izquierda en el terreno de la movilización
de masas. El creador y principal artífice de la política de esta asociación
fue el arzobispo coadjutor de Bogotá, Juan Manuel González Arbeláez
quien, con parte importante del clero, tomó una posición beligerante en
contra de los esfuerzos por implantar una legislación laica durante los
gobiernos liberales de los años 30 y acogió preceptos de extrema derecha
que provenían de Europa.
La Acción Católica, con una marcada radicalización y violencia
latente, se alió con el partido conservador, evidenciando su carácter
contrarrevolucionario y desestabilizador del movimiento liberal. “La
actitud amenazante de la Acción Católica y la línea corporativista en el
seno de la Iglesia estuvo reforzada por otras dos vertientes ideológicas:
la tradicional y la franquista”37. Esta corriente ideológica dentro de la
Iglesia, se caracterizó por defender el franquismo y tomar partido por los
Nacionalistas durante la Guerra Civil Española.
“La separación natural entre el Estado y la Iglesia, llevada a cabo
por los gobiernos liberales en España y Colombia ponía en entre-
dicho el poder atávico de los religiosos. En esa medida, la Iglesia
hacía una analogía a la vez simple y directa entre la República
Española y los gobiernos liberales, por un lado, y los nacionalistas
y los conservadores por el otro. Esta idea predominante, cobró más
fuerza cuando numerosos religiosos españoles buscaron refugio en
América Latina y expusieron a diestra y siniestra la persecución de
que eran objeto en su tierra”38.
La campaña desplegada para lograr el favor de la población, en es-
pecial de las ciudades pequeñas y del campo, fue la utilización masiva
de las publicaciones y demás medios de comunicación,
“Para ello se utilizaron diversas publicaciones con un tiraje total de
ciento veinte mil ejemplares (44 semanarios, 60 revistas mensuales
y 13 quincenales). Se repartieron radios entre los campesinos, tal
como lo había hecho el Ministerio de Propaganda Nazi en Alemania.
La “Voz de Colombia” y más tarde, la Radio Sutatenza fueron los
medios de difusión de las principales ideas de la Acción Católica.
La Iglesia era propietaria de 150 salas de cine y un número indeter-
minado de bibliotecas donde solo se podía leer literatura autorizada

36. “Las Milicias Católicas”. El Radio, No. 283, 15 de julio de 1935, p. 3.


37. RUIZ, Op. cit. p. 104.
38. Ibid., pp. 107-108.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 207

por el Papa. Al mismo tiempo se buscaba congregar a la población en


sindicatos de obreros, asociaciones femeninas, juventudes católicas
(los Yocistas) y grupos de devoción. En 1938, la Acción de González
había asegurado la adhesión de cien mil simpatizantes”39.
Monseñor González utilizó la Acción Católica como un movimien-
to violento de respuesta militar a la vertiente anticlerical; “el lenguaje
exacerbado del presbítero era un claro llamado a la violencia en donde
se ordenaba a los católicos “derramar hasta la última gota de sangre” en
defensa de los postulados de la Iglesia”40.

Señorita doña Mimí Guerrero Córdoba, proclamada reina de la simpatía en esta ciudad, en el
concurso abierto por las Damas de la Caridad.
Fuente: Revista Ilustración Nariñense.

