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Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografia dispersionista 169

hallazgos paleontológicos ya generaban ejemplos capítulos sobre distribución orgánica de El origen de


y este proceso conducía al aislamiento entre pobla- las especies. Darlington (1957) afirmó antes lo mis-
ciones originalmente continuas, y 2) dispersiones mo; hizo ver a Darwin como el descubridor que por
aleatorias e improbables a través de barreras, que primera vez propuso que la distribución animal no
provocaban un aislamiento inmediato entre pobla- podía explicarse simplemente en términos de clima y
ciones. Debido a que cada vez más se descubrieron de las condiciones físicas locales, ignorando a auto-
casos de distribuciones anómalas (como se deno- res anteriores, tales como Buffon, Humboldt y De
minaban entonces a las distribuciones disyuntas) Candolle. En el breve apartado que dedicó a la histo-
(Jahn et al., 1989), separadas por grandes extensio- ria de la biogcografía (Darlington, 1957: 22), redujo
nes oceánicas, y por ende no explicables en térmi- todos los estudios predarwinianos sobre distribución
nos de procesos de expansión-extinción intermedia, a una simple búsqueda de 'centros de creación'. Le
con mayor frecuencia se recurrió a la dispersión atribuyó a Sclater el mismo ingenuo propósito, quien
improbable como explicación causal de la existen- así evitaba suposiciones que le parecían desmesura-
cia de regiones de endemismo y de las distribucio- das, como el paso de los indios norteamericanos a
nes disyuntas (en las publicaciones también se les través del Estrecho de Bering o a la colonización de
refiere como distribuciones alopátridas o vicarian- la Polinesia por extravíos ocasionales de balsas.
tes). De esta manera, la biogeografía histórica fun-
dada por Darwin y Wallace se convirtió en una La verdadera biogeografía moderna, según esta
peculiar "ciencia de lo raro, lo misterioso, lo mila- versión whig de la historia de la biogeografía, na-
groso y lo improbable" (Nelson, 1978). ció con los trabajos de Darwin y de Wallacc, quie-
nes interpretaron la distribución orgánica desde
Sin embargo, los dispcrsionistas a menudo han re- una perspectiva evolucionista. Después de ellos,
currido a un razonamiento que ya había usado Lyell los biogeógrafos ya pudieron dedicarse básica-
(1832): un caso de dispersionismo parece ser un su- mente a recopilar datos de distribución de los di-
ceso fortuito, ocasional e improbable si se considera versos grupos de plantas y animales, mientras que
de forma aislada; sin embargo, cuando se toman en otros, sin entender a Darwin, malgastaron su
cuenta lapsos de tiempo suficientemente extensos, tiempo moviendo continentes o suponiendo gran-
la dispersión se convierte en un suceso prácticamen- des puentes terrestres para explicar los patrones
te seguro (Simpson, 1952; Carlquist, 1974). Hay biogeográficos, sin considerar la evidencia ni la
que recordar que Lyell fue el inventor y principal probabilidad. No se trataba, según aclaraba Dar-
promotor del concepto de tiempo profundo (Gould, lington, de negar esas hipótesis a priori, pero
1992), que concibe a la Tierra con un pasado inmen- tampoco se trataba de crear puentes sin evidencia,
so, en el que los procesos geológicos se repiten en citando la ironía que hizo Darwin al referirse a los
ciclos sin fin. En su visión, lo que a Lycll le sobraba especuladores que postulaban puentes transconti-
era tiempo, lo mismo que a los biogeógrafos de la nentales tan fácilmente como los panaderos coci-
teoría sintética de la evolución. naban pasteles.

La historia whig de la biogeografía


Darlington (1957: 22) criticó a autores que, como
dispersionista
Gadow (1913), supusieron movimientos de los
Un lugar común entre los biogeógrafos neodarwinis- continentes más allá de la razón o la necesidad. En
tas, también llamados evolucionistas (Zunino y Zu- cambio, reconoció a Matthew con su trabajo Cli-
llini, 1995), fue atribuir a Darwin el nacimiento de la mate and Evolution (1915, reimpreso en 1939),
biogeografía científica, Mayr (1982), por ejemplo, quien, según él, contrarrestó a los zoogeógrafos
sostuvo que el estudio de la distribución orgánica irresponsables ¡que no se apegaban a los hechos!
