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EL DOMINIO

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- DEL

AIRE
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EL DOMINIO
DEL AIRE
General GIULIO DOUHET

EL DOMINIO
DEL AIRE

Traducido por el Comandante


JOAQUIN SANCHEZ DIAZ

MADRID
1987
La edicio·n de este !ih ro ha ;ido posible lracias a !a amable
concesi,in de !a ,,Rfrista ,-\eronáutica Italiana».

Edira: lnsriruro de Hisroria y CuJcura Aeronaunc:11


l.S.B.N.: 84-505-4398-J
Depósito legal: :111-39555-1987
NIPO: 099-87-050-i

Instituto de Historia y Cultura Aeronáutica

fndustrias Gráficas CARO. S. L.


Calle D. nave 5 (l'olíg. lnd. Valleeas)
28031 MADRID
pg

NOTA BIOGRAFICA

G1ulio Douher n,tce e:! 10 de .\Ltyo de 1869 en Caserm. en el seno de


un.i familia p1,m1onres,, .
.\.'Limero uno en d curso Je l.t ,-\udt:mia ,\lilicar Je Arcillería e Ingenie-
ro~ ele ,\llídena. s,de Clln el _.:rad1, de Subcenieme. Consigue. inmediaramen-
n: despu<:s. el docwr.tdo en ingeniería por el Politécnico de TurÍn presen-
c.tndu una resis Sl>bn: el «C,ilculo de llls mocores rocacivos,, que es su prime-
r.t publicacilín de car.Ícrer esrricramence técnico ya que sus escudios se
u:ncraban sobre la mec;Ínica en _.:c:rn.:ral con especial énfasis en lo rdereme
a ,tunimoviles v a\·iont:s. ·
Desde 1909 comienza a definir su ceoría sobre la potencialidad del medio
,t<:reu: pern los ensayos técnicos son slÍlo una parre de la actividad de escri-
eor de Dohuer que tiene una gran pasión por escribir y erara de casi codo:
comedias. aui:obiografías escenograficas, sátiras milicares, ecc. Publica, canto
en periódicos como en revistas especializadas, numerosos artículos en los
que dt:ja parence su pasilín por el vuelo Jel que exalta sus uracrerísritas
y subraya su pocencialiJaJ. Sus tsfficos, sobre codo los de aviación, logran
obcener un gran eco en sus lectores: su modo de expresarse evita la::; gran-
Jes Jisquisiciones cécnitas. lo que permite a los menos informados en el
nuevo medio aéreo. comprender cornlmenre al aucor.
Debido a esca ti.irma original de escribir es por lo que, aún hoy, aparece
accual pur su modo de expresarse, por esa manera de presencar el pensa-
mienrn que no se encreriene en his particularidades, no titubea en los cla-
roscuros y no se desvía nunca de la meca prefijada.
En 19!0 obtiene el ascenso a Coman<lance del Batallón de Aviadores;
su nue\·a acti\·iJad no le impide. sin embargo. dedicarse a nuevas obras li-
terarias. En esce periodo publica «Nurmas para el empleo de los medios
ac:reos t:n _l!Lit:rr.t .. ~- ,tpur::.t inno\·aciont:s en el B,tcallón de carácrer récnico.
cumo m,iquinas p:tra focografías aéreas y un aernpE.tno cDn alas de inciden-
cia variable.
)unro .i Gi.1nn1 Capr<>ni rraba¡,t l:n Li L·onsrrucLin11 ,k· nucn,s anop/a-
nos cnn la cspt::ranza Jt:: puJc.:r obrt:m:r de la in¡..:L·nit:ria ,tl:ron,tunc,t. rc:Lit:11- · ·
Ohsrin,tdo en sus decisiones · -· . • frc:nre a h· i"norancia
e 1nrr,ms1ge11re e- _ Je
rt:ml:nrt:: ti>rmaJa. los aeroplanos c.1pacc.:s de: producir h>s rt::stdr,tdos qut:: · 1 ¡ e bren
sus su pt::riores. u>nsrruyo e aenip ano qu o _ _l , lrí-1 unL
gran
_
ex1ro Jurante
¡_ _ p
el hab,-a fijaJo u>mo hip1íresis t:n su rt::ori"a y yul: l:Sraba pc.-rt<:cc"ionandp .¡ ¡,rim-:r contlicru. urilizaJo por las trop,1s 1ral1anas y las al1auas. ero<l en
c:n aqudla época. l¡9¡~ para sus superiores esr~ aemplanos1gn1hcma · · ·· . ' so ¡.amen re un acco e
Esra ,1criviJaJ tue, sin embargo, inrerrumpida como cons<:cu<:ncia ,le insubordinacion r pllr ello tue suspenJ1Jo del c.ir¡!D. --P
un acro que estuvo muy cerca dt:: ser calific,1do c1>mo de insuborJinaci<in: r Al comienzo dt::I primer rnn:1icro '.1°1un<li,d tue Jesign~~oJe_fe :e EsraJ~
iunro a Caproni consrruyó un prororipo Je ,11:roplano cuando habia si 'o .\[· . ¡. l·t)- ., Di\·isicín Je fntanreria y mas tarde e¡erc10 el car~o de Co
' ,I\Or l t ' . . f J 1916
ya c.'.ncel.iJo el proyecro, el Caproni 300. un bombarJero de gran r,tdio de ma~dance Je un r<:¡!imienro Je infanrería Je nueva creac10n: a_ 1~es e _
acuon. del XII Cuerpo
t.ue promovr-·J o,•t]"t;..
._ ._ Jel Esrado ~favor
. . Je E¡erc1ro
. en Car
.
He aquí como se expresó Dohuer en la revisra lI Dovere en un arrículo nia. Es exactamente Juranre la ,i.:uerra cuando tiene lugar la p_r_1mera con-
Jel 12 Je agosto Je 1920 sobre el origen Je ,!quel aeroplano: .. En ,1qudlos rmversia enrre Dohuer y sus superiores a cerca Je la conJucuon J~I ~on-
Jias el único ingeniero aeron;Íurioi que era c.1paz de hacer voiar adc:cuad,1- tlicro: sus críricas. dirigiJas la mayoría Je las v<:ces al enrnnces m'.n!stro
mence un aparato era Cap ron i ( ... J. Yci apoyé sus c:sruJios r sus esperanzas de b Guerra Lt:oniJa Bissolari. se c:onvierren para sus_ ~upenores :n calum-
llevaJas a cabo con los mínimos medios ( ... l. A finales Je 191:; el ingeniero nias a la auroriJaJ milírnr y le cuesran un proceso rn1l1rar y un ano en pn-
Caproni me había hablaJo Jel proyt:cro Je un ,l.!ran apararo r~imorc;r_ Fsro. silín en el Fuerrc: de Frenesrrelle.
en aquelJos días, represenraba una noveJaJ récnica ( ... ). El buen senrido Li mas,iue de ¡ 9 ¡-¡ confirma sus críticas y Giulio Douhe'. fué reclama-
me Jecía que raJ proyecro, en el caso Je que fuese un éxiru. había supuesro do para el. ser\·tuo · · por e¡ Gener,1-1 o·-7
1a_, _y· fué
_ nombraJo J1reccor de_ los
un gran paso hacia adelanre Je la aviación{. __ )_ Por ello animé al ingeniero St::n·icios Técnicos Je! ComisariaJo Aeronaunco en 1918. Pero en el m1~mo
Caproni en sus esrudios. En los primeros meses Je 1914 el proyecro esrab~ año interrumpe su carrera presenranJo la c.frn:1-isión en el nue}~ srVl~l?-
rerminado y se J_ebía pasar al experimenro prácrirn. Hechos los cálculos En la urra de Jimisión se reafir.ma en_s~ toral t.e en la ca~ac1J_a __ e me~~
para obrener una mayor economía, se requirieron 15.000 liras al ministe- aéreo· «Yci he afirm,1Jo siempre (escnbw. Douhet) qu~ la Av1,ac1_o_n pu. ~
rio para su financiación(. __ ). Pero el ministerio sólo ponía JificulraJes (._.)_ l)r,•<rar · "randes serv1c10s
· · a la guerra Y pue Je ser un raccor, c.iec1s1vo
__ d para. ~,
El riempo pasaba. El int!eniero Caproni se irriraba. Yo me encargué Je que la '-J
vicroria:"' ..
he hecho Je esra ahrmac10n. • -
el tun J,,imenro mas rir me e m1
emprenJiera la consrrucción del apararo bajo mi responsabiliJaJ (. ..l Cuando fe Jesde hace más Je Jiez años y he sacrificaJo mucho a esra fe. Deseo
el ingeniero Caproni me comenraba los progresos Je su rrabajo, nuesrra ima- que roJos los aconrecimienros que vengo padeciendo no me ha~an renegar
ginación volaba v pensábamos cuámlu sería posible rener una ''ran c.:scu,1- Ll,, mt· •e; nue 1--m- e~ r:i,ís profund:! que n11:1ca. Pe~o mdepend1encem en~e
dra de aeroplan¿s potenres. con los que poJer corcar las com~:icaciones Je... l1l que " · ser un senrirnienco de orgu ll o pe:sona 1, creo que
' · pueJiera
, . e 1 pa1s
a
enrre la monarquía ausrro-húngara y Trenro». riene el derecho Je exigir que sus recursos sean mane¡ados de la me¡or form
. «Si hubiésemos renido al comienzo Je la guerra un cencenar o más J~. ,oosibJ~ - v, no puede permanecerinJiterenre anee las cosas que rengo la con-
vicc10n Je yue son errores».
Caproni HP y los hubiésemos empleaJo para corrar las únicas Jos comu-
nicaciones Je Tremo. éste hubiera caíJo fácilmenre en nuestro poder. El Continuó su acriviJaJ Je escriror publicanJo numerosos arriculos ~n
aparaco se finalizó e hizo la primera prueba (con complero éxicoJ en no- la revisra ¡¡ Dovere (funJaJa por él en abril de 1919! y ~n 1~)5 en la Rev1s-
viembre de 1914, (. __ ) demosrranJo una calidad superior a la de cualquier rn Aeron,Íutica.. Pnnnpa
· · lmenre en esra, u'lrim-1~, publica . escncos que Lse con-
apararo exisrenre C.. ). Me senrí pues muy feliz cuanJo pude anunciar al · · famosos:
verrirían en rexros · n « L·a A rm aJa Aerea» , en l928
en 19 ~. _ " a con-
minisrerio que las primeras pruebas Jel 300 HP habían sido un éxiro; Pro- uisra JeJ dominio Je! aire", «Pobab[es aspectos d~ la guerra tucura:,, «_Do-
puse, una vez JefiniJo el apararo. construir rápiJamenre una cierra canci- 'm1n10
-1 · · en vez Je ~·up~ri.tir,·J·td
.. , aérea remporal ,u- local1zada», «Conrraotens1va»
.
JaJ, alreJeJor de 2-t La propuesra. no foe reniJa en consiJeración. El nuevo v en 1929 «Resisrir en la superficie y formar masa en el aire".
aparato no ruvo siquiera el honor de una visira oficial ror p:.trre del mi-
n1sreno.,_ . Dur·inre esr<: riemrn. a la visra Je! éxiro que obruvo su Jocc:ina, IJ?
.
sólo en [rali,1 -
sino rambién en el exrranjero. f ue· nom b_ra_uo' G ~nt:ra I Je
_ _Bn -
·
gaJa con etecros ·
rerroacrtvos J esL¡e 191'•. }, en 19 -7 1 fue abolida la m¡usra
10
scrirc11c1.1: l'Sí,l .!l1rmab,1 que d .1..:ro de ··líl~llhnrdi11,1uPI1 .. h.1h1.1 s:,lo fl',ill-

zado .. unicarncnrc por ,unor .1 la parri,1 ...


En el mismo ,1ño. corno ,Kro de.: rc:paracion de la injusrici.1. el .\linisrc-
riP de b Guerra publicaba su rexro más signific1rivo. es dc.:cir... El dominio
del aire--: Jos ,1ños más carde. por indicación de !ralo Balbo. fu<.: uead,1 el
:\rm,1 Aeronáurica inJepenJienre. como Dohuer babia <lese,1do. :-S:.1cia de
l.i fusión <le los elemenros Je las fuc:rzas aéreas yue esraban de ,loraciiín
en t:I Ejérciro y en la Marina: la Rc.-gia Aeronáurica dependía exclusi\·,tmen-
re Je:[ ComisariaJo. equiparable en sus funciones a un minisreno. Dohuer
\·e brillanremenre culminadas sus ideas y sus sugerencias al tomarse en con-
sideración su idea m,is famosa. la insrirución Jd «So!JaJo Descunocido,-
(propuesra en la revisra ll Dovere el I0-7-J920J e inmediaramc:nre .1Jopra-
da en Francia. Inglarerra y Estados Unidos y eres años más r,1rde en Italia.
Giulio Dohuer muere el 1-'i de Febrero Je 1930. en Alb,ino. c:erc.1 de: LIBRO PRIMERO
Roma.

PARTE I

LA NUEVA FORMA DE LA GUERRA~

12
CAPITULO I

LOS N"CEVOS MEDIOS TECNICOS

La aviación. al abrir un nuevo campo de ,u.:cicín. el aire. debía llevar


hombre:: ne::cesariamtnre a barirse rambién en él, porque, allí dondo los
,lÍ
hombres puedan enfrtnrarse, !a lucha es inevirable.
Y. de:: hecho, anees de que !a aviación fuera utilizada de algún modo
par.1 usos civiles. st usaba desde hacia riempo para fines bélicos, y a ello
I
conrribuyó de manera pucicular el escallido de la gran guerra, la cuatre-
su!ró dertrminance tn una época en la que la aviación incipience buscaba
aún su camino.
1

i
i
El hecho de cener a su disposición. casi de improviso, un nuevo medio
de guerra, de caráccer no perfectamenre definido y" con unas caracceríscicas
I compleramence discincas de las de los orros medios de guerra, debía inevi-
cablemenre producir. como produjo. una serie de incertidumbres respecro

r a su empleo.
AJ nuevo medio se le vió, fundamenralmenre, como algo que podía ayudar
_./

y facilitar el empleo de los ocros medios de guerra ya exiscenées y, durance


largo ciempo se negó incluso la posibilidad de la lucha en el aire.
Puesto que el avión controla la sicuación desde arriba y dispone de una
gran velocidad de rrasbción, una de !as primeras ideas que surgieron fue
la de ucilizarlo como medio de concrol de riro de:: la artillería. Como desde
arriba no sólo se ve:: bien, sino que cambién se puede atacar el blanco con
facilidad, y dado que el avión pue::de sobrevolar !as líneas enemigas. se pensó
en usarlo como mtdio para aracar al adversario en sus líneas o incluso más
allá, pero a esre tipo de acciones nunca se !e dio una gran imporcancia,
rambién porque al ?rincipio. los aviones m,is uri!izados -los aeroplanos-
no podían cransporrar más que un ptso pequeño de:: maceri;les ofensivos.

15
Pc:r,, puc:sro que sc: s111rio la neces1,Ltcl Je re,tcclllll.tr u,nrr.t (u,tk¡uic.:r En ral ciso. esra t"uerz,t ai:re,t di:bc:. higicament1:. um1pararse al Ejércirn
an itin llt:vada a c,tho por c.:l 1:nc.:rni.i..:o. r,1mhi(:n se rn.:u.:siní <>ponerse.: ,1 bs ,· a la M,1rina. en idénricas condiciones que ,u.¡uéllos.
au.:ionc:s ,u:n:as i:nc:migas y: dc: este modo. n,1cii:ron las dden:;as ,mri,táeas fa·idt:ntemenre, el Ejérciw y la Marin,t. es decir, aquéllos que com?aren
y la dc:nominada ,tviaci<Ín de: caza. en rierra O aquéllos que combaten en e[ mar. deben operar pe~s1gu1enJo
Pocu a pou,. para rc:spondc:r a las nc:ci:siJaJes ,tác:as. foc: n1:cesario acrc.:- una finalidad únic.t: la de vencer y para ello deben actuar coor<lma<lamen-
ctnrar las fuc:rzas ,teron,íuricas y. puesru yuc: estas necesidades se maniti.:s- rt:, ,iunque no Je form,t dependiente. La depende~c:ia del uno respecto al
uron Jurante una guerra Je carácter gr,tndit>so. el crc:cimienw fue rápido <>tro. no baria m,is que disminuir la liberraJ Je accwn de una Je las parres
y rumulruoso. aunque no siempre: de ti,rma ürdc:na<la y llígict, pc:rmane- \·. tn consc:cuencia. su renJimi1:nw. An:i[ogamenre. los que combaren en
cienJo firme el concepm Je que los mc:dios .it:rc:us rcndri"-.1n esc:rn:ialmente rierra u en el mar.
la finalidad Je fa(ilirar e integrar el emplc:o Je: los mc:dills bdirns Je tierra Oc:sde c:sras primeras pá~inas he querido remarcar el i:roble~a general
y Je mar. que: se plan rea en esros momenros_. p_ara ~emosrr~r enseg:wda su 1mp.or~an-
Sólo hacia finalc:s Je: la guerra munJi,tl. c:n rodas 1-.ts naciones belige- cia. Finalizada la c:uerra, al no exisrlí el 1mperar1vo Je obtener rend1m1en-
ranres. surgió !a idea de: yue sc:ría posible r corl\'c:nic:nte confi,tr ,1 las fuer- ros rápidos, aunq~e ésros fueran pequeños, es nece~ario trabajar Je un modo
zas aéreas misiones Je guerra independic:nres: pero esra iJc:a no l!q~ó nunc.1 wralmenre Jiferente: por lo ramo, hay que estudiar el modo de obrener el
a ponerse en prácrica por ninguna. quizá también. pMque la .'iuerra finali- miximo rendimiento con el mm1mo de medios.
zó anees Je que esruviesen Jispuesrns los medios aJecua<lL>s. La defensa Je! Esra<lo Jebe esrar organizada Je ra[ ~orma como para
Es ahora cuando resurge esra idea y parece reafirmarse. De hecho. ésra situarle en condiciones Je hacer frente, con la ~ayL>r _r,:p1dez pos1!:>le, ~- un
responde a un lógico conceprn analógico. El hombre vive esencialmente sobre: 1:ventu,d futuro conflicto. Pero, para que las pred1~p0.¿~oon~s resulten e!1ca-
la superficie rerresrre y, sin <luda, comenzó a barirse sobre ella. Nosorros ces: es necesario que ésras proporcionen los medws apropiados al_caraccer
no sabemos si, cuando comenzó a poder navegar por el mar, consideró los V a la ft>rrna que presenrarán [os conflicros futuros. Por ranro, el fündamen-
medios apropiados a la navegación marítima :onw medios Je guerra capa- ~o Jé las predisposiciones idóneas para procurar al Esrado ~n_a defensa ver-
ces Je facilirai t integrar los medios Je guerra terresrres: sabemos. sin em- da<leramenre eficaz. son el carácrer y la forma que asum1ran los futuros
bargo, que Jes<le luce muchísimo tiempo se combare por m-ar Je forma conflicrns.
inJepenJienre, aunque en coordinación con los medios rerresrre. E[ oceáno Las actuales formas sociales, han llevado a guerras de carácrer nacio-
armosférico abarca la superficie rerresrre más roda la exrensión Je los mares, Jecir a "uerras que implican a pueblos enreros y puesro que dla evo-
por lo que no hay nada que impida, a prior. pensar que ésre pueda llegar ' ·· ·es
nal
· ·l se,:,manriene Jecis1vamenre
· · es d e pre ve r - enero
t:n esra vta,
1uc1on socta . . h ue el
a consriruir un campo de lucha Je igual imporrancia. . · e los que pueden hacerse las prev1s10nes umana- q
J e Ios l1m1tes n d · · onal
El Ejérciro, aunque combara en rierra, dispone Je medios floranres y carácter de los evencuales füruros confi:icros se maneen ra nerameme nao .
los puede usar para facilirar e incegrar las propias operaciones, pero esro
no excluye que la Marina pueda cumplir misiones de guerra con sus únicos Sin embargo, aun permaneciendo Jenrro Je los lími.ces angoscos de las
medios y a las cuales el Ejército no puede concurrir en modo alguno; [a previsiones humanas, se puede_ afirmar, c~n r?Ja ~egundad, que la forma
Marina, aunque combara por mar, posee medios rerresrres y puede usarlos Je los fururos eventuales confücros cambtara raJ1calmenre.
para facilitar e integrar las propias operaciones. lo que no excluye que el
La forma Je la guerra -y es la forma que interesa en es.encía a los hom-
Ejérciro pueda cumplir misiones de guerra con sus únicos medios y a las
bres Je guerra- Jepen<le de los medios técnicos que se d1sp~ngan. Es _c_o·
cuales [a Marina no puede ·concurrir en modo alguno, análogamaenre. el
Ejérciro y la Marina pueden rener medios aéreos, capaces de facilirnr e in- •·
nocida la
influencia que ruvo. sobre las formas de g~erra, la mcrod~ccwn
Je las armas de fuego; a pesar Je que las armas Je tue?? no son m~s- que
regrar sus respecrivas operaciones, pero esro no puede excluir, a priori, que
un perteccionamienro Je las armas impulsa¡fas, que unlizan, l:.i e!aSt1.Cid~~
se pueda, además de ser úril y necesario, consriruír una fuerza aérea, capaz
Je los materiales sólidos (arcos, ballesras. carapu_lras, ecc.).- No:,orr0 .5 • mi~
de cumplir misíonc:s df: ¿-?:Uerra con sus únicos medios y p,tra las cuales ni
mos hemos sido resrigos Je la influencia que ruv1eron. la inrroduccion ae
el Ejérciro ni la Marina esrén en rnnJiciones Je: concurrir en modo alguno.

16
las armas dt: rin, r.tp1d1s1rn<> r ,le pcquei1<> ,.d1hrc. ,!l Lt ¡.:ucrr.1 rcrrcsrrc. ele hu.,L ,1r los n1edius par,t (<H1sq.:u Ir l,t pro pi ,1 revancha. m,is .ilhí de ac.¡ue-
y de la intluenci,1 dd L·rnple\> de los sumer,l!ibk-s. ;:n l.1 ~uerr,t rn.trHim., ( 1>. ll", rnedms . · · lus· 1> pro 111·b·d
· 1o supnm1t
c.¡ue ft: han SIL 1 os. Al_e_m·in1a
, _goza Je
1:unbién ht:mos ,tsisrido .i l.t inrroducLÍIÍn. para his usos dt: l.t ¡.:ut:rra. pero. L1 prirnací,t mundial LtnW en t:l campo químico-banerol~gico. comv en el
al esrar esr,ts dos ,trmas en sus (\>mit:nzos y ,ti poseer caracrercs (\>rn plt:ra- m1·\ ;1niu>: exisren sínromas por los que se puede deJuCJr que Alemania
menre diterenres de l,ts orras. np hemos poJidn Pbrener aun d.tros exacros y;, piensa en ello. y es de preYer que ésta logrará perfeccionar, con la inten-
de su int1ucncia sobre las formas Je ¡.:uerra. s1tL"I v serieJaJ Je rrnbaio que la caracterizan. las nuevas armas en sus
Cierro es L¡ue esta intluenci,t sera muy t:ranJe. y no Judo en .tfirrn,tr g;il, 11 ,;rcs cienrífiu,s v cxperimenr,tlc:s. ·.:dlí donJe cualquier tipo Je control

que revolucion·,1r.i por compk-w las tíirmas de Lt guerra hasra ah,,ra cono- ·_ .,, n que esms L\>;rmles pudiesen ser eficaces en algún momento- rc:-
cidas. Ambas armas se u>mplemenr,rn recÍpn>Lamenre. La yui"mic.t. después ,u 11 ,1 r ,Í V,trHl.

de haber proporcioriado los expiosivos más porcnres. consi¡.:uc .d]()r,t pro- lndependiencemenrc: Je lo que pueda hacer Alemania. existe el hecho
porcionar níxicos de potenci,t n:rrorífic.1 r Je eficacia superior .1 los explo- de ,¡ue no es posible Jejar Je reconocer un valor a las nuevas armas, ~ es
siYos más porenn:s. r la cienci,t banereoló~ica put.·de lograr n:sulr,tdos m,is prct 1,., ttnerlo cul:nca para la defensa nacional. Pero para darle la medida
formidables. Basre pcnsar en la fuerza Je JesrruLción qU(: podr1,1 disponer ex.tl[ .i es neces,trio. anrc: roJo. hacerse una idea preosa y exacta de este
ayue!la nación. cuyos hacreriólo~os JescubrierPn t:I modo Je propa,i.;ar una \·,d 11 r. ;,tn.ro de un modo ,tbsulurn. como relarivu. al u>mpararlo con el valor
epidemia morrai en el p,tís ,tdl"ersario. dispo111c11Jo al mismo tiempo. Jcl de la., .,rnias Je tierra y dt mM.
suero para inmuniz.tr J los suyos. . · pr1·nc1·pal de esce ensav_o.
F,tc es. prec is,tmente, e 1 o b ¡envo
El arma aérea permite llc:Yar. aJem,is de explosivos, veneno químiu, o
bacteriológico hasta un punto cualquiera Je! rL·rrirorio enemi,t:o. disemi-
nando sobre roJo el país aJ\·ersario Lt muerte y la Jesrruccüín.
Si consideramos esras posibiliJaJes actualc:s -yue el fururü no puede CAPITULO II
sino perfeccionar. es decir cad,1 vez serán más eficaces- c.lebemos rnnven-
ciernos, necesariamente, de que la experiencia de la gran guerra no puede LA NUEVA POSIBILIDAD
servirnos más que C\imo punto Je oriemación. ya muy lejano de rfosorros.
pero nunca como un tu.ndamenw sobre el cual basar la preparaóón Je la 1\-fienrras que el hombre estuvo unido, inexorablemente. a la supe:ficie
defensa nacional. c.¡ue Jebe hacerse con visras a bs necesidades futuras. de la ricrr.i, se vió obligado a desarrollar rodas sus actividades adaprando-
la, a ésra. La guerra, al constituir una actividad que neces.iraba, por su pro-
Es preciso tener presente rambién que exiscen condiciones gue favore-
pia naruralez;, de movimientos de fuerza. estuvo íncimamence ligada a la
cen el estudio intenso y la amplia aplicación de escas armas nuevas de una
eficacia hasra ,thor..; nunca visra, y estas condiciones son las gue reúne supuficíe de la cierra, la cual le impuso sus condiciones y determinó sus
Alemania. caracrerísricas esenciales.
La superficie rerrescre, por sus _accidences g~~Wáficos, pre~enra obscá;
Alemania ha sido desarmad,1 Je sus anciguas armas y se le prohibe tener
culos Je todo género gue. hacen mas o menos d1frcil el mov1m1enros sobr
foerzas armadas al viejo estilo. Esta. gue difícilmenre podrá resignarse a
ella. hasta el punro de gue para poder moverse más fácilmeme, el _homb~e
permanecer en un esraJo Je interioridad. se ve arrastrada por la necesidad
se ha visrn obligado a desplazarse a lo largo de las líneas de ~ecornd~ ~as
f.ÍLil. interviniendo con su trabajo, largo y fatigoso, para fac1hrar el transito
(l) Del periódico «Le Marin ... Je! 8 Je Sepriembre Je 192!: --El servicio himirico Jel a rr,1vés de las zonas de recorrido más difícil. Así, poco a poco, la superfi-
Escado Mayor General Je la Marina. recienremence creado. ha accualizaJo una Jocumenca- cie rerrestre ha ido cubriéndose de líneas gue se cruzan encre sí, de rrá~siro
ción Je! más largo incerés Je la que se exrr.ae que si los alemanes hubieran reniJo más "aga- fal il, separadas Je las zonas de rránsiro más dificultoso, o cal vez imposible.
llas» en su guerra Je sumergibles sin cregua y si la exrraorJinaria valen □·a de sus comandan-
ces no hubiera sido conrrariaJa por las Judas y pasos en falso Je! Kaiser y Jel Canciller. La superficie marírima. al ser uniforme, presenta iguales posibilidades
nosorros habríamos perdido la guerra. Han siJo los propios alemanes los que. Jespués Je para rmsladarse por rodas parres, pero al esrar limicada por la~ costa~, no
la primavera Je i9!7. han reducido poco a poco el número v la acriviJ,1d de sus sumer¡:ib!es. · que reunlí
pt:rm:re mas · punros s1cua
· J os· so b r...~ las m1·smas , mediante !meas

19
18
·¡,,J<> Dí<>. srn unb.tr.l!t>. Ll 11<1 es \·,tl1do. porque ,d1or.1 ,, p,,,,.:.¡, 1,,¡~p.is,1r
,1rhírr;1rias. ,1unque ton frn:Ut:!lci,1. Sl· \'(:11 t>bh,!!ad,1s ;I p,1s,1r p,>r punrl>S
dc:rt:rmmadPs. o ,1 SC:¿!:Ulr l.trµos n:corridos .dn:dnlor ,1 las pn>pi.1s tosras. l.1s i1ncas s111 r<>lll¡'erl.1s .u1n:s.
El ,1\· 11>11 ,lispt>nc de esrJ (,1p,1litLid. Esre s1: muen, dtnrn, ,!, !., atmós-
En· n:surrn.:n. ht accitín bélica. viene.: derc:rminada por dos vt>lunradc:s sun- lt.:r,1 qut Lubre rt>d.t b superficie ,le Li Tierra y reprL·scnrn un 111c,l11, ele una
pks r c>pu<:sras. ~or una p,1rrc: c.:st.in quic:nc.:s inr<:ntan ocupar una cierra u11irt>r1111cL1d ,1bst>lur.1. El ,1\·itin cs. pt>r lo r,mro. indcrendienCL· d, L, super-
zona de.: la su perric1<:. por ocra, quienc:s inrenr,m ,iponc:rse ,1 qu1: ,1quc:lhi fiu:. L,1p.11 de t110\·cr~1: en r,>cLts las direcciones con i,¡¿ual facil1d.1,I L11s acci-
zona sea ocupada por el adversario. denres ¡.!U>~rit'i(t>~ que presenr,1 h1 supuficít rerresrn: y la disri111.1 ,,>nfigu-
r,tL illn ele las u>sr.i:, que lirnir.111 las line,1s m,trírimas. no le.: ,ti,·, r,111 y, Je
El que: auca procede: con sus fuerzas a rL1\·és de l.1s líne,1s de m,is fácil Lt misni.t 111,111L"r,1 que puede: rrasbdarse entre dos punros cu,d, ... ,iuic.:ra de
rl·U>rr1do, que l_o conducen ,1 la zona que prerc.:nde ocupar: el yuc: defiende.:. l.t rierra por b y¡,1 mas.nirra -l.1 linea iecr,1-. r,1mbitn pu1:rl moverse 1

rr,1ra de 1mped1r ral avance y p,1ra ello dispone sus fuerzas. Je forma m,Ís ,1 rran'.s Lit innumer.thles \·ias diferenrt:s y ,1rbirrari,1s. Todo lo ,¡11c· d hom-
<1 menos perpendicular a las líneas recorridas por el enemi¿!:o. en donde bre puede h,u.:er s,,brc: b superfi(ie. n,> k ,1frcra al ,1\·itin. que l"• -.:,,paz de
pueda oponerse_ a su avance. Para que esra optlsicit,n sea más f,icil. rrarar,í 111<>\·t:rsc en un,1 rercl'r,1 dimensiun. Tt>dt> ,1qudlo que. Jesde el principio
dt: col~icarse alh donde las condiciones de ía superficie le sean fa\·orables. de !-.1 hum·,tn1Ll.td. h.1 1111puesw .1 l.1 ~ut:rr·,t sus uH1diuones y ha, it-rermi'.1_a-
t:s deur. sobre las ltneas de obst:.iculos m,is difíciles de ,1tr,1\·ts,1r. Estas lí- do sus (ctrct(tcrisri(,tS esc.:m.:i,t!e~. n,i tiene mflutnO,l ,dguna snbr,- l,t ,1ccwn
12~'.1s, al ser narurales y al depende'. de la rt>ri:1:a casi inmutable de ]a supc.:r-
,1erea.
tioe, como ocurre en_ las zonas mas neas y terriles, son las más codiciadas
i\ledi,1nre la unlizc1citin del nuevo medio. la guerra puede h:.1, vrst· sentir
por los pueblos. de torma que existen regiones dererminadas que parece
que el destmo [as ha marcado para constituir. en rodas las épocas. los ctm- direcramente en zt>n,ts siruadas m,is ,db del m,1yor alcance dl' l.1:c, armas
pos de batalla de los hombres. de tue_!!o emple,td,1s en la supc-rfi(ie. a (t:nrenares y centenares ,k kilóme-
rros. S()bre rodo el rc:rrirorio \' el rn,tr em:migo,;Ya no pueden ex1~rir zonas
Al. renerse que desarrollar rodo sobre la superficie, la guerra no podii1 en las qut: l.t vi<l,1 pued,r rra~scurrir en completa se~uridad y L"ll relativa
ser mas qu~ d resulrado de los movimien1:0s y choques de las líneas sima- rranquilid,1d. El campo de barnlla ra no podr,i esrar limitadu: ·,,ll<> esxará
das_ sobre <l1cha superficie. Para vencer, és decir, para acceder a la zona am- circunscriro por los confines de las naciones en lucha; rodos st ulnvierren
b1_oona<la, era necesario romper una línea de fuerza y abrirse camino arra- en cornb.ttienres. porque rndos t:sr,in su je ros a las ofensivas <lireu ,1s dd ene-
ves de ella. Poco a po~o, al af-ecrar la guerra a rodos los recursos de los pue- migo: ya no podrá subsistir una división enrre beli¡;eranres y mi bdi~t:ranres.
~los en lucha, las _naoones combatienres ruvíeron que proyecrar rodas sus
Lis líneas de fuerza colocadas sobn: la superficie ya no sirvc:11 para pro-
fuerzas sobre las !meas de combare, extendiéndose cada vez más, hasra que
cegtr lo que: esr,i simado <lerr,is de: Jsras: b vicrori,1 sobre l.t su¡,erl'ióe no
~n la gran gu_errn. la extensión de tales líne.is fi..te b máxima compatible
puede tvitar las ofensivas aéreas del adversario. hasra que m> s1: hay,1 podi-
LOn la superhc1e, llegando a cerrar cualquier posible camino. do dc.:srruír. wdo aquello que da vida a !as fuerzas aéreas ene1nig,1s, ocu-
f?errás de estas líneas, más allá de una cierra disrancia. que venía de- p.1ndo materialmente el rerrirorio aJversariu.
. termm~~a ~or ti máximo alcance d·e las armas Je fuego, no había u~a re- Todo esto ha de producir, inevirablemenr~. un p~ofundo cambio en las
percu_smn direcra de la guerra. M,is allá de aquella distancia n<l podía lle- formas de la "uerra porl1ue sus caracrerístic.ts esenciales han sido rnodifi-
gar nmguna ofensiva enemiga }' la vida podía rranscurrir con una seguri- " .
cadas de forma radical. e inruitívamenre se u>mprende que los sucesivos
dad abs~luta y una relativa tranquilidad El caron.Q .(._-le haraJJa ,,,r"h" rl,.1; ~r. ¡ progresos del arma aérea, ranrn desde el lado récnicu. como de su empleo,
con ·l· <l· d· ¡ . ··-i -- ---- - - - - - - __ •• m1.aao
l an a , os lOf"banentes consnruian una categoria aparre Je Jos uu- deberán llevar a una sucesiva desvalurización de bs ,irmas distrüd,1s para
da_danos, organizados y disciplinados con esre fin: había hasra una <lisrin- combatir sobre la superficie: estas armas se hallar.in rnda \·ez <:n co11dicio-
uon legal _enrre belíg~rames y no beligerantes. Así. en la gran ¿.:uerra. ,1 pesar nc:s más desfavorables para puder llevar ,1 cab,> un,1 Je sus obligaciones esen-
Je qu~ afe~cara prorundamente a pueblos enreros, sucedió que, mientras ciales, es decir, pftlre¡.:er y asegurar ,¡[ pats que deben detendcr.
u~a mmona_de uudadano~ con:ibatía y moría. la mayoría vi\'Ía y rrab,ijaba El hecho brur,d. pc.:rn i11ne~,1ble. quc: deht.: imponerse en nm·~~r;is men°
para proporcwnar
_ ., a es,1 mmor1a !os metli.t><
.. .. ~• \.•·tiinh·iri·r
n-,~-.,
~ r·• , . ,,...
LOLtO . l ¡(: 1..)J~l
1 ::»t.' •
res. es d si~uicnrc:: reniendu cn cuenta c:l esrado ,tcrual de b r1:cnil ,1 aero-
•1 que m, ertt P"-'11,!e rr,1spasar las líneas sin romperlas ,1nres.
21
20
~;iurica. el Ejército· m.is fuerre des plegaJo en los Alpes o la M,irina m,ís Corno prueba Je i::m: hecho. basca pensar que coda la fórmiJ,il,Ie orga-
fuerre-_naveg·indo
JL '. en nue-c
s ros· mares.
- no po J nan
· hau:r naJa realmenre ereccivo
para 1mpe 1r., en c,so · •1 1crn,
· · convenienremence nizacilÍn derensiva que constituylÍ. Juranre mucho riempo. la solidez Je las
• Je un con, que un enemigo lineas Je batalla Jurante la reciente guerra, habría tenido un valor casi igual
s
prepar,'.d('., de rruyera_ Ro~a. Milán, Venecia o cualquier orra de nuestras ,1 cero. si la infanterta y la artillería hubieran esrado. por el contrario. arma-
muchas c1udaJes. s1 esre fuera su Jeseo.
das como en los tiempos de Gustavo Adolfo.

Pero la Jetensiva, debiJo al crecimiento de la eficacia de las armas de


CAPITULO III fuego. adquiere ventaja, no sólo en un sentido absoluto, sino también en
un sentido relativo, respecto a la otensiva. Supongamos que un so!Jado se
LA TRANSFORMACION · encuentra aposrado en una trinchera precediJa por una alambrada; y que
los adversarios necesitan un mi nuco para recorrer el cerreno que los separa.
_ La gran guerra fue larga Y agoró casi por completo a las naciones m·ís Si ambas parres están armaJas con fusiles de avancarga, capaces de dispa-
direcramenc e compromen·J as en el con f]"icro. canco venceJoras como \"Cnci<las.
'
rar un proyeccil por minuro. para tener la se¡;uridad maremácica de poder
Escos _fenóm~nos se Jeben. sobre codo, a una causa de orden técnico: llegar basca la trinchera, donde esó el único soldado que se defiende, bas-
al pr~feccionam_1e~ro J_e las armas de fuego: perfeccionamienro que repre- tará con atacar con dos hombres, puesco que Jurante el acaque, sólo uno
sento u_na venraJa formidable _r~ra la accirud defensiva; y, en segundo lugar, de ellos poJrá ser abaciJo. Pero si ambas parres está armadas con fusiles
ª una causa de orde~ psicologico, como es la no inmediara comprensión capaces Je Jisparar 30 proyecriles por minuco, para tener la misma seguri-
del~ venra¡a conseguida por la acrirud Jefensiva, debido precisamente al JaJ habrá que arac~r con 31 hombres. Todo el fuego que hayan podido
pertecoonamienro alcanzado por las armas Je fuego. ' hacer escos hombres ames del acaque no interesa, si la trinchera procege
conveniencemenre al defensor.
La escuela ofensiva triunfaba e~ rodas parres de un modo absoluto, hasra
el pu_nro de lle~ar a exa_lrar las ventajas de !a ofensiva, olviclando que para En el primer caso, uno a la defensiva se equilibra con uno a la ofensiva;
asum1r es_ra acmud ~ay que poseer también los medios p~ra desarrollarla. en el segundo caso, son necesarios treinta para alcanzar el equilibrio, úni-
De la acc1c~d d~fens1va no se hablaba más que de pasada, como Je mala camente porque el arma es creinra veces más eficaz.
gana. Esco rnduio a manren~r la idea de que el aumenro de porencia de
las armas de fuego supondna una venraja para la ofensiva. Fue un error.- El incremento de la eficacia de !as armas plantea, por lo canco, la necee
la_ ~erdad era ~u~ distinta; el razonamiento puro podía haberlo previsr; siJad de una mayor Jesproporción de fuerzas enrrela ofensiva y la defensi-
Y la expenencia de la guerra lo demostró con claridad va. para poder alcanzar la ruprnra del equilibrio que proporcione la vicro-
rio, es decir, hace m,ís difícil el despliegur de la ofensiva, en cuanto a que
L~ verdad es e_sra: todo perfeccionamiento de fas armas de fi,ego mpone t1na ésra, para alcanzar su objetivo, debe poseer mayor preponderancia de fuer-
_ venta;a para fa actitud defensiva. __ ·
zas sobre el enemigo, mientras que hace más fácil la resisrencia d,el que sé
~a_acti~ud defensiva ~s la que permite conservar durante mayor tiempo defiende.
la efic1enc1a
_ de
_ _ las propias armas , poniéndolas , al mismo
· ·
nempo, en las
me1ores condic10nes para de~~rrollar su eficacia; es una acritud, por canco, De hecho, en la pasada guerra, la enorme eficacia adquirida por las
que conserva y exalra la acc10n de las propias armas. Analizándolo desde armas Je pequeño calibre permició que comara énfasis la ofensiva, llegán-
un punco_ de visea absoluro, se comprende entonces que cuanco mavor sea Jose a sicuar muy cerca de la defensiva, aunque en cualquier caso, la pri-
mera siempre quedaba inmovilizada, y si prentendía avanzar los pocos pasos
la po~e?cia del arma -es decir, más eficaz- mayor será rambién ;l valor
adquirido por ~quellos dispositivos que sirven para conservarla operariva que le separabar. de su objerivo, se veía obligada a accuar no sólo sobre
Y para proporc10narle los medios de desarrollar coda su porencia. los hombres, sino también sobre el cerreno preparado para la defensa, me-
diance el fatigoso y costoso empleo de la artillería de codo cipo de calibre,
_ I?e ahí se derivó el hecho de que nunca hasra la gran guerra, hubiera con t:! fin Lle desbaracar por compleco la posición defensiva. hasta reducirla
exi snd o un desarrollo can largo Y complejo de los sistemas defensivos los ,1 escombros, sepultando a los Jefensores. De esca manera, nunca como en
cuales llegaron a adquirir una gran importancia. !a gran guerra, la otensiva había resulcaJo can difícil. áspera y cosrosa.

22
Dt:t:1r que el aUilH:nc,> dt: 1.t porcnt:ia de las .trrnas ele fw.:,!!o sup,>ne un.t lll·rse mc.:dianrc.: Lt Dfensi,·a. lo c¡ue no ,ign1r"ic,1. que dcscllnoci,lll el valor
venc1ja de la deti.:nsa. no L'S ir t:tHHra el principio indiscutible ele qut.: solu de la der~nsiva. ranm por_ ~u valDr en si". c:,imo respecto a Lt ort:nsiva.
la ofensiva, acro positivo. puede dar la victoria. Simplemente. quiere decir
c¡ue la tirensiva. debido al ,tumenro de l;t porencia de las armas de fuego. La ~ran preponderancia Je r·uerzas que n_~c_esiní l,1 ot~n_s(va p_ara rom-
exige un,1 mayor preponderancia de fuerzas. per e] equilibri1>. haciéndola cada vez m,1s J1ttuL Lt b~nd1c10 ~e forma m-
diret:t,1 en el sentido Je que perrniciti nuncener un,1s !meas Jdens1v·as muy
Esrc"i no fue reconocido hasta más carde. Por ello, llegó a darse el caso
reducidas. parn poder concentrar el gruesll Je las fuerzas en a~uella zona
de que Jurante la gran guerra. se desarrollaron ofensivas sin poseer los me-
en la que pretendía desarrollar la otens_iva. Ti.ido el ¡uego_ esrraregico Je !ºs
dios .i.JecuaJos y, como es ltigico, no ruvieron éxico, o sólo Jo cuvieron a ,demanes se redujo a esro: bien orgamzad.is para la Jetensa. para aracar
medias. Esco llevó a un Jesgasce Je fuerzas y a una prolongación de la gue- a la otra parce con el grueso Je las fuerzas; y este juegn les Jió buenos resul-
rra. por la necesidad Je reunir. en cada ocasión. las enormes cancidades r,1dos duranre hascanre tiempo.
de medios y Je fuerzas necesarios para desarrollar las ofensivas.
También es cierro que. si los ejércitos hubieran escado armados con fu- Los Aliados_ cogidos Je improviso. no se dieron cuenta Je la gravedad
siles y cañones de avancarga. no habríamos v1sro trincheras Je cemenro ar- de los aconcecimie~ros v, a pesar Je su manifiesta fdca Je preparaci6n, se
mado. ni alambradas de espinos. y la guerra se habría decidido en pocos me~e. dispusieron a detener l·a marcha alemana hacia el corazón de Francia, e
incluso creyeron que podían vencer c:on relaciva fa,ciliJa~. Je 1naner~ que
Sin embargo, la enorme potencia Je las armas chocó y fracasó frenre
al principio no romaron las medidas necesarias y Ltespues. se vieron torza-
a la formidable resistencia Je la coraza que se le opuso, y fue necesario com-
dos a llevaralas ,1 cabo. En el campo puramenre militar hubo un retraso
batir Juranre mucho tiempo dicha coraza, anees Je conseguir despedazarla
en la comprensión exacta Je las nuevas necesidades Je la guerra. lo que
y poner al descubierro el corazón del enemigo.
erajo como consecuencia una serie Je t>fr:nsivas Je resultado incierro, ya que
Este hecho salvó a los Aliados, porgue les Jió tiempo para proveerse al consumir r,ípidamenre los pocos medios que se habían logrado reunir,
y hasta para crear un nuevo ejérciro, pero por el contrario. condujo a un demoraron la conscirución de fuerzas pocenres necesarias para obtener la
desgaste casi absoluc:o de vencedores y vencidos. decisiva ruprura Je] equilibrio que debía dar la viccoria.
Los alemanes, durante su preparación para la guerra, tuvieron en cuen-
ca el valor que había asumido la defensiva en virrud Je las mejoras Je las Las Jesrrucciones provocadas pnr la gran guerra fueron inmen~as pero
armas Je fuego. Esros concibieron la guerra en su forma más ofensiva. se los pueblos resistieron porgue se extendieron en el riem_po y pud1~ron ir
preveyeron de las armas más adecuadas -calibre 305 y 420- para despe- reponiendo las pérdidas mareriales y morales que h~bnan Je sufnr des-
jar con la mayor rapidez los obstáculos Je! camino como podrían ser las pués. y así, pudieron enviar, incluso con cierra comod1daJ_, roJos _sus recu_r-
fortificaciones permanentes aún en uso, e iniciaron la lucha desarrollando sos al campo de batalla hasta casi el último momenco. Nu_:1ca se produ¡o
la ofensiva más decidida; pero, cuando las circunsrancias. les obligaron a d golpe morral. ni st produjo ·,1queila herida amplia y prntunJ'.i_gue hace
adoptar una acritud defensiva en el frenre fracés, utilizaron un sisrema can manar la sangre Je manera irrefrenable y que produce la sensac10n de una
complejo y can apropiado para dicho fin que sorprendió a los adversarios, muerce inmi;enre. Fueron heridas reireradas. pero relativamente leves en
·ya que no podía ser improvisado, sino que esrriba esrudiado y preparado Lts que se dejeba un riempo para cicatrizar, las cualts, si bien deja~an:l~s
desde hacía ciem po. cuerpos cada vez más débi-les, pérmirían aún conservar la esrera~za de v1_v_1r
y Je recuperar las condiciones para poder asestar al adversario. cambien
Alemania debió considerar la posibilidad de verse obligada a hacer frenre
Jebilirado, el último golpe decisivo, un úlcim_o pilp~ capaz de exrraerle _hasta
a un mayor número de enemigos, y las venrajas que, en cales circunsrancias,
la última gota de sangre. De hecho, la Jec1s10n hnal esruvo determrnada
habría podido obrener de un sistema defensivo que le permiriera derener e e d l
por batalla mucho menos sangrienras que orras. que. en el curso e a ~ue-
al adversario en un frenre con el mínimo Je fuerzas. para lanzarse en otros
rra. habían obtenido un éxico relativo. Hay que tener en cuenca que la mirad
con el máximo Je sus efectivos. Estudió esre sistema y lo puso en prácrica
de las destrucciones producidas por l·a guerra habrí,rn sido decisivas, si se
en cuanto las circunsrancias lo hicieron necesario, habiendo demostrado
hubieran llevado a cabo en rres meses y la cuarta parce. si hubieran ocurri-
que se mantenían firmes en el principio de que la vicroria sólo puede obre-
do en ocho días.

• f:- • ('V. E• /\A ., í


24 ,,.
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,, 25
.· i3fJLIL. i C:C.4
El c.1so especial que presenni la gran guerra. fue debido t:senualmente propias. mientras d enemigo. actuando a la. defensiva, no co?oc_e e~acra-
.a los perfeccionam1enros consq!Llidos por las armas Je tuq:o en los últi- menre el punro en el que será atacado. y se ve obligado a d1stnbu1r sus
mos decenios. Ahora bien, si no intervinieran nuevos factores. como el per- fuerzas entre roJos aquellos puntos vulnerables, para después hacerlas acu-
feccionamiento de los medios no se detiene. la forma de b guerra venidera dir al lugar donde se produce realmente el araque. una vez que las intencio-
debería presentar los caracteres generales de la guerra pasada. pero con una nes del adversario han quedado claras. En esta idea se encierra, básicamen-
mayor acentuación. Es decir. sería líciro prever un aumento de las ventajas te, el juego rácrico y estratégico de 1a guerra.
de la acritud defensiva y, por ranro, una dificultad aún mayor para conse- Es evidente que las mayores aptitudes ofensivas las poseerá quien dis-
guir la rupcura del equilibrio necesaria para alcanzar la vicroria. ponga Je la capacidad de agruparse en masa con mayor facilidad y rapidez
Si esro fuese así, nosotros nos encontraríamos en condiciones óptimas. para. lanzarse sobre un punto cualquiera del enemigo. Cuando la guerra em-
poseyendo una sólida fronrera y no alimentando veleidades de conquista. pleaba pequeños grupos ágiles y ligeros. ofrecía un campo grande para el
Podríamos, con fuerzas y medios muy limitados. prepararnos para la de- jue¡!O rácrico y estratégico; pero el campo de esre juego comenzó a ser cada
fensa de nuestro terrirorio, incluso frence a ataques de fuerzas muy supe- vez más limicado al aumentar las masas empleadas en la guerra, hasta cal
riores, seguros de poder disponer del tiempo necesario para hacer frente punrn que en la gran guerra las masas llegaron_ a ~er enorm~s, enormem:~-
a las posteriores exigencias del conflícco. te lentas y pesadas, y el juego estratégico y el tacnco se redu¡eron a la mm1-
Pero no se traca de esro. Las nuevas armas. como veremos. han transfor- ma expresión, y la guerra se !imitó a un choque brutal y directo de fuerzas
mado por complero la situación porque exalra, de un modo superlativo, opuestas.
las venrajas de la acritud ofensiva, disminuyendo si no anulando, las de El avión se traslada hacia cualquier dirección con igual facilidad y con
la acritud defensiva, privando del tiempo y de los medios para abastecerse una velocidad superior a la de cualquier otro medio. Un avión situado en
a rodos aquellos que no estén preparados de anremano. No existe ninguna un punto A, amenaza por igual a todos los punros que se hallan sobre _la
coraza capaz de oponerse a estas nuevas armas que pueden alcanzar, de superficie incluida en un círculo cuyo cenero es A y s~ _radio es el ra~H?
manera rápida e improvisada, el corazón del enemigo, infiriéndole el golpe de acción d'el avíón, él cual puede ser de centenares de k1lometros. Lós av10- ·
morra. nes. diseminados por rodas parres en !a superficie de este mismo círculo,
Frente a esta transformación, que hace más fácil emprender la lucha, pueden aunarse y apuntar al mismo tiempo hacia el punto A. '
y por tanto, más probables las guerras, debido también a la mayor influen- Por consiguiente, las fuerzas aéreas amenazan por igual a codo el rerri-
cia de aquellos pueblos que tienden al predominio y que no admiren dudas rorio comprendido en su radio de acción, pudiendo trasladarse hacia el punto
ni arrepentimientos, es necesario detenerse a pensar y preguntarse, con la que pretenden atacar partiendo de punros lejanos entre sí, y pueden llegar
mayor serenidad, aunque también con la mayor ansiedad, cuál es el cami- en masa al objetivo seleccionado con una rapidez supe~ior a la de tod_os
no a seguir para poseer una defensa nacional que sea realmente eficaz. los otros medios conocidos; son, por tanro, fuerzas espec1almenre apropia-
das para la acritud ofensiva, ya que pueden permitirse el dejar al adversa-
rio en la mayor incerridumbre respecro al punto que pretenden ataca:t; hasta
CAPITULO IV -- el u·Jrimo "rifoinento, y una vez aclarado ef punto de ataque, no dejan tiempo
suficiente al defensor para llevar refuerzos hasta el punro atacado, porque
EL ARMA OFENSIVA el desarrollo de un ataque aéreo es rapidísimo, ya que, por lo general, con-
siste simplemenre en dejar caer proyectiles sobre el objetivo seleccionado.
El avión, por su independencia respecro a la superficie y por su veloci- La capacidad ofensiva del avión es tan grande como para llegar a la
dad de craslación superior a 1a de cualquier otro medio, es el arma otensiva siguiente consecuencia, que resulta absurda en sí misma: para defe~de:"se
por excelencia. de una ofensiva aérea son necesarias más fuerzas de las que se neces1ranan
La mayor ventaja que presenta la acritud ofensiva, es la de disponer para atacar.
de la iniciativa que se concreta en la libre elección del punto de araque Sí el enemigo posee una fuerza aérea ofensiva X, dicha fuerza, aunque
y en la posibilidad de hacer concurrir; en ese punto, al grueso de las fuerzas esté dt:splegada por distintos punros de su terrirorio, puede actuar de ma-

27
26
•Cuánrns cañones permanecieron Jurante meses y meses. e incluso dú-
nera que concenrre su acción. una y otra vez. y ;1 su caprichP. sobre un
Jetermin,1Jo número Je objetivos siruaJos en nuestro territorio o en nues- , n;~ años con las bocas apuntando h.Ícia el cielo, en una espera enervante
J~l enemi<~ que hubiera podido llegar? ¿Cuinros aviones de defensa con-
ti-l> mar, dentro Je unos límites determinados, que depender. Je su radio
sumieron hombres y materiales sin haber tenido jamás ocasión de empren-_
Je acción. Supon¡:;amos, para fijar las ideas. que estos objerivos sean veinte.
der una defensa? ;Cuinra gente, después Je haber esrado mirando en vano
P,1ra defendernos Je las acciones que puede llevar a cabo la fuerza X, esta-
remos obligados a trasladar hacia las proximidades Je cada uno Je esms hacia el cielo, Ju~mió luego profundamente?.
p<>sibles objetivos. una fuerza defensiva equivalente. No sé si alguna vez se hará la suma de codos los medios y recursos em-
pleados en la defensa antiaérea disemina~a por rod_a la super~cie de nues-
Empleando aviones Je defensa. en cada uno Je estos veinre objetivos, tro territorio, pero lo cierro es que el con¡unco de dichos medws y recursos
nosotros deberemos trasladar una fuerz.t aérea capaz de vencer a la fuerza
fue importante. resultó vano, y hubiera podido utilizarse de ocra manera-
X. por lo canco. será como mínimo igual a)a fuerza X. Es decir. para Jeten-
Jernos, necesiraremos una fuerza global que sea veinte veces mayor que con mejores resultados.
la yue el enemigo dispone para acacar; esca es una conclusión absurda pro- Esca diseminación contraria a los principios fundamentales de la gue-
vocada por el hecho de que el avión no se presea al papel defensivo. ya que rra, y esca inuriliz:iciód. contraria a cualquier_ princ!~io enconómico de gue-
rra, derivaron, como he dicho, en una desonentac1on provocada por la re-
es un arma eminenremence ofensiva.
pentina aparición de los medios de ofensiva aérea y produjo un concepto
_ -~n la pasada guerra, la aparición inesperada del nuev() medio no per-
m1t10 onentar adecuadamente las ideas y, a la ofensiva aérea, se intentcí defensivo erróneo.
l_>poner una defensa antiaérea de manera instintiva y sin fundamento, ramo Cuando un perro rabioso amenaza a un pueblo, los vecinos no se colo-
actuando en el aire, como desde cierra; de este modo nacieron la arrillería can en la puerca de sus casas con un bastón en la mano, en espera ~e que
antiaérea, las escuadrillas Je defensa y las Je c-aza. el perro aparezca, porque est_o, ademásd~ ~I?arcarlos de sus rraba¡os, no
los preserva, a pesar del basron, de la pos1b1lidad de que el ammal pueda
_ Pero la experiencia demosrró que todos estos medios eran incapaces
morder a álguno. _
de llevar a cabo sus misiones, a pesar de que las ofensivas aéreas desarrolla-
· . No acéúán así. sino que se reúnen eres, macro o diez, entre los más va-
das Jurante la pasada guerra fueron de importancia mínim',l, ·desligadas
y conducidas sin un concepto directivo claro y preciso. lientes, y van a buscar al perro hasta su guarida para darle muerce.
Para impedir que el enemigo nos ataque con sus fuerzas aéreas no exis-
Cada vez que una ofensiva aérea fue conducida con decisión alcanzó
su objetivo: Venecia fue aracada desde el principio hasta el final de la gue- te orro medio que el de destruir sus fuerzas aéreas.
rra. Treviso fue casi destruida ante nuestros propios ojos, Padua mvo que Desde hace mucho riempo se sabe que las coscas ne se defienden de
ser abandonada por el Mando Supremo. Fuera de Italia, canco a los aliados los ataques marítimos diseminando naves y cañones a lo largo de ellas, sino
como a los enemigos, les sucedió lo mismo. que se aseguran conquistando el dominio del mar, es decir, impidiendo na-
_ - A f)esar de los más complicados s~rvicios Je señalación, cuand~ llega- vegar al enemigo.
ba el enemigo, las escuadrillas de defensa, si no estaban en el aire -y no La superficie rerresrre representa exactamente la cosca del oceáno at-
siempre podían estar en el aire- difícilmente conseguían elevarse a tiem- mosférico. Las condiciones son exaccamence análogas, por lo cual, la super-
po; la artillería disparaba, pero sólo daban en el blanco por casualidad. ficie rerresrre -sólida y líquida- se asegura de las ofensivas aéreas enemi-
del mismo modo que también es posible ancanzar a una golondrina dispa- gas, no diseminando cañones y aviones en coda la sup~r~cie, si~o impi-
rando con un fusil de balas. La arrilería antiaérea móvil. corriendo por las diendo volar al enemigo, es decir, conquiscando el domm10 del aire.
c'.dles, perseguí~ a los aviones que se movían con absoluta libertad por el Este es el concepto exacro, lógico y racional que debe imponerse, aun
Cielo, como quien pretende alcanzar a una paloma mensajera. urilizando en los casos de defenas sencilla: impedir al enemigo volar, o sea, llevar a
una bicicleta; los proyectiles de la artillería, durante su rrayecroria descen- cabo cualquier acción en el aire o desde el aire.
dente se transformaban en proyectiles que caían del cielo, conviniéndose
Conquistar el dominio del aire implica una acción positiva, por ,canco,
al final en un inútil despilfarro Je medios y recursos. ya yue muchas veces
era simplemente para prever un posible ataque. ofensiva, que es el cipo de acción que mejor se adecua al arma aerea.

28
CAPITULO V Los objetivos de las ofensivas aéreas deberán escar, pues. compuescos
por superficies de determinada extensión sobre las cuales existan edificios
ORDEN DE MAGNITUD DE LAS OFENSIVAS AEREAS normales, viviendas, fabricas. ere.. así como una dererminada población.
Para desrruir esros objecivos conviene emplear los eres cipos de bom-
Ames de analizar el valor Je! dominio del aire, es necesario formarse bas: explosivas, incendiarias y tóxicas, en una proporción determinada. Las
una idea del orden de magnitud que pueden cener las ofensivas aéreas. apo- explosivas sirven para producir los primeros descrozos, las incendiarias para
yándonos, en parce, en la propia experiencia de la guerra. provocar los focos del incendio y las tóxicas para impedir que los incen-
En general, los proyecciles aéreos no necesican una g~an ca.ncidad de metal dios puedan ser dominados por la incervención del hombre.
como sucede con los de arrillería, puesco que sólo cienen que golpear. Si La acción tóxica debe ser cal como par perdurar durance mucho tiem-
para los proyectiles que contienen explosivos, la cantidad de metal que debe po. durante días enceros, y esro puede obtenerse mediante la calidad de los
ser, en proporción, bascance grande respecco a la carga interna para obre- materiales empleados. o bien, usando proyectiles con espoleras retardadas
ner buenós efectos de impacro. para los que contienen materias incendia- de distinto cipo. De este modo se comprende que sea posible, incluso con
rias o róxicas. la proporción Je meca! puede reducirse al mínimo. Como un pequeña cancidad de proyectiles explosivos o incendiarios, producir
media. podría calcularse una proporción de meca!, de 50 por ciento del desrrucciones compleras en grandes extensiones de terreno habirado e ince-
peso coral. rrumpir durante un ciem po considerable el rránsiro a través de ellos, lo que
puede resulcar de gran utilidad cuando el obtetivo sea el corcar determina-
Para su construcción no se exigen metales especiales, ni una elabora-
ción de alca precisión; por el contrario, conviene que el material accivo, ex- das comunicaciones.
plosivo. incendiario o cóxico, sea de la máxima eficacia, y codo estudio debe Para establecer un orden de magnirud, supongamos que 100 Kg. de
ir encaminado a este fin. material acrivo extienden su acción dencro de un círculo que tiene ,25 me-
tros de radio. Esca suposición es admisible dado el esrado acrual de las cosas:
El bombardeo desde un avión no puede alcanzar la precisión de riro
Para extender la acción del material activo a una superficie de 500 merro~
· d_e_ la arrillería; pero esto no tiéne ninguna imporranci-a, porque esa preci-
s10n no es muy necesaria. i de diámetro, hace falta mulciplicar por cien los 100 Kg. de dicho material,
lo que equivale a decir, 10 roneladas. Diez toneladas de material activo exi-
Salvo casos excepcionales, los objetivos que se le presencan a la artille- gen orras 10 coneladas de meral. Hoy día existen aeroplanos que cransporc
ría son objetivos idóneos para recibir los disparos de ésta, mientras que can cómodamence 2 coneladas de carga Útil, por lo que con 10 aparatos
los obje::ivos de interés para los bombardeos aéreos son aquellos que no 1
; de éscos se pueden transportar las bombas necesarias para destruir por com 0

serían apeos para utilizar la artillería para acacarlos. plero codo aquello simado sobre una superficie de 500 merros de diámetro,
Los objecivos de las ofensi:v:is a.éreas deben ser siempre grandes: los ob- y, para alcanzar, dicho objerivo, es suficiente con instruir a las escuadrillas
jetivos pequeños cienen poca importancia y no merecen, por lo .general,. . ele esos 10 aeroplanos para diseminar sobre esta superficie, su carga de bom-
que nos preocupemos de ellos. bas, de la forma más uniforme .pÓsibli . .