39. Ibid., p. 102.


40. Ibid., p. 115.
208 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

La sección femenina de la Acción Católica tuvo un importante des-


empeño en la ciudad de Pasto, cuyo trabajo se divulgaba a través de la
Revista Ideal Femenino, dirigida por Cecilia Guerrero Orbegozo y Eloísa
de Conto. La institución denominada “Damas de la Caridad” fue funda-
da el 1 de julio de 1935, por monseñor González, y estaba compuesta
por el consejo general, comité revisor de pobres, comité de propaganda,
comité de granero, comité del ropero, comité de protección de presos,
comité de sufragios, comité de colectas, comité de desayunos y comité
de construcción41.
La revista Ideal Femenino acogió íntegramente las orientaciones del
fundador de la Acción Católica y en sus crónicas se observa el lenguaje
militarista impulsado por el padre González. Se refieren, por ejemplo, a
que el “ejército femenino” tenía a la vanguardia a la “falange de Hijas de
María y de la Juventud Católica Femenina”42, y los mensajes evidencian la
lucha contra el comunismo y los factores de modernización de la sociedad:
“Antiguamente cuando la escuela era cristiana, cuando las niñas
eran todavía las niñas clásicas, tímidas y ruborosas, la Iglesia les
pedía su concurso, y muchas lo daban. Pero hoy día que el laicismo
se ha trocado en intransigente fanatismo, hoy día que el paganis-
mo nos invade por todas partes, hoy que las jóvenes tienen tanta
libertad e información de todo, tienen que reconocer también que
disponen de más medios de acción y tienen más urgente deber de
prestar su concurso […] Sólo ellas pueden ser la luz, la pureza, la
sal, el fermento que levanta la masa, y que los hogares de mañana
no pueden ser ni valer sino lo que sean y valgan ellas mismas. Ah!
Si conocieran bien el programa de las sectas anti-cristianas y anti-
patriotas, que reconocen hoy día que la revolución y el trastorno
social es imposible mientras no se alista, como en Rusia, la mujer
del pueblo y no se desmoraliza la mujer de sociedad…”43.

La situación de España se mencionaba con frecuencia en las crónicas


de la prensa. Ideal Femenino en mayo de 1937 se lamentaba de los “huér-
fanos de España”, quienes sufren la mayor de las calamidades, desde que
“llegó un día fatal para su patria infortunada”44. El Derecho con frecuencia
incorporaba artículos sobre la guerra civil española, en los que destacaba
la figura de Francisco Franco. Mussolini también inspiró a los católicos de
la época. El periódico El Apóstol del Sur destacó una frase de Mussolini,
a manera de enseñanza a tener en cuenta:

41. ORTIZ LÓPEZ, Alejandro. “Bella Institución”. Ideal Femenino, Pasto, No. 5, Oct. de 1936.
42. “La fuerza del apostolado femenino”. Ideal Femenino, Pasto, No. 8, enero de 1937, pp. 7-10
43. “La fuerza del apostolado femenino”. Ideal Femenino, Pasto, No. 8, enero de 1937, pp.
7-10.
44. CELY, Ruth. “Los huérfanos de España”. Ideal Femenino, No. 12, mayo de 1937, p. 1
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 209

Hijas de María del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús - Pasto. Fuente: Revista Idearium.

“EL PRESTIGIO DE LA CRUZ debe ser reconocido y sancionado por


el Estado. He restablecido EL CRUCIFIJO en los tribunales y en las
escuelas, y me propongo restablecerlo en el Parlamento. Pero ¿Qué es
la fe sin las buenas costumbres? Por eso procedo con toda severidad
contra los que traten de pervertir a mi pueblo, pues pervirtiendo lo
debilitan y disuelven”45.
Las directrices de la Acción Católica impulsaron el ataque a la acti-
vidad de la lectura, al punto que el incipiente acercamiento a los libros
que había incentivado la República Liberal se vio acorralado por el pro-
nunciamiento del obispo Diego María Gómez contra la prensa, quien,
apoyado en los conceptos de León XIII, le atribuían a la lectura “la mayor
parte de los males que afligen a la sociedad en la hora presente”46.
“De cuatro medios principales se sirve hoy el demonio para combatir
la obra de Jesucristo: la enseñanza laica, que aspira a formar gene-
raciones de ateos, la prostitución, que socava por igual la grandeza
de las almas y la energía de la raza, el cine inmoral, que fomenta
todos los vicios y enseña todos los crímenes, y las malas lecturas, o
sea esa prensa que al mismo tiempo que envenena las inteligencias
y corrompe los corazones arrebata a los hombres el más preciado
tesoro y los precipita por la pendiente de todos los males.
Debemos convencernos de esta verdad: el problema de la prensa, es
hoy más que nunca, un problema de vida o muerte. Si nos oponemos a

45. Cita de Benito Mussolini. El Apóstol del Sur, Pasto, Año I, 22 de agosto de 1935.
46. “Pastoral del Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Diego María Gómez T. con motivo de la Cuaresma
de 1940”. Ideal Femenino, Año IV, Nos. 40 y 41, enero y febrero de 1940, pp. 21-22
210 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

la prensa mala, salvaremos la sociedad: si dejamos el campo abierto a los


enemigos de Cristo, a los que traen como piqueta demoledora una pluma
envenenada, ellos, con hipocresía y con maña, pero de manera firme y
certera acabarán por arrancar del alma colombiana esa fe divina, que ha
sido en todo tiempo el secreto de nuestra grandeza”47.