trascendió su estadio exclusivamente descriptivo y se En su reducida y sesgada interpretación, la historia
convirtió en investigación causal a partir de los sólo le sirvió parajustificar su propio enfoque. Con
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Se da una alternancia entre períodos de invasiones de las interacciones competitivas con la especie
marinas y emersiones de la tierra emergida, madre, que en general está menos adaptada. Esas
aunque las principales masas continentales han interacciones por lo regular provocan la ocupa-
permanecido sin cambios sustanciales. Retomó la ción del área original por parte de la especie hija
idea dispersionista de las balsas naturales, que se y el desplazamiento de la especie madre a la peri-
desprenden de las riberas continentales transpor- feria. Así se concibe al centro de origen de gru-
tando ocasionalmente hembras grávidas de mamí- pos supraespecíficos como el área donde se
feros colonizadores, para explicar las distribu- forman nuevas especies, que va creciendo a me-
ciones disyuntas, negando con ello a los puentes dida que se originan especies mejor adaptadas
intercontinentales. dentro del grupo. Esta expansión ocurre en fun-
ción de la vagilidad total de la especie, que es la
Biogeografía neodarwinista suma de sus medios característicos de disper-
sión, tanto activos como pasivos.
El procedimiento general de la biogeografía
neodarwinista consiste en recuperar la historia
del poblamiento de un área determinada; ejem- La biogeografía evolucionista desarrolló una serie
plos de ello son los trabajos de Simpson (1964) de criterios para localizar los centros de origen de
-quien reconstruyó la historia del poblamiento los diversos grupos. Estos criterios los resumió y
de Sudamérica durante el Cenozoico, con base analizó críticamente Cain (1944), mostrando sus
en la historia biogeográfica de los principales inconsistencias; sin embargo, siguieron empleán-
grupos de mamíferos-, o el de Lack (1947) dose profusamente en la literatura dispersionista.
-quien explicó la radiación adaptativa de los Entre los criterios principales que se han usado
llamados 'pinzones' de Darwin-, por saltos para localizar centros de origen, podrían citarse los
desde el continente al archipiélago de las Galá- siguientes (Bueno y Llorente, 1991):
pagos. También los trabajos de Reig (1962) y
Hal ffter ( 1961, 1976) pueden inscribirse en esta l. Área de máxima diferenciación de un tipo. El
tradición biogeográfica. Al dispersionismo le centro de origen corresponde al área en la cual se
interesa entonces reconstruir historias particu- presenta la máxima diversificación taxonómica
lares de dispersión, con sucesivas integraciones y/o la máxima diversificación ecológica. Se basa
de biota proveniente de otras áreas en distintos en la suposición de que hay un incremento de la di-
tiempos (invasiones alocrónicas). Darlington versidad en función del tiempo, de modo que el
(1957) afirmó explícitamente que es tan impor- área más antigua, que sería el centro donde se ori-
tante analizar casos particulares como compa- ginó el taxón, es la que tiene mayor diversidad. Si
rarlos; así, el rumbo que toma este enfoque es bien el razonamiento parece lógico, carece de fun-
preponderantemente casuístico. damentos teóricos y empíricos. Siempre cabe la
posibilidad de que el área con mayor riqueza co-
Las premisas básicas del Dispersionismo son rresponda a un centro secundario de diversifica-
que cada taxón nace en un centro de origen y tie- ción. Un caso conocido es el de las especies de
ne una historia propia de dispersión, dada por drosófilas que habitan las islas del archipiélago de
una combinación de azar y capacidades disper- Hawai. El área total del archipiélago es de apenas
sorias particulares del taxón, por lo que pierde unos 16,000 km2, sin embargo alberga aproxima-
sentido el investigar los patrones generales de damente 500 especies de drosofflidos, número que
distribución. La especiación tiene una causa pre- representa una tercera parte de todas las especies
cisa: es la respuesta adaptativa de una población del mundo. Es cIaro que si el archipiélago tiene un
local a las presiones selectivas del ambiente. Al na- origen geológico más o menos reciente (Oligoce-
cimiento de una nueva especie, mejor adaptada a no-Mioceno), las especies de drosófilas endémicas
las condiciones locales, sigue el establecimiento del archipiélago hawaiano son resultado de un
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planta cultivada. Por el contrario, la variación en la de las periodicidades de corrientes marinas y vien-