El criterio que debe guiar las acciones de bombardeo aéreo debe ser De ahí nace el concepto de la capacidad de la unidad de bombardeo.
el siguience: el bombardeo debe destmir por completo el objetivo perseguido. de modo La unidad de bombardeo deberá poseer la capacidad de destruir por completo un obje-
q11e contra el mismo objetivo. soto sea necesario actuar una sola vez. Conseguir esro, tivo de una determinada superficie. A mi juicio, la magnitud de esca determina-
representa siempre una operación sujeta a determinados riesgos y basca con da superficie debería ser la de un círculo de 500 metros de diámetro. Si
afrontarlos una sola vez; la destrucción completa del objerivo seleccinado, las suposiciones anteriores fueran exaccas, la unidad de bombardeo debe-
además del efecro material, produce un efecro moral que puede tener enor- ría es car constituida por 10 a pararos capaces de transportar 2 toneladas
mes repercusiones. Basca imaginar lo que sucedería entre la población civil de bombas cada uno; en cualquier caso, los daros exaccos vendrán dados
de los ceneros habicados, cuando se difundiese la nocicia de que los ceneros por la experiencia.
codiciados por el enemigo habían sido destruidos en su rocalidad, sin dejar La escuadrilla así conscituida debería estar instruida para diseminar,
nadie a salvo. con la mayor uniformidad posibte, su carga sobre la superficie comprendí-

30
Ja en un circulo Jt: 500 rnt:cros dt: di.ímt:rro. realizando d lanzamiento desde Esca porencialiJaJ ofensiva es can grande respecrn a la de codos los otros
una altura media. por ejemplo unos _:\.000 merros. Est,l diseminación se medios Je guerra conocidos que la eficacia de estos úlcimos es práctica-
mente nula.
obtiene. prolongando con medios arrificí,des -por Jisrínros Jacos Je
puncerí,1- la rosa Je tiro natural de la escu,tdrilla. Una porencialidad de este cipo, de la cual hace can sólo quince años
no se podía pensar en la posibilidad de su existencia, tiende a crecer cada·
Para algunos objetivos Je m,is fácil Jestrucción podría aumentarse la
día. porque los grandes aparatos de vuelo se perfeccionan con rapidez y
superficie. ~ealizando el lanzamiento Jesde .dcuras mayores. y, para los ob-
la eficacia de los materiales explosivos, incendiarios y, sobre codo, róxicos,
jetivos Je más difícil Jescrucción. podría rt:ducirse la superficie, acacíndo-
v,t aumencanJo conrinuamente.
los JesJe alturas menores.
Frente a una porencialidad ofensiva de esre género, ¿qué podría hacer
Pero esco son particularidades Je importancia secundaria; el hecho es
un ejércico, si sus líneas de comunicación fuesen corcadas, incenciados sus-
que. una vez admitido esce concepto. la unidad de bombardeo ya no repre-
almacenes y desrruidos sus ceneros de producción y abasrecimienco? ;Qué
senta una potencia otensiva vaga e indererminada, sino una potencia ofen-
podría hacer una flota. cuando no encontrase seguridad en sus pu~r~os,
siva precisa y definida; la potencia de destruir por complern codo aquello
fuesen incenciadas sus bases y destruidos los arsenales y las naves de carga?
que se encuentre comprendido en una superficie de 500 metros de diáinerro.
¿Cómo podría rrabajar y vivir un país bajo la amenaza perenne, abrumado
Cuando el objerivo seleccionado renga una superficie menor -deberá por la rerrible pesadilla de la destrucción inminente y colectiva? Poi:.que
cracarse de un objetivo muy imporcance por ocros mocivos- deberá estar hay que rener_ bien presence una c_osa: la ofensiva aérea se explica no sólo
incluido por complero en el área vulnerable y poco interesará, dada la se- contra los ob¡envos de mínima resistencia material, sino cambién contra
guridad de la destrucción, que alguna de las bombas caiga fuera del objeti- los de mínima resisrencia moral. Incluso aunque un regimienco sea capaz
.vo. Sin embargo, cuando la superficie sea mayor, el área vulnerable estará de resistir en una rrinchera medio destrozada y después de haber perdidos
incluida en su tocalidad. Si después se quisiese destruir todo aqüelló 'com- dos tercios de sus efecrivo_s, un grupo de obreros verá imerrumpidosu tra-
prendido en una superficie de 100 merros de diámetro, bastada con divi- bajo por la desrrucción de sus máquin~s y dejarán de producir en.cuanco
dir el objerivo en zonas y enviar hacia allí a 4 escuadrillas; 9 si la superficie se produzcan unas pequeñas pérdidas: .·
a destruir fuera de 1.500 merros de diámetro; 16 si tuviera 2.000, y así
. _Todo esco hay que tenerlo presente si queremos hacernos una idea, no
sucesivamente.
d1re exacca, pero al menos aproximada, del orden de magnitud de las ofen-
Pero esca sólo puede producirse en el caso de ataques a los grandes cen- sivas aéreas que hoy día son posibles.
eros habicados y, debido a las repercusiones morales, para obtener el efecco
deseado sobre este cipo de objecivos, no sería necesario emplear un gran Ahora bien, conquisrar el dominio del aire quiere decir estar en condi-
número de escuadrillas. ciones de poder desarrollar acciones ofensivas de un orden de magnitud
Imaginémonos, de hecho, lo que sucedería en una gran ciudad como muy superior al de codas aquéllas que la menee humana sea capaz de ima-
Londres, París o Roma, cuando en el centro de la ciudad misma se produje- ginar; quiere decir, estar en condiciones de aislar al ejércit:o ya la flora ene-
se la destrucción completa de uno, dos, o cuatro superficies de 500 metros mig_a de si.is bases, impidiéndoles, no sólo combatir, sino también vivir; quiere
d~or, proreger de un modo seguro y absoluto el propio rerricorio y el pro-
de diámetro. Con mil aparatos de bombardeo del tipo indicado -del cipo
ptü mar frente a ofensivas de este tipo, manteniendo la eficacia del ejércico
accual y no futuro- y con los abastecimientos necesarios para mantener
de la flaca propios, permitiendo al país rrabajar y vivir en la más absoluta
el número de estos mil aparatos, cubriendo las pérdidas diarias, se pueden
rranquilidad quiere decir, en suma: vencer:
cons:ituir 100 escuadrillas.
Actuando con 50 escuadrillas cada día, se tiene la posibilidad de llevar. Permanecer baridos en el aire, es decir, reducidos a )a imposibilidad
diariamente, la desrrucción a 50 ceneros de cualquier cipo simados dentro de volar, quiere decir escar aislados del ejército propio y de la flora, ver
Je su radio de acción, y por consiguiente, cambién hoy en dfa se tiene la a am~os imposibilitados para 'actuar, permanecer a la compleca merced del
posibilidad de llegar a una zona situada a 2 Ó 3 cientos de kilómetros de- t:ne~1gu, srn nmgun,t Uefensa posible, expuestos a las mayores ofensivas que
trás de las líneas de combare. aquel pueda llevar a cabo, por codas partes, con la máxima facilidad, y con

33
d mmimo riesgo; qui<:rc Jecir. en suma. ser 1·encid11s y esrar obli~~ados ,1 aceptar Lna flot,1 aérea de 1.000 aparatos con 2 wneladas de bombas cada uno
cualquier condición que el enemigo quiera imponer. pu_edt lanzar en un Sl>lo vuelo 2.000 rondadas de proyecciles. es decir. ª~'<':
""'J de lo que puede lanzar coda la flora inglesa, disparando diez veces con
Esce es el valor del d11111i11i11 Je/ aire. wdos sus cañones.
Nora l. El muniupio de Treviso ha publicado un folleco titulado «El ¡\fil aparatos con 2 toneladas de bombas, aun admitiendo que cada uno
martirio de Treviso». folleto que puede servir para ilustrar, magníficamen-
pueda llegar a coscar un millón. coscarán mí! millones v esre es el coste
te luanro he dicho. Fueron lanzadas unas 1.500 bombas, en 52 incursio- poco mas o menos, de una sola «dreadnoughc» ' · '
L •

nes. desde abril de 1916 hasrn occubre de 1918 y sobre un rerricorio que
no supera el kilómetro cuadrado. Calculando el peso medio de Gtda una L1 flora inglesa sólo puede lanzar sus andanadas conrra otra flora, dis-
·de las bombas en 50 Kg. -y con seguridad fue menor- en coral. las bom· puesta a recibirlas y a dar resRuesca, o. contra aquellos objetivos simados
bas lanzadas sobre Treviso fueron unas 75 coneladas. en la cosca del mar..Una flora aérea. sin embargo. puede lanzar su carga
de bombas cunera ob¡envos que no p1teden reaccionar. ni tampoco p11eden. en modo
Considerando los cálculos aproximados hechos por mí, y siendo el diá- alKtm,,. dtar disp11est1JS para recibirlas. y estos pueden hallarse en cualquier lu 0o-ar
metro más largo de Treviso. de alrededor de un kilómetro, habrían hecho
de la superficie rerrescre o marina. .
falta 4 escuadrillas con 10 aparatos cada una, 40 aparatos, o sea. 80 tone-
Es de prever. que dentro de poco, existirán aviones capaces de trans-
ladas de bombas.
portar más de IO toneladas de carga úril, es decir, una carga de bombas
Se observa en el «Martirio de Treviso» el plano que indica la destruc- igual o superior a la andanada de una «dreadnoughc».
Cilin de los puntos de caída de las bombas y las reproducciones focográfi-
c1s de los daños ocasionados, se c:omprueba inmediacamente que si aque- . En un evencual enfrenramiemo entre una «dreadnoghc,, y aviones po-
llas 75-80 coneladas·de bornb.as hubieran sido lanzadas rodas en un mismo cenres. la «dreadnoughr» perderá la mayor parce de sus medios ofensivos
d1a, repartidas de forma conveni~n~e entre explosivas, inc~nd{arias y asfi- debitlo a que los mayores cañones no pueden disparar -y sería inúcil qu:
xiances, Treviso habría quedado destruida por compleco y muy pocos habi- disparasen- e~ dire_cción vertical, miencras los aviones conservan ímegra-
tantes se habrían salvado. , · mence sus med10s, sm concar con la enorme vencaja que les propórciona
su velocidad mayor. Sobre esca cuestión se han realizado pruebas reciente-
Lo que permitió a Treviso subsistir, y recuperarse, a pesar de las gravísi-
mente en América y en Francia que han llevado a resulcados decisivos.
mas heridas sufridas, perdiendo solamente a 30 ciudadanos y 50 heridos
en los primeros bombardeos, fue que en cada incursión se lanzaron sólo _ Independientemente de esco, las cifras expuescas en la presence noca,
50 bombas, y que entre una incursión y orra, se dejó el ciempo suficiente strven para proporcionar una idea más concreta acerca del orden de mag-
p.1ra reparar los daños provocados por los incendios. 1 nicud de las ofensivas aéreas, y de la simplicidad de los medios que se nece-
sican para obtener ofensivas de ese orden de magnicud.
Lo único que hizo la defensa antiaérea fue resalcar los punros en los
· que debían caer las bom:bas, ya que las incursiones duraron hasca finales
de ocrubre de 1918, es decir, hasta el armisticio, a pesar de que nosotros 1
afirmásemos, sobre codo en los últimos tiempos que dominábamos el aire. j CAPITULO VI
Noca II. ~La flora inglesa, que es en la actualidad la más potente del
1
¡
mundo, cuenca con 50 navíos de guerra con un tonelaje global de 792.496 'l' EL DOMINIO DEL AIRE
r,meladas. La andanada coral, es decir, el peso de proyecriles que la flora
inglesa puede lanzar, disparando ,1 la vez codos sus cañones, es de 194.931 Dominar el aire significa encontrarse en condiciones de impedir volar
Kg., o lo que es igual. unas 195 roneladas; por consiguiente. la andanada a~ ene~igo. conservando para sí mismo dicha faculrad. Existen ya los me-
media de cada uno de los navíos es de 6,5 coneladas. d10s aereos ca_paces de rranspor_c~r en vuelo una cantidad relacivameme gran-
de de proyecnles. La construcoon de estos medios en una cantidad adecua-
Una escuadrilla de 10 apamrns con 2 t0nelad.1s Je bombas cada una
puede, en un soln vuelo. lanzar 20 toneladas de proyectiles; es decir. cdgo da no requiere recursos excepcionales. Las materias activas, explosivas, in-
• 11ás que la andanada de eres navíos ingleses.
cendiarias y tóxicas se fabrican corrientemente. Una flora aérea apea para
,trrojar cencenares y centenares de rondadas de dichas man:rias activas es Je haber observado que el uso de abonos químicos y de las máquinas, du-
de fácil ~-onstitución. El orden de magnitud de las ofensivas aére,ts. ramo plican y triplican el rendimienco de la cierra. Esca obscinación tradicional
desde el punto de visea material. como desde el lado moral. es superior no trae como resulcado más que sicuarlo en unas condiciones de inferiori-·
-ti
'
orden de ma,,nitud
~
de rodas las orras ofensivas conocidas. Jad respecto al resto de competidores.
' Aquél que posea el dominio del aire y disponga de una ~uerza ofens_iva '«> ~uncié el valor del dominio del aire hace doce años, cuando los
adecuada, preservará por un lado el terrirorio y el mar propios de las oten- primer~s 'aeroplanos comenzaban a aletear. no a volar. Ya entonces tracé
sas aéreas enemigas y negará al adversario la posibilidad de llevar a cabo de poner de relieve el nuevo arma; dije que el arma aérea debía ser consi-
cualquier cipo de acción aérea auxiliar {intervención de Io_s av10nes_ e_n las derada como la rercera hermana del Ejércico y de la Marina; dije que ha-
operaciones de tierra y de mar), por ocro lado se encontrara en condioones bríamos de ver millares de aeroplanos y que habríamos de tener miniscerio
de realizar acciones ofensivas sobre el enemigo de un orden de magnitud del aire. Dije que el dirigible había de morir frente al nuevo medio, que
cerrorífico, concra las cuales el adversario no encontrará _modo alg~n? de sin duda llegaría a dominarlos. Y codo esto que dije enronces, se ha ido
reaccionar. Mediante escas acciones ofensivas se puede aislar al e¡erorn Y cumpliendo poco a poco exaccamente.
a la marina enemiga de sus bases y producir en el interior del país adversa- Pero, yo no predije nada. Me limité, simplemente, a examinar el nuevo
rio destrucci~nes de codo género, muy apropiadas para acabar rápidamen- problema, y a razonar sobre unos daros reales, y no dudé en exponer las
(
te con la resistencia material y moral. consecuencias que se extraían de mis razonamientos, a pesar de que enton-
· Todo esto representa una posibilidad accual, no futura. Y esca p_osibilí- ces pudieran parecer, como parecieron, paradó}icas. Tenía la cert~za mate-
dad acrual dice que conquistar el dominio significa vencer. y s_er bandos e~ mática de que los hechos me darían la razón. Quizá esta certeza se debió
el aire significa ser vencidos y verse obligados a aceptar codo npode condi- a mi hábito mencalpositivisra, generado por el esrudio de las ciencias exactas.
ciones que el enemigo quiera imponer. _ ' Cuando, razonando con la lógica férrea del cálculo, hubo quien pudo
· · Esca el la conclusión a la que hemos llegado, partiendo de,unos datos_ asegurar la ~xiscencia de un planera desconocido, proporcionando los daros.
posicivos y accuales y procediendo con un razonamienro lógico. , necesarios a los astrónomos para descubrirlo; cuando, razonando matemá-
ticamente, se llegó a descubrir las ondas electromagnéticas, proporcionanc
Como de esca conclusión se derivan, l~gicamence, consecuencias de gran
do a Hertz los datos para demostrarlo experimentalemence, deberemos tener
valor práctico, pero que se oponen radicalmente de la forma de pensar ge-
fe en la fuerza del razonamienro humano, igual que cuvo fe el astrónomo
neralizada hoy en día, es necesario que nos detengamos un momento anees
que descubrió materialmente Neptuno, y Hertz, cuando trató de despren-
de proseguir. der la chispa en el anillo abierco. Más difíciles de comprender eran escas
Resulta evidente que la adopción de un medio que permite al hombre verdades que codas aquellas sostenidas por mí mediance la razón.
liberarse de las limirnc:iones que impone el permanecer siempre unido a
Yo pido ahora a mis lectores que se detengan a considerar; con su pro-
la superficie, debe conducir a con~ecuencias compleramenre_nuevás; sin pre-
pia menee, codo lo que he expuesto -la cuestión lo merece- para llegar
cedentes, aunque en concradicción con las tradiciones existentes cuando
a una conclusión personal, exacca y precisa.
el hombre estaba indisolublemente ligado a la superficie.
El problema no admite medias soluciones. Es. o no es. Yo digo: en la
Por orra parce, cuando, partiendo de daros positivos y ~eguros, Y razo-
preparación de la defensa nacional, hace falta cambiar por completo la di-
nando con lógica, digamos que casi de una forma mace~anca, se llega a rección, porque la forma de las futuras guerras, será cocalmence distinta
determinadas conclusiones, éscas deben ser aceptadas ral y-como_son, canco al pasado.
si son nuevas como si están en c:oncradicción con las formas de pénsamien-
co anteriores-o con las rradiciones derivadas de otros hechos, también posi- Digo: la gran guerra representó un punco singular de la curva que re-
tivos y seguros, pero de un caráccer complecameme distinto. De otro modo, presenta la evolución de la forma de las guerras; a parcir de dicho punco
llegaríamos a negar la razón humana. cambió compleramence la dirección de la curva. bajo el impulso de unos
faccores complecamente nuevos y diferentes, respecro a aquellos que hasca
De esce mismo modo acrúa el agricultor que se obstina en cultivar su
enconces la habían dererminado; por eso, el pasado no nos enseña nada
hacienda de la misma forma que lo habían hecho sus antepasados, a pesar sobre el ,ucuro, y hay que crear unas nuevas directrices desde las raíces.
Digo: si no se tiene en cuenr,1 roJo esrn, el país se ver,i sornendo ,1 una
hasra Ljll<.: no ha\_.'amlls ublr!!.t, ,
grar: canridad Je sacrificios para poder acender a sus defensa. sacrificios .~ ,tl enemigo a permanecer sobre la
superficie--_ ·
~ue resukarán inútiles y d~ un resulcaJo ínfimo, porque sus Jefonsas no
se mosrrar,Ín apropiadas para este fin. .. 5<.: combatirá, por canco, y Je una forma áspera por Id, ..
Je/ -ure y . . - _ _ , e omznw
Escas afirmaciones deberán ser negadas, si no se quiere tener en cuenca - • -. por este monvo, las nac10nes Civilizadas dispondrán de
codo lo expuesto. los medios adecuados: como en roda lucha a - Id d d .
d--- . , igua a eorrascon-
1cwnes, preva 1ecera el número al i"ual - d. , d
Yo pregunro: ¿Es o no cierro que el Ejército más fuerce desplegado en ¡¡
~l Ejércirn y en la i\--!arina; en 5 fü;rzas ~~;e:~csee ;r:d:~~;á :~n
los Alpes o la Marina más potente surcando nuestros mares, no podría em- Larrera mcesante y trenada sólo por razones de o d , . a
prender nada realmente eficaz para impedir a un enemigo. especialmente . _ . r en econom1co
y. como cnnsecuenc1a de esca carrera inevicabl l c. , ,
enuenado para esca finalidad. aislar a nuesrra Armada y a nuestras Escua- · .- _ e, as ruerzas aereas
iran, poco a poco, aumentando y adquiriendo importancia».
dras de sus comunicaciones y sembrar el desorden y el cerror en roda lcalia?.
«El Ejérciro y la Marina no deben de ver en los a .
A esca pregunra se puede responder: nn es áertn. si no se intenta dispo- d' ·¡· v10nes unos
me ios aux1 iares capaces de ser úriles sólo en dererm· d .
ner de los medios adecuados. al margen del Ejércico y de la Marina, para . .· ., . 1na as CJrcuns-
r,inuas, no: E¡ercmi \.' i\farina deben por el conr . 1
impedir escas posibles acciom:s por parte de un eventual enemigo nuestro. ª",-10nes
_. e
¡ · - ·
nac1m1enro de un rercer
,
hermano , ma·
rano ver e:1 os
· ' ·
s ¡oven, pero no
Desde hace ciempo, yo he respondido a esca pregunta diciendo que es cierto: menos imp~r_cante de la gran familia bélica». (Los problemas de la
y lo es, porque yo he afrontado y esrudiado el problema que presentan las ae:onavegaoon. Mayor G. Douher. Exrraro del diario: «La prepara-
nuevas formas y los nuevos medios de la guerra. c10n» Roma, 1910).

Noca.-· En 19D9 escribí:


«A nosotros, que habíamos vivido hasra ahora inexorablemente Hoy, después de la gran guerra. no rengo que mod"fi ·
bra del "b" .. - I i.car n10guna pala-
ligados a la superfkie cerrescre, a nosotros, que habíamos sonreído, - as que escn i. hace once años: el riempo ha confirmado ~is d d
c10nes a pesar Je qu l d d, . . e uc-
casi con compasión, frente a los esfuerzos de unos pocos precurso- · - . :. . .· _e e. concepro e I ommzo del aire_ no se haya afianz d
con claridad. ·. · .• ... , a o
res a los que considerábamos ilusos, cuando en realidad se cracaba
de profetas; a nosotros, que poseíamos sólo ejército y marina, tiene La culpa de rodo esro no es mía, y este concepto como no p d,
meno · h f , d - , o 1a ser
que parecernos extraño que la atmósfera pueda llegar a convertirse s, esca oy a ianzan ose rapidamenre sobre rodo, fuera de Italia.
en un campo de lucha no menos imporrañce que el de la cierra o
el mar. Pero, a esca idea debemos habituarnos desde ahora y prepa-
r
.'
rarnos para las nuevas luchas» .
«Puede haber naciones que no reciban el peso. de las olas del
mar, pero nunca habrá naciones que no reciban la caricia del aire; CAPITULO VII
cendremos, pues, en el futuro, eres campos de lucha bien discinros
y perfeccamente definidos, en lugar de dos: cada uno de ellos, la LAS CONSECUENCIAS. EXTREMAS
lucha, al contar con medios muy diferences, deberá ser coordinada
con un solo fin, y esce fin será siempre el mismo: vencer».
aire Co~quiscar_ el dominio del aire quiere decir vencer. y ser batidos en el
«Acrualmente, cenemos conocimiento pleno de la imporrancia quiere decir ser vencidos y obligados a aceptar codo · d d" ·
del dominio del mar; no menos importante será, en breve, la con- u ¡ • . npo e con 1c10nes
q e e enemigo quiera imponernos.
quisca del dominio del aire. porque si se posee el dominio del aire,
y sólo enronces. podremos disfrutar de las ventajas que se compen- , ESra afi~mación, que para mí representa la evidencia misma resultara"
caaa vez mas ¡ l - d ¡ ,
dian en la frase: desde arribct se i·e bien y se golpea mn J:1cilidml. ventajas do e re~ a os o¡os_ e os lectores que poco a poco vavan avanzan-
de la cuales no podremos gozar plenamente, ni de sus beneficios, - n ~~re esrud10. descendiendo Je lo general a lo particular, 'hasra adqui-
rir. sebun espero. una claridad absoluta.

39
bs cern.:scres y m,1rítimas. EscudianJo esca reci prociJaJ, se llt:ga inmt:dia-
De cal afirm,1ción, se excrae inmeJiacamt:nce d siguit:nct: corolario:
rnmt:nce a la conclusión dt: que las armas aéreas esr:ín desrina<las a predo-
Pa,·a asegurar l,1 dejénsa ,1ticional i:s neresttrio y sujiáente situarse en mndzármes minar sobre las cerresrres y marírimas: éstas, debido a su limicaJo poder
de conquistar. en caso de un cnnjlicto. el dominio del mre. otensivo y radio <le acción, pierden su valor respecco a las armas aéreas,
De ahí se Jeriva, necesariamence, esce ocro: cuyo poder ofensivo y radio de acción son de un orden de magnitud enoi;-
memenre superior.
Tr1do aquello q 11e 11na naáon estcÍ dispuesta a hacer par~ asegm·ar Sil dejénsa. Como he dicho, nos encontramos en un punco singular de la curva que
deberá ir encaminado ttl objetirn de proveerla de aquellos medios que. en caso de ,nn- rt:presenca la evolución <le las formas de la guerra; a parcir de dicho punco,
jlicto. sean los clpropiados para la conqttista del dominio del aire. la curva se dispara bruscamente en ocra dirección, rompiendo roda conti-
Todo esfuerzo, coJa energía, codo recurso alejado Je dicho o_bj_etivo esen- nuidad.
cial, representa un probabilidad menos de conquistar el dominio _del _alfe. Por consiguiente, si nosorros incenráramos discanciarrios lo menos po-
una probabilidad más de ser derrocados, en caso de guerra. Todo aleiam1enco sible <le la crayecroria seguida hasta ahora. lo único que haríamos es alejar-
del objetivo esencial representa un error. nos de la realidad y rnrminaríamos por hallarnos, en muy poco ciempo, fuera
Para conquistar el dominio del aire, es Jecir, ~ara conseguir impe~ir por compleco de esa realidad. Para seguir <lencro <le la realidad, deberemos
que el enemigo vuele, es necesario privar al enemigo de ~od_os los medios cambiar bruscamente nuestra ruca.
de vuelo, va sea en el aire, en sus bases, o en los escableC1m1encos de pro- Si los hechos, el razonamiento y el conocimienco nos dicen que los valo-
ducción; ~n definitiva, allí donde puedan enconcrarse o crearse. res relativos al Ejércico y a la Marina están en decadencia frenre a las fuer-
Una acción destructiva de este cipo, no puede explicarse más qu~ en zas aéreas, haremos una labor nula, e incluso conrraria a la eficacia real
el aire O en el interior del país adversario, por lo canco, sólo ~~ede realizar- de la defensa nacional, si nos obstinamos, en el campo práctico, en querer
se por medíos aéreos. Los medios de g~~rra cerrest~es o marmmos no ~u~- dar al Ejérciro y a la Marina unos valores ficticios que no responden a la
reili~d. . · . •
den, en modo alguno provocar una acoon descrucnva de escas caraccensn-
Evidencemence, puesco que natura no facit saltum. y mucho menos el hom-
cas. Por consiguience:
bre, no pretendo que de hoy a mañana se cransformen las cosas: que el Ejércico
El dominio del aire so'fo puede ser conquistado por una fuerza aérea adecuada.
y la Marina queden abolidos y se acrecienten las fuerzas aéreas, exclusi-
Uniendo este axioma con el primer corolario enunciado anceriormen- vamente.
ce, podemos extraer la siguiente consecuencia de alcance fundamencalmen- Sólo pretendo, por ahora, que se comience a dar a las fuerzas aéreas
ce práccico: la importancia que se merecéñ -y en Italia estamos aún muy lejos de esco-
La defensa nacional no puede ser as~g1~rada m_ás que por ji,erza airea apta para y que se adopce el siguience concepco a plazo medio y de forma transiroria:
conquistar. en caso de conflicto. el don-umo del azre. Tender a una dismin11áón progresiva de las fuerzas terrestres y martÍimas y al
Esca proposición contrasta, completamente, c_on la con:epción accual aumento progresivo de las fuerzas aereas apropiadas para la conquista e/el dominio
de la defensa nacional y, eleva a un primer plano la imporca~c'.a de las _armas del aire. .
aéreas. Para negarla es necesario negar el valor del dominio del aire. Concepco que se aproximará canco más a la realidad, cuanto más deci-
El concrasce que supone respecco al pasado es preocupante, pero cam- siva sea la rendencia de avanzar hacia los extremos. •
bién la conquista del espacio por parce del hombre es un hecho que no La viccoria sonríe a quien lleva a cabo las rransformaciones de las for-
mas de la guerra, no a quien se adapta a las transformaciones de las formas
puede dejar de preocuparnos.
<le la guerra, no a quien se adapta a las transformaciones mismas. En este
Es como ya he indicado, la coral cransfo rmación de los ~alores fre?te período, en el que se ha pasado bruscamente de una forma a otra comple-
a un v~lor nuevo y sorprendente. Las fuerzas terrestres y mar~t'.~as habian tamente distinta, quien anees se lance con audacia y decisión hacia la nueva
dominado hasta ahora, y su dominio no había halla~o opos1C10~: _el espa-
vía, gozará de una ventaja incalculable, porque tendrá codas aquellas que
cio escaba vedado al hombre. No existe ninguna razon que, a prz~n. pueda
la nueva forma ofrece respecco a la antigua.
excluir, en justa reciprocidad, que las armas aéreas puedan dominar sobre

41
Al\
La nueva forma de la gw:rra, exaltando al max1mo las n:nrajas Je la CAPITULO VIII
ofensiva, prodm:ir,i, inevirablemente. una r,ípida de<::isión de los conflicrns
armados. Quien no esté preparado para combarir la nueva guerra no cen- ARMADA AEREA Y AVIACION AUXILIAR
drá ciempo, no ya de prepararse. sino que ni siquiera podrá orientarse. Quien
anees escé preparado para la nueva guerra podrá obtener la vicroria, no sólo Consid~rando el problema en líneas generales, y basándonos solamente
con rapidez, sino cambién con los mínimos esfuerzos y con los mínimos en las cualidad~s del medio aéreo -con independencia de la superficie y
sacrificios. Cuando [a rransformación llegue a ser completa, la guerra, a de la gran veloodad de traslación hemos llegado a la siguiente conclusión:
pesar de que se decidirá con gran rapidez, afectará a unas fuerzas aéreas La defensa nacional nn puede estar asegurada más qNe por una fuerza aerea
cada día más potentes; sin embargo, en el período de transición. será sufi- apta petra crmq111sta1: en caso de mnjlictn. el dominio e/el aire.
ciente una fuerza limicada para ,mular complernmente al ejército y a lama-
. Hemos visco que para conquisrar el dominio del aire es necesario des-
rina adversari,1, y vencer.
rrwr codos los medios de vuelo del enemigo, canco en vuelo. como en sus
Si para decidirse se espera el ejemplo de los demás, es evidente que que- ba~es, en sus _almacenes, o en sus esrablecim_ientos de producción, es decir.
daremos por derrás: y quedar por detrás en esre período. quiere decir ser alh donde existan o puedan crearse, y, que anee rales destrucciones, ni las
batidos en caso de guerra. armas terrestres. ni las marírimas pueden acruar en modo alguno.
Y, como ya be indicado, en la actualidad se esrá produciendo esre hecho De _rn_do ello _resulta que una fuerza aérea apropiada para conquistar
curioso: la Alianza, para asegurarse contra las posibles veleidades empren- el domm10 del aire es independiente, canco en su consrirución. como en
didas como revancha por parre alemana, ha proporcionado a Alemania las su empleo, respecto a las armas de tierra y de mar. ·
condiciones para colocarse en la vía que mayor probabilidades le ofrece
Para simplificar expresiones. a parcir de ahora llamaremos Armada Aérea .
de conducirla a la revancha.
al _conjunco de aq~ellos medios aéreos que, por sí mismos, pueden consri- .
Dé -hecho. Alemania, impedida para armarse por cierra y por mar, se ruir una fuerza aerea apropiada pá.rá conquiscar el dominio del aire. La
verá inducida a armarse en e[ aire. Como veremos: una fuerza aérea apro- conclusión que recordábamos anees, puede escribirse de esre modo:
piada para conquiscar el dominio del aire, especialmente en esi:e pr.imer
La defens~ nacional no puede ser asegurada más qm por una Armada Aérea
período, requiere unos medios muy limitados, poco personal, pocos recur-
sos y codo ello puede estar preparado sin despertar la atención de los posi- de potencia adecuada. ·
bles adversarios; el acraccivo de liberarse, con gran facilidad de las condi- En la a_ccualidad, los medios aéreos.se utilizan milicarmence, para facili-
ciones impuescas, arrastrará con coda certeza a Alemania hacia la nueva tar l~s acc10nes de las armas de cierra y de mar, y por canco, se sitúan, res-
vía (1). pecnvamenre, bajo la dependencia del Ejérciro o de la Marina. No existe
n_ing~n_a fuerza aérea, cuya misión sea la de conquistar el dominio del aire;
Esca nueva vía es económica. Permite garantizar la defensa nacional,
s1 ex1snese, dad~ que el aire se extiende, por igual, sobre la cierra y sobre
con un gaseo de energías y de recursos muy pequeño, si se dan los valores
juscos a las ·,1rmas aéreas, de tierra y de mar. ·· · ·· el mar, no podna depender ni del Ejércítb, ni de la Marina, porque una
depend~ncia de este tipo, constiruiría una atribución arbitraria, que no res-
Recordemos que en Inglaterra ya ha habido algunos almirantes que se pondena a las necesidades reales y que dividiría a las fuerzas.
han planteado el problema de si será conveniente conscruir «dreadnoughts»
o aeroplanos: recordemos que en Estados Unidos se han hecho experimen- Existen medios aéreos direcramente ligados a las armas de cierra y de
tos prácticos. en los que se ha desmoscrado que se pueden hundir acoraza- mar, en cuanto a que aquellos no tendrían razón de ser, si éscas no existie-
ran, como 1 ,or ejemplo, la aviación de artillería, asignada a la artillería con
dos medianre el uso de aeroplanos.
el fin de facilitar su acción de fuego; existen también orros medios aéreos
Nos ha!Ltmos en un momento en el que ya no es posible ignorar el pro-
blema, y es necesario, por el contrario, contemplando con atención para (l) . Han_ pasado_ sólo c!nco año_s desde que escribí escas palabras y Alemania posee
dar una respuesta decidida en interés de la defensa nacional ya la pnmac1a en la mdusma aeronaunca y en la navegación aérea civil, además de la in-
duscria q~ímica y de los elementos necesarios para proclamarse, rápida y veladamente, en
una formidable porencia aérea. •

42 43
que. aun sin esrnr li¡::aJos Je forma direcu a las armas Je tierra y de mar.
esrán unidos a éstas por vínculos Je JepenJencia. como por ejemplo, la
aviación de bombardeo y la aviación de caza.
La aviación de bombardeo JepenJienre del Ejército tiene el fin genéri-
co Je aracar aquellos objetivos Je interés para el Ejérciro, y la que Jepende
Je la Marina, los objerivos de interés para la Marina. La aviación de caza
Jependiente del Ejército tiene fin genérico el servir Je policía en el espacio
Je cielo sobre la tierra, y la que depenJe de la Marina. en el espacio de
cielo sobre el mar.
Parece que en codo esro hay algo que resulta esrridente. se comprende
con facilidad que, en cal estado de cosas, un enemigo que organizase una
fuerza aérea con el fin definido y preciso de conquistar el dominio del aire.
haría un buen papel, en cuanto a que no hallaría nada preparado ni orga-
nizado que se le opusiera.
Y, se comprende con igual facilidad que todos los medios aéreos del
Ejército y de la ,Marina quedarían anulados por una Armada Aérea que
conquistase el dominio del aire.
Que el Ejército y la Marina se provean de aquellos medios aéreos que PARTE II
puedan resuhar\es úciles par~ el desarrollo de sus acciones es algo perfec'ta-
mence lógico, pero estos medios que complemencan las acciones del Ejérci-
to y de la Marina, no pu~den reptesenrar una fuerza aérea propiarnenre dicha. .LA ARMAD.t\ AEREA
La aviación de arcillería representa el disponer de unos observadores
útiles en forma de aviones; nada más.
Por codo lo que hemos razonado sobre la guerra aérea, hemos llegado
a la conclusión de la imporrancia que ciene la Arrr.a¿a Aérea. independi¡,n-
cemente de los medios aéreos del Ejérciro y de la Marina.
Cüando se empleó a la expresión Arma aeronáutica pareció un triunfo
.par~ el nuevo medio de guerra. Aunque no fue así, ya que más bien signifi.
có una traba, porque un arma no puede consticuir sino la parte de un codo,
y ese todo riene que ser independienre.
Hace falta llegar a la expresión Armada aeí-ea. ente capaz de combacir
en·el nuevo campo de lucha abierto al hombre, más allá de donde el Ejérci-
to y la Marina pueden llegar.

Hasca aquí, queriendo mantenerme dentro de unos límices sintéticos,


he hablado de medios aeronáuticos en general, pero puesco que en aero-
náucica, los medios se dividen en dos grandes categorías: los más ligeros
y los más pesad0~:que el aire -dirigibles y aeroplanos- para comenz:ir
a despejar el camÓ-10, diré que sólo la etcegoría de los m,is pesados que
el airé ofrece me<;lios· aéreos utilizables para los fines bélicos.
. ··• J

AA
CAPITULO IX

CONSTITUCION SINTETICA

Habíamos definido b Armada Aérea como el con junco de medios aéreos


que, por sí mismos, consciruyen una fuerza aérea apropiada para conquis-
tar el dominio del aire. y habíamos visco que para conquistar el dominio
<le! aire había que Jesrruir ro<los los medios aéreos del enemigo. ramo en
i vuelo como en sus bases. en sus almacenes, o en sus lugares de producción,
en definiciva, allí donde existieran o pudieran crearse.
f La Armada Aérea debe, por canco, estar organizada y ser empleada con
esra finalidad descructiva.
Para conseguir destruir. por compleco y rápidame~te, a roda una espe-

1 cie de pa:jaros no será suficiente con abatir a codos aquellos que escén en
vuelo. Precisamente ésta es la forma menos eficaz, porque aparte de la difi-
cultad que representa el encontrarlos a todos en vuelo dentro de un espacio
1 indefinido, quedando siempre crías y huevos en los nidos. Por el contrario,
el siscema más eficaz es el de destruir sistemáticamente los nidos y los hue-
vos, siendo suficiente con esro. dado que ninguna especie de pájaros puede
1 permanecer continuamente en el aire.
1
.i
Así, para destruir los medios aéreos enemigos, el sistema de ir a bus-
cados, o peor, de esperarlos en vuelo es el menos eficaz -aunque no com-
1 pletamente ilusorio-. Por el contrario, resulta mucho más eficaz el siste-

l ma de descruir sus bases, sus abastecimientos y sus centros de producción.


En vuelo, los aviones enemigos pueden emprender la huida; los nidos y los
huevos se encuentran en la superficie y no se pueden mover. Destruidos
los nidos. los aviones que, por ventura, hubieran estado fuera. a La vuelca
no sabrían <lón<le pos·J.rse.
Por esce motivo y. concrariamente quizá a lo que se suele creer, el siste-
ma más eficaz para <lescruir los ,tviones enemigos no es el <le ,tcacarlos en

47
vuelo, sino Jescruir codo aquellos objetivos que: más le _puedan inceresar, CAPITULO X
Je los simados en la superficie. Escos se descruyen meJ1ance los bo~bar-
· ·t··1<.:,--1 que ¡~.. Arma<l·1, ·1ére·1
<l eos. Esro s1gn1 , , Jebe poseer una pocenua orens1- LA UNIDAD DE BOMBARDEO
va contra ¡0 ; objetivos simados en la superficie y, por canco,: 111zul.ules de
bQmbardeo.. La unidad de bombardeo deberá poseer una capacidad ofensiva cal que
Pero las unidades Je bombardeo, durance el cumplimienco de su mi- le permita obtener resulrados de importancia aceptable.
sión. pueden encontrar en el aire fuerzas aéreas enemigas dispuestas ~ con- Ya me he referido al principio fundamencal que debe determinar la ac-
trarrescar su acción. Como las unidades Je bombardeo, por su pro~1a na- ción ofensiva desde arriba, y éste consiste en que un bombardeo aéreo debe
turaleza, no son las más apropiadas para el combare aére~, es necesano que conseguir destruir complecamencf!_ el objecivo sobre el que va dirigido; con
las fuerzas idóneas para este cipo de combace abran camino a las umdad~s esto se evitará tener que volver sobre dicho objetivo y, además de alcanzar
de bombardeo, repeliendo a las fuerzas aéreas que se opongan al cumplt- un resulrado material completo, provoca repercusiones· morales cuyo valor,
mienco de su misión. si bien no es fácil determinar, no deja de ser muy nocable.
A escas fuerzas aéreas las llamaré: de combate .. He dicho anees que la unidad de bombardeo debe ser capaz de destruir
La Armada aérea Jebe esrar constituida por unidades de_ bo_mbardeo codo aquello que se encuencre sobre una superficie determinada que -
y por unidades de combare; las primeras destinadas accuar ?tens1vameme según mi parecer-, debería ser de unos 500 metros de diámetro. La base
concra la superficie. las se6rundas para permitir actuar a las primeras, a pesar para establecer la fuerza de la unidad de bombardeo debe comprender dicha
de la reacción aérea adversaria. superficie -superficie destruible-..
Es evidence que cuanco mayor sea la potencia Je bo~bardéo de una Esca cancidad será canco menor, cuanco más eficaz sea el material acci~
Armada Aérea, canco mayor será también la facilidad de ~se~ yara conse- vo. Si se ciene en cuenca que de la. cancidad de material activo depende
guir descruir codo aquello que, d_es'.3e cierr~, da vida a la av1aoo~ en·em1ga'. a su vez -en igualdad de condiciones- el número dé aparacos de la- uni-
es decir, para conquistar el domm10 del aire. ~o~ ello, la _potencia de bom dad de bombardeo, comprenderemos inmediacamence fas vencajas·de usar
bardeo de una Armada Aérea debe ser la max1ma posible. materiales activos de la máxima eficacia.
La fuerza coral de las unidades de combace debe ser proporcional a las Establecida la cancidad de materiales acrivos necesarios para la super-
fuerzas aéreas similares que el enemigo pued~ oponer, de forma que pueda ficie destruible seleccionada, y conocida la relación encre el peso de las bom-
, superar la posible oposición. porque las unida~es apeas par~ ~l comb~ce bas y el peso del material accivo que pueden concener, se calcula con facili-
aéreo, una vez que la Armada Aérea haya conquistado el domm10 del alfe, dad el peso coral de las bombas necesaria para dicha superficie destruible.
no tienen ya mocivo para ser empleadas. Conociendo el peso de las bombas que cada uno de los aeroplanos puede
Por el contrario, una-vez que la Armada Aérea haya conqui~c~~o e: do- cransporcai; se obtiene inmediacamence el número de aeroplanos que hacen_
minio del aire, las unidades de bombardeo, libres de coda ~pos1c10~ acrea, falca para constituir la. unidad de bombardeo.
podrán desarrollar, casi sin ningún riesgo,_ coda su pocenoa ofensiva, em- Parciendo de la suposición de que 100 Kg. de materia acciva producen
pleándola para aislar al ejércico y a la manna d~ sus ba_ses y p_ara sembrar la destrucción completa en un radio de 25 mecros, y que, por término medio,
la descrucción y el cerror en el interior del pa1s enemigo, as1 como para la mirad del peso de cada bomba corresponde a la materia activa, he dedu-
destrozar su resistencia material y moral. cido que para una superficie destruible de 500 mecros de diámetro, hacen
Escas simples consideraciones delinean, con claridad, e~ especcr~ de la falca 20 coneladas de bombas. Admitiendo que cada aeroplano de bombar-
Armada Aérea: unidades de bombardeo en 1~ mayor c~~ndad p_os1ble. Y deo pueda transportar 2 coneladas de bombas, he llegado a la conclusión
unidades de combare en proporción a la posible reacc10n enemiga. de que la unidad de bombardeo debería concar con un fuerza compuesta
por 10 aeroplanos de este cipo. Las suposiciones hechas se hallan dencro
ii de los límices de l?-s posibilidades acruales, por lo que si no son exactas
1 en un modo absoluco, proporcionan una idea de que la realidad no puede

j 49
Siempre en n:laci1ín con las pérdidas. a las que pueden estar sujecas
. . -· s6lo la ex )erient:ia puc.:<lc.: da~ los daws_ exacms las unidades Je bombardeo, convendrá que ésrns estén constituidas por un
ser muy d1snnta. Cierro es que . . , l J. ,-oblecer Je torma pr;1cnG1 l.t
y a ella cendríamos que recurrir_ ,mees e es ' número Je ,ipararos no interior ,t un determinado número. Dado, por ejem-
.. , d la unidad de bombardeo. plo. que la capacidad de la unidad sea de 20 rnneladas de bombas, esca
composic10n e . .· - ,
,. ¡ nos inceresa es el pnnupio, e c.1pacidad podría ser suminiscrada por 10 aparacos capaces de transportar
Esco no nos interesa por ahora, º. q~~- e odría cener una unidad 2 wneladas Je bombas cada uno, por 5 aparatos con capacidad para 4 co-
interes_µ también saber ~a fuerza aprox~m_a ;e;~uitle Je alrededor Je 500 neladas Je bombas. o por un solo aparat0 capaz de llevar veince coneladas
de bombardeo que cuv1era una super ic1e L
de bombas. rnso Je que exisciese. Por un lado, conviene que las unidades
metros Je Jiámecro. . . . estén compuestas por el mínimo número de apararos, porque esto simplifi-
. d· .d d de bombardeo, establecida sobre este pn~op10, _no redp~e-
C a a um a . .. , . finida ue puede producir un aerto ano ca enormemence la conscicuición de las propias unidades; pero por otro.
senca una porenoa ofensiva mde . q a potencia ofensiva perfectamente no debe ser este número demasiado pequeño, porque la pérdida de un solo
. por el concrano, un -- aparaco incidiría demasiado fuercemence en la potencialidad Je la unidad.
al enemigo; represema, · d· d d trucciva compleca sobre una superh-
definida. que posee una capaci a , es . L des de bomb·1rdeo sobre un Considero que el número mínimo de aparams por unidad no debería ser
. d E · d a una c.1e escas u111ua ' .
cíe Jetermma . a. nvian ho ll . ·l "do en la superficie destruible. se tiene inferior a 4. lo que ...:xigiría aparatos de una capacidad de carga máxima
. -
0 b ¡envo ene
m o-o que se a e me m - - d de 5 coneladas de bombas en el caso específico que he considerado.
1,,. . d. h b·eci·vo La potencia orensiva e
' . d destruir IC O O J ·
la cerceza matemanc~ e ' s su erficies descruibles como Tratemos ahora de determinar las caracceríscicas generales que deben
la Armada Aérea esca represencada podr_ cam~ ·o·np y esca potencia ofensiva presentar los apararns para ser considerados apropiados para formar parce
b d O reno-a a su isposic1 , d
unidades d e b om ar ~ "' .ble enviarla contra el enemigo, don e de una unidad de bombardeo.
--~ejor aún, destrucn~::r e~o~~;~es que se pretenden alcanzar.. , :
_ ,mas convenga, para _?b _.. . d "bl de 500 mecros de drnmecro Un aparato de esce cipo debeposeer dos cipos de características, es decir,
. Disponiendo de )Ü superhoes es)~rOu01 aepsaracos con capacidad para 2 las caraccerísticas aerodinámica:s/las características de empleo. Las carac-
. -. , esca por unos - · · d l cerístícas aerodinámicas son in~~pendiemes de las de empleo, y están de-
. (Armada Aerea, compu -· - .. - destruir diariamente 50 objecivos: e a
coneladas de bombas), se pueden os de producción. etc.l. ,:Cuán- terminadas, únícarrienre, por el hecho de que un apararo debe; ante codo,
., - ( •os almacenes, cemr . d volar y volar bien -lo que incluye la facilidad y la seguridad del despegue
aviac10n enemiga camp , l . ación actual de cualquiera e
cos días harían falca para acabar con a av1 y Je! aterrizaje: éste esun requisit0 que se le exige a codo aparato, cualquie-
l randes potencias europeas? . ; ra que sea su empleo, canco en tiempo de paz como en guerra, y que se
_as g , sición odrían encontrar cales acciones ofensiva:.. puede considerar como faccor común para rodos los cipos, pero que encra
!.Que opo p . . rocedemes de la suoerhoe. De las
Oposicio1:es aéreas y o~os1c17e~ ti de l;s unidades d'e combate, des- 1 dencro del campo de competencia de los técnico de aeronáucica.
oposiciones aereas ya tratare cuan o a ~ de oposición. En cuanco a las Las características de empleo son las que nosocros debemos determi-
- ara superar este npo . -d nar, con vistas al empleo específico que se le vaya a dar al aparato; éstas
tinadas preosameme p - - fi . 'lo pueden escar consrn:u1 as por
. . cedemes de la super ioe, so d . son las siguientes: la· velocidad. el radio de acción. la alcura de vuelo, la
opos1c10nes pro _ . _ _anci·ae'reos Hay que ec1r que
- , es - por canones · capacidad de armamenro y la carga útil cransporcable.
las armas annaereas terrescr .. , b., puede ser contrarrestada por
., d - nnaereos cam 1en
la acoon e 1o~ canones a . dependientemente de esco, queda Velocidad He dicho que las unidades de bombardeo deben escar en
las unidades aereas de combate, per~, m . , so'lo puede ser míni- condiciones de llevar a cabo sus misiones, con el apoyo de las unidades
--
el hecho de que la ~t~cac1a e
ma, canco por las d1hculcade~
J;
- d l canones annaereos
dar en el blanco, como por la inevicable
1 de defensa. Los cañones an-
de combare y a pesar de las posibles oposiciones enemigas. Por eso, las uni-
., d d·o que impone esca c ase , d.d dades de bombardeo no tienen necesidad de poseer una velocidad elevada
diseminac10n e me 1 s . . -d d 5 de bombardeo -per 1 as para poder huir del enemigo. Esco ciene u·na gran importancia porque ex-
, d d · rd1das en 1as um a e
tiaereos pue en pro ucir pe d recender no correr riesgos, Y ya cluye los apararos de bombardeo de la compecencia por la velocidad que
limitadas- pero en guerra no dse pue, e~ al mínimo Por consiguiente, siempre es. incierta. Para los que en el aire buscan su prop-ia salvación, o
· · , pue en rectuc1rse · L _
es bastante. s1 escos nesgos ,.. _· . -·. -l hs unidades bien aumentar su pocencialidaJ, la velocidad juega siempre un pape! in-
- d .. · . Je mancener la ettuenua ue ,
hará taita escar en con _1uones l neos aéreos para reemplazar cierto, sobre rodo si cenemos en cuenca el rapidísimo progreso de la veloci-
de bombardeo, proporc10nando los comp eme
dad en los apararos; por ocra parce, la vicroria jamás se obtiene huyendo.
las posibles pérdidas.
1 51
. ··-· .- . -.-..,~
- :·,.,.. :~,z:•-=r,_,-,....,..-.....-
--~- ~- -·· ~

. b . a cosGl Je la carga LÍcil Altura de vuelo En un aparaco Je guerra la alcura máxima de vuelo
. J ¡ d· ¡ . avwnes se Ll nene disminuye la vulnerabilidad frente a los acaques procedentes de cierra. Dado
ü na vdoC1da e eva a en os d , ·-· "ª habrá que concencar-
1 s aparacos e gr,lil c... r1:- , .- f . que las unidades Je bombardeo deben llevar a cabo un ciro diseminado,
rransportable; por eso, e~_dº1d media así se comprende cambien con a_o-
se con alcanzar una vdoct , ,y d 1 'd, d media los que me¡or este tiro puede realizarse desde cocas muy elevadas. La coca normal de vuelo
- 1 aparacos e ve OC! a
lidad que sean precisamenbcerdos d b ~ener. por canco, una velocidad media, debería sicuarse en ere _1 y 4 mil metros. Se llama plafand a la alcura máxima
El aparaco de bom a eo e e e ' - • , s v que que puede alcanzar el aparaco. Teniendo en cuenca nuestras fronceras cons-
vue1en. _ _ .d d d h . de los acaques aereos enemigo ,
dado que no nene necest a e ~ir tituidas en gran parce por elevados ma,:izos moncañosos, necesicamos que
car caro-as considerables. codos nuestros aparacos posean plafonds cales que les permican superar con
tiene que cranspor "'
facilidad la cintura alpina en cualquiera de sus puntos, es decir, plafonds
-, .
El d .O d e acoon
. , d e un aparaco de.. •"'auerra viene
entre 6 y 7 mil mecros.
Radio de acc10~ - ~a t , l uede ale·arse desde su punco de
d do por la discancia max1ma a la cua p J
:reída, conservando la posibilidad de volver. Capacidad de armamento Evidenternence, un aparaco de bombar-
p . . , d I s aparacos de bombardeo deo de debe ser apropiadc para rransporrnr bombas y estar provisco de los
- l adio de acoon e O -
Es convenience que e r . mayores serán las post· medios adecuados para lanzarlas. Pero es preciso dorarle cambién de un
- . 'bl orque mientras mayor sea,
sea el maximo post e, p ' . . . ara llevar a cabo las ofen- armamento defensivo, esencialmente, para que cumpla una finalidad moral.
b T d d de adencrarse en el cerncono enemigo p .d d d com-
1 t a _es . d del radio de acción depende de la cann. a e Aunque un aparaco de bombardeo no represence un medio perfeccamence
sivas aereas. La long1cu d A mayor capaodad, mayor adecuado para el combare en el aire, no es conveniente infundir encre la
buscible que ese avión es capaz e cransporcar.
cripulación la sensación de impocencia para reaccionar concra un posible
radio de acción. . ble del aparaco debe- ataque enemigo. El aparaco deberá ir equipado con armas de pequeño cali-
d b b d O la carga cransporca
En un aparaco e om ~r: e , do el equipo- entre d peso bre y de tiro mµy rápido para su defensa directa, aunque teniendo siempre
. . d e orrveniente- .,-excepcuan . . - . presence qµe el combate en el aire corresponde a las unidades de combate.
rá dividirse e iorma c . . .· .. (b bas) Dada-la carga max1ma
'bl · l 50 .de Las armas om · -
del combusn e y e pe . ... 'd d fi. d·e· cerminada- es pos1ble
co -cann a . i¡a y .
cransporcable d e un ap~r~ . d l ancidad de combustible y dis· .Carga útil transportable La carga máxima útil transportable por un
. d c on aumencan o a c
aumentar e1 ra d 10 e ac 1 ' . H a' f:alca pues escablecer avión, sea cual sea el modelo, es un claro determinado y fijo que no puede
'd d d 5 y viceversa. ar , '
minuyendo la cann a e ª_C''.11ª , ld co de bombardeo -y esco ser superado por la suma de los pesos correspondientes a escos tres elemen-
. 1 d' d oon norma e apara . .
cuál debe ser e ra to e ac , . dos los ob¡· ecivos enemigos tos: tripulación, combustible y armas.
, ¡ d. · la que esten s1cua .
dependera de a iscanoa a . l z denrro de dicho radio
elecrir aque que sea capa , Nacuralmence, será conveniente que la tripulación sea la minima indis-
que se precend e atacar- Y "' o- d bombas conveniente. pensable, aunque hay que tener en cuenca las posibles pérdidas que se pue-
de acción normal, transportar una carc,a e .
den verificar. También hemos visco la relación exisí:eme encre el peso del
. . .. 1· radio de acción normal debería situarse en la accuah-
A m1 parecer, e combuscible y el de las armas.
dad en como a tos 200-300 Km. .
La carga útil coral debe ser tal que asegure una conducción adecuada
. ., al· en casos excepcionales, este puede del aparaco y un empleo adecuado de las armas, dentro del radio de acción
He dicho: radio de acc10n ~orm , d ad1·0 de acción normal de
. d e Td d S1·poseyen o un r -. - . normal, siempre que la carga de bombas no sea demasiado pequeña, por-
ser modifica o con iao 1 a . ., os 100 Km sera rnunl
d II cabo una acoon a un -, que esco requeriría un número demasiado elevado de aparacos a la hora
300 Km., se pr~cen e evar a se uede utilizar el peso ahorrado p~ra
cargar combusnble para 300 Km., Y d p .- 1 de 300 Km., se in- de conscicuir las unidades y perjudicaría a las mismas.
, b
cargar mas om as. t c
b s· on un radio de acoon.norma d. ·a se puede disminmr la
.
Como ya he dicho, en mi opinión, la unidad de bombardeo no debería
. -- 400 Km e iscano ,
renca realizar una acc1on a . . . 1 combustible necesario. escar compuesca por un número de aparatos superior a 12, ni inferior a 4 ..
carga a'e bombas , para susncmr este peso por e . Escas son las características generales de empleo que debería presentar
uedan <,ozar J e ca. 1 ela :,·cicidad de radio. ,de ac- un aparaco de bombardeo, características que, fijadas en cifras deberían
Para que los aparacos P. "' . 1 ·dades de construcc10n que
. · 1 ir aJtrunas parncu an ·exigirse a los conscruccores.
ción, es sufiioente con rnc u "' d b bas y de combustible.
permican una elascicidad en la carga e om
53
. _-_ J·I· efic-ici·tdclosmaccriales
- ·J . h «r-u1 1n1norcanua e •1 • • ._ -
Ya me he re t en ° ·1 • ,c, • ' b· , : Juplictr su ehcacta
. -J . l· bombas- <le hec 110. ,1stara -
accivos conten1 o:, en ~s
para duplicar la potencia <le una rma a
A ,
<l· Aérea mancenien<lo el resco sin
,
alceración.
conomizai: - en e1 escu J.10, n1- e n los
ni
Es necesario. a esce respecto. no e , CAPITULO XI
medios.
LAS UNIDADES DE COMBATE
~~;:~
0
Los m~ce_riales activos s~ ~iv'.ddeenmea_ns ~r:~::::c~~:~a::a;:t:1~~: ;~
- · y toXI cos·• :ves necesanod, a l
d ianos
O -
, buscar la mavor ebcac1a •
_ b I d cada una e as caceaorrns, O , Las -Unidades de combate tienen como finalidad despejar el camin·o a
eficae1a a so uca e _ • d l la proporción más adecuada
para su empleo combinado, 1anzan o os en las unidades de bombardeo. anee la posible oposición del enemigo, con el
durance los bombardeos. fin de que éstas puedan llevar a cabo sus misiones. En consecuencia. deben
ser especialmeme adecuadas para el combate en el aire: conviene. pues, que
- - l· .
enenc1a - po d ra, confiir marlo- que, en las
nos hagamos una idea, lo m,ís exacca posible, de lo que es el combace en
Ya puede incu1rse ~y a exp . 1 losivos encrarán a formar parce
combinaciones destrucnvas, los macelna es ~~p d l s maceriales incendiarios el aire.
• • minima,
en una proporc10n · · ya que a acc1on e o
Anees de la gran 6,uerra. muchos negaban incluso la posibilidad del com-
y coxtcos es mucho más extensa. bate en el aire, hasta el extremo de que los primeros aparacos que se em-
_ d'fi - ales -alcances, ofici- plearon en la guerra. carecían de las armas adecuadas para el combate en
Para los objetivos constiru1hdobs _Pºdr e t 1cla10dsensotrr:C.ción más compleca se · el aire, salvo, quizá, alguna .rara excepción.
· · -eneros a ita os-
nas, esca bl ec1m1entos; _<.: . d.• . r ndo con inaceriales tóxicos, coda Sin embargo. el combar~ aéreo tenía que existir por necesidad; cual-
obtendrá provocandomcen ws? para ~za , . . -
quier acción que el enemigo llevaba a cabo.)a realizaba en su b.eneficio
actividad humana durance un c1erco t1empo.
y en contra de nosotros, por lo que había que concrarrescar cualquier ac-
. 1 . drán ser útiles bombas que sólo concengan explo- ción enemiga. No era posible admitir, por ejemplo, que nuestros aparatos
sivo!,x~::~0;:r:f:~~l~~ para inutilizar, d~rame algún ti:~~~i~~:;ampos de reconocimiento, al encontrar aparatos de reconocimiento enemigos, no
. ., d b1'do ª· los cráteres producidos por las e p . actuasen para impedir su reconocimienco sobre nosotros, y viceversa.
d e av1ac1on, e
, nvenience representa una cues- Así nació el combare en el aire. de forma espontánea, por necesidad;
Pero la definición del armamemolmhas co -d hacer mención para dar los aparatos se armaron y los aviadores tracaron de acacarse y de detender-
, - d d a la cua e quen o ' , se. Desde escas primeras luchas se vio rápidamente la superioridad que te-
tion parncular e ca a cas O, bl e comporca la consticucion
- una idea de la complejidad de los pro emas qu nían los aparatos de mayor velocidad, porque tenían la posibilidad de _ata-
de las unidades de bombardeo. car o de rehuir el acaque a voluntad, mientras los más lencos estaban obli-
gados a quedar al beneplácico del adversario.
De esca observación nacieron los aparatos de caza y recibieron este nom-
bre, porque su misión, desde un principio, fue la de dar caza a los aparatos
enemigos de exploración, de artillería, etc.
En los aparacos de caza se dio énfasis a la velocidad y al armamento,
y es nacural que adquiriesen inmediacamence el predominio en lo que res-
pecta al combate en el aire, frence a los aparatos de otro cipo. Para proteger
a estos otro aparatos. a los cuales no les era posible rivalizar en velocidad

55
54
1
!

con los cazas, se sintió la necesidad de neutralizar la acción de los aparacos


de caza enemigos con apararos similares, es decir; con aparatos capaces, __
1
1
Este doble favor que encontraron casi .
caza, produjo el rápido crecimiento d
d.
d. i~me iac~m_enre, los aparacos de
digámoslo así, de dar caza a los cazas.
Surgió enconces una pugna por obtener aparatos muy velcces -más
¡
' tiempo, se produjo una desviación d 7 i_c. ~ especialidad, pero a1 mismo
comprensión del valor del dom - . ed ª1 v1~1on del problema y de la exacta
veloces que los adversarios, y muy manejables- es decir; capaces de reali- mio e aire.
zar las denominadas acrohacias. mediante las cuales, en caso de inferiori- Durante la guerra sucedió a menudo u .
ranres, cuya aviación de caza hab' ~de una de las naciones belige-
dad, el aparaco podía inrerrumpir el combate y huir. En esta pugna se sa- 1a conseo-u1 o abatir al e . ,
ro mayor de aparatos que los que é 1º h , nemigo un nume-
crificó codo para obtener la máxima velocidad, la máxima manejabilidad poseer el dominio del aire, cuand ste eals _dabd1a abatido a ellos, declaraba
y el máximo régimen de subida, siendo este último un requisiro indispen- _J_ • • o en re i a Jo únic 0 ,
preuvmzmo temporal que haci'a m, d.f, . ' que pose1a era un
- sable para obtener la supremacía. De esca manera, la tripulación fue redu- ' as 1 1c11es las ope · ,
gas, pero no las excluía de manera h _raciones aereas enemi-
cida al mínimo: sólo el piloco, encargado también del manejo de las armas, 1as naciones
· beligeranres
' llevaban queb asca. el d1a ,del arm1scic10, · - • rodas
y el radio de acción quedó reducido a una hora de vuelo o poco más. ª ca o acc10nes aereas
El aparaco de caza, a pesar de ~us a citud fi . . ' .
La misión de los cazas fue la de abatir a los apararos enemigos de otro apararo que acruó a la defensiva y p d' es odens1vas, fue siempre un
cipo y la de proteger a los aparatos propios de los cazas enemigos. - , no po ta ser e ocra for d b.d
su pequeno radio de acción que I e b ma, e I o a
e rorza a a tener que sp ¡ .
Al tratarse de unos aparacos de gran velocidad y cuyo empleo requería pero no ir en su busca, o bien ir a buscarle allí dond 1e ernr a _enemigo,
la práctica de acrobacias, eran de un comporramienro bascance difícil, por llevar a cabo operaciones en nuest o . . L e e enemigo incenraba
lo que fueron confiados a los mejores y más audaces píloros. abatir los aparacos enemigos que~ cerricbono. os cazas se empleaban para
. b intenta an hacer reco · ·
realiza an servicios a la artillería b. , noc1mienros o que
Las cazas gozaron inmediacamence de gran favor; debido principalmen- portanres de los bombard , , o tam ~en, para defender los ceneros im-
eos aereos Teniendo ese
te a dos razones. Los apararos de ocro cipo: de exploración, de artillería, fue siempre diseminado lo b. , o en cuen~a, su empleo
de bombardeo, estaban encargados de misiones precisas y definidas; d~ 7 ral de duelos aéreos en 1:s :u~~::: dares ae~eos. adquirieron la forma gene-
tance el desarrollo de las cuales se encontraban en ma~ifiesca superioridad, y la audacia de fos 'denomi·nado esca_~ª a siempre la especiaimaescría
, . s ases. · -
en caso de enfrentarse con las cazas adversarios. Los aparaco~ -de ca,,ia cea,
Mas que una ésI_>ecie de caballería aérea, la caza re re . .
nían, por el con erario, misiones menos definidas: o iban a la búsqueda áe-. co de caballeros erúnces en él' áire. :. . •- p senca un con;un~
aviones enemigos de ocro cipo, frencé a los cuales se haHaban en manifiesta
superioridad, o bien se encontraban con los cazas enemigos, frence a los Ahora se comprenderá que en codo esco ha al fal
cuales, se hallaban en condiciones aproximadamente iguales y en ese caso
escá determinada por enfrenramiencos de y -[º
so, porque la guerra
aire deben dar lugar a la cab 11 , , masas. os caballeros errantes del
tenían la posibilidad de enrrar en combate o de rehuirlo, o incluso, una a eria aerea.
vez empezado el combate, podían interrumpirlo. La misión de los cazas era, Ya he indicado anceriormence · b -
- por.canco, !IllÍs brillante, menos encuadrada y, también en cierro sentido, 1a velocidad ,·uega u . . que quien asa su potencialidad sobre
, na carca 1nc1erca El ap d
menos peligrosa. De ahí 'la preferencia de los -píloros. por dicha c;speciali- c~n ocro más veloz, se convierte en ap;raco ca::~:. :::;; que ~e encue~cre
;;/;;_ºª ✓.1via€ión-de-caza que pueda ten~r la se~u~idad.:i::~::; :sI:
dad. El empleo de los cazas era el qu:e se desarrollaba más a la vista -~e .
los ,;.Los mandos y el ·que prestaba unos servicios, por_ así decirlo, más di-
rectos. Si el enemigo trataba de bombardear los puesros de los alcos man-
Los aparatos de caza deben ser aparacos ex e . l - . .
dos, se llegó a la conclusión de que el medio de oposición más idóneo eran límite de las · ·b 1Td1 d , . c pcwna es, siempre en el
los cazas; y que estos aparatos, por su gran régimen de ascenso, conseguían b., . posi ª es cecnicas del momento y requieren pilotos tam-
1en_ excepc1onale~. Pero l~ guerra se hace con máquinas y hombres de ; o
elevarse a tiempo, en cuanto se detectaba la amenaza enemiga y una vez
que estaban a gran altura, les resultaba más fácil abatir a los !euros apara- med1ho. Es neces~rio, por lo tanto, modificar el concepco de combare aér~o
que a prevalecido hasta ahora.
cos de bombardeo. De esce modo, los cazas fueron empleados por la deno-
minada policía del cielo y gozaron del favor de los alros mandos, a los cua- En el combate _aéreo, lo que determina la viccoria es la potencia de fue o
les," les proporcionaban una cierra cranquildad, al menos durante e! día. que se puede realizar contra el adversario· la veloc1·dad no . , g
, sirve mas que
P ara a1canzar1o o para rehuirlo.

56
57
Esca ~arga considerable debe ser urilizada para dar al aparaco de com-
Un aparara lenco, pero armado de forma que pueda levant~r en corno bare fa máxima- potenc1·a de f uego y, s1· es pos1'ble, una cierra
· · ·'
procecc1on.
a sí mismo una barrera de fuego, se halla en condiciones de abanr al apara- L , . . .
. a n:ruoma potencia de fuego se obnene multiplicando las armas a bordo
ca de caza más veloz. }'. d1ponendolas de forma que puedan concentrar la máxima cantidad de
Una unidad de combare, compuesta por apararos lentos, pero armados tuego en rodas las direcciones.
de manera que puedan formar en corno a sí mismos una barrera de fuego,
se halla en condiciones de repeler un ataque de los cazas, aunque no pueda . Una cierta prorección se obtiene, blindando ligeramente las parces más
virales del aparato. S_ería absurdo pretender un blindaje que preservase al
rehuir dicho ataque, ni perseguirlos.
aparata de codos los 1mpacros; sin embargo, no existen impedimenros para
•La unidad de combare no necesita ni rehuir los ataques, ni salir a la dorarle de un blindaje ligero, para protegerse de una gran cantidad de im-
búsqueda del adversario aéreo. He dicho que la fi~alidad de_ l~s unid:1-des pacros.
de combare, es la de despejar el camino de las posibles _opos1C10nes aereas
Es evidente que_ los apara~os concebidos en este sentido pueden presen-
enemigas, para las unidades de bombardeo, para que escas puedan llevar
tar en lo ataques aereos una mcensidad de fuego muy superior a la de los
a cabo sus misiones. apar~cos de caza, y en consecuenca, por lo que se refiere al fuego -y es
Una unidad de bombardeo, paniendo de A, debe trasladarse para bom- precisamente este punco el que nos interesa- ser superiores a ~seos.
bardear B. El objetivo es bombardear B. Las unidades de combate no ci~-
Si se posee un apararo de bombardeo capaz de cransporrar dos tonela-
nen otra misión más que la de despejar el camino de los posibles obstácu-
das d_e bombas, ~s eviden~~ que también se puede poseer otro aparato, con
los aéreos que pueda hallar la unidad de bombardeo entre los puntos A y B.
ve!oCJdad, de rad10 de acc1on y altura de _vuelo ligeramence superiores, capaz
Depende del enemigo el impedi½ si puede, el bombardeo de B. Depen- de transportar una sola tonelada de bombas.
de del enemigo el atacar buscando el combare. Si el enemigo _n_o acac~, canco_ __S_i en esre aparato, en lugl:lr de rransporrar bombas, se utiliza la dispo-
mejor, el bombardeo de B se llevará a cabo con mayor rranqu1hdad. S1 _arac~;
01bd1~ad de carga ~e una tonelada pata adaptarle e incluirle armas de fuego
las unidades de combare se encuentran preparadas para repeler los arnques. _ apro~1adas, se obnene un aparato de combare con una intensidad de-fuego
0
Por éste motivo, las unidades de combare no tienen· necesidad de po considerable. · · · ·
seer una velocidad que les permita obligar al enemigo a la lucha. Es sufi- La unidad de combate debe esrar consriruida por un ciero número de
ciente, por el contrario, que rengan una velocidad cal que les permita_ d_ar aparacos de combare capaces de combatir en formación, y la formación debe
escolta a las unidades de bombardeo, de manera que se hallen en cond1C10- ser cal como para presenta½ en codas las direcciones, la máxima intensidad
nes de entrar en lucha contra el enemigo que intente obstaculizar el desa- de fuego'. de manera que resulte alcamenre peligroso para cualquier avión,
rrollo de las misiones emprendidas por dichas unidades. el aproximarse a la unidad.
En definitiva, los apararos de combate deben poseer una velocidad li- . Contra escas unidades, que repico una vez más, no tienen la finalidad
geramente superior a la de l9s ¡¡pararos de bombardeo. de imponer el ataque, sino sólo de sostenerlo cuando son acacadas -los cazas
~ó podrían obten~r nin~una ven raja poi- su mayor velocidad y miniobrabi~
Otro canco puede decirse respecto al radio de acción y la altura de vuelo. hdad; pero tendnan la desventaja de su menor armamenro. · ·
Es evidente, de hecho, que el radio de acción y la altura de vuelo de los
aparacos de combare deben resurar ligeramente superiores a las de los apa- Para ara~ar con ~osibilidades de éxiro a dichas unidades, hay que dis-
ratos de bombardeo, a los cuales deben dar escolta. poner de unidades similares, mayores en número, más fuertes, mejor arma-
das y mejor protegidas.
En resumen, los aparatos de combare deben poseer caraccerísric~s de _ . Sólo la experiencia y la práctica pueden proporcionar los elementos su-
velocidad, de radio de acción y de altura de vuelo, ligeramente supenores, fic~emes para determinar el número de apararos que deben constituir una
pero del mismo orden de magnitud que las de los aparacos_ de bombardeo; unidad de combare, su formación y su táctica.
de ahí se deduce que, en su conjunto, pueden ser poco diferentes a_ esros Yo pretendo únicamente dar una idea esquemáticamente, aunque con-
úlciIT1.9s y, por canco, résulrar capaces de transportar una carga considera- creta, de cales unidades.
ble, ~demás del combustible.
59
58
CAPITULO XII L," uinct:pru, ,¡uc.: lic c.:xpucsro rclar1nis. 1 . . . .
r1ru1r l.1 masa de.: h -\r . 1· A . ,1 os ,1p,1r,1ros c.¡ut: tkbcn u>ns-
·1 1 , , m,tc ,t c.:rc,t. >Dll muy dif· . . . --r
ESTABILIDAD DEL ARMAMENTO ,ar, L·P. u>rno lo\ dt." . l - Lrcnrcs. 1anro los d1: hom-
u,m ,are ll<:Lcsir·rn - ·¡ l .
ranrp n" se basan tn ·11· P : . ' m o un,t \·e: oc1Jad media. por lo
t ,1. ou, importa nue -1 , • t·· .. · . .
Habíamos visto que una Armada Aérea debe estar constituida por un pueda ¡,n,p1,rcion·1r ·1¡,- . . l l , l 1-tr llllonam1l:nto recnico
. ' , .tr,1ros , t ">omb· ¡
1 tn,drt:radas el n:sro le s . ·. . .
¡
determinado número de unidades de bombardeo y de combate. En la com- t" . .ir, eo y e<: ..:ombare c.¡ue, manrenien-
. l llS L,lf,ll[{:fIStlC-tS f1U(; l t.
posición de una Armada Aérea, tambiéri podrán formar parce aparatos de sup<:rior u1 !O O ">(J K I . ' · ºl an o recer un,1 velociJad
.· . . - m. por Hlra. Nrn;.:una ne:· •··J. J. · . ·
otro cipo, como por ejemplo, aparatos de gran velocidad para la explora- r.i a l,1mb1ar <:I armamenr p. _ .' ctsi a ,1prem1anre obli!.!;a-
o. M,I seguir el pro" - . , e

ción, para enlace, para los mandos, etc. rcnc:rlo <:n cuenca l·L1· 10 J 0 . . J ' ¡-,reso recn tco sera suficienre
. ' se pro uzca !· . .l ••
ro mismo. Los ptrfrccion· . ,t n,1rur,1 renovac10n Je! armamen-
Pero la masa de la Armada Aérea estará constituida por aparacos de . <1m1encos roe-in siempre; ¡
inren:sa ts <:I punro medio. , . os excremos, pero lo que
bombardeo y de combate.
De
. <:sra
. . rn·tn<:r·i, • t.¡ armamento Je un· A . J. A.
Esco proporciona estabilidad al armamento de la Armada Aérea. Una l,t. t~rabtl,dad '
nccts·1r1··1 . a rma ,t erea lle~ara •.¡ tener
.
< Lllmo p·1ra f<•sulr
de las críticas más graves que reciben las armas aéreas es referente a su . '
, '- ar una t·uerza realm<:nce ' '
efi .
gran inestabilidad. Se dice que, dado en continuo y rápido perfeccionamiento P<:ro hav mas . . . caz.
.·. .. . . . } .19u1 roco una cuesrión .J . 11 . .
de la técnica aeronáutica, cada eres meses hace falta c.tmbiar el cipo de apa- <..1011. S1 examrnamos las cara ·r . . ... J que esarro are a continua-
. l l
so ,r<: 11s a pararos el<: b l. edensnc,1:, e empl<:o "Ue, he d e t··101.J o al tratar
ratos que constituyen el armamento de las fuerzas aéreas. Y es cierto, dados . . omnr eo y Je comb·tr· -. b .
los concepcos que actualmente rigen en la organización de escas fuerzas. racrcrtsncas son en ¡ · ' c. ~t o servara que estas ca-
· · meas generales casi idé · . . ¡ d
l la aviación.
le ' · ncius ª as el empleo civil
De hecho, vemos que actualmente se da un importancia muy grande
a la aviación de caza. Como esca especialidad basa su potencialidad en la El ,tpararo Je bombardeo . d f . .
velocidad, y la velocidad de los aeroplanos es aumentada a diario por un velociJaJ meJia vcon d. eds,. e i_n_1rva, un aparato de rranspon:e Je
' un ra 10 e acc10n co · • '
nuevo récord, resulta claro que la aviación de caza es por narurálezainesta- _pado para transpo:r:rar bomba ·S . t·· .nvefilenc~, espec1almence equi-
. ·
par:1 convernrlo en apeo - . : . •...· s. era su te1enre equipa ¡ d
. r o e otro modo
ble, y cualquier aparaco que se adoptase hoy para la caza, map.ana puede para rransporrar ·person· • .
resulcar a su vez cazado. marlo en un aparara aprop· d. • . .. as o COSll,S, y as1 r_ransfor-
. ia o para el empleo ci ·¡ Es .
ap 11carse a los aparatos de b · vi· ro mismo puede
Pero no sólo sucede esto entre los cazas. Existen ciertos aparacos llama- . com are, que deben po. 1 .d .
aunque lweramence su .
penor, un ra dº de ac · - seer una. ve oc1 ad media ,
dos de bombardeo diurno, en los cuales se intenta conciliar una enorme velo- 1:-
d a d d e carga considerable 10
1· c1on conven1ence v una capaci-
cidad con la posibilidad de transportar una cierta cantidad de bombas. Escos , aunque 1geram · fi · ,
-puesco que la inversa tamb., . ence menor. Esro quiere decir
aparatos, según el actual concepto de empleo, se llaman de bombardeo diurno, 1enes cierra- que medí
acuerd os encre la aviación ·¡· ¡ . . anee 1os oporcunos
porque aprovechando su gran velocidad para rehuir las oposiciones aéreas . mi irar a civil ser, ºb! b
necesidad, la inmediat t· ., , a pos1 e o cener: en caso de
enemigas, pueden llevar a cabo, durante el día, sus acciones de bombardeo, •.
md1rares y, en consecue .
ª rrans ormac10n de lo s aparacos civiles · •
en aparatos
aunque sea con caigas limitadas. Escos aparatos son lo contrario de aque- . ., , neta, que una Armada A, d b
i1VJ_ac1on civil una g·ran parce d dº erea pue a o tener de la
llos otros, denominado de bombardeo nocturno, dotados de una velocidad media ,
d o esca · ·· · - . . e sus me 10s e d ¡ -
conveniencemen~e. .. .. . , uan o e pa1s haya d(!sarrolla:
y que deben realizar sus operaciones, huyendo de la oposición aérea enemi-
ga, aprovechándose de la noche. La aviación militar acrual al b . _· . .
de caractensncas
, . exrrem , dasarse casi exclusivam
· ente en aparatos
El concepto básico es idéntico: llevar a cabo una operación, huyendo de as, no pue e 0"Ozar de t .
resulta inesrable sino que . es ª venraia, por eso no sólo
las oposiciones enemigas, y se traca de un concepto estridente, en cuanto ' en poco ttempo debe - , •
sus propios medios. . , ra concar unicamence con
a que durante la guerra, hace falta disponer de la potencialidad adecuada
para llevar a cabo operaciones a pesar de la oposición enemiga. Pero como esca cuestión es de ' . .
trate de las relacione I g~an. l~porcanc1a, volveré sobre ella cuando
Pero, independiencememe de esco, es evidente que también los apara- s encre a aviac10n militar y la civil_
cos de bombardeo diurno, al basarse en la velocidad, resultan inestables.

