Está en la página 1de 2

INSTITUTO CHAMPAGNAT -PASTO

ÁREA DE ETICA Y VALORES

Guía de ESTUDIO sobre ÉTICAS DE MÍNIMOS Y ÉTICAS DE MÁXIMOS


Grado: OCTAVO
Propósito: IDENTIFICO Y COMPARO LAS FORMAS DE ETICA Y SU RELACION CON LA DEMOCRACIA

ASPECTOS CONCEPTUALES O METODOLÓGICOS

ETICAS DE MÍNIMOS Y ÉTICAS DE MÁXIMOS

En la construcción de la moral o ética cívica, se ha señalado la importancia de diferenciar y tener en cuenta las
relaciones de mutua necesidad entre una ética de mínimos y una de máximos, lo que permite, no caer en las
trampas del monismo moral (actualmente indefendible y alejado de la realidad), del politeísmo axiológico (que no
permite a los diferentes grupos de ciudadanos construir nada conjuntamente) y del binomio «moral privada» y
«moral pública» (para que toda moral es, en última instancia , pública).

Una ética mínima, como su nombre indica, tiene que ver con la determinación y construcción de los mínimos de
justicia compartidos y por debajo de los cuales una sociedad consideraría que ha caído «por debajo de los mínimos
de moralidad». Se pretende ampliar progresivamente estos mínimos consensuados, tanto en su contenido como
en el número de personas de la comunidad global que los acepta. Esta ética mínima es hoy los derechos humanos
de las primeras tres generaciones y los valores de autonomía, igualdad, dignidad, beneficencia, justicia y
solidaridad. A la ética mínima también se le llama ética cívica, ética pública, ética de los ciudadanos.

Una ética mínima es lo que permite respetar y alimentar activamente una ética máxima. Por ética máxima o de
máximos entiende los variados proyectos de vida, los diferentes máximos de felicidad y de sentido de la vida de las
personas y grupos, las ideas o creencias propias o del grupo al que perteneces que no necesariamente tienen que
compartir los otros y que, a pesar de no hacerlo, es posible convivir con ellos para que se avienen a los mínimos
compartidos.

La ética de mínimos se ocupa de lo que es exigible a cualquier ser racional, es una ética de justicia. En
cambio, éticas de máximos son las que ofrecen un modelo, un ideal de vida buena, e invitan a tomarlo como
orientación de la conducta. Ese modelo o ideal no se exige, porque la felicidad no se puede exigir, a la felicidad se
invita.

La justicia es el ámbito de las exigencias y de las normas de la razón práctica que exige atenerse a esas normas
(ética de mínimos). La felicidad es el terreno de los consejos para ser feliz; no se puede exigir ser feliz (ética de
máximos).

Relación de estas Éticas:


1. Relación de no absorción: Ningún poder público –ni político, ni cívico- puede prohibir las propuestas de
máximos que respeten los mínimos de justicia contenidos en la ética cívica. Y ninguna ética de máximos debe
intentar absorber la ética civil anulándola, porque entonces instaura un monismo moral intolerable.

2. Los mínimos se alimentan de los máximos: las exigencias de justicia las podemos compartir con relativa
facilidad, pero no tenemos que compartir necesariamente sus premisas o sus fundamentos, que ya pertenecen al
ámbito de los máximos. Los diversos proyectos de felicidad de una misma sociedad alimentan así los mínimos
exigibles.
3. Los máximos han de purificarse desde los mínimos: por ejemplo, entre los cristianos no se puede olvidar la
justicia con la coartada de la caridad.

4. Evitar la separación. La ética se compone de máximos y de mínimos. La distinción no implica separación como si
fueran cada una alternativa a la otra. Una ética de máximos que se considere autosuficiente, ajena a las exigencias
de justicia, podría acabar identificando a su Dios con cualquier ídolo, sea su interés egoísta, sea la nación, sea la
preservación de sus privilegios, y olvidando las exigencias de justicia.

5. Toda moral es pública

Hay quien habla de moral pública y privada como dos tipos de ética, entendiendo la moral pública como una ética
estatal, ética política legitimada por las instituciones democráticas y que se acaba plasmando en las “leyes
jurídicas”; morales privadas serían las no- estatales, las no-políticas.

Hay que tener buen cuidado en no confundir los términos. La ética de mínimos es una ética pública y cívica; de los
ciudadanos porque señala lo que es de justicia, lo que se puede exigir a todos los ciudadanos en una sociedad
pluralista. No es lo mismo “pública” que “estatal”, porque la ética pública es la que hacen los ciudadanos, no la
que hace el estado que lo que debe hacer es respetar a aquella, la de los ciudadanos. No se debe identificar ética
pública y ética estatal. El Estado no establece las exigencias éticas, sino las jurídicas.

En realidad, toda moral es pública tiene vocación de presentarse en público (pero no vocación de estatalidad); en
este sentido se puede decir que no hay morales privadas. También las éticas de máximos, que son propuestas de
felicidad para cualquier persona, han de poder manifestarse en público, por tanto, son públicas, aunque sus
seguidores sean muy pocos. Que no sean exigencias de justicia no quiere decir que no puedan y deban ser
propuestas como invitación a seguir en busca de la felicidad.

Por tanto, no debe hablarse de moral pública y morales privadas, sino de ética pública cívica común de mínimos y
éticas de máximos, que, aunque no sean comunes, también son públicas. Públicas las dos, estatal, ninguna.

Camilo Santander
Docente de Ética y Valores
ASPECTO EVALUATIVO
Desarrollo de guía de trabajo y evaluación de clases de éticas y su relación con la democracia
REFERENCIAS BIBLIGRÁFICAS

NOMBRE COMPLETO DEL DOCENTE FECHA


José Camilo Santander Mesías 21 de abril de 2020

También podría gustarte