producción aumentaría a medida que las áreas se tos, y de la eventualidad de que alcancen áreas que
alejaran del centro de origen. Sin embargo, la esta- tengan las condiciones adecuadas a sus particula-
bilidad en la productividad simplemente podría ex- res modos de vida, esto es, de que tengan coloniza-
plicarse por la estabilidad de las condiciones ción y arraigo exitosos (Udvardy, 1969). Con
climáticas, por lo que identificar las áreas de pro- hipótesis sobre centros de origen y rutas de disper-
ductividad más estables con centros de origen re- sión, los biogeógrafos de la tradición dispersionis-
sulta forzado. ta pudieron elaborar historias particulares sobre
cómo había ocurrido el poblamiento de las áreas
9. Dirección indicada por las afinidades geográfi- por los diferentes taxones, incluidos los numero-
cas. En cualquier región pueden encontrarse espe- sos casos de distribuciones disyuntas. La recons-
cies extrañas que son comunes en áreas lejanas. trucción de rutas dispersorias tuvo una restricción
Tiene sentido suponer que tales especies habrían hasta antes de la aceptación generalizada de la teo-
provenido del área lejana, que sería su centro de ría de la deriva continental y de la tectónica de pla-
origen. Por ejemplo, puede suponerse que las espe- cas, que era el suponer una geografía estable. Los
cies de cactos que se presentan como epífitas en los biogeógrafos dispersionistas siguieron con la con-
bosques tropicales arribaron desde regiones desér- cepción inmovilista de la Tierra defendida por
ticas. Sería más improbable la historia inversa, es Darwin y sólo aceptaron cambios en el nivel del
decir, que se originaron en regiones eálido-húme- mar. Se admitía que durante los períodos en que el
das y después alcanzaron el desierto. Sin embargo, agua se concentraba como hielo en los polos, po-
también puede haber casos en los que el área prin- dían quedar al descubierto corredores de islas que
cipal de distribución sea derivada, mientras que las facilitaban la dispersión. Simpson (1940, 1964)
áreas menores sean relietuales. distinguió tres diferentes tipos de rutas para el in-
tercambio de elementos entre biotas distintas: los
En la bibliografía biogeográfica se pueden encon-
corredores, los filtros y las rutas aleatorias, defini-
trar más criterios; Cain (1944) citó que había halla-
dos según el grado de resistencia que ofrecían las
do 13. Él reconoció que en general se habían
barreras a la dispersión. Sin embargo, a excepción
empleado de forma un tanto vaga y acrítica, y lo
de la escuela puente-continentalista o extensionis-
que era más grave, que había criterios contradicto-
ta, representada por autores como Schuchert
rios entre sí. Aunque se percató de que las distribu-
(1935) o más recientemente por Termier y Termier
ciones disyuntas presentan modelos duplicados, y
(1960), los biogeógrafos neodarwinistas rechaza-
en general no explicables por puro azar, su trabajo
ron sistemáticamente las teorías e hipótesis que
sigue siendo básicamente dispersionista, enfocán-
postularon grandes y extensos puentes transconti-
dose a describir aspectos corológicos. Así, por
nentales. Fuera de esta restricción, había una gama
ejemplo, llegó a la conclusión de que el tamaño y
de alternativas para proponer rutas dispersorias en
los límites de las áreas de distribución de los dife-
los casos de distribuciones disyuntas, y si alguna
rentes taxones, principalmente se explican por sus
nueva evidencia geológica o paleoclimática con-
capacidades dispersorias particulares.
tradecía la ruta propuesta para explicar un caso
El segundo paso metodológico dentro del protoeo- particular de distribución disyunta, quedaba abier-
lo dispersionista es el de estableeer las rutas que to el recurso de proponer otra que diera el mismo
han seguido los taxones hasta alcanzar su distribu- resultado.
ción aetual. Como cada grupo se ha dispersado in-
dependientemente de otros, los patrones distribu- Briggs (1984) es uno de los autores relativamente
eionales se eonvierten en el resultado de procesos recientes que persistió en sostener un enfoque ne-
que en esencia son azarosos, que ocurren en función tamente dispersionista; él defendió con vigor la
de las capacidades dispersorias de los organismos, pertinencia de investigar centros de origen, a pesar
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pedunculados, arquegasterópodos, paleoconchas, grupos se desplazan hacia la periferia, mientras que


pelecípodos protobranquios, equinodermos primi- los más arcaicos permanecen en el centro de origen.