60
61
PARTE III

LA GUERRA AEREA
CAPITULO XIII

PRINCIPIOS GENERALES

Para estudiar el empleo de una Armada Aérea es necesario partir de


la siguience consideración: una Armada Aérea representa una noca.ble ca-
pacidad ofensiva concra objecivos simados sobre la superficie, capacidad
otensiva que puede emplearse, dencro de los límices de su radio de acción,
sobre el cerricorio o sobre el mar enemigo, con la misma facilidad en codas
las direcciones, con una velocidad de traslación superior a la de cualquier
ocro medio, y que está provista de los medios adecuados para abr_irse cami-
no a través de las oposiciones aéreas enemigas.
Inmediatamente surge el primer principio de su empleo: la Armada Aerea
debe emplearse en masa.
Esce principio es absolutamence idéntico al que rige para la guerra te-
rrestre y para la marícima. El efecco macerial y moral de las ofensivas aéreas
-como el de cualquier orra ofensiva- es máximo cuando éscas se concen-
cran en el espacio y en el ciempo. Por ocra parce. manceniendo unida la masa
de la Armada Aérea, permanecerán unidos cambién los medios que ésca
posee para abrirse paso a cravés de las oposiciones aéreas enemigas; así se
sicúa en las mejores condiciones para superarlas.
El radio de acción de una Armada Aérea depende del radio de acción
de los aparacos que la componen, pero, puesro que codas las unidades de
la Armada Aérea no pueden ser desplegadas en un solo punco, el radio de
acción dependerá cambién del despliegue o cipo de formación empleada
por sus unidades y de la posición recíproca de dicho despliegue con la línea
de froncera o de batalla.
El cerricorio o el mar enemigos, sobre el cual puede accuar en masa la
Armada Aérea se puede delimitar práccicamente sobre el mapa, dado el
despliegue de las unidades de la Armada Aérea, señalando la línea excrema
-~ue puede ser alcanzada por rodas las unida.des de la Armada Aérea ...
Es evidence que codos los puntos del terricorio y del mar enemigo con-
cenidos dencro de dicha línea, podrán ser alcanzados, con la misma facili-
dad, por la masa de la Armada Aérea en pocas horas, como máximo, en
cantas horas como centenares de Krn. tenga el radio de acción de la Arma-
da Aérea.
Ningún indicio puede, a priori. marcar al enemigo el punco en que será
atacado. El acacante poseerá, en la mayor medida, la vencaja que supone
la iniciativa. Dada la incertidumbre, en la que esrá sumergido el enemigo

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hasta el último momento, resuicará muy difícil que la Armada Aérea ara-
canre se encuentre a codas las fuerzas aéreas enemigas y se vea obligada Por ejemplo: siempre he dicho que el fin esencial de una Armada Aérea
a rechazarlas para cumplir su misión otensiva contra la superfici:. En gene- es la conquista del dominio del aire, destruyendo codos los medios aéreos
ral, por mucho que haga el enemigo, ésre no podrá oponerse mas que con enemi~o~; parecería, por ramo, que esros deberían ser siempre los prime-
ros obienvos. Pero no es así. Si las fuerzas aéreas del enemigo se hallan en
I
una parte de sus fuerzas.
cales condiciones de inferioridad como para no poder reaccionar de forma
Por poco fuerce que sea una Armada Aérea, es decir, con que renga
sensible, puede _ser convenienre no perder el tiempo en destruir objetivos
un cierto número de unidades que bombardeo con una superficie de des-
de poco valor; sm embargo, puede que sea conveniente llevar a cabo accio-
trucción aceptable, el ataque no será dirigido concra un solo punto, sino
nes que somecan al enemigo a daños más graves. Admiramos, de forma hi-
concra un cierco número de puntos simados en una misma zona.
potética, que ~l~1:1ani~ _posee una Armada Aérea y que Francia dispone
Así como cada una de las unidades de bombardeo posee la capacidad de la accual aviac10n militar; en este caso, si Alemania se decidiese a atacar
- descruc,civa de un~ superficie determinada, la Armada. Aérea.poseerá una a Francia, en el primer día de operaciones le convendría destruir 50 esta-
capacidad de destrucción de una cierta zona que será proporcional al nú- b[ecimiencos de la aviación francesa, o bien, lanzarse contra 50 superficies
mero de escuadrillas de bombardeo que la consriruyan. descruibles en la zona de París y sus alrededores para aislar a Francia, no
Una Armada Aérea que posea 50 unidades de bombardeo, con una su- de su aviación, sino de su cerebro.
perficie de destrucción de 500 metros cada una, podrá en un solo vuelo, Así el agrupamienro de los objetivos en zonas y la prioridad en la dis-
destruir por complero 50 objetivos enemigos, ceneros habitados, almace- ~ribució~ de éscas depe_nden de faccores muy diversos y pueden tener una
nes, ceneros ferroviarios, establecimientos, etc. influencia sobre el conJunro de las operaciones aéreas.
Después de haber delimitado, según he dicho, el cerricorio y el mar ene- Sobre esca cuestión no creo que se posible definir normas parriculari-
migo, sobre el cual puede actuar en masa la Armada Aérea, se hace un es- zadas. Bastará cener presence el siguiente principio, análogo a ocro que rige
tudio de los objetivos contenidos dentro de dichos límices, subdividiéndo- también para la guerra rerresrre y para _l~ marítima: :;
los, según las necesidades, en zonas de destrucción en las que en cada una
habrá 50 objecivos. Prod11cir di adversario el máximo daño, Id más rápida~ente posible.
Si realizada esa subdivisión se obcienen, por ejemplo, 10 zonas, quiere De esre principio surge, inmediatamente, la convediencia de iniciar la
decir que la Armada Aérea tiene capacidad para destruir en diez días de guerra aérea por sorpresa.
operación, rodos los objetivos enemigos que se hallan sobre el cerritorio Una Armada Aérea de fuerza adecuada posee tal potencia ofensiva que,
y el mar enemigo, y sólo quedará por determinar el orden de prioridad concra un adversario que no esré preparado podría ocasionarle daños can
de las zonas a descruir. Todo esco parece muy simple, pero sin embargo, graves e irreparables que determinarían, en pocos días, [a derrota más ab-
la selección de los objetivos, su agrupación en zonas y el orden de priori- soluta.
dad en la descrucción de las zonas representa la parre más de licada y más
difícil de la guerra aérea y consciruye lo que podría de fin irse como -[a Estra- Para cerciorarse de la verdad de dicha afirmación, pido a mis lectores
que resuelvan ellos mismos los siguiencés problemas:
.regia Aérea.
La selección de los objetivos depende del fin que se pretende-aicanzar; Supongamos que un eventual enemigo nuestro posee una Armada Aérea
de hecho, los objecivos varían según se quiera conquistar el dominio del provista de unidades de bombardeo con una superficie de destrucción igual
aire, o se quiera aislar al ejército y a la marina de sus bases, o se precenda a 500 mecros de diámetro y con un radio de acción adecuado:
sembrar el cerror en el país enemigo pa-ra quebrar la resistencia moral, o l. ¿Cuántas unidades de bombardeo harían falta para corcar rodas las
bien se renga la incencíón de actuar contra los órganos directivos del país comunicaciones ferroviarias del Piamonre y de liguria con el resto
adversario, ere. de Italia, en un solo día?
El decidirse por un objetivo antes que orro depende de una serie de
consideraciones de caráccer militar, polícico, social y psicológico, que va- 2. ¿Cuántas unidades de bombardeo harían falta para aislar a Roma
rí!n según el momento y en ronces es cuando hay que someterlas a examen. de rodas las comunicaciones ferroviarias, telegráficas, celefónicas y
radiotelegráficas, dejando a la ciudad sumida en el terror y en la

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67
1
il Cada vez que la defensa aérea de.la nación A, no encuentre a la Arma-
confusión mediante la destrucción de los principios ministerios y
de los grandes bancos en un solo día? ·
i da Aérea B, aunque la haya buscado, ésta podrá llevar á cabo su misión
sin ser molestada, ocasionando daños gravísimos a la nación A mientras
Si los leccores recuerdan que por superficie de destrucción de 500 m. esca última no podrá, infringir ningún daño a la nación B. '
de diámetro se enciende una superficie de destrucción, sobre la cual, cae-
rían cantos proyectiles explosivos, incendiarios y tóxicos como para destruir Pe_ro si la fuerza aérea de la nación A es temible, la Armada Aérea B
codo lo que allí exista y dejar una zona incransicable durante algunos días, rrarara de destruir; anee codo, los objerivos de superficie que más interesan
responderán a las cuestiones planteadas con unos números muy bajos, y a la fuerza aérea de la nación A, por lo que el hecho de no enconcrar a
su concepco sobre la potencialidad del nuevo medio de guerra se iluminará la Armada Aérea B, no sólo supondrá un paseo inútil para las fuerzas aéreas
con una luz más clara. ~e la naci~n A, sino una_auténrica derroca, si bien indirecta, y la potencia-
lidad de dichas fuerzas aereas resultará nocablemenre disminuida sin haber
tenido ocasión de combatir. '
Si se consid_era cambi~n que las fuerzas aéreas de la nación A, para si-
CAPITULO XIV ruarse en las me¡ores condiciones de vencer, deberían actuar en masa. ,;Dónde
se debe concentrar la masa partiendo de su punro de despliegue? ¿A qué
LA DEFENSA hora hay que formarla?. ·
Esce cipo de acción, aunque renga una apariencia ofensiva, es en esen-
La propia grandiosidad de las posibles ofensivas aéreas nos lleva a pre- cia defensiva, y la defensiva tiene rodas las desventajas.
guntarnos: ¿cómo defenderse?
_ . Atacar en cuanro el arma aérea, debe encenderse como atacar a los ob-
A esta pregunta yo siempre he respondido: atacando. Más de una vez
¡envos que se halláp. sobre la superficie objetivos que no se muevan;c a los
he puesco de relieve las apcitudes·eminentemei:lte ofensivas del arma aérea,
cuales,. no se puedá acacar siempre que plazc;a, sin necesidad de ir a bus- ·
Igual que la caballería, a menos que no descienda del caballo, para defen-
carios, unos Objetjvos que, aun h_allán_dose sóbre la superficie, son vitales
derse deberi acacar; ei arma aérea, al poseer· aptirudes ofensivas incluso para las fuerzas aéreas adversarias. .. . :
mayores, para defenderse no puede más que acacar.
Sobre el mar las condiciones son diferentes. Las bases navales están fuer-
Pero respecco a la expresión atacar, al referirse al arma aérea, es preciso
temente protegidas con medios que impiden su desrrucción por las fuerzas
encenderla bien. navales adversanas. Este hecho, realza la importancia de los combares na-
Supongamos que la nación A, amenazada por una Armada Aérea ene- ' vales respecto a sus posibles acciones conrea los obje::ivos terrestres. Pero
miga B, constituida como he indicado, se provea de una fuerza aérea for- "'; las cos~s cambiarían por completo, si las bases navales no pudiesen estar
mada sólo por unidades de combate, con la idea de atacar, en caso de con- proceg1das, y aunque lo fueran, si fuesen destruidas en J?OCO tiempo por
flicto; a la Armada Aérea adversaria. · las fuerzas navales. . ...
¿Cuáles serí~n las siruacÍÓnes recíprocas cuando el conflicto se declarase?. En_ ~ste caso,_ como la destrucciónd; las bases n~~ale; significaría la ·
Escas: la fuerza aérea de la nación A debería ir a la búsqueda de la Ar- , an~lac10n,_ o casi la anulación, del valor de la floca combatiente, conven-
mada B, encontrarla en el aire, imponer el combate y vencerla. dna _en primer lugar, tratar de destruir escas bases -proveyéndose de los
•- med1~s adecuados- en lugar de despreciarlas y limitarse a buscar a la flora
Buscar. ¿Dónde? El aire es perfeccamence uniforme y el espacio no puede
enemiga para hundirla.
proporcionar ninguna indicación acerca del camino más probable que la
Armada Aérea A puede elegir. En esce sentido, buscar se convierte en una . Dorarse de una fuerza aérea con el único propósito de combatir en el
palabra vaga y abstracta, y encontrar es una posibilidad, pero no es probable. ai_re, mientras no se asegure el territorio y el mar propios de las ofensas
aerea~ enemigas, excluye roda posibilidad de atacar el cerrirorio y el mar
Para imponer el combate hace falca poseer una velocidad superior; para
enemigo; se s irúa, por canco, en una situación de absoluta inferioridad.
vencer, una potencialidad mayor y una serie de circunstancias afortunadas.

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L1 única defensa aérea realmence eficaz no puede ser sino indirecra y;
por consiguience, su finalidad es disminuir. la potencialidad ofensiva de las
Ii el ciro conrra ~I mismo avión, pero volando a 2000 metros, porque codos
los de~plaza~ientos angulares so_n unas veinte veces mayores. De manera.
que, si las ~md~des de combare, volando a baja altura se lanzan a ametra-
foerws aéreas enemigas. El medio más seguro y eficaz para obtener esca llar a la art11lena antiaérea, dificílmenre los artilleros seguirán disparando
finalidad es descruir las fuentes de la actividad aérea enemiga, fuentes que concra las u;1idades de bombar~eo que vuelen a gran altura; lo más proba-
se encuentran en la superficie. Se erara siempre del mismo principio: es ble _es que esros traten de abanr _al enemigo que supone mayor amenaza,
más fucil destruir la potencialidad aérea enemiga, destruyendo sus nidos y dandose ~uenca de la en_orme d1fic~lcad de seguirlos con los cañones, los
y sus huevos, en lugar de ir a la búsqueda de los aparatos para abatirlos abandonaran para empunar los fusiles.
en el aire. Siempre que se desprecie este principio, se cometerá un error.
Por mi parte -y la experiencia de la guerra lo ha demostrado- consi-
Por lo canto, incluso aquellos que no rengan más objetivo que el de de- d~ro que el empleo de la artillería antiaérea es sólo un desperdicio de ener-
fenderse. deberán proveerse de una Armada Aérea capaz de llevar a cabo g1as y de recursos.
las ofensivas más potentes contra los objecivos simados sobre el cerrirorio
~orlo que se refiere a las unidades aéreas dedicadas a fines defensivos
sobre el mar enemigo, es decir, deberán proveerse de unidades de bom-
0 conviene rec?rdar que, si la Armada Aérea adversaria acrúa correcrament¡
bardeo. se pres_entara en masa, por lo cual, sería necesario que las unidades aéreas
Queda la defensa, llamada local, es decir, la defensa de los puntos sin- defensivas presentaran, al menos, una fuerza igual a la de las unidades de
gularmente imporcantes del territorio y del mar propios. Esca defensa, en combare de la Armada Aérea enemiga .
. ceoría, podría llevarse a cabo de dos formas: o impidiendo que se produje- Para defender con eficacia codo el terricorio y el mar amenazado haría
ran bombardeos enemigos, o bien, procegiendo los objetivos del efecco de falta una fuerza aérea dos, cuatro, diez, veinte, o cien veces más p'otente
los bombardeos. qu~ la fuerza coral de las unidades de combate de la Armada .Aérea adver-
Esce último resulta impracticable; no es posible excavar grutas, en donde s~na ac~canre, Y dependiendo de la extensión de la superficie amenazada,
esconder ciudades, escaciones, puerros, a.lmacenes, bases, etc; El primero; . s~ se quiere alcanzar un resultado aceptable, será necesario gasear una can- .
sólo puede tener una eficacia muy relativa. De hecho, para mantener aleja~ t1dad de recursos muy superior a la que necesitará la Armada .Aérea ene.mis
do a los aviones enemigos se pueden oponer, en teoría, medios que actÚen · ga para obtener resultados positivos. Esco demüestra claramente que lo más
desde la superficie o medios aéreos, es decir, cañones antiaéreos o unidades adecuado es gastar todos los recursos en un fin positivo, es decir. ofensivo.
aéreas empleadas con esca finalidad defensiva. En c?nclusión, frente a las ofensivas aéreas, ni siquiera la defensa local
Los cañones antiaéreos presentan en la práctica una eficacia muy limi- es pracncable y codo aquello que se gasee con esa finalidad es contrario
C1da. por este motivo, deben emplearse en grandes cancidades en codos los a la economía de la guerra, ya que resultaría mucho más rentable orientar
ceneros que haya que defender, ya que su radio de acción es cambién limita• esos recursos de forma muy distinta.
do. Teniendo en cuenta que el número de ceneros coñsiderados importan-
La guerra aérea, cornada en su au_téntico sio-nificado no admite la de-
... ~es, sobre codo de los situados sobre la superficie cerresrre, son muy eleva- fensiv~, s~l~ admite la ofensiva: hay que resignars; con las.ofensivas que el enemi-
dos, para asegurar una defensa relativa, haría falta uria enorme cantidad go n~s mfrm¡a, para utilizar todos los recursos disponibles con el fin de infringirle
de artillería antiaérea. · ofensivas mayores. ·
Hay que considerar además que las artillerías antiaéreas pueden ser neu-
E~te es el concepto fundamental que debe guiar el desarrollo de la gue-
cralizadas, sin dificultad, por las unidades de combare pueden atraer hacia rra aerea.
sí el fuego de la artillería antiaérea sicuándose con vuelo bajo por encima
de ésca y ametrallándola.
Concra la artillería, el vuelo bajo es mucho más seguro que el vuelo alto,
porque los desplazamientos angulares que deben realizar las piezas para
·ma~rener la puncería, resulcan mucho más grandes. El ciro contra un avión
qúe vuele a 100 metros sobre la artilería es inmensamente más difícil que

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CAPITULO XV 1
J de las especialidades serán apeas sólo para apoyar las acciones Je las armas

DESARROLLO DE LA GUERRA AEREA 1 cerrestres y marítimas.


Queda claro que la Armada Aérea A podrá gozar de la máxima liber-
tad de acción, en cuam:o que la aviación de caza de B no podrá obstaculi-
· Mientras que las fuerzas aéreas de las diferenees naciones mantengan zar sus movimieneos, ni siquiera podrá ocasionarles alguna pérdida, a poco
la forma actual, no siendo más que unos medios auxiliares de los ejércit:0s que la Armada Aérea A posea un número adecuado de unidades de combate.
y las marinas, no podrá desarrollarse, en caso de conflicto, una aucéneica
y propia guerra aérea; se desarrollarán, sin embargo, combates aéreos de En muy poco tiempo, la Armada Aérea A logrará conquistar el domi-
mayor o menor importancia, pero siempre relacionados o dependientes de nio del aire, destruyendo los ceneros de abastecimieneo y de producción de
las operaciones terrestres o marítimas. Para que pueda desarrollarse una la aviación B. Una vez conquistado el dominio del aire, las unidades de
aucéneica guerra aérea es necesario, en primer lugar, que se creen los ele- combare de la Armada Aérea perderán su fin principal, que es el de despe-
mentos que la van a llevar a cabo. jar el camino a las unidades de bombardeo y, por canco, también éstas po-
drán ser utilizadas para atacar los objetivos situados sobre la superficie.
La primera nación que se provea de una_ Armada Aérea, se encontrará
en condiciones de superioridad, al menos cemporalmence. mientras que las Las unidades de combare podrán ser empleadas, como ya he señalado,
otras no sigan su ejemplo, ya que dispondrá de un medio ofensivo formida- para neutralizar la artillería antiaérea que entorpeciese la acción de las uni-
ble, que las demás no tienen. La necesidad de equilibrio obligará a las otras dades de bombardeo, o bien, para ametrallar convoyes en marcha, lugares
naciones a seguir el ejemplo de aquella que se proveyó de una Armada Aérea; habirados, etc. Estas unidades podrían, también, ser transformadas en uni-
por este motivo, en un futuro no lejano será inevitable, que codas las nacio- dades de bombardeo y, para ello bastaría con que los aparaws estuviesen
nes posean una Armada Aérea, además de los Ejércitos y Marinas. preparados para sufrir la necesaria transformación.

Para estudiar el desarrollo de la guerra aérea consideramos d~1s cásos: Conquistado el dominio del aire, la Armada Aérea tendrá la más com-
pleta libertad para moverse, casi sin perturbaciones y sin riesgos, por·rodo .,
l.º Conflicto enere dos naciones, üna dispone de Armada Aérea y la
el terriéoriO y él mar enemigos, y como es natural, se aprovechará de esta
otra no.
libertad de ácción para ocasionar al adversario los máximos daños posibles.•
2.° Conflicco entre dos naciones, ambas províscas de Armad.i. Aérea.
Comenzaremos con el primer caso: la naóón A posee una Armad.a Aérea; Al actuar conera los grandes nudos ferroviarios, conera los ceneros de
la nación B posee una aviación del cipo actual. _material ferroviario, conera los núcleos habitados que constituyen impor-
canees nudos de carreteras, contra almacenes, ecc., se logrará obstaculizar
Una Armada Aérea deberá hallarse siempre dispuesta para entran en
la movilización del ejército enemigo.
acción, de otro modo, perdería el 90 % de su eficacia. Dada la '-e~oci¿ad
de traslación de sus unidades, aunque en tiempos de paz escas pue..ian esi:ar Al acniar contra las bases navales (arsenales, depósicos de nafta, navíos
desplegadas por codo el pll.ís,. en pocas horas la Armad·a Aérea p\."<lrá rea- · en los puercos) y contra sus puercos mercantiles, impedirá que la flora ene-
gruparse y estará dispuesta para accuar. Si la Armada Aérea, p..a.ra esi:ar . miga pueda asumir y mantener su eficacia; Al accuar··contra los ·ceneros
completa se sirviera de elementos de la aviación civil, las previsi,-.,nes han habitados más sensibles, podrá sembrando la confusión y el terror en el
de ser cales como para permitir, con la mayor brevedad posible, pe.Jer com- país adversario, quebrantar rápidamente la resistencia material y moral.
pletar dicha Armada Aérea. En resumen, la orgánica y la logísi::..::a aérea
deben prestar los medios necesarios para emplear la Armada Aérea <:-:-i cuanco El lector que considere este cuadro demasiado sombrío, debe colocarse
se produzca el comienzo de hostilidades. anee un mapa de Italia y suponer que es el Comandante de una Armada
Aérea con una potencialidad diaria de 50 superficies de destrucción de 500 ·
La Armada Aérea A inicia, por tanto, sus operaciones cogi~·:1do i la metros de diámetro, pertenecienee a una cualquiera de las naciones sima-
nación Ben plena crisis de movilización. Admiramos que la naci1..- :1 B con- das fuera de nuestras fronteras; después deberá preguntarse, cuántos días
siga cambién movilizar inmediatamente coda su aviación militar, :--ero 50 ¡0 de operaciones le harían falca para obten~r los objetivos indicados ance-
las especialidades de caza y de bombardeo podrán ineervenir. ya qL:e el resto riormence.

72 73
Quizás, anees de que el ejércico haya podido movilizarse v de que la
Piense a concinuac10n que una Armada Aérea, <le una potencialidad flora haya podido salir de los puercos. · .
diaria de 50 superficies de destrucción de 500 metros de diámetro, exigi-
ría, en el estado actual de las cosas, e incluso empleando las unidades un Al lecco: que le parezca qu~ he cargado las cincas al ofrecer esca imagen,
le recordare lo sucedido, por e¡emplo, en Brescia durante la celebración de
día sí y otro no, un millar de apararos, a los cuales correspondería, a su
los funerales por las _víctimas de un bombardeo sin importancia compara-
vez, otro millar de hombres como personal de a bordo.
do con los q~e podn~n tener lugar y _en el que se produjo un gran pánico
Y saque conclusines. encre la m~~ncud, debido a la exalcacion de algunos, al confundir un pájaro
Sólo deseo insistir sobre un punto, y es sobre la grandeza de los efectos con un avion.
morales que una acción aérea de este cipo puede conseguir; efeccos mo_rales Pasemos a considerar el segundo caso: Armada Aérea contra Armada
que pueden cener una influencia mayor que la de los efeccos macenales. Aérea.
Concra un cenero habitado de grandes exrensiones, las acciones de una . Como puede comprenderse, en este caso, las vencajas de aquél que con-
sola unidad de bombardeo, teniendo una superficie de destrucción de 500 siga adelantarse al enemigo serán mucho mayores que en el caso anterior,
metros de diámetro por ejemplo, tiene que producir un efecco enorme. Ima- y si-~º es posible _adelantarse al adversario, hay que conseguir que la ancici~
ginémonos una gran ciudad que, en pocos minucos, y en ün radio de unos pacwn del enemigo sea la mínima posible.
250 metros, caiga una masa de proyecciles de un peso global de una veince- _ . ~ara evicar comp~icaciones, admitamos que las dos Armadas Aéreas hayan
na de coneladas; e.xplosiones, incendios, gases tóxicos que macan e impi- iniciado sus operac10nes al mismo tiempo.
den aproximarse a la zona afectada; los incendios que se extienden, el gas
Hemos visco que el concepto fundamental que rige en la guerra aérea
cóxico que permanece; pasan las horas; pasa la noche, los incendios se ex-
es el sig~iente: resignarse a soportar las ofensivas que el enemigo pueda imponernos,
cienden cada vez más, mientras que el gas tóxico va filtrándose y prolon-
para utzlzzar todos nuestros recursos con el fin de iñfringir al enemigo ofensivas mayores.
. gando su acción. La vida de la ciudad ha quedado interrumpida; si a tra-
vés de ella pasa alguna arteria vial, cambién quedará interrumpido el tráfico. , Por éste motivo, una Armada•Aftea no debe preocuparse, en absohico;
por ~o que pueda hacer la Armada adveFsaria; sólo debe preocuparse por
Pero lo que sucede en una ciudad, puede prod~cirse en un mismo día, ocasionar al enemigo el niayor daño posible en la su'perficie. ··
en 10, 20, 50 grandes ceneros habitados de una zona determinada. La noti-
cia de lo sucedido en los ceneros afectados se extenderá a los ocros Y comen- El mayor daño posible depende, además de los medios disponibles, de
zarán a sentir la angustia de poder ser atacados cambién al día siguiente la oportuna selección de los objetivos a destruir. Una Armada Aérea debe
o, incluso, en las horas siguientes. ¿Qué fuerzas conse~irán mantener el emplear la mayor cantidad posible de medios con esca intención· por eso
orden un unos ceneros amenazados de esca manera; como hacer que fun- codo aquello que se distraiga para conseguir una defensa aérea, o ~ua[auie;
cionen los servicios regularmente; cómo producir en las fábricas? Y, aun- otra cosa, no tendrá más que un efecto perjudicial y comrario a la fi~aii-
que se lograse mantener algún orden y pudiera realiza_rse algún trabaj~ ~no dad de la guerra; los objetivos más oportunos serán los más sensibles, ma-
· bascaría la visea de un. simple aeroplano _eneqiigQ p3--rasem6.rar un l'ª~ico ~~rf_al_Y, moralmente, así como áq~ellos qu~ puedan tener mayores repercu-
formidable? La vida normal no podrá desarrollarse bajo esca pesadilla pe- siones sobre la marcha general de la guerra.
renne de una muerte y de una destrucción inminente. Como ya he dicho, la selección de esros objetivos es un tema muy deli-
cado de la guerra aérea, especialmente cuando ambas parces están provis-
Y, si en el segundo día se vuelven a destruir ocros 10, 20 Ó 50 ceneros, tas ~e Ar:nada Aérea, porque en cal caso, la decisión de la guerra no puede
·quién podrá sujetar a la población e impedir que se lance al campo para d_envar smo por un desequilibrio entre las ofensivas impuestas al adversa-
e d . )
alejarse de los ceneros que son los objetivos el enemigo .. no y su resistencia, desequilibrio que hay que producir lo anees posible,
Necesariamente ha de producirse un derrumbamiento; un derrumba- anees de que se produzca en nuestro sentido. ·•
miento de codo el organismo y llegará inmediacamence el momenco en el Podrá convenir emplear a la Armada Aérea propia para conquistar el
que, para huir de la angustia, la población. empujado por el inscinco de dominio del aire. lo que conduciría, consecuentemente, a la victoria; pero
conservación, exigirá el cese de la lucha bajo cualquier condición.
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74
1
i
f
puede que no convenga. por ejemplo si. ames de haber tenido ciempo para
conquistar el dominio del aire, la Armada Aérea adversaria, accuando fun-
damenralmem:e contra nuestras poblaciones, lograse obtener la disgregación
y destrucción de nuestro país.
:1 maJa Aérea, que ciene la capacidad de dañar gravemente nuestLS propia!>
bases: Se podría preparar materiales y personal de repuesto, pero la Arma-
da Aérea debe permanecer casi conscantemenre en el aire, ocupándose de
lanzar toneladas y coneladas de material activo sobre los objetivos enemi-
No es posible dar normas generales a este respecto; la selección de los gos. Son estas coneladas de material las que decidirán la balanza en favor
objetivos dependerá del conjum:o de circunstancias; circunstancias, de orden de quien consiga lanzar la mayor cantidad en el menor tiempo posible.
material, moral y psicológico, no fáciles de ponderar, y la genialidad de los . He que:ido ex_Pº?:r escas ideas de carácter general para demostrar que,
Comandantes de las futuras Armadas Aéreas, quedará demostrada por la s_1 bien en lineas sincencas, la guerra aérea puede parecer simple, en la rea-
forma de llevar a cabo esca selección. lidad plantea problemas muy imporcam:es, cuya resolución es muy compleja.
Una vez determinados los objetivos a destruir, así como su orden de De cuanto he expuesco se deduce rambién la alrura a la que puede lle-
destrucción, la carea de la Armada Aérea será muy simple. ya que se reduc"i- gar la atrocidad de una guerra aérea.
rá a proceder a la destrucción, con la mayor brevedad de tiempo posible Resignane a sufrir las ofensivas que el enemigo pueda imponernos -no exis-
y sin tener que preocuparse de ninguna otra cuestión. Ambas Armadas Aéreas tiendo ningún medio realmente práctico para protegernos de las ofensivas
partirán, por canco, de sus bases de despliegue para dirigirse, en mas:i., con-
y sierrdo comraprnducence discraer fuerzas para intentar establecer un si-
tra los objetivos preseleccionados, sin buscar el enfrentamiento encre ellas.
mulacro de defensa- es una frase que representa una situación cerrible-
Si se encontrasen, la batalla sería inevitable, pero repico, deberán buscar
menre crágica si se piensa en 1a grandiosidad y en la atrocidad de las ofensi-
el encontrarse. , vas que el enemigo puede imponernos.
Esca afirmación es para mí de la mayor imporcacia, por este motivo,
quiero pararme a explicarla meior. Supongamos que una de las Armadas _Es ciagico _cambién pensar que la decisión de esce cipo de guerra, se
Aéreas va en buscaAe la Aqnada Aérea enemiga, y que la otra va directa- denva necesanamence de la destrucción de codas lat energías materiales
.. menee contra los objetivos seleccionados. La que ha ido a la bústjueüa de )' morales de un pu~blo, sometido a un pavoroso catac~~smo qu.e lo p~rsigue
-·. la ocra Armada Aérea, podrá hallarla, o podrá no hallarla, Por lo canco, la por codas parces, sin tregua, ha.sea despedazar codas l¡í:s ligaduras sociales.
Armada Aérea que ha salido a buscar a su adversaria, además de desviarse -· En compensación, sin embargo, este cipo _de guerqi.s se decidirán en un
de sus objecivos esenciales, de perder el tiempo, y restringir su libertad de espacio de tiempo muy breve, ya que sus acciones repercuten direcÍ:amenre
acción, puede no encontrar a la Armada enemiga. Sin embargo, la otra podrá y con la máxima_v~olencia sobre los elerr_ientos menos resistentes de [os paí-
cumplir perfectamente su misión, como si en enemigo no hubiese ido a ses en lucha. Qu1zas, a pesar de su atrocidad, escas guerras sean más huma-
buscarla mientras el adversario habrá perdido el tiempo inútilmente y habrá nas que las anteriores, ya que, en definitiva, costarán menos sangre.
disminuido su capacidad de acción. En un cipo de gue::::a, en d que el cicmpc
Fcro quien no esi:é preparado y di.~puesrn a afrontarlas, estará perdido.
representa un factor esencial, esco significa un grave daño, que conviene
-evitar. en la m~dida. ele Jo posible.
Al hablar de las acciones aéreas me he refe~ido a laposibilidad de hacer
CAPITULO XVI
actuar a las unidades de la Armada Aérea un día sí u otro no. Pero esca
alusión la he hecho sólo para demostar que, incluso actuando cada día con
la mitad de las fuerzas se pueden obtener resulcados espectaculares con un EL FUTURO
número de aparatos relativamente pequeño.
Pero, puesto que se crata de ocasionar al enemigo el mayor daño y en ~uanto _he e:'puesto hasta ahora, representa una posibilidad que puede
el menor tiempo posible, sería un error emplear sólo una parce de las fuer- realizarse, sm dificultades, con los medios disponibles en la actualidad· es
zas disponibles en cada jornada de operaciones. decir, con la simple aplicación razonada y encaminada a los fines de la ~e-
U na Armada Aéra debe siempre emplearse al máximo de su rendimiento, rra, de los medios aéreos existentes; aplicación que cualquier nación p:ede
sin cracar de economizar, especialmenrn cuando se tiene enfrente a otra Ar- hacer, con cal de que piense en ello y se convenza de su conveniencia.

76 77
Fijacr, ::ó::: ;:::.::-:co, podemos Jirigir la mira<la más allá, hacia el fururo
-hacia un ~,__;;:,_;;-;, ;::róximo. se enciende- no con el fin de ejercirar nuestra
I.
f El avión puede ser sometido a condiciones de desequilibrio por efecro
de los movimienros turbulentos del aire en el que vuela, aunque en este
imaginación. ,i:-.r, para darnos cuenca de las tendencias hacia las que vamos
dirigidos. unas :endencias que tienen una fuerce pase tecnológica e indican caso, al cesar la acción perrurbadora del aire, volverá auromár1camente a
la dirección ce los perfeccionamientos que los técnicos prerenden alcanzar. recuperar el equilibrio.

El problema récnico-práctico que se le plantea a la aviación es el de El avión puede, por tanto, perder su equilibrio normal en el aire, canco
hacer que la navegación aérea sea cada vez más segura, más cercera, más como consecuencia de los movimienrns rurbulentos que se originan en el
económica y que responda mejor a las necesidades generales. Por este mo- propio aire, como por la acción del piloto.
tivo, los esrudios se dirigen esencialmente a los siguientes puntos: Los movimienros turbulentos del aire se originan, sobre rodo, a baja
1 Aumenrar la seguridad del vuelo y la facilidad en el despegue y el alrura, es decir, donde la atmósfera siente la proximidad de la superficie.
aterrizaje. Como en el mar, las olas resultan más irregulares en la cosca, también los
2 Excluir de la consrruc ción de los. aeroplanos codos aquellos mate- movimientos armosfericos -aun cuando puedan estar produódos por causas
riales que se deterioran y deforman con facilidad, y que aún se muy distintas- resulran más irregulares en la proximidad de la superficie,
emplean. que representa la cosca de la atmósfera.
3 Aumemar la capacidad. El píloro puede hacer que se. aparato pierda el equilibrio, ya sea por
4 Aumemar la velocidad y el rendimiento. su voluntad, en cuyo caso, es lógico pensar que)o hará sólo en las condicio-
Todos los perfeccionamientos que se puedan obtener en este orden de nes que esté seguro de poderlo volver a la posición normal, o por un error
ideas proporcionarán al aeroplano, no sólo mayor valor para su empleo en de maniobra.
la paz, sino rambién ~n la guerra. El error de maniobra puede suceder a cualquier altura y así el piloco
Examinaremos brevemente escas rendencias. conserva la sangre fría, puede comprobar si tiene suficienre espacio por
debajo de sí. Sin embargo, si le falta la sangre fría, puede insistir en el error
de maniobra y, a pesar de tener suficiente altura, se producirá el accidente.
De codo esto, se desprende-que la navegación aérea es canco más segu-
l. Aumentar la seguridad del vuelo y la facilidad en el despegue. ra, cuanto mayor sea la altura a la que se vuele. ·
y el aterrizaje.
Respecco a este punco, se obseva que si se lograse impedir que el piloco,
En el aire, el avión es auroesrable, es decir, goza de la propiedad de ren- ya sea por su acción voluntaria o involuntaria, siruase el aparato fuera de
der aurománcamence a recuperar él equilibrio, ca<la vez que, por una causa las wndiciones de equilibrio. se suprimirían más de la mirad de las causas
cualquiera, haya perdido la situación de equilibrio. · que pr6ducen accidentes de vuelo.
Por este motivo si el avión tiene espacio por debajo de sí, y si el piloto Por esca razón, hay una tendencia a hacer que el equilibrio de los apa-
no actúa en concr¡'de l~ iendenciá. del avión de recuperar su posición de racos en vuelo sea ·aucomácico, mediante una serie de-sistemas que, aquí
equilibrio, cualquier posición que haya adopraci'o, terminará siempre con sería inútil enumerar.
la recuperación de su posición normal de vuelo. El aeroplano de equilibrio auromácico reduciría su conducción a la sim-
En este fenómeno se basan esencialmente rodas las denominadas acro- plicidad de la conducción de un autómovil, es decir, a un acelerador, me-
bacias (looping, caída en barrena, etc.). Para realizar una determinada acro- diante el cual, aumentar la potencia del motor para la subida o disminuir-
bacia, el píloro deberá acruar sobre sus mandos de forma que, en cierto la para el descenso, y un volante de dirección para ir hacia la derecha o
modo, saque al avión de su equilibrio. Para volverlo a llevar a sus condicio- hacia la izquierda.
nes normales, el piloto no tiene más que cesar su acción perrurbadora y
dejar que el aparato recupere auromáricamente sus equilibrio normal. A este perfeccionamiento se llegará, con coda certeza. En 1913 se cons-
truyó en las factorías militares de Vizzola, un apararo que sólo Uevab'a un

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79
acelerador y un volante de dirección. Este apararo despegaba, volaba y ate-
rrizaba (1).
Dicho aparato, que no permitía que el piloco le hiciera perder el equili-
brio y que reaccionaba conveniencemenre anee el impulso de las fuerzas
' 2. Excluir de la construcción de los aeroplanos todos aquellos
materiales que se deterioren y deformen con facilidad y que aún
se emplean.

Por más que el aeroplano haya alcanzado ya resultados maravillosos,


perturbadoras de la atmósfera, batió el récord mundial de mayor duración está aún muy lejos de tener el aspecto de una máquina auténtica y propia,
en vuelo am:omático (más de una hora). porque salvo raros incencos realizados en los últimos tiempos, en la co~s-
Podemos imaginar con facilidad el alcance práctico que tendría este crucción de los aviones se emplean aún materiales como la madera y la tela,
perfeccionamienco, una vez que fuera instalado en codos los aviones. que generalmente se excluyen de aq4ellas máquinas que ya están bien de-
El despegue y el 3:..rerrizaje represenran dos momencos difíciles del vuelo finidas.
-al igual que los dos momentos difíciles de la navegación marítima, son La madera y la tela presencan ciertas características de elasticidad y li-
la enrrada y la salida de los puerros- canco porque düranre estas manio- gereza que no se han conseguido aún en los materiales metálicos; pero por
bras el avión pasa de un medio fluido a uno sólido, o viceversa, como por- ocro lado, presenran una falca de homogeneidad y una gran facilidad para
que han de desarrollarse, necesariamente, en la proximidad de la cierra, es deformarse y deteriorarse por distinras causas, como pueden ser las meteo-
decir, donde las perturbaciones atmosféricas son más fuertes y más turbu- rológicas, io que les da un cierto grado de inseguridad, tanco en la cons-
lentas. trucción como en la conservación.
Naturalmente, entre las dos, la más difícil, cuanto mayor sea la veloci- Una máquina aucénrica deberá ser metálica, porque el metal presenta
dad con la que el apararo coca cierra, ya que en este instante se produce características precisas y definidas, difícilmente alterables.
un impacro y éste es proporcional al cuadrado de la velocidad. Por ello se tiende hacia el aeroplano rocalmente metálico, que, además
Conviene, por tanro, que el aparaco sea capaz de aterrizar con la míni- de ofrecer mayor seguridad en la construcción y en la conservación tampo-
ma velocidad. Por otra parte, cada vez se exigen mayores velocidades de co precisa guardarse en .hangares, lo que supone,i µna gran mejora desde
vuelo; los 3Ó0 kilómetros poi: hora han sido superados ya y esta velocidad el punto de visea bélico (1).
equivale a 83 m. por ségundo, equivalence. a poco más de .un cuarto de •
la velocidad del sonido (1).
La tendencia es que sean capaces de actuar en una gama de velocida- 3. Aumentar la capacidad.
des muy amplia, es decir, que puedan volar a gran velocidad y a~errizar
y despegar a poca velocidad. · Esta tendencia responde a un concepto económico y al deseo de aumencar
el radio de acción de los aparatos.
A la seguridad de vuelo contribuyen notablemente las medidas que, poco
a poco, van tomándose en la superficie, construyendo campos de aterrizaje Una gran capacidad disminuye los gasros generales; un aparato que trans-
y de emergencia apropiados, si remas prácticos de señalización, ere. (2). porte dos pasajeros en lugar de uno, no tiene necesidad de duplicar su per-
sonal de a bordo. Cuesta menos, por canco, transportar diez pasajeros, o•
una tonelada de materiales con un solo aparato, que empleando diez aparatos.
El aumenco de la capacidad, al permitir variar dentro de unos límites
mayores la proporción entre la carga útil y el peso del combustible, prolon-
ga el radio de acción de los apara ros. Un servicio' regular rransoceánico,
(1) No sólo se ha conseguido este adelanro sino que también se han diseñado máqui-
no podrá realizarse más que con apararos de capacidad superior a la actual.
nas volanres sin piloro mediante órdenes cransmicidas desde cierra medianre ondas electro-
magnéticas.
(1) Hoy en día se han superado los 400 Kilómetros por hora.
(2) En la actualidad se vuela en nubes o durante la noche mediante control radiogo- (1) Hoy la cela y la madera representan un anacronismo y ya resulca difícil imaginar
niométrico. un aeroplano que no sea cocalmence merálico.

80 81
Los aeroplanos son sustentados por las alas; su peso coca! se distribuye U no de los facrores de la potencia de un motor de explosión está repre-
a lo largo de la superficie alar, aunque el peso soportado por cada metro sentado por el volumen de la cilindrada, es decir, por el volumen de la mez-
cuadrado de ala no puede superar unos límites determinados; por este mo- cla aire-gasolina que cada cilindro utiliza en cada aspiración. Supongamos
tivo, cuanto mayor sea la carga de un aeroplano, mayor debe ser la superfi- que la cilindrada sea de un litro; esto quiere decir que, en cada explosión
cie de sus alas. que se produce en un cilindro, se utiliza un litro de mezcla carburada.
Parecía que la máxima superficie alar, se podía obtener mediante los Pero la densidad del aire varía según la altura. Si esta densidad es.de
triplanos, pero también este máximo, no podía superar unos ciertos 1ímires. uno al nivel del mar, a la altura de 5000 metros será de 1/2 y a 18.000 me-
tros será de 1/10. Esto significa que un mocor a 5.000 m., aun conservando
Pero, reciencemenre, en Italia se ha construido y probado un nuevo aero- inalterado el volumen de la cilindrada, absorberá una cantidad (peso) de mezcla
plano basado sobre principios nuevos, en el cual, es posible adaptar una carburada igual a la mitad de la que absorve a nivel del mar; y a 18.000
serie de células triplanas una a continuación de otra, eliminando la cola m., será un décimo. Por codo ello, si la potencia de un motor es de uno a
y realizando las maniobras mediante otros sistemas. Dicho aparato ha vola- nivel del mar, irá descendiendo gradualmente hasta 1/2 al alcanzar los 5.000
do ya, superando las pruebas prácticas. m., y a 1/10 al llegar a los 18.000 m. de altura.
Es muy probable que los aparatos de este peso, sólo puedan aterrizar El fenómeno es más complejo, pero lo dicho es suficiente para com-
sobre superficies líquidas y quizá esto nos obligue, en su día, a consrruir prender cómo, debido al enrarecimiento del aire, la potencia de un motor
lagos artificiales de aterrizaje, donde no existan otras superficies líquidas disminuye, poco a poco, al aumentar la altura.
en la proximidad. Por lo demás, esto sería muy útil desde el punto de visea
militar, porque en caso de guerra, el adversario puede poner fuera de servi- Esro explíca el motivo por el que cada aeroplano posee, un determina-
cio los campos de aterrizaje mediante bombardeos, pero no po·d.rcía emprender do plafond, es decir, no puede subir más allá de una determinada altura.
ninguna acción, en este sencido, contra las superficies de aterrizaje líquidas (1). A esa altura, el motor habrá perdido una parte can grande de su potencia,
que el .avión no· podrá subir más.
Para conservar inalterada la potencia del mocor: a las diferentes alturas
4. Aumentar la velocidad y el rendimiento. -en ceoría_..::. haría falta que éste pudiera ab?orb,er, a cualquier altura, el
aire a la misma densidad que al nivel del mar. P~ra obtener ésco; siempre
Las altas velocidades alcanzadas por los aeroplanos se deben, esencial- en teoría, serí suficiente, a medida que la densidad del aire va disminuyen-
mente, a los motores cada vez más potentes que se adaptan a los aparatos. do, comprimir el aire de alimentación del motor hasta la densidad uno -
Es evidente que si se aumenta la potencia del motor, el aeroplano vencerá densidad existente a nivel mar-,
con mayor facilidad la resistencia presentada por el aire y será más vdóZ:-
Los estudios para resolver este problema de forma práctica han sido
Pero también se comprende, que este sistema no es económico. emprendidos por técnicos de todo el mundo y no hay nada que nos impida
Haría falca poder aumentar la velocidad, no aumentando la potencia pensar que, un día u otro, será resuelto felizmente, si no alcanzando los lí-
de los mocores, sino disminuyendo la resistencia del aire. Aunque esro no mites teóricos, si aproximándose a ellos.
depende de nosotros; la resistencia del aire es la que es; sin embargo, cene-
Pero, teniendo en éuenca que la resistencia del aire es proporcirial a su .
mos el hecho de que la resistencia del aire disminuye poco a poco al elevar-
densidad, si la resistencia es uno a nivel del mar, ésta se convertirá en 1/2
nos en la atmósfera, por lo que, al volar más aleo, conservando la misma
a 5.000 m. y en 1/10 a 18.000 m.
fuerza motriz, se vuela a mayor velocidad y, por canto, más económicamente.
Así, si se consigue mantener la potencia del motor independientemen-
Pero esto no es tan simple como parece a primera vista, y lo difícil con- te de la altura, un aeroplano capaz de volar a nivel del mar a la velocidad
siste, precisamente, en mantener la misma fuerza motriz. de 150 Km./h., alcanzaría, teóricamente, la velocidad de 300 Km./h. a una
altura de 5.000 m. y de 1.500 Km./h. a 18.000 m. y, entonces no existiría
plafond, porque, cuanto más se elevase, mayor facilidad tendría para seguir
(l) En la acrualidad hay aparacos de 2000 HP y se conscruyen de 6000 HP con 6 ó
subiendo.
12 morores.

83
82
Naturalmence, escos son límites teoncos que en la práctica nunca se
podrán alcanzar, pero el progreso tiende hacia ellos y los técnicos no deses-
peran de que, en un futuro próximo, se pueda viajar a la altura de 10.000
m. y a una velocidad de 500 Km./h. de una forma normal y económica.
Cuando el vuelo normal se realice a cal altura, las personas deberán ir
en cabinas perfecramenre cerradas, en las que el aire se mantendrá a la pre-
sión co·nscanre del nivel del mar, como en el caso de la alimentación de los
motores.
La posibilidad de transportar en los aeroplanos pesos importantes y al-
canzar grandes velocidades de manera económica, permitirá aumentar el
radio de acción de los aviones y dorarlos de coda clase de comodidades a
bordo.
Todo esto que puede ya entreverse acerca de los próximos perfecciona-
mientos técnicos, garamiza que la navegación aérea sufrirá, necesariamen-
te, un gran desarrollo, en especial, la de largos recorridos. Llegará un diía,
en el que nadie pensará ya en servirse de los buques para atravesar el oceá-
no, del mismo modo, que en la actualidad, ya nadie piensa en servirse de
los barcos a vela para esca cravesía.
PARTE IV
Paralelamente, seguirá acrecentándose la potencia ofensiva de los avio-
nes considerados como, máquinas de guerra, y nada impide pensar q4_c;,., LA ORGANIZACION
en un futuro no muy lejano; .pueda suceder que Japón, ataque a los Estados
U nidos por vía aérea, o viceversa. ·
Pero he querido hablar del futuro sólo pl:1.ra demostrar, con mayor clari,
dad, las necesidades del presente, y a él vuelvo inmediatamente.

84

t
CAPITULO XVII

GENERALIDADES

En 1910 escribía: «La guerra aérea implica, además de la resolución


del problema técnico del medio aéreo apropiado, la resolución de una gran
cancidad de problemas de preparación, organización, empleo, ere., de las
fuerzas aéreas y esco requiere la creación, ex novo, de una tercera parce del
arte de la guerra, precisamente, aquella que podría definirse: El arce de la
guerra aérea». (Los problemas de la navegación aérea, Roma 1910).
Creo que esca afirmación hallará una gran aceptación y al redactar este
.éscudio que,he definido como: «Ensayo sobre el arce de la gue,rra aérea»,;
sólo he crataclo de destacar la grandiosidad a la que puede llegár la guerra' -
aérea, ·para que se le dé la importancia que le compete y para que los·esru- ·
diosos pudieran crear la tercera rama del arce de 1a guerra: la· de la guerra···
aerea.
Los problemas que hay que resolver son numerosos y difíicles, pero se
resolverán, porque, para forjar un arma apropiada, lo primero que hace
falca es definir bien, como se pretende emplearla y cómo se debe manejai:
En la exposición hasta aquí hecha, no se ha pretendido dar solución
a los múltiples problemas, sino que sólo se han enuniado las posibles solu-
ciones de carácter general y, fundamencalmenre, se han definidolos fines
de ia guer:a aérea, después de definir el medio a utilizar, la Armada Aérea, .
enunciando unos cuantos principios que, según espero, serán admitidos.
Pero, de lo poco que he dicho, se deduce que la constitución de una
Armada Aérea, exige una organización que no puede basarse en el empiris-
mo, y un estudio completo de codas aquellas disposiciones de orden logísti-
co, necesarias para poder manejarla; otra consecuencia es que, si bien el
empleo estratégico de una Armada Aérea puede confiarse a la genial apli-
cación de unos cuantos principios, su empleo táctico exige un esmerado
estudio teórico-práccico del armamenco y de las formaciones.

87
En este ensayo quedaría complecamence fuera de lugar un estudio lo- zas terrestres, marmmas y aéreas, repartiendo en esca misma pro-
gístico· o táctico aéreo; sin embargo, considero oportuno el profundizar en . porción los recursos que la nación destina para su defensa.
codo lo relativo a la orga~ización, ya que resulta obligatorio comenzar por
ésta. 2 Un organismo que se mantuviese preparado y dispuesto para asu-
mir, en caso de conflicto, el Mando del conjunco de las eres fuerzas
Y puesto que la labor organizativa no admite vuelos de fantasía, inten- para coordinar pefeccamente la acción.
taré conciliar; de la mejor forma posible, las necesidades del presente con
Dichos organismos no existen. Los recursos que el País destina a su de-
las de un fururo próximo.
fensa se reparten siguiendo métodos empíricos, de manera que la propor-
ción justa es puramente casual. Las diferentes fuerzas armadas son prepa-
CAPITULO XVIII radas por organismos complecamence separados encre sí. En caso de gue-
rra, el empleo se llevaría a cabo por organismos independientes entre sí,
COORDINACION por lo-que la coordinación no puede ser más que aleatoria, sobre todpc> por
no haber existido anees ningún cipo de acuerdo (1).
En guerra, el empleo de las fuerzas terrestres, marícimas y aéreas, cien-
de a un único fin: vencer. Para que cales fuerzas puedan alcanzar la máxi- Esto siempre ha dado lugar a graves inconvenientes, pero aún será peor
ma eficacia, es necesario que su empleo esté coordinado y que guarden encre en el futuro, canco porque las propias actividades bélicas tienden a absor-
ellas la mejor proporción. ber cada vez más el resto de actividades nacionales, originando graves in-
terferencias, como porque el nuevo factor de la fuerza aérea tiende, cada
Las eres fuerzas funcionan como factores de un único producto; para
vez más, a aumentar su valor.
que el producto resultante sea el máximo, será necesario que entre los fac-
tores existan determinadas proporciones. Ahora, más que en el pasado, sería necesrio atenerse escriccamente a
la lógica de las cosas y haría falca un organismo, que no fuera ni el Ejército
>Los ((!cursos que una nación puede destinar a su defensa no son ilimi-
ni la Marina, pero que pudiese percibir con claridad, una visión global
c¡dos; con la niisma suma de recursos se puede conseguir una gefensa::na?
· de ia guefra y establecerse, sinprejuitios, el exacto valor bélico de cada_ una ·
cional canco más eficaz, cuanto más se aproximen los eres facc°.res a :sus
de las eres fuerzas fundame~cale~, para obtener el máximo rendimiento de
justas proporciones y cuanto más cerca estén de esas proporciones, meno- su con¡unco.
res serán los recursos que una nación estará obligada a gasear en su propia
defensa. Pero, aunque los eres factores estén en las justas proporciones, su Pero esto no es así y como hay que parcir del presente, es preciso tomar
empleo no podrá dar el máximo rendimiento si no está perfectamente coor- la siruación en el punco en el que se encuentra. ·
dinado. Hoy día, la aviación no es ni el Ejército ni la Marina,pero participa
Por es::e motivo, aunque dejando la mayor !ibercad de acción a los co- en los dos, así como ec ei ámbito civil.
mandantes del Ejército, d~ la Marina yde las fuerzas aéreas en ~us campos Basca exponer el asunto en estos términos -términos exactos- para
respectivos, sería conveniente, en inc_eris dela defe~sa nacion~l,que _una comprender cómo su organización debe cometer errores necesariamente.
autoridad superior coordinase las diferentes acciones.
Según mi opinión, hay que ~ómenzar por establecer los principios _fun~
Per~ no basca con eso; dada la suma total de recursos que la nación damencales, como son:
destina a su defensa., haría falta que esca suma fuera subdividida encre las
1 Los medios aeronáuticos utilizados por el Ejércico y la Marina para.
eres fuerzas· a constituirse, de una foEma proporcional al valor bélico y en
facilitar e integrar sus acciones en su zona de acción, forman parce
relación a la eventualidades a las que deben hacer frente.
indivisible del Ejército y de la Marina, respectivamente y, por canco,
Escas consideraciones son can evidentes, que no es necesario entrete- son del Ejército y de la Marina.
nerse en aclararla, por lo que según el escricco rigor de la lógica, haría falta:
1 Un organismo que, examinando las necesidades totales de la Defen- (l} Esra necesidad fundamental se ha subsanado con la creación del cargo de Jefe de
sa nacional, estableciese la proporción más adecuada entre las fuer- Estado Mayor General dentro del Airo Mando.

88 89
, LL)S 1rn:dics aeronáuricos descinados a cumplir misiones de guerra, Competente para determinar la organización de la aviación auxiliar del
ante bs cuales, ni el Ejército ni la Marina pueden acruar por escar :jércico, éste es quien debe llevarla a cabo, y no otro, porque es quien posee
m:is .ilb de su radio de acción, deben ser independiences del Ejérci- odos los daros necesarios para establecer cuáles y cuántos deben ser los
co y de la Marina y consriruir lo que podría denominarse Armada
nedios aéreos apropiados para facilitar e integrar las acciones de las armas
Aé~e,1; un ence que debe ser apeo para actuar de forna paralela y errestres. No hay ninguna razón para que, igual que determina, por ejem-
en coordinación con el Ejérciro y la Marina, aunque sin depender Jlo, la formación de las unidades de arcillería, no incluya también en di-
de ellos. :has formaciones, aparre de las bocas de fuego, las municiones, el transpor-
.3 La :teronáurica civil, como cualquier otra accividad nacional, debe :e, ere. y también los aeroplanos necesarios para el control del tiro.
ser rn,mcenida y favorecida por el Estado en rodas aquellas manifes- La aviación auxiliar del Ejército al formar parte incegrante e indivisible
-1ciones que no inreresen directamente a la Defensa nacional. Digo :le éste, debe ser puesta bajo la dependencia directa de éste, tanto en lo
•Jirect.m1ente, porque indirectamente cualquiera de las actividades na- :¡ue se refiere a disciplina, como al empleo e iqstrucción.
cíon,iles interesa a la Defensa nacional.
Si se considera útil, por ejemplo, dar a los Comandantes de las Gran-
4 Li aeronáurica civil debe ser mantenida por los órganos de la De- des Unidades medios aéreos de reconocimienco, dichos medios deberán ser
tens,t n:teional, en codas aqueilas accividades que inceresen directa- puescos bajo la dependencia directa de los Comandanres de las Grandes
mmtc ,1 b Defensa nacional.
Unidades a las que van descinados, a fin de que, ya desde el tiempo de paz
La aplic.tciÓn de esros cuacro princi?ios_ ~e c~r~ccer axiomático, puede, los Comandanre puedan hacerse una idea exacta de los medios aéreos que
según •,;eremos. dar lugar a una orga01zac10n log1ca y rentable. disponen, así como de lo que pueden pretender y exigirles, y para que las
unidades aéreas puedan, a su vez, cener un contacto continuo y asíJamilia-
rizarse con los procedimiemos para proporcionar el máximo rendimiento.
CAPITULO XIX 1;:scp, aparee de corresponder a los lógicos conceptos de organización
y de empleo, evira los dualismos .absurdos que se pres~ncan eón fatüidad
cuaq.do la aviación auxiliar es independiente del, Ejército. ·
AVIACION AUXILIAR
Para conseguir adoptar este primer concepto de o¡ganización, es nece-
Con la e.'i:presión: Aviación auxiliar del Ejército y de la Marina me he refe- sario vencer un prejuicio que hasta ahora ha existido en las relaciones entre
rido al conjunco de medios aéreos urilizados por el Ejército y la Marina, la aviación y el Ejérciro, según lo cual, la aviación es un avance técnico que
respectiva.menee. para facilitar e integrar sus acciones, en su zona de acción. debe ser dejado en manos de técnicos especialistas; un prejuicio originado
por tratarse de una cosa nueva, de cuya esencia no se hari ocupado, s1no
Si la aviación auxiliar del Ejército y de la Marina forman parre inte-
unos cuanto especialistas.
grante del Ejerciro y de la _Marina:
Vencer esca resistencia será fácil, una vez que el problema se sirúe en
1 Deben incluirse, respectivamenre, en los balances del Ejército y de
sus términos exactos.
la Marina.
La aviación militar se sirve de medíos técnicos y de personal que debe
2 Deben ser puestas bajo la dependencia directa del uno y la otra,
poseer una especial instrucción técnica, pero en cuanro se trata de una arma,
de furma completa y absolura, comenzando por la organización y
debe responder a los requisicos de empleo como tal arma. La aviación de
finalizando con el empleo. artillería ciene necesidad de apararos que vuelen y de personal que sepa
No ha\· ninguna razón para que la aviación auxiliar del Ejército -codo guiar estos aparatos, pero emplea a ambos con el fin de controlar el tiro;
lo que se ·refiere a ésta, es válido también para la de la Marina- grave para lo cual, canco los unos como los otros deben responder. volando, a esre
sus gasros en un balance aparre. Por el concrario, la aviación auxiliar del fin; caso de no responder. resultarían completamente inútiles para la artillería.
Ejércíco debe ser proporcional a la fuerza y a la formación de éste, lo que
Es la artillería la que conociendo sus propias necesidades, debe decir
no podri -=.;l.--se si ruviera que ajustarse a un balance independiente.
qué requisitos deben tener ios apararos para cubrir escas necesidades, y es

90 91
de su competencia el imparcir la inscrucción especial que capacite al perso- CAPITULO XX
nal de su aviación, y ayudarla del mejor modo.
Después de haber esrudiado el problema, la arcillerá podrá decir, por AVIACION INDEPENDIENTE
ejemplo: me hacen falca aparacos que permitan una fácil observación, que
dispongan de radiotelegrafía a bordo, que puedan aterrizar sobre campos Para distinguida de la Aviación auxiliar, y por no usar palabras que.
pequeños, ecc. Una vez examinados, debería elegir aquel aparaco que, a su en un principio pudieran parecer demasiado graves, llamaré Aviación in-
juicio, respondiera mejor a sus fines, entre codos los que le fueran presentados. dependiente, en lugar de Armada Aérea, al conjunto de medios aéreos des-
Los técnicos de aviación, sólo cendrían que responder de las cualidades tinados a llevar a cabo aquellas misiones de guerra que ni el Ejército ni
aerodinámicas dei aparaco, para lo cual sí están capacitados, pero en nin- la Marina pueden contribuir en modo alguno. Escos medios existen ya hoy
gún caso deberían juzgar sobre las cualidades de empleo, ya que no están día, aunque en forma de embrión y están cosciruidos por la denominada
capacicados para ello. ··Aviación de bombardeo y de caza.
Podría ocurrir que el Ejército solicitase, para determinados servicios, Los daños que se le pueden causar al enemigo más allá de la línea de
unos apararns que dispusieran de una serie de cara.creríscicas que no estu- batalla, allí donde no puede llegar la acción de las armas terrestres y marí-
vieran aún concreradas, que podíamos denominar deseables. En este caso, cimas, pueden ser de utilidad, canco al Ejércico como a la Marina. Pero,
correspondería a los técnicos de aviación estudiar el modo de responder precisamente, porque pueden ser de ucilidad al uno y a la otra, estos me-
a escos requisicos deseables. E seo proporcionaría. a la técnica una guía para dios no deben ser puescos a disposición de ninguno de los dos, sino de otro
oriencar sus esrudios, evitándole el divagar para Hegar a la concreción de organismo, ya que se traca de no dividirlos. Esco no quiere decir que el Ejército
aparacos que, en la práctica, serían inutilizables. ucilice para los bombardeos aparacos capaces de aterrizar y la Marina apa-
.. Pau no pedir a los apara):OS UilOS requisicos de er1pleo absurdos - racos capaces de amarar; para bombardear un puerco enemigo se puede
como por ejemplo, que el aparato se detenga en el aire~ es suficieútepo- parcÍl'; cambien, desde cierra, delmjsmo modo que se puede parcir del mar
seer .:{nas nociones de carácter general que constituyi!n elpacrimónio común J)ar~ bombardear uria ciudad défincerior, y esto es un hecho demoscr~do
de cultura; lo que sí es cierco es que, si a quienes corresponde utilizar la durance la pasada-guerra.
aviación, les fuera transferida la responsabilidad de su elección, la cultura La aviación de caza, dentro· del limitado concepco acrual del dominio
aeronáutica no cardaría en convertirse en un bien común. del aire, es la encargada, si no de desarrollar la guerra en el aire, sí de éom-
En definitiva, los técnicos de aviación sólo deberían ocuparse de que bacir en el aire; en consecuencia, por las mismas razoues expuestas ance-
los aparai:os vueien bien, en la medida y en la forma que se les pida, y de riomience, tampoco debe depender ni del Ejércico, ni de la Marina. Si el
proporcionar al personal la instrucción estriccamence aeronáurica para la une y la ocra quisieran mancener ur!idades de caza para actuar como poli-
conducción y el uso de los aparatos. cía del cielo, es algo que corresponde a la organización de la Aviación auxi-
liar del Ejército y de la Marina.
De esta forma, cada u~o tendríá sus propias competencias y asumiría
la plena responsabilidad de sus accos, evitándose cualquier cipo de interfe- He expuesto arripliamence fas razones por las cuales condidero necesa-
rencia perjudicial. ria la creación de una fuerza aérea independience, que tenga la misión esencial
de conquistar, en caso de conflicto, el dominio del aire. También he dicho
Habiendo dicho ya que la organización de la Aviación auxiliar del Ejér-
que, a mi parecer, los cocepcos que rigen, en la actualidad, a la aviación
cito es de la competencia del organismo que se halla al frente de la organi-
de bombardeo y de caza no responden a cal fin y como podría llevarse a cabo.
zación del mismo, no tengo intención de entrar en el fondo de la cuestión;
para evicar una objección de caráccer prematuro, me limitaré a decir que Aunque se pueda disencir de mis opiniones, creo que al menos se esta-
e1 hecho de asignar al Ejército su aviación auxiliar, no implica una multi- rá de acuerdo en esco: Es imposible. hoy en d/a, no estar en condiciones de combatir
plicación de órganos. en el aire.
Un primer paso debería ser, por canco, el potenciar a la aviación de
bombardeo y de caza, para conscicuir un primer núcleo independiente, gér-

92
93
· men de lo que, en u:n futuro no muy lejano, se convertirá en la- Armada CAPITULO X.XI
Aérea, _independientemente de la forma que adopte.
AVIACION CIVIL
La aviación independiente será más o menos fuerte, según los medios
que le sean asignados,pero precisamente por ser independiente y poseer
dentro de su ámbico la mayor libertad de acción, ya sean pocos o muchos «Sobre el porvenir la navegación aérea, como medio de progreso, puede
haber opiniones muy diversas, pero una cosa es cierta e indiscutible: el nuevo"
los medios asiganados, éstos deben proceder de un presupuesto indepen-
diente. Este presupuesto irá aumentando a medida que la conciencia pú- medio de transporte no puede morir. la máquina que el hombre, después
de múltiples intentos fallidos, ha sabido realizar como fruto de su ingenio
blica vaya dándose cuenca de la importancia del dominio del aire.
y audacia, representa, dentro de la historia del progreso de los medios de
Igualmente independientes, deberán ser la organización y el empleo. Hija transporte, lo que ha permitido el desarrollo de los progresos más rápidos
del Ejército y de la Marina, esta aviación ha alcanzado ya la: mayoría de y maravillosos. No puede decirse h-asta dónde llegará el perfeccionamiento
edad y debe emanciparse. También hará falta crear un organismo que la de la máquina alada, lo que sí puede decirse, es que aún falta mucho para
supervise; éste deberá estar constituido por personas familiarizadas con el la meca.»
arre de la guerra en general, abiertas a las nuevas ideas, que miren hacia
el futuro sin perjuicios. «El medio aé::eo pi"esenra dos características esenciales que, al margen
de cualquier otra condición, lo hace superior al resro de los medios:
No será necesario que estas personas sean técnicos en la materia; será
suficiente que conozcan las posibilidades del medio aéreo; no se trata de l. Es el medio de transporte más rápido, canco por su velocidad pro-
pia, como porque permite unir el punto de partida con el de llegada, me-
determinar, cual pueda ser el mejor perfil del ala, sino de establecer los me-
diante un recorrido rectilíneo.
dios técnicos más adecuados para constituir una fuerza bélica y decidir el
m<'!jor empleo para qbtener ._el máximo rendimiento. . . 2. Es el único medio de transporte que puede ser denominado como
·. Este organismo deberá aiumit ~f problema y resolverlo. Si el problema:, ·,. :,tal, ya que se erara del único medio que no tiene necesidad de vías para
· · en su conjunto, es amplio y complejo, el hecho de qµe por el esiado de las desplazarse, en el sentido más común de esta palabra>
cosas nos veamos obligados a parcir de lo pequeño, facilita su resolÚción ,<Todos los medios de tr;risporte existentes hasta ahora, estaban conséi-
y permite reparar, a lo largo del camino y sin graves daños, los errores que tuidos por una serie de elementos que tenían en común las vías de comuni-
se hayan podido cometer.. cación. La locomotora, por sí sola, no sirve como medio de comunicación,
A este organismo le corresponderá la creación de la tercera ran1a del y el automóvil tampoco permite unir dos puntos separados por un camino
arce de la guerra que corresponde a la guerra aérea; y digo crear, porque de mulas. La vía de comui:licació es menos evidente en el mar, y sin embar-
no existe nada; en él, la aviación de bombardeo y la de caza, ya indepen- go, el hombre se ha visto obligado a la construcción de obras g.:-arrdiosas,
dientes, pueden servir como medios para extraer las experiencias. cales como el canal de Suez, Panamá, etc., que le han permirido la comuni-
cación a través del camino más corco. El medio aéreo es el único que puede
En defi~iciva, este organismo, guardando las debidas proporciones, de- ser considerado i:ocá.Imérite libré e independiente, puesto que sólo depende
berá representar para las fuerzas aéreas, lo mismo que el Consejo deµjér- de los puntos de despegue y aterrizaje.»
cito representa para el Ejército, y deberá funcionar de un modo abálogo.
«Las dos características esenciales del medio aéreo lo han hecho el idó-
Los lectores estarán de acuerdo. en que, a pesar de haber representado neo para hacer más rápidas las comunicaciones existentes, haciendo posi-
ante sus ojos una imágenes grandiosas, mis proposiciones prácticas se man- ble la comunicación rápida y económica entre puntos de la superficie te-
tienen dentro de unos límites modescos. rrestre que hasta entonces habían estado separados y alejados entre sí. Hacer
que los medios de comunicación sean más rápidos, es una de las necesida-
des del vivir social y, por eso, la navegación aérea deberá desarrollarse me-
diante la implanta.ción de líneas de navegación aérea de largo recorri-
do -con lo que se ganará mucho tiempo- y de líneas de navegación aérea

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94
r
a través de aquellas regiones pobres que no disponían de carreteras, ni de «Por razones políticas, morales, económicas y de seguridad, la navega-
ferrocarril -con lo que se solucionaría rápidamente el incómodo proble- ción aérea sobre nuestro territorio y sobre el Mediterráneo debe llevar ban-
ma de las comunicaciones en escas regiones. No es posible que el hombre dera italiana. Este debe ser el concepto fundamental de nuestra polícica aero-
desaproveche un medio capaz de reducir a unas cuantas horas la discancia náutic.1, porque Italia no debe nunca limitar su ambición a convertirse en
existente entre Roma y Londres, y también es cierto, que Alejandría lEgip- un cómodo muelle al que acudan a atracar las líneas de navegación extran-
co) estará comunicada con Ciudad del Cabo por vía aérea mucho anees que jeras. Para disfrucar convenientemente de su posición privilegiada, Italia
por vía férrea.» deberá hallarse, no sólo en condiciones de responder a la navegación aérea
«Las comunicaciones aéreas menores y las de puntos que ya escén uni- mediterránea incernacional, sino de prevenir escas necesidades de manera
dos entre sí por medios veloces irán evolucionando poco a poco hacia el que pueda poner en práctica el desarrollo de dicha navegación.»
medio aéreo que será el más popular y práctico; parece fácil prever que, «Evidencemence, el establecimienco de una línea Turín-Roma-Alejandría
en poco ciempo, la máquina aérea invada el terreno deportivo y el de( cu:is- de--Egipco .daría lugar a ocra línea aérea Londres-París-Tudn a la c;ie líneas
mo. Sobre esca materia, el escepticismo es ingenuo y peligroso. La maquma aéreas desde Alejandría hacia Sudán y Palestina. Por consiguiente, no sólo
de vuelo ha superado las esperanzas más árdidas y la guerra ha demostrado debemos proceder al escablecimienco de las grandes comunicaciones inter-
que codo aquel escepticismo era fruto de la miopía.» nas y coloniales, sino también de codas aquellas que, a través del Medite-
rráneo, unen nuescras coscf-s con Africa, Asia y con b península Balcánica;
«Lo que interesa sobre codo a Italia, es que se establezcan rápida.menee
debemos, por canco, erigir la gran faja de conexión de las líneas aéreas del
grandes líneas de navegación aérea, la mayor parce de las cuales acrav~sa-
rán, necesariamente, obligatoriamente, a través de la cuenca del med1ce- viejo mundo.»
tráneo.» «Dado que la península Balcánica es la más próxima a nosotros y, te-
·. ' «Las eres grandes potencias europeas presentan sus ejes en dirección niendo en cuenca que la industria aeronáutica sufre allí un gran recraso,
será conveniente que nos ocupemos también de la navegación interior de
• NO SE, y escos ejes, prolongados a rravés del Mediterráneoi c;_onfluyen en
dicha penínsulá(algo· qúe se v~ría eno~memence favorecido por el hecho
el canal de Suez, precisamente, donde Asia y Africa se unen. Es evidente
de que los puercos italianos ·sobre la cosca oriental deLAdüático constiru-
· que la mayor parce de las líneas de navegación aérea se orientarán se~n
yect las bases naturales para dirigirse hacia Rusia Meridional y Asia Me-
esca dirección general NO - SE, constiruyendo una gran franj_a que,, al ~a~-
nosr, jusco a través de la región Balcánica.»
cener unida a Inglaterra a través de Francia y de Italia, hara que esca uln-
ma se abra en abanico hacia Africa, Asia y la península Balcánica.» «De escas breves y sucintas palabras se desprende que kalia es, quizá,
«Por su situación ge~gráfica y por la polícica que ha surgido como con- la nación más interesada en el desarrollo de la navegación aérea. Indepen-
diencemence de las ventajas enunciadas, de orden general, el desarrollo ade-
secuencia de la guerra, Icalia ha de convertirse necesariamente en ur:. gran
cuado de la Gavcgación aérea aporcaría otras muchas que deben ser evalua-
cenero de conexión de comunicaciones aéreas dentro del viejo concinence.
das con justicia, y que son:
:Estehecho inevitable, al mismo tiempo que sicúa·a Italia en una posición
privÜegiada respecto a la navegación aérea, le impone el deber de ponerse l. Vencajas de orden económico-induscrial. El desarrollo de una gran.
en condiciones de corresponder lo anees posible a las rrne"--as exigencias que ·navegación aérea conduciría, a su vez, al gran desarrollo de coda la indus-
se irán perfilando para poder aprovechar las enormes vencajas que esco su- tria aeronáutica. Esca industria es una de las que mejor se adaptan al genio
pone, de lo contrario, pasaría a convertirse en un cómodo campo para la y a los recursos de nuestro país. De hecho, ésta exige unas cantidades limi-
navegación aérea extranjera.» tadas de materias primas y una mano de obra ineeligence y refinada, y no-
sotros, si bien somos pobres de lo primero, disponemos en abundancia de
«Si la situación geográfica y política de Italia en el il-Iedicerráneo debe lo segundo. La industria aeronáucica es sin duda, una de las industrias en
ser aprovechada en el campo marícimo, con mayores motivos deberá ser las que Icalia puede destacar siempre que se dedique a ello en profundidad.
aprovechada en el campo aéreo, mucho más amplio y donde se puede obte-
2. Ventajas de seguridad nacional. Es de esperar que la gran guerra
ner la ventaja de poder llegar anees que los demás, puesto que en esce terre-
haya sido la última, pero no se pued.e confiar en esca esperanza. La guerra,
no está ~~do por hacer y nosotros nos encontrar::1os en ni..:.esi:ra propia casa.»

