Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Genero y Justicia Transicional E 4
Genero y Justicia Transicional E 4
En los últimos años, tanto académicas y académicos como activistas han mostrado que los
crímenes de guerra contra las mujeres no son una mera casualidad o la consecuencia
indirecta de un conflicto armado. Por el contrario, las mujeres y las niñas son
intencionalmente identificadas como objetivo de guerra, para luego ser sometidas a un
sinnúmero de formas de abuso sexual. Quienes estudian estos fenómenos señalan que la
violencia sexual contra mujeres y niñas en conflictos armados persigue, por una parte,
desmoralizar o destruir al enemigo, y, de otro lado, entretener o recompensar a los
combatientes. Pese a la gravedad y extensión del abuso sexual contra mujeres y niñas en
conflictos armados, y al hecho de que su ocurrencia no es un fenómeno nuevo, sólo la
jurisprudencia de los tribunales penales internacionales ad hoc para la Ex-Yugoslavia y
Rwanda estableció reglas firmes de derecho internacional que caracterizan la violencia de
género como una modalidad de crimen de lesa humanidad, instrumento genocida, tortura y
crimen de guerra. 3 Este desarrollo del derecho internacional penal fue llevado un paso más
adelante con la adopción del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, el cual
*
Profesor Instructor. Facultad de Derecho, Universidad de los Andes, Bogotá, D.C., Colombia.
1
Catharine A. MacKinnon, Sexual Harassment of Working Women. A Case of Sex Discrimination, New
Haven: Yale University Press, 1979.
2
Véase Kelly D. Askin, War Crimes Against Women. Prosecution in International War Crimes Tribunals, La
Haya: Martinus Nijhoff Publishers, 1997.
3
Véanse los fallos Prosecutor v. Akayesu, septiembre 2 de 1998, ICTR-96-4T; Prosecutor v. Delalić et al.,
noviembre 16 de 1998, IT-96-21-T; Prosecutor v. Furundžija, diciembre 10 de 1998, IT-95-17/1-T;
Prosecutor v. Kunarać et al., febrero 22 de 2001, IT-96-23-T y IT-96-23/1-T; Prosecutor v. Kvočka et al.,
noviembre 2 de 2001, IT-98-30/1-T.
indica, por una parte, que la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el
embarazo forzado, la esterilización forzada o “cualquier otra forma de violencia sexual de
gravedad comparable” son crímenes de lesa humanidad o de guerra (artículos 7-1-g y 8-2-
b-xxii), y, de otro lado, establece reglas de procedimiento y prueba aplicables, de modo
especial, a la persecución, investigación y juzgamiento de crímenes que impliquen
violencia sexual (Estatuto de Roma, artículo 68; Reglas de Procedimiento y Prueba, reglas
70 y 71). Finalmente, esta tendencia del derecho internacional fue recogida por la
Resolución No. 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 4 en la cual se
reconoció “el hecho de que los civiles, y particularmente las mujeres y los niños,
constituyen la inmensa mayoría de los que se ven perjudicados por los conflictos armados”,
y se afirmó el compromiso de la ONU con la participación de las mujeres en los procesos
de paz y en su acceso a mecanismos de resolución de conflictos y a los programas de
reparación que se pongan en marcha para restablecer a las víctimas de los conflictos
armados.
4
Doc. S/RES/1325 (2000).
5
Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado, Mujer y conflicto armado. Cuarto informe sobre violencia
sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia, Bogotá, 2004, pp. 84, 89.
6
Ibid., pp. 79, 84.
7
Vale la pena anotar que la Corte Constitucional, en la sentencia T-453 de 2005, dio un paso importante al
interpretar el régimen probatorio aplicable a los delitos sexuales a la luz de las disposiciones internacionales
proceso de implementación de la Ley de Justicia y Paz debería ser aprovechado, por una
parte, para capacitar a los jueces penales encargados de aplicarla en las distintas y
complejísimas cuestiones derivadas de la investigación y juzgamiento del tipo de delitos
sexuales que darían lugar a la aplicación de los beneficios que establece esa ley, y de otro
lado, para iniciar un proceso de reconstrucción de la memoria colectiva que ponga en
evidencia la forma en que la violencia sexual contra mujeres, jóvenes y niñas ha sido
utilizada por los actores armados como instrumento de terror y de guerra. Sólo medidas de
esta clase, serán capaces de reparar y restablecer la dignidad de las mujeres, niñas y jóvenes
que han sido víctimas de una de las modalidades más perversas y atroces de delitos de
naturaleza internacional.
que protegen a las víctimas de violencia sexual. Sin embargo, es menester tener en cuenta que esta sentencia
no se refiere a un delito sexual cometido por una persona perteneciente a un grupo armado.