tivos y subórdenes arcaicos de isópodos y pogonó- El dipterólogo alemán Willi Hennig, quien revolu-
foros). Este mismo patrón, con taxones avanzados- cionó la taxonomía con su método filogenético
especializados en centros tropicales, y taxones pri- (genealógico), parte de la idea de que existe una es-
mitivos-arcaicos en la periferia, también lo encon- trecha vinculación entre las relaciones filogenéticas
tró en los ambientes terrícolas y dulceacuícolas y las relaciones espaciales de los taxones (Hennig,
para una variada gama de grupos, incluidos peces, 1968):
gasterópodos, equinodermos, corales, mangles,
pastos marinos y foraminíferos. A medida que au- Las relacionesespacialesde los organismoscoad-
yuvana la determinaciónde las relacionesfilogené-
menta la latitud, se incrementa la edad de los géne-
ticas, allí donde no basta el método morfológico.
ros. Excepcionalmente hay grupos que se apartan
del esquema. Las salamandras, por ejemplo, resul- El enfoque que desarrolló, la llamada biogeografía
taron tener su centro de diversificación en un área filogenética, entiende a la distribución espacial
templada de Norte América; Duellman (1999) re- como un criterio auxiliar para la sistemática filoge-
cientemente editó un análisis extenso sobre los pa- nética. La relación entre cercanía filogenética y cer-
trones de distribución en anuros a nivel mundial. canía espacial es simple: entre más emparentados
filogenéticamente estén los miembros de un taxón,
De esta forma la tradición dispersionista elabora un habrá mayor precisión en la reconstrucción de sus
esquema global sobre la distribución orgánica, que áreas de distribución. Hennig empleó el término Vi-
se explica por ciclos de surgimiento y expansión de karian; para referirse específicamente a aquellos
grupos dominantes, que desplazan a grupos anterio- casos en que ocurre un reemplazamiento espacial
res de menor capacidad competitiva. A su vez, los entre dos o más taxones que están más estrecha-
nuevos grupos dominantes terminarán siendo des- mente relacionados entre sí de lo que cualquiera de
plazados por otros mejor adaptados a las circunstan- ellos con respecto a otro taxón (Minaka, 1987).
cias de su tiempo, como las oleadas Kurgan en el
origen de las civilizaciones indoeuropeas (Bernár- Hennig reconoció en los fenómenos de vicarianza y
dez, 1999). Hay sin embargo una diferencia en este de Rassenkreisen (anillos de razas) fenómenos de
esquema. Mientras que Matthew (1915) sostuvo distribución especialmente apropiados para el orde-
que las regiones templadas del norte eran las princi- namiento sistemático de taxones de categorías taxo-
pales áreas de origen y dispersión de los vertebrados nómicas de cualquier nivel. Él razonó así: dado que la
terrestres, debido a las condiciones climáticas varia- especiación siempre va seguida de una progresión
bles, Darlington (1957) YBriggs (1984) localizaron espacial, bajo ciertas circunstancias es posible deter-
a las principales áreas de evolución en los trópicos minar la dirección de series de transformación de ca-
del Viejo Mundo. Entre mayor sea el área y las con- racteres. La forma en que la progresión coro lógica se
diciones climáticas sean más favorables, las pobla- relaciona con la progresión de caracteres puede apre-
ciones serán mayores y la evolución ocurrirá con ciarse claramente en cierto tipo de Rassenkreisen, en
mayor intensidad. La región oriental tropical es la los que la sucesión de formas vicariantes está ordena-
que cubre estos requisitos y probablemente ha sido da de manera aproximadamente lineal. En esos ca-
la de mayor importancia evolutiva, de acuerdo con sos, se ve que la remodelación de caracteres ocurre
el esquema dispersionista. en una sola dirección. Aparece así un patrón escalo-