96 97
aunque no ha renido tiempo de rnosrrar coda su imporcancia, nos ha per- P?lítico comperente, que debe ser ascendido a la dignidad de Ministerio.
mitido descubrir el Arma Aérea. Al perfeccionarse el medio, el Arma Aérea S_1, durante la guerra, se considera suficience a la inscirución de un Comisa-
irá adquiriendo mayor valor y, en una eventual guerra fucura, la posesión nado General de Aviación, dependiendo en una. cierra medida del Ministerio
del dominio del aire superará, con creces, las ventajas de la posesión del d_e la guerra _o ~el de Arm~s y Municiones, en cuanto a que dicho Comisa-
dominio del rnar. El disponer de una potente flota de navegación aérea equi- nado debe limitar la propia acrívidad a la preparación de una determina-
vale a poseer, en potencia, una gran Armada Aérea, siempre dispuesta para da especialidad de armas, ~? el ~ubsiguiente período de paz el organismo
la defensa de nuestros derechos.» propuesto p~ra la navegac'.~n aerea debe poseer una mayor auronomía y ·
una mayo~ l~ber~ad de acc10n, aunque manteniendo en estrecho contacro
«En definitiva, para Italia, el desarrollo intenso de la navegación aérea
medirerránea, significa servirse de la magnífica posicón geográfica en la co? ~os ~ m1scen?s ~: cransp~rtes, industria, correos, de la guerra, ere. El
Mm1sren~ d~ Av1ac10n debera cener competencia sobre codas las cuesrio-
que el destino la ha simado, y de aquella polírica, conquistada con la san-
nes aeronauncas, sea cual sea su género. Dichas cuestiones irán aumentan-
gre de sus hijo; significa rambién poner una gran y noble industria en con-
do poco a poco en número y en importancia y, teniendo en cuenca que por
diciones de gozar de primacía sobre el mundo, constituyéndose, en suma,
la novedad del rema existen pocos hombres preparados, este crecimiento
un medio de porencia política, de riqueza nacional y de seguridad militar.»
gradual ofre_ce sus vent~jas; en un ~rincipio, el Ministerio de Aviación puede
«Al esrudiar la implantación de las líneas de navegación aéreas inrer- p_arecer de ~mporrancia secundaria, pero en muy poco tiempo irá adqui-
nas, coloniales y mediterráneas, hay que partir de ideas generosas y com- nendo
. . una importancia de primer orden por la propia fuerza de lo s acon .
prensivas, teniendo en cuenca todas las ventajas hasta ahora enunciadas, tecimientos y, a la medida qu~ se produzca esca trasformación se irán pre-
sin dejarse arrasrrar por el crirerio tacaño de la economía.» p~rando los hombres necesanos para la resolución de los problemas más
«Muy probablemence las primeras líneas de la navegación aérea serán diversos que vayan presentándose con el ciempo.»
pasivas,. al menos dtirance los primeros años, porque, además del elevado . , «Respecto a la navegación aérea interna, colonial; mediterránea la ac-
cosre d~l medio; son·contrarias a: las costumbres atávicas del hombre y,en- c10n ~el Minisceri~ de Aviación podrá ser en forma'. de aucor, 0 bi~n, de
contrar:Ín codo cipo de dificultades y hosrilidades. Sin embargo, éstas desa- coo~dmador, es decu~ las grandes lí~eas de navega,ció11'.aér:ea podrán serpa-
parecerán en poco.riempo y los·coscos disminuirán también con rapidez, cr~cmadas por el Es cado o por sociedades privadas concesionarias. En el
gracias a la comperencia que se establecerá.» pnme_r e~:º se pro_ducirá un ejercicio direcro, en el s~gundo, el Ministerio
«La máquina aérea es una máquina de audacia en codos los sentidos. y
de Av1ac10n d:bera esrabl~cer _e~ recorrido de las grandes líneas determi-
Excede a la imaginación más ardiente. Ames de la guerra, quien dijera que nar las modali~ad:s del e¡erc1c~o, conservando sobre ésce, la vigilancia y
los aeroplanos iban a poder contarse por millares, sería considerado un exal- el control. En nmgun caso podra abandonar el Esrado el ejercicio de la na-
tado. El doarrollo de ia navegación aérea seguirá creciendo de! mismo modo. vega~ión aére~ a la_iniciariva privada, a la cual sólo le preocupan los intere-
Dentro de unos cuanros años los rrenes expresos estarán compuesros nada ses directos, descui~andc orras cuestiones que para el Estado pueden ser
.. más que.por terceras clases, la Compañía de Coches-Cama habrá cambia- enormemente supenores.»
do su nombre, y el CQrre_o internacional sólo viajará- a través de karmósfera.» «Puesto que losmedios aéreos ¡;,ac!~~º5, puede!} y _deben, una vez llega-
«Lanzarse con decisión hacia la nueva vía, sobre codo en nuestra siá.ia- do el momenro, transformarse en medios aer'eós de güerra, será convenien-
ción, es un á.cro de sabia y audaz previsión. El dinero que pueda coscar te que el Ministerio de Aviación se ocupe dé la vigilancia del armamento
al principio la implancación de las líneas aéreas no será un dinero tirado, de las floras aéreas de transporte y de la organización de las mismas, de
representará, por el contrario, un sólido seguro para el fururo.» ~odo que puedan transformarse con facilidad y rapidez en medios y orga-
msmos de guerra.»
«El desarrollo de la navegación aérea, en especial para Italia, es de un
alto inrerés general que no debe escapar a la atención del Gobierno.» «El Ministerio de Aviación deberá favorecer también, el desarrollo de
1~ navegación aérea secundaria, es decir, la que practica recorridos de inre-
«Li navegación aérea incerior, colonial y mediterránea, presenta una can-
r<:5 !ocal, la de ~e':reo y deporri_:'a, la navegación aérea en la península Bal-
tidad de problemas muy diversos: de orden polícico, económico, social, mi-
canica Yen Amenca del Sur, asi como la industria aeronáutica de cualquier
litar. r:rc.. que deben ser resueltos armónicamente por un único organismo

98 99
género, que proporcionará a Iralia una imporcancia de primer orden en
cien~o como principio que ~a navegación aérea incema, colonial y la medi-
el mundo aéreo del futuro.»
cerranea procedente de Afnca, de Asia y de la península Balcánica debe
«De la exposición de este breve resumen de atribuciones sobre una ma- portar bandera italiana. Favorecer, en definitiva, el desarrollo de ia naveoa-
teria can vasca y casi completamente nueva, que requiere ser gobernada con ción aérea bajo bandera italiana en la península Balcánica, en Asia Me:or
ideas abiertas y audaces, se puede deducir con facilidad que es necesario y en América del Sur.»
que el organismo que lo ha de dirigir esté a la altura esperada, para que
«~- Favorecer el desarrollo _de la industria aeronáutica, protegiéndo-
pueda hacer frente a la difícil carea.»
la, dandola a conocer y proporcionando grandes medios de investigación
«La máquina de vuelo, en sí y en sus aplicaciones, se ha movido a tra- estudio y experimentación.» '
vés de la vía del perfeccionamiento y del desarrollo con una velocidad fan-
, «_Favore~er el desarrollo de la navegación aérea y de la industria aero-
cáscica. En dicha materia la pérdida de tiempo y la lencirud pueden ser fa.
naunca nac10nal, comando las m~didas oportunas para cransformai; rápi-
cales. Es necesario actuar ton'rapidez para no ser sobrepasados. Los pies
damente, a la una y a la ocra en tnscrumento:; de guerra; de __ esta manera
de plomo se concilian bastante mal con la ligereza del ala. La guerra ha
una gran parce de las sumas que el Estado Mayor debería destinar a la de-
hecho surgir en este campo, casi inexplorado, una enorme cantidad de nue-
fensa aérea podrían resultar más rentables al dedicaarlas en favor del des _
vas energías y de nuevos recursos que se hallan dispuestos para prescar su rrollo de los medios aéreos pacíficos.» ª
contribución a la ardiente obra de paz que ha de seguir a la Victoria. En
toda la sociedad civil existen una gran cancidad de técnicos, de obreros y «El examen particularizado de las grandes cuestiones expuestas reque-
de industrias que se han ido adaptando a las nuevas producciones, una riría una explicación mayor. A nosotros nos basta con llamar la atención
importante suma de intereses que se han venido agrupando en corno a algo sobre los problemas aeronáuticos, que al estar afectados por numerosos pro-
nuevo, una numerosa juventud audaz que ha aprendido el árce del vuelo. blemas que en esce momento se nos presentan, pueden llegar a ser conside-
Todas escas energías recientes, una vez finalizada.la guerra, buscarán su ca- rado~ de ir_nporrancia secundaria, cuando en realidad son de una impor-
mino, que n·o podrá hallarse foera del campo,dtt la navegación aérea, y sur- can~rn_cap1cal y teprese~tan p_a~a un futuro próximo, algo que ya desde su
girá inmediatamente una competencia formidáhl~ entre las naciones para:. nacim1ent0'apu9,ca -hacia el exico.» •. ._·
adu&ñarse de las principáles líneas de~gacioh,aérea, así ~orno de ague-, , «Tome el lecc~r'un mapa del Imperio Romano }/examine cómo Rom~ .
llas que puedan resultar más rentables, en cualquiera de sus aspectos.» ·· ·a
1r_radió su poceribá través de la gfan cuenca: acuática ·que baña'el gran
«Dado que Italia se encuentra en el cenero de convergencia de las mayo- dique de Europa. En aquel enconces la irradiación fue de fuerza de con-
res y más importantes líneas internacionales, no hay duda de que Italia y quisca y de civilización; hoy; las nuevas condiciones pueden condu~ir a una
el Mediterráneo se convertirán en los campos de las competiciones pacífi- irradiación similar de carácter completamente pacífico. Roma, que fue el
cas de- la navegación aérea internacional del viejo continente. El único medio cenero del mayor Imperio del mundo en los comienzos de la civilización
para salir victoriosos en este campo es el de enconrrase dispuestos para sa- debe convertirse, en una tiltima conquista de la civilinción en el cencr~
tisf~cer codas las exigencias del nuevo medio de transporte en la zona aérea de las comunicaciones más rápidas, en el puerco aéreo más importante del
mundo.»
que nos compete. Si desacendémOs este tipo de obligación que nuestra si-
tuación nos impone, deberemos resignamos a dejar que los excranjeros vuelen «Y sobre es1:_e cene~~ de la civili~~cion más reciente deb~ra, am:e t:Qdo,
sobre nuestro territorio y sobre nuestro mar. Por tanto, no sólo hay que ac- ondear la magnifica bandera tricolor, aún tibia por las batallas más bellas.»
tuai; sino que hay que actuar rápido y bien. Cualquier indecisión o timi- Esto lo escribí apenas finalizada la guerra (Política Aérea m~diterrá-
dez podría pagarse muy caro.» nea, en Nueva Ancología, 16 de Enero de 1917; y cuanto escribía entonces
«Concluyendo escas breves notas, según nuestra opinión, Italia debe de- permanece si,n variación en cuanto a los conceptos expresados, máxime,
sarrollar una política aeronáutica rápida, sabia y prudente, basándose esen- cuando se da el hecho de que Italia no ha sabido aún encontrar su cimino
cialmente en los siguientes concepros»: aéreo, mientras en el exrranjero en los dos últimos años se ha avanzado mucho.
«l. Favorecer el desarrollo de la navegación interna, colonial y medi- Si sobre un mapa de Europa se traza el recorrido de las líneas existen-
cerrfnea, ejercier!do una acción estatal aurora o coordinadora, y estable- tes y en proyecto, puede advertirse, cómo Italia está estrechamente circun-

100 101
.l.t,b por éstas y constituye casi un obstáculo para las comunicaciones aére;is
1
i a recibir la instrucción complementaria que le capacite par;.,_ íos servicios
.ld viejo continente. Este hecho no puede mantenerse, c'.tnrn por nuestro de guerra.
·
mceres , parncu
· lar, como por responder a nuesrro deber mternac10nal. . Es Bajo escas condiciones, los órganos aeronáuticos de la Defensa nacio-
· d · ct· r a nuestro pa1s su va 1or aero-
cvidente que s1 nosotros no proce emos a a
n;Íutico, daremos a ¡05 extranjeros una especie de derecho para pasar sobre l nal tendrán un gran interés en que la aviación civil posea y mantenga en
ejercicio a dicho personal y, por canco, podrán subvencionar, con esca fina-
l
!c,dia con sus líneas aéreas (1). i lidad, las iniciarivas civiles.
Todo lo que he expresado sobre la aviación c~vil, ~a sido para ~e_mos- ¡ En esce sentido, la subvención puede ser considerable. Calculemos cuánto
. -que el Estado debe promover su desarrollo en mteres de la colen1v1dad. i cuesta a la Administración Militar preparar y mantener a un píloro en ejer-
([.h
· ·, · ·1 e e ta man ·cestaciones de acnv1 . ºd J
,1 es que interesan
¡
La av1aC1on c1v1 pr s n · al11' . , d. cicio; dicho coste será el límite máximo de la subvención que la Adminis-
lirectamente a la Defensa nac1on , y otras que no son de un. mteres 1rec- 1 tración Milirar pueda conceder a las iniciacivas civiles por cada uno de los
'ro. Los organos
. encarga d os d e la D e1ensa
e
naoon · al , no deben preocuparse
. _ , pilotos que disponga preparado y mantenido operativo; pero esce límice má:
de escas últimas, porque están totalmente fuera de su competencia, de escas ximo es hasca cal punto alto, que la subvención puede mantenerse logrando
Jebe ocuparse el Estado general. . 1 un considerable ahorro.
Por el contrario, de aquellas que interesan direccamente ,ª la Defensa
nacional deberán preocuparse los órganos responsables de eS t a. 1 Por lo que se refiere a los aparacos, dentro del ámbico de la aviación
militar existe en la actualidad el prejuicio de que los aparatos civiles no
pueden ser utilizados_militarmente, ya que se dice que ambos tipos deben
presentar caracceríscicas diferentes.
CAPITULO XXII Ya me he definido sobre esca cuesción, prejuicio, porque independien-
temente de cualquier ocra consideración, existe el siguiente hecho: ninguna
. ACTIVIDADES DE LA AVI.A.CION CIVIL QUE INTERESAN nación del mundo es can rica cómo para poder mantener dispuesta una
.- · DIRECTAMENTE A LA DEFENSA NACIONAL ·._ . fuerza aérea adecuada y que sea exclusivamente milicar, en consecuern:;ia;
todas debétán, por necesidad, estar en condiciones de ucilizar milicarmen- :
ce los recursos de sus respeccivas aviaciones civiles.
Evidentemente, son aquellas que preparan medios directam~nte utiliza-
bles por la Defensa nacional, es decir, por la Aviación independ1eme Y por Es cierto que, en un sentido absoluto, el aparato que deba cubrir a un
la Aviación auxiliar. mismo ciempo las necesidades civiles y militares no se presentará nunca,
ni como un perfecto aparato civil, ni como un perfecto aparato militar.
La navegación aérea de carácter civil empiea apararos, produce y"man-
tiene pilotos en ejercicio, usa accesorios aéreos d1ve~~os, 0 sea, prepara Y Pero lo absoluto no exisce_ En la práctica, siempre es necesario saber
ciene dispuestos una serie de medios direccament~ ~nhzables P?r.Ja Defen- conciliar los extremos, y de hecho, esta conciliación reportará grandes ven-
sa nacional, con cal de que satisfagan ciertas cond1oones: ?ºr e¡emplo, -que cajas a la aviación de guerra, p.di;qv..e, aJ estar basada en la aviación civil
los aparams puedan ser utilizables de forma fácil y rápida en guerra. operativa, siempre podrá disponer de aparacos del cipo más reciencé: míen~.
eras, si se basa exclusivamente en los medios propios, lo más probable es
Por este motivo la Defensa nacional está interesada en el de~a~rollo de
que dispondría de un conjunco de antiguallas.
la aviación civil, de manera que los medios que disponga esca ulnma res-
pondan también a sus fines. El prejuicio depende también del hecho de que la Aviación militar se
basa hoy exclusivamente, en aparatos de características extremas, mientras
Por lo que respecta a la preparación técnica aeroniutic.i del pers_onal,
la civil sólo puede basarse en aparatos de características medias. Pero con
será suficieme con que el personal aeronáutico civil pueda ser movilizado
aparatos de características exremas no se hace la guerra aé~ea, y a veces
inmediatamente en caso de necesidad, y se le obligue. en nempo de paz,
ni siquiera llegar a combatir en el aire. ·· ·
,.1) Se recuerda que escas palabras fueron escricas en_ l92L E:c "";". .1ño (1926). quien La guerra se hace con la masa y la masa siempre está compuesca por
las escribió ciene la satisfacción de ver el promeredor in,.:10 d.: -~' ,~~.,_, expresadas. elementos de tipo medio. Al tratar de ia Armada Aérea he demoscrado como

l {)? 103
,-~ra riene m:cesidaJ Je «pamros con caraccensncas medias y simibres a Je ia
,n·1au1,n miliur. hará que Jicha instrucci<~n n:sulte menos ~osrosa y
.1,¡uc-lbs yue deben presenrar k>s apararns comerciales. ,d m1smu (lempo. t<>m<:nrará las iniciativas aeronáuticas civi!es. ,'
La aviación de guerr~ podr,Í, por canco, urilizar aparatos de uso civil El ~Stá~O m: es un buen industrial; también resulrará venrajoso aliviar
,¡ue presencen unas condiciones especiales -no excepcionales- y la avia- a la av1ac10n md1t~r ~e rndos l_<~s ceneros de construcción O de reparación
, ión civil. en vista de las vencajas que le puede reportar el acceder a estas d_el material ae,ro~auc1c?;_camb1en esco proporcionará un impulso a las ini-
, ,m<liciones, no hallará dificultades para hacerlo. oacivas aeronauncas civiles.
Si se piensa lo que cuesta por cada jornada la operación de un aparaco . Mucho es lo que la avia~ión mi_lirar puede hacer en favor de la civil,
militar. se tendrá en el acro idea del límite máximo de subvención que la rncluso actuando en su propio rnceres, al evirar interferencias perjudiciales
.\Jministración milicar puede conceder; en su propio incerés, por cada jor- y siempre que las distintas atribuciones hayan sido Jecerminadas con clari-
u;ida de operación de un apararo civil, que en caso de guerra pueda ser dad. procediendo con amplitud de menee. sin prejuicios, aparcándose de
ucilizado inmediatamente; límite máximo, del cual se podría descender, al- los_~oncepros que se han ido formando. _a pesar de la juvenrud del nuevo
..:.rnzándose también aquí un importante ahorro. medio.
Estas pocas consideraciones son suficientes para demostrar la coopera-
, ión que podrí::. existir, aun procediendo exclusivamence en el propio inte-
rts. entre la aviación militar y la civil. CAPITULO LXIII

Esca cooperación de carácrer financiero debería, lógicamente, ser con- ACTIVIDADES DE LA AVIACION CIVIL QUE NO INTERESAN
:c:dida a cargo de los presupuescos de la aviación militar y, puesro que con DIRECTAMENTE A LA DEFENSA NACIONAL
d desarrollo de la aviación civil. éscos podrían ir reduciéndose poco a poco
.tl existir posibilidades de que la aviación cívil fuera manteniéndose por Escas actividades, si bien interesan a la Defensa nacional de forma in- ,
,t rriisma; la aviación militar detarácter·permanente, podría reductrse., junto ·?irecc<t,.Al i~~!- que el resro de las actividades de ámbito naciona), no .deben.,,.
..:on los· gasros que ocasiona, a un mínimo, pero manreniéndose en c<>ndi~ ser competencia de las Aucoridades miFcares, en consecuencia,·no deber.án
:iories de preseritar, en caso de éonflictO li·ínáxima potencia con los com'- . ingerirse ~1?. cµesciones que no, son de imincumbencia, con eLfin de que
?lementos civiles movilizados. puedan aliviar la carga de sus propios organos y para evitar interferencia;
La entidad de dicha coopernci0n, al venir determinada en interés de perjudiciales. Dichas actividades deben ser apoyadas por el Estado, puesto
l.1 aviación militar, sólo puede ser establecida por la aucoridad militar (avia- que representan un interés colectivo, pero a través de un presupuesco apar-
..:ión independiente o auxiliar), porque sólo ésca es compecence para deter- ee, que podrá ser mayor o menor, dependiendo de los órganos estatales com-
minar las condiciones a ias que deben responder los recursos aeronámicos petentes las consideren útiles.
-:iviies para ser plenamente Útiles a la aviación milicar. Forman parce de escas actividades, rodas aquellas relacionadas con el
progreso científico industrial de la aviación, codas aquellas que sirven para
-No es süfü:iente cotf eso. La aviación milicar puede cooperar.al desa-.
·--res~lcar nuestra industria aeronáutica en -el campo de la competéncia-incei--
rrollo de la aviación civil,· confiando a ésra codo aquello que no renga un
nac1onal, todas aquellas que correspondadn a manifestaciones· aeronáuti-
..:aráccer estriccamence militar.
cas Comerciales o deportivas, ere., a las cuales, la Defensa nacional no puede
La instrucción de los píloros, mecánicos, montadores, ere., codas son
instrucciones especiales aeronáucicas que no presenten un carácter estric-
1
1
ofrecer ninguna cooperación por falta de reciprocidad.
. L~ Def~nsa N~cional se sirve indirectamente :!e codos los progresos
:amente militar; militares o civiles, los píloros deben convercirse en los ca-
c1ent1ficos-rndustnales de la aviación, pero los órganos que dependen de
?Ítanes de sus aparacos; de uniforme o de civil, los mecánicos deben cono-
ella no son los adecuados para promover dicho progreso. Todos los escable-
J:r los mocores y saberlos hacer funcionar.
De esca forma, roda la instrucción especial aeronáutica puede ser con-
1
i
cimiencos científico-experimentales militares deberían pasar al campo civil
Y, según mi opinión, bajo la dependencia del Ministerio de Instrucción Pú-
:·iada a la iniciativa privada; esro, aparre de reducir la carga de los órganos blica, dado que !os estudios científicos y experimentales relativos a la téc-

[04 105
nica aeromiucica no cienen un carácter escriccamente militar. Esros estable-
cimiencos deberán ser puestos al alcance de todos los esrudiosos, vistan o Como he dicho,_ e_I Estado deb: fijar un presupuesto es;)ccial para el
no uniforme, evirando así una monopolización que, como codas las mono- desarrollo de las acc1v1dades aeronaucicas civiles. que no estén direccamen-
polizaciones, sólo proporcina un pobre rendimiento. Para sus objetivos par- ce interesadas en la det~n~a nacio~~I. Sobre el modo de repartir el presu-
ticulares, las aucoridades aeronáuticas milicares pueden tener necesidad de puesto en favor de las d1scmras acc1v1dades, la autoridad militar no es com-
petente. Sería conveniente.. por consiguiente, crear una Comisión consulci-
aparatos de vuelo que reúnan caracreríscicas especiales y, en cal caso, las
va de carácter civil. que fuera competence para estudiar y proponer el modo
aucoridades mencionadas lo único que tendrán que hacer es dirigirse a los
mejor de empleo del presupuesco <;!_e la aviación civil.
inscirucos aeronáuticos civiles para que escudien y desarrollen aparatos que
respondan a sus necesidades especiales y, sin lugar a dudas, en dichos insti-
cucos hallarán mejor respuesta, ya que éscos reúnen mayor número de aai-
vidades.
CAPITULO X.."XIV

Así, la aucoridad aeronáutica militar debe desinceresarse por complero ORGANIZACION CENTRAL
de codo aquello relacionado con la seguridad de los aparacos civiles y con
la capacitación profesional de los píloros no milicares, del mismo modo que Del análisis hecho en los capítulos anteriores resulta que la organiza-
se desinceresa de la forma que se construyen los aucomóviles y en la capaci- ción cenera! de la aviación debería basarse en los siguiences puncos:
tación para la conducción de los mismos.
l. Establecer que la Aviación auxiliar cerrescre y marícima formarán
Si, para la defensa de los ciudadanos, el Estado se creyese en el deber
parce incegrance del Ejército y de la Marina respecrivamente, incluyéndose
de incervenir en cales actividades, la-·incervención se llevará a cabo median- en sus presupuestos.
te órg¡inos de carácrer civil como. interviene, por ejempló, en la comproba-
ción de las calderas de vapor, de las instalaciones eléctricas, en hi'dméésión 2. Dar a la Aviación independiente -núcleo de la fucura Ármada
Aérea.,....,. un presupuesco<propio:-,
de diplomas de ch:auffer, ecc. ·
La intervención milicar, aparee de perturbar a los órganos milicar~s ~bn 3, Dar a la Aviación CiviÍ un presupuesto propio_
funciones excrañas a su competencia, crea dificultades encre la aviación mi- La adopción de estos eres primerns puncos n~ implica, de hecho, un
litar y la civil, dificulcades que co.nviene evirar canco en incerés de la una mayor gaseo para la aviación; significa, simplemente, la aceptación de un
como de la ocra. reparco lógico de unos gasros que, en la acrualidad, escán distribuidos de
un modo bascance arbitrario.
Para dar a conocer y para valorar la industria nacional conviene, cal
vez, ·organizar certámenes, concursos, ecc. También aquí, la autoridad mili- _ 4. Aliviar a los órganos aeronáuticos militares de codas aquellas fun-
car debe desinteresarse, al igual que se desinteresa en actividades similares ciones que no presenten caracteres militares específicos, transfiriéndolas a
. en o eros campos, o éomci rrtáxi:mo; comar parre -de forma excepcional, con órganos aeronáuticos civiles.
equipos puramente militares; ccimo lo hace en cercámenes de patrullas de
La adopcion de este-pünró-nO implica, de hecho, una multipliéadon, -
caballería, por ejemplo, en determinadas actividades deportivas.
sino que se traca de situar a cada órgano en su puesto. · ·
Del mismo modo, puede darse el caso de que se desarrollen actividades 5. Establecer que los medios aéreos destinados a consciruir las Avia-
aeronáuticas de discinco género, deportivas, ruríscicas, etc., sobre las cuales, ciones auxiliares del Ejército y de la Marina, así como de la Aviación inde-
la aviación militar no renga nada que ver. pendience, deben ser definidos, en cantidad y calidad, por los respectivos
Los organismos aeronáuticos militares deben despojarse de estos híbri- organismos encargados de la organización del Ejércico, de la Marina y de
dos atavíos, que en la actualidad pesan sobre sus espaldas, los hacen pesa- la Aviación independience, y que a esos mismos organismos les sean trasfe-
dos y dificultan sus movimientos. Dichos organismos se han marcado unos ridas la organización y el empleo de las correspondiences aviaciones.
fines precisos y de una importancia que irá en concinuo aumenro; necesi- La adopción de esce punro responde al criterio de dif~renciación de las
tan, por canco, que no se les discraiga con ocras cuestiones. funciones que es el índice más caracceríscico del progreso evolucivo.

106
107
lfasándose sobre estos puntos, la organización cenera! poJría cúncre- la una como b ocr,t responJeri.rn Je! valor técnico aeron:íucico de codo lo
1 ,lf',t: Jd siguiente modo: suministrado.
1. Dentro del Ejército y la Marina, las respectivas aviaciones auxilia- Para no dejar a escos emes a su libre albedrío, haría falca ponerlos bajo
n-·, deberían estar organizadas de la forma en que sus organismos respecti- la dependencia del organismo que supervisase la aviación independiente,
v<>'• consideren más oportuna, teniendo presente: por ser el que escá más escrechamence ligado a la aeronáutica.
a) que ésros no les corresponda ninguna función técnica aeronáutica 5. Crear una Comisión consulciva para estudiar y proponer el mejor
rl'bciva al material porque éste les sería distribuido en la medida y calidad empleo del presuFuesco de la Aviación civil, así como la cransfe.rencia al
1T• ¡uerida, por un organismo técnico aeronáutico, del que hablaremos a con- campo civil de codas aquellas actividades aeronáuticas que, aun encontrán-
l i11uac1on; dose en la accualidad en el ámbico militar, no presentan, sin embargo, nin-
guna ca.racterísrica milirat:
b) que a éstos no les corresponda proporcionar al personal ningún
cipo de instrucción aeronáutica, porque dicha inscrucción seería impartida Con esco sería suficiente. No hay que d.ejarse impresionar por el hecho
.d personal de la Aviación auxiliar del Ejército y de la Marina, según nece- de que los números 2,.3.4 y 5 comiencen por la palabra crear. He usado este
~t<bJes, por un ente técnico aeronáutico, del que hablaremos ~ continuación. verbo porque lo prefiero al verbo transformar. Pero, en realidad, a poco que
se consideren las ideas expuescas, se comprende con facilidad que la orga-
2. Creando un organismo compuesro, como ya he indicad~, para su-
nización indicada. exigiría por un lado la creación de algún organismo nuevo,
1,,-rvisar la organización de la aviación independiente, dentro de los límites
pero en compensación, exigiría también la supresión de una cantidad de
,Id presupuesro concedido.
órganos. de número y peso mucho mayor, a los cuales se les confía en la
Este organismo que, desde un principio debería estudiar esencialmente a~cualidad una serie de funciones vagas, imprecisas, confusas y de una com-
d problema de un modo experimental partiendo de la aviación de bom- per.encia ajena. Se craca pues de una creación que serviría para adárar y
!,.trdeo y de la de caza·existei}ces, F'qU:e deberían ser puestas bajo su depen- ~imp_lificar los órganos ya exiscentes, prestando, sin duda, un rendüriienco
Jcncia, sería quien dc;:termi9-ase la organización de la Aviación indepen- ~~cho mejor. ·. .· . . ..· .
,lience. la organizaría, la mandaría. se ocuparía de su instrucción y de su .• Anees he escrico: Con esco sería suficiente. Pero en realidad nó debería
empleo. · · ser suficience. EÓ.cre los· discintos organos propues¡os, entre su; re~péd:ivas
A este organismo no le correspondería ninguna función técnica aero- funciones, encre las distintas aviaciones, debe hacer, por necesidad, una.es-
n.mtica como he dicho en los aparcados a) y b) del número anterior. trecha relación. Haría falca un nexo que las uniese a codas bajo una norma
general y única, y esce nexo no podría esrar representado más que por un
;,. Crear un organismo (Dirección de construcciones) encargado de Ministerio del Aire.
.1bascecer, en la cantidad y calidad requeridas, los maceriaies especiales aero-
n.iuticos a las Aviacione~ auxiliares del Ejércico y de la Marina, así como Es necesario que alguien responda, frente al País, de la Aviación nacio-
· .i la Aviación independiente, debiéndose proveer de estos materiales de la
nal en codos sus aspeccos, pero también hará falta que esce alguien pueda,
induscria privada, exclusivamente. · · •no sólo responder, sino cambiép.,. que dedique coda su á.Ctividad a ese fin,
sin ser distraído por otras cuestiones. · ·· · - "
4. Crear un organismo (Dirección de personal) encargado de impar-
::r. en la cantidad y calidad requeridas, la instrucción especial de Aviación Si la Aviación nacional es hoy muy modesta, no importa; la aviación
:., personal de las Aviaciones auxiliares del Ejército y de la Marina, así como se halla en rápido proceso de evolución, y no sabemos lo que podrá ser
.:e la Aviación independience, con la idea de confiar dichas instrucciones, mañana, ranco en el campo civil, como en el militar. Si la Aviación naciC'-
c·x..:lusivamence, a la iniciaciva privada. nal es hoy modesta, necesitará un Ministerio modesto, apropiado para pre-
parar el fu.curo: un cuerpo a,éfalo no puede desarrollarse, porque ni siquie-
Tanto la Dirección de construcciones como la de personal, al no cener ra puede albtrgar vida .
.;ue disponeer ni de talleres ni de escuelas, deberían resultar órganos lige-
:•.'5. serían simples coordinadores de los pedidos hechos a las actividades Comenzando desde lo pequeño, fácilmente se llega a lo grande; y es ne-
:ri\·adas y pasarían el examen pericial del material y del personai. Tamo cesario comenzar desde lo pequeño, cuando hay que hacer frenre a algo
nuevo, para lo que no están preparados los hombres.

109
El llCuparse Je la rnnscirnción Je la vías aéreas responde a un interés
CLmsidero. pllr este motivo, que la aviación necesicaría la presc:ncia Je
coleccivo y es competencia del Esca<lo.
una cabeza prnpi;1; es decir, crear el Minisrerio del Aire.
Descender a mayores parcicularidades sobre una proposición relativa
1í La forma <le nuestro país indica con claridad el trazado que deberían
presencar nuestras principales arterias aéreas: dos lirorales y una inrerior,
a la organizacion sería vano: las parricularidades no pueden derivar sino l sobre las cuales podría unirse rodas las líneas de aeronavegacióo coover-
de la organización cenera!. 1 gences en el cielo del Medirerráneo.
Esca es la que habría que desarrollar en primer lugar: el resro sería la
consecuenc1 a. 1 Esca gran malla triangular asumirá rápidamente una imporraocia io-
cernaciooal, cransformando el acrual obstáculo aéreo, represencado por nues-
i cro país, en una zona de faciliracióo para las comunicaciones aéreas entre
España y la Francia meridional con los países balcánicos y emre ésros con
Europa central, con Africa y con Asia.
CAPITULO XXV
Al mismo tiempo, la gran malla triangular se presemará como una ayuda
excepcional para evencuales fines estrarégicos aéreos, que puedan requerir
LOS CAMINOS AEREOS
1 la rápida concentración de fuerzas aéreas en el valle del Po, o bien, sobre
los dos frences del litoral.
Anees de c0ncluir considero necesario volver a insistir sobre esca cues-
Esca representa el mznimo absolutamente necesario. sin la cual, sería inútil
ción de capital importancia.
esperar ningún cipo de desarrollo por parre de ouescra aerooavegacióo; y
El medio aúeo no ciene necesidad de caminos, en el sentido que nor- por canco, es una de las primei:as medidas que el Escado debe adoptar.
. malmence se da 1 esca palabra. porque para él, codo el espacio~~- un camino.
Esto no quiere decir que· el J:scado deba convercirse en empresario de
Pero cambién el mar es un camino para los medios Jlocanc~s, y sin em- los crabajos y aucór;;del se_ryicio.yial; quiere decir, simplemente, que debe
• bargo, ei florecer de una navegacion marícima depende de las medidas que . acn1ar de manera que las ;vías aéreas sean creadas y maoténidas. Teniendo
~e c7>men desde cierra para este fin. . ··. .· • . · ·. · : en cuenca los resulcados que la.experiencia nos ha proporéiooado en Otras
Lo mismo sucede con la navegación aérea. En ceoría, es suficience con acruaciones escacales, no exiscen dudas de qtie el servicio vial aheo c:ooveo-
un avió~,-un punto de parcida y uno de llegada; en la práccica, es necesario dría que fuera confiado a la ioiciaciva privada.
preparar Ja superficie para que se pueda volar, porque la facilidad y la se- Una vez facilitado el vuelo con una adecuada preparación de la super-
guridad del \·uelo dependen. en gran medida, de las medidas cornadas en ficie; alentada y subvencionada, en la medida que he apunrado, las iniciati-
cierra, canco m:Ís; en Ur. paí~ roco, fraccionado y explorado como el nuestro. vas civiles que se derivarán de la demanda de solicitudes, ordenada la avia-
No se puede esperar un gran desarrollo de la navegación aérea, míen- ción militar, diferenciadas las funciones y distribuid.as las competencias,
eras no se hayan .procurado lo~ caminos aéreos. Si en guerra no se hechan alimentada la llama con un espíritu nuevo, vivaz, ac¿ieuce hacia un futuro
de menos, es debido a que los riesgos propios de 1a ~uerra son cales, como que ciene que llegar, nuestra Aviación emprenderá fio¡¡.lmeme su libre vuelo1
para hacer que los ocros carezcan de importancia. Pero en tiempos de paz, porque codos-los faccores del vuelo seguro son para nosotros, porque dispo-.
es necesario reducir codos los riesgos. oemos de hombres de genio y de valor, de un cielo sin niebla y de una Pa-
Los caminos aéreos exigen poco: buenos campos de aterrizaje, algún tria que descansa cómodamente en el mar donde nace la civilización.
campo de emergencia, un buen servicio de señalizaciones y algunos servi-
cios de cierra en los principales ceneros; pero esce poco hay que hacerlo.
La red ú.11 aérea, no puede escar compuesca más que por grandes ma-
llas. consciruidas por el encrecruzamiemo de grandes arcerias, y debe ser
caLcomo pira facilitar el desarrollo de la aviación civil y el empleo de la
milicar.

111
110
1 CONCLUSION

Los lecrores que me hayan acompañado a lo largo Je! breve camino,


se habrán convencido de que. cuando he lanzado una mirada hacia el focu-
ro, lo he hecho sin jugar con la imaginación, sino basándome en la realidad
1 de hoy, que es la que engendrará el mañana. También habrán notado que,
en manco a la realidad del mañana. no he mostrado una visión fanráscica
sino que me he simado en el terreno práctico para indicar codo aquello
que. según mi opinión, debería hacerse hoy; no he presemado ninguna pro-
posición. por así llamarla, revolucionaria, sino que me he limitado a pre-
sentar proposiciones orientativas con el único fin de poner orden a codo
aquello ya existente y de abrir las puercas al futuro.
Porque codo ello es necesario. Orientar: para acrecentar el rendimiento
del presente; para ofrecer posibilidades al futuro; para no escanearse en e1
presente que, cuando se hable de él, ya ha pasado.
Yo rengo la seguridad matemática -y pido que se perdone la
inmodestia- de que el futuro no va a desmeati_rse; que la. guerra en el aire
constituirá el elemenco esencial de los futuros confliccos y que. consecuen-
temente, no sólo se incrementará la importancia de las Arma.das Aéreas,
sino que disminuirá con rapidez la importancia de l9s Ejérciros y de las
•_-•Marinas; sin embargo, limitándome a la práctica ~cthá1; no he propuesto
la constitución de una Arm_ada Aérea, sino simplemente la creacion de un
organismo competente para el estudio del problema y para·queproporcio-
ne los medios de experimentación.
Es la proposición mínima que, teniendo en cuenca el estudio actual de
la cuestión -una cuestión que ahora se debate en roda• parres- podría
formularse y que no es posible dar de lado, a no ser que, deliberadamente,
se pretendiese mecer ía cabeza bajo el ala.
Pero, aunque esta proposición sea mínima, para mí es suficiente, por-
que cengo la seguridad matémática -y nuevamente pido excusas-por la
inmodestia- de que es suficiente exponer el problema para resolverlo, si
no en la forma, sí en el espíritu que infunden las deducciones por mí ex-
puestas.
Por canco, si un profundo estudio y un gran amor me han llevado a
infundir lo que podría llamarse la buena semilla, me consideraré plena-
mente satisfecho.
La planea crecerá lozana y se hará gigante.
Roma 1921

113
1
1
¡

LIBRO SEGUNDO

· (Al'JADIDO EN 192~)
Al publicar por primera vez «El Dominio del Aire» no consideré opor-
runo enunciar codo mi pensamienro acerca del problema aeronámico por
no chocar demasiado violenramenre contra ideas formadas y dominantes,
con el fin de facilitar la aceptación y la acruación de un programa mínimo
que debería, en su momenco, constituir un nuevo punto de partida para
un ulterior progreso.
Los lecrores enconrrarán en esca segunda parre del preseme trabajo el
complemenro de la primera, que no es más que una reedición completa
de la primera edicicón de «El Dominio del Aire».
En 1921 sólo existía la aviación auxiliar -si j:>ien no llevaba ese
nombre- es décir, no existían más que medios aéreos encargados de faci-
litar e integrar las acciones cerresrres o marírimas, y, a pesar de los servicios
que había prestado durante la guerra, el arma aérea era conside~ada, sobre
todo en el ambiente militar, como un aurénrico derroche. Eran tiempos en
los que se cuidaba poco al Ejérciro y la Marina, y en los-q-úe nadie se ocu-
paba de la aviación.
Al ser escas las condiciones, se trataba de hacer penetrar el conceprn
de dominio del aire. de dar una primera idea de su valor, de inducir a ia con-
r sideración de los medios más apropiados para la lucha por la conquista
del.dominio del aire, de hacer aceptar la concepción de una fuerza aérea
independiente por parre del Ejérciro y de la Marina; tÓdo esro, después de
una gran guerra, durante la cual, la aviación no había actuado más que
como auxiliar, es decir, contra unas ideas formadas y catalogadas por todos
aquellos -que eran y siguen siendo muchos- que preparan el futuro man-
teniéndose en el pasado.
La cosa era ardua en sí, y lo demuestra el hecho de que, a pesar del
sello casi oficial que se le dió al «D. del A.» al ser publicado a cargo del
Ministerio de la Guerra, ninguna de las autoridades militares terrestres o
marírimas se dignó a ocuparse de la cuestión, en romo a la cual, se había
guardado el más absoluco de los silencios, hasta 1922.

117
Evidenremcnrc. bs ideas conreniJas en"º· Jd A.» debían resulcar muy nizacilÍn Je la aviación auxiliar es de la comperencia del organi.;mo que
an:nturadas, por no decir excravagances. a no ser que aquella indiferencia está al frenre de la organización del Ejército y de la Marina respecrivamen-
derivase de una _l!eneral y congénira pereza menea!. ce, no prerendo entrar en el fondo del rema» y declaré que la aviación auxi-
liar del Ejércico y de la Marina debían:
¡A pesar de que para mí fue un s_ac~ificio admitir!?, ~~ se m~ :ompren-
dió cuando propugnaba el mancemm1enro de la Av1ac10n aux1har! « l. Incluirse, respecrivamence, en los presupuescos del Ejércico y de
la Marina».
Precisamenn:. en "º· del A.,, (ver Libro I) yo craraba de demostrar la
importancia esencial Je la avición independienre (Armada Aérea), pero ad- «2. Ser puestas bajo la dependencia directa del uno y de la orra, de
micía al misml1 riempo que podía existir la aviación auxiliar, aun cuando forma completa y absoluta, comenzando por la organización y finalizando
escaba, como k1 ,i,l!O escando, convencido de la incompatibilidad encre ambas. con el empleo.»
Esco era lógico, admitir las aviaciones auxiliares, pero para mí existía
Fue una c,1l,.1rdicl. lo admiró, pero ¡cuánras cosas no hay que hacer a
una finalidad más profunda. Yo pensaba que cuando hubiera fi;>rmado una
veces para const:~uir que triunfe el senrido común!
Armada Aérea de aucéncico valor y cuando el Ejército y la Marina se hu-
Por lo dem.,,. cualquiera que hubiera leído con acención «El D. del A.» bieran visco obligados a sacar de sus respectivos presupuesros los medios
habría comprer:Jido perteccamence · que yo consideraba inútil. superflua y para co:i.scimir su propia aviación auxiliar, cuando las aucoridades milita-
perjudicial a la .,.-iación auxiliar. res cerresrres y marítimas se hubieran visco obligadas a estudiar seriamente
la organización y el empleo de sus propias aviaciones auxiliares y, por cando,
De hecho. en el Capículo VIII -Armada Aérea y Aviación Auxiliar-
más que superflua, serían perjudiciales para el interés general.
después de haber llegado a la conclusión: «La Defensa Nacional sólo puede
ser asegurada ¡:-,,r una fuerza aérea que sea capaz, en caso de conflicro, de Escas son las razones esenciales de que entonces me abstuve de decla-
conquistar el J,,minio del aire», añadía un poco después: «Se comprende rar, como lo hago ahora, que la única fuerza aérea que tiene razón de ser
. con facilidad que codos los medios aéreos del Ejérciro y de la Marina resul- es la Armada Aérea:
.carían anulado, por una Armada Aérea enemiga que conquistase el'domi-
nio del aire»: 6CO significa que fa aviacioón a~xiliar resulca inútil, si no
consigue conqt.:t,C:lf d dominio del aire. Ahora: en guerra, codo 'io que e~ .. Bajo la expresión «Armada Aérea,;· enciendo -crecí haberlo dejado bien
inútil, no sólo e, superfluo, sino dañino, porque podría emplearse de forma claro ya en 1921- no una fuerza aérea cualquiera capaz de llevar a cabo
más úcil en m:r., cos.i. una acción de guerra cualquiera, sino: una fuerza aerea apropiada para la
Tanco es as; 'iue en el Capírulo VII afirmaba: ,<Iodo esfuerzo, roda ener- lucha por la coquista del dominio del aire: y bajo la expresión «Dominio del
gía, wdo recur,,, disrraido de esre objetivo esencial (la conquis.:a de! domi- Aire» no enciendo un cipo cualquiera de supremacía én el aire o cualquier
nio del aire) re 0 n:senca una probabilidad menos para conquistar el domi- preponderancia aérea, sino: «aquel estado que proporcione las condiciones de volar
nio del aire y :::u probabilidad más de ser derrocados en caso de guerra. frente a un enemigo incapaz de hacer otro tanto».
Toda· desviacic:: del objerivo esencial representa un error.» .. .Dado el signifiqdo que yo doy a escas expresiones, la siguiente afirma-
Considec:- _;__ por canco, un error el conservar la aviación auxiliar, inefi- ción resulta axiomática: · · · ··· ·
ciente para la ,::..:ha por el dominio del aire, pero admitía su exisrencia para «El dominio del aire proporciona, a quien lo posee, la vencaja de libe-
no perrurbar c::c:nasüdo las menees dando un saleo demasiado radical, como rar el cerricorio y mar propios de las ofensivas aéreas enemigas y de some-
sería el abog_;_: 0or L necesidad de abolir la aviación auxiliar -única ad- ter codo el cerricorio y mar enemigos a las ofensivas aéreas propias.»
mirida por :li:..:-::1- y la conscirución de una sola aviación independiente
Esca ventaja es cal, dado el alcance y el radio de acción de los modernos
que fuera la :::' 0 rese:icance de una forma nueva de la guerra desconcocida
medio aéreos y la eficacia de los acruales materiales de destrucción, que,
hasta ahora.
si se poseen fi,erzas aéreas adecuadas. se puede conseguir la destrucción de las
Pero aur: _;_.::niriindolo, como táctica, no quise encrar en el fondo de resistencia material y moral del adversario, lo que equivale a decir vencer,
la cuestión.·:::.-. :ci C_;_¡:-Íruio XIX escribí: «Habiendo declarado que la orga- independientemente de cualquier otra circunstancia.

118 119

1
Esm no se puede neg;1r, porque ta resisrencia material y moral Je! ene- Decir: «impedir l',1lar al c1dz•ersurio». no quiere decir impedir que vuelen
migo se Jesrruye mediante otensivas, y estas ofensivas se llevar_1 a c.160 por incluso las moscas .adversarias. Es cierro que Jifícilmenre se podrán des-
meJios aéreos. Será cuestión de definir la cantidad y la calidad Je las úfensi- truir por completo, todos los medios aéreos del adversario. Pero el dominio
vas aéreas necesarias para destruir la resistencia material y moral del ad- del aire se habrá conguisraJo cuando los medio aéreos adversarios hayan
versario, pero de momento, esro no nos interesa, si cenemos en cuenca que sido reducidos a una canridad insignificante. incapaz de desarrollar cual-
con la frase «si je poseen ji,erzas aereas adecuadas». he querido rernkar que quier acción aérea de imporrancia apreciable en el cuadro general de la
las fuerzas aéreas deben ser tales como para responder a su finalidad. es guerra. Una flora puede decir que ha conguisrado el dominio del mar, aun-
decir, poseer la capacidad de ocasionar al adversario aqueilas ofensiva, en que al enemigo le queden algunas canoas; una Armada Aérea podrá decir
cantidad y calidad, que le sirvan para destruir su resisrencia material y moral. que ha conguisrado el dominio del aire, aunque al adversario le queden
Si el dominio del aire. ejercido por una fuerza aérea adecuada. asegura algunos medios aéreos.
la Vicroria, independiencemente de cualquier otra circunstancia, la conse- Al decir que el dominio del aire permite volar frenre a un enemigo al
cuencia lógica e inmediata es que la fuerza aérea adecuada para la lucha que se le ha incapacirado para hacer otro canco, pretendo decir: «permite
por la conquista del dominio del aire, es decir, «la Armada Aérea es el medio volar para hacer cualquier cosa frente a un enemigo que no es capaz de
idóneo para asegurar la Victoria, independientemente de cualquier ocra cir- hacer nada volando»,
cunstancia, cuando sea capaz de vencer en la lucha por la conquista del
dominio del aire y de ejercer dicho dominio con fuerzas apropiadas para
cal fin>•.
Para negar esca verdad axiomática, dado que no se puede negar que Pido perdón por insistir sobre lo que enciendo por dominio del aire. pero
los aeroplanos vuelan y que los materiales descruccivos causen daños, .es insisro porgue sobre el valor de dicha expresión se producen. por lo gene-
necesario negar la posibilidad de la lucha por el dominio del aire. o bien, ral, grandes equívocos. ·--··
•· negar la posibilidad de dominar el aire en el sentido que yo )e he d,ado • Con mucha frecuencia se confünde «dominio del aire» con «prepond¡::-
a esca expresión. ranci~ o supremacía en el aire». Se erara de dos situaciones diferenres. Quién
posee una preponderancia o unas-upremacía en· el aire se encuen~~a en l,.is
mejores condiciones para conquistar el dominio, pero hasta que no lo haya
Para llegar a dominar el aire, es decir, para impedir al adversario volar, conquistado no lo posee, ni puede ejercerlo.
conservando para sí mismos dicha facultad, es evidente que hay que privar Duranre la úlrima fase de la guerra se escuchó a menudo afirmar que
al enemigo de codos sus medios de vuelo. Por el momento no nos inreresa
nosotros poseíamos el dominio del aire, cuando sólo poseíamos una pre-
ver cómo se puede aicanzar esre objetivo, basca demostrar hi. posibilidad
ponderancia aérea y cuando nos olvidamos hacer uso de esca preponderan-
accual de alcanzarlo. Esca posibilidad existe, porque los medios aéreos ad-
cia aérea para conguisrar el dominio del aire, hasra el punro de que a pesar
versarios se pueden destruir, canco en el aire mediante otros medios aéreos, de nuestra preponderancia aérea, al no poseer el dominio del aire, el ad.ver-
· · como en cierra, allí· donde se encuentren, se reúnan o se produzcan,. me-. sario siguió infringiéndonos ofensivas aéreas hasta el día del armisricio.
dianre ofensivas aéreas dirigidas concra la superficie. Por otro lado, es evi-
dente que escas acciones dirigidas a destruir los medios aéreos adversarios, Algunos, sobre todo en estos úlrmos tiempos, han descubierro el domi-
provocarán en el enemigo una reacción dirigida a impedir sus acciones. nio relarivo del aire, es decir, el dominio del aire limitado a una zona espe-
Acciones y reacciones: por consiguiente, lucha. cial del cielo, naruralmenre, confundiendo una cierta preponderancia con
dominio. Esre concepro es verdaderamence peregrino, dado el radio de ac
Cuando digo que la Armada Aérea debe ser una fuerza aérea adecuada ción y la velocidad de rransporce del arma aérea, caracceríscicas que impi-
para la lucha por la conquista del dominio del aire quiero decir, precisa- den corcar el cielo a franjas.
mente, que debe establecer las condiciones necesarias para adquirir la ca-
pacidad de vencer las reacciones advers-arias y para destruir los medios aéreos Ser más fuerres en el aire no quiere decir dominarlo, porgue dominar
enemigos. excluye cualquier tipo de sumisión y significa ser los patrones, mientras
* * * 1 que quienes se conrenran sólo con ser más fuertes. se contentan con ·.ma

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conJición potencial que no excluye la posibiliJad de que el menos fuerce CuanJo una Armada Aérea responJe sólo a la primera condición, el
actúe en perjuicio nuestro. .. éxico de la guerra escará decerminado por la lucha en cierra y en el mar.
Nuescra bella lengua no ciene sinónimos: demos, por canco, a las pala- ¿En qué condiciones se desarrollará esta lucha para quienes hayan con-
bras el significado que cienen. quistado el dominio del aire? Evidencemente, en condiciones muy ventajo-
sas, y ranco más ventajosas, cuanto mayor sea la fuerza que le quede a la
El significado que he dado a la expresión «dominio del aire,, no es el Armada Aérea después de haber conquistado el dominio del aire, porque:
que dicha expresión tiene en la lengua italiana.
l.º Habrá dejado ciegos al Ejército y a la Marina enemiga, pero pu-
En consecuencia: diendo proporcionar ojos de gran alcance al Ejérciro y a la Marina propias.
«La Armada Aérea representa el medio idóneo para asegurar la Victo- 2.0 Tendrá la posibilidad de llevar a cabo ofensivas aéreas sobre el
ria, independiencemence de cualquier otra circunstancia, cuando sea capaz enemigo, ofensivas que, aunque no logren lá finalidad de destruir por com-
de vencer en la lucha por la conquista del dominio del aire y de ejercer pleto su resiscencia material y morai, podrán dañarlo gravemente, debili-
dicho dominio con fuerzas apropiadas para cal fin». tando dicha resistencia.
Por canco, aunque una Armada Aérea responda nada más que a la pri-
La Armada Aérea debe responder a dos condiciones para convertirse mera condición, escará en situación de desarrollar una acción muy eficaz
en factor esencial de victoria: encaminada al logro de la viccoria.
l.º Ser idónea para vencer en la lucha por la conquista del dominio La aviación auxiliar, por definición, es aquel conjunto de medios aéreos
del aire. que sirven para facilitar o integrar las acciones de guerra cerrescre o maríti-
ma, es decir, un conjunto de medios aéreos dispuestos para prestar derer-.
2. 0 Ser capaz, una vez conquistado el dominio del aire, de ejercerlo ,, minados servicios a las armas de cierra y de mar y a aquellas que escén,
con fuerzas idóneas para p,tovocar,Ja descrucción de la resistencia materia,! .,estrechamente ligadas con escas, pero no son los encargados deJa luchapor,
y moral del adversario. · · la conquista del dominio del aire. En consecuencia, la aviación auxiliar no ..
· La primera de escas condiciones es esencial, la segunda de integración. ,:puede, por, lq general, influir en el éxiro__ de dicha lucha.
De hecho, una Armada Aérea que responda sólo a la primera de estas Por ocra parre, puesto que conquistar el dominio significa sicuar al ene-
condiciones, es decir, que sea idónea para vencer la lucha por la conquista migo en condiciones de no poder volar, quienes queden sin posibilidades
del dominio del aire, pero que sea incapaz de ejercerlo con fuerzas adecua- para la lucha por la conquista del dominio del aire no podrán emplear la
das para provocar la descrucción de la resistencia del enemigo, se encuen- aviación auxiliar propia.
cra en la siguiente situación: Es válido decir: «la posibilidad de emplear la aviación auxiliar depen-
l.º Puede sustraer a todo el cerrirnrio y mar propios de las ofensivas de del éxito de la lucha por la conquisca del dominio del aire, éxito sobre
r! .. aéreas enemigas. el cual, la aviación auxiliar no puede, por lo general, influir» .
2.0 Puede somecer a codo el territorio y mar enemigos a las ofensivas
propias, sin alcanzar, sin embargo, el grado necesario en las mismas para
provocar la destrucción de la resistencia material y moral del enemígo. Por consiguiente: «Los medios aéreos destinados a la aviación auxiliar
Esco equivale a decir que una Armada Aérea que responda sólo a la son medios que se distraen de la finalidad esencial y que resulcan inútiles
primera condición no puede decidir el éxito de la guerra, éxito que depen- si dicha finalidad no se alcanza».
derá de otras circunstancias independiences de la lucha aérea, mientras que Puesto que una distracción de fuerzas de la finalidad esencial puede
una Armada Aérea que responda a las dos condiciones, esencial y de inte- conducir a que no se logre ésta, la distracción de medios aéreos para cons-
gración, decide el éxiro de la guerra, independiencemence de cualquier oc~a tituir una aviación auxiliar puede llevar a la descalificación para la lucha
circunstancia. por la conquisra del dominio del aire y, por canco, hacer inútil a la aviación
auxiliar.
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:\. ,_, ~.;derar que un,1 \'l'Z que se haya conseguiJo Cl)nquiscar el Jomi- y hemos uiuperado J. este <.:omienzo. ¡Y seria realmence curios,> que no hu-

nio ..:ei ,,,:~=- no hay nada que impiJa, si se consiJera necesario. separ:ir biésemos siJu. ni siquiera precaviJos! (Ver «La preparación,, l909).
parrt de : -, s me<lios aéreos ,le l:1 ArmaJa Aérea para emplearlos como auxi- TI>Jas escas afirmaciones audaces, aunque hijas de una lógica férrea,
liares. ha:: que sacar la u111élusión Je que la aviación auxiliar es inútil, su- como ~s la Je los hechos, han pasado a ser de aprobación general, aunque
perflua :.- ?trjudicial. por el momento na se han comprendido en codo su espíricu. Esco me per-
f,zúái ?Orque es incai,.tz Je accuar si no se posee el dominio del aíre. mite esperar, puesco que se apoyan sobre las mismas bases, y pasarán tam-
bién a ser Je aprobación general las que enuncio ahora, que no son sino
Suf}er·7ua. porque, si se rusee el dominio del aire, se puede emplear una
el lógico desarrollo de las anteriores.
parre ·de- :a Armada Aérc.t como auxiliar.
Ar¡udzáal. porque discr:te medios de la finalidad principal.

