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La Soberana Asamblea Nacional Constituyente (1813-1815) y el

Directorio
La Asamblea del Año XIII, funcionó en Buenos Aires. No sólo era una
asamblea constituyente, es decir que debía sancionar una constitución, sino que también
era legislativa, es decir que creaba leyes. Tuvo como objetivos principales: declarar la
independencia y sancionar una constitución, pero no pudo cumplirlos.
Para 1813 Napoleón fue derrotado en España, y en 1814, Fernando VII volvió al
trono.
Al interior de la Asamblea se plantearon distintas tendencias. San Martín
consideraba que era necesario declarar la independencia rápidamente y sancionar la
constitución. Alvear, que temía por la restauración de Fernando VII, sugirió formar un
poder ejecutivo personal, que estuviera en manos de un Director. Artigas pidió
instrucciones a sus diputados y planteó, no sólo que era necesario declarar la
independencia y sancionar la constitución, sino que agregaba que debían respetarse las
autonomías provinciales.
Finalmente, la propuesta de Alvear triunfó, y se creó el Directorio en 1814,
Posadas fue nombrado Director Supremo. Las propuestas de Artigas fueron rechazadas
por la Asamblea, lo que produjo una ruptura entre Artigas y el Directorio. El bloque
artiguista (o federal), integrado por la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes y Santa
Fe, entró en guerra con el Directorio.
Mientras tanto, San Martín fue enviado por Posadas a auxiliar a Belgrano. Fue
nombrado Gobernador de Cuyo y desde allí inició el Plan Continental, que comenzó
con el cruce a Chile, que estaba en manos realistas desde que los españoles, en la batalla
de Rancagua, habían tomado Santiago de Chile.
En Salta, Güemes y sus gauchos iniciaban la Guerra Gaucha contra las fuerzas
realistas. En Montevideo, Alvear y Brown vencieron a Elío, por lo que la ciudad fue
recuperada.
Como ya se mencionó antes, la Asamblea no consiguió proclamar la
independencia ni sancionar la constitución, pero creó leyes de gran importancia, entre
ellas:
 Abolición de los títulos de nobleza
 Fin del uso de tormentos para los presos

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 Aceptó el Escudo, el Himno y la Escarapela como símbolos patrios, así
como reconoció al 25 de Mayo como fiesta cívica
 Abolición del trabajo forzado para los indígenas
 Libertad de vientres: los hijos de los esclavos nacidos a partir del 31 de
enero de 1813, eran libres.
En 1815, Posadas renuncia como Director Supremo, y el cargo fue tomado por
Alvear. Sin embargo, poco duró en el cargo, ya que fue derrocado por la Revolución
del 15, que disolvió la Asamblea y nombró como nuevo Director Supremo a Álvarez
Thomas, el cual convocó a la reunión de un Congreso en Tucumán.
Consecuencias económicas de los primeros años revolucionarios
La declaración del comercio libre por el Virrey Cisneros, en 1809, permitió la
apertura del comercio del Puerto de Buenos Aires. Al iniciarse la Revolución, esta
medida continuó vigente. El fin del monopolio permitió a las Provincias del Río de la
Plata comerciar con barcos de distinta bandera, principalmente con flotas inglesas.
Buenos Aires vendía cueros y tasajo (carne seca) y compraba productos manufacturados
tales como ropas. La Aduana del Puerto recaudaba, de este modo, impuestos a las
importaciones que beneficiaban a Buenos Aires.
Pero este cambio en el circuito económico perjudicó al Interior. En primer lugar,
los productos artesanales que se fabricaban en el Interior no podían competir con los
productos manufacturados que llegaban por el Puerto de Buenos Aires. Por otra parte, la
pérdida del Alto Perú produjo un quiebre en las provincias del Norte (Salta, Tucumán),
que tenían su economía orientada hacia Potosí. En tercer lugar, la Guerra de
Independencia, significó recaudaciones forzosas de dinero, productos y animales, que
afectaron principalmente a las provincias cercanas a las regiones en que se desarrollaba
la guerra. Por otro parte, las levas de hombres para el ejército dejaban a algunas
regiones sin mano de obra masculina para trabajar los campos. Por todo esto, es que el
enfrentamiento entre las provincias del Interior y Buenos Aires no se hizo esperar.
El Congreso de Tucumán (1816-1820)
El Congreso designó a Pueyrredón, Director Supremo, y el día 9 de Julio de
1816, declaró la independencia respecto de España. El 19 de julio se agregó una
declaración adicional: “independencia respecto de cualquier potencia extranjera”.
Al Congreso no concurrieron los representantes del bloque federal, que se
nucleaban en la Liga de los Pueblos Libres, de los que Artigas era el Protector. Los