nado de relaciones filogenéticas, en el que se van des-
En cierto sentido, el trabajo de revisión de Briggs prendiendo formas con caracteres cada vez más
( 1984) sobre centros de origen viene a ser una am- apomórficos (derivados). Por su parte, los procesos
plia argumentación en contra de la regla de la pro- de vicarianza suministran indicios de grupos herma-
gresión de Hennig (1968), según la cual: los nuevos nos (los que están más estrechamente vinculados
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En contraposición a las ideas de Hennig, Briggs criterios empleados para localizar centros de
(1984) sostuvo como tesis principal que existen nu- origen, lamentaba la pesada carga de hipótesis y
merosos grupos en los cuales los individuos que re- supuestos que arrastraba el quehacer biogeográfi-
tienen el mayor número de caracteres primitivos son co, lo cual atribuía a un abuso del razonamiento de-
incapaces de competir con los miembros más espe- ductivo. Pero quizá podría decirse que el ataque
cializados del grupo. Entonces, las formas arcaicas frontal contra la biogeografía dispersionista se ini-
sólo pueden sobrevivir marginándose hacia la peri- ció con la demoledora crítica que apareció en el
feria del área de distribución del taxón. El resultado trabajo de Croizat el al. (1974):
es que existen ciertas áreas geográficas situadas en
latitudes bajas en las cuales se han desarrollado los Rechazamosel concepto darwiniano de centro de
órdenes y familias más avanzados de multitud de ta- origen y su corolario, la dispersión de las espe-
xones. Tales áreas son de importancia primordial en cies, como modelo conceptual de aplicación ge-
neral en la biogeografía histórica.
el estudio de los patrones actuales de distribución de
la biota, ya que han ejercido una poderosa influen-
En ese mismo trabajo se destacó que la preocupa-
cia en la composición de la flora y la fauna de una
ción de los biogeógrafos neodarwinistas por re-
amplia porción del mundo, actuando como centros
construir historias particulares de dispersión sólo
de radiación evolutiva y de suministro de especies a
había conducido a un confuso amasijo de creencias.
otras áreas menos activas o menos efectivas en tér-
Por ejemplo, Mayr (1946) había hecho una división
minos evolutivos.
de la avifauna de Norteamérica de acuerdo con sus
Briggs ( 1984) ensayó una explicación sobre ese pa- presuntos centros de origen, y según afirmaba: "En-
trón. Su hipótesis es que los procesos de especiación tre las aves estrictamente terrestres, existen ocho fa-
que ocurren en el centro son diferentes de los que milias tan ampliamente extendidas, que analizarlas
ocurren en la periferia. La formación de especies es en este momento resulta muy difícil."
afectada por el tamaño poblacional y la cantidad de
A pesar de su propio decir, no tuvo reticencia para
variación genética. Los ritmos de especiación y de
hacer afirmaciones ambiguas, como la de que las
evolución entre las poblaciones grandes son más
familias de caprimúlgidos y carpinteros bien ha-
lentos que los de las poblaciones periféricas, las
bían podido originarse en el Nuevo Mundo, aun-
cuales están aisladas y son de menor tamaño (espe-
que: "el hecho de que sus parientes más cercanos
ciación peripátrida). Sin embargo, según él, los gru-
(Jyngidae) sean exclusivos del Viejo Mundo, pare-
pos surgidos de las poblaciones grandes son más
ce indicar lo contrario." (Mayr, 1946). Por razones
exitosos, en el sentido de que producen linajes de
similares, se vio obligado a desistir de intentar la
manera continua y persistente.
localización de centros de origen de cerca del 30 %
Las críticas al Dispersionismo de las familias de aves de Norteamérica.