-Sigamos el siguieme razonamiento como prueba. A y B son dos nacio-


nes que, por su fuerza aérea, disponen de la misma cantidad de recursos
Afirr:1ar esco en un nwmemo en el que la aviación auxiliar predomina y se encuencran a la misma altura en tecnología aeronáucica; pero, mien-
frenre a la independieme. ruede parecer audaz, pero quizá fue más audaz tras la nación A emplea codos sus recursos en la consticución de una Arma-
afirmar tn 1909: «no me1ws imporcance que el dominio del mar será, den- da Aérea apropiada para la lucha por la conquista del dominio del aire,
tro de p(JCO, el dominio dd aire» ... «las naciones, para prepararse anee este la nación B emplea sus recursos dividiéndolos en dos parres: una para cons-
nue\·o cipo de lucha, disrondrán y reunirán los medios adecuados y, cal cicuir una Armada Aérea y la ocra para consciruir una aviación auxiliar.
y como ha sucedido y si~ue sucediendo enrre los ejérciros y las marinas
Evidencemence, la Armada Aérea de la nación A resultará más fuerce
de guerra, emre las fuerzas aéreas se producirá una rivalidad incesani:e, fre-
que la nación B, y, por _cando -dado, que según habíamos admicido, el
nad~ sólo por las restricciones de orden económico',, ... «inevirablemence,
n;sco de las circunstancias son iguales- en caso de conflicto, el .dominio
porla propia fuerza de los ac9ncecím_iencos, las fuerzas· aéreás,sufrit~n un d~.l airé será conquiséadd','.por la'haciiSr1 A, y una vez dominada desde él
crecímienco verriginoso•• ... "se cómbátirá arduamente por d dorriii:úo del ai:re, fa nación B no podrá empÍear la aviación a,uxiliar propia,
del aire" ... «la á,·iacíón cr;1erá como consecuencia la guerra aérea en el más
amplio de sus sii¿níficados·· ... «a la idea de la guerra aérea es necesario irse E¡'decir, la nación B quedará fuerade combare en la guerra aére'~, sólo
habituando desde ahora•· ... ,<los medíos aéreos deben, desde ahora, estar porque ha discraido una parce de sus recursos en la constirución de una
definidos aproximándose hacía un concepro similar_ al que se s_igue en _la aviación auxiliar, que se convertirá en la causa principal de la derroca aérea,
constitución de los medios de guerra terrestres y mannos, es decir, con vis- porque es inútil. De cualquier manera que se examine la conclusión es idén-
tas a la guerra úrea» ..... su destino debe ser esencialmente el de combatir nca: la aviación auxiliar es inútil. mperflua y perjudicial.
en el aire conc!" .1 aviones ~: por canco, deben ser aviones de' guerra, no de
llevar a cabo misiones esreciales cales como la observación, el cransporce
de órdenes, ere. .. :.. ,<l..i guerra aérea debe responder, además de la resolu-
ción dei problema técniCL1 del medio aéreo más apropiado, a la resolución buran~e la pasáda gÜerr'áTos medios aéreos fueron empleados, exclusi-
de una gran ca:1cidad de ¡:-roblemas d: preparación'. ,organización, ~mpleo, vamence, como auxiliares.
etc., de las fue:-zas aéreas. ~- esto requiere la formac1on, desde el pnnc1p10, Es cocalmence cierco. ¿Pero, qué significa esto? Significa, simplerrience,
,de una tercera rama del .<rre de la guerra, que podría definirse como: el que no se había comprendido el valor del dominio del aire y, por consi-
arre de la guer:1 aérea» ... --el ejército y la marina no deben ver en los avio- guiente. no se buscaba esce dominio, ni se preparaban los medios adecua-
nes unos mediJs auxiliares útiles solo en determinadas circunstancias; no, dos para conquiscarlo.
el ejércíro y la ::i.arini de!:'en ver. por el contrario, el nacimiento de un ter-
La guerra escalió cuando la aviación se encontraba en pañales. Muy pocos
cer hermano, ::2is joYen ~ero no por ello menos importante, de la gran fa-
eran los que creían en ella, y estos pocos no tenían ni voz, no voto, e incluso
milia bélica» .., -:\'oscm's iemos asistido al comienzo de la gran guerra aérea
eran considerados como exalcados e ilusos. Las alcas autoridades militares

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1
,k 1.,s nJ.ciones empeñadas en la lucha no creían en la aviación; peor que bombardeados resulta perjudicial, apareció la caza. Toda acción de la avia-
,·"•- la mayor parce de estos no sabían, ni siquiera, que existiese. ción en guerra se apoya sobre este simple e instintivo principio, y no va
Súlo en Alemania existía una idea sobre la guerra aérea, pero, por suer- más allá. Las aviaciones conrrarias reconocen, bombardean y cazan duran-
cc. .-\lemania comó el camino erróneo del Zeppelin y, más que en los aero- te roda la guerra. Quien tiene la preponderancia en el aire reconoce, bom-
rl.ua>s. confió en los dirigibles que no podían, no pueden, ni podrán ser~ bardea y caza más que quien se halla en inferioridad, y la aviación que
\- 11 nunca como arma de guerra a causa de su enorme peso.
esté unida a las armas de superficie, no logrará imponerse y limitara su
acción al campo de aquellas armas al ponerse al servicio directo de éstas.
La aviación enrró en guerra, más por colerancia que por convicicón, No se comprende que esca ligadura are al arma del aire, cuyo campo de
01 como obsequio a la opinión pública -con mayor clarividencia que
_
1~ acción va mucho más allá del de las armas de superficie y que no nazca
¡_1~ .1uroridades militares- que por hallarse persuadidos de que podía ser- la idea de que para conseguir codo lo que la aviación es capaz de dar, hay
-~ 11 ¡,ara algo.
que romper dicha ligadura.
Esca fue abandonada por compleco a sí misma, fue rracada como un Sin embargo, y a pesar de codo, se vieron obligados a reconocer el gran
,,, , u.:io secundario -en nuesrro caso, ¡fue puesta durante un tiempo bajo valor del arma aérea. ¿Cuánro hubiera podido dar esca arma can nueva,
\., ,h:pendencia de la Inrendencia General! y los Estados Mayores no co- en manos de alguien que la hubiese comprendido?
:;1,:1!aron a acordarse de ella, hasta que no cayeron sobre sus Cuarteles Ge-
,1,·r.des las primeras bombas. Teniendo esto en cuenca ¿qué podría decirse acerca de la experiencia
de la pasada guerra? Nada. Incluso menos que nada, porque lo único que
En cales circunstancias, ¿qué cipo de empleo podía concretarse sobre puede decirse es que, durante la guerra, la aviación fue empleada sin crite-
,·,r.t nueva arma? Evidentemente, un empleo empírico y que respondiese rio-alguno, dado que ningún criterio sano puede sugir del empleo de un
_; ,,t,jecivos parciales y particulares, es decir, auxiliares. arma que no se conoce y que se deja abandonada ~ sí misma.
Todo lo que la avi?-ción µizo dllrante la guerra, la hizo gracias al mérito Como durante la gran guerra, la aviación fue emple~da eII1pJrica,mence,
,: ,,üciaciva de su val~roso personal; a pesar, y a veces en cóncra, d~ la ac- sin'.cricerios de dirección genétales ¿deberíamos en unaforura guerra; pre-
,,;,,, de las altas aucoridades milicares. Pero el personal de aviación no podía parar, una aviación empíricamente, sin crirerios de ?írección generales?
/,_;rcar elcampó de la guerra en su totalidad y; por canto, debía limitar
,,:, miras al estricto campo que se abría ante ellos. Afirmar esro sería, según mi opinión, aún más audaz que afirmar que
Cuando alguien, cal y como hice yo, al proponer en 1915 la constiru- la aviación auxiliar es inútil, superflua y perjudicial. He dicho que la Ar-
~:,':1 de una Armada Aérea nacional y en 1917 proponiendo la constiru- mada Aérea debe responder a las dos condiciones siguienres:
' :,,,1 de una Armada Aérea inreraliada, trató de llamar la atención de las l.º Condición esencial: resultar idónea para la lucha por la conquista del
.,:,.,; aucoridades militares acerca de la importancia del medio aéreo como dominio del aire.
:::,~io en sí mismo, para alcanzar los objetivos generales de la guerra, las
.,::-.,; aucoridades militares no se dignaron, ni can siquiera, a exaITiinar el __ 2.º Condición de integración: resultar idónea, una vez conquistado el do-
_¡;::'.ltO. minio del aire, para ejercerlo de manera qiie se consiga la destrúcción de· la resistencia
moral y material del enemigo. · · ·
Bajo escas condiciones no podía desarrollarse, como no se desarrolló,
;:::i real y propia guerra aérea; podían desarrollarse, y se desarrollaron ac- Y he demostrado que, si se enciende por dominio del aire -como }:'º
, :,':,es aéreas de carácter empírico, desordenado y caótico, porque estaban lo enciendo- aquella situación que permite volar ~rente a un adversario
:::.,; dominadas por el instinto que por la razón. que es incapaz de volar:
l.º Una Armada Aérea que consiga conquistar el dominio del aire, aún sin
resultar idónea para ejercitarlo de maner que consiga la destrucción de la resistencia
Dado que desde arriba se ve mejor y es fácil dejar caer cualquier obje- material y moral del adversario podrá llevar a cabo una acción muy eficaz para
;.?areció e! reconocimiento y el bombardeo; como el ser reconocidos y lograr la victoria.

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__ 1 ·11.1 .1rm,ult1 Aerea íf"e ums,)1,,1 mnq11i.rtm· d domil!i11 Je! ,tire y re.r1tfte plememe, quiere decir que dicha coordinación debe establecerse ;JOr aque-
¡,. ·:,..- :·.J.1 ,-¡o·cerlo de manera que mnsiga la destr11ccioít de /,1 resistencia moral lla autoridad responsable del empleo de codas las fuerzas armadas de la
1 ":.;;,,:: . .-: .id a1emigo. podrá ase¡;11rar la victoria. independientemmie de !1J tflle p11ede f nac10n.
Sii:,_;i.- , •: !., .111perficie.
1 Tampoco quiere decir que en algunos casos, la Armada Aérea no deba
E~r. 1~ J,,, proposiciones son axiomáticas y no pueden ser negadas más acudir para apoyar en cierras operaciones especiales del Ejército y la Mari-
qt.:c: .drcr.111<1,, el significado dado por mí -en consideración a la lengua na, igual que ha hecho muchas veces la Marina respecto al Ejército. Evi-
ir.;.: ..uu .1 Lis expresiones usadas. dentemente, en algunos casos. la autoridad superior que dirige el empleo
p_;r.1 , ,,11:-eguir conquistar el dominio del aire -es decir, para situar de codas las fuerzas armadas de la nación podrá disponer, si lo considera
conveniente, -una vez conquistado el dominio del aire- que la Armada
aI c:'.1.?'111_,:,• en condiciones de no poder volar, conservando por sí dicha
fa~:.:fr.,,: ,·:- necesario privar al enemigo de sus medios aéreos, lo que no
1 Aérea, o una parre de la fuerza a ella destinada, pase cemporalmence bajo
pi..;c:..:-c ,,•n~cfuirse más que destruyéndolos, conservando parre de los propios. la dependencia del Comandante terrestre o marítimo interesado, perdien- -
do así su independencia.
p_,.r., I,,_,:r.Lr ejercer el dominio del aire de manera que se consiga la des-
rr:.c~.::,•:: Je l.t resistencia material y moral del adversario, es necesario, una
vez ~,,,:,::~r.1Jo el dominio del aire, disponer de una cantidad de medios 1
aé:ec'> ~.:: 1c·i.:nces para ocasionar al enemigo ofensivas ca pacer de conse- Para conseguir destruir los medios aéreos del adversario, es necesario
guir L; .:,·,rrucción de su resistencia material y moral. poder vencer las oposiciones que presentará el enemigo para impedir la
L::::-1,·n escas dos proposiciones son axiomáticas, y pido perdón a mis destrucción de sus medios aéreos.
lec:on:, :·,•r .n·anzar en este camino con mi razonamiento, pero al tener in- En esta lucha consiste la guerra aérea propiamente di,<;__ha y a ella hay
cer1<.:i,•:: .:e ,ierribar ideas ya formadas, me ve9 obligado ano dar opción que dedicar codas la energías. ,
· ·a nin_,:,::: ,·,;u1voco.
De hecho, quienes háyan conquiscado el dominio -del aire se encontra-
rán frente a un enemigo incapaz de volar, y no puede existir una guerra
aérea conrra un enemigo privado de medios aéreos.
U, .:1,·,iivs aéreos del adversario pueden hallarse en el aire o sobre la Todas las acciones que una Armada Aérea pueda llevar a cabo después
suoer::~:-· -.:eneros de descanso, almacenamiento de producción, erc.,- de haber conquistado el dominio del aire deberán, por necesidad, ser diri-
pe~o. :.;,::,, en un caso como en otro, sólo pueden ser alcanzados mediante gidas concra la superficie y tendrán una enorme, y cal vez decisiva influen-
ofr:r:SI"-·,:.; :,•~eas. Esto equivale a decir que el dominio del aire sólo puede cia sobre el éxito de la guerra, pero nunca podrán clasificarse. hablando
ser Cc':-:.:~:.:<~-'-do por medio aéreos y para dicha conquisca, ni las fuerzas con precisión cie lenguaje, como acciones de guerra aére<1.
de cíe::.~. ::i las de mar, pueden actuar ni cooperar.
Por canco, la guerra aérea es la lucha por el dominio del aire, y la con-
L:- .·:~nsivas aéreas que se puedén -realizar sobre el territorio y sobre quisca del dominio del aire es el único objetivo que puede prefijarse en la:·
el mi: , .:c:1:~igo, una vez conquistado el dominio del aire no· pueden, evi- guerra aérea.
denn::-::,·::~. llevarse a cabo más que mediante medios aéreos y, para ello,
ni el E·;:>:,·::,'. ni la Marina pueden cooperar en modo alguno.
p,,: ::~,i~ie_me, para codo aquello relacionado con la lucha por la con-
qui5,_,. .:=: ..:,•m1mo del aire y con la realización de ofensivas aéreas, las fuer- Para privar al enemigo de sus medios de vuelo, es necesario destruirlos
zas .1-c:-:-~ -:;;sanadas a este fin, y por ramo la Armada Aérea, no pueden, allí donde se encuemren: en el aire o sobre la superficie.
ni ck:-: .: ..:=?ender del Ejército ni de la Marina. Así, para que una Armada Aérea resulre adecuada para la lucha por
f;:: .:.- ~uiere decir que la Armada Aérea no deba coordinar sus accio- !a conquista del dominio del aire, es necesario que sea también adecuada
nes .. · :, _:el Ejérciro y la Marina, orientadas 2 la fimlidad comú,: sim- para llevar su acción destructiva, canco al aire, como a 12 superficie.

128 129
En el aire, un medio aéreo no puede destruir a ocro más que mediante
un combare aéreo, es decir. realizando conrra el adversario una acción de
I sivas aéreas enemigas, porque éste valiéndose de la rapidez con que se pue-
den realizar dichas ofensivas,. podría rratar de acruar por sorpresa; inren-
fuego más eficaz que la que puede llevar a cabo el enemigo. Esro equivale rando rehuir el combare al mismo tiempo.
a decir:
Por ranro, una Armada Aérea equipada sólo con medios de combate,
La acción descrucriva en el aire sólo puede ser desarrollada por medio no es una Armada Aérea, porque ni es idónea para la lucha por la conquis-
aéreos capaces para el combare en el aire, medios a los que por simplicidad
he llamado, de combate.
1 ta del dominio del aire, ni es idónea para la simple protección del terricorio
y mar propio, contra las ofensivas aéreas del enemigo.
Para destruir un medio aéreo situado sobre la superficie es necesario
alcanzarla con medios destructivos. En líneas generales, esro sólo puede con- 2.º Una Armada Aérea provista sólo de medios de bombardeo, sólo
seguirse medianre el bombardeo. podría actuar por sorpresa y evirando el encuentro aéreo y no sería idónea
para _oponerse a la voluntad del enemigo.
De ahí se deduce que la destrucción de los medios aéreos adversarios
que se hallan sobre la superficie sólo puede llevarse a cabo con medios de Si la Armada Aérea enemiga dispusiera de medios de combate y de bom-
bombardeo. bardeo, podría moverse impúnemence en el cielo adversario para llevar a
cabo acciones ofensivas contra la superficie.
Por codo ello, encre los dos males, el menor puede que sea falca de me-
dios de combare, aunque una Armada Aérea provista sólo de medios de
La Armada Aerea debe poseer medios de combate y de bombardeo. bombardeo, no es una Armada Aérea, sino el principio de una Armada
Aérea~ -·- --
Así, a través de un camino diferenre hemos Hemos llegado a la misma
cbnclusión formulada en la primera edición de «El D. del A.». Au,nque no Por consiguiente, en una Armada Aérea debe haber medios de comba-
•. viene mal insistir. te y medios de bombardeo.
cPüede eliminarse alguno de escos dos tipos de medios en una Armada ¿En qué proporción?
Aérea?· Para que una Armada Aérea pueda rilaniobrar con libertad, y, por tanto,
Respondo: absoluramenre, no. esté en condiciones de imponer su propia voluntad al enemigo, es necesa-
rio que sea capaz de llegar, a pesar de la oposición adversaria, hasta los puntos
De hecho: preseleccionados del rerritorio enemigo.
l.º Una Armada Aérea compuesra sólo por medios de combare -es Lo que equivale a decir: debe hallarse en condiciones de vencer las opo-
decir, por medios capaces únicamenre de realizar una acción destrucciva siciones enemigas, oposiciones que se concretan en la acción de los medios

r en el aire contra aviones enemigos- podría llegar a ser incapaz de realizar


clicha acción en el momenro en que el enemigo rehuyese el encuenrro, algo
que éste podría hacer con facilidad, limitándose limplemenre a bajar a la
adversarios de combare, que como máximo serán rodos los medios aéreos
. que posee el adversaI_to, _.
Para estar en condiciones de vencer -siendo iguales el resto de las ·
superficie en cuanro divisase a la Armada Aérea enemiga. circunstancia- es necesario presenrarse con superioridad de fuerzas en el
Una Armada Aérea provisra sólo de medios de combare -aún hallán- campo de la lucha.
dose en condiciones de superioridad por lo que se refiere a dichos medios- Por este motivo, en cuanto a los medios de combate, es necesario tratar
podría terminar agorándose en acciones vanas, dirigidas al vacío. de ser más fuerces que el adversario.
Después, cuando esca Armada Aérea tuviera que hacer frente a una Ar- Por lo que respecta a los medios de bombardeo, si cenemos en cuenra
mada Aérea que, aun siendo inferior en medios de combate, dispusiera de que, en cualquier circunstancia, conviene realizar las mayores ofensivas, será
medios de bombardeo, difícilmente podría alcanzar ni siquiera la simple necesario poseer la máxima cantidad posible de esros medios.
finalidad negativa de salvaguardar el rerritorio y el mar propio de las ofen-

130 131
1
En consecuencia, enrre los meJios Je combare r los de bombardeo no medios aéreos), en los eres casos habremos conseguido ocasiona,: al enemi-
puede exiscir una proporción fija, depenJ.ienJo los ,unos y los orros de cir- go daños que se concretarán en una disminución de su potencialidad aérea.
cunsrancias diferentes e independientes.
Por lo cual, nuestra Armada Aérea, cada vez que proceda directamente con-
Sólo podemos decir que en la composición de la Armada Aérea: tra algún blanco de la snperfiáe qm tt[ecte a la potencialidad aérea del adversario.
l.º Los medios de combate deben ser más fuertes que los del enemigo. se producirá una disminución de dicha potencialidad aérea.
2. 0 Los medios de bombardeo deben tener la capacidad de producir La reducción de cero de la potencialidad aérea adversaria, es decir, la
los máximos efectos, teniendo presente que, no siendo posible anular en conquista del dominio del aire será obtenida ramo más rápidamente, cuanto
una Armada Aérea ninguno de los dos medios, será conveniente evitar que mayor sea la intensidad con la que actúe nuestra Armada Aérea, mayores
canto el uno como el otro puedan llegar a peligrar y lleguen a desaparecer. sean los medios destructivos conrra la superficie de que disponga y mayor
sea el secreto con el que seleccione sus blancos.

Supongamos que disponemos de una Armada Aérea que, de acuerdo


con lo dicho, renga: Contra la acción de nuestra Armada Aérea ¿qué acción podría desarro•
llar la Armada Aérea adversaria?
1.0 U na pocencia de combare superior a la de la Armada Aérea ad-
versaria. ¿Tratar de oponerse direcramence a nuestra acción?
2.0 Una potencia de bombardeo de una determinada capacidad Evidentemente no, porque, o no conseguirá enconrrarnos, dirigiendo
ofensiva. su acción conrra el vacío, o sí lo conseguirá, en cuyo caso, será derrocada.

. . Con una Armada Aérea de estas caracreríscicas podremos ir a cualquier ¿!mentar ofensivas aéreas sobre nuestro territorio o sobre nuestro mar,
·· parre del territorio enemigo, es decir, podremos dirigirnos cori'cra cualquier craqrndo de rehuir el combare? , .
blanco que nos plazca, recorriendo el camino que nos parezca más oportu- Evidenr(!mence no, puede hacer otra cosa, p'drque, a menos que no eón·
no porqué: · el
siga rehuir combare, logrará llevar a cabo ofensivas que se podrían era·
1. 0
O la Armada Aérea adversaria no cracará de oponerse y, entonces, ducir en una disminución de nuescra potencialidad aérea.
cendremos el camino libre;
2.0 O la Armada Aérea adversaria tratará de oponerse:-pero no logra•
rá encontrarnos y, entonces cendremos también el camino libre; La lucha por la conquista del dominio del aire -es decir, la guerra
3.0 O se pondrá con una fuerza de combare inferior a la nuestra y aérea- entre dos Armadas Aéreas de diferente potencialidad de medios
estaremos en condiciones de vencerla, despejando nuestro camino. de combate presentará las siguientes· características:
En consecuencia: l.º La Armada Aérea más fuerre en medios de combate, si está en con·
diciones de imponer la propia voluntad y se desvincula de la acción enemi-
a) En el primero y en el segundo caso estaremos en condiciones de
ga, actuará con plena libertad de maniobra;eligiendo aquellos blancos que
_operar impunemente contra la superficie, ocasionando al adversario daños
considere de mayor utilidad para sus fines.
proporcionales a nuestra potencia de bombardeo.
b) En el cercer caso ocasionaremos al adversario una derroca aérea, . 2.0 La Armada Aérea menos fuerce en medios de combare incencará
después de lo cual, estaremos en condiciones de producir en la superficie, la descrucción de los blancos que considere de mayor ucilidad para sus fines,
daños proporcionales a nuestra potencia de bombardeo. tratando de rehuir el combare. Esro quiere decir que la acción de ambas
Armadas Aéreas será análoga, pero la que sea menos fuerce se verá agrava-
Si como blanco de nuestro bombardeo hemos elegido los medios aéreos da por la preocupación de mantener su potencialidad.
del adversario (lugares de descanso, almacenamiento, producción, ere., de

132 133
Admiramos que durante esca lucha, la Armada Aérea menos fuerce con- de su actividad, de la rapidez de sus decisiones y del conocimiento exacco
siga mantener su pocencialidad, es decir, que consiga rehuir la batalla. de los recursos aéreos del adversario.
En esce caso, cada una de las acciones de la Armada Aérea menos fuer-
ce producirá, como lo producirán cada una de las acciones de la más fuer-
ce, una disminución de la potencialidad aérea adversaria, y conquisrará el
dominio del aire aquella Armada Aérea que anees consiga producir sobre De todo lo anterior se-desprende que la guerra aérea debería desarro-
la ocra una suma de daños tales que anulen su potencialidad. llarse entre dos Armadas Aéreas preocupadas sólo de ocasionar el máximo
daño al adversario, sin preocuparse en absoluco del daño que el enemigo
En consecuencia, si a la Armada Aérea más fuerce le conviene actuar
les pueda causar. Esca concepción de la guerra, que ya había sido enuncia-
con la máxima intensidad para poder realizar las mayores destrucciones
da en la primera edición del «D. del A.», consiste en resignarse a sufrir las
concra la superficie y para poder seleccionar aquellos blancos que mayor
ofensivas enemigas. para utilizar todos los medios disponibles con la finalidad de oca-
int1u~ncia rengan sobre la potencialidad aérea adversaria, con mayor razón
sionar al enemigo las máximas pérdidas. pero resulta bascanre difícil hacerla
serán válidas escas consideraciones para la Armada Aérea menos fuerce.
penetrar en las conciencias, porque se aparca por complero de la concep-
ción general de la guerra que había prevalecido en el pasado.
De ahí se pueden exrraer varias consecuencias prácticas interesantes:
Nosotros estamos habituados a ver cómo en coda lucha existen ataques
La guerra aérea debe desarrollarse con la máxima intensidad, ini-
l. y defensas y por eso nuestra menee no está preparada para capear rápida-
ciándose inmediacamence después de haberse decidido el comienzo de las menee la visión de una lucha en la que codo sean ataques, sin defensa.
hostilidades, es decir, la Armada Aérea debe hallarse siempre dispuesta y
Sin embargo, así debe ser la guerra aérea, porque el arma aérea presen-
prepa_rada para pasar a la acción y, una vez iniciada ésra, deberá estar en
ta caraccerísticas hasta tal punto ofensivas, como para resultar inadec1,1ada
condiciones de desarrollarla, sin interrupciones, hasta la conquista del do-
para la defensa. El hecho es el siguiente: con el arma aérea se puede atacar
minio del aire. Dada la grandiosidad de las ofensivas que puede realizar
'' con facilidad, pero no se puede defender.
una Armada Aérea y dada la intensidad con la cual se pueden desarrollar
éstas, no es posible esperar que en h guerra aérea -o sea, en la conquisca
del dominio del aire- puedan cener alguna influencia aquellos avÍones que
no estén disponibles en el momento de escallar la guerra.
Consideremos el caso más favorable, es decir, una nación que disponga
Esco es lo mismo que decir que la guerra aérea será decidida por aq_ue-
de una Armada Aérea más fuerce en medios de combate que la adversaria.
llos medios aéreos que puedan entrar en acción en el momento que comien-
cen las hostilidades, aquellos orros que sean preparados a continuat.:ión, ¿Podría esca Armada Aérea defender a la nación de las ofensivas aéreas
como máximo, podrán servir para el mancenimienco del dominio del aire, procedentes de la Armada Aérea adversaria?
· una vez que ésce haya sido conquistado. . . El que quiera defenderse puede hacerlo de dós formas: ir a la búsqueda
2. Si fa elección de los objetivos es de gran importancia, también lo del adversario, o esperarlo, para derribarlo. ¿Puede una Armada Aérea salir
será la disposición de los objetivos que se ofrezcan al adversario. Por lo canco; a la búsqueda de la adversaria? Sí puede hacerlo, pero aunque vaya en su
la situación de codo lo que interesa a la potencialidad aérea de la nación, busca, puede que no la encuentre, o puede qu~ aun encontrándola, no con-
debe ser cal como para no favorecer su destrucción por parce del enemigo. siga darle alcance y, por canco, no tendría ocasión de destruirla, sobre todo
Se comprende con facilidad que si en unos cuantos ceneros próximos a la si la Armada Aérea enemiga ciene interés en evitar la batalla.
frontera se agrupan los medios que sirven para mantener operativa a la Cada vez que una Armada Aérea sale a la búsqueda de la adversaria
Armada Aérea, será más fácil que el adversario la destruya. Yno consigue abatirla, se produce un disparo al vacío, se agora inútilmente
3. El éxito de la guerra aérea dependerá de las fuerzas enfrentadas, y no produce daño alguno al enemigo, mientras que la Armada Aérea ad-
pero dependerá esenciaimence del modo en el que sean empleadas dichas versaria, que ha conseguido no dejarse abatir, puede producirle daños in-
fuerzas, es decir; de '.a genialidad de los Comandantes de la Armada Aérea, directos.
. .

134 135
Por tanto, este primer moJo Je Jefensa es absolucamenre ilusorio y le reglas de la guerra, actuará en masa. La defensa aérea de un cenero, para
. resulcar eficaz, deberá disponer de una cantidad de medios de cumbace igual
hace el juego al enemigo.
a la masa de los medios de combare adversarios, porque si no es así, la
Se podrá decir en contra que no hay nada que impida a la Armada defensa aérea será batida y el cenero aracado.
Aérea, que ha salido en busca de la adversaria, el ocasionar daños al ene-
Pero. como el arma aérea tiene un gran radio de acción, una Armada
migo con sus medios de bombardeo. Es cierro, pero en cal caso no rendrá
una libre selección de sus objetivos y pasarán a tener una carácter secunda- Aérea puede amenazar pocencialmence distintos ceneros, y como las ofensi-
rio y dependerá de que éstos se hallen situados a lo largo de la rura recorri- vas aéreas se desarrollan con extrema rapidez. si se quiere rener una cierta
da durante la búsqueda de la Armada Aérea enemiga. probabilidad de conseguir defender los cenrros pocencialmence amenaza-
dos sería necesario trasladar a los diferentes puntos del rerricorio otros can-
¿Puede una Armada Aérea esperar a la adversaria para salear sobre ella? tos grupos de medios de defensa aérea, dorando a cada uno de escos gru-
Claro que puede hacerlo; pero, ¿cuáncas posibilidades tendrá de alcanzar pos con una fuerza de combare igual al conjunto de las fuerzas de combate
su objetivo? Si la Armada Aérea enemiga actúa en masa, para salear sobre adversarias.
ella con posibilidades de vencer, lo primero que habrá que hacer es agru-
par a nuestros propios efectivos.
¿Puede una Armada Aérea, sobre codo si se siente más fuerce, esperar
la decisión enemiga y depender de su iniciativa, sin tener ningún ripo de Ademas de esto, haría falta establecer roda una complicada red de se-
seguridad de llegar a tiempo y con probabilidades de ser atacada, sin poder ñalizaciones y mantener codas las fuerzas aéreas constantemente dispues-
reaccionar? Seguro que no. Por canco, también este segundo modo de de- tas para la acción.
fensa es ilusorio y le hace el juego al enemigo. . El arma aérea, repico, posee un carácter can eminentemente ofensivo
·. Enconces hay que coincidir en que la guerra aérea no existe más, que que, al querer emplearla.de forma defensiva, se llega al absurdo de tener
.,1,1na:accitud a seguir: la de la qfensiva más incensa y más violenra;,incluso que ser más fuerces que e! ata<;ap.ce, y d~ tener que mantener esca fuerza
a cosra de sufrir la del enemigo. complecamence inactiva -porque no p'ersigue ninguna finalidad posiciva,-
Y. suj~ca por completo a 13: iniciariv~ ~1versaria. · . .
·• El único modo de defender el territorio y el mar propio de las ofensivas
aéreas es el de destruir, con la mayor rapidez posible, los medios aéreos Aun admitiendo que la defensa aérea pudiera llegar a tiempo para de-
enemigos. sempeñar su fución, ¿sería conveniente utilizar las fuerzas aéreas propias
de esce modo? Evidentemente no, porque esto significaría un desperdicio
de fuerza extremadamente perjudicial?
Sin duda lo que conviene es emplear codos los recursos aéreos disponi-
Cualquier medio de defensa que se intente oponer a la acción aérea
bles para reforzar al máximo la propia Armada Aérea, porque cuanto más
enemiga resulta contrario a. su fin y, por canco, a favor del adversario.
fuerce sea ésta, canto más fácil y rápidamente se estará en condiciones de
·Esca afirmación es de carácter general, no· se refiere sólo a la acción conquistar el dominio del •aire; el único medio eficaz para sustraer el rerri-
de la Armada Aérea ya examinada. corio y el mar propio de las ofensivas aéreas adversarias.
Concra las ofensivas aéreas se pretende oponer defensas aéreas, forma- La defensa antiaérea de un cenero, para ser eficaz, debería ser capaz
das por grupos de medios aéreos, y defensas antiaéreas, a base de armas de impedir la ejecución de ofensivas aéreas sobre el territorio que protege.
situadas en Is superficie. El radio de acción de las armas antiaéreas es muy limitado (tramo útil de
Las defensas aéreas de un cenero, para ser eficaz, es decir, para que consiga la trayeccoria) por lo que para cada cenero que se va a proteger; haría falta
impedir las ofensivas sobre dicho cenero, deberá vencer la acción enemiga. una cantidad de armas antiaéreas adecuada. En consecuencia, la defensa
Por consiguiente, la defensa aérea de un cenero deberá poder oponer al ad- antiaérea exigiría, para conseguir una cierra eficacia, una enorme cantidad
versario una fuerza de combare, al menos igual a la fuerza de combate que de armas antiaéreas diseminadas por toda la superficie en espera de los
aquellos puedan presentar. Pero si el enemigo actúa siguiendo las buenas aconcecimiencos.

136 137
Por orra parre. las armas antiaéreas pueden ser neurraliza<las con facili- Supongamos por un momenw. que contra una Armad Aérea de este
dad mediante la acción aérea. ya sea por ataques a baja altura. o envolvién- ripo. renga que enfrentarse una aviación organizada según las concepcio-
dolas entre nubes Je humo, ere., Je manera que su rendimiento efecrivo nes vigentes en la actualidad. admitiendo que la Armada Aérea sólo esré
es muy escaso. consriruida con una cantidad de recursos igual a los de la referida aviación.
Si los recursos invertidos en defensa antiaérea, fueran empleados en Escá claro que la Armada Aérea. al haber utilizado rodos los recursos
aumentar la fuerza de la Armada Aérea, se obtendría un mayor rendimien- disponibles para crear fuerzas de combate y de bombardeo, dispondrá de
to de los recursos propios, porque el único medio verdaderamente eficaz una cancidad de fuerzas de combate superior a la que dispone la aviación
para sustraer al cerricorio y al mar propio de las ofensivas aéreas, es el de que ha repartido los mismos recursos para dorarse de una gran vairedad
conquistar el dominio del aire. de medios aéreos destinados a fines deferentes, específicos y que, por lo
general, excluyen el combate. Por esca misma razón la Armada Aérea dis-
Por canto, es absurda la defensa aérea y la antiaérea; la superficie se
pondrá de una superioridad de medios de bombardeo.
defiende desde el aire, como las coscas se defienden desde el mar, conquis-
tando el dominio. En estas condiciones, la Armada Aérea iniciará inmediatamence su ac-
ción de manera incensa e ininterrumpida -mediante una sucesión de ofen-
Nadie piensa ya en diseminar a lo largo de la cosca medios navales y
sivas, llevadas a cabo con la totalidad de sus fuerzas- com:ra la superficie,
cañones para defenderlas de los bombardeos; las mayores cuidades maríti-
sin preocuparse de encontrar al enemigo, es decir, sin buscarlo y sin rehuirlo.
mas se dejan abiertas y su defensa, indirecta, queda en manos de la flora.
Contra esca acción, la aviación considerada no podría responder más
En consecuencia, codos los recursos disponibles para actuar en el aire
que oponiendo directamente sus elementos de caza -que si se emplearan
y para defenderse desde él deben ser empleados en constituir la Armada
a fondo serían batidos- e indirectamente sus elementos de bombardeo,
Aérea más fuerce que sea posible, y ésta dc:berá actuar de forma ofensiva,
que actuarían tratando de rehuir el combare por ser inferiores en capaci-
incensa y muy violenta. ·
dad ofensiva frente a la Armada Aérea.
Pido ardientemente a m.is lec~o.res que fijen la menee sobre esca afirma-
. Todas las fuerzas aéreas al;lxiliares, al no ser adec4adas para el.combate
éión que es de carácter fundamental y no admire desviaciones, ni sobreen-
ni para el bombardeo, no tendrán un peso decisivo Ji(el éx1i:o déláhicha
, tendidos, ni reticencias, porque ésta debe constituir la base de la forma-
por el dominio del aire, y se verán obligadas a per~anecer casii~acrivas,
ción de nuestra potencia aérea y de su empleo. ·
tratando de evitar su destrucción, especialmente cuando esrán kn cierra.
Por consiguienre, aunque exista una paridad en las orras condiciones,
el dominio del aire será conquistado, necesariamente, por la Armada Aérea.
Para llegar a esca conclusión me he basado en la consideración de la
guerra demro de sus caracteres generales, es decir, dependiendo de las ca- Frente a una Armada Aérea compuesta según mis concepciones, sólo
racreríscicas esenciales de los medios aéreos (gran radio de acción, gran ve- se puede oponer más que ocra Armada Aérea compuesta de un modo aná-
locidad de craslación, capacidad de combatir en el aire, capacidad de ata- logo y que acrúe con idénticos criterios.
car·a la superficie), sin entrar en consideraciones de cipo técnico o p~rricular. Cualquier otra formación de Armada Aérea y cualquier ocro criterio
de acción resultaría inadecuádo.pará la guerra aérea y desafío a cualquiera
Por lo tanto, dicha conclusión es también de caráccer general e inde-
para que me demuestre lo concrario.
pendiente de las parricularidades técnicas que pueden variar las caraccerís-
ticas esenciales de los medios aéreos disponibles, variaciones que por ocra
parce, según vayan perfeccionándose los medios técnicos, lo único que harán
será reforzar la conclusión general.
La comprobación de la verdad de esca conclusión es fácil de realizar: Todas las conclusiones obtenidas han sido extraídas, esrableciendo sim-
basca con poner frente a cualquier otra concepción de potencia aérea, una plemente que:
Armada Aérea concebida y que acrúe según mis ideas. l. Los medios de combare deben ser idóneos prra el combate en el aire.

138 139

1
2. Los medios Je bombardeo deben ser idóneos para el araque a la Jc:l peso permitido pnr el apararo debe ser subdividida de manera que se
superficie. armonicen las cuatro características: armamento, protección, velocidad y
A parcir de esre punto, podemos descender a ideas más concretas y de- radio de acción.
finir cuáles deben ser las características que capaciran para el combate o Se crata, por canco Je un problema anáiogo al que se ha presentado
para el bombardeo a un medio aéreo en una Armada Aérea. siempre con los navíos de guerra, aunque dada la analogía de sus objerivos,
al tratarse de campos diferentes, también el desenlace podía ser diferente.
Pero, sobre la cuestión hay que hacer orras consideraciones.

Medios de combate. El combate en el aire se desarrolla mediante ac-


ciones de fuego encre aviones. Para que un avión sea adecuado para com-
batir en el aire hace falta que sea capaz de llevar a cabo acciones de fuego Armamento. Los a pararos de combare de una Armada Aérea no están
y que soporte las desarrolladas por el adversario. descinados a combarir aisladamente, sino en formación. Por lo cual, estos
Un avión en el aire, puede ser aracado por el fuego adversario desde deberán reunirse en unidades de combare, es decir, en grupos de aparatos
rodas las direcciones; por canco, deberá poder responder al fuego adversa- destinados a combatir unidos, o sea, consriruyendo un codo táctico indivisible.
rio también en todas las direcciones. En consecuencia, la máxima incensida de fuego en codas las direccio•
Por consiguiente -a igualdad en el resto de circunstancias- tendrá nes, más que en un aparato, debe buscarse en la formación de la unidad
vencaja el·apararo que esté armado de manera más potente, teniendo capa• de combate, que podrá ser oportunamente modificada para alcanzar el ob-
cidad para realizar la máxima intensidad de fuego en todas las direcciones. jerivo, dependiendo de la dirección del ataque del adversario, o de la direc•
ción en la que se pretenda atacar al adversario. Por ramo, el problema del
Para poder soportar el fuego enemigo, es necesario proregerse en la mayor
armamenra, más que afectar-al aparara, afecta a la formación y, por consi-
medida posible contra los efectos de dicho fuego, por lo que -a igualdad
guiente, si se elige en primer lugar)a formación, después habrá que con-
en el resto de condiciones- tendrá venra~a el aparato que disponga de mejor
cretar el armamento de.los aparátos y si se determina primero el armamen-
protección.
to de los apararos, después habrá que concretar en base a éstos la forma•
Evidentemente, en una lucha aérea es necesario disponer de una veioci- ción que se va a adoptar.
dad y de una maniobrabilidad superior a la del adversario, lo cual le per-
No es la potencia de fuego del aparato aislado lo que interesa, sino la
mitirá, según le convenga, imponer o rehuir el combare, así como interr-
de la unidad de combare, unidad que se considera indivisible. También aquí
rumpirlo o reemprenderlo; por tanto - a igualdad en el resco de
entra en juego la formación, ya que ésta es la que debe permitir la integra·
condiciones- tendrá venraja el aparara que sea más veloz y manejable.
ción, en el mejor modo posible, de la potencia de fuego de cada uno de
En definitiva, a igualdad en el resra de condiciones, tendrá ventaja el los aparatos: en cualquier caso, puede observarse que, si bien es convenien-
aparato que disponga de mayor radio de acción, porque podrá llevar su te que cada uno .de los apararas posea un potencia de fuego considerable,
acción a las zonas situadas más lejos en el interior del territorio enemigo.· ... quizá no·convenga que-ésta sea exagerada, porque de entre dos unidades
El aparato de combate debe presentar, en el máximo grado compatible de combate con una misma potencia de fuego, parece que se hallará en
con las exigencias técnicas, las cuatro características siguientes: armamento, mejores condiciones ª'-!uella que lo obtenga con mayor número de apara-
protección, velocidad y radio de acción. tos, porque, hasra un cierto límite, admite una acción de fuego, llamémos-
Ia, más envolvente. Por lo que se refiere al resto de la cuestión, sólo podrá
resolverse de forma experimental.

Tales características se reducen, en la práctica, a pesos y la suma de


estos pesos es una cantidad definida que depende de la estructura aerodi- Prorección. La protección ciene como objetivo el conseva. al arma en
námica del aparato; esro equivale a decir que una determinada cantidad plena potencia, disminuyendo su vulnerabilidad. Entre dos aparatos que

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hayan sido igualmence armados. pero que la vulnerabilidad del uno sea el Radio de acáon: Igual al de los aparatos de combate.
doble de la del orro, resulca evidente que el menos vulnerable rendrá una
Velocidad: Igual a la de los aparatos de combare.
capacidad ofensiva del doble respecro al orro, porque esrando somerido a
las mismas ofensivas conseguirá mantenerse operativo el doble de tiempo Protección: Si se la considera útil para los a pararos de combare, no existe
o conseguirá mantenerse operativo durante el mismo ciempo, pero bajo unas ninguna razón para no considerarla igualmenre útil para los aparacos de
ofensivas doblemente incensas. La caracreríscica «protección» ciene un enorme bombardeo; por canco, igual protección.
valor material, aparte del moral, y no hay que preocuparse demasiado por Armamento: Deberá consisrir, esencialmente, en armamenro contra la su-
el peso que puede imponer al avión, porque en determinadas ocasiones perficie, pero, y aunque sólo sea por razones morales, no es posible admitir
puede ir incluso en perjuicio de armamenco. que un aparato que pueda verse envuelto en una lucha aérea, vaya desar-
La prorección interesa al aparaco aislado y sobre ésce no ciene ninguna mado contra otros aviones, por lo que es conveniente dorarlo también de
influencia la formación, sin embargo, puede comprenderse éon facilidad armamento aéreo, si bien éste será reducido.
que la protección adquiera una importancia menor cuanto más se reduzca Por codo ello, a excepción del armamenro, codas las caracceríscicas deben
el número de aparatos, pero conservando inalrerada 1a potencia del conjunto. ser iguales, canco en los apararos de combare, como en los de bombardeo;
la diferencia entre ambos consiste sólo en que el apararo de bombardeo,
uriliza la diferencia de peso existente enrre el armamenro aéreo de un apa-
rato de caza y uno de bombardeo para llevar más bombas.
Velocidad. A pesar de que la mayor velocidad pueda represencar una
vencaja indiscutible en el combare, sigue existiendo el hecho, cal y como
!ºhe demostrado ampliamente, de que una Armada Aérea no podrá nunca
1r a buscar el_encuencro, ni imponer el combate, de manera, que una velo- De esra consideración surge inmediatamente la idea de un aparato que
cidad superiór ciene sólo una importancia relativa 'y, de tener algún valor,· sirva, ramo para el combare como para el bombardeo! al cual, por simplici-
sería para la Armada Aéreá menos fuerce, puesto que la velocidad superior . dad expresión, llamaré de batalla.
puede servirle para rehu1r e1 combate. Por ranco, no es conveniente sacrifi-·
El aparato de batalla debería; por ramo, tener aquellas características
car demasiado las orras características, para aumentar la velocidad.
de radio de acción, velocidad y protección ya mencionadas y que estuviera
armado para el combate aéreo y para el ataque a rierra.
Si llamamos P al peso que queda disponible, una vez satisfechas las otras
Radio de acción. Del radio de acción depende la posibilidad de llevar caracceríscicas, para el armamento (el peso del armamento incluye armas,
a cabo ofensivas en zonas más o menos adenrradas en el territorio o en municiones y el personal necesario para su manejo) y si una Armada Aérea
el mar enemigo. Por cal motivo, exisre un radio de acción mínimo, por de- escá compuesta por aparatos G de combare y B de bombardeo, su potencia-
.bajo del. cuat el valor de la Armada Aérea se anula, .y que _depenck__ qeJa~. lidad de combare será CP y la de bombardeo B (P-p), siendo p el peso del ·
posibilidades de incluir en él objetivos adversarios, cuya destrucción resul- ... ar~amenco de at1mdefénsa de los apiraros·de bombardeo. ··
te necesaria para los fines prefijados. Evidentemente, conviene disponer de
Si, por el contrario, la Armada Aérea está compuesta coda por aparatos
~n radio de a~ción máximo para acrecentar también al máximo las posibi-
lidades ofensivas de la Armada Aérea. de batalla, el número de dichos aparatos será C + B, el peso disponible para
el armamento será (C + B) P, lo que es igual a CP + BP. Si doramos a cada
uno de los aparatos convenientemente con ambos cipos de armamento (el
a~reo y el de superficie) podemos dar al armamento conrra la superficie
Medios de bombardeo. Los apararos de bombardeo deben integrar la el valor coral BP. Lo que equivale a decir que la potencia de esta Armada
acción de los de combare encargados de despejar el camino, cuando éste Aérea puede ser idéntica a la anterior como fuerza de combate, aunque
sea obstaculizado por el enemigo; por ello sus características deben responder ligeramenre superior en su acción conrra la superficie, porque no necesita
a las siguiences condiciones: el armamenco de aucodefensa.

142 143
Sobre esra cuesción es necesario hacer otra observación. Si la ArmaJa RaJio de acción, protección y armamento se craducen, en la práctica,
Aérea escá diviJiJa en aparatos Je combare y Je bombardeo, en caso Je en pesos a cransporrar, y la suma Je estos pesos en un decermir:ado aparato
enfrenramienro con el adversario, la acción escaria dividida en dos tiem- es una conscanre, lo que equivale a decir, que se puede aumentar una cual-
pos, es decir, en un combare aéreo encaminado a vencer la oposición ad- quiera de escas caraccerísricas, a cosca de reducir una o más de las restantes.
versaria y una acción posterior de bombardeo. Duranre el primer ciempo Puede ocurrir que por razones de empleo sea convenienre hacer esto
sólo encrarían en acción los aparatos de combare, y en el segundo, los de y, en consecuencia, sería muy útil que las parcicularidades de construcción
bombardeo. Es decir, en el primer riempo acruaría sólo el personal encar- de los aparatos de bacalla permitieran variar con facilidad sus características.
gado del manejo de las armas aéreas y en el segundo, sólo el personal encar-
gado de los acaques concra la superficie_ Evidenremenre, cuando la Armada Aérea deba realizar una acción den-
ero de un radio pequeño, sería conveniente reducir el peso del combustible
Por el contrario, si la Armada Aérea escá compuesta sólo por aparatos para aumentar, en la misma proporción, el armamenro; también podría
de baraUa, el mismo personal será, primero, el encargado de manejar las convenir una disminución de la protección e, incluso, puede que hasta del
armas aéreas y, en segundo lugar, el encargado de llevar a cabo los ataques armamenco, para aumentar el radio de acción, cuando la Armada Aérea
conrra la superficie; en consecuencia, el empleo de apararos de batalla per- renga que realizar misiones en puncos muy alejados de sus bases.
mite ahorrar codo el personal encargado del empleo de los medios contra
la superficie y, por canto, un peso que puede ser usado de una manera útil Una vez conquistado el dominio del aire, la Armada Aérea no tendría
para aumencar el armamenro roca!. necesidad de combacir en el aire para vencer la oposición enemiga y enton-
ces desaparecería la necesidad de un fuerce armamenro aéreo y de protec-
Y aún más. Una Armada Aérea compuesta por aparatos de bombar- ción. Por tanto, haría falta que los aparacos de batalla permitieran sustituir
deo y de combare, en caso de enfrenramienco contra el adversario, deberá con facilidad el peso de la protección y del armamenro aéreo, por arma-
combatir con una sola parce de sus aparatos y no cendrá libertad de manio- mento concra la superficie, o bien por combustible para aumentar su radio
bra, debido a que cendrá que proteger a los aparatos _de bombardeo. Por
de acción.
el contrario, si l.a Armada Aérea está compuesta por aparatos de batalla,
rodos los aparatos enrrarán en combare con plena libertad de .maniobra. Por c~nsiguieme, a igualdad en el resto de ~ondiciones, es preferibfé
el aparato de batalla ~u~ presente mayor ~lascicidad en sus características.
Por consiguiente, desde cualquier punco de visea .conviene que la Ar-
mada Aérea escé consciruida por una masa de aparatos de bacalla, lo que
equivale a decir, que reúnan la capacidad de combatir en el aire y de atacar
a la superficie. Hasta ahora hemos intentado definir codas las caraccerísticas que debe
poseer el aparato de baralla, para poder constiruir la masa de nuestra Ar-
mada Aérea; a los cécnicos y a los constructores les corresponde la tarea
Partiendo de la consideración de las necesidades de la guerra aérea, hemos de presentar el aparato que, ceniendo en cuenca el estado actual de la técni-
terminado concrecando las caracceríscicas de _la lucha por la conquista del ca constructiva, responda mejor a las caracceríscicas deseadas.
dominio del aire y las del medio más idóneo para esta lucha. ··- -Este aparato deberá ser, sin duda, de los pertenecientes a la·tipo pesa-·
Este es el procedimiento lógico porqUe, anee codo, es necesario poseer · do -para poder estar en condiciones de presentar, en un grado suficiente,
una idea clara y precisa de lo que se quiere obtener para después buscar las características de armamento, protección y radio de acción-polimotor-
el modo más apropiado para alcanzar el objetivo y, en último lugar, el medio para poder proporcionar una potencia suficiente y poder presentar un alto
material idóneo. grado de seguridad en caso de avería de un motor.
El aparato de batalla, puesto que la Armada Aérea deberá poder ac-
tuar en masa, canto sobre cierra, como sobre el mar, deberá ser del tipo
Sobre este punro, se puede ir más allá. Hace falta que las caracrerísci- anfibio. Cuando no sea posible poseer este cipo de aparatos, la Armada
cas, o al menos una parre de éstas, referidas a lo aparatos de batalla sean Aérea deberá estar compuesta en parce por hidros y, en parre por aparatos
elá1ticas. terrestres que presenten !as caracceríscicas que ya han sido determinadas.

144 145
La cécnica acmal permite realizar apararns de bacalla que respondan
para oponerse al reconocimiento, y. en cualquier caso, una gra¡; facilidad
,·,1 una cierra medida a las condiciones enunciadas y, sin duda, el progreso
de maniobra (manejabilidad); para reconocer con ventaja a una Armada
, 1.- la cécnica, encaminado en esca dirección, permitirá obtener aparatos Aérea, es necesario poseer un radio <le acción superior al de la otra Arma-
. k batalla cada vez más eficientes. da Aérea y la capacidad de manrenerla operativa durante codo el tiempo
que la Armada Aérea pueda acmar; para reconocer hace falta ver. compren-
der e informar por lo cual, es necesario que el aparato de reconocimiento
pueda cransporcar, al menos, dos ojos, un cerebro y los medios apropiados
Pasando de deducción en deducción, hemos definido todas las caracte- para comunicarse con su Armada Aérea.
' ,sticas que deber reunir el apararo de batalla, único cipo que deb_e consti-
: uir la fuerza operativa de la Armada Aérea, ,ínico medio necesario y sufi- Las caracteríscicas de] aparaco de reconocimiento deben, por consiguiente,
ser las siguientes:
' ,ente para el desarrollo de la guerra aérea.
La Armada Aérea, sin embargo, tiene necesidad de recoger informacio- a) Velocidad: la máxima posible compatible con el esrado de la técnica
aeronáutica.
:i..:s sobre el enemigo y de acruar segura frente a cualquier sorpresa. Por
,llo, hay que dotarla de medios de reconocimiento. b) Radio de accinn: el que resulce de un tiempo de vuelo, al menos, igual
Aquí es necesario que nos detengamos un momento para acla_rar lo que al tiempo de vuelo de la Armada Aérea. Si ésta tiene, por ejemplo, una auto-
,u::nifica reconocimiento, porque sobre el significado de esta palabra se suele nomía de 6 horas de vuelo, los aparatos de reconocimienco deben tener al
.-(rar con facilidad. menos la misma .

El reconocimiento es un operación de guerra que se practica en nuestro Armamento y protección: cero. Es inútil armar y proceger un aparato que
: wor y, por tanto, concra los intereses del enemigo. Es, por consi~iente, debe evitar el combate: es mejor ucilizar el peso correspondiente en aumentar
la velocidad y el radio de acción.
,:na operación que el enemigo tiene interés en concrarrescar; opomendole
,:ní{:Ceacción. Para llevar a cabo un reconocimiento es necesario, P?r tanco1••. / Medios de comunicación: los mejores.
,c:r ~apaz de vencer o de rehuir la acción enemiga. Esro es cierro, canto en
Tripkla..ion: la mínima absoluram;~nce indispensable, a ser posible, una
,ierra, corn'o en el mar o en el aire..La caballería, por ejemplo, pu~<;le reco- _sola persona .
.:ocer al adversario, tanto empleando fuerzas de caballería capaces de rom-
_•er la coberrura enemiga para poder ver aquello que hay más allá, como El reconocimiento, evitando el combate, debe ser llevado a cabo por
.·nediance pequñas patrullas compuestas por soldados a ca~allo, l?s cuales, aparatos aislados o grupos muy pequeños, en aquellos casos" en los que
,iviéndose de su capacidad para rehuir el combate, trataran de infiltrarse sea previsible tener alguna pérdida.
., través de la cobertura en~miga para ver y huir a continuación para rela- Una Armada Aérea que actúe en masa, precedida a una determinada
::ir lo visco. distancia por una unidad de aparacos de reconocimiento como lo!:' descri-
En el aire sucede lo mismo; o se pretende hacer un reconocimiento por cos, escará asegurada contra cualquier sorpresa, debido a que estos apara-
..1·foerza·y entonces es necesario, ante e-ocio, disponer de la fuerza necesaria tos tendrán como misión descubrir aquellos lugares de la superficie terres 0

:-ara vencer la posible resistencia adversaria, y en este caso, es la Armada ere que ·son -necesarios ba:tir: -·
:\érea o una parte de ésta la que debe encrar en juego; o _s~ !'retende h~cer
J.n reconocimienceo, tratando de rehuir la eventual opos1oon adversaria y
:monees es necesario disponer de elementos aéreos que presenten caracte-
Las caracceríscicas de los aparatos de batalla y de reconocimiento, hasta
:íscicas oporrunas y completamente distintas de las de los elemenc~s ~e com-
ahora determinadas, son válidas para cualquier Armada Aérea, pero a no-
::,ace; hacen falta, por canco, elemenros que llamaremos de reconoc1m1ento de-
sotros nos interesa esencialmence, la nuestra. Por canco, es preciso cener en
:.mdo claro que se excluye el combate. cuenca ocras dos condiciones.
Para infiltrarse a cravés del orden de batalla enemigo y rehuir el comba-
Nuestros evenmales enemigos pueden hallarse más allá de los Alpes y
:e es necesario poseer una velocidad superior a la que disponga el adversario
más allá de los estrechos mares que nos circundan. Por lo que, si nosotros

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147
prece:::.:.=::-. s e'.>r.,r e:-. ~,,1i.lll iones Je poJer!os acac-.ir, es necesario que nuescra cemperie: las grandes bases de los tiempos de paz, deberán ser abandona-
ArmJ..:..o .º.:::re, -,e:1 ;_,¡,.1.- ,le s, 1hrevolar los Alpes y Je arravesar los mares das en cuanrn comience la guerra, o al menos, deberán ser aoandonadas
que r.-·-; : iea 11 E:;:_,5 J,,,. condiciones. que, si no son satisfechas. anulan codas aquellas que no podrían servir para la guerra.
por cv::--.;::::ro ,-1 vJ.:_,_, J,· I.L Armada Aérea, determinar por una parre <:I
mínim,: _-_..zfón,I que .:,+en poseer los aparatos de guerra, y por otra, el m1-
nimo r:c.~:ú· de :1cc:2:1 ,¡uc debe poseer la Armada Aérea.
La Armada Aérea no debe estar nunca en cierra, porque allí siempre
-:_-..: 0 ~ ::1vienc:
cc:::rÍ.11hlir el radio de acción de un aparaco con el radio se encontrará en inferioridad de condiciones. sobre todo en el momento
de acci,:::: de l., Ar:::J.,!.t .\érea, que puede resultar muy inferior al de los crítico de comar rierra después de cada operación. Este momento crítico
aparar:c; ~ue 1., co:::srin;\c-n. puede ser apróvechado por un enemigo hábil y audaz, aunque inferior en
Cn;;. .-'l.rma• l:1 A-:r.:.1 ,;uc: pn:tenda actuar en masa debe, en primer lugar, fuerzas.
agrupars-:. Iue_g•> or-::r.,r. :•.ira Jespués disolverse y volver a sus respeccivas Es necesario, por consiguienre, que la Armada Aérea esté ampliamente
bases. EI radio ,le acci,,:: Je una Armada Aérea es igual al radio de acción desplegada, y en la mayor medida posible, camuflada: aún más, es necesa-
de los aparaw-. que Li ,,,nstituyen menos dos veces la distancia existente rio que disponga de bases de reserva para ser utilizadas corno bases de ate-
entre el punt<> de reun,,',1 Y la base más alejada de dicho punto. rrizaje, cuando alguna de las principales, por efecto de algi.ín posible bom-
bardeo enemigo, no permitiese el aterrizaje.
Por otro lado, cal y como hemos visto, es necesario que la Armada Aérea
De aquí se deri,:.1 :., :mporcancia de la siruación de las bases aéreas, pueda disponer de diversas bases para poder disfrutar de toda su libertad
es decir. de lo~ punros ,:: los que deben descansar sobre la superficie los de maniobra, y para que pueda cambiar con facilidad su despliegue general.
elemen~os que comp,,r:,:: una Armada Aérea. Pbr consiguiente, las fuerzas aéreas deben ser capaces de funcionar de
Resulta ev1Llence Le ,·::weriiéncia de siruar las bases aéreas de manera un modo- autónomo e independienre re_specco al terreno.
que se- encuenr ren rod.,~ ., una distancia aproximadamente igual resp,ectb ·
_ Hace falta, pues, crear una unidad logística aérea, una u n i d a d ~ ·
al punro de rc·unión \· :: más cerca posible de dicho punto. . •
berá ser dorada de rodos los medios necesarios para la vida, el movimiento '
Pero los ¡:,unros de ~-:rni<Ín pueden variar dependiendo del enemigo, y el combare y que, a--su_~2:,_púeda ser abastecida por una Intendencia aérea.
del cipo de ore-ración ~::e· se pretenda desarrollar. De ahí se deriva la nece 0 Una Armada Aérea, para responder a sus objetivos, debe\mseer una
sidad de disptiner ¿e rr.::::erosas bases más o menos agrupadas, de manera organización compleja capaz de moverse en el aire y de desplazarse portie-
que sea posible: uriliz:1r. ..:e: la mejor manera posible, el radio de acción de rra de un modo autónomo. Esco demuestra que una Armada Aérea digna
cada uno de !,is apar.1:-:,. a fin de que sea posible disponer del máximo de este nombre, es algo muy discinco a lo que generalmente se piensa.
radio de acci,,n de b .•.::nada Aérea .
... Todo esco forma r-.1..~ de fa logística aérea, la cual debe tener como
misión orocur;1r aqu:::i.,, .:ondíciones que le permitan utilizar en el máxi-
mo grado cod.1 la efic:::.::ia de las fuerzas aéreas. Por ahora no pretendo El tipo de aparato de batalla apropiado· para nuestra Armada Aérea
ocuparme de esto y he .:..:.:rido sacar a la luz la necesidad de disponer de debe poseer un largo radio de acción, capacidad para sobrevolar la cadena
numerosas b:1ses aére.15 :-.1ra llegar a la conclusión de que éstas deben ser Alpina, velocidad notable, aunque no excesiva, y aptitud para transportar
muy simples ,· compt!.:-:;-:-.:s. básicamente, por un terreno de aterrizaje con- un peso considerable de armamento y de protección (incluido el personal
venienremenrc:- prepa;:-.:.::. necesario para el manejo del armamenco); éste corresponde al tipo utiliza-
Las bases .1éreas --:t _,:-.:.:rra no pueden tener refugios para los aparatos, ble por la aviación civil, y en este caso el peso del armamento y ia protec-
canto por la ir11posibiii.:.:.: práctica de disponer del número suficiente, como ción se sustituye por un peso igual de pasajeros, mercancías y correo.
porque las ba,;es serü:: .:::masiado fáciles de identificar por parte del ene- Esto demuestra la posibilidad de cransformar un aparato civil en un
migo. Por tanro, los .:;.:.:.::os deben ser metálicos para poder resistir la in- aparato de bacalla, mediante oportunos cambios cécnicos.

148 149
Esro equivale a decir, que existe la posibíliJa<l Je utilizar la aviación y no lo niega sin motivos, si se tiene en cuenca la concepción accual dé la
civil, en caso de guerra, para complémenrar la Armada Aérea. potencia aérea, una concepción que exige una gran variedad <le cipos espe-
Según mi opinión, esca es la finalidad a la que debemos cen<ler con codos cializados e incluso con características extremas.
nuestros esfuerzos, porque el ideal sería: organizar 1ma aviacion civil capaz Puede ocurrir que no sea posible, de repente, crear aparatos civiles ca-
de transformarse. en caso de necesidad. en una potente aviación militar (1). paces de transformarse inmediacamence en aparacos de batalla, ya que esros
Un aparato milirar, durante el tiempo de paz, es decir, en condiciones exigen la instalación a bordo de un armamento aéreo y de un armamento
normales, sólo tiene una función potencial, o sea, tiene un valor por lo que concra la superficie, así como una procección conveniente. Pero lo que sí
sería capaz de hacer en caso de que estallase la guerra. Todos los recursos, es posible, es crear, desde ahora, apararos civiles capaces de transformarse
de cualquier género, necesarios para mantener operativo un aparato mili- i:1r:iediacamence .en_aparacos de bombardeo, porque, para lograr esco, es su-
tar durante codo el tiempo en el que la vida de la Nación transcurre nor- f1oence con susnrmr bombas por el peso de los pasajeros, de las mercan-
malmente, son consumidos con viseas a esca acción potencial. cías y del correo.

Un aparaco civil, capaz de transformarse inmediacamenre para su urili 0 Por ramo, ya desde ahora, es posible aumentar la potencia de bombar-
zación en guerra. representa un valor potencial idéntico al de un avión mi- deo de una Armada Aérea, mediante complementos procedentes de la avia-
litar, pero al mismo tiempo, y esco es lo más importante, representa un valor ción civil.
real durante los períodos de paz, debido a que puede cumplir determina- Según los casos, escos complementos podrían aumentar la potencia de
dos servicios civiles. bombardeo de la Armada Aérea durante la lucha por la conquista del do-
minio del aire, e incluso después, cuando ya hubiera sido conquistado el
De ahí se deduce que, de emre dos fuerzas, una compuesta por apara-
dominio.
ros militares y ocra por aparacos civiles capaces de transformarse inmedia-
tamente en militares, lo que conviene canco desde el puntó de visea mate~ Por i:odo ello no hay nada que impida.a:spirar desde ahora hacia el lími-
rial como moral, es elegir la segunda. te ap;untado.
Respecto a que pueda ser limitado el rendimiento de un servicio aéreo
civil, sobre codo desde el punro de viscct material~ dicho rendimiento es siem~
pre superior a cero, por lo que una flota de aparacos civiles capaces de trans- He dicho, demostrándolo, qu~ solo quien haya sabido conquistar el do-
formarse en militares cuesta menos que una flota igual de aparacos milita- minio del aire estará en condiciones de emplear medio aéreos para los ser-
res. Y a igualdad de gascos, empleando aparacos civiles transformables, se
vicios auxiliares del Ejército y de la Marina, y que la única fuerza aérea
obtiene una potencia militar superior y, al mismo ciempo, existe la posibi-
que debe crear la Nación es la Armada Aérea.
lidad de mamener en actividad un amplio conjumo de servicios aéreos civiles.
Pero una .Armada Aérea que haya conquistado el dominio del aire puede
La ventaja es can grande, que yo no dudo en afirmar que el límite hacia
ceder una parce de sus elementos al Ejército y a la Marina como aviación
el que conviene tender es el de organizar una potente aviación ávil, capaz de
auxiliar. ¿Son escos elementos apropiados para tales servicios? .Sin. duda, sí.
transformarse inmediatamente, en caso de necesidad. en una potente aviación militar, ·
reduciendo ésta durante el tiempo de paz, a !lna simple estructura que sea el Órgano En primer lugar hay que hacer notar que, frente a un advers~río al que
de instrucción y de mando. se le ha incapacitado para volar, cualquier acción aérea, auxiliar o no, puede
llevarse a cabo con extrema facilidad y alcanzará un alto rendimiento, por-
que el adversario, por su parce, no podrá llevar a cabo ninguna.
Como he demostrado, la posibilidad de tender hacia este límite existe Una vez conquistado el dominio del aire, la Armada Aérea puede ceder
en lo que se refiere a la fuerza de la Armada Aérea, según las ideas aquí unidades de batalla (o bien de combate y de bombardeo) y de reconoci-
expuestas. Por lo general, el ambiente aeronáutico niega esca posibilidad, miento para los servicios auxiliares del Ejército y de la Marin..:..
Tales unidades pueden asumir con la mayor facilidad -porque dispo-
(1) Ideal perseguido magníficamente por Alemania. nen de plena seguridad- codos aquellos servicios auxiliares de explora-

150 151
ción, recnnocim ienro, observación, ere., que el Ejércico y la Marina puedan cable quebrantar resistencias moral~s, romper las estructuras ,0ciales, di-
requerir -según he dicho, estos cienen capacidad para sobrevolar los Alpes, fundir el pánico y el terror, anees que copar contra resistencias materiales
allí donde nuesrro Ejércico pueda combatir y atravesar los mares que nues- más o menos sólidas.
cra Marina pueda recorrer. ¡Qué no puede obtener una Armada Aérea de una determinada capa-
Las unidades de combare, pocenremenre armadas de manera que ob- cidad ofensiva que domine desde el aire y que, por canco, sea capaz de cam-
cengan la máxima intensidad de fuego en rodas las direcciones, podrán ser- par impunemente por codo el cielo enemigo!
vir, a la perfección, para atacar tropas en marcha, columnas de servicios,
trenes en movimiento, ere., mientras que las de bombardeo podrán servir,
magníficamente, para desrruir blancos que inceresen direcramente a las ope- Puede aparecer a algunos paradójico el pensar que la decisión de las
raciones de superficie. guerras futuras podría derivar de golpes asestados contra la moral de la
No hay necesidad de disponer de aparatos de caza, una. vez admitido población, sin embargo, esto es lo que sucedió en la pasada guerra y lo que
que se posee el dominio del aire. sucederá en guerras futuras, con mayor evidencia.
Por lo tanto, la constitución de la Armada Aérea según mis ideas, per- Aparentemente, el éxico de la pasada guerra se debió sólo a las opera-
mite asumir, una vez conquistado el dominio del aire, codos los servicios ciones militares, cuando en realidad se debió a la destrucción de la resis-
aéreos auxiliares posibles e imaginables. tencia moral de los pueblos que fueron vencidos, destrucción de la resisten-
cia moral que derivó de la enorme fricción encre los pueblos en lucha.
El Arma Aérea permite agredir a los pueblos de manera directa más
allá de las líneas de batalla, es decir, permite acacar directamenre la resis-
He querido demoscrar que la Armada Aérea, una vez conquistado el
dominio del aire, puede i;-esponder también a las necesidades dt los servi- tencia· de "los pueblos y no hay nada que impida pensar que esca acción
dos aéreos auxiliares, pero he hecho esca demostración ad abundantian,z. por- directa no pueda alcanzar un_a grandiosidad tal como pari lograr la resis-
téhcia·tnisma, incluso dejando intacr~s sus respectivos ejércicos·y Marina.·
que soy del estricto parecer de que, una vez conquistado el dominio del
¿No depuso las armas un ejército alemán todavía capaz de combatir? ¿No
aire, la Armada Aérea debe actuar de manera independiente, sin perder
se entregó al enemigo una flora casi incacca cuando el pueblo-alemán sintió
el tiempo, ni desperdiciar medios en acciones de importancia secundaria.
que se hundía su voluntad de resistir? · ·
U na vez conquistado el dominio del aire, la Armada Aérea debe tratar
No conviene pensar en lo que la aviación es hoy día, sino en lo que
de ¿casionar al adversario ofensivas de tal magnitud, como para destrozar
su resistencia material y moral. Ahora, si esra finalidad no pudiera alcan- podría ser. Cierro es que si nosotros dijésemos que las actuales potencias
zarse en su coralidad, será conveniente conseguir debilicar, en el máximo aéreas de las distintas naciones podrían decidir las suertes de la guerra,
afirmaríamos algo, no sólo paradójico, sino absurdo por añadidura. Pero
grado posible dicha resistencia material y moral, porque con esto, mejor
eso no quiere decir nada, porque de hecho, las aviaciones acruales no son
. que con ningún otro medio, se facilitarán las operaciones de_l Ej_é.r,cit~ y _de
ahora, lo que deberían ser.
la Marina propia.
Hay que pensar en lo que podría suceder en nuestro país, por ejemplo,
Para obtener dicha finalidad es necesario no desperdiciar los medios si un adversario lograra conquistar el dominio de nuestro cielo y pudiera
propios, sino utilizarlos con el máximo rendimiento. moverse libremente con su Armada Aérea sobre el Piamonce, sobre Lom-
Ahora bien, el máximo rendimiento de las ofensivas aéreas hay que bus- bardía, y sobre Liguria, lanzando sobre los ceneros más sensibles de nues-
carlo más allá del campo de baralfa, allí donde la reacción es siempre menor cras provincias grandes cantidades de material incendiario, explosivo y có-
y donde se encuentran los blancos más sensibles, más vulnerables y de mayor xico. Si se piensa esco, habría que llegar, por necesidad, a la conclusión de
interés, más incluso que en el campo de batalla. Resulta infinicamenre más que la resistencia de nuestras fuerzas de superficie podría resultar direcra-
rentable destruir una estación, una fábrica de pan, un fábrica de material menre despedazada, al disolverse la vida social de escas tres provincias, una
bélico, ametrallar columnas de camiones, trenes en marcha, maestranzas, disolución que sólo exigiría una adecuada cantidad de materiales destruc-
ere., bombardear o ametrallar trincheras. Resulta inmensamente más ren- tivos y de medios aéreos para diseminarlos.