Biografía de dos poetisas nariñenses


Cecilia Guerrero Orbegozo (1913-1951)
Cecilia Guerrero Orbegozo nació en Pasto en 1913, y sus padres fueron
el general Benjamín Guerrero y Mercedes Orbegozo. Estudió en el Liceo de
la Merced, regido por las religiosas Franciscanas48. Se la consideró poetisa
mística49 y una de las escritoras mas reconocidas de Nariño. Escribía con
frecuencia versos en los periódicos y revistas culturales que se editaban
en Pasto, con una factura precisa y correcta, que “respiraban emotividad”;
una de sus mejores composiciones estuvo dedicada a Simón Bolívar50.
Víctor Sánchez Montenegro resaltó sus poemas en estos términos:
“[…] está el sello de su hidalga estirpe inconfundible por su pureza de
inspiración y por lo elevado de su estro que parece desconocer las hue-
llas de la tierra. Vive su verso en la contemplación de la divinidad y por
ello, sus poemas místicos tienen la cumbre de las solitarias montañas
que siempre están mirando al sol”, pero al mismo tiempo hizo una reco-
mendación, “[…] gusta de los temas trascendentales que los expone con
alguna extensión, a veces un poco fatigante. Sería de desear la síntesis
en la inspiración, y que sus bellos poemas no se diluyeran en las disqui-
siciones líricas, para concretarse a los temas profundos hechos a base de
síntesis de sonética expresión”51.

47. Ibid.
48. Poetisas de Nariño. Pasto: Biblioteca Popular Nariñense, 1979. s.p.
49. En la poesía “Las Doce” se revela su tendencia hacia la poesía mística: “Yo en nada veo
vileza; para mí todo es bello, / y en todo considero del Creador un destello. / Y las cosas me
llevan al Señor Soberano, / a aplaudir su belleza y a bendecir su mano. /Y entonces, ¡Qué
delicia! ¡Me siento tan chiquita/ cuando a mi ser comparo su grandeza infinita”. Citado por
Manuel Antonio Villegas. “La poesía de Cecilia Guerrero Orbegozo. Cultura Nariñense,
Pasto, Vol. IV, No. 39, septiembre de 1971. pp. 56-57.
50. Este poema lo tituló “Ultimo Aliento” que en algunas estrofas dice así: “Al rumor discreto
y rítmico de un reloj que lento oscila,/ casi extinta, casi yerta, se divisa en su pupila/ la
señal de los que pronto de la vida han de partir./Frente al mar, sobre la tierra de San Pedro
Alejandrino,/ yace el cuerpo del guerrero que juró en el Aventino/del vil yugo del esclavo
liberarnos o morir…./Tras el último suspiro del Titán, todo enmudece:/ Desde el trueno
pavoroso que retumba y ensordece, / hasta el péndulo mezquino del monótono reloj. /
Se conmueven los cimientos de la tierra granadina,…/ y cual huérfanas sollozan en la
América Latina, / cinco hermanas desoladas que su acero libertó… En: Boletín de Estudios
Históricos”, Pasto, Vol. IV, Nos. 39-40, diciembre de 1930. p. 172.
51. Sánchez Montenegro, Víctor, “Prólogo“, Albán Ramos, Teófilo, Poesías, Biblioteca de Au-
tores Nariñenses, Vol. II, Pasto, Imprenta Departamental, 1949. p. CXXXIX.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 211

Cecilia Guerrero Orbegozo

Fue Dama de la Caridad, fundadora y directora de la revista Ideal


Femenino52, órgano de la Acción Católica. Inició las primeras labores
de esta publicación, con colaboraciones que abarcaban tanto “lecciones
seguras para la práctica de la vida cristiana y orientaciones nuevas para
la restauración social” como poesía “llena de sentimiento, de ternura, de
arte de vida y de armonía”53.
Cecilia le cantó a las experiencias cotidianas de la región; como en
“Inga Guarmi” que reprodujo en la expresión indígena la prevención de
una india frente a la mirada, tal vez insinuante, de un blanco:

52. Fue codirectora por más de un año de esta publicación mensual a cargo de las Damas
de la Caridad; su retiro se produjo por cuestiones de salud. “Cecilia Guerrero O.”, Ideal
Femenino, Pasto, Año II, No. 13, junio de 1937. p. 22.
53. “Cecilia Guerrero O.”, Ideal Femenino, Pasto, Año II, No. 13, junio de 1937. p. 25.
212 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

“Mijur sería qui il blancu


dejara di mirarmi;
cun él no han de casarmi
sino con Jansasoy.