A partir de las décadas de los setentas y los ochen- En Darlington (1957) se encuentra el mismo tono
tas, con el surgimiento y diferenciación de los en- paradójico que en Mayr. En el capítulo que dedicó
foques vicariancista y panbiogeográfico, la bio- a la distribución de las aves, razonó que a pesar de
geografía dispersionista enfrentó críticas severas. ser el grupo mejor estudiado, todavía encontraba
Se sostuvo que el enfoque dispersionista era ende- muy difícil de entender su distribución: "1 still find
ble epistemológicamente por dos razones: 1) su in- the distribution of birds very hard to understand"
consistencia metodológica, y 2) su proclividad por (p. 226). Si bien admite que el patrón de las aves es
recurrir a hipótesis ad hoc. Ya desde su mismo in- claro, no deja de ser complejo, y los procesos que
terior, el Dispersionismo había empezado a gene- los han producido -la evolución y la dispersión-
rar algunas autocríticas. Cain (1944), al referirse a son muy difíciles de rastrear y entender. Atribuyó a
la ambigüedad e inconsistencia que había en los ello el que los ornitólogos se hubieran interesado
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organismos. Siempre ha habido una estrecha co- Ball (1976) señaló que la biogeografía dispersionista
rrelación entre la historia de la vida y la historia de sólo ha sido capaz de generar explicaciones narrati-
la Tierra, tanto en el tiempo como en el espacio, se- vas sobre la distribución de taxones particulares. Por
gún el slogan de Croizat. ejemplo, la aceptación acrítica del concepto de cen-
tro de origen puede conducir a un número indetermi-
La biogeografía de la vicarianza toma el método cla- nado de explicaciones para los mismos hechos, todas
dístico y lo emplea para determinar las relaciones je- racionales, aunque ninguna se pueda poner a prueba.
rárquicas entre áreas de endemismo (ver Nelson y Así, cita un caso tomado de la bibliografía dispersio-
Platnick, 1981; Humphries y Parenti, 1987; Espinosa nista sobre la distribución anfiatlántica que presentan
y Llorente, 1991). Los enunciados fundamentales de ciertas especies de oligoquetos. Mientras que Omo-
este enfoque (Minaka, 1987) son: deo (en Ball, 1976) invocó la existencia de un puente
terrestre que permitió la migración de las especies
l. Los patrones de distribución geográfica se reco- europeas a Norteamérica, Gates (en Ball, 1976) atri-
nocen por la congruencia geográfica de especies buyó esa distribución disyunta al transporte activo
de taxones diferentes que habitan un conjunto de que hizo el hombre durante los últimos 400 años.
áreas. Aunque ambas explicaciones son históricas y racio-
nales, ninguna hace predicciones que puedan some-
2. La congruencia geográfica se explica por una terse a falsación sensu Popper (1962). Las dos hi-
causa común. pótesis tienen un bajo contenido de información,
además de que no se excluyen mutuamente. El discu-
3. Un evento de vicarianza, es decir, un suceso his- tir cuál de las dos es la válida tendría tan poco sentido
tórico que provocó la subdivisión o fragmentación como preguntarse si "el cricket es un mejor deporte
de una biota ancestral en biotas descendientes, que el baseball" (Ball, 1976). Por la forma en que es-
puede cali ficarse como un factor común, en contra tán planteadas estas dos explicaciones, no hay ningu-
de la explicación convencional, que apela a las ca- na base lógica que permita justificar la preferencia
pacidades específicas de dispersión de los distintos por alguna de ellas.
grupos como la causa de los patrones de distribu-
Luego de hacer una evaluación de los tres enfoques
ción. Dichas capacidades de dispersión no pueden
de biogeografía histórica contemporánea (Disper-
entenderse como factores comunes, sino indepen-
sionismo, Vicarianza y Panbiogeografía), con base
dientemente, por lo que sólo pueden explicar pa-
en el modelo epistemológico de Lakatos (1983),
trones de distribución únicos.
Craw y Weston (1984) concluyeron que el Disper-
sionismo ni siquiera alcanzaba el estatus de un pro-
La biogeografía dispersionista también ha sido cri-
grama de investigación científica, ya que para la
ticada desde el punto de vista epistemológico. Enfo-
localización de centros de origen, que es uno de los
ques como el ingenuo inductivismo que anunció
conceptos centrales de este enfoque, existe una serie
Darlington (1957) en el prefacio de su Zoogeo-
variada, apriorística e incluso contradictoria de su-
graphy (su advertencia de que le interesan más los
puestos. Además, no genera predicciones novedo-
hechos que las ideas, y quc ha seguido el procedi-
sas, sino simplemente proporciona explicaciones
miento de recopilar datos, ponerlosjuntos y descu-
narrativas sobre taxones particulares. Por tanto, ca-
brir así las causas y principios de la distribución
rece de la mínima coherencia conceptual y metodo-
orgánica - p. vii - ) resultaron francamente inadmi-
lógica que requiere un programa de investigación.