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motivos de su ausencia eran que ellos querían una república federal que no era aceptada
por el resto de los representantes, y que el territorio de la Banda Oriental se encontraba
amenazado por fuerzas portuguesas.
Durante el Congreso se produjeron debates acerca de la forma de gobiernos que
debían adoptar las Provincias Unidas del Río de la Plata. Una minoría de los
representantes planteaba la creación república, pero la mayoría adhería a la idea de una
monarquía constitucional.
A partir de 1816 y hasta 1819, se tramitó el intento de conseguir un Rey para que
gobernase estos territorios. Se pensó en la posibilidad de un príncipe portugués o de uno
francés, Belgrano planteó la idea de un monarca inca, pero fue rechazada. Sin embargo
las tramitaciones fracasaron.
En 1817, el Congreso y el Directorio se trasladaron a Buenos Aires, hechos que
reafirmó el centralismo presente durante todo el proceso revolucionario.
En ese mismo año, San Martín inició la campaña a los Andes para liberar el
territorio chileno. Mientras tanto, los portugueses invadieron la Banda Oriental, por lo
que Artigas le exigió al Directorio que le declarase la guerra a los portugueses, pero no
fue oído. Santa Fe y Entre Ríos quedaron en manos de otros líderes: Estanislao López
como Gobernador de la primera, y Pancho Ramírez como Lugarteniente de la
segunda.
En 1819, el Congreso sancionó una Constitución con visos centralistas y
aristocratizantes que fue rechazada por las provincias. Tras ello, Pueyrredón renunció, y
asumió Rondeau como Director Supremo, el cual no contaba con el apoyo de los
militares.
En 1819, el Directorio fue disuelto. Las causas de ello fueron varias. Entre las
causas políticas cabe mencionar: las divisiones internas al interior de él, la falta de
recursos económicos, y como detonante, la sanción de la Constitución de 1819. Entre
las causas militares: la adquisición de poder de las milicias locales, la ofensiva
entrerriana y santafesina, y la sublevación del ejército que antes respondía al
Directorio.
La batalla de Cepeda (1 de febrero de 1820) fue la que puso fin al Directorio,
cuando Ramírez y López derrotaron a Rondeau.
Pocos días antes de Cepeda, Artigas fue derrotado por los portugueses, lo cual
implicó el comienzo de la decadencia de líder.

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La batalla de Cepeda significó, no sólo el fin del Directorio y la disolución del
Congreso, sino la caída de las autoridades nacionales. Esto produjo una desintegración
que condujo a que cada provincia pasara a ser autónoma y se manejase con sus propias
instituciones (Gobernador, Legislatura y Reglamento). En medio de esta crisis, nació
la Provincia de Buenos Aires como unidad política. Se convocó a un Cabildo Abierto
para el 16 de febrero de 1820, que designó una Junta de 16 representantes, que eligió
como Gobernador de Buenos Aires a Sarratea.
La desintegración política
El 23 de febrero de ese año, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, por medio de
sus representantes (Sarratea, López y Ramírez), firmaron el Tratado del Pilar. En este
tratado se declaraba: la paz entre las tres provincias, el federalismo como forma de
gobierno, que no se iniciaría la guerra contra los portugueses y se preveía la reunión de
un Congreso en San Lorenzo.
Artigas consideró la firma del Tratado como una traición de Ramírez, por lo
que se inició una guerra entre los ejércitos de ambos. Artigas fue derrotado y se exilió
en Paraguay.
Formación de Estados provincia
Tras la dislocación del poder nacional, las provincias quedaron libradas a su
suerte, y cada una de ellas funcionaba como un estado independiente. El poder ejecutivo
estaba en manos del Gobernador, un caudillo que poseía el poder militar económico y
político. Cada caudillo defendía los intereses de su provincia, efectuaba pactos con otras
provincias y guerreaban junto a sus ejércitos.
Cada provincia tuvo su caudillo: en Santa Fe estaba López; en Entre Ríos,
Pancho Ramírez; en Córdoba, Bustos; en Tucumán, Araoz; en Salta, Güemes; en La
Rioja, Facundo Quiroga, y en Santiago del Estero, Ibarra.

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