152 153
El perteccionamienro de los medios aéreos y la siempre crecienre efica- ) Ningún otro objetivo. aparre de los dos mencionados er. el punto
c..1 de los materiales desrrucrivos demuesrran, aun admitiendo que hoy no anterior, Jebe ser perseguido, si no se quiere hacer el juego al ·enemigo. ·
sería posible lograr la grandiosidad Je las ofensivas aéreas deseadas, que
cal grandiosidad será posible alcanzarla en un riempo más o menos lejano. 3. El medio para alcanzar los objetivos anteriores no puede ser otro
que el formado por una Armada Aérea independienre y constituida por
una fuerza de unidades de batalla y por una parre proporcional de unida-
des de reconocimienro.
En cualquier caso, existe el hecho de que las ofensivas aéreas poseen 4. La Armada Aérea debe presentar la mayor potencia compatible con
cal eficacia material y moral, como para imponer ya desde hoy una serie los recursos de que se dispone y, en consecuencia, ningún recurso aéreo
de medidas (oculcamienros, movimienros nocturnos, ecc.), que dificultan deberá ser distraído en objetivos secundarios, como puede ser la aviación
la maniobra de las fuerzas de superficie (defensa aérea y anriaérea, etc.), auxiliar, la defensa aérea y la defensa antiaérea.
y que producen una grave dispersión de medios, y codo esto considerando 5. La eficacia de los materiales destrucrivos (explosivos, incendiarios
a la aviación tal y como es hoy día, y no como podría o debería ser. y tóxicos) debe ser aumenrada al máximo, porque, existiendo igualdad en
Nosotros no debemos basarnos en el hecho de que en el extranjero se el resto de las condiciones, la potencia ofensiva de una Armada Aérea es
organicen y se empleen las fuerzas aéreas de un modo muy similar a como proporcional a la eficacia de los materiales descruccivos de que se dispone.
las organizamos y empleamos nosotros. Podría darse el caso de que un even- 6. La aviación civil debe ser organizada y utilizada como complemento
tual adversario nuestro, las organizase y emplease cal y como lo haría yo. de la militar, tendiendo hacia la organización de una potente aviación civil
Y ahora pregunro yo a quien quiera responder con sinceridad, si este capaz de transformarse inmediacarp.ence, en caso de necesidad, en una po-
· eventual adversario -a pesar de no disponer de mayores recursos para su tente aviación militar, y hacia la reducción de ésta a una simple estrucrura
fuerza aérea- no alcanzaría rápidamente la conquista del dominio de nues- para la instrucción y el mando.
. ;- ·. tró cielo, dados nuestros ?-Ctuáles concepros organizativos y de emple9 y dada 7. . La guerra aérea,ho admire la'actirud defensiva, únicanience admite
la 'disposición sobre la superficie de nuestros recursos aéreos, y si,).ma vez fa actitud ofensiva. La Armada Aérea más fuerte en medios de combate
conquistado el dominio de nuestro cielo no podría ocasionarnos, daños, cal · aéreo, deberá actuar sin buscar y siá rehuir el combare; la me:nos fuerte,
vez, irreparables y decisivos. deberá crarar de acruar rehuyendo el combate, Tanto la más fuerte,'como
Si hay alguien que, en conciencia y de manera consciente, puede res- la menos fuerte, deberán estar en condiciones de poder actuar incluso anees
ponderme decididamente que no, yo bajaré las armas y declararé que estoy de que comiencen las hostilidades y, una vez iniciada la acción, las Arma-
equivocado. das Aéreas deberán proseguirla incesantemente y con la máxima violencia,
tratando de atacar los blancos más sensibles, más vulnerables y los más apro-
Pero hasca que no escuche este no, y alguno de los que haya pronuncia-
piados para tener grandes repercusiones sobre la potencia aérea y sobre la
do el no asuma la responsabilidad plena y absoluta, yo no cesaré de indicar
resistencia moral y material del adversario.
el grave peligro existenre y no dejaré de luchar con tódas mis fuerzas hasta
que desaparezca el p~Íigro, e~tendi~ndo que con esto no hago más que cum- 8. U na véz éónqúistadó el dominio del aire, la Armad á Aérea deberá,
plir con mi deber. mediante una accion ininterrumpida y muy violenta contra los objetivos
simados sobre la superficie, tratar de destruir la resistencia material y moral
del adversario.
Recapitulo mis ideas fundamentales para la constitución de nuestra po- 9. La Armada Aérea debe estar organizada de manera que pueda des-
tencia aérea: plegarse con facilidad a través del cerrirorio nacional con el objeto de poder
l. La guerra aérea consiste y finaliza en la conquista del dominio del ser empleada, con el mayor rendimiento, contra cualquier posible enemigo.
aire; una vez conquistado el dominio del aire, las fuerzas aéreas deben fijar- 10. La guerra aérea será desarrollada y decidida, únicamente, por las
se el objetivo de llevar a cabo ofensivas contra la superficie, con ei fin de fuerzas aéreas que se hallen dispuestas en el momento del comienzo de las
acabar con la resistencia moral y material del adversario. hostilidades, porque su desarrollo y su decisión será rapídisima, dada la

154 155
~xtrema violencia con la que habrá que combatirla, canco si es más o menos suticiente un es..:uJo aéreo, bajo cuya protección, se pasaría a h constitu-
tuerce que el aJversario. · ción Je la lanza aérea. Esto equivale a decir, que se admite la posibilidad
11. U na Armada Aérea consciruida con codos los recursos que dispo- de una foerza aérea capaz de proteger de las ofensivas adversarias, nuesca
ne una Nación para sus fuerzas aéreas, formada por una mas.:. de aparacos proJucción de material perfeccionado y de personal especializado, durance
de batalla y por una parce proporcional de aparacos de reconocimiento, que codo el tiempo que sea necesario, hasta que se alcancen las condiciones que
acrúe de un modo decidido y exclusivamente ofensivo, conquistará rápida- nos permitan emprender la ofensiva, aprovechando la ventaja de disponer,
mente el dominio del aire frente a una potencia aérea constituida, formada para el encuentro decisivo, de unos medios realizados con los últimos per-
y que actúe de un modo diferente. feccionamientos de la ciencia y de la industria.
Si en cierra, dada la enorme desproporción de fuerzas necesarias a favor
de la ofensiva para romper las resistencias opuestas de la defensiva bien
organizada, es jusrificable esce concepro del escudo y la lanza, pero este con-
Estoy seguro de que codas estas afirmaciones, a pesar de los razona- cepro no encuentra justificación ninguna en el campo aéreo, donde las armas
mientos concisos de donde se derivan, resultarán aventuradas para muchos. que se emplean no disponen de ninguna aptitud defensiva, presentando
Esto no me afecta demasiado; escoy acostumbrado a que mis afirma- sin embargo, en un grado máximo, los más destacados caracteres ofensivos.
ciones sean calificadas como aventuradas, o incluso peor, ~iempre que no Por desgracia, en la atmósfera no se pueden cavar trincheras, ni colocar
coincidan con las compartidas por la mayoría, lo cual , por ocra parce, no alambradas, ni impedir infiltraciones y, por desgracia, nuestras industrias
ha impedido que las más aventuradas de mis afirmaciones hayan ido, poco aeronáucicas esenciales esrán codas simadas al alcance de las ofensivas aéreas
a poco, siendo aceptadas de común acuerdo. de. nuestros enemigos potenciales más terribles. No digo que haya seguri-
dad, sino ¿qué posibilidad exisce de impedir al enemigo aéreo la descruc-
No me afecta demasiado y,. ni mucho menos me turba, porque rengo , ción de nuestras indusrrias aeronáucicas más esenciaies, durante codo el ciem-
la seguridd absoluta, induso,inacemácica, de que llegará un día, en el que , ·. "'º ·.po .que fuera necesario para preparar una producóón en:grandes,series a
las potencias aéreas de las distintas naciones se ajustarán de un modo pre- base· de una defensa aérea?
ciso a las afirmaciones enul'lciadas por mí anteriormente.,,
Aunque exisciesé dicha pósibilidad ¿podemos suponer que aufance codo
Desde luego, desearía que nosotros fuéramos los primeros en ajustar-
ese ciempo el adversario va a permanecer mano sobre mano, sin cracar de
nos a esce modelo, porque, sin duda, la primera nación que se haga con
conscuir también él las mismas defensas?
una potencia aérea, constituida de un modo lógico y racional, tendrá una
enorme ventaja sobre las demás; pero aunque mi deseo no se viera nunca Todo esco pertenece al reino de la fancasía. La guerra aérea se desarro-
cumplido, mi conciencia no tendrá nada que reprocharme, porque yo he llará y se decidirá, por fuerza, con los medios que exiscan realmente en el
hecho codo lo humanamente posible para que esce fin pueda alcanzarse. momenw del comienzo de las hostilidades. Quien se deje sorprender sin
estar preparado, quien espere el estallido de la guerra para decidirse a ac-
tuar, será irremisiblemente, batido en el aire. ¡Aquel que se sienta más fuer-
ce, buscará la decisión y no acenderá al beneplácito d~l más débÍl, ni per-
Se ha enunciado el siguiente concepto: «A Italia le hace falca una fuerza mitirá que escos trabajos se realicen anee sus narices!
aérea capaz de defender el cielo propio durante codo el tiempo que sea ne- ¡Olvidemos la pasada guerra, por favor! Entonces fue p(,)Sible crear una
cesario, desde el comienzo de las hostilidades, y a la industria le hace falca aviación, comenzando por crear los asencamiencos y los fuodelos pero se
ponerse en condiciones de construir en grandes series los aparatos más per- cracaba de una aviación que nacía, y codos escábamos en igualdad de con-
feccionados (1). diciones. En los conflictos venideros, la aviación será adulta y consciente
Esce concepto transporta al terreno aéreo aquel otro que en el ámbito de su propio valor. Y entonces, será ocra cosa.
terrestre ha sido denominado del escudo y la lanza. Según este criterio, sería

tl) Ver «[Epoca»: Encrevisca con el General Bonzani.

156 157
No hay que prepararse para acruar; hay que acruar. Hace falca que nuesrra
aviación se halle siempre armada del mejor modo. Por ello es necesario que . No existe, ni parece que haya interés por conseguirlo, porque estamos
aferrados a l~ gr~n ~uerra, es decir, a la infancia de la acciór: aérea y no
nuestra industria esté siempre en condiciones de producir los mejores ma-
hay una C(~nc1enc1a formada de que en guerra. ames que ninguna arra cosa,
reriales y de hacerlo en una cantidad superior a las necesidades normales.
es necesano_ estar pr~parados para combatir. Por el contario, por regla ge-
Es por canco de sumo interés -para la defensa nacional- que nuestra neral, se esta convenodo de que en la guerra aérea se pueden hacer muchas
industria aeronáutica se convierta en una gran exportador, porque esro sig- cosas sin verse obligados a combatir, hasta el punto de que la mayoría de
nificaría que produce los mejores materiales y que los produce en una can- los aparatos de guerra son inadecuados para el combare en el aire.
cidad superior a las necesidades propias y, por canco, en una cancidad cal,
como para cubrir con facilidad unas necesidades fuera de lo normal.
Es infinitamente más conveniem:e -para la defensa nacional- poseer
una induscria aeronáutica exporcadora y un menor número de escuadri- Sobre este concepto está basada la aviación de combate en cada una
llas, anees que una industria de cipo medio, obligada, a veces, a reproducir de las distíncas aviaciones y se considera que la acción de carácter más ofen-
materiales extranjeros, incluso un mavor número de escuadrillas armadas sivo puede ser desarrollada fuera del propio combare.
del mejor modo posible. , De hecho, la aviación de bombardeo está dividida generalmente en dos
Por ello resulta de interés para la defensa nacional -interés directo- especia_lidades: de bombardeo diurno y de bombardeo nocrurno; la prime-
que la aviación haga también sacrificios para conseguir obtener con rapi- ra desnnada a actuar rehuyendo el combate gracias a su gran velocida, la
dez una industria aeronáutica capaz de competü; viccoriosamente, con la seguenda, rehuyéndolo también gracias a la oscuridad de la noche.
extranjera. Pero quien pretende rehuir. debe actuar dependiendo de la acción ad-
No es suficiente con los sacrificios de índole económica; es necesario versaria o de circunscacias especiales y, por lo canco, no es libre en sus ac-
que la industria aeronáutica adquiera una seguridad de vida y una seguri- ciones y debe limitar su iniciativa. Pero, por otra parte, ¿cómo se puede
dad de dirección, lo cuaJ, por obvios motivos', no se obcerldrá más que con- actuar de otra!11anera si no ~xiscen los coceptos claros y, en consecuencia,
cretando una dirección aeronáutica segura. fallan los medios para actu'ar venciendo la oposición enemiga, que es la norma
constante de la guerra en cierra y en mar? '
Si cuando la acción de bombardeo, cal y como sucedió durante la gran
Si analizamos la conscirución de las fuerzas aeronáuticas existentes en guerra, limitaba sus objetivos a atacar al enemigo o a reaccionar cuando
los Escados más importantes, nos convenceremos de que en esco siguen vi- recibía un ataque de éste, podía admitirse que las operaciones de bombar-
gentes los mismos criterios que imperaron durante la pasada guerra. deo pudieran llevarse a cabo rehuyendo la acción enemiga, pero en la ac-
tualidad ya no puede admitirse eso, dado que se precenden obtener, me-
Hoy; se habla con frecuencia de guerra aérea. La guerra es lucha, y la
diante bombardeos aéreos, resuirados verdaderamente positivos y de un eie-
lucha es combate. Pues bien, mientras las aviaciones tienen numerosísimos vado orden de magnitud.
cipos de aparatos para objetivos muy distintos, no existe ningún modelo
de combate. Parece que en el aire y desde el aire puede hacerse casi codo, Duram:e la gran guerra se realizaron bombardeos ·nocturnos, es. decir,
menos combatir. a veces un número· limitado de aparatos salieron a lo largo de la noche a
lanzar sus bombas sobre objetivos adversarios.
Existen los cazas. Ya lo sé, pero los cazas no son aparatos de combate,
sino de caza. A pesar de que presenten unas características eminentemente Esto sucedió fundamentalmente en la zona más meridional del frente
ofensivas, se traca de aparatos destinados a una finalidad defensiva. Esco de Isonzo y a través de Piave. En las condiciones actuales, cualquiera que
deriva de su propio origen y además, su escaso radio de acción no permite sea nuestro enemigo, para llevar a cabo acciones de bombardeo deberemos
llevar a cabo operaciones dentro del cerricorio enemigo. partir desde la llanura con fuerzas considerables y atravesar toda la cintura alpina.
alcanzar nuestros objetivos y volver a atravesar toda la cintura alpina. ¿Es posible
El aparato de combate, capaz de imponer al adversario la voluntad pro- hacer todo esto durante la noche? Y, en caso de ser posible, ¿es conveniem:e
pia en el cielo enemigo, no existe ni parece que se rienda hacia él. hacerlo? ¿Qué necesidad hay, si se admite la posibili-dad de im:ervención

158 159
• le la aviación de bombardeo diurno, de consevar la de bombardeo noccur- <le 500 apararos de caza. Evidenremence, la línea A no podrá cumolir sus
110? En codo caso, ,;por qué dividir la fuerza en dos parres, en lugar de agruc órdenes. porgue no conseguirá situarse sobre la línea B sin ser abatidos;
parla en una sola, -lo que facilitaría, sobre codo, la instrucción del personal sin embargo, la línea B, aunque los aparacos de caza no se prestan para
y el abastecimiento de material? la observación se cendrá la posibilidad de observar algo, porque dichos apa-
No hay razón para justificar la presencia, hoy en día, de la aviación racos sí que podrán situarse sobre la línea A. Esto demuestra que en guerra-
'le bombardeo nocturno; ésra exisre, únicamente, porgue durante la guerra -donde lo esencial es combatir- para efectuar un reconocimiento es más
conveniente operar con ametralladoras que con cámaras fotográficas.
hubo bombardeos nocrurnos.

La falta de una idea clara de las finalidades de la aviación independien- Un reconocimienco es una operación de guerra que, corno todas las ope-
te, es decir que la Armada Aérea, conduce a una curiosa formación de ésra. raciones de guerra, se lleva a cabo en contra de los intereses del enemigo
De hecho, incluye generalmente a la aviación de bombardeo diurno, la de y, por consiguiente, el enemigo rracará de impedirlo.
bombardeo nocturno y la de caza. Cuando se habla de Armada Aérea se En consecuencia, para llevar a cabo un reconocimiento aéreo -al igual
espera algo unitario; sin embargo, la Armada Aérea está compuesta, por que para llevar a cabo un reconocimiento terrestre o marícimo- es necesa-
lo general, por tres posibilidades que, por sus características esenciales, no rio, o hallarse en condiciones de hacer frente a la reacción enemiga, o rehuirla.
pueden ir unidas, sino de dos en dos; bombardeo diurno: gran velocidad '
Por canco, las unidades de reconocimienco deberían estar compuestas,
y gran radio de acción; bombardeo nocturno: poca velocidad y gran radio
o por unidades de combate, o por unidades capaces de rehuir el combare,
de acción; caza: gran :velocidad y pequeño radio de acción.
es decir, compuestas por aparacos muy veloces, capace's de eludir la acción
de los cazas.
Al faltar la convicción de que en guerra, lo pr-im~9. que hace falta es
La mayoría de las aviaciones accuales esrán compuestas por unida,qes cener la capacidad_ para combarir, llegamos al hecho de que en los aparatos
de reconocimiento. denominados de guerra, se descuida dicha capacidad~ para acendé!r orra:,;
Por lo que se refiere a esra especialidad, también aquí se observa ~na capacidades de cipo accesorio o secundario. · · ·
influencia predominante del pasado y de la idea de que se pueden llevar
De ahí se deriva el que se hayan creado una gran cantidad de especiali-
a cabo operaciones de guerra sin verse obligados a combatir.
zaciones, lo que fragmenta a las fuerzas aeronáuticas y las disrrae de su ob-
Se considera, por canco, que el aparato de reconocimienco debe poseer jetivo esencial.
codas aquellas caraccerísricas consideradas idóneas para facilitar el recono-
cimiento, encendiéndolo no como una operación de guerra, sino como una
r opé!ración al margen de la lucha. Por consiguiente, se busca una visibilidad
óprima, una velocidad no excesiva, buena disposición de las máquinas fo. Durante las maniobras esto puede ir muy bien, porque en éstas se ens
cográficas, buen funcionamiento de la radio, etc.; se busca, en definitiva, frencan dos mentalidades idénticas, provistas de medios idénticos. Resulta
codo aquello que sería necesario y suficiente para efecruar el reconocimien- evidente que, al no poseer unidades de combare ni en el bando rojo, ni el
to en ciempo de paz, para efectuar alzados topográficos, etc., sin pesar que, azul, no puede haber combate, y cada uno de los bando podrá emplear
en guerra, para poder reconocer al adversario, lo primero que hace falta, sus medios como si el combate no existiese.
es siruarse sobre ésre, y sin tener en cuenta igualmente que si a nosotros Pero en guerra, las cosas pueden presentarse de forma muy distinta.
nos interesa reconocerlo, al adversario le interesa no dejarse reconocer y, Si, frente a una mentalidad que excluye el combate aéreo, se presenta una
por canco, actuará y reaccionará en consecuencia. que pretenda entablar combare basado en la función esencial de las fuerzas
Hagamos una hipótesis: Frente a frente hay dos líneas adversarias, A aéreas y estando convenientemente armada, las cosas cambiarían por com-
y B. La línea A dispone de 500 aparatos de rernnocimiento y la línea B pleto, porgue guíen no se hallase en condiciones de comb-?:rir, no podría,

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ni combarir, ni reconocer, ni bombardear, ni rampoco podrían acruar rodas Pero, hay más. Puesco que debemos esperar que nuestro ejército. rechace
aquellas otras especialidades qu_e lo distraen de su objetivo esencial. al adversario y, puesto que en alca montaña no es fácil encontrar campos
oportunos, mientras nuescro ejército no haya alcanzado la llanura adversa-
ria, será conveniente que nuestra aviación mantenga sus campos sobre nuestra
llanura. Por lo cual, toda ella debe estar en condiciones de poder actuar
sobre la llanura adversaria, parciendo de la nuescra, y después de haber atra-
Cuando se estudia para prepararse para la guerra, hay que parcir siem-
vesado el macizo alpino.
pre de la suposición de que el enemigo, no sólo es hábil y valeroso, al menos
en la misma medida que nosotros, sino que cambién acruará siempre en
la forma menos conveniente para nosotros.
Por lo que se refiere a la guerra aérea, lo que a nosotros nos convendría· El arma aérea, por sus propias características, es aquella que -y en
es que el en1:migo seprove~se de una gran cantidad de medios auxiliares, esto coincidirán codos- en caso de conflicco, entrará en primer lugar en
de defensa, ere., porque, en cal caso, quedarían a su disposición menos me-· juego, inmediatamente, o incluso anees, de la declaración de guerra.
dios de combate y de bombardeo, medios idóneos para obstaculizar nues-
Por canto, el arma aérea debe escar siempre dispuesta para movilizarse
tras acciones aéreas y para provocar graves daños sobre nuestro territorio.
y para desplegarse en orden de batalla.
Puesto que esto sería lo más convenienre para nosotros, hay que supo- Movilizarse significa hacerse móviles, es decir, capaces de crasladarse
ner que suceda jusro lo contrario, es decir, que el adversario dedique codos desde las posiciones de tiempo de paz y de vivir y acrua:r con medios pro-
sus recursos a abastecerse de medios de combate y de bombardeo y, en con-
secuencia, habrá que armarse comando como base la hipótesis peor, por- pios, de un modo autónomo. ·
que de este modo, nos encontraremos armados de una forma que nos per- Desplegarse en orden de batalla significa asumir aquella posición que
mita afrontar la hipótesis peor y, con mayores motivos, podremos hacer frente sea más conveníe~_i::e para actuar contra el adversario; para. la aviación in-
a otra hipótesis más favorable. dependientela posición más adecuada para.el desarrollo de las. acEjones
aéreas que se tiene intención de llevar a cabo; par la avición auxiliar, la
posición más adecuada para el desarrollo de las acciones aéreas auxjliares
en relación a la posición del ejército o la posición de la flora.
Cualquiera que sea nuestro adversario, nosotros lo encontraremos en Nati.iralmence, el despliegue varía según la hipótesis de guerra que se
la alca montaña, en las proximidades inmediatas de la frontera, y en la alca come en consideración, pero, para cualquier hipótesis, debe determinarse
montaña, tendrá que combatir nuestro ejército larga y ásperamente. con exaccirud, a fin de que cada uno sepa llegado el caso, hacia donde diri-
Por eso, nuestra aviación auxiliar deberá actuar sobre el macizo alpino girse. Por ello, codas las unidades de la aviación militar deben hallarse siempre
y esrar en condiciones de actuar sobre las zonas más elevadas de dicho ma- Jiscas para movilizarse inmediatamente y par trasladarse inmediatamente hacia
cizo, suponiendo que éste fuera ocupado por el adversario. Se puede afir- la localidad que le haya sido designada en el despliegue general de b_acaµa
mar, por tanto, que dicha aviación debe ser capaz de maniobrar sobre un • para una décerminada. hipótesis de .guerra.
territorio situado a 3.000 m. de altura; es decir, a una altura de vuelo míni- ·-· .... \ .

ma de 5.000-6.000 m. A su vez, la aviación independiente tendrá que diri- ... . * * *


gir sus ofensivas hacia los puntos importantes del territorio enemigo, por
lo que se verá obligada a atravesar el macizo alpino, con plena carga de Para que una unidad aérea pueda movilizarse inmediatamente, hace falca
guerra, para atacar la zona supuestamente ocupada por el adversario. que se halle permanencemence provista de codos aquellos medios que le
Escas son las condiciones especiales, aunque esenciales, que se impo- son indispensables para vivir y para actuar de un modo aurónomo durante
nen para nuestra aviación de guerra y que imponen unas características codo el tiempo que sea necesario, una vez efectuado el despliegue en orden
especiales y esenciales del armamento que, si no son satisfechas, anularían · deJ~ac_ª1.la, para establecer una corriente regular y continua de abastecimientos
su valor. entre la unidad aérea y los órganos simados detrás.

163
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El conjunro Je estos meJios pueJe llamarse carga de movilizacion y debe
et!mprenJer: elemenros Je repuesco Je los aparacos y mocore~. medios para He mencionado el despliegue en orden de batalla según las Jiscincas
ete~cuar pequeñas reparaciones, materiales Je consumo, refugios para el ma- hipótesis de guerra. Es decir, las unidades aéreas deben dispenerse y res-
tenal y el personal, armas y municiones, dotaciones carrográficas, materia- ponder a una necesidad primordial; pero, para que dicha necesidad pueda
les de equ_ipamienco, ere.; dicha carga debe estar concinuamence al comple- ser satisfecha al referirse a una pocence fuerza aérea que debe ser empleada
co,_ es_ decir, en tiempo de paz estará al compleco de estos materiales, con inmediatamente, será necesario.. sobre codo, escudiar cada una de las hipó-
pnondad sobre los que componen la carga de ejercicio. tesis de guerra, en relación a los objetivos de la acción aérea y de la disposi-
ción terrestre y marítima, para dererminar la posición más conveniente para
Puesto que resulca evidente que es necesario colocarse en las mejores las unidades aéreas, es decir, habrá que definir, materialmente, para cada
condiciones y, por canto, parcir armados con los aparatos al máximo de una de éstas, el punto al que deberá trasladarse, y, dada la naturaleza de
su eficacia, la unidad deberá poseer en tiempo de paz una cantidad de apa- nuesrros terrenos que escán cultivados incensamenre, disponer que los campos
ratos y de morores superior a los que va a movilizar, porque esros deben seleccionados puedan ser adaptados inmediatamente como campos de des-
mantenerse conscancemenre en plena y completa eficacia. pegue y aterrizaje.

Para establecer el despliegue de acuerdo con el orden de batalla estable-


cido y para poder hacer variaciones posteriores en ese despliegue, hace falta He mencionado el problema de los abastecimientos. Para que las fuer-
q~~ todo aquello que no pueda trasladarse con medios aéreos, renga posi- zas aéreas puedan mantener su eficiencia durante la lucha, es necesario que
b~lidade~ de ser trasladado de algúna ocra manera y esto, por lo general, dispongan de abastecimientos de roda naruraleza. Para dar una idea de la
solo sera posible efeccuando el cransporre mediante camiones.
carga de trabajo que ello exige, baste recordar que durante la pasada gue-
·... Por consiguiente, la unidad aérea Qo.sólo debe poseer una carga de mo- rra quedó demostrado que para_ mancer:ier en servicio 100_ aparatos es nece-
._t!_ilización, aparre de una carga de ejercicio. sino también medios automovilísticos sario disponer de 300 y que la indusma se halle en cond1c1ones de produ-
. para el transporte de codo aquelo que .no pueda ser trasladado en ~{.1elo: cir un centenar al mes .
sólo enestas condiciones la unidad aérea podrá ser movilizada,_ desplegad~ . En los c~nflicros fururos, dado queJ.1-s foetzas aéreas serán ~Jn.p_!eadas
y empleadá, en caso de guerra.
con mayor intensidad que en la pasada guerra, es posible que él abasteci-
Necesariamence, las unidades aéreas deberá.11' trasladarse, en caso de gue- miento exija una carga de trabajo mayor.
r~, a c~pos improvisados, evitando aglomeraciones, enmascarándose lo La potencia real de una fuerza aérea depende, por tanto, _de una gran
mas posible, manteniéndose siempre dispuestas para cambiar su emplaza- cantidad de factores, de los cuales, ninguno puede ser reducido a cero, y
miento en cuanto hayan sido identificadas por el adversario, por lo que por este motivo, cuando se desee juzgar el valor real de una fue~za aérea,
deberár, ser autónomas y móviles.
será necesario rener en cuenca codos los facrores que la derermman.
_ .. Los grandes campos estables próximos a las fronteras deberán ser eva- El númeró de aparatos que una aviación mili car es capaz de hacer yolar
. cuados hacia el interior, para que el material que estos contienen no-pueda-. es . en sí, muy poco significativo -respecto a la potencia de. esta aviación,
ser destruido con facilidad por el enemigo. ·
p~rque, desde el punto de vista militar, el vuelo no _es un o_bjecivo, -sino ~n ·
Hay que convencerse de que el problema de la potencia aérea es muy medio para llevar a cabo acciones de guerra a ~ra:ves del ~re, es necesano
complejo y no se limita a la producción de un cierro número de aparatos que los medios aéreos sean adecuados a los ob1envos, esten agrupados en
y de una cierra cantidad de personal navegante. unidades orgánicas, armados de forma conveniente, adiestrados para la lucha
Para que esta arma, cuya eficacia puede resultar formidable, pueda ac- aérea, que resulten fácilmente utilizables, que sean móviles, etc., y que ~odo
tuar, es necesario que se vean cumplidas una serie de condiciones, rodas esté armónicamente coordinado para la realidad efectiva de la guerra aerea.
ellas unidas entre sí, de manera que si falcase una sola de ellas, la acción
global resultaría, si no anulada, sí al menos considerablemente afectada.

164
165
Sin embargo, incluso hoy, el que pretenda demostrar coda la importan-
cia que puede asumir, en un eventual. conflicto, la acción de una Armada
Aérea, oirá que le llaman visionario. Se admite que el enemigo pueda obli-
garnos a desalojar las ciudades, mediante ofensivas aéreas, pero no se ad-
mite que este hecho pueda pesar gravemente sobre el resulcado de la gue-
rra, corno si un ejérciro destacado en los Alpes no se resintiese para nada,
por ejemplo, del desalojo de Milán, Turín y Génova, como si el abandono
de una ciudad fuera equiparable al abandono de un apartamento. Se admi-
te que mediante una ofensiva aérea se puede paralizar la producción in-
dustrial, y se considera que este pequeño inconveniente puede solucionar-
se, trasladando algunas fábricas a zonas más alejadas, como si en guerra
CONCLUSION no hiciese falta que las fábricas intensificarán su producción. Se declara
paradójico que una guerra pueda ser decidida por el resquebrajamiento
Considero que hoy día es difícil que haya alguien que siga consideran- de la resistencia moral de un pueblo; sin embargo, la gran guerra no está
do que el problema de la aviación es de importancia secundaria. El medio aún demasiado lejos, y no fue decidida, sino por el resquebrajamiento de
aéreo se consolida cada día más, sus radios de acción van aumentando, su las resistencias morales de los pueblos, los ejércitos salieron en desbandada
capacidad de transporte se acrecienta, y la eficacia de los materiales des- o se dejaron desarmar, entregándose las flotas intactas al enemigo.
tructivos aumenta concinuamente. La disgregación de la resistencia de las naciones, conseguida durante
Dada nuescra situación geográfico-política, todo nuestro cerritorio y todo la gran guerra por vía indirecta mediante la acción de los ejérciros y de
nuestro mar se hallan sujecos a posibles ofensivas aéreas adversarias, que las arin~clas, será conseguida en las guerras futuras de forma directa me-.
partan de bases· cerrestres; .por lo q.ue pueden presentarse en grandes .can- diapce la :icción de las armas aéreas:Ahí reside, precisamente, la diferencia
tid,ades. . - ,. entre las ·guerras del pasado y las del· futuro. ·
El arco de los Alpes abraza nuescras provincias más ricas y más·indus- En cuanto al logro .de la viccoda,. q:ndrá, sin duda, mayor influenciá
triales, y todas pueden ser alcanzadas por las ofensivas aéreas procedentes un bombardeo aéreo gue obligue a desalojar una ciudad de varios centen~-
de enemigos situados en la vertiente opuesta y los estrechos mares que nos res de millares de habitantes, que una batalla del estilo de las muchas que
circundan, no sirven de protección contra los ataques aéreos procedentes se libraron durante la gran guerra sin resultados de_¿;:_alor apreciable.
de las costas enemigas. U na nación que, habiendo perdido el dominio del aire, se halle expues-
Nuestra producción industrial excesivamente agrupada, los grandes cen- ta, sin posibilidad de reaccionar con una cierra eficacia, a las ofensivas aéreas
tros de población expuescos, la facilidad con la qué pueden ser interrumpi- repetidas e incesantes, que afecren a sus elementos mis delicados y más
das nuestras comunicacíones· ferroviarias más importantes, ·la misma in- -sensibles, por mucho que hagan las fuerzas de cierra y de mar; deberá lle-
. -:~en~idad de Utilizacion de. mi estros· recursos hidráulicos, todo ello ñós colo- gar necesariamente a la convicción de que todo es inútil y que.coda espe-.
ca en condiciones de cerner, más que ninguna otra nación, las Ófensivas aéreas. ranza es vana. Esca convicción es la derrota.
La barrera de los Alpes, si por un lado, nos permite cerrar con facilidad Pero, aun admitiendo que el dominio-del aire ejercitado con fuerzas ade-
las puertas de nuestra casa, por otro, al tener un terreno difícil y disponer cuadas, no pueda, independientemente del resto de las circunstancias, de-
de pocas carreteras que lo recorran, facilita la acción de un adversario, con- terminar la derrota del ad','.eciario, es indiscutible que el dominio del aire
venientemente armado en el aire, para poder aislar a nuestras fuerzas ce- puede aportar daños-.m~iales y morales muy graves para el enemigo, con-
rresrres que accúen en la alta montaña, de sus bases en la llanura. tribuyendo eficazmente a su derrota.
Si se piensa seriamente en codo esto, hay que admitir por fuerza que, Por canco, independientemente del valor que se quiera dar al dominio
para Italia, es condición indispensable para su seguridad el dominar el cielo del aire, es de suma importancia que nosotros nos situemos en condiciones
propio. de dominar el cielo, bajo cualquier circunstancia.

166 167
El Ejército y la Marina tienen el máximo interés en que la aviación con- Jer.in al mundo, técnicos geniales y maestros de artesanos, una posICIOn
quiste el dominio del aire, porque rodas sus acciones resultarían gravemen- geográfica única y un gobierno que sabe desear con fuerza y pu<!de aquello
te perturbadas por un adversario que dominase el aire. que desea.
Incluso ahora -a pesar de no existir un convencimienro pleno del valor Es necesario dedicarse un trabajo intenso y silencioso con la firme in-
del arma aérea- las fuerzas terrestres y marírimas sienten la necesidad de tención de colocarnos a la cabeza y dominar.
adoptar medidas especiales para protegerse de las ofensivas y de los reco- Ahora, la aviación ha perdido ya su primitivo carácter, diríamos casi
nocimientos aéreos. El solo hecho de que sea posible volar y de que, volan- deportivo, y ha entrado en el período profundamente activo. Si anees la fi-
do, se puedan llevar a cabo operaciones de guerra, debe provocar necesa- nalidad se concretaba en volar, hoy se concreta en volar para hacer algo;
riamente modificaciones en el modo de combatir en tierra y en mar, sobre para acortar los grandes recorridos y para disminuir las grandes distancias
codo, en lo que se refiere a proporcionar medios para sobrevivir y actuar en tiempos de paz, así como para combatir en guerra. Es necesario, por
a las fuerzas rerrescres y maritimas. tanto, que enrremo.~ con decisión en este segundo período, tratando de hacer,
Un sólo ejemplo: hoy día ya no es posible concebir un depósiro de nafra volando, las cosas mejor que los demás.
a cielo descubierto. Roma 1926
Por consiguiente, es necesario decidirse a considerar seriamente el fac- Nora.- Por diversas causas, desde la entrega del manuscriro hasta
cor aéreo en sí mismo, y en las repercusiones sobre las fuerzas armadas de ia edición de este libro, ha transcurrido casi un año. Durante esce
tierra y de mar, así como sobre codo el contexto civil del país. año se han puesro en servicio, en diferentes naciones, apararos de
2.000 HP, y se encuentran en estudio y en construcción aparatos
Pero, si nosotros somos capaces de dominar nuestro cielo, auromárica-
de 6.000 HP. Estos son los medios idóneos para realizar los apara-
mente, seremos capaces de dominar el cielo mediterráneo, es decir, de con-
ros de batalla -iguales a las naves de baralla- y las auténticas Ar-
t:rolar realmente este mar, que, si pretendiésemos crear un impeh0; deberá
madas Aéreas, de acuerdo a los conceptos expuesros pC>r mí.
ser nuestro.
Por ello, la Armada Aérea debe converrirse en la más sólida coraza de · Frente a esros apararas formidables, potentemente armados y blin-
dados, con un radio de acción tal como para permitir la cravesía
Italia, y en la espada .~ás afilada, de su futuro.
de los oceános, capaces de transportar, cada)urio, una carga de bom-
En la actualidad, como las ideas se hallan en un estado embrionario, bas suficiente como para descruir una ciudád, ¿es posible seguir man-
la primera nación que sepa encauzarlas hacia la vía adecuada, será la que reqiendo los conceptos de empleo que prevalecieron durante la gran
goce de una gran ventaja respecto a las otras. guerra?
Con el tiempo y con la experiencia, las Armadas Aéreas de las distintas Cien aparatos de 6.000 HP ~ n lo mismo que una dread-
naciones llegarán a asumir una forma similar, como ha ocurrido con los nought, pero una nación que, há:biendo ~nquisrado el dominio del
ejércitos y las marinas. Hoy puede prevalecer la genialidad, entonces preva- aire, sea capaz de manrener operativos, no cien, sino cincuenta o
lecerá la calidad. veinte de estos apárarqs,_hgbrii: vencic:lo defini~ivar:nent:e, porque es-
Hoy, Italia, al ser ~~no;· rica que otras naciones, puede formar una Ar- tará en condiciones· de destruir, en menos de una semana, roda la
mada Aérea capaz de imponerse a cualquier orra, gracias al genio de sus estructura social de la nación adversaria, por mucho que hagan el ejér-
hombres. cito y la marina de dicha nación. Frente a este estado de cosas ¿es posi-
ble no admitir que se ha producido una revolución radical; es posi-
Hace años que insisto en esta idea y ahora vuelvo sobre ella con plena
ble no admitir la afirmación que constituye la base de esre libro,
seguridad de cumplir con mi deber de ciudadano y de contribuir con mi es decir, «El dominio del· aire» es condición necesaria y suficiente
sana colaboración en un período en el que el Gobierno pretende conducir para la «Victoria».
a Italia hacia su mera luminosa.
Roma 1927
Nosotros disponemos de todos los elementos necesarios para constituir
una potencia aérea soberbia: temples magníficos de voladores que sorpren-

168
EPILOGO
LAS AVIACIONES AlJXILlARES

Contra mi afirmación en la que declaraba superfluas, inútiles y perju-


diciales a las aviaciones auxiliares, mis oponences se limitaron a realzar la
imporrnncia del apoyo aéreo en el desarrolio de las operaciones terrestres
y marítimas, finalizando con la necesidad indiscutible de conservarle, desa-
rrollarle y aumentarle.
En el reciente artículo «Por la aviación naval» de Beca (pseudónimo de
una aleo cargo naval), examina la importancia de la aviación embarcada
presencando un cuadro de las necesidades principales de apoyo aéreo por
parte de una fuerza naval que actúa en el Mediterráneo, desde el momenco
que abandona su puesto. Estas necesidades, según el autor, serían las si-
guientes:
l. Escolca contra sumergibles.
2. Defensa aérea.
3. Reconocimienco.
4. Cooperación táctica.
A continuación, el autor califica de «indispensable?> el disponer de naves
porcaaeronaves.
Cualquiera que lea ese breve artículo debe sacar en conclusión que el
autor se halla en lo cierro; como, por otra parce, escán en lo cierto codos
aquellos otros egregios escritores militares y civiles que sostienen que canco
un Ejército como una Marina que no posean aviación auxiliar se encuen-
tran en condiciones muy desventajosas frente a un ejército y a una marina
que sí la posean. De esto estoy tan convencido que me cabe el honor de
haber promulgado en 1913, como Comandance del Batallón de Aviadores,
las primeras «Normas para el empleo de los aviones en guerra», y esto ocu-
rrió en un tiempo en el que el avión estaba can desprestigiado que fue obli-
gado, por orden de la División de Escado Mayor del Ministerio de la Gue-

173
rra, a suprimir de dichas normas la palabra «arma» en todas las ocasiones no puede coexistir más que con una Armada Aérea predominante o vic-
en las que esa palabra se refería al avión. conosa.
Es cierto que si se enfrentan dos Ejércitos y dos Marinas, y uno solo Si se intenta aprovechar las vetajas que, indiscutiblemente, puede pro-
de ellos está provisto de aviación auxiliar, el que no la posea estará en infe- porcionar el apoyo aéreo; es pues necesario dominar o ser victorioso en
rioridad de condiciones. Toda insistencia en probar esro hoy; es superfluo; el campo aéreo. Por ello es, ante codo, necesario que la Armada Aérea pueda
hasta las piedras están convencidas de ello. dominar o vencer, lo más fácilmente posible, evitando todo desperdicio de
Lo malo es que no es posible considerar a dos Ejércitos o a dos Mari- fuerzas y renunciando a las aviaciones auxiliares. En resumen la renuncia
nas, actuando en el espacio, de manera aislada. Aquí no se traca de juzgar a las aviaciones auxiliares es el mejor medio para aprovechar las ventajas
el valor del arma aérea en el campo terrestre ni en el marícimo, sino de que ellas pueden proporcionar.
juzgar el valor del arma del espacio en el ámbito total de la guerra. Existen
Esco puede parecer un juego de palabras, pero no lo es. Si consigo aumen-
dos puntos de vista totalmente diferentes.
tar la fuerza de mi Armada Aérea, renunciando a las aviaciones auxiliares,
Cuando el arma aérea era juzgada idónea «únicamente» para prestar para que sea capaz de aventajar a la enemiga, estaré en condiciones, no
servicios auxiliares a las operaciones terrestres y marícimas, y cuando se sólo de destruir a la aviación auxiliar del enemigo, sino de emplear los me-
pensaba que las únicas acciones aéreas posibles serían las auxiliares, era dios aéreos al servicio directo del Ejército y de la Marina, medios que no
lógico pensar como piensan mis ilustres oponentes. Hoy en día, la Armada enc<1ntrarán oposición alguna al llevar a cabo sus acciones. Pero si reduzco
Aérea existe, tiene vida, y para volar o no volar hay que tenerla en cuenca. la p<1tencia de la Armada Aérea, al no renunciar a las aviaciones auxiliares,
Por encima de los Ejércitos y de las Marinas, se mueven y actuan las Arma- y resulta dominada por la adversaria, mis aviaciones auxiliares resultarán
das Aéreas y escas impon:antes fuerzas aéreas coinciden en la misma zona descmidas o imposibilitadas para realizar ningún servicio beneficioso.
que las aviaciones auxiliares. No se puede razonar haciendo abstracción
de las Armadas Aéreas, como si en el cielo que existe encima de los Ejérci- Es por ello por lo que las aviaciones auxiliares, mientras son de un gran
tos y de las Marinas no pudiese acruar nada más que las aviaciones auxilia- valor si se consideran las operaciones terrestres y marícimas aisladamente
res. Muy al concarario; es preciso ver si es posible la cÓexiscencia de las y persiguiendo objetivos de forma separada, se transforman en superfluas,
Armadas Aéreas y las aviaciones auxiliares en la misma zona'. inútiles y perjudiciales si se tiene ih·cuenta el conjunto de la guerra, donde
actúan simultánea.menee el Ejército, la Marina y la Armada Aérea.
Las aviaciones auxiliares pueden tener un valor muy grande para las
operacione~ que se desarrollan en la superficie, pero este valor se anula por Imaginemos dos Ejércitos enfrencados en un ceacro de operaciones flan-
completo s1 las aviaciones auxiliares no pueden coexistir con las Armadas queados por el mar. Está claro que a cales Ejércitos podrían proporcionar
Aéreas; en consecuencia, las aviaciones auxiliares son superfluas, inútiles importantes servicios los medios marícimos auxiliares, capaces de facilitar
y perjudiciales. e incegrar las acciones terrestres que tienen lugar a lo largo de la costa. Pero,
En la lucha que se produzca entre las Armadas Aéreas opuestas, forzo- para imaginar la posibilidad de la existencia de estos medios auxiliares ma-
samente, conforme se vaya desarrollando la lucha, una de las dos terminará rícimos. haría falta admitir la no existencia de la Marina de guerra. Puesto
por tener ventaja sobre la otra. Por esto,· ¿es posible imaginar que la Arma- que las Marina de guerra existen, éstas no tienen medios marítimos auxiliares.
da_ Aérea pre~omínance _p~rmitirá a las aviaciones enemigas actuar a su ca- Esto no impide que un Ejército actuando sobre ia cosca o a una distan-
pncho, especialmente s1 escas pueden producir grandes daños? Evidente-
cia corca de ella pueda ser auxiliado por medios marícimos, en la medida
mente no. O bien las aviaciones auxiliares enemigas no tienen ninguna in-
que su Marina domine a la adversaria.
fluencia en la marcha de la guerra, y entonces pueden quedar libres para
consumir gasolina, o por el contrario, tendrán una cierra influencia, y en Lo mismo sucede en los casos entre la superficie y la atmósfera. Desde
ese caso nada podrá impedir a la Armada Aérea dominante el atacarlas el momento en el que surgieron las Armadas Aéreas, cesó la posibilidad
y destruirlas, dado que las aviaciones auxiliares, por su propia naturaleza, de la existencia de las aviaciones auxiliares. El único apoyo aéreo que el
no están hechas para combatir. Para emplear la aviación auxiliar es necesa- Ejército y la Marina pueden obtener es el que pueda proporcionar su pro-
rio que la Armada Aérea propia sea predominante. La aviación auxiliar pia Armada Aérea dominante yvictoriosa. Está pues directamente relacio-

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nado con el Ejército y la Marina por lo que esros deberían renunciar a las
aviaciones auxiliares. y. por eso, debería disponer de fuerzas aéreas embarcadas, superiores a la
Je la Armada Aérea enemiga, lo que no es posible.
Todo lo que el auror del mencionado artículo pretende justificar como
las necesidades principales de apoyo aéreo a una fuerza naval nuestra ac-
Es necesario pues que todos aquellos que llevan a cabo acciones rerres- ruando en el Mediterráneo, se refiere únicamente a aquellas condiciones
rres y marítimas de una cierra importancia no olviden que, tanto sobre la en que el cielo mediterráneo esté vedado a rodo el mundo excepto a las.
rierra como sobre el mar, existe el cielo. Cuando sólo volaban por el cielo aviaciones marítimas, embarcadas o no.
las golondrinas y los albatros, era líciro considerar las operaciones rerres- Pero esto, en el Mediterráneo, no se puede ~dmitir. Sobre este gran lago,
rres y marírimas de forma aislada, debido a que, salvo casos excepcionales, las Armadas Aéreas pueden acruar a su capricho, ramo contra las bases
los dos teatros de guerra eran independientes. Ahora, hasta cierro punro, navales, como contra las fuerzas navales móviles, los puertos de atraque y
las operaciones rerrestres pueden considerarse independientes de las marí- las líneas de tráfico.
timas y viceversa, pero ninguna de ambas puede considerarse independienre
de las operaciones aéreas. Desde el cielo se puede actuar ramo contra la Ame un predominio aéreo así, las fuerzas ?avales ?el Medi~erráneo ?º
tierra como contra el mar, mienrras que al conrrario es imposible, por lo pueden desvincularse de su propia Armada Aerea y, solo despues de la vic-
ramo hay que llegar a la conclusión de que sólo las operaciones aéreas pue- toria, pueden contar con el apoyo aéreo que tendría un gran valor, dado
den considerarse independientes de las otras. que el adversario estaría desprotegido.

Este hecho innegable, no se riene en cuenra, quizás por que falta aún Lo que sostiene el referido autor se refiere a fuerzas navales actuando
una tradición histórica, y se siguen considerando a las acciones terrestres en zonas marinas sobre las que las Armadas Aéreas no pueden actuar. Esras
y marítimas como aisladas en el espacio y en el tiempo, o bien llevadas zonas marírimas sólo se pueden encontrar en pleno océ:no. Esto af~cr~ a
a.cabo en teatros cerrados; además sólo se rienen en cuenta los medios aéreos las fuerzas navales inglesas, amerié:anas_o japo_nesas, qu~ a~ru.~ en el Atlannco
. auxiliares que en ese teatro cerrado pudieran aquar. 0 en el Pacífico;·pero rambién, para estas nene sus hm1tac10nes ya que se
cúmplirá mientras que se mante~~an a la distanci~ ?ebida de la~ cosras
· Esto significa esrar fuera de·· la realidad.
· ·
enemigas. Dentro .del radio de acClbn de la .Armada Aerea ac:lversana,
, d ,estas
d
En el artículo «Por lá aviación naval», el auror se propo~e investigar fuerzas navales deben tener én cuenca a d1eha Armada Aerea, ª., e~as e
«el cuadro de las necesidades principales de apoyo aéreo en favor de una las aviaciones embarcadas enemigas. Esto demuestra que cambien en los
fuerza naval actuando en el Mediterráneo, desde el momenro en que aban- océanos las Armadas Aéreas tienen un valor bélico considerable.
dona su base».
Como yo me preocupo fundamen~almente de nuestro cas~, y p~esto qu~
Hay que comenzar por admitir, implícitamente, la seguridad de la base escamos simados en sentido perpendicular al gran lago med1terraneo, sos
de partida de la fuerza naval, puesto que una base insegura no es una base. rengo que nuestra Marina debe tener el máximo _interés en que nu~scra Ar-
Pero tal seguridad no puede existir hasta que la Armada Aérea adversaria mada Aérea esté en condiciones de poder domma~ a la adversar;ª y que
no haya sido _eliminada hasta el punto que no pdeda .realizar acciones de en su propio beneficio debe renunciar a :en~r medios de apoyo aereo, _con
entidad apreciable. Mientras que la Armada Aérea adversaria se mantenga el fin de poder ápr'ovetharse de las venraJas rnnegabres que 1~ aporrana el.
operativa, para poder proporcionar seguridad a la base naval es necesario hecho de qué nuestra Armada Aérea domine a fa
adversana.
disponer para su defensa de una fuerza aérea al menos igual a la adversa-
ria. Puesto que las bases pueden ser más de una, a menos que el enemigo
posea unas fuerzas aéreas mucho más pequeñas, no será posible asignar
para la defensa de cada base una fuerza aérea igual a la de la Armada Aérea He preguntado muchas veces a los que no están de acuerdo c_on1:11igo
enemiga. y que pertenecen al Ejército y a la Marina qu_e me res??º~ªº a la s1gu1e?te
pregunta: ¿En qué condiciones se encon~r~nan u~ EJerc~to y una ~arma
Por otra parte, mientras que la Armada Aérea enemiga se mantenga que tuviesen que acruar cuando el dom1010 del aire esta en poses10n del
operativa, la fuerza naval que acrúe en el Mediterráneo puede ser atacada adversario?
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A esra pregunta nunca se me ha respondido de forma categórica. Com- Todo puede ocurrir en esce mundo. Pero si esco sucediera, d dominio
prendo perfecramence que es difícil dar una respuesta por parce de aqué- del aire no haría más que pasar de una parte a la otra.
llos que pretenden hacer abstracción de las Armadas Aéreas. Pero, por otra Puede ocurrir esro, como puede ocurrir que el que es derrocado en cie-
parte, es preciso responder porque el caso planteado en esa pregunta puede rra pueda formar un nuevo Ejército capaz de vencer al que anees fue vence-
darse tanto más fácilmente cuanto que la Armada Aérea gasee sus energías dor; puede ocurrir cambién que el que es derrocado en mar logre formar
en ayudar a las aviaciones auxiliares. una nueva flora capaz, etc., etc. Pero es difícil que rodo esto ocurra, canec-
Algunos pretenden coger el toro por los cuernos diciendo que en el aire en cierra como en el mar; y aquí lo que interesa no son los casos excepcio-
no se puede vencer ni perder. Otros se agarran desesperadamente al signifi- nales sino los normales.
cado filológico de la expresión «dominio del aire». _ En lo que respecta al campo aéreo, anee una derrota, las posibilidades
Fui obligado a explicar larga y repetidamente lo que intentaba decir de volver a formar una Armada Aérea capaz de dar la vuelta a la sicuación,
con esca expresión y ruve que jurar que para mí, «dominar el aire» no sig- se basa en las suposiciones de _que la Armada Aérea victoriosa es lo sufi-
nificaba impedir que ni siquiera las moscas enemigas vuelen, sino que sig- cienremente cortés como para no impedir esa formación de las nuevas fuerzas
nificaba simplemente lograr que el adversario no esté en condiciones de aéreas enemigas y can ingenua como para no aumentar sus propias fuerzas
llevar a cabo acciones aéreas de una apreciable entidad. Declaré también al menos en la misma proporción que lo hace el enemigo. Escas suposicio-
que por mi parce no tendría ningún inconvenienre en aceptar otra termi- nes, en guerra, son difíciles de admitir.
nología que pudiera parecer más apropiada como «predominio, preponde-
rancia o supremacía aérea», siempre y cuando tuviesen idéntico significa-
do al propuesto por mí. El Capitán de Fragata Fioravanzo (el artículo cicado anteriormente)
Pero me revelé decididamente contra aquellos que sostenían que la lucha escribe:
aérea no puede vencerse· ni perderse. Esto significaba no tener el más míni- «En cal hipótesis (o sea, en la hipótesis de que el enemigo, por inferiori-
mo sentido común. La lucha aérea es similar a la terrestre, a la marícima dad de medios, por falta de coraje político, o por e:icesivó temor, no incen-
y a cualqurer ócra qu/se pO:eda imaginar. Toda lucha, por su propia natu- . rase correr el riesgo de la hacálla) el dominio del aire pertenecía al más fuerce,
raleza, debe pot fuerza cern:i,inar con un vencido y un vencedor; puesto que pero siempre estaría amenazado, al menos pocencialmeni:e, por el hecho de
de otra forma 110 sería lucha. Las fuerzas Aéreas son si~ilares a las otras que ias fuerzas aéreas enem!~as existe~; y si el má~ ~~bil no qu~ere c?~rer
fuérzas; del confroncamienco de fuerzas opuestas sólo puede derivarse una el riesgo de una batalla dec1S1va, podna resultar dificil conseguirlo s1 este
victoriosa y una derrocada. Escas afirmaciones están basadas únicamente cuviese una defensa local activa y pasiva bien organizada, tuviese hangares
en el sentido común que la naturaleza ha dado a codos los hombres. subterráneos o en gruras, de manera que no fuese posible sacar a esas fuer-
Muchos se limitaron a decir que el dominio del aire (o la supremacía, za~ aéreas_ de su~ escondr9_?s,..ni~udiese atacar sus ceneros demográficos
o el predominio) no puede realizarse más que de furma local y temporalmente. e mdusrr1ales sm graves nesgos.» -
Con el paso del tiempo, podría ocurrir que las fuerzas aéreas victorio-
¿Y por qué no siempre, Dios mío? Si existe un campo en el que es diñ-
sas al principio, fu.eran reduciéndose poco a poco debido al ínevitable ~es- · ·
. • cil la fijación a unos límites determinados, este es precisamente el aéreo;
gaste y a las pérdidas, hasta el punto que sean inferiores a sus adversanas;
¿Qué razón puede hacer que el dominio del aire sea temporal? entonces, si escas últimas han accuado consciencemenre, la situación se puede
Si la Armada Aérea que yo propugno reduce al adversario a cales con- invertir».
diciones que no pueden realizar acciones aéreas de apreciable entidad, su «Entonces se producirá la batalla.»
dominio tendrá carácter general y duradero, mientras que el adversario per-
«Tal y como ocurre en la guerra naval.»
manezca en esas condiciones.
Para llegar a la conclusión de «tal y como», el autor tiene que admitir
Esto lo comprenden mis oponentes, pero para defender su afirmación
que son también idénticas las condiciones en las que se desarrollan las dos
de temporaneo, dicen que quien es derrocado en el aire puede volver a cons-
luchas; la marítima y la aérea.
truir una Armada Aérea y cambiar la situación.

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Pero esto no es a.sí. En el mar es, no sólo posible, sino fácil el oculrar A concinuación, escribe el aucor: «Parece, sin embargo, que e1 caso nor-
a las fuerzas propias Je manera que le sea imposible al adversario no sólo mal será una confroncación permanence de las fuerzas concrapuestas y que
hoscigarlas sino ni siquiera afeccarlas lo más mínimo. Desde el mar es ab- de ahí resultara necesariamente un vencido y un vencedor; en un plazo· re-
solutamente imposible accuar contra codo lo que da vida a las fuerzas ene- lacivamente breve; es decir, la bacalla (una o varias) en la guerra aérea será
migas. Desde el mar no es posible, a menos de correr riesgos muy grandes más probable que en la guerra naval, dada las caracceríscicas del medio at-
y apostando cienco contra uno, atacar centros demográficos o industriales mosférico que no se presta a retenciones en el movimiento». .
convenientemente procegidos y además sólo se puede accuar contra centros Confieso francamente que no logro comprenderlo. Si el caso normal será
situados en las coscas o en sus inmediaciones. «una confrontación permanente», ¿cómo podrá proporcionar una solución
En el aire, si, en términos absolutos, no se puede negar la posibilidad (o sea, un vencedor y un vencido) en un plazo relacivamence breve? ¿Cómo
de «ocultar» a las fuerzas aéreas en subterráneos o en grutas, resalta ense- podrá ser la batalla probable si la más débil no la aceptará porque no acep-
guida la dificultad que entraña esto a poco que esas fuerzas aéreas tengan tándola pasará a ser la más fuerce?
una cierta entidad. Pero «ocultar» a las fuerzas aéreas propias no sería sufi- 'Prosigue el aucor: «Después del combate dec~sivo, el vencedor pos:e~á
ciente, sino que habría que «ocultar» también a todo aquello que da vida la ventaja de una coral libertad de vuelo; cendra, por canco, «el domm10
a dichas fuerzas, es decir; almacenes, fábricas, etc., etc., por lo que resulta del aire»; pero no es cierto que dicha libercad sea decisiva, contra el resto
aún menos factible. En el aire, para que ias ofensivas aéreas se produzcan de los objetivos de la nación enemiga, porque no hay razon para pensar
lejos de los ceneros demográficos e industriales, los medios que hacen falca que la derroca de las principales fuerzas aéreas adversarias signifique la anu-
son mucho menos eficaces que los necesarios para mantener a los medios lación de las defensas locales».
navales a una distancia considerable de los centros situados sobre el litoral. Evidencemence no hay razón para pensar eso. Pero sí para pensar que
Además, dichos medios tendrían que escar muy diseminados, porque codos una Armada Aérea que ha cenído la capacidad para derrotar a las princi-
los centros referidos, y no sólo los enclavados en las costas, pueden ser ata- pales fuc:rzas aérea'.s ac;Íversarias, cendrá también la de derrocar a las s_ecun-
cados desde el aire. la gran guerra ha demoscrado claramente que las bases darias, sqg:re co_do porque éscas, divididas en defensas locales, no podra op,o-
navales, inatacables por las floras más poderosas, fueron atacadas por el nerse mJs- que parcialtpence a la acción ofensiva enemiga.
aire con medios muy'primitivos, como los que enconces disponía la avia-
ción, y sin graves riesgos. El aucor añade: ,,Cuando se posee una adecuada organización, como
Alemania, y se pueden lanzarahnar caneas sumergibles como le~ ~odía
Por lo canco, las condiciones en las que se desarrollaron las dos luchas destruir los Aliados, se puede admitir que si el que posee el domm10 del
son «cal y como» sólo hasta un cierto punto. aire no dispone de las fuerzas lo suficientemente poderosas como para ex-
plotar su superioridad cemporal de forma decisiva hase~ el final de la gue-
Si se admitiese la imposibilidad para la Armada Aérea más fuerce de
rra, anees que el ocro haya podido rehacer una fuerza aerea de valor apre-
actuar contra las bases y las fuentes de aprovisionamienco y de producción
ciable, ia guerra continuará, como concinuó durante una buena parte de
de la Armada Aefea menos fuerce; si se admiciese, además, que la más fuer-
te puede verse comprometida por la simple defensa aérea activa y pasiva la guerra mundial».
del adversario; sería preciso llegar a-la conclusión de que es superfluo; inú- - Evíderítemenie. Si el veiii:édor no se ·haya en coridiéiones ·de poder· ex-
til y perjudicial poseer una Armada Aérea más fuerte que la adversaria, plotar la victoria, ésta no será decisiva y se reduci:á a una vencaja_cempo-
ya que estaría condenada a ir disminuyendo su potencia «debido al inevi- ral. Pero esto no es una característica del campo aereo solamente smo que
table desgaste y a las pérdidas», haciéndose más débil. · sucede también en el terrestre y en el marítimo.
A pesar de codo el ejemplo mostrado por el aucor no c?nvence. ~a orga-
«Pero entonces se producirá la batalla,,, escribe el autor. ¿Por qué? ¿Por nización alemana que se ocupaba de sustituir los sumergibles ~erd1dos, se
qué razón la Armada Aérea más fuerte que ha ido convirciéndose en la más encontraba fuera del radio de acción de las fuerzas navales aliadas. Escas
débil debe aceptar la bacalla que no había aceptado la Armada Aérea que
estaban obligadas a esperar, en la más absoluca impotencia, que los ~umer~
era al principio la menos fuerce y que ha tenido la suerre de convertirse
en la más fuerce?
lf gibles fuesen fabricados, eq1·ipados y lanzados al mar, puesco que solo ah1
¡ podían darlos caza.
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Una organización adecuada para volver a crear una Armada Aérea es- aéreo y se afana en poner en evidencia codas las desvem:ajas que tendría
rar.í situada dentro del radio de acción de la que domina el aire, y ésta podrá un Ejército y una Marina desprovistos de apoyo aéreo cuando se enfrenta-
atacar y destruir los medios aéreos del adversario mientras se fabrican, se sen a un enemigo que dispusiese de él, no se preocupan de tener en cuenca
arman, se equipan y se lanzan a la atmósfera, y por su parte, podrá fabri- lo que ocurriría si un Ejército y una Marina, aunque dispongan de apoyo
ca¡; arma¡; equipar y lanzar al cielo, con la más absoluta seguridad, codos aéreo, se vieran obligados a actuar bajo el dominio aéreo del adversario.
aquellos medios aéreos que sea capaz de construir. Pero esa eventualidad se puede presentar y debería ser tenida en cuen-
Lo que pretende el autoi; sería cierto si la conquista del dominio del ca por codos aquellos que, al pretender diseminar las fuerzas aéreas en mil
aire se redujera a una victoria pírrica, o si el que domina el aire se comen- corpúsculos, tienden a disminuir la potencia_li1ad de aquell_a ~er~a esen-
tara con dominarlo normalmente; también sería cierro si el que ha vencido cialmente destinada a combatir por el dom1mo, o predomm10, aereo.
en el aire se durmiera en los laureles, no creara nuevas fuerzas aéreas y de- N adíe pue1e negar_ que u:ia Armada Aérea q~e domine pued~ lle~~r
jase al enemigo que hiciera lo que le apeteciese, esperando a que reconstru- a cabo cualquier cipo de acción sobre las bases, !meas de comumcac1on
yera unas potentes fuerzas aéreas. En ese caso, podría ocurrir que su domi- y ceneros de aprovisionamiento del Ejército y de la Marina enemigos.
nio resultase temporal. Pero si quien ha conseguido conquistar el dominio
del aire sabe conservarlo, no incurrirá en el error de dejar que el enemigo Nadie puede negar que una Armada Aérea que domine pued~ al menos
tome la iniciativa una vez que ha sido vencido. transtornar seriamente los servicios aéreos auxiliares.
Nadie puede negar que para un Ejército y una Marina, el estar ?bliga-
La temporalidad o no del dominio del aire no se deriva de las caracte-
do a actuar bajo el predominio aéreo enemigo supone una desventaJa muy
rísticas del arma del espacio, sino que es consecuencia únicamente de la
capacidad y mentalización del que manda la Armada Aérea vencedora. importante.
Nadie puede negar que la depresión moial de un país sometido a las
¡Y para esto últi,mo hay que rogar a Dios!
ofensivas aéreas de un adversario que: domina en el ,aire, repercute de forma.
muy perjudicial sobre sus fuerzas armadas. ·
Pero codos cbntemplan la situación con· 1a max:iina indiferencia>como '
El general Basr1to, a quiéri yó había pregurii:ado acerca de en qrie\:on- si no les afectase. .--------
diciones, a su modo de vez; se encontraría un Ejército obligado a acruar
cuando el dominio del aire lo posee el adversario, es deci.z; un Ejército con- . ·Por qué? Porque si se parasen a considerar seriamente esa evenruali- ·
tra el cual !as fuerzas aéreas enemigas pudiesen actuar libremente, se limitó dad~ se verían obligados a llegar a [a misma conclusión que yo, es deciz;
a responder divagando sobre el significado de la palabra «libremente» y que anee codo hay que estar en condiciones para afrontar la lucha aérea
olvidando el resto de la cuestión. con las mayores posibilidades a favoz; por lo que se ir.1pone la unificación
de rodas las fuerzas aéreas en una organización única que tenga como fina-
De la misma manera que un Ejército, que ha logrado derrocar a las fuerzas
lidad la lucha aérea.
terréstres'ehemigas, puede libremente invadir el territorio adversario' ocu-
par sus ceneros mis imporrances, apoder~~ de su~ riquezas, etc.; igu.tl que Para no finalizar así, están obligados a cerrar los ojos y a meter la_ cabe-
una Marina, que ha conseguido hundir a la enemiga, puede recorrer los za bajo el ala.
mares libremente, obstaculizar el tráfico enemigo, etc.; también una Arma-
¡Tonterías!, exclaman algunos. ¡Hay que tener presen~e la experien:ia
da Aérea que ha derrotado a las fuerzas aéreas enemigas, puede recorrer
de la gran guerra! ¿No es cierto que entonces las fuerzas aereas adve_rsanas
la atmósfera libremente en codas las direcciones y hace.¡; en y desde el aire,
no hicieron más que amoldarse a los acontecimientos, sin llegar a ninguna
codo lo que le plazca.
conclusión?».
Todo esto es de sentido común.
Todo eso es muy cierto. En la gran guerra fue así. Por aquel entonces
Es muy curioso observar como codos aquellos que sostienen como ne- sólo los aviones auxiliares sobresalieron. En las guerras napoleónicas aún
cesidad imprescindible, para el Ejército y la Marina, el disponer de apoyo fue peor; ni siquiera las aviaciones auxiliares sobresalieron.

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En la gran guerra, no había aún nacido la idea de la verdadera guerra Todo esco es exacco y se podría decir aún más: Si se quisieran realizar
aérea y, por consiguiente, tampoco existían los medios adecuados para ven- codos los apoyos que los medios aéreos pueden proporcionar a las armas
cerla; de la misma manera, en las guerras napoleónicas, al no existir el aero- de cierra y de mar, probablemente no bastaría con el presupuesto para la
plano, no surgió la aviación auxiliar. Defensa Nacional.
Yo no rengo ninguna dificultad en admitir que en la guerra futura, los El medio aéreo, por sus especiales caracceríscicas, se presea a codo aque-
dos adversarios esrarán de acuerdo en que la lucha aérea no se puede ni llo que puede ser útil en [a guerra.
vencer ni perder (como opinan algunos de mis ilustres opositores) la lucha
Los aviones se desplazan rápidamente y, desde lo alto, ven bien. Por
aérea, por lo que este aspecto será intrascendente, igual que sucedió duran-
ello pueden prestar roda una serie de servicios como de exploración lejana
ce la gran guerra. Es dificil prepararse para vencer, sobre todo cuando se
y cercana, estratégica y táctica, de reconocimiento copográfico y fotográfi-
parce de la base de que no se puede vencer.
co, de dirección y control de tiro, de enlace, ere., ere., es decir, una gran
Sin embargo, me parece_ muy difícil que esto pueda suceder, porque ac- cantidad de servicios que puede llevarlos a cabo aquellos medios que ven
cualmente las Armadas Aéreas existen y muchos se preocupan de preparar- con más facilidad y que son más veloces.
se para dominar el aire.
El armamento de los aviones junco a su velocidad hacen de los medios
Para que renga lugar la guerra aérea, es decir, para que se produzca aéreos unas armas impresionantes. He aquí una serie de servicios relacio-
la lucha por la conquista del dominio aéreo, es suficiente que uno, uno sólo, nados directa o indirecramence con el combare: bombardeo de los objeti-
de los dos contendienres se incline por el siguiente pensamiento que puede vos que no pueden ser alcanzados por la artillería, amecrallámienco de las
surgir de forma espontánea en la menee del individuo más profano en asuntos cropas enemigas canco en el período crítico del asalto como cuando estén
bélicos: «Para mí sería muy conveniente reducir al enemigo a la impoten- en retirada, aumenro de la moral de las tropas agotadas por la lucha, per-
cia aérea, y para ello, en lugar de disgregar mis fuerzas aéreas para em- turbación de I-as concentraciones enemigas durante la noche, ataque a los
plearlas en escaramuzas estériles, me interesa emplearlas para destruir a tuarreles ger;ierales y a los convoyes en las líneas_ de comunicaciones de reca-
las del enemigo». gu,ardia,--éé~., ere., es decir, codo aquello: que puede ser realizadó•p~r unos
A este ~especto, la experiencia del pasado no tiene ningún valor e inclu- medios .que están armados, son muy veloces y que pueden producJr unos
so' ciene un valor negativo, ya que ·provoca una desviación ártifióal de la efectos impresionantes.
realidad. En la gran guerra, la aviación era aún muy joven y es de codos El avión es el único medio idóneo para combatir en el aire. Puede lle-
conocido que los muy jóvenes pueden jugar a la guerra, pero no pueden var a cabo además servicios de policía y de vigiiancia del cielo, más codos
hacerla en serio. aquellos orientados a impedir que el adversario pueda gozar de las venta-
Hoy la aviación ha adquirido su mayoría de edad, conoce su propio jas de su propio apoyo aéreo y, al mismo ciempo, permitir el aprovecha-
valor, es consciente de sus fines y se haya en condiciones de asumir y desa- miento de cales ventajas en beneficio propio.
rrollar su misión, que es la de combatir en el campo aéreo, de la misma . Todo lo que se dice para las armas terrestres es válido para fas maríti-
manera que las armas hermanas _de superficie lo hacen en el campo cerres- mas. Por ·consiguience, es suficiente poseer un poco de imaginación para
rre y marícimq. poder hacerse una idea de los más variados servicios aéreos auxiliares que
La Armada Aérea, como el Ejército y la Marina, esrá hecha para la gue- puede prestar el medio aéreo, codos ellos muy útiles y capaces de situar
rra. ¡Por favor, no lo olvidemos nunca! en desventaja a quien no los posea.
Es evidente que si, por ejemplo, una unidad terrestre o naval posee una
cancidad Q de medios aéreos auxiliares para un determinado servicio, dicha
El Coronel Aimone Cae escribió en la revista «Las Fuerzas Armadas»:
unidad se encontrará en evidente desventaja frente a otra enemiga que posea,
«Si las aviaciones auxiliares del Ejército y la Marina tuvieran que conseguir para el mismo servicio, una cantidad de 2Q de medios aéreos, de manera
codo aquello que los estudiosos desean, no sería suficiente todo el presu- que para cada servicio auxiliar, los medios tienden a acrecentarse.
puesto de la Aeronáutica Militar Icaliana para llevar a cabo su programa».