sibles cuando empezó a difundirse la obra de Karl
Popper en inglés (1968). Según su conocido criterio
CONCLUSIONES
de demarcación las explicaciones dispersionistas
quedarían fuera del ámbito científico, pues no pue- Desde que se propuso un esquema global de la dis-
den ser sometidas a prueba crítica. tribución de las formas orgánicas sobre la superficie
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necesariamente se acepta que hay áreas con mayor coinciden en sostener que uno de los propósitos
importancia evolutiva que otras y que en esas áreas fundamentales de la biogeografía es desarrollar
de generación y diversificación de grupos, el pro- una clasificación natural, es decir, basada en re-
ceso de evolución ha actuado de una forma más in- laciones genealógicas de las áreas, que son las
tensa y efectiva. Esta tesis se inscribe dentro de la que verdaderamente importan si lo que se desea
más pura ortodoxia darwiniana. Al rechazarla, los es reconstruir la historia de la vida.
enfoques vicariancista y panbiogeográfico desa-
fían no sólo a los biogeógrafos neodarwinistas,
sino al mismo modelo de evolución por competen-
cia, según el cual las nuevas especies con mayor Una de las conclusiones que se ha avanzado des-
capacidad competitiva desplazan a las antiguas en pués de las discusiones de los últimos años entre
una lucha perenne por la existencia. los estudiosos de la biología comparada, es que la
mejor aproximación hacia el conocimiento de la
historia espacial de la vida es la congruencia entre
Dentro del desarrollo de la biogeografía histórica,
relaciones de área, establecidas a partir del análisis
la búsqueda de centros de origen y rutas de disper-
de diversos taxones. La evidencia de tales relacio-
sión ha jugado un papel preeminente. Sin embar-
nes se obtiene a partir de hipótesis c1adistas de ta-
go, a partir del surgimiento de la panbiogeografía y
xones endémicos en el caso de la vicarianza, o a
la vicarianza como enfoques alternativos de bio-
partir de homología espacial indicada por trazos
geografía histórica, la versión dispersionista ha ido
generales, en el caso de la panbiogeografía. Como
perdiendo vigencia en la medida en que ha sido in-
sea, el interés en los enfoques modernos de bio-
capaz de explicar y predecir patrones generales por
geografía histórica se ha desplazado hacia la bús-
medio de causas comunes. Los problemas sobre
queda de patrones de interrelación del endemismo,
cómo localizar los centros de origen y cómo deter-
mientras que la elaboración de narrativas sobre el
minar las rutas de dispersión, antes que haberse re-
origen y la dispersión de grupos particulares se
suelto, parecen haberse disuelto. Sin embargo, la
está desvaneciendo.
polémica sigue. Conceptos surgidos recientemen-
te, como el de áreas ancestrales (Bremer, 1992;
Ronquist, 1994), pueden intepretarse como un rea-
vivamiento del interés por ubicar espacialmente AGRADECIMIENTOS
las áreas en donde se han originado los diversos ta-
xones; aunque el sentido es distinto si se considera
que en efecto debió de haber un área, cualquiera Los autores agradecen a Martha Rocha del Instituto
que sea ésta, para el origen de taxones y biotas. de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional
de Colombia por sus sugerencias y correcciones. El
La emergencia de los modelos de la panbiogeo- CONACyT (32002), DGAPA, UNAM IN-211397
grafía y la vicarianza marca una ruptura episte- y la Facultad de Ciencias, UNAM, fueron de gran
mológica (Bachelard, 1958) respecto al enfoque importancia para la conclusión de este trabajo; beca
tradicional dispersionista. Para Wallace, las re- a los autores en pos grado y estancia de investiga-
giones biogeográficas son un artificio que ern- ción fueron significativos para otorgar tiempo sufi-
pIcan los biogeógrafos por convención, lo cual ciente al desarrollo de ésta y otras contribuciones en
es útil para propósitos didácticos, de regionali- historia de la biogeografía. Las instalaciones del
zación y clasificación de áreas. Bajo esta con- Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UNC, en
cepción, los biogeógrafos dispersionistas relacio- Bogotá, Colombia, permitieron la conclusión de
nan las áreas mediante algún índice de similitud este manuscrito. John Lynch nos procuró el abstract
que mide el número de taxones compartidos. En de este trabajo. Fueron básicos los consejos de J.
cambio, la panbiogeografía y la vicarianza Morrone.
Bueno & Llorente: Una visión histórica de la biogeografía dispersionista 183

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