Mi van a dar chamicu


para que yo lu quiera.
Pegarmi si este viera
mi taita el Sibundoy”54.

Otro referente del mismo estilo lo constituye “Entre Ñapangas” donde


se resaltan las expresiones del hablar campesino corriente en un diálogo
entre jóvenes vecinas alrededor del entusiasmo que despiertan los ojos
claros de un joven gitano:
¡Elay! … vos no sabís nada.
Llegaron ayer gitanos.
y del llano en todo el centro
sus viejas toldas templaron.

Y a verlos juí … Las gitanas


con que ojos que me miraron,
envidiosas de mis trenzas
y mi pañuelón bordado.

¡Y hubieras visto una cara


de un jovencito gitano! …
Yo pensé ver dos luceros,
y eran sus dos ojos garzos.

Dispués en toda la noche


no dormí… siempre pensando…
así como cuando se oye
un sereno en nuestro barrio.

De vos también me acordaba,


Por eso te hei convidado:
Verís cómo le hago dengues
al pailero de ojos garzos”55.

54. Poetisas de Nariño, Op. cit. p. 25.


55. Poetisas de Nariño, Op. cit. pp. 21-22.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 213

Se decía de ella que mantenía una comunicación interna con la poesía


y se le atribuía una especial percepción para captar, casi que fotográfica-
mente, la belleza para interiorizarla y expresar sus vivencias interiores.
“Hay que estar muy alerta para este flujo y reflujo que siente uno al ir
leyendo a Cecilia. Tan pronto va uno de fuera adentro como de dentro a
fuera. La misma belleza, dialogando con Cecilia, le dice:
Más, si llamarte quiero,
yo te hablo en voz muy baja
cuando en profunda soledad te encuentras
en tus noches tranquilas y calladas;
y entre el hondo mutismo de la noche
mi voz llega elocuente hasta tu alma.

Belleza por fuera, por dentro, hacia dentro. Belleza siempre.


- ¡Yo te he sentido!
- Y ¿Tú recuerdas cuando?
- ¿Cuándo? Fue en ese entonces,
ahora y siempre”56.

Trabajó como funcionaria en la Universidad de Nariño, y se destacó


por la predilección por la niñez; se dice que conservó un espíritu infantil
toda su vida, característica que le permitió desarrollar actividades para la
distracción de los niños y para participar con ellos en sus diversiones57.
Murió cuando apenas contaba con 38 años, en un accidente en la vía
a Chachaguì, el 21 de agosto de 1951. Parece que adivinó su partida, por-
que en los últimos días “tuvo un arraigado presentimiento de su muerte,
la cual le llegaría el momento menos pensado. Esta preocupación que le
aguijoneaba de continuo su espíritu la llevó a hacer testamento de sus
bienes”58; dejó un libro inédito59, “Rimas tuyas y mías”60.

56. VILLEGAS, Op. cit. p. 56.


57. GUERRERO, Ligia de, “Srta. Dña. Cecilia Guerrero Orbegozo”, Ilustración Nariñense, Pasto,
No. 106, septiembre de 1951. p. 29.
58. Ibid., p. 29.
59. Algunas de las poesías de este libro son las siguientes: “Ofrenda”, “Las Doce” (auto sem-
blanza), “La Carcajada”, “Entre Ñapangas”, “A un roble”, “Su Testamento”, “Inga Guarmi”,
“Quo Vadis … ?”, “Mi Venganza”, “Atahualpa”, “Canción de Belén”, “Como ese can”, “El
llanto del Maestro”, “Ellos … son Pocos”, “Plegaria del indio solo”, “Magníficat”, “Marcha
Legendaria”, “La roca de Las Lajas”, “Ultimo aliento”, “La Estancia Solariega”, “Invitación”,
”Tu y Yo”, “Cosmos”. Poetisas de Nariño, Op. cit. pp. 16-52.
60. ECHAVARRIA, Rogelio, Quién es quién en la poesía colombiana, Bogotá, Ministerio de
Cultura, Ancora editores, 1998, http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/quien/quien8b.
htm Consultado 10-01-2010.
214 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