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Los parridarios de los aviones auxiliares, dándose cuenca de que éstas
reducen la potencia de la Armada Aérea y no pudiendo ignorar, por otra Según el concepto del General Bollaci, la Armada Aérea, la hermana
parce, la importancia de esca última, dicen: «Nosotros nos conformamos más joven, debe convertirse en Cenicienta. Si, las dos hermanas mayores
con el mínimo necesario para la aviación auxiliar; proporciónennos este no tienen más remedio que reconocer su existencia y su capacidad de ac-
mínimo y del resto pueden hacer lo que les parezca». tuar por cuenca propia, bien encendido, a favor de las hermanas mayores
El general Bollaci escribe: (allí donde aquellas no podrían llegar, o sustituirlas en determinadas cir-
cunstancias, o bien apoyarlas en sus acciones), porque la Cenicienta tiene
« ... dada la importancia de la Armada Aérea independiente. .. el objeti- la obligación de privarse generosamente de sus pr_opios me:Iios en_ fa:?r
vo principal que debe tenerse en cuenca es la eficacia de la Armada Aérea de las hermanas mayores y sólo le dejarán lo que estas consideran inucil.
misma en relación con sus previsibles enemigos, y por ello, se deberá atri-
buir a Z (cantidad de los medios aéreos para la Armada Aérea), el máximo No se piensa en absoluto sobre el valor que la Armada Aérea puede
valor posible, compatible con las experiencias mínimas que se consideren representar «en el marco general de las ºi:'eracion~~ b_élicas». Ha:á todo lo
imprescindibles para X e Y (cantidades de los medios aéreos para las avia- que púéda hacer eón los medios que le de¡en. El E¡ercico y la Manna ?eben
ciones auxiliares del Ejército y de la Marina).» cener una cierra eficacia. Pero la Aviación puede aumentar esa eficacia; ese
es su primer deber, el resco pasa a segunda fila.
El máximo valor de Z es ficticio, dado que el pro pío general Bollari
estableció la siguiente ecuación: Pero si la Armada Aérea tiene que desarrollar una función específica
dentro del maceo general de la guerra, debe rener una porencia adecuada
D = X + Y + Z. para cal función, igual que el Ejército y que la Marina.
siendo D la disponibilidad coral de los medios aéreos. U na vez establecidos
Mientras que la Aviación, dentro de sus disponibilidade~, ceng~ qu~ ~bas-
los mínimos necesarios e imprescindibles para el Ejército y la Marina, el
valor de Z será: · tecer a las aviaciones auxiliares, se producirán interferencias per¡udic1ales,
canco paca la Armada Aérea como para las Avi~ciones Auxili_ares'. codos in-
Z=D-X-Y tentarán Uevar_ el agua a su :propio molino y nmguno escara satisfecho de
Pero ese Z no puede ser ni máximo ni mínimo, sino el resultado de una la cantidad ~qúe consigue.
substracción es decir, un resto que puede ser el que se quiera.
e:El Ejé;cico
. y la Marina consideran necesario disponer
. ·ae los medios
Este resto puede hacerse pequeño hasta llegar a tener el valor de cero, aéreos auxiliares? Perfectamente, pero que los consigan con sus presupues-
dependiendo de los valores que se den a X y a Y, puesto que D es constan- tos como hacen con los otros medios que pos·een. La Armada Aérea nece-
te. El objerivo principal es la eficacia-de la Armada Aérea, pero esca efica- sic~ disponer de su propio presupuesro que le permite rener esca?ilidad.
cia será la que quedará después de haber equipado a las aviaciones auxiliares. De otra forma, no sería exacco decir, como lo hace el General Basnco, que
El general Bollaci, añade: una dererminada nación gasea en sus Fuerzas Armadas 5.000 millor:es? de
los cuales 700 millones son paca las fuerzas aéreas, porque de e~ca utc1n:a
«Las dos fuerzas armadas más antiguas (Ejército y Marina), no tienen cancidad, una gran parce se emplea en medios auxiliares que no _nenen m~s
·más· remedio que reconocer que su hermana más joven (la Armada Aérea)·· finalidád que la de aumentar la éfiéacia de las Fuerzas Armadas de superficie.
·ha alcanzado cal importancia cómo para poder actuar por cuenta propia
(dentro del marco general de las operaciones bélicas) allí donde aquellas Unicamence el Ejércico (y cuando digo para el Ejército vale para la Ma-
no podrían llegar, o sustituirlas en determinadas circunstancias, o bien apo- rina) es competente para decidir la cantidad que necesita de fuerzar aéreas
yarlas en sus acciones; sería absurdo que aquellas quisiesen poseer los me- auxiliares. Esta decisión no puede ser el resultado de un acuerdo encre d
díos para llevar a cabo cales cometidos. Ejército y la Aviación. Reconocer es_co y ac~ua~ ~on lógica_ es_ el único medí?
para evitar codo cipo de incerferenc1as per¡udiciales y deltm1ta~ _respons~~1-
... Pero la Armada Aérea escá en condiciones de proporcionar sus pre-
ciosos medios, de los que hoy no se podría prescindir. .. por tanto, aunque lidades, puesto que anee una situación real,_ si la Aviació~ auxiliar del E;er-
poco o nada puede pedir a cambio, tiene la obligación de mostrarse gene- cito ha sido definida mediante acuerdos, siempre cendra la excusa de que
rosa dentro de los límites de sus propias posibilidades.» sus medios eran demasiado reducidos y que la Aviación ha sido reacia en
concedérselos.
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1
La eficacia Je! Ejército y de la Marina no puede depender Je la «gene- «Este cipo de acuerdos resultan siempre ambiguos porque dependen
rosidad» de la Aviación, ni del «sacrificio» de la Armada Aérea. mucho de las influencias personales y no son ni serán nunca objetivos.»
Si las aviaciones auxiliares se consideran elementos indispensables para «No se erara de ver qué es lo que 'podemos hacer juncos, sino de afian-
las naciones de las Fuerzas Armadas de superficie, es necesario que, en Ia zarse cada uno en sus posruras. Así, el Ejércico diría: Mis necesidades aero-
organización de dichas fuerzas, encuentren su puesto los medios aéreos al náucicas en el campo escracégico, cáccico y logístico son las siguientes... »
igual que todos los demás medios bélicos de que están formados. En la for- «Por su parce, la Aviación responde.ría: Mis posibilidades, para respon-
mación orgánica de las grandes unidades cerrescres y navales, deben estar
der a las necesidades planteadas, son las siguientes ... »
bien dererminados los medios aéreos, de la misma manera que lo escá la
artillería, ere., y la determinación de dichos medios no puede hacerse limi- «De nuevo el Ejército concescaría: La organización de mi Aviación auxi-
tando la competencia de los mandos de las Fuerzas Armadas cerrescres y liar, en base a las necesidades y a las posibilidades anteriores, debe ser la
navales. siguiente... »
La Armada Aérea, al disponer de un presupuesto propio bien definido A mi modo de ver, esto cal vez supondría un paso adelante, pero no
y delimitado, podría estudiar la forma más conveniente para obcener el mayor decisivo. ·Es humano y lógico que quien puede obcener una cosa gratis rien-
provecho de los recursos sin estar preocupada de defenderse conscantemente da querer obc~ner de ella la máxima cantidad posible y, por el contrario,
de las exigencias de las otras Armas. quien tiene qué ofrecerla gracis intente dar lo mínimo posible.
Esto no perjudicaría al principio de la unidad de las fuerzas aéreas. En la práctica, el sistema propuesto por el Coronel Aimone Cae condu-
La aviación debería proporcionar personal y material aeronáutico al Ejér- ciría a lo siguiente: El Ejército, para obtener la mayor cantidad de medios
cito y a la Marina, dependiendo de sus necesidades, debiendo ambos reem- aéreos posibles, intentaría exagerar sus necesidades; la Aviación, para ceder
bolsar a aquella los coseos de producción, y liberándose de esca forma de lo menos posible, incentaría reducir sus posibilidades; por lo canco, la orga-
atribuciones que no són de su competencia. Este sistema debería satisfacer nización de la Aviación auxiliar sería un compromiso entre el cira y afloja
por completo al Ejércico y a la Marina puesto que podrían disponer de de ambas parces; en definitiva, no un acuerdo. ,
,los. medios aéreos auxiliares que necesitasen y podrían organizarlós, ins- ·' · ~ EÍ preciso salear el foso: Según IT.11 opinión, el Ejército y la Maririá de-
1:ru1rlos y emplearlos de.la forma que consideraran más adecuada al mar- ·berían decir: «Me ocurre esco; d-ámelo y te lo pago». Por su parre, la,Av,ia-
gen de interferencias. ción debería proporcionar codo lo que le han pedido y, a continuación, re-
¿Por qué los que defienden la existencia de las aviaciones auxiliares no cibir el pago correspondiente. No es necesario ningún acuerdo ni compro-
apoyan la adopción de este sistema? miso; codos están satisfechos y cada uno tiene la responsabilidad que le
compete.
El Coronel Aimone Cae, autor de un interesante artículo titulado «Em-
pleo, organización, adiestramiento y, en definitiva, actuación de la A;mada Escribe el Coronel Aimone Cae:
Aérea en beneficio del Ejército», escribe: «Una forma de desarrollar esca forma de colaboración podría consistir
«Verdaderamente, el problema de la aviación auxiliar no es fácil de re- en crear el Mando de la Aviación auxiliar del Ejército. ~ce organismo de-
solver, Es mucho más de lo que señala el General Sandalli, quien intenta bería existir en ciempo de guerra.»·
solucionar codos problemas mediante la adaptación de la aviación auxiliar También esto supondría un paso adelante, pero no definitivo.
a codas las circunstancias previsibles de la guerra.» Evidentemente, en guerra deberían existir los Mandos de la Aviación
«Es cierto que está codo por hacer.» auxiliar del Ejército y de la Marina, y sería muy úcil que al menos las jefa-
La comparación con la realidad es bien crisce. El aucor añade: curas de dichos Mandos existieran incluso en tiempo de paz; pero no para
que la colaboración fuese más íncima y continuada, sino para llevar a cabo
«Ponerse de acuerdo el Ejército y la Aviación no resolvería nada a favor una serie de acciones propias (la colaboración es por su propió carácter
de la Aviación auxiliar.» imprecisa, sujeta a influencias personales y precisa de continuos acuerdos).

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La determinación de los apoyos aéreos, en calidad y cantidad, para el aviaciones auxiliares gravarían los presupuestos de sus respectivas Armas,
Ejérciro y la Marina es de la exclusiva competencia de los altos mandos deberían preguntarse «¿Para aumentar la potencia del Ejército y de la Ma-
de escos dos organismos. rina, conviene emplear una parre del presupuesto en medios aéreos, o en
Los Mandos de las Aviaciones auxiliares del Ejército y de la Marina, medios terrestres o marírimos? «El problema adquiriría tal gravedad que
basándose en las necesidades requeridas por las autoridades de sus respec- haría recapacitar a la imaginación más atrevida y; probablemente, la con-
tivas armas y en su especial preparación técnica, deberían determinar los clusión sería ésta:
medios aéreos necesarios para esas necesidades. «;Qué podríamos hacer con esos medios aéreos, si la Armada Aérea
Las autoridades del Ejércico y de la Marina dispondrían así de todos no co-nquistase el dominio del aire? Y si lo conquista ¿no podríamos pedir
los daros para tomar la decisión. Una vez tomada ésta, los Mandos de las a la Armada Aérea que actÚe contra un enemigo privado de medios aéreos?
aviaciones auxiliares del Ejército y de la Marina harían la petición de sus Por codo ello, es mejor emplear todo el presupuesto disponible para aumentar
necesidades a la Aviación, la_ cual proporcionaría los medios materiales y nuestros medios cerresrres y navales.»
el personal contra reembolso de los costos de producción. De esca manera, las aviaciones auxiliares desaparecerían, víctimas de
Esta sería una solución radical, neta y precisa, que no necesita ningún sus propios defensores.
tipo de acuerdo, compromiso ni existe pérdida en las responsabilidades,
sino que es normal y materialmente clara.
Dicha solución aportaría las siguientes ventajas:
l. Los medios aéreos auxiliares serían parte integrante del Ejército y
de la Marina, como el resto de los medios bélicos que disponen. Los man-
dos respectivos se interesarían por ellos en la misma medida: qué lo hacen
por el resco. La coordinación para el empleo de los medios aéreos· y el resto
resultaría perfecto porque dependen de una sola autoridad. Por ello su ren-
di.inienco sería máximo.
2. Los mandos del Ejército y de la Marina dispondrían de una mayor
libertad de empleo de sus fuerzas aéreas auxiliares y como los gastos de
su utilización y mantenimiento repercutirían directamente en su presupuesto
se preocuparían por obtener de eilas el máximo rendimiento. Sólo así sa-
brán apreciar ¿¡ches Mandos el exacto valor del apoye aéreo. En la actuali-
dad, como el apoyo aéreo corre por cuenta de otro presupuesto, en cual-
quier ocasión se intenca hacer ver que representa una necesidad impres-
cinilihle -
3. La Armada Aérea dispondría de un presupuesto propio que po-
dría manejar libremente dentro del marco de su competencia.
Estoy convencido que si se adoptase un sistema así, no sólo funciona-
rían adecuadamente las aviaciones auxiliares sino que poco a poco el Ejér-
cito y la Marina renunciarían a ellas.
De hecho, codos los que defienden la absoluta necesidad de dichas avia-
ciones auxiliares no quieren enfrentarse al siguiente problema: «¿Qué es
lo que hay que pedir de la generosidad de la Aviación?». Puesto que las

190 191
LA DEFENSAAEREA

Mis oponentes me han rachado de «ceórico y visionario» por oponer-


me a sus puntos de visea «práccicos y realiscas».
El ingeniero Attal escribe:.
«Yo no me opongo al general Douhet. Discuro sus ideas, no para com-
batirle sino para esclarecer las cosas. Por mi profesión, escoy acosmmbrado
a deducir la realidad de cada problema intentando trasladar la teoría a la
práctica. De la trascendencia del silogismo a la contingencia de la aplicación.
El ingeniero Atta! me recuerda el modo de accuar de ciertas señoras
cuando hablan de sus amigas: «Oh! sí, es una señora muy bella, elegante
y virtuosa, pero... » y, a continuación, relatan una serie' de maldades y des-
. manes sin fin. ·
El Ingeniero Attal empieza haciéndome cumplidos como para hacerme
enrojecer; repite varias veces que no se opone a lo que yo digo, pero... a
lo largo de sus arrículos llega a la conclusión de que al menos desde el punco
de visea práctico, estoy en un profundo error. De hecho, sostiene la necesi-
dad de las aviaciones auxiliares, da una gran importancia a la defensa aérea,
no reconoce que sea decisiva la acruación en el campo aéreo sino que le
da una importancia muy relativa, ere. Nada de lo que yo defiendo se salva
de su oposición; me pregunto qué habría escrito sobre mis teorías si no
fuese un «ferviente discípulo mío»,
Bromas aparte, el sistema de crícica empleado es muy cómodo, y cuan-
do no es posible oponerse a cada uno de los razonamiencos por separado,
se dice:
«Teóricamente puede valer, pero en la práccica no es aplicable de nin-
guna manera». Y digo que es muy cómodo porque la práctica de codas esas
nuevas teorías no la tiene nadie.
Si yo soy un teórico, el Jngeniero Attal es un idealista y un poeta.

193
Respecto a la defensa aérea, a la cual me voy a limitar en esre trabajo lugar, vivir y después armarse. Sería ábs~rdo encerrar a un cadáver en una
él expone afirmaciones de este cipo: « ..• debemos estar en condiciones d; coraza hermética utilizando el acero mas templado. . .
garanriza.t; en cada momento y contra cualquier enemigo, la eficacia dé nues- Quizás, si Italia dispusiese de las mismas riquezas que los Estados Uni-
tro esfuerzo nacional». dos, no se me hubieran ocurrido mis teorías. Pero no es así. Por lo canto,
cuanto menos pueda disponer una nación para su defensa, con más ahínco
Esco es el enunciado de un ideal. Esrá por ver si en la práctica podría-
mos estar en esas condiciones. debe buscar la forma de utilizar lo que posee.

el presupuesto de nuestra Aviación debe realizarse según la siguien-


« ...
«Yo no digo (escribe el Ingeniero Atta!) que se deba obcener todo lo ne-
cesario para la defensa nacional de los presupuestos militares; se puede tam-
te base práctica: ¿Cuál es el mínimo de fuerzas aéreas necesarias para ase-
bién obtener de los presupuestos civiles». El Ingeniero Arca! tiene un con-
gurar el conseguir el dominio del aire sobre nuestro cielo? Establecido este
cepto muy extraño sobre los presupuestos del Estado. No riene en cuenta
mínimo, se podría aumentar en un rercio..»
que codos los presupuestos, canco civiles como militares, constiruyen un.codo
Esca no es una base práctica para fijar un presupuesto, sino una base indivi~ible. ¿Cree, quizá, que la nación haría un buen negocio substrayen-
poécica. Al menos así la juzgaría cualquier Ministro de Hacienda. do recursos, por ejemplo, de la agriculrura o de la educación, para reforzar
« ..• no es nuestra defensa la que debe estar limitada por el presupuesco, la defensa aérea?
sino que ésre debe adaptarse a las necesidades de nuesrra defonsa.» Pero dejemos aparre escas cuestiones que se salen de la discusión técni-
Esco podrá llevarse a cabo en los Estados Unidos, pero no es cieno en ca que debe limitarse a intem:ar definir solamente la mejor utilización de
nuesrro caso. Fuera de las posibilidades que ofrece el presupuesto, sólo pueden los recursos disponibles.
confiar los poetas. Sería fanráscico e ideal poder estar en condiciones de g ~ . t ; en codo
«El General Douhet se preocupa constantemente de las limiraciones del momento y contra cualquier enemigo, el normal desenvolvimiento de nues-
presupuesto... El tiene un razonamiento puramente militar, acostumbrado tro esfuerzo' nacional, como también lo sería el asegurar el ejercicio del do- _.
a luchar basándose e~ las ordenanzas para llevar a cabo sus iniciativas; yo minio de mif~tro ddo; pero precisamem:e lo que yÓ pr~tendo contestar esº''.'
razono como industrial. En mi carrera profesional, he tenido ocasión de la posibilidad de alcanzar: escos ideales.
ocuparme de múltiples asunros. Lo único que importa es que el resultado Yo esperaba que el Ing~niero Atta!, al descender de sus afirmaciones
sea bueno, porque cuando esto se cumple, el dinero se encuenrra siempre.» idealistas, se hubiese detenido para indicar, de forma más o menos prácti-
En los asuncos comerciales o industriales, y pido perdón por hablar de ca, los medios para llevada a cabo.
ellos siendo profano, lo que se intenta es encontrar el mayor rendimiento En lugar de esto, se ha limitado a enunciar otras afirmaciones:
del dinero y de los medios que se emplean. Esto es lo que importa en la «Volar sobre cerricorio propio es infinitamente más fácil y menos costo-
práctica. Pero el iudusrrial que, guiado por una espléndida iniciativa, so-
so que volar sobre territorio ajeno.»
brepasa el presupuesro disponible, se arriesga a fracasar. La guerra es una
industria como cualquier otra; es la industria de la distribución. En ella, «Cuando.. sé ·han distribuido convenientemente y en las zonas oporru-
es preciso también evitar el fracaso. \ . nas, los campos álternatívos; cuando se han pr~par~do con tiempo sufi-
ciente los aprovisionamientos y las dotaciones, si se posee una fuerza aérea
No es el técnico de la guerra el que puede establecer la can'tidad de adecuada, se puede ejercer el dominio sobre el. cielo propio.»
recursos que una nación puede y debe poner a disposición de la defensa,
de la misma manera que el técnico en electricidad no puede establecer el \, «Dentro de unos ciertos límites, nosotros siempre podremos disponer
capital de la Sociedad Eléctrica. El uno y el otro deben limitarse a esrudiar la defensa aérea de manera que reduzca al mínimo los daños ocasionados
la forma de obtener el mayor rendimiento de los recursos puestos a su dis- por los bombarderos enemigos, incluso aunque fuese utilizada el arma
posición. química.»
El técnico de la guerra debe comprender que la potenciación económi- Si se habla del factor moral, estamos de acuerdo, pero cuando se trata
ca de una nación es la que es, y que con esta potencia debe, en primer de pasar a los medios materiales, el Ingeniero Arca! concluye con una frase:

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•<Lo ,que cuenca no. es. el numero,
· · ¡a organización: en caso Je guerra
sino Actal tendría que hacer demostrado (no sólo afirmado) que son :.aficienres
el n~m~r_o ie m~lt1i;,>l1Ca Jencro de los límites de la organización». ;Qué or: «pocas» fuerzas aéreas para mantener alejadas de nuestro cielo a «muchas»
gamzacwn. ¿que numero! Además del factor moral, sobre el que nadie dis- fuerzas aéreas enemigas. Esro último sería muy difícil demostrarlo porque,
cute, para _ll~ar a c~bo una defensa aérea son necesarias fuerzas aéreas en la práccica, ocurre lo contrario.
~e~zas ~ttaereas, as1 como codos los medios auxiliares necesarios para arma: Tampoco tiene valor lo que escribe el Capitán de Fragata Ugo Malusar-
lC as erzas. ~aru:almence, es n_ecesario que estén organizadas, pero eso di en la Revista Marítima. Afirma que «la ucilidad de los bombarderos aliados.
n~ baSta. Es neLesano que ya esten organizadas y listas para actuar en el decreció progresivamente desde el 73 % en 1915 a cerca del 27 % en 1918».
mismo momento de(ª rotura de las hostilidades. No puede esperarse a la Esto es un dato escadíscico (del que no se cica la fuente), un canco vago

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guerra para «mulnplicar» las fuerzas; no puede esperarse que a causa de
guerra,_el presupuesto del Estado se transforme en un presupuesto único
e guerra, no se puede esperar que el enemigo nos bombardee
e impreciso ya que no se especifica qué se enciende por «utilidad». Por orra
parte, se contradice con lo que dice el Ingeniero Atta!, sobre ese mismo
período de guerra: «El empleo del bombardeo aéreo hasta el final de la pa-
ir codo l • d r: para co nse-
gu, o necesario para 1a erensa aérea. Lo que importa en la den n sada guerra, se basó fundamentalmente en la sorpresa y en la habilidad
aerea, no es su organización sino su actuación. e sa de los aviadores para obtener el mayor rendimiento al material»: En las gue-
rras futuras, el empleo del bombardeo aéreo se basará, con toda seguridad,
Yo ~abía escrito: «Si se me demuestra que, mediante una determina de-
f~nsa _~erea, se p~~e librar por completo a nuestro país de las eventuales en hechos más posicivos y concreros.
o ens1vas aeroqu1m1cas, renunciaré a rodas mis teorías». No se pueden hacer afirmaciones apoyándose en una esradísrica en la
j
Ahor~ debo añadir qu~ renunciaré a rodas mis teorías si se me demuestra que la guerra aérea no estaba ni siquiera definida y sólo se realizaron bom-
que mediante una det:rmmada defensa aérea, se puede reducir la entidad bardeos de carácter empírico y esporádico, e incluso algunos de ellos fue-
~e las eventuales ofensivas aeroquímicas sobre nuestro país hasta tal punto ron absurdos. Recuerdo que el heroico Capitán Salomone, medalla de oro
en 1918, regresando de noche al campo de donde había partido, con una
e que no sean preocupantes para nuestra seguridad.
escuadrilla de Caproni, para llevar a cabo una misión de bombardeo noc-
. Y digo más: Sí,_ gracias a la defensa aérea, pudiésemos estar en ·condi- turno contra una estación de llegada qe>un celeféricp,no pudieron atacarla
cwnes.,?e n_o teme~a _los daños provondos por las ofensivas aéreas e"riémi- porque ninguno sabía que una estacióµ de llegada d(un teleférico era una
gads, Y0 .sena .el pnr11;_ero en reclamar una defensa así, aunque absorbiera simple polea. Creo que en el futuro no se emplaran los bombar_deos aéreos
ro os 1os recursos aereos nacionales. · para esre tipo de acciones, sino contra objetivos amplios, frágiles, sensibles
fi Teng~ perfecta conciencia de que nuestra situación geográfica es poco y vulnerables, incluso por encima de 1.500 metros de altitud. Para no hacer
a, o~tuna a, respecto a una eventual lucha aérea y, por ramo, sé'qt;ie es más caso de ese ripo de estadísticas, baste recordar que Treviso fue bombardea-
factl da al 100 % y convertida en escombros, a pesar de la defensa aérea y de
d l que6otros· nos, ataquen que, atacar nosotros · Por ello, la ne urr.µ1zac1on
':-1· ·,
e ª~ 0 enNs}vas ª:re~s es mas ventajosa para nosotros que para huesrros que al final de la guerra nosotros éramos más fuerces en el aire que los aus-
enem,go~~-. eurral •~acto el L
07
-am po aereo,
' nos b anremos
· por cierra y por· mar, triacos.
como annguamenre. El Ingeniero Accal encuenrra una gran diferencia entre ejercer el domi-
Si yo -s~y contrario a 1~ defensa aérea es porque distrae medios de fa· nio en el cielo propio y ejercer el dominio del cielo en general. Esra diferen··
-Armada
L Aerea;
. no lo soy n1 por
. .cap·
, richo, ni· por·· espmtu
- · d e contrad1cc1on.
· · · · · ·· · ;· ·- cia no consigo explicármela. El cielo no tiene confines naturales ni barreras
0 ~oy -~orque rengo la convtcc1on de que la defensa aérea sólo sería· una artificiales. Pero ejercer el dominio en el cielo propio es necesario esrar en
d~s1lus10n; lo soy porque nunca podrá alcanzar su objetivo porque, en el condiciones de enfrentarse, en cualquier momento, a cualquier fuerza aérea
aire, para defenderse hacen falta muchos más medios que para atacar: enemiga que intenre traspasar los límites imaginarios que dividen nuestro
cielo del suyo. Es necesario, por canco, estar dispuestos conscantemenre y
He demostrado esro cien veces y nadie, incluido el Ingeniero Arra! ha
cualquier lugar, a enfrentarse a las fuerzas enemigas, puesro que no es posi-
atacado esta demostración que es el punto crucial de la cuestión. '
ble impedir que el enemigo vuelé y que haga acco de presencia con sus
Para demostrar que el ejercicio del dominio del cielo propio es «infini- fuerzas. Pero, si se está en condiciones de hacer esro, ¿quién o qué puede
tamente» menos costoso que el dominio del aire en general, el Ingeniero
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evirar a nuestras fuerzas aéreas el craspasar esas fronteras imaginarias de Una población preparada para soportar las ofensivas aéreas y conven:
los cielos y llevar la destrucción al cielo enemigo? Sólo podría evitarlo el ·da de que no es posible defenderse eficazmente de ellas, se encontrara
hecho de que no tuviese suficiente radio de acción. - :~ Óptimas condiciones si se da cuenca de que la ~efensa ~érea e~ verdade-
ramente capaz de mantener alejadas a esas ofensivas. Qu1en esca prepara-
El cielo no puede dividirse en parcelas, ni para satisfacer a las aviacio-
nes auxiliares, ni para ajustarse a las pretendidas necesidades de la defensa do para lo peor, lo está para lo mejor. _
aérea. No se puede dominar el cielo propio si no se domina el del adversa- Lo contrario es muy peligroso. Una población convencid_a de la eficacia
rio. El Ingeniero Attal debe convencerse de que el medio más práctico y de la defensa aérea, confiada en su capacidad, se enconrrana en u~as co~-
realista de impedir que los aviones enemigos bombardeen el territorio pro- diciones morales muy crisres si la realidad le demostrara lo comrano. Ped1-
pio, es destruirlos, de la misma manera que el medio más práctico y realis- na, mme
· d.iaramente el aumento de los medios de, defensa,
.
y como no .po-
,
ta de impedir las ofensivas terrestres y marícimas es destruir las fuerzas te- dría culpar a los medios que hasta enronces babia considerado como 1do-
rrestres y marírimas. Esta es la verdadera solución; todo lo demás son corti- neos, culpana , a los hombres que los maneJ· an , por no saberlos emplear.•
nas de humo. reparación moral es necesario desarrollar una preparación
Junto a la P fj - , Es d
Una fuerza aérea que no renga capacidad ofensiva es una fuerza inca- materia onentada a di·smi· nuir los efectos de las o ens1vas aereas.
· l · . cos os
paz de producir ningún daño al enemigo y no podrá equilibrar las fuerzas cipos de preparación consciruyen la protección aérea p~s1va, q~e ?~ em-
ofensivas enemigas. Si dos naciones, A y B, disponen de iguales recursos . ofensivos y que por lo canco no es conrrana al prmcip10 de
p1ea m ed 1Os . ·, d ·
aéreos, y A los emplea todos de forma auromácica y gratuita, concra coda resignarse a sufrir las ofensivas del enemigo para ~- conm_iuacion pro uc1r-
ofensiva aérea, mientras que ella no está segura contra las ofensivas aéreas le daños mayores. La organización de esca prorecc1on pasiva no solo la con-
que pueda infringirle la nación A. sidero útil sino absolucamence necesaria.
Por consiguiente, B hace el juego de A y no el de la defensa aérea. Para ello no ce.ngo que hacer ninguna renuncia. Siento que se.desvan~z:
Esco no es teoría, es sentido común.
c¡i;i ,las esperanzas del Ingeniero Attal, pero mantengo codo lo q~f esmb~
·,-,., « Re. conozc
antes: · · _ - -0 el valor .de codo aquello que se haga para reducn· el efec_.
, En guerra hay que saber cambi¿Ii enc:ijar los iolpes. Esto creo haberlo: to de las ,ofensivas aéreas contra n_()SOtros, siempre :iue ello no vaya e~ de-
escrito muchas veces. Pero la capacidad de encajar los _golpes cien~. sus lí: trimento de las ~fensivas que riosoí:ros podamos real12ar contra el enemigo».
mices. No es necesario exagerar acerca de la virtú.d def's.pfrimienco, para Se me acusa de extremista y de absolutista. Pero se ~e confu~de. El
no llegar al extremo de aquel que intentaba acostumbrar 'a su burro a no hecho es que, para mí, dos y dos son siempre cuacro, y en nmguna cu-cuns-
1
comer. ¡
1 cancia serán eres o cinco.
La necesidad de habituarse a sufrir los golpes del adversario se deriva Un medio aéreo empleado de forma ofensiva es más rentable qw~ si
·de la necesidad de resignarse a tenerlos que soportar. Habiendo admitido se emplea defensivamence. Por ello, cien, mil o di~ mil de esc~s :°edios,
como principio que «hay que resignarse a sufrir las ofensivas del enemigo empleados ofensivamente serán más e~caces q~e cmcuenca~ q~~1_eru:~~ o
para después provocarle daños aún mayores», es preciso admitir también cinco mil empleados de forma defensiva. .
la n_ec:~si9,ad de contar con una prepacaeión moral de la población. Eséa Dos y dos son cuatro; esro no es ce~ría, ni extremismo, ni absolutismo;
necesidad la siento yo más que aquellos que se deslumbran por la defén.sa
aérea con la esperanza de reducir las ofensivas enemigas. Pero la condición es arirmécica pura y simple.
esencial para preparar a la población a afrontar con ánimo decidido las
ofensivas aéreas es que sea consciente de la gravedad del asunto, en lugar
de ilusionarla con la posibilidad de una defensa eficaz, así como hacer que
comprenda que desperdigar los medios aéreos defensivos sólo servirá para
_desperdiciar sus características y resultará perjudicial para los fines de la
guerra.

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LA NUEVA DOCTRINA BELICA

La nueva doctrina de guerra se basa en un principio derivado del senci-


do común y que es ecerno: «Hay que hacer el máximo esfuerzo en el campo
·, decisivo», y también en una afirmación derivada de la conscacación de un
.·. .....,'
hecho: «El campo decisivo es, accualmence, el aéreo». Esca doctrina se puede
sintetizar en una frase: «Hacer masa en el aire y resistir en la superficie».
· Puesco que el campo decisivo es el aéreo, es preciso hacer en él el máxi-
mo esfuerzo. Por consiguiente habrá que poseer el máximo de fuerzas pro:
pías, pero para conseguir esro en e1 campo aéreo, es necesario reducir al
mínimo indispensable a las fuerzas de-superficie. Estas, mientras la lucha
se decide en el aire, es suficiente con que seari capaces de resistir. Esto es
.la aplicación pura y simple al frente terrestre-marítimo-aéreo del principio·
que siempre fue aplicado a un frence simple. No hay en ello nada de absur-
do ni de peregrino.
Para que una guerra pueda decidirse en el campo terrestre es necesario,
y la gran guerra lo ha demostrado claramente, alcanzar y aniquilar los re-
cursos de la nación adversaria corno consecuencia del desgaste que se pro-
duce en los frentes de batalla. Trabajo largo, lenco, caro, que deja exhaustos
a vencedores y a vencidos. Sobre. codo es un trabajo de carácter destructivo
que.exige, para poderse realiza¡; un. inmenso trabajo productivo. -Cr-eo que ·
hoy en día, no le pasa por la cabeza, ni siquiera al más ciego admirador
de Napoleón, la idea de que una guerra terrestre pueda quedar decidida
rápidamente, no digo con una, sino con una media docena de batallas, ni
en un mes, sino en seis meses.
Una guerra terrestre, hoy no se puede concebir más que corno una lucha
encre potencias productivas. Para llevarla a cabo hay que disponer de una
gran cantidad de hombres y materiales de codo cipo, que exijan a su vez,
cantidades colosales de materias primas, fábricas, establecimientos de apoyo,
mano de obra, etc. Si el valor del factor humano no ha ido menguando,
sino más bien creciendo, es innegable que el valor del facror material se

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ha ido imponiendo. El hombre desnudo fracasa anre las espadas y ametra- riores a las del enemigo que nos ataque, pero si pretendemos invadir el ce-
lladoras. Es preciso dotar de espadas y ametralladoras a ese hombre desnudo. rrirorio de ocra, no lo podremos conseguir más que con fuerzas muy supe-
La convicción de que la guerra terrestre no puede ser más que larga, riores a las que vaya a oponer el adversario. En el caso de que nuescras fuerzas
lenta y costosa está más que demostrada. En codas las grandes naciones y las del enemigo sean parejas, lo único que puede resultar es un lento tra-
se prepara, junco a la movilización militar, la movilización industrial así bajo de disgregación que lleve a nuestro enemigo o a nosotros mismos a .
como la movilización de la nación entera. Todos estamos convencidos que un agotamiento toral.
los grandes ejércitos permanentes no podrán decidir nada, ni tienen capa- La lucha en el mar no puede decidir la guerra a no ser que la posibili-
cidad para defender los núcleos en torno a los cuales las naciones se alzan dad de navegar constituya una condición indispensable para la vida de una
en armas. nación. Esto se verifica en las islas. Si a Inglaterra se la expulsa del mar
sería vencida irremediablemente. Pero cuando una nación tiene fronteras
La lucha terrestre presentará en el futuro el mismo carácter que presen-
tó en la gran guerra, porque ningún medio verdaderamente nuevo se ha terrestres la situación es muy distinta.
incorporado a la misma que haya sido capaz de modificar ese carácce.c Nues- Veamos nuestro caso. Creo que nadie puede pensar que nosotros pode-
tras «Normas Generales», inspirándose en la guerra de movimiento, lo ad- mos vencer a uno de nuestros eventuales enemigos combatiendo en el mar:
miten, afirmando que se conseguirá la estabilización de los frentes si, al Creo también que muy difícilmente uno de nuestros eventuales enemigos
comienzo de las operaciones, por ambas partes-se establecen sobre la línea pueda, aunque sea más fuerce que nosotros por mar, anular completamen-
decisoria una cobertura robusta detrás de la cua},se acumulan los puestos te nuestros abastecimientos. Pero sobre esto volveremos más carde puesto
de las fuerzas. ·. que el argumento merece un amplio estudio.
La estabilización de los frentes en la gran guerra se derivó del hecho Pasemos al campo aéreo. Aquí no existe posibilidad de defensa. La acti-
de que para romper el equilibrio entre defensiva y ofensiva, ésta última tud-defensiva se toma, canto en cierra como en el mar, cuando con fue-rzas
cenía que disponer de unas fuerzas y unos medios mucho mayores. Este m!'!ror~s se quiere equilibrar a fyerzas mayores. En tieqa, ~~er,rápdosé ;al
hecho se repetirá tambiérfén las gueáas· terrestres futuras pue~tp qµé las terreno, eligiendo posiciones foer~s y reforzándolas con habilidad; se·con-
causas que lo produjeron son las mismas y así seguirá siendo f:iastk que sigue, ,como he dicho, el objetivo de$eado. En el aire esto no es posible.. Nadie
éstas no se modifiquen. · · · '·' · · _.,,. ·' · se puede aferrar al aire. No existen posiciones fuerces en la atmósfera. Las
fuerzas aéreas combaten desnudas como las hojas de las espadas. No hay
En el campo terrestre es pues posible con fuerzas relativamente peque-
ninguna posibilidad de ganar tiempo. El choque se produce de forma súbi-
ñas equilibrar una determinada situación anee fuerzas mucho mayores. Pero
para decidir la lucha en beneficio propio, hay que disponer de una gran ta. Sólo tiene razón de ser la actitud ofensiva.
preponderancia de fuerzas y, por consiguiente, de una gran preponderan- De esto se derivan consecuencias de capital importancia; la lucha aérea,
cia en ia producción. que no admire aplazamientos, se desarrolla rápidamente y se decide de igual
. forma. Rápidamente, una de las dos armadas aéreas coge la iniciativa Y
Esto es en líneas generales._ S_i observamos nuestro caso, nuestras fronte-
---se sitÚa en -condiciones de afrontar la tarea más imporrante:·la·conquista·
_ras dis_curren poda vertie~te alpina y, por lo tanto, se está en condiciones
de aumentar aún más el valor de la actitud defensiva. La alta montaña im- del dominio del aire..
pide un gran despliegue de las fuerzas, ya que es muy difícil el empleo de Una vez abatida la adversaria, la Armada Aérea victoriosa dispone de
las mismas. la libertad de movimiento en el cielo enemigo. Esca libertad de movimiento
le permite impedir al adversario la conscitució? de otras fuer:zas aére_as. Por
Si el cinturón alpino representa un baluarte para nosotros, también lo
esto, la lucha aérea se decide por las fuerzas aereas que deben estar siempre
rep.resenta para nuestros eventuales enemigos. Este cinturón mientras faci-
preparadas para alcanzar el objetivo de la guerra. Quien no haya he<:,ho las
lita nuestra postura defensiva, hace que sea muy difícil una actitud ofensi-
previsiones a tiempo, no tendrá ya otra oportunidad.
va por nuestra parte.
La Armada Aérea vencedora, por el solo hecho de serlo, dará segaridad
De ello resulta que, si limitamos nuestras ambiciones a cerrar las puer-
a la nación, al Ejército, a la Marina y al propio desarrollo de la ofensiva
tas de nuestra casa, podemos conseguirlo con fuerzas limitadas y muy infe-

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202
1
aerea, mientras se encuentra en condiciones de someter a la nación adver-
saria, a su Ejército, a su Marina y al desarrollo de su ofensiva aérea.
l
1
Y por rodo ello, la Armada Aérea vencedora podrá, de una manera libre t
l
y direcca, acruar contra la resistencia moral y material del adversario, inde- t
pendientemente de lo que pueda hacer el Ejérciro y la Marina enemiga,
mientras el adversario no podrá acruar más que a través de su Ejército y
su Marina. '
Pero, ¿cómo van a enfrentarse escas fuerzas de superficie que están do-
minadas por la Armada Aérea enemiga vencedora? Ellas serán las que van
a sufrir canco directamente como de rechazo, codas las repercusiones de las TA.CTICA DE LA ARi.\1.ADA AEREA
ofensivas aéreas que la Armada dominante podrá desarrollar libremente.
Si escas ofensivas dañan la prod.ucción industrial del adversario, si impiden En uno de mis artículos afirmaba que las Armadas Aére_as se debían
el tráfico, si perturban su moral, codo esto repercutirá muy gravemente sobre dirigir contra las poblaciones desprevenidas de las_ g~and~s c1u?ades y ~e
las Fuerzas Armadas de superficies que.están dominadas desde el cielo, de los grandes ceneros industriales y hacerlo con la max1ma mtens1dad y vio-
manera que la viccoria aérea producirá ~o sólo una perturbación grave en lencia.
la nación adversaria, sino cambién un debilitamiento de sus fuerzas arma- · d d e esca afirmación.
Incéntase ahora d e.mostrar la exacnru
das de superficie. Esca perrurbación y este debilitamiento son, a igualdad
de ocras condiciones, proporcionales al tiempo durante el cual se ha ejerci- El punco más simple que se_ le pre:enca en la guerra al más fuerte es
éste: buscar al adversario y banrlo alh donde se le encuentre.
do la ofensiva aérea, o sea, van creciendo según se va prolongando la guerra.
En la superficie terrestre, este punto es de fácil aplicación. E~ :iér~it?
, ¿.l;:s posible, en escas condiciones, que el ejército que está dominado en
más fuerte marcha deÚBeradadiente'há:cia el terricorio enemigo:. eLmas ~eba
.. eI~~Je pueda decidir la guerra a.su favor? Hemos visto que, para'.q'u~ esto
es~á obligado a oponerse a cal marcl;i~. De ahí se deriva el contro.gtarruenco _
suceda,. es necesario aniquilar a la nación enemiga anees dé ser aniquila-
do~. ffrO quien es dominado en el aire no podrá mantener su prÓ<llicción y 'la batalla. ' · ·
a la altura necesaria para poder aplastar al enemigo. En la superficie del mar, este punto es ya menos f~cil _de aplic~r. La flora
más fuerce no puede amenazar directamente el _terncono enemigo, por lo
En 1921, cuando el Arma Aérea estaba destinada únicamente a servi-
que la menos fuerte no está materialmente obligada a opon~rse a ella de
cios auxiliares, en mi libro «El dominio del aíre», hice la siguiente pregun-
forma direcéa. Por el contrario, la menos fuerte, no debe de¡arse acrapa_r
ta: «¿Es cierto o no que nuestro poderoso Ejércico dispuesto en los Alpes
por la más fuerte porque eso representaría, muy proba~lemenc~ s~ hundi-
y nuestra agerrid ... Marina haciendo correría~ por el mar no pudieron hacer
miento; por lo tanto,_le in_reresa mantenerse, como :e dice e_n cermi~os na-
nada para impedir que un enemigo, adecuadamente armado por aire, se
vales, -~n potencia, cQÓ objeto de m~ncener empenad,Q al _adversano, cop
dedicase a destruir nuestros ceneros de producción, nuestros almacenes, cen-
eros de comunicaciones, demográficos y políticos, esparciendo por el país la esperanza de que cometa un fallo. _
encero la desolación y el terror? A esca pregunta sólo· se podía responder Por ello, en el mar, cuando se enfrentan dos _floras de dist~nta potencia,
con un «Es cierro», y por consiguiente, crear una Fuerza Aérea (la Armada se desarrollan dos acciones derivadas de la finalidad que persigue cada una
Aérea) capaz de oponerse a la eventual acción aérea enemiga. y que son opuestas: la flora más fuerte bus~a la b~calla ~or codos sus_ me-
dios para aniquilar a la adversaria y conquistar asi la mas comp~eca h~er-
cad de maniobra; la flora más débil, intenta por codos los m~dios evitar
la batalla para no ser sorprendida, y así mantenerse en ~ocencia_ con el fin
de obstaculizar la libertad de maniobra de la adversana y, _pos1bl:men;t•
aprovechar la ocasión ante un error enemigo. En es_te doble JUe~o t1ene, e
alguna manera, ventaja la flora más débil, porque esta puede siempre fon-

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dear en puercos forrificados que son inaracables por mar. Una vez escondi-
1
Si la Armada Aérea más fuerce se empeñase en buscar en d aire a la
da_ en sus puerco~ fortificados'. la Hoc~ más débil, por el solo hecho de que adversaria para batirla, se arriesgaría a recorrer inútilmente el cielo, consu-
e_,nsre Y puede sahr de su guarida, obliga a la más fuerte a permanecer con-
nnuamenre arenca. miendo energías y medios. La atmósfera no tiene fronteras y es siempre uni-
forme: ¿hacia donde dirigir la búsqueda? ¿Se encontrará la Armada Aérea
Así sucedió durante el gran conflicto europeo que, en el mar; no se dió enemiga en el aire en el mismo período limitado de ciempo que se puede
una verdade_ra gran batalla naval de efectos decisivos. Encerrándose en sus realizar la búsqueda? Y, ¿si está en el aire, no puede aterrizar, una vez avisa-
puer~os f~rnficado~,_ la flora más débil tiene que renunciar a proteger su da del peligro?
proprn cra?co marmmo y a ª:ªcar al del adversario. Por esto, para la más Incluso si dos Armadas Aéreas desearan encontrarse, el enfrentamiento
fuerte, e~ simple hecho de obligar a la adversaria a esconderse, represenra sería muy difícil que ocurriera, a no ser que hubiese un acuerdo previo
la capacid_ad de asegurar el propio tráfico marícimo y de impedir codo crá- entre ambas acerca del lugar y hora del enfrentamiento. Cuando dos Arma-
fico enemigo.. En la gran guerra esta situación se produjo inmediai:aniencé, das Aéreas poseen deseos· opuestos, una para provocar la batalla y la otra
desde el comienzo de las hostilidades. para evitarla, la probabilidad de enfrentamiento se reduce a cero.
. Pero el arma submarina vino\ a complicar las cosas. Aquel arma insi- Una Armada Aérea más fuerce, que buscase a la adversaria, no haría
d'.osa Y capaz d_e :~quivar las ::.cciones de las fuerzas navales de superficie, sino el juego ai enemigo, puesrn que ésre podría permanecer rranguilamen-
dio nuevas po~1b1hdades a la marina más débil para obstaculizar gravísi- ce en sus hangares y observar sus vuelos inútiles, que agorarían concamente
ma~ence ~1 trafico adversario, valiéndose de pocos medios contra los que sus energías. La Armada Aérea más fuerce proporcionaría al enemigo un
era 1mpos1ble entablar batalla. espectáculo gratuito de inocentes paseos aéreos y de su impotencia bélica.
· En el mar; pues, si el buscar al adversario para barirlo allí donde se Una Armada Aérea que posea únicamente una capacidad de combare
encuenrre, puede aún represemar el ideal para la flora más fuerre, cal ideal en el aire, canco si es más fuerte o más débil qut! la enemiga; representa
no es alcanzabl::fácilm~nce, Jre~;se: más fuerte en la sµperficie no impide -úrja rotal impotencia:
que_ el adversario pueda ~ccuar ·md1recramente contra la propia resistencia
nacrnnal. · ·- . - Para darle un valor bélicC>, hay que integrar la capacidad de _combare ·
en el aire con una capacidad ofensiva contra la superficie (Bombardeo).
Pase~os al campo aéreo. La Armada Aérea más fuerce es aquella que,
encontrandose con la adversaria, tiene la capacidad de destruida; es por Veamos el juego que se desarrollaría entre dos Armadas Aéreas, provis-
lo tamo, la que posee la mayor capacidad de combare en el aire. tas ambas de una capacidad de combare en el aire y de una capacidad ofen-
siva contra la superficie. La Armada Aérea más fuerce es aquella que posee,
A _la ~rm~da Afrea más fuerte le interesa, en principio, buscar a la ad- independiememeni:e de su capacidad ofensiva contra la superficie, la mayor
versana ~ banda donde quiera que se encuentre. Destruida· la Armada Aérea capacidad de combare en el aire.
adve~ana, la Armada Aérea vencedora podrá recorrer libremente el cielo
La Armada Aérea más fuerce, no puede (a no ser que quiera hacerle
e_nem1g~; actu~nd~ a su voluntad sobre e1 territorio enemigo, mientras que·
s_u prop10 ce_rnrono permanece al seguro de cualquier ofensiva aerea d~ eu"-
-.. el 1üégo al enemigo) buscar a 1a inás débil para bacirla. Pero si néi puede
ttdad apreciable. y no debe buscar el encuentro, la eventualidad de que se produzca la bata-
lla no le desagrada, sino que la desea.
, ~ero ra~bién aquí se desarrolla un doble juego. La Armada Aérea más (
debd debe mrencar evitar el enfrentamiento con la adversaria, encuentro nor eso la Armada Aérea más fuerte debe dirigir la ofensiva contra ob-
que, muy probablemente, significaría su fin. Por lo tanto, le interesa man- jetivos simados en la superficie, fijos, fácilmente localizables y lanzarse di-
tenerse en potencia. rectamente sobre ellos. Durante el desarrollo de estas acciones, la Armada
Aérea más fuerce puede o no encontrar a la adversaria. En el primer caso
Para la ~mada Aérea más débil, evitar el enfrentamiento es muy fácil. ocurrirá la batalla aérea que la Armada Aérea más fuerce tiene codas las
Pero esto sol? ocurre en el aire; basta que permanezca en cierra para que probabilidades de vencer; en el segundo caso, atacará los objetivos de la ·
el enfrentam1enco no pueda ocurrir. ¡
superficie.
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1
Es fácil comprender que en esca lucha el tiempo es or0. Por ello, las
El primer caso es muy difícil que se produzca porque la Armada Aérea
dos acciones paralelas de las Armadas Aéreas concrap~_escas se desenca~e-
más débil no tendrá ningún inrerés en suicidarse. Por lo canco, lo normal narán inmediatamente, desde el comienzo de las hosnltdades, ~n el peno-
es que ocurra el segundo caso. do crítico de las movilizaciones, y el éxito de la lucha dependera de la rela-
De este modo, la Armada Aérea más fuerce es capaz de atacar el objeti- ción entre la ofensiva proporcionada y la recibida.
vo enemigo que más le plazca, con la máxima libercad de acción, ya que En el aire, buscar al adversario para destruirlo representa, en c~alquier
le es indiferente encontrar o no a la Armada Aérea adversaria.
caso, un error muy peligroso, y el ser más fuerce que el adversar10 en el
Frente a cales acciones, ¿qué deberá hacer la Armada Aérea más débil? aire no puede impedir que éste ataque directamente los puntos vitales
¿Deberá buscar el oponerse a la Armada Aérea más fuerce cuando ésca se enemigos.
lance a la ofensiva contra sus objetivos? Por causas inevitables, la próxima guerra será dirigida también contra
Evidentemente, no, porque o no conseguirá oponerse (es decü~ encon- las poblaciones desprotegidas de las grandes ciudades y_ de los grandes ~en-
trarla), en cuyo caso líabrá hecho ún trabajo inútil, y si la encuentra tendrá eros industriales, y la victoria será para aquellas poblac10nes desproreg1das
rodas las probabilidades-de ser derrotada, por lo canco, no evitará las pos- que mejor sepan resistir a los terroríficos ataques.
teriores ofensivas aéreas sobre los objetivos simados en su propio territo-
rio. No podrá hacer otra cosa que emprender la ofensiva contra objetivos
en territorio enemigo, evitando encontrarse con la adversaria.
Así es como las acciones de las dos Armadas Aéreas, la más fuerce y
la más débil, se desarrollarán de forma paralela y análogamente. Ambas
sólo podrán lanzarse a la ofensiva con era objetivos simados en el territorio
enemigo, con la diferencia de que la más fuerce, no teniendo que evitar el

enfrencamienco, tendrá la máxima libep:ad de,maniobra, m1encras la menos
, fuerte, debiendo evitar el enfrentamiento, dispondrá de una menor líber~
tad de maniobra. ,
La batalla aérea no tendrá lugar más que de forma excepcecional, se
podría decir casi por casualidad. La lucha aérea se reducirá, por las pro-
pias caracceríscicas de las armas, a una, recíproca ofensiva sobre los objeti-
vos enemigos.
¿Qué objeto puede tener esca recíproca ofensiva? Evidentemente, el de
proporcionar al enemigo el máximo daño en _el menor tiempo posible.
Escas acciones ofensivas deberían préseritar un carácter de máximá in-
tensidad y violencia, y deberán ser dirigidas contra los objetivos enemigos
que sean más sensibles desde el punto de visea material y moral, que sean
más frágiles y más vulnerables. La oportuna selección de tales objetivos y
las acciones ofensivas más rápidas e intensas deberán ser las líneas maes-
tras de las futuras luchas aéreas. La Armada Aérea más débil podrá com-
pensar su inferioridad con una mejor selección de los objetivos a batir y
con una mayor intensidad de sus acciones. En ninguna lucha como en ésta
tendrán tanta imp9rcancia la genialidad de los comandantes y el ardor de
los combatientes.
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UNA NECESIDAD ABSOLUTA

El principio básico de la docrrina que yo sosrengo es: «Resistir en la


superficie para hacer masa en el aire» que se deriva de admitir que «en
la próxima guerra el campo de lucha decisivo será el aéreo». Si esre último
_) axioma responde a una realidad, evidentemente, la nueva doctrina respon-
de a una necesidad.
Incluso en el caso de que no admiriese ese axioma, la nueva doctrina
respondería igualmente a una necesidad. Es decir, aunque en la próxima
guerra, el campo aéreo no tuviese un valor decisivo, habría que organizar
j
la defensa nacional sobre el principio <le «resistir en la superficie para hacer
masa en el aire». ··
Para que la victoria aérea tenga un efecto decisivo en el éxito de la: gue- ·
rra, es necesario que el vencedor en el aire sea capaz de llevar a cabo, sobre
la nación enemiga, una ofensiva aérea ral que determine su derrumbamiento
moral. La magnitud de esta ofensiva dependerá de los medios disponibles
por parte del vencedor respecto a la capacidad de resistencia del pueblo
enemigo. Vencer en el aire significa situar al adversario en unas condicio-
nes que no pueda realizar en el aire ninguna acción bélica de entidad apre-
ciable.
El que vence en el aire, y sólo por este hecho, se encuentra en condicio-
nes de poder ejercer libremente sobre el enemigo aquellas ofensivas aéreas
: que sus medios le permitan, mientras el adversario es impotente para vol-
. ver a actuar eficazmente en el aire.
· Si se tiene presente que el vencedor en el aire puede aumentar los me-
dios ofensivos y si se piensa en los rerribles efectos materiales y morales
que pueden producir las acciones aéreas empleando armas químicas, es fácil
comprender cómo la victoria aérea sitúa a quien la conquista en una posi-
ción de poder hacer intolerable la vida de la nación adversaria. Pero admi-
tamos que, bien por una capacidad deficiente de la ofensiva del vencedor

211
ponen al comienzo de las hostilidades sirven únicamente para iniciar la lucha,
en el aire, o por la resistencia del pueblo venciJo. el efecto de la viccoria
aérea no sea decisivo. no para decidirla.
La experiencia de la gran guerra está reciente. En cuanto a las ~erzas
En cal eso la guerra será decidida por la lucha entre las fuerzas de su-
de superficie nada ha variado aunque algunas cosas se han perfeccionado.
perficie.
Las mismas causas producen los mismos efectos y parece que, en la super-·
¿En qué condiciones sé desarrollará esca lucha entre dos naciones, una ficie, la guerra presentará características análogas a las que tuvo en el gran
de las cuales domina a la otra en el aire? conflicto mundial.
En el campo material, codo el territorio de la nación dominada estará El empleo de las grandes masas_ ~e hombre~ ari:r:ados que constituyen
expuesto, sin posibilidad de realizar acciones eficaces, a las ofensivas aéreas los modernos ejércitos, la preparac10n y org~mzac10n de ~sas masas q~e
enemigas, las cuales, si pudieran soportarse, producirían daños enormes las naciones deberán equipar después del pnmer choque, impone una m-
y perrurbarían gravemente el libre desarrollo de coda la actividad nacional. tensificación del trabajo productivo nacionaL Ahora bien, esca inte':s~fica-
El Ejército y la Marina de la nación dominada, privados de los auxilios ción exige que la producción nacional pueda desarrollarse en cond1oones
aéreos, deberán actuar bajo la ofensiva aérea enemiga, así como sus bases de relativa seguridad y tranquilidad.
y sus líneas de comunicaciones, que estarán amenazadas continuamente,
Esto lo podrá llevar a cabo quien consiga el dominio del aire; el domi-
y sus movimientos, vigilados y obstaculizados. El tráfico marícimo de la
nación dominada será atacado desde el aire, canco en sus líneas de navega- nado verá su trabajo productivo gravemente perturbado.
ción, como en los puesros de aprovisionamiento. Lo contrario sucedería en Todo el mundo hoy está convencido de que las guerras fu~ras se inicia-
la nación vencedora. Toda su actividad nacional podrá desarrollarse libre- rán con grandes acciones aéreas. Esto sígnifica_qu: ~omenzaran e~~ la lucha
mente con completa tranquilidad y seguridad. Su Ejército y su Marina, li- entre fuerzas opuéstas que estén listas al prmc1p10 de las hosnlidades.
bres de las acciones aéreas enemigas, podrán actuar con la plenitud de sus . Dadas las rnraccerísticas eminentemente ofensivas del ~n:1ª 5rl, e~pa~
medios contra un adversario en inferioridad de coi'idiciones y además po- cio Y· su corrípléh1 ineptitud defensiva, fa lucha aérea se dec1d1era srap1dac
j
drán contar con el auxilio aéreo miencras'que el~nemigo"esrará privado de él. 1 mente. No le es posible, en. el aire, al menos fuerte o al menos preparado,
En el campo moral, se producirá un desequilibr:io por el daño infringi- entretener ál adversario con el fin dé ganar ciem~o para prepararse y rear-
do a la nación dominada. Esca permanecerá bajo la pesadilla continua de marse. Las fuerzas aéreas oponentes se encontraran como dos es_padas des-
las terribles acciones ofensivas contra las que se sentirá impotente. Su Ejér- nudas. Ambas se lanzarán a la lucha con la máxima inte~sidad, mcencando
cito y su Marina sentirán su impotencia para ocultar a sus propios compa- cada una de ellas, aprovechar los momentos críricos, bien desde el punto
triotas de las ofensivas aéreas enemigas. de vista material o del moral.
Basca imaginar las discintas condiciones en las que se encontrarían, ma- La gran guerra demostró, que fue posible crear de nuevo_ grandes ejér-
terial y moralmente, las dos naciones en lucha, para convencerse que la do- ciros durante el propio conflicto y que fuerzas navales pequenas fueron ca-
minada, aunque fuese capaz de resistir sin doblegarse a las ofensivas---aé_reas, paces. _de traer enjaque a las máspotent~S ~erzas i:ava,les ddmundo, El
se encontraría en unas condiciones muy difíciles en la lucha de superficie. .. peligro más urgente y el que hay q~e ale¡ar por ern~1ma de codo,. e_s :l de
En consecuencia, si la victoria aérea llegara a tener un carácter decisivo, ser' dominados por el aire, aunque solo sea para no situarse e~ cond1c10nes
siempre tendría una gran influencia en el éxito de la guerra .. muy desventajosas en la superficie. En cierra y en la mar el peligro es menos
urgente, ya que se puede siempre ganar cie°:po para abascecers:, y al abas-
Pero es preciso tener presente otro hecho.
tecerse será más fácil la victoria, si se consigue vencer en el aire. Es en_ el
Hoy nadie piensa que una guerra, en lo que respecta a la lucha de su- aire donde hace falta estar preparados para afrontar la lucha con las me¡o-
perficie, pueda resolverse rápidamente con los medios existentes en tiempo
res posibilidades de victoria. __ _
de paz. De hecho, codas las naciones preparan, además de la movilización
El principio básico de mi doctrina responde a esta necesidad. Si limi-
de carácter puramente militar, la movilización civil, es decir, codos se pre-
tando nuestras ambiciones al principio de la guerra, nos c?nformamos con
paran para transformar durante la guerra, los recursos nacionales en equi-
resistir en la superficie, se podrá dar a nuestras fuerzas aereas las mayores
pos bélicos, porque codos comprenden que las fuerzas militares que se dis-
213
212
facilida~es para la vicroria, y aunque esca viccoria no ruviese efecros decisi-
vos, no 1mport~ demasiado, puesro que habremos puesto a nuestras fuer-
z_as de superficie en clara ventaja y, como éstas son capaces de resistir: cen-
dre~os nempo para reforzarlas en unas condiciones de tranquilidad 'y se-
gur1dad h~ta que estemos seguros de poder buscar la acción decisiva en
la superficie.

. Para que mi doctrina sea válida, no es necesario que se verifique mi


ax10ma sobre el val~r decisivo del arma aérea. Es suficiente con admitir
lo que hoy no es posible negar, es decir, que los aviones vuelan y los vene-
nos matan. ' CONCEPTOS SOBRE LA GUERRA AEREA

He seguido con vivo interés h1 serie de artículos publicados en la revis-


ta Rassegriá por el ·coronel Belcrani, con el rírulo «Conceptos y tendencias
sobre la guerra aérea», tanto por el argumento tratado, como porque mucho
de lo dicho allí me afecta personalmente.
En estos artículos, para conseguir el objetivo de someter de forma obje-
tiva a los leccores, los términos de la discusión que se ha encendido en torno
a la guerra aérea y para que pudies.::n formarse sus propias ideas, ha sinte-
tizado, en el segundo artículo, lo que es, a su modo de ver, mis teorías, y
en los siguientes, ha hecho una relación de las objeciones y los argumentos
que se vienen haciendo contra mis teorías.
Según mi opinión, con el método seguido por la revista no se ha conse-
guido lo que se pretendía. U na vez leído su estudio, a los lectores n() se
les sitúa para que puedan encontrar los distincos conceptos y ,tendencias'.
entre las que elegir, sino que s~ les coloca en contra de un pensamiento
(el mío) y de una serie deslabazada de críricas a este pensamiento. No han
encontrado, frente a mi concepción orgánica, otra u otras concepciones or-
gánicas. Quizá el título más apropiado para el estudio del Coronel Beltrani
¡·
hubiera sido: «Críticas a las teorías de Douher».
Por otra parte, la revista no podía mantenerse desapasionadamente al
margen de la pelea. El tiene una forma de ver las cosas de forma rotalmence

1 -opuesta a la mía, como lo desmuestran sus numerosos artículos_apa,r:ecid_os


en esta misma revista Ressegna, Era pues lógico, narural y humano que fuese
I tratado como lo fue, mirando con una mayor simpatía a sus ideas que a
las mías. Los hijos propios son siempre los más guapos y los más inteligen-
tes, incluso aunque estén mal hechos o sean roncos.
Sin embargo, el estudio del Coronel Belcrani puede haber impresiona-
do al lector que dándose cuenta de la avalancha de crícicas y de objeciones
recogidas contra mis ideas (de las cuales ninguna es válida) puede sacar
la conclusión de que mis teorías se deben a una imaginación más o menos
ardiente, sin conexión con la realidad y falca de equilibrio.
214
215
Y esto resulta más chocanre por pertenecer el autor al Arma Aeronáuti-
Esto demuestra de forma evidente, que no siempre consigo hacer que
se comprendan mis ideas. Y demuestra también que debo exponerlo de
ca y ser encendido en la materia, por lo canto, no puede suponerse que él
haya tratado de inrenrar demosrrar que el Arma Aérea que yo propugno la forma más simple posible. ·
posea un espíritu de arma distinto, como se puede entrever en mis críticas Helo aquí:
al Ejército y a la Marina. Dada la potencia actual del arma aeroquímica, pienso que, en caso de-
Es pues necesario que e1 lecror me permita hacer mi derecho de defensa. conflicto, el peligro más inmineme es el de ser vencidos en el aire, porque
en el caso de que fuese así, cualquiera que fuese la potencia de nuestro
Ninguna de las crÍticas y objecciones recogidas por el aútor me han
Ejército y de nuestra Marina, el adversario podría infringimos unos daños
resultado nuevas. Ya he tenido anees la oportunidad de responder exhausci-
morales y materiales que nos situarían rápidamente en unas condiciones
vamenre a codas ellas en los artículos publicados en varias publicaciones
y en particular en la Revista Aeronáutica. Pero quizás nunca me las habían lamentables.
presentado can en bloque. Por lo canto, las voy a afrontar también en blo- Es preciso, por consiguiente y anres de nada, estar en condiciones de
que para demostrar su inconsistencia. afrontar, inmediatamente, la lucha aérea con las mayores garantías de vicroria.
En el número 30 de la revista Rassegna se ha dado una curiosa casuali- Para alcanzar este objetivo, hay gue dar la máxima potencia, compati-
dad al aparecer el último artículo de la serie del Coronel Bertrani (El Pro- ble con los recursos disponibles, a aquella fuerza aérea que está destinada
blema general), inmediatamente después de un artículo mío (La necesidad a llevar a cabo la luch; aérea, y ésta es ·la Armada Aérea.
absoluta). Puesto gue en la superficie es posible ganar tiempo para aprovisionar-
Mi artículo finaliza con el siguienre párrafó: se, digo: «hay que estar en condiciones de resistir en la superficie para hacer
«Para gue mi doctrina sea válida, no es_ necesario que se verifique mi masa en el aire».
axioma sobre el valor decisivo del arma aérea. Es suficiente con admicir Esto es en lo gue respecta al concepto bélico general.
lo gue hay, y que no es posible negar, es decir, gue los aviones vuelan y
·Pasando más en particular a la guerra aérea, afirmo qué, para'dar fa
los venenos matan.» · ·
máxima potencia a la Acamada Aérea, es necesario comenzar pot teuqir: ·
El stgÍc,tilo del Coronel Beltrani, eres centÍm~tros--más._abajo, cqmienza as( en ~lla a tódas las fuerzas aéreas, eviiárido codo tipo de dispersión; renun-
ciando, por lo canto, a las «aviaciones auxiliares» y a la «defensa aérea».
«El concepco del General Douhet de resistir en la superficie para hacer
masa en el aire, que tiene carácter de principio, es muy discutible. Esen- Las «aviaciones auxiliares«, es decir, las fuerzas aéreas destinadas úni-
cialmente porque ello implica, como premisa indiscutible, que en los con- camente a facilitar las acciones terrestres o navales, resukan inútiles si el
flictos venideros, la decisión residirá, siempre y en cualquier situación, úni- enemigo consigue vencer en el aire, superfluas si somos nosotros los que
camente en el aire». conseguimos vencer, perjudiciales en ambos casos, porque la disminuir la
potencia de la Armada Aérea, se reducen las probabilidades de vencer al
De esto resulta que entre lo que yo afirmo y lo que el Coronel Belcrani
me atribuye (y se traca de una idea básica, no de una particular) existe una _enemigo y aumentan las de _ser vencidos.
diferencia· sustancial. - . . - . - - . - _ Los medios aéreos de defensa tienden también a debilitar la Armada
Aérea. Este debilitamiento estaría justificado si la defensa aérea fuese capaz
Ya en «El dominio del aire», libro que precedió a la exposición de mi
de, con fuerzas menores, equilibrar a otras mayores. Pero, puesto que nor-
nueva doctrina de guerra (permíraseme llamarla así, dado que así la llama-
malmente se verifica lo contrario, y son necesarias muchas fuerzas defensi-
ron cambien en el extranjero) dije:
vas para poder equilibrar a pocas ofensivas, la defensa aérea es antieconó-
«Una Aramada Aérea que consiga conquistar el dominio del aire, in- mica para los fines de la guerra.
cluso cuando no logre ejercerlo de forma idónea para lograr el derrumba-
Por lo tanto, ni «aviación auxiliar», ni «aviación de defensa aérea»: codo
miento de la resistencia moral y material del adversario, podrá llevar a cabo
debe integrarse en la Armada Aérea. Dado que la actitud ofensiva es emi-
acciones muy eficaces para alcanzar la victoria». Este es el mismo espíritu
nentemente más provechosa que la defensiva, la Armada Aérea, cualquiera
que sostengo en el artículo «La necesidad absoluta».
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la preparación del potencial bélico nacional, a la vista de los caracteres que
~ue se_a su por~ncia, _debe siempre actuar de forma otensiva, y con mayor
presentará la guerra futura.
intensidad y v10lenc1a cuanto más débil sea.
Las objeciones y los argumentos dados por el Coronel Beltrani, contra
Una Arm~da Aérea, aunque sea más fuerte que la adversaria y aunque mis teorías, se pueden dividir en los siguientes grupos:
tenga la segundad de vencerla en una batalla, no puede dedicarse a buscar
a la en_emiga _para batirla en cualquier sirio que se encuentre, porque en a) La eficacia del arma aeroquímica.
la a~mosfera ltbre de fronteras y uniforme resulta difícil buscarla y casi im- b) La eficacia de la guerra aérea.
posible e1:concrarla. P?r ello, si una Armada Aérea se fijase ese objetivo, c) Los Aparatos de Batalla.
derrocharia en vano tiempo y energías y no resolvería nada. d) El problema general de la preparación bélica.
A continuación pasaré examen a cada uno de ellos, para demostrar su
Una Armada Aérea no debe jamás intentar buscar al enemigo en el aire
para darle ~acalla; debe dedicarse a las acciones ofensivas contra objetivos inconsistencia.
de superficie que no se pueden esconder.
La eficacia del arma aeroquímica
_ La Armada Aérea más fuerte (es decir; la que encontrando a la adversa-
Evidentemente coda mi teoría, especialmente la de carácter general, se
na, se encuentra en c~ndi~iones de batirla), debe sin preocuparse de lo que
derrumbaría si fuese posible demostrar que la eficacia actual de las ofensi-
pueda h~cer_ el enemigo, lanzarse a la ofensiva contra los objetivos en la
superficie. S1, por ventura, encuentra en su camino a la Armada Aérea ad- vas aeroquímicas es muy pequeña.
versaria, puesto que se halla en condiciones de batirla, no evitaría la bata- Con respecco a esto, el Coronel Belcrani escribe: «Hay dudas sobre la
lla. En tal caso, en cada vuelo, la Armada Aérea más fuerce infligiría daños eficacia absoluta del arma química que, según estadísticas de guerra, sería
al enemigo. mucho menos mortífera de lo que muchos suponen».