Emma Inés Medina Madroñero (1913-1984)


Emma Inés Medina Madroñero nació en Funes el 24 de septiembre
de 1913, hija de Rodolfo Medina Martínez y María de Jesús Madroñero
Ricaurte; su madre se graduó como educadora en la Escuela Normal de
Popayán. Cuando la familia se trasladó a Pasto, Emma Inés tuvo la oportu-
nidad de estudiar la primaria en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús,
regentado por la comunidad Bethlemita. Realizó los estudios secundarios
en la Escuela Normal de Señoritas, fundada en Pasto en 1906, donde
obtuvo el título de Maestra de Escuela Superior. Posteriormente ganó un
concurso que le permitió disfrutar de una beca del gobierno departamental
para perfeccionar sus estudios de pedagogía en el Instituto Pedagógico
Nacional de Bogotá61, convirtiéndose en la primera mujer nariñense que
obtuvo el título de Institutora Nacional62.
A su regreso a Pasto, en 1935, la nombraron como profesora de la
Escuela Anexa a la Normal de Occidente, donde asumió la dirección del
cuarto grado; en 1937 como un reconocimiento a su talento y aptitudes
pedagógicas la escogieron como directora de la Escuela Anexa, en rem-
plazo de la pedagoga María Luisa de Peña63.
Durante un tiempo estuvo vinculada a la Secretaría de Educación de
Nariño en las pruebas de grado en las Escuelas Normales de La Cruz y El
Tambo, para luego volver a su tarea docente como directora del Colegio
María Goretti; en 1964 actuó como maestra fundadora del Liceo de la
Presentación. Finalmente, fue nombrada directora de la Escuela Urbana
de Niñas No. 2, donde terminó su tarea formal de educadora64.
Al tiempo que fue una educadora de grandes méritos, fue una poetisa
de gran emotividad65. Desde su puesto de maestra en la Normal de Oc-
cidente, escribía versos emotivos con “pétalos de luna”; publicó algunas
poesías con un estilo novedoso en el que campeaba la metáfora66. En
algunas estrofas de la poesía “Antojos” se pueden apreciar sus virtudes
poéticas:
“Oye:
Quiero ser sueño,
música y vino!

61. ARTHURO BRAVO, Jorge A., Hombres ilustres de Nariño III, San Juan de Pasto, 2008, pp.
125-126.
62. Poetisas de Nariño, Op. cit. s.p.
63. Revista Ideal Femenino, Pasto, Año II, No. 13, junio de 1937, p. 9.
64. ARTHURO, Op. cit. p. 128.
65. NARVÁEZ CHAVES, Eudoro. Personajes Nariñenses. Pasto: 1992, p. 148
66. ORTIZ LOPEZ, Alejandro, “Literatos del Cincuentenario”, Revista de Historia, Vol.V, Nos.
30-31, Pasto, 1954. p. 267.
MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 215

Sueño para cerrarte


los ojos.
Música para dormir en tu oído.
Vino para acercarme a tu boca.

Oye:
Quiero ser pétalo,
ánfora y trino!
Pétalo para enredarme
en tus risos.
Trino para arrullar
tu cansancio.
Ánfora para calmar tus anhelos”67.

Quienes han escrito sobre las poetisas nariñenses la consideran


“como una consagrada literata de alto vuelo y de inspiración profunda”;
se sugería que sus poemas fueran leídos en voz baja para que llegaran a las
profundidades del alma, “en donde se filtran la belleza del pensamiento
y la pureza de las metáforas selectas”68. En su composición “Ruego por
el alumno que murió” volcó toda la carga emocional que liga a la maes-
tra con sus alumnos y puso al descubierto los hilos sutiles y fuertes que
trenzan la aventura del enseñar y el aprender:
“Señor:
Yo era feliz con ellos.
Llegaban a mi escuela
cuando alegres los pájaros
rompían el silencio
y me dejaban sola
cuando volvía la noche
a su cuna de estrellas.

Yo amaba a mis alumnos.