La Armada Aérea más débil debe evicar'I~talla y debe también in- La gran guerra es ya una guerra antigua; en ella no cuvieron lug.ir ac-
ciones aeroquúnicas como se podrían dat hoy. Tales estadísticas no ci,enen,
'tencar hacer accione~ ofensivas contra objécivos de superficie, eludi~hd~ ef
, encuentro con la mas fuerce. · , pues, ningún valor. Por encima de las estadísticas tiene valor las experien-
cias que se van recogiendo p9r codas parces, y existe una gran cantidad
.. Puesto ~ue la bar~ aérea tendrá lugar sólo casualmente, la guerra aérea de literatura que elimina coda duda.
se resolvera en una sene de ofensivas muy violentas concra la superficie.
Añade el Coronel Belrrani: «Sobre codo está el hecho de que para cada
Por las dos parc~s se incenrará producir el máximo daño al enemigo, em-
arma ofensiva, después de un cierto tiempo, se ha encontrado una defensa
pleando los me~10s of~nsivos más eficaces y escogiendo los objetivos más
eficaz ... sería desconocer coda la historia del progreso científico humano,
~lnerables y mas sensibles. Las resistencia, esencialmente moral, de las na-
el negar que el hombre sabría siempre encontrar una defensa, etc.
c~ones en lu_cha será muy dur~mence golpeada y vencerá quien sepa inflin-
gir al enemigo, en el menor ttempo,. una canti1ad insoportable de daños. Tengo la mayor fe en el progreso científico humano. No niego que se
logre encontrar por ejemplo unos polvos capaces de neutralizar cualqu!er
La Ar~ada Aérea, para llevar a cabo sus acciones, debe disp~ne; de veneno. Digo simplemente, que hoy, cales polvos no se han encontrado aun.
una capacidad de combare en el aire, para froncar un evenrua1 encuentro Y puesto que pienso que la guerra se hace con los medios que existen y
con l~ fuerzas aéreas enemigas, y de una capacidad ofensiva contra la su- no con los que podrá haber algún día, digo que la eficacia del arma aero-
perficie; debe, pues, disponer de medios para combare en el aire y para química es muy grapde. Por otra parte, poco se puede hacer si sólo se c~n-
el bombardeo. La Armada Aérea debe estar compuesta, homogéneamente, fía en la esperanza, aunque sea fundada, de poder encontrar una relattva
por aparatos de batalla, capaces de combatir en el aire y de bombardear defensa, después de aigún tiempo, porque después de algún tiempo puede
la superficie.
ser ya tarde. También la guerra dura sólo aigún tiempo.
E~ca es la ~íncesis más breve que se puede hacer de mis teorías, que Un ilustre concradiccor de mis ideas, para demostrar que yo sobrevalo-
han sido excraidas de hechos actuales, teniendo en cuenca únicamente las raba la eficacia de la ofensiva aeroquímica, sacó a relucir el cálculo de un
posibilidades de la nueva arma. Este es, en suma, mi pensamiento sobre
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autor alemán, que aseguraba que para envolver por completo en una nube Concluye el Coronel Beltrani: «En resumen, no está equivocado quien
de gas morral a una ciudad grande como Berlín, tendrían que i!ltervenir al respecto estima que es necesario considerar al arma química como un
3.000 aviones con 5.000 toneladas de bombas. Estas cifras, decía mi con- medio de gran valor anee el que se debe estar preparado para empleado
rradiccor, demuestran que una operación asía requeriría muchos medios como represalia».
y concluía, como se ve, que el diablo no es can fiero como lo pintan. ;En qué quedamos? Tal vez con este párrafo se inrema tomar la iniciarí-·
Me fue fácil demostrar a mi egregio crícico que su diablo era espantoso. va d~ empleo del arma aeroquímica, o bien se pretende dejar la iniciativa
No habrá nunca ninguna necesidad bélica que obligue a matar a 5 millo- al enemigo para después actuar en respresalia, pero en cualquier caso, es
nes de habitantes de una gran ciudad como Berlín. Para el propósito de preciso una condición: disponer de un potencial aeroquímico tal que no
la guerra, es suficiente producir el colapso morral de la ciudad tomada como permita la derrota. Es lo único que yo pido. Por lo ta~to, ~i se intenta dejar
objetivo. Aceptando las cifras del autor alemán y aplicando una regla de al enemigo la gran ventaja de la iniciativa, es necesano d1sl':o~e~ 1e un po-
tres simple, resulta que con 300 aviones y 500 toneladas de bombas, es tencial aeroquímico muy grande para compensar la desventa¡a m1e1al. Todas
posible macar a 500.000 ciudadanos y que para matar 50.000 bastarían . las naciones se esrán proveyendo de enormes fuerzas aeroquímicas, rodas
30 aviones y 50 coneladas de bombas. Aceptando la máxima de que el dia- afirman oficialmente que no las emplearán si no se ven obligadas ante el
blo no es can fiero se puede resumir con que una modesta Armada Aérea empleo de escas armas por parte del en~mi?o. Pero_ sería ingenuo pensar
de 300 aviones con 2 toneladas de bombas cada uno, poseyendo la supre- que cales potenciales bélicos permanecenan moperac1vos en un eventual fu-
macía aérea, puede en cada uno de sus vuelos, macar a 50.000 hombres turo conflicto, en el que codas las energías materiales y morales de las na-
en 10 ciudades distintas, y que por lo canto, en ocho días esta Armada Aérea ciones en lucha incervendrían en la contienda.
modesta puede macar a 4 millones de personásdiseminadas en 80 centros Es más lógico pensar que, dada la gran ventaja al coger desprevenido
habitados. Creo que no se puede negar que un rdultado así produciría un al adversario codos intencarían no dejarse sorprender, desencadenando, en
grave efecco moral y me parece que si mi ilustre crírico no encuentra a este el mismo ins,tance que se deciden a entrar en guerra, ofe11sivas ~e~ºtl.'f~mi-
diablo bastante fiero, es que es muy optimista. cas ~uy violentas.
;: Negar la gran eficacia· del ai'Jria' aefo'química esca hoy fuera de lugar. Ela,rma aeroquímicaes esencialmente el arma de la sorpresa, puesto
Basca observar cómo se intenta por to<:los los medios el aliviarla. que és muy rara y desconocida .
. Escribe el Coronel Belr~ani: «Otros se preguntan si, puesto que el desa- Deconocida sobre codo. Nadie puede saber con seguridad qué tipo de
rrollo de la industria química es modesto, es recomendable que Italia se venenos empleará el adversario, ya que codos intenta mantener el secreto
dedique a concentrar codo su esfuerzo bélico en una forma de guerra que más absoluto.
se apoya únicamente en esta industria».
Ninguna nación puede, pues, disponer, si no es ~e forma vaga y genéri-
Desgraciadamente, la forma de la guerra no se puede elegir según las ca de los medios técnicos más idoneos para neutralizar los venenos que le
propias conveniencias y posibilidades. La forma de la guerra es la que es pueden afectar, mientras que en todos los países se :srudian los productos
y hay que aceptarla así. químicos adecuados para neutralizar los medios mas notables y comunes
Yo no he intentado jamás afirmar que nos convenga la forma aeroquí- de protección.
mica. Por el contrario, he afirmado· que, si fuese posible neutralizar la gue- Así, se pretende que el empleo de estas armas sea una s?rpresa plena
rra aeroquímica, sería muy ventajoso para nosotros, puesto que nuestras y completa. Se deberá en primer lug~ comenza~ con_ el :srud10 de los v:1_:e-
condiciones geográficas, demográficas e industriales son muy malas. nos usados por el adversario, despues los medios ce~nicos ~e ?ro~ecc1on,
Pero desgraciadamente, 1a guerra futura, por una serie de razones pre- y por fin, fabricar en grandes cantidades esos med10s y d1str1bu1rlos.
sentará la forma aeroquímica. Digo además: Esca forma será más proba- Cito otro argumento del Coronel Belcrani: «Pretender que tal arma (la
blemente impuesta, cuanto más desfavorable sea para nosotros. El enemigo aeroquímica) sea la única que se debe disponer y que e.n b~se a ~lla se ~eba
siempre tiene un carácter malo y le falca caballerosidad. jugar el wdo por el codo, parece contrario a la expenencia mas comun».
Sólo nos queda prepararnos para afrontar la guerra aeroquímica ¿Me
equivoco?
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¡Ya lo creo! ¡Sería además contrario al sentido comu'n' p - ·- h
d" h - - ero cqu1en a el objetivo, bien sea derribándoles o haciendo que vuelvan a su
te o o escnro _ una tontería así? -Yo
, no'
- Yo he di h h · ·
e o que ay que res1sr1r
en la superfitete para hacer masa en el aire Ahora pa · · 1 Base. Esta es la defensa antiaérea.
fi · h . · , ra resistir en a super-
te1e, ay ~ue disponer de cualquier cosa, canto del arma aeroquímica com La «protección» puede llevarse a cabo:
de cualquier otra. 0
l.º Mediance obstáculos artificiales que impidan al adversario alcan-
d. ~eros, no yo, tienden a jugar con el porvenir. Aquellos que negando o zar el objetivo (barreras aéreas).
1~mrnuyendo la eficacia real del arma aeroquímica, esconden la cabeza 2.º Mediante codas aquellas medidas que tiendan a neurralizar o mi-
ba10 el ala para no ver.
tigar los efectos de las ofensivas aéreas (refugios, ere.).
st
A e os, yo pregunto: ¿Tenéis en vosotros la profunda conciencia de que Dicho esro, yo afirmo que hay que renunciar a la «defensa aérea» por-
realm_ence el arma aeroquímica, hoy, no mañana, no tiene una eficacia cal que es antieconómica para los fines de la guerra, absorbiendo fuerzas aéreas
(ue Sl se emplea e?~ grandes medios de la moderna industria y con la VO- para las acciones ofensivas, eminentemente más rentables. A tal respecto, ·
.un~~d firm~ y ~ecidtda_ de vencer a cualquier precio, puede decidir, en una he declarado que hay que resignarse a sufrir las ofensivas aéreas enemigas
~ac1on que a sido venc1d_a en el aire, un colapso moral y material tan grande para poder infligir unas mayores al adversario.
. . orno para poner en peligro su propia existencia?
El Corone! Beltrani me acusa de que no me preocupo de rodas aquellos
Si esta conciencia no esrá en vuestra men--...e, debe , ·
v d · . . . . º' na aceptar m1 postura medios que, a excepción de la «defensa aérea» pueden disminuir los efectos
. ec1r. es preciso res1st1r en la superficie para hacer masa en el aire. de las ofensivas aéreas, canco material como moralmente.
Después de haber dicho que para infligir las mayores ofensivas al ad-
versario hay que resignarse a sufrir las ofensivas enemigas, si yo no agrega-
La eficacia de 1a guerra aérea se que codo esto hay que hacerlo para atenuar los efectos de esas ofensivas,
estaría dando la prueba m,ás ev¡dente de falta de sentido común. Por eso
.,, Hace falta comprender bien 1a expresión «defensa aérea,; siempre he afirmado que no hay que ahorrar esfuerzos para atenuar los
.- . De
fo~ma general la «defensa aérea» comprende rodas aq~ellas medi- ·efecros de las ofensivas aéreas.,enemigas.
d;s quedttelnden a s~strae:" a un objetivo o a una zona de objetivos de los Sólo he demostrado un cierro escepticismo al respecto, porque pienso
e eccos e as ofensivas aereas enemigas. que, ante la grandiosidad y amplitud del campo abierto a las ofensivas aéreas,
Pe h d. · no es posible confiar en la defensa antiaérea y en los sistemas de protección
f ro ay que i~ttngu}r varias cosas. Para sustraer un objetivo de los
e ecros de las ofensivas aereas enemigas, se puede: aérea.
lº I d. 1 · El Coronel Beltrani dice que yo incenro abandonar ~ las pobiaciones
. mpe ir que os ai:10nes enemigos alcancen el objetivo.
indefensas ante las ofensivas aéreas enemigas y que esto puede producir
2.º L~evar a cbabo las ~e?idas que anulen los efecros de las ofensivas graves depresiones morales. Desgraciadamente, no soy yo quien quiere aban-
aereas so re el ob,envo.
donar a las poblaciones indefensas anee las ofensivas a¿reas; c::s la ineludi-
Elp~imer ~érodo supone una auréntica «defensa», el segundo repre- ble necesidad de la guerra, que exige esro. Para defender un cenero demo-
senta mas propiamente una «protección». gráfico no es suficiente poner para su defensa a una determinada fuerza
La «defensa» propiamente dicha, se puede llevar a cabo: aérea; es necesario que esa fuerza aérea sea la adecuada para este menester.
De lo -contrario, no se cendrá una denfensa aérea, sino simplemente una
l.º ~edianre fuerza~ a~reas ~propiadas para impedir que el adversa- apariencia de defensa, que podrá satisfacer a los ciudadanos sólo mientras
no alcance el ob1envo, bien derribándole u obligándole a volver que el enemigo no se presente. Si las fuerzas de defensa aérea no se corres-
a su Base. Esca es la verdadera defensa aérea o defensa activa. ponden con el cometido que deberían tener, la moral de los ciudadanos
2.º Medi~nce a~mas antiaéreas (cañones, ametralladoras) adecuadas se deprimirá mucho más, por' la desilusión que producirá.
para tmpedtr, con su fuego, que los aviones adversarios alcancen Yo digo que hay que renunciar a la defensa aérea, porque no sólo es
antieconómica, sino camibén porque no puede corresponder a su fin.
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Para sostener la necesidad de la defensa aérea hay que demostrar lo con- La cadena de los observadores podrá, como máximo, dere..:rar al enemi-
trario, o sea, que es económica para los fines de la guerra y que puede co- go a la distancia de 20 Km: de la cosca. Suponiendo que el avión enemigo
rresponder a su misión. De lo contrario, codo se reduce a palabras huecas. renga una velocidad de 180 Km/h, la detección se hará, como máximo, 7
minutos anees de que el adversario llegue a la vertical de la cosca, es decir;
«Toda capacidad de resistencia, moral y material, tiene un límite. Por
sobre Génova o Nápoles, y 12 minutos para que llegue a Roma.
mucho que éste se eleve, siempre se podrá conseguir una potencia ral que
supere ese límite>,, escribe el Coronel Belrrani. Pero esto se verifica en las Resulta pues que las fuerzas aéreas situadas cerca de uno de los eres
dos parres. Y es por lo que yo digo que hace falca dar a nue?rra potencia ceneros para su protección, no podrán contribuir a la defensa aérea de nin-
ofensiva el máximo valor y emplearla con la máxima violencia para destro- guno de los eres ceneros.
zar la resistencia enemiga, anres que ésta destroce la nuestra. En ninguno de ellos, la fuerza aérea de defensa podrá encontrarse siem-
Yo he dicho a menudo a mis oponentes; demostrarme que es posible pre lista para reaccionar inmediaramence al recibir la detección. Una vez
limitar las eventuales ofensivas enemigas, de manera que ésras no rengan recibida, si la fuerza aérea se entuehmi. en el suelo, debe despegar; coger
una fuerte influencia sobre la economía de la guerra, y yo renuncio a rodas altura y lanzarse sobre el adversario; codo esco en muy pocos minutos. A
mis teorías. De hecho, con ello nosotros lograríamos neutralizar prácrica- poco que el adversario vaya a alca cosca. esco resultará poco menos que im-
menre Ja guerra aeroquímica y nos proporcionaría una gran ventaja. Pero posible.
ninguno ha podido demostrarme esto, porque es imposible de demostrar: La fuerza aérea de defensa puede ser mantenida en el aire., ya a altura.
Por lo ranro, convenceré de codo esto al leccor. Independientemente del hecho que, en ral caso, el percibir la detección es
--..:~, Supongamos que nuestro previsible enemigo dispone de un sólo avión más difícil, ya que un aparaco no puede estar conrinuamente en el aire,
en Córcega e inrenra emplearlo ofensivamenre. Este avión amenaza poren- hay que organizar un rurno. Y para esto es preciso, como mínimo, disponer
cialmenee a rodo nuestro litoral desde Génova a Nápoles. Supongamos que, de dos aparatos de defensa por cada centro. Para que la detección pueda
por nuestra parce, inrenramos simplemente defender los tres ceneros mayo- darse anees aue el adversario se encuentre demasiado cerca de la costa, se
0

res, Génova, Romá · y Nápdles; •abandonando los otros ceneros menores. puede esrabl;cer Úna 11acrulla aérea sobre el m~r a 50ó 100 Km de la costa.
Para alcanzar lo que nos p~oponemos es necesario que es remos en con- Pero, en este caso, se n.ecesiran más aviones pata mantener consrancemenre
diciones de oponer a ese único avión, al menos otro avión capaz de hacerlo la patrulla aérea.
retroceder o de abatirlo antes de que pueda alcanzar a cualquiera de los Por codo ello se ve la complejidad de la organización y la cantidad de
eres ceneros. Hace falta por lo ranto:
fuerzas aéreas que serían necesarias para defender esros eres ceneros de la
1.0 Disponer de una organización capaz de detectar la amenaza ene- amenaza de un solo avión que se encuentre en Córcega.
miga que puede surgir en cualquier momento y hacia cualquiera de los eres 1
1 Ese único avión, simplemente con su acción potencial, podría inmovi-
centros. !
¡ lizar una cantidad muy superior de recursos aéreos y de otro género. Esto
2.0 Disponer de una fuerza aérea capaz de, un vez recibida la detec- ! quiere decir que conviene, para los fines de la guerra, emplear ofensiva-
ción, oponer a la amenaza enemiga al menos un avión capaz de anularla. 1 mente los medios. Más que el daño que nosotros podremos infligir al ad-
Para dececrar al enemigo existe el sistema del avisramiento. Esre siste- versario, importa lo que estemos dispuestos a sufrir por parce de aquél.
ma se compone de una cadena de observadores que debe estar dispuesta
delante del cenero amenazado, de manera que se puede avistar al adversa- Todo lo que he expuesto referido a un único avión situado en Córcega
rio y señalar la amenaza rápidamente, para dar tiempo a la defensa aérea hay que contemplarlo en el caso de que hubiera allí una Armada Aérea.
de protegerle.
Como consecuencia:
Génova y Nápoles se encuentran a orillas del mar: La cadena de los ob-
l.º Para conseguir defenderse de la ofensiva de una Armada Aérea
servadores no se puede situar delante de la costa. Roma se encuentra a al-
enemiga, es necesario disponer de una fuerza aérea superior a la del ad-
gunos kilómetros en el interior pero tampoco la línea de observadores se
versar10.
puede situar en la cosca.

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Un auror alemán. después de haber expuesto las desventajas de la de-
2. 0 Si esca primera condición no se verifica, la defensa aérea no será
fensa aérea, escribió que ésta se encontraría en condiciones tan desespera-
eficaz y al mismo tiempo no se podrá evitar las ofensivas enemigas.
das qué habrá que renunciar a todo tipo de defensa para lanzar rodas la
3.0 En una lucha enrre dos fuerzas aéreas de la misma potencia, la fuerzas a la ofensiva.
que emp_le~ sus fu~rzas co_n fines defensivos le hará el juego al enemigo, Desgraciadamente, roda Iralia esrá expuesta a las ofensiva aéreas y pre-
porque s1 bien consigue ev1rar una determinada canridad de acciones ofen-
senra objetivos muy vulnerables y sensibles anee cualquier eventual enemigo.
sivas, renuncia a infligir una cantidad mucho mayor al enemiga En reali-
dad, ~o actúan para la defensa propia sino más bien para la defensa del La defensa aérea se presenta para nosotros mucho más difícil que para
enemigo. otros. El decir, «puesto que estamos más expuestos conviene que nos prote-
jamos» es lógico sólo en apariencia, porque el estar más expuesto no hace
Como conclusión, la defensa aérea es anrieconómica para los fines de
que sea más difícil la defensa, que por su propia naruraleza es ineficaz. Si,
la guerra y no puede lograr su objetivo y, por lo canco, es independienre
en líneas generales, la defensa aérea exige más fuerzas que la ofensiva, es
de los medios aéreos que se empleen.
nuestro caso particular, serían necesaria más fuerzas aún. Por lo tanto, no
El propio Coronel Belérami escribe: «Los simples cálculos de distancia podemos pretender ser más fuertes en el aire que nuestros eventuales ad-
y _velocidad permiten, por ejemplo, sacar como consecuencia que los me- versarios, y por ese morivo, nuestra defensa, independientemente de cómo
d10s de caza desc~cados en las zonas de Turín, Alejandría y Milán podrían se haga, será vana.
llevar a ,cabo co~¡unran:ienre la reacción frente al ataque de los objetivos
Dicho esro ¿no deberíamos saltar el foso, renunciando a una vana de-
de~ogra[ic?s e mdusrnales de la región. Se trataría, al menos, de hacer
fensa para acruar de forma más potente y violenta en la ofensiva? ¿No de-
anneconom1ca tal ofensiva, produciendo grandes pérdidas al adversario anees
beríamos intentar atenuar las ofensivas que nos puedan sobrevenir, para
de que vuelva a sus bases».
exaltar las ofensivas que podríamos provocar? El equiliorio entre los daños
He aquí, cómo uno de los más ardientes partidarios de la defensa aérea provocados y los recibidos, debemos inrenrar que se vuelva a nuestro favor,
se comenta con producir pérdidas al adversario, después de que éste ha no inrenra,.ndo dis111in1,1ii:: los daños a los que esn:mos expuestos, sino más
llevado a cabo su acción ofensiva. Puede ser unasatisfacciónderribar algu- bien aumentando los _daños que podemos infligir.
nos aparatos que hayan araca:do Turín o Milán y hayan lanzado una docena
_•_ de toneladas de ~o?1bas; pe_ro es una bien pequeña satisfacción y un curio-
so modo de concebir la defensa de un cenuo demográfico e industrial. 1·Pero
no volverán un,a segu:1da ~z!,_ quizás responderá el Coronel Beltrami, por-
que enconuaran anneconom1ca la expedición. Los aparatos de Batalla

¿Y por qué no? El adversario no se lanzará a la ofensiva si no posee La Armada Aérea debe poseer una capacidad de combare en el aire
fuerzas capaces de combatir en el aire, puesro que sabe que podrá encon- y una capacidad ofensiva conrra la superficie.
trar una reacción. No enviará únicamente bombardeos desrmados. Si no Esto es generalmente admitido, y se admire también que una Armada · ·
dispusiera de apararos de combare o de batalla, hará que la caza escolte
Aérea debe eséar compuesta por aviones de caza (capacidad de c9mba~e
ª. los bombardeos. ~or e~o los cazas de la defensa no tendrán ninguna segu- en el aire) y por aviones de bombardeo (capacidad ofensiva contra la su-
ndad de hacer anneconomica la expedición. Por orra parte, puede ser qué
el atacante venga en una gran oleada, mientras que el defensor no podrá perficie).
contrarrestarle. Yo sostengo que hay que render hacia un tipo único de aparara que
constituya la Armada Aérea, que sería precisamente el aparato de baralla,
Las actuaciones inglesas relativas a la defensa aérea de Londres han de-
en el que se unirían la capacidad de combatir en el aire y de atacar a la
mostrado que, a pesar de em~lear una mayor cantidad de medios y de energía
en la ?efensa que en la ofensiva! ~ondres permaneció expuesro a las ofensi- superficie.
vas aereas. Y Londres no es el umco centro que Inglaterra renfa interés en Y digo que el avión de caza, por sus propias caracrerísricas y frente
defendec Por ese morivo en Inglaterra ha comenzado a prevalecer el con- al empleo de la Armada Aérea, está pasado de moda.
cepto ofensivo.
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La Armada Aérea es una potencia ofensiva. Ella debe actuar en el cielo
enemigo y puesto que no puede perder el tiempo en buscar al adversario Esta afirmación no tiene fundamento.
en el aire. debe dedicarse a la ofensiva de los objetivos de superficie. Para En un medio bélico, la velocidad y la agilidad sirven par imponer o
lograr su objetivo debe ser capaz de eliminar de su camino a las eventuales para evicar el combare.
reacciones enemigas. Por lo ranro, necesita de una capacidad de combare
en el aire que inregre su capacidad de bombardeo. El de caballería puede imponer o evirar el combate con el in~an:e, pero
esco ·no qmere
· decir de ningu· n modo que, si se llega a combanr, este séa
Esras dos capacidades no pueden separarse. Una fuerza capaz solamen- desventojoso para el infante.
te de combatir en el aire es una impotencia aérea porque, si no encuentra
enemigo (y este encuenrro no puede ser más que casual) no hace sino con- El combare se resuelve con las armas. Un cazador desarmado jamás ob-
sumir gasolina inútilmenre. Una fuerza aérea capaz únicamence de atacar tendrá una pieza.
la superficie está expuesta a ser abatida por una fuerza aérea de combare La afirmación del Coronel Beltrami deriva de la visión de los cazas y
enemiga. de su empleo en el pasado.
La caza representa una capacidad de combate en el aire, pero su radio En sus orígenes, los cazas fueron empleados para «dar caza» a los apa-
de acción es muy limitado respecco al de los bombarderos; por eso, limita racos de reconocimienco y de bombardeo que estaban des~rm~?os o n_ial
el radio de acción de las ofensivas aéreas y obliga a los bombarderos a ac- armados. Los cazas, al ir armados y siendo más veloces y mads agues, teman
tuar en solitario, precisamenre en la zona más lejana y peligrosa. la capacidad de atacar manteniéndose en el án~lo muerro e sus opon~n-
Para dar a la Armada Aérea un gran radio de acción, hay que sustituir ces. No había combate propiamente dicho: habia caza, verdadera y propia.
al caza por un aparato que tenga la capacidad de combare en el aire y un Después empezaron a luchar entre ellos. Los ~azas, disponiendo de armas
radio de acción igual al de los bombarderos, o sea, por un aparaco de fi . presentaban el máximo ángulo muerco. Ev1denremenre, en un comba-
«combare». 1¡as, . ld d d e
ce entre d os cazas , el ma's a'gil y el más veloz , en 1gua a . e otros 1accores,
Dado q~~ el sepai::ar la capacidad de combare de la de bombardeo puede··; vencía. Esco hizo concebir la idea (q~t es relativap;¡ence c1erta) que el com- >
tener complicaciones, sería Útil reunir estas dos capacidades en un solo apa- bate se resu~lve con el movimiento.
raro de «batalla». _ Pero si s~ponemos un aparato armado de forma que no presence-ángu- -
Esro, hoy, se puede hacer. los mue;os, aunque sea mucho menos veloz y ágil que un c~za, el ~ombace
se decidirá por el efecto de las armas que entran en func10nam1enco.
Conrra estas concepciones, el Coronel Belcrami, a pesar de estar de acuer-
do en que sería deseable una gran auronomía para el avión que tenga que De esta manera ninguna servidumbre técnica del med~o aéreo se opone
afrontar el combate aéreo, así como que sería útil que un solo aparato inte- a que un aparato sea armado de furma que no presente angulos muertos.
grase las actitudes ofensivas en el aire y sobre la superficie, dice que a esro Un aparato de este género es de «combar~», ~ sea ~n aparato ~ue pue?e
se opone las servidumbres técnicas del medio aéreo. combatir, lo que quiere decir que puede sahr v1cconos1? o venetdo, segun
Si cales servidumbres no existiesen, el Coronel Belcrami no tendría nada las condiciones en las que se cfesenvuelva el confronram1enco de las armas,_
que oponer a mis concepciones. pero que ..n0 ·puede
.. nunca
. ser cazado· Ello .representa, •oor lo tanto, una ca-
pacidad de combate en el aire frente al caza. .
Hoy en día cales servidumbres no existen.
Los grandes aparatos que puede producir la técnica_moder~a permiten
Según el Coronel Belcrami, dichas servidumbres consisten en el hecho
un armamento que no presenta ángulos muertos y ademas permiten el crans-
de que, cualquiera que sea el progreso técnico, se podrá siempre obtener
porte d e una b uena carga de bombas • Hoy, el aparato
. de «batalla», preco-
un aparato más veloz y más ágil, sacrificando el radio de acción y el arma- nizado por mí desde hace años, es fácilmente realizable. ,
mento. Esto es exacto; pero ¿para qué?
Evidentemente, se podrán construir siempre caz~s más vel~ces Y mas
El Coronel Belcrami parre de un supuesto: que el combate es movimiento, ágiles que los aparatos «de batalla» y éstos no podrar: nunca 11:1~oner el
y por eso, dice que quien se mueve más rápido, vence.
combate a los cazas, ni evitar a los mismos, pero escaran en cod1c1ones de
combatir con ellos.
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El Coronel Belcrami da por terminado el examen de la cuestión de los
El caza, que basa su capacidad de combate sobre codo en su velocidad
aparatos de «batalla» diciendo: «Está el hecho de que, por ahora, ninguna
y ~~ agilidad, pos~e una capacidad de combare sólo si su velocidad y su
aviación militar ha llevado a cabo cales concepciones».
agilidad son super10res a las del adversario. De lo contrario, el cazador pasa
a ser el cazado. Yo no discuro Jo que se ha hecho. Estudio lo que debería hacerse. Y
observo que , si ninguna aviación ha realizado aún mis concepciones_ la
Una fuerza aérea basada en los cazas no tiene ninguna estabilidad y;
tendencia actual es a hacer realidad el aparato de «batalla» y las ideas se
de hecho, el Coronel Beltrami escribe: «En codos los sirios se continúa afa-
mueven en el sentido por mí indicado. En el último !lÚmero de la Revista
nosamente en la búsqueda del caza más veloz y con mayor cecho de vuelo. Aeronáutica (octubre) está resumido un arículo del Capitán Hans Ritter,
Apenas se conoce que una aviación extranjera ha logrado un resultado bueno
que está completamente de acuerdo conmigo. Entre otras cosas, dice:
en este se?rido, inmediaramence surge Ja inquierud de la propia inferiori-
dad Y se mcenta en seguida fabricar un caza más avanzado». «Ya en la guerra mundial, el número de los aviones derribados
era infinatamence menor que los que atacaban, al ofrecer estos últi-
_ ¡Evid~ncemen_re! Lo que ·hoy es una potencia, mañana puede ser una
mos una gran cantidad de ángulos muertos que permitían a los pi-
impotencia. ¿Que garantía puede dar una fuerza basada en los cazas?
loros de los cazas aproximarse a muy corca distancia. El único ene-
_ El aparato hde «combare» o de «batalla» representará siempre una capa- migo para los pilotos de caza eran los observadores de los aviones
cidad de com~are porque sus armas no podrán nunca ser anuladas por de reconocimiento que disponían de un arma a bordo instalada de
mucho que sea el progreso tecnológico. Una Armada Aérea compuesta por forma primitiva y que se podía mover con gran dificultad. A pesar
aparatos de <<batalla» dispondrá siempre de una capacidad de combate propia de la inferioridad técnica del armamento de a bordo de escos avio-
para oponerse a la capacidad de combare adversaria. nes, el monoplaza de caza cayó en desventaja en el momento en que
Tal capacidad dependerá de la de sus aparatos y del número de ellos se adoptó el vuelo en formaciones cerradas.»
«En -las guerras futuras un único apararo de bombardeo (mejor;
que la constiru~a; esca capacidad será la que resulce de sus propios medios
·< ,de batalla) tendrá la misma potencia de fuego que una;'escuadrilla ,_ •.- ,
y no dependera nunca de lo que pueda hacer· el enemigo.
complera durante la guerra mundial. Sin embardo tampoco este cipo
C~nrra una,masa de aparatos de «batalla» que dispongan de una cierta de aviones accuarin de manera aislada sino en formacicmes cerra-,
capacidad ~e comba.ce en el aire, una masa de aviones de «caza» podrá opó'her das; y, a menos que su tripulación cometa la imprudencia de aban-
una capacidad de combare superior (potencia y eficacia de las armas)· su donar la formación cerrada, sus acciones estarán coordinadas con
mayor velocidad no le servirá más que para imponer el combate o bien los demás miembros de la formación y cualquier caza monoplaza
para evitarlo. Como consecuencia, a la caza no le será necesario bu~car afa- que se inrente acercar caerá bajo el fuego de al menos cincuenta ame-
nosa~ente una mayor velocidad, sino que será suficiente ser más veloz que tralladoras.»
los av10nes de «batalla» y armarse adecuadamente. La «caza» se verá obli- «Estos conceptos son atacados por los viejos pilotos de caza. Esce
gada a transformarse en aviones de «combate», es decir, tendrá que dotarse hecho puede explicarse psicológicamente. La experiencia béfü:a de
?e un armamento capaz de enfrentarse al de los aparatos de batalla. En los pilotos de caza se desarrolló. en unas condicion~s coµipÍetam~n-
igualdad de otras condiciones, el aparato de «batalla» más veloz tendrá ven" ce diferentes de las que se podrían esperar en una futura guerra.
caja, pero esto no se puede potenciar a cosca de sacrificar el radio de ac- Está claro que la impresión viva y profunda de los combares es más
ción y el armamento. fuerce que la reflexión fría basada en la experiencia del tiempo de
Como en los buques de «batalla», en el aparato de «batalla» deben ar- paz, y tampoco se debe olvidar que el piloto de caza tiene una acri-
monizarse las cuatro características básicas: velocidad, radio de acción ar- rud deportiva que no la tiene el de aviones pesados. Sin embargo
mamento y autodefensa. Hoy; los que defienden la defensa aérea ven 'con hay que cener presente el viejo proverbio de que no es la capacidad
demasiada simplicidad el problema: los bombardeos alcanzan el objetivo de maniobra lo que resuelve el combare sino más bien la eficacia
se lanza contra ellos la caza y se abaten. ' ·de las armas que van a accuar. Y si la movilidad puede adquirir una
importancia comparable a la eficacia del fuego de un arma, el éxito
El problema hay que considerarlo de forma muy distinta: los aparatos
sigue escando reservado a la segunda.»
de batalla alcanzan su objerivo y hay que oponerles una fuerza de combare
superior a la que ellos poseen. 231
230
_ :•Hay_ n_o pocos aviadores de caza de !a guerra mundial gue con- Vil), es capaz de subir a más de 8000 metros. El cipo de aparaco que po-
cmuan v1v1endo de ilusiones. Pasará -tiempo para convencerles de dría ser adbptado por la escuadrilla de escolta es elJunkers K73 que, con
las nuevas condiciones técnicas.» el mismo radio de acción, posee una velocidad superior>,.
El Coronel Beltrami dice que, antes de modificar la antigua concepción
Y en orro punto, el Capitán Hans Riccer, después de haber comparado
de los cazas, sería oportuno que la experiencia de la guerra haya proporcio-
las ~osibilidades del armamento de los grandes aviones con los de los cazas,
nado los argumentos seguros a este respecto.
escribe:
¿Y si esta experiencia se hiciera en nuestro pellejo?
«Pero no es sólo un armamento más potente el que dará al avión
grande la superioridad sobre eI pequeño avión de caza, sino un mayor los aparatos de vuelo y las armas de que se dispone o se puede dispo-
techo de vuelo.» ner, son cosas reales y concretas. Para los aparatos de «combare» y de «ba-
talla» que yo preconizo, se dispone de récnica suficiente.
«Existen dos circunstancias que hacen extraordinariamente di-
fícil la actuación de los monopiazas de caza a alturas superiores a Para equipar a una Armada Aérea basca con fabricar los aviones en serie.
los 6000 metros. la respiración artificial presenta dificultades y re- Especialmente en aviación, no se debe intentar fabricar aparatos que
duce en gran parce la capacidad de movimiento y la energía de! pi- ya pertenecen al pasado, puesro que el material es de corra vida y e! progre-
loto. También el píloro de un avión de bombardeo se encuentra en so tecnológico es muy rápido.
las mismas condiciones, pero su actividad es más pasiva y. no se puede
«Caza» y «defensa aérea» son conceptos de la época de 1a gran guerra.
c?mparar con la del piloto de caza que está obligado a realizar con-
Hoy una Armada Aérea debe (y puede) estar compuesta por aparatos de
nnuamente maniobras acrobáticas y a variaciones grandes de la al-
batalla, armados para combatir en el aire y para atacar la superficie, capa-
tura de vuelo.»
ces de volar a gran altura. la Armada Aérea debe actuar y sus componen-
«Es precíso también considerar que, por la pequeña sustenta- tes mantenerse en formación parapoder ap.lj.car la máxima potencia de fuego .
ción én uñaire enrarecido, la seguridad del avión está muy cofnpro:: "'··, en codas .las direcciones.
mecid_a. Por un pequeño error en una maniobra acrobática, el apa-·
Para acatar a una fuerza aéréa que vuele a alca coca, aunque se dispon- ·· ·-
rato podrá entrar en una situación descbhtrolada y el piloto réndrá
ga de un moderno avión de caza, si se tiene en cuenta el tiempo para dar
que sop?rtar un esfuerzo considerable para volver a coger la altura
la orden de despegue y de ataque, así como para reunir la formación, trans-
que cenia anees.»
curre al menos una hora. En este tiempo, el atacante recorre 200 Km., por
«Son pocos los pilotos capaces de soportar durante mucho tiempo lo que hay que sacar como consecuencia que los puestos para los observa-
el vuelo a alturas de 7 u 8 mil metros, con e! frío correspondiente dores deben encontrarse a 200 Km., del objetivo a defender. ¿Dónde ios
y con los esfuerzos producidos por las maniobras de caza en esas podremos colocar nosotros?
condiciones. Frente a escas dificultades, hay que rener presente lo
Una vez alcanzados a los acatantes, la füerza de caza no encontrará apa-
peligroso que resulta e! ataque a una formación de bombardeo que,
racos de caza, sino unas formaciones compactas constituidas por aparatos
disporiiendo de un arsenal de arIIIas, puede dirigir una ~onsid,era- -.
ble masa de fuego hacia codos los lados, sin que sus pilotos estén fuerceinente armados, listos p~r~ combatir.
sometidos a ninguna maniobra acrobática, lo que aumentará la efi- Esta es la situación actual.
cacia de las armas.» La aviación debe ser ofensiva también en las ideas. No debe jamás es-
Estas breves citas demuestran como por rodas partes las ideas se mue- perar que el adversario come la iniciativa ni siquiera en el terreno de las
ven en la dirección por mí indicada. Y para demostrar que por parte técni- ideas. Debe siempre buscar la delantera, en velocidad y en techo de vuelo,
ca también se procede de forma similru; citaré de nuevo a Ritter: «Un ejemplo y también en ·Io que respecta a las concepciones. Si se deja llevar por el
de aparato de bombardeo a alta coca es elJunkers W34. Con la tripulación pesado lastre del pasado, será su ruina.
compleca y una carga de bombas de 500 Kg., tiene una autonomía de 4 Es el arma de la juventud que se vale de la audacia que vibra impacien-
horas y media; este aparato tiene un motor especial para alta coca (Jupiter te- y de la genialidad. No es el arma de los pies de plomo.
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Estamos cocalmenre de acuerdo. El fin de la guerra ha sido y será siem-
El problema general de la preparación bélica pre el somecer al enemigo a nuestra voluntad. En esce a·sunto no pueden
existir concepciones disrincas.
Como he demosrrado desde el primer arrículo de esca serie, el Coronel Para que el enemigo se somera a nuestra voluntad es necesario destruir
Belcrami, afirmando que el principio sobre el que baso mi doctrina de gue- su resistencia. Son las naciones las que hacen las guerras, no las fuerzas ·
rra (resistir en la superficie y hacer masa en el aire), implica la suposición armadas. Es a la nación enemiga a la que hay que imponer nuestra volun-
de que en los confücros futuros, la decisión se verificará, siempre y cual- cad, no a sus fuerzas armadas. Escas son sólo medios. No hay necesidad
quier situación, en el aire, no ha expuesto exactamente mi pensamiento, de destruir las fuerzas armadas de una nación para obligarla a aceptar nuestra
que es sustancialmente disrinco. voluntad.
Yo digo que hay que hacer masa en el aire para situarse en las mejores La guerra es una accion que se _realiza contra l¡¡.s naciones con el fin
condiciones posibles para alejar de nosotros, en caso de conflicco, el peligro de llevarlas a una condiciones de vida intolerables, de cal forma que les
más urgente, un peligro que, en dererminadas condiciones, puede alcanzar resulte una mal menor el aceptar la voluntad del enemigo.
unas dimensiones decisivas y que siempre será capaz de influir en la eco-
No hay necesidad de creer que la guerra se desarrollaba encre las fuer-
nomía de guerra de forma muy grave. Como puede ocurrir que la decisión
no se verifique en el aire, digo también que es preciso resistir en la superficie. zas armadas y que del éxiro de ese encuentro entre esas fueras se derermi-
nará la viccoria o la derroca. La viccoria sobre una nación enemiga sólo
Dada su incerprecación sobre mi pensamiento, el Coronel Beltrami será cal cuando se produce en ella esas condiciones intolerables que la obli-
en una exhaustiva y objetiva exposición, cita al General Bollari que lo in- gan a doblegar su voluntad. Siempre ha sido y será así.
cerpreca en la misma forma e igualmente inexacto. El General Bollari, escri-
be: «... no hay motivo para considerar al campo aéreo el decisivo... Y si, Cuando la guerra era un asunto personal enter emperadores, reyes, prín-
por vencura, fuese el campo aéreo rec◊-nocido como el único decisivo, no ci_pes, ere,, éstos reunían fuerzas ~rmadas y jugaban con~llas. I)ecras de
sería conveniente esperar áhacer 1-iiasa en él hasta que fuese declarada la las 'fuerzass armadas no había nad_a. Derrocadas las fuerzas armadas eh-e-
guerra, sino que se debería hacer masa mucho anees, polarizando hacia él migas, eÍ ;encedor era dueño de hacer lo que quisiera. Todo había acabado.
codas Tas energías económicas, industriales, ere., pasando por aleó codo lo Esto explica cómo, en la época napoleónica, la suerte de los imperios
que no puede cener un carácrer decisivo». dependía del éxito de una batalla que se desarrollaba en pocas horas. El
¡Evidentemente! Pero como yo no considero que, siempre y en cualquier estudio apasionado, pero superficial, de la época napoleónica llevó a esta-
circunstancia, sea decisivo el campo aéreo, me preocupo de resistir en la blecer un principio erróneo: «el fin de la guerra es la destrucción de !as
superficit:. fuerzas armadas enemigas». Erróneo porque confundía el fin con los me-
dios. Erróneo, porque limitaba, sin ninguna razón los medios de !a guerra.
Pero es preciso no confundirse. Yo creo que las guerras se decidirán en Durante mucho tiempo, este principio erróneo se mantuvo firme.
el aire y expongo los claro~ y los razonamientos de mis creencias. Pero no
rengo en esro una absoluta ·seguridad, aquella que sería necesaria para fi- Puesto que se consideraba la- guera como una simple confronca-ción de
jarse únicamente en el campo aéreo. Una seguridad absoluta sin embargo fuerzas armadas de cuyo éxito dependía la solución, el fenómeno de la gue- ·
está en lo más Íntimo de mi ser: que el ser derrocados en el aire representa- rra era un hecho aislado de la vida de las naciones. Las naciones, para hacer
rá, en los confliccos futuros, un peligro muy grave. la guera, preparaban una organización especial y !os gobiernos adaptaban
los estudios y !a conducta a una categoría especial de personas. Los gobier-
Que este peligro no exisca y que no sea grave, deben demostrarlo mis nos se limitaban a nombrar a los Comandantes en Jefe y ellos se declaraban
oponentes. El resco son palabras. incompetentes en lo que se refería a la conducción de la guerra. Se había
Escribe el General Bollaci: «La concepción prebélica (respecco a la gue- convercido, pues, en una norma fundmencal la absoluta independencia entre
rra mundial) y la post-bélica no se diferencian en el fin perseguido, que el Comandante en Jefe y la autoridad suprema. Era un asunto entre fuerzas
es siempre el poner fuera de combare a las fuerzas del enemigo, doblegar armadas, en las que nadie tenía que vérselas con nadie que no perteneciera
su voluntad y obligarie a aceptar la nuestra». a esas fuerzas.

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rra en el campo terrestre), o indirectamente mediante acciones que acrúen
Hasca la época napoleónica, la experiencia había demostrado que la contra la resistencia nacional (y esto ocurrió en el campo marícimo).
vicroria en el campo de batalla no era condición necesaria y suficiente para
Entre las pasadas guerras y las del futuro, hay sólo una diferencia en
la victoria. Al gran ejérciro napoleónico victorioso, Rusia había opuesro su
los medios (como dice el General Bollati muy justamente) a los que se le
gran extensión y su clima, y fue vencido. A los valerosos generales napoleó-
nicos, España había opuesro el ardor de sus guerrilleros y no llegó a ser han añadido uno nuevo muy potente: el arma aeroquímica. Pero este medio
vencida. En el juego de la guerra enrraban factores distintos además de las es el que presenta más idóneo para atacar y destruir la resistencia nacional.
fuerzas armadas. la gran guerra dio la prueba más clara del error conteni- En el campo terrestre, para llegar a afectar la resistencia nacional, hay
do en el principio de que el fin de la guerra es la destrucción de las fuerzas que destruir a las fuerzas armadas enemigas para poder actuar en el inte-
armadas enemigas. En el campo terrestre tuvieron lugar batallas formida- rior del territorio adversario.
bles que no resolvieron nada. A veces, ejérciros enteros fueron aplastados, En el campo marírimo es posible acacar direcramente la resistencia na-
pero siempre intervinieron otras naciones en su ayuda. Nunca más se dijo: cional enemiga, pero sólo un cipo de resisrencia que es sobre codo del tipo
vencerá quien destroce el orden enemigo; se dijo: vencerá quien pueda re- marerial.
sistir una hora más. los gobiernos, arrastrados por las naciones, se vieron
obligados a ocuparse de la guerra y de los propios Comandantes en Jefe.. En el campo aéreo es posible atacar directamenre rodas las resistencias
la derrota fue determinada por ei colapso moral de las naciones vencidas. enemigas, canto materiales como morales.
la victoria en el campo de batalla no fue la clave de la victoria. El General Bollati escribe: «Decisivo puede ser también el campo aéreo,
si las fuerzas aéreas llevan a cabo ofensivas tan grandes que provoquen una
En el campo marítimo, el hecho de que la guerra era acciones contra
parálisis de las energías materiales y morales de la nación atacada»:
las naciones se mostró aún mayor evidencia. Aquí las fuerzas armadas ni
siquiera llegaron a la confrontación. Por las dos partes no se buscó otra Evidenremenre, si las fuerzas aéreás no llevan a cabo ofensivas de una
cosa que actuar contra la resisrencia de las naciones adversarias. ·Hubo un cierta entidad, no podrán ser decisivas: Pero para decidir; basca que provo-
momento en que se temió perder la guerra como consecuencia de las a:ccio- quen la parálisis de las énergía:s matedales y morales de la nación adversa-
. nés de los submarinos alemanes~ Esto no llegó a ocurrir,·porque ia p¡oduc- ria. :Después de haber hecho esta afirmación, el General Bollaci intentó ate-
.· ción dé los astilleros por parre de las naciones aliadas, equilibró las pérdi- nuarla escribiendo: ·
das producidas por los submarinos. «Pero la victoria aérea es hipotética porque el enfrenramienco
de las masas puede no verificarse (¿se verificó acaso el enfrentamiento
Esta lucha entre destrucciones y producciones fue realmente decisiva. de las masas en la guerra marítima 1914-1918?); el empleo de los
Y fue una lucha no entre medios bélicos, sino entre medios descrucrivos aviones es siempre aleatorio, puesto que en ello pueden influir las
de resistencia nacional y medios produccivos de resistencia. condiciones merereológicas prohibitivas. El arma aérea es la que se
Idéntica, aunque menos aparente, fue la lucha terrestre. Las naciones desgasta en mayor medida porque una victoria aérea o el predomi-
aliadas, firmes a 1a voluntad de vencer; con su trabajo produccivo encenta- nio aéreo, no impiden que los aviones enemigos puedan producir
ban compensar las pérdidas que se_prnducían en los frentes de batalla .. Y ofensivas en otros puntos, paralelamente a cada acción ofensiva. a.érea
~seo continuó así hasta que, por una de las parces, no fue posible seguir propia; el efecto de las ·ofensivas aéreas puede ser neutralizado por
compensando. la victoria se transformó en un desequilibrio de las resis- medios de defensa activa y pasiva, por procedimientos que son siem-
tencias nacionales, no por un desequilibrio entre las fuerzas armadas. Escas pre objeto de un estudio serio; en fin, es preciso tener en cuenta
no tuvieron otra función que la de producir, a través de las acciones, la el campo moral, que es el verdaderamente decisivo y en el que se
derrota de las naciones enemigas, es decir; la producción de aquel estado pueden encontrar resistencias insospechadas.»
intolerable que les obligaba a doblegarse a la voluntad enemiga. «Conclusión: el campo aéreo puede ser el decisivo, pero las ac-
Esta es la concepción de la guerra entre las naciones. ciones que en él se desarrollan, siendo fáciles y eficaces por las con-
diciones peculiares del medio, encuentran grandes dificultades y deben
Las acciones de guerra contra una nación se pueden desarrollar indi-
superar graves obstáculos.»
rectamente, a través de las fuerzas armadas (y esto ocurrió en la gran gue-

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«La verdadera decisión se obtiene adaptando las acciones de codas ver codos los casos y no resuelve ninguno. Es el camino del med10, la senda
las fuerzas armadas y teniendo presente que, a igualdad de otras con- de la mediocridad, la peor de codas las vías.
diciones o incluso aunque no sean iguales, vencerá el que tenga los Que mis ideas encuentren muchas oposiciones es natural y humano.
medios más firmes; esta es la verdadera resistencia en la superficie Son ideas diferenres de las que habicualmence se encuentran a la vuelta de
a la que se debe tender.» la esquina. En cualquier caso, ellas tienen una gran fuerza por la verdad.
Estamos totalmente de acuerdo, pero queda la necesidad de ajustar las ;Quién había imaginado, hace solo dos años, que el Arma Aérea, que pare-
acciones de codas las fuerzas armadas. ~ía que estaba limitada a un sevicio auxilia¡; fuese reconocida como un valor
Es precisamente esco lo que yo preconizo que hay que hacer; al afirmar decisivo en determinadas circunstancias, en paridad con las Armas terres-
que es preciso resistir en la superficie para hacer masa en el aire, lo que tres y marítimas?
hago es ajuscar las acciones de las dos fuerzas armadas. Es un paso gigantesco que no se habría dado si mis ideas no tuvieran
Si para siruarse en las mejores condiciones para vencerhay que dar a una verdadera fuerza. '
cada fuerza armada unas acciones en armonía con el resto de las acciones Los pasos siguientes son más fáciles. Se trata de extender aquellas cir-
de las otras, las acciones deben estar perfectamente definidas. cunstancias en las que el Arma Aérea puede tener un valor decisivo.
En mi ceoría, yo asigno a las fuerzas de superficie la carea de resistir Esto depende únicamente del progreso técnico, orgánico y del empleo
y a las fuerzas aéreas la de atacar. del arma.
A mí asignación definida y precisa no basta oponerle palabras vagas Aquellos que tienen el honor de pertenecer a la Aviación, no deben tener
e indefinidas, sino que hay que oponer otro reparto y demostrar que es dudas sobre su valot; deben dedicarse a hacer de este arma la inás segura
más idóneo para los fines perseguidos. salvaguarda y la espada más afilada de nuestra Italia, confiados que esce
A un concepco hay que oponer otro concepto; a una idea, ocra idea. es, su destino.
0

De ocra manera sólo se hace una. crícica, que puede ser quizás elegante, '.-;No existe dificultad, ni técnica, ni de empleo, ni material, ni Inóral que
pero en cualquier ¿aso será eschiI. . ·. prie'da detener el brillante camino de este arma que dispone de codas las
Escribe el Coronel Belcrami: «::. frente a una teoría absolutista (la mía) posibilidades. ·
se delinean varia tendencias equilibradas. Escas tendencias evitan el abso- ¡Cada vez más aleo, mirando hacia adelante!
lutismo teórico de los conceptos banales, siguiendo el viejo proverbio del
justo medio».
Este es el pensamiento que se me opone. El justo medio. Un poco de
fuerzas terrestres, un poco de fuerzas marícimas y un poco de fuerzas aéreas.
Esta teoría se deriva de la certeza de que pude ser decisivo tanto el campo
terrestre, como el marítimo, y el aéreo. Todo es posible en este ~µndo. Y
·· el ,,justo medió;, ab.árca codas las posibilidade~. Pero ¿es precisamente la
asignación de las careas de las eres Fuerzas Armadas lo que puede poner
a nuestro favor las mayores posibilidades de victoria?

¡Vaya! A una ceoría que, como la mía, se deriva de razonamientos lógi-


cos y fundamentada en daros innegables, lo único que se le puede oponer
es la expresión vaga de «el justo medio».
La teoría del «jusco medio» es incómoda y no compromete, pero no se
deriva más que de una indecisión y de una incertidumbre. Tiende a resol-

238 239
LA AVIACION Y LA GUERRA

En las guerras fucuras, el arma aeroquímica será muy empleada. Esta


es la expresión de una fatalidad que es preciso reconocer valientemente para
estar listos para afrontarla. Toda ilusión al respecto sería exrremadainence
peligrosa. Todos los tratados y convenciones, que se puedan firmar para
prohibir o limitar el empleo de esca arma, se traducirán en trozos de papel
arrastrados por la tempestad.
Es una férrea e inflexible ley contra la que resulta vano ir: cuanto más
eficaz se muestra un arma, más profusamente será empleada. La guerra
no admite térIIJ.inos medios ni sentimentalismos: es la guerra; es la lucha
1 por la vida y por la muerce y codos los medios· son lícitos pra no morir.
No son los medios con los que se hace la guerra los que pueden definirse
más o menos humanos o más o menos legícimos; es la guerra la que puede
declararse inhumana o ilegícima. Cuando estalla la guerra, la humanidad
y el sencimencalisrno se cubren de lum y se esconden; no hay sirio para ellos
en la escena del mundo; volverán a aparecer al acabar la guerra. Los me-
dios que se emplean en la guerra no pueden. distinguirse más que por su
eficacia.

r La guerra. es una lucha de naciones y representa el última medio pará


doblegar-la voluntad de la nación adversaria a la voluntad propia. Para ob.-
ce~i!Les©, es preciso destruir codas las fuerzas de resistencia, moral y mate-
rial, de enemigo. Es necesario, por lo canco, producir al enemigo una canti-
dad de daños que le resulte insoportable, para obligarle a considerar como
mal menor el aceptar nuestra propia voluntad. Cuando se piensa en la for-
midable capacidad de resistencia moral y material que dispone una nación
moderna, se comprende la acción destructiva que es preciso llevar a cabo
para lograr doblegar su voluntad. El desarrollo de esta formidable acción
destructiva es el medio de esca acción, necesarjamence violenta que se llama
guerra. Para vencer es necesario producir el máximo daño al enemigo en
el más breve tiempo posible con el fin de derrotar anees de ser derrotados.

241
Como consecuencia, en el momento en que estalle el conflicto las dos
Cuando se admite que en guerra es líciro macar, destruir, desvastar, incen-
diar, ere., es pueril discutir sobre la mayor o menos legitimidad de los me- parres de la lucha dispondrán, listas para la acción, de fu~rzas aeroquími-
dios empleados para ello. cas. •Es posible imaginar que una lucha en la que las naciones emplearon
roda~ sus fuerzas y sus recursos con el único propósito de matar y no ser
Cada vez surge un nuevo medio de guerra, surgen, auromáticamence, muertos, un formidable medio, lisro para ser empleado, como es el arma~
pro¡:escas de carácter sentimental. «Espero que nosotros abandonemos muy mento aeroquímico, permanecerá sin ser utilizado? Evidentemente, no. La
pronto e1 uso de la artillería», escribía Montagne. «Sin esta invención malé- parre que se considere con ventaja en el em1;leo del arn_ia aeroqu~ica, cuan-
fica (los cartuchos de pólvora) canto bravos y valientes hombres no estarían do se enfrente al terrible juego, no perdera esa venca¡a y lanzara su fuerza
muen:os a mano de bribones, que no se atrevían a mirar la cara a aquellos contra e1 adversario, que se verá obligado a hacer orro tanto. Y la guerra
que dejaban muertos en el suelo», escribía Blaise de Moncblue, humanista aeroquímica se desarrollará con codo su furor.
del siglo XV Y se debe a las ametralladoras Ben:ha Krupp, durante la bata- El que sea atacado químicame11te denunciará a1 mundo que s~ e~emi-
lla de Canne, el que ésta sea una de las más sangrientas de la historia. Por go ha violado los pactos, mientras que por s~ p_a~te, aunque s_ea mmnendo,
otra parre no existe una diferencia sustancial entre morir por la metralla hará lo mismo. Después de la guerra se escnb1ran muchos libros para de-
de una granada, acribillado por una ametralladora, sepultados en una ga• terminar la responsabilidad, pero miencras canto, la guerra había tenido luga.c
lería por una mina, sepultados en un sumergible, quemados por un lanza-
llamas ... o axfisiados por un gas. Hay que convencerse que el limitar el uso de los_ medios d~ guerra en
cantidad y en calidad, es absurdo. Agred~do por algu:en que qu~era hacer_le
Después de la Gran Guerra (el mayor deliro realizado por la humani- mal el ciudadano más pacífico del muncto no dudara en empunar el revol-
dad contra sí misma), surgieron numerosas inciacivas contra la guerra, para ver ~ue dispone, aunque no tenga permiso _de ar,n_ias. Si fuese ~osibl~ lii:zii•
la reducción de los armamentos, para limitar los medios de guerra, etc. Todo tar en cantidad y calidad el uso de los medios behcos ¿p~r que esta Ii1;11ta-
esto no representó más que el fruto de exagerados egoísmos nacionales con- cióa debe quedarse en un determinado punto? ¿por que _n~ se podna al-
jugados por una hipócrita demagogia internacional. canzar el límite mínimo, por ejemplo el de hacer que el ex1to de la guera
fuera definido pór el resultado de una partida ejedrez, jugada entre los re-
Quien ha obtenido el mayor botín de la guerra intenta situarse para
presentantes de las .parces en litigio?
conservar, con la mínima distorsión, aquello que ha logrado (y ello lo hacen
en nombre de la humanidad). Quien propone reducir los armamentos piensa: La guerra aeroquímica afecta a las naciones enceras y permite dañar
«Sin embargo yo intentaré armarme con todos los demás,.. Quien quiere a rodos sus ciudadanos. No son ya las fuerzas armadas las que se enfrentan
dominar la superficie de los mares no quiere que los otros rengan submari- cuerpo a cuerpo, son las naciones. _Cuando las guerras consistían e~ el cho-
nos que, llegado el caso, podrían perturbar aquel dominio. Y así sucesiva- que-de armas unidas a la superficie terrestre, el cuerpo ~e las na~10nes es-
mence. La humanidad es consciente: nadie quiere tirar al agua a su mula, taba protegido como por una coraza. Por lo tanto, hab1a que alcanzar el
si no la tira primero el vecino. Nunca se iogra la verdad ni se afronta la corazón del adversario. Los ejércicos y las marinas desarrollaban una doble
realidad. No se tiende a luchar contra las causas que pueden determinar función: proteger codo !o que estaba detrás, de ell~s y destruir las fuerz_as
la guerra, sino que se limita la disposición de los.medios para hacerla. No adversarias para poder-alcanzar lo que hab1a derras. El arma del espac~o,
se logra concebir que para alejar las razones de! conflicto es necesaria una· independiente de la superficie, há revolucionado por cornpieto este carac-
más equilibrad a distribución de la riqueza entre las naciones; por el con- cer milenario de la guerra: los ejércicos y las marinas están hoy im~t~ntes
trario, quien es más rico, emplea el oro como medio de guerra en plena paz. para proteger lo que cienen detrás y no e~ necesario derrocar al e¡erc1ro _Y
a la marina adversaria para atacar lo que estos no pueden protege~ La _mas
Por otra parte, mientras hombres de rodas las naciones se reúnen para potente flota inglesa es impotente para defender París de una ofensiva aere~.
declarar ilegícima el arma aeroquímica, todas las naciones se proveen an- «El avión es capaz de llevar cargas cada vez mayores y constituye el _m:d10
siosamente de estas armas y se preparan para emplearlas. por excelencia para distribuir una gr~n can~idad _de materiales qm~icos,
envenenando a ejércitos enteros y haciendo mhab1cables gran~~s reg1o?es.
Naruralmente ninguna de ellas declara que no la empleará si su even-
La guerra química ha encontrado en el avión un potente aux1har, desrma-
tual enemigo es el primero en violar la prohibición.

243
242
do a sembrar el terror sobre zonas prácticamente ilimiradas», ha escrico
el Mariscal Foch.
Para vencer es preciso anular en el ad~ersario coda voluntad de resis-
tencia. La voluntad de resistir está entre las naciones, no en sus fuerzas ar-
madas. Escas con el instrumento de que disponen las naciones para para
hacer la guerra: si el puño se abre, la espada cae. Puesco que el arma del
espacio da la posibilidad de atacar directamente el corazón de la nación
adversaria, pone a disposición el medio de imponer su voluntad sobre la
nación enemiga.
Es lógico, pues, prever que en las guerras futuras, en lugar de intentar AXIOMAS SOBRE EL DOMINIO DEL AIRE
batir una y otra vez los ejércitos, se actuará directamente sobre el cuerpo
vivo y vulnerable del enmigo. Hay que tener en cuenca que las ofensivas La lucha aérea no puede desarrollarse más que mediante golpes rápi-
aeroquímicas serán lanzadas esencialmente contra las poblaciones civiles, dos y violentos. Un estado de inferioridad no puede transformarse en un
es decir, sobre los grandes ceneros demográficos, industriales, comerciales, estado de superioridad más que mediance una acción más rápida y más
de comunicaciones, ere., con ei fin de producir, mediante la destrucción violenra que la enemiga. No se puede esperar que esra transformación pueda
y el terror, el colapso de la nación enemiga. cener lugar por un aumento de fuerzas procedentes por una posterior pro-
La guerra futura presentará una apariencia atroz. Y digo apariencia por- ducción o preparación de las fuerzas. Esco requiere el tiempo y no hay forma,
que al actuar esencialemente sobre la resistencia moral, requerirá proba- en la lucha aérea, de ganar ciempo, encreceniendo al enemigo. Este, espe-
blemente un menor dispendio de sangre para llegar a la decisión. De cuals cialmente si se siente más fuerce, no dará tregua y el cambio de la situación
quier forma, como se quiera clasificar, la guerra futura tendrá un aspecro · no podrá derivar más que a hacer más fuerte, al fuerce y más débil, al débil.
· horroroso. J\nce esca espantosa eventualidad debemos preparamos para ha- Una lucha de este género, erda cu\il, al menos unos de los contrincan-
cerla frente, virilmente, comenzando desde ahora, a mirarla de frenre. tes escará interesado en impedir· que el otro pueda foraralecerse y que se
desarrollará sin interrupción, no puéde estar durante mucho cieni'po in-
cierta. En un momento dado, el que oscenre la supremacía aérea no la per-
derá más, de manera que la supremacía adquirirá valor produciendo un
rápido descenso de las fuerzas aéreas enemigas, hasta que queden reduci-
das a una cantidad practicamente despreciable.
¿Es o no cierro que el más fuerte ejército desplegado en los Alpes y la
más fuerte marina surcando nuestros mares, nada podrían hacer contra un
enemigo que, armado convenientemente en el aire, se lanzase a la destruc-
ción de nuestros cenrtos de comunicaciones, de produccíón, cómércialés,
·etc., y sembrase en los ceneros demográficos la muerte, la destrucción, el
terror, intentando de esa manera desrruir nuestra resistencia material y moral?
Una nación cuyas fuerzas aéreas sean derrotadas por las del adversario,
expondrá su cuerpo inerme a las ofensivas aéreas enemigas y cendrá al Ejército
y a la Marina con las espaldas desprotegidas.
No hay aeródromos inatacables desde el aire; no hay almacenes, ofici-
nas, etc., indestructibles desde el aire; no se pueden meter las ciudades bajo
cierra, las escaciones, los ceneros industriales. ecc. Las aviaciones adversa-

244 245
rias, al presentarse en el campo de la lucha, sólo podrán macar o morir,
pero nunca aplazar la solución.
En caso de conflicto, la eventualidad de ser dominados en el aire, será
una desgracia, porque pondrá a nuestro país a merced del enemigo que,
a pesar de todas las convenciones inrerna~ionales, cuando le convenga no
dudará en utilizar venenos, ni destruir nuestras industrias, nuestros ferro-
carriles, ni nuestros navíos, ere., además de que nuestro Ejerciro y nuestra
Marina resultarían sin el apoyo desde el aire.
No hay por qué presuponer que el enemigo tiene una fuerza moral in-
ferior a la nuestra. Tanro mejor si en la práctica se demuestra que es así.
El Dominio del Aire es la condición por la cual se esrá en condiciones
de llevar a cabo operaciones de guerra aérea contra un enemigo impotente
para realizar operaciones de un valor apreciable.
INDICE

Págs.
Parre I. La nueva forma de la guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Cap. I. Los nuevos medios. técnicos. . . . . . . . . . . . . . . 15
Cap. U. La nueva posibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Cap. III. La Transform~ción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Cap. IV. El arma ofensiva ........... , .... , . . . . . . 26
Cap. V. Orden de magnitud de las ofensivas aéreas . . . 30
Cap. VI. El dominio del aire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Cap. VII. Las consecuencias extremas . . . . . . . . . . . . . . . 39
Cap. VIII. Armada aérea y aviación auxiliar . . . . . . . . . . 43

Parce II. La Armada aérea ............................. 45


Cap .. IX. Consciruci6n sintética . . .. . . . . . . . . . . , .... . 47
Cap. X. La unidad de bombardeo ............... . 49
Cap. XI. Las unidades de combate ................ . 54
Cap. XII. Estabilidad del armamento .............. . 60

Parte III. La guerra aérea 63


Cap. XUI. Principios generales .................... . 65
Cap-. XIV. La Defensa ........................... . 68
Cap. XV. Desarrollo de la guerra aérea ............ . 72
Cap. XVI. El futuro ............................ . 77

246 247
Págs.

85
Cap. XVII. Generalidades 87
Cap. XVIII. Coordinación .. 88
Cap. XIX. Aviación auxiliar ...................... . 90
Cap. X.X. Aviación independiente ................. . 93
, Cap. XX1. Aviación civil . . . . . . . . . . . . . . . ......... . 95
. Cap. XXII. Actividades de la aviación civil ........... . 102
Cap. XXIII. Actividades de la aviación civil ........... . 105
Cap. XXIV. Organización central ................... . 107
Cap. XXV. Los caminos aéreos .................... . 110
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-~oodusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

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Epílogo ........................................... . 171


Las aviaciones auxiliares . . . . . . . . ..................... . 173
La defensa aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
La nueva doctrina Bélica ............................. . 201
Táctica de la Armada Aérea .......................... .
Una necesidad absoluta .............................. .
Conceptos sobre la Guerra Aérea ... •:, .................. .
205
211
215
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La aviación y la guerra ........... · ..... ~- ............. . 241


Axiomas sobre el dominio del aire ..... , . , ............. . 245

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