Pero la muerte un día
despetaló unas manos,
paralizó unos labios
y levó hacia otro puerto
los barcos de unos ojos …

67. NARVÁEZ (1992), Op. cit. pp. 148-149


68. SÁNCHEZ, Op. cit. p. CXXXX.
216 ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA

Señor:
Se fue a tus pomares
mi discípulo bueno!
Sal, piadoso, a su encuentro.
Te avisará que un día
la vida hizo pedazos
mis ánforas de sueños.
Te contará que, tristes,
murieron mis rosales.
Sal, Señor, a esperarlo.
Te lleva los collares
que formé con mi llanto!
Sal, Señor, a su encuentro
y déjalo junto al fulgor
de tu costado!”69.
Los poemas de Emma Inés fueron publicados en las páginas literarias
de la prensa regional como Ilustración Nariñense, La Doctrina, El Derecho
y El Radio. El 4 de abril de 1984, a los 71 años, murió esta educadora que
supo transmitir armonía y musicalidad en sus poemas. Sus obras: Cara-
vana de Insomnios y Selección poética, publicada un año después de su
fallecimiento, donde se recoge lo mejor de su legado poético.

BIBLIOGRAFÍA

ARTHURO BRAVO, Jorge A., Hombres ilustres de Nariño III, San Juan de Pasto, 2008
BIDEGAIN GREISING, Ana María y DEMERA VARGAS, Juan Diego (comps.). Globaliza-
ción y diversidad religiosa en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2005
ECHAVARRIA, Rogelio, Quién es quién en la poesía colombiana, Bogotá, Ministerio de
Cultura, Ancora editores, 1998, http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/quien/quien8b.
htm Consultado 10-01-2010.
GUERRERO, Gerardo León (comp.). Personajes importantes en la historia de la Universidad
de Nariño, San Juan de Pasto: Editorial Universidad de Nariño, 2001.
HERNANDEZ, Gabriela. La mujer en la Universidad de Nariño. 1936-1969. Pasto: Editorial
Universitaria, 2004
JARAMILLO, María Mercedes y OSORIO DE NEGRET, Betty. “Escritoras colombianas del
siglo XX”. En: Las mujeres en la historia de Colombia. Tomo III, Mujeres y Cultura. Santafé
de Bogotá: Consejería Presidencial para la política social, 1995
Poetisas de Nariño. Pasto: Biblioteca Popular Nariñense, 1979. s.p.

69. Poetisas de Nariño, Op. cit. pp. 73-74.


MANUAL HISTORIA DE PASTO - TOMO XIII 217

ROBLEDO, Ángela Inés. “Escritoras de la nación. Apuntes sobre la construcción de una


simbólica de lo reprimido”. En: Memorias IX Cátedra anual de historia “Ernesto Restrepo
Tirado”. Mujer, nación, identidad y ciudadanía: siglos XIX y XX. Bogotá: Ministerio de
Cultura, 2005.
RODRÍGUEZ GUERRERO, Ignacio. Informe que el Director de Educación Nacional del
Departamento de Nariño rinde al señor Gobernador. Pasto: Imprenta del Departamento,
1937
RUIZ VÁSQUEZ, Juan Carlos. Leopardos y tempestades: historia del fascismo en Colombia.
Bogotá: Javegraf, 2004
SÁNCHEZ MONTENEGRO, Víctor. “Prólogo”. En: ALBÁN RAMOS, Teófilo. Poesías. Bi-
blioteca de Autores Nariñenses, Vol. II, Pasto: Imprenta Departamental, 1949.
SARLO, Beatriz. Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930. Buenos Aires:
Ediciones Nueva Visión, 1988.
SILVA, Renán. República Liberal, intelectuales y cultura popular. Medellín: La Carreta
Editores E.U., 2005.

Archivos:
Archivo Histórico Municipal de Pasto
Archivo General del Departamento
Archivo Universidad de Nariño

Revistas:
Anales de la Universidad de Nariño 1935
El Apóstol del Sur 1935
Boletín de Estudios Históricos 1930
Cultura Nariñense 1971
Idearium. Pasto, 1936-1938
Ilustración Nariñense 1934, 1945, 1951
Ideal Femenino 1936, 1937, 1940
Universidad Bogotá, 1928

Periódicos:
El Radio 1935
El Derecho 1930, 1933, 1945, 1948

Entrevista
Carlos Rincón, Berlín, noviembre de 2009.

También podría gustarte