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CAPÍTULO 11:

La audición de los trabajadores de la industria


pesquera.
Julieta Ileana CÁCERES.
1. AGRADECIMIENTOS
A Dios por sobre todas las cosas.

A mi familia y amigos por su apoyo y amor incondicional.

A la Lic. Delfina M. P. Cantatore por su generosidad y tiem-


po dedicado en el análisis de los datos.

Al Inspector Nacional de Pesca Daniel R. Rocha, al Ins-


pector de Ruidos Molestos de la Municipalidad de Mar del Plata
Federico Felices, al Prefecto Rubén Bellines y Néstor Colavita por
su valiosísima colaboración en las mediciones realizadas.

Al Subprefecto Guillermo Estévez y Dr. Liliana Senaldi por


darme la posibilidad de recabar datos audiológicos.

A Facundo A. Nefi por colaborar en la interpretación de la


Norma IRAM 4079; a Marcos Amadeo, quien colaboró ayudán-
dome a confirmar las interpretaciones de los textos consultados en
inglés. A Ernesto Abadie,quien propuso realizar un programa com-
putarizado de recolección y análisis de los datos recabados.

A la Lic. Noemí Colacilli, por su acompañamiento y apoyo


permanente durante todos los estadios de la investigación.

A la Universidad FASTA por brindarme el espacio para rea-


lizar las audiometrías.

Y a todos los pescadores que tan voluntariosamente fueron


evaluados, y con simpleza y gran interés comentaron su realidad.

¡¡GRACIAS!!

303
2. INTRODUCCIÓN

2.1. Fundamentación
La industria pesquera representa para el Partido de General
Pueyrredón un importante sector económico que emplea un
significativo porcentaje de la población; se calcula que el
personal Ocupado en el Sector Pesquero Marplatense repre-
senta el 49% del total del Personal Ocupado por el sector a
nivel nacional (Bertolotti, M. I. Et al, 2000).
El personal marplatense ocupado en la industria, según da-
tos de la Matriz Insumo Producto para el sector pesquero
elaborada por el INDEC, se estimó en diciembre de 1997,
en 8.294 personas; de las mismas 3.489 son tripulantes del
sector primario (capturas) y 4.805 pertenecen al sector se-
cundario (industrias)388. El Sector Primario Pesquero, es
decir, el sector que opera directamente sobre el recurso se
compone de sub-sectores diferenciados por el tipo de flota:
flota de buques fresqueros, correspondientes al grupo de es-
tudio, y flota de buques procesadores.

La temática -ruido y audición- es una temática ampliamente


estudiada en diversas profesiones, sin embargo, y a pesar
de ser considerada una de las más peligrosas y ser un com-
ponente fundamental para la economía nacional y mundial
existen escasos estudios, ninguno en nuestro país, que se
ocupen de la descripción de las características auditivas de
la “gente de mar”.

En la ciudad, los pescadores deben realizarse por exigencia


de la Prefectura Naval Argentina, un examen de salud gene-
ral que incluye una evaluación odontológica, audiológica y
oftalmológica, una radiografía de tórax, un electrocardiogra-
ma y exámenes de laboratorio cada 2 años a los pescadores
388 Ana Gennero de Rearte y Carlo Ferraro, Mar del Plata productiva: diagnóstico y elementos para una propuesta de desarrollo local.
Publicación de las Naciones Unidas, 2002. Parte III, Capítulo III “Censos de población pesquera”.

304
menores de 50 años y anualmente a los mayores de la edad
mencionada. Estos estudios son archivados y realizados por
los pescadores como un trámite más a cumplimentar. Asimis-
mo, ni por parte de las autoridades ni desde las empresas se
exige que se efectúe un seguimiento en el tiempo de los resul-
tados, ni se concientiza o educa a las personas sobre medidas
preventivas y responsabilidad individual, quedando ausente
cualquier programa de prevención y/o conservación de la au-
dición en esta industria.

Una de las cuestiones más llamativas y que distingue el es-


tudio de la audición de los pescadores de altamar respecto de
la población de trabajadores de otras industrias u oficios en
general, es el tipo de jornadas laborales. A bordo, las condi-
ciones generales de trabajo son muy duras y se emparejan con
periodos de trabajo diario de alrededor de 12 horas durante
períodos de navegación que oscilan entre 10 y 15 días (en los
buques fresqueros) con tiempos en tierra de 48 horas entre
marea y marea; y puesto que el buque es al mismo tiempo
lugar de descanso y sueño, el tiempo de exposición al ruido es
considerablemente mayor que en jornadas de trabajo en tierra
firme. En consecuencia, el riesgo de padecer de una hipoacu-
sia inducida por ruido podría ser mayor también.
Sería interesante que los hallazgos del presente estudio sean
disparadores y/o base hipotética para investigaciones poste-
riores que tomen este rumbo, y que permita el comienzo de
un acercamiento al pensamiento y actuación universal-actual
sobre el tema ruido.

“El sentido de la audición es una función esencial para la


comunicación entre los hombres, el intercambio de infor-
mación y la identificación de sonidos placenteros y de aler-
ta ante las situaciones de riesgo. Por eso su déficit es de
suma importancia y demanda acciones de investigación y

305
de prevención necesarias para su conservación” 389

2.2. Antecedentes históricos.


Es sabido que el “paisaje sonoro”390 forma parte del medio
ambiente del hombre. A lo largo de la historia, tras la indus-
trialización y avances tecnológicos, el ruido ha ido en crecien-
te incremento del nivel de sonoridad constituyéndose en un
elemento inseparable del entorno ambiental del ser humano.

El ruido influye en el ambiente de manera no visible, y aun-


que no genera ningún efecto irreversible sobre los materia-
les que nos rodean, ejerce su acción sobre los seres vivientes
siendo un peligro para el hombre quien está expuesto y sobre
el cual sus efectos pueden ser irremediables391; no existe en
la naturaleza un sonido perjudicial para la salud auditiva del
hombre (excepto en las grandes caídas de agua, y es sabido
que en las inmediaciones no hay vida animal superior). Queda
en evidencia que es el mismo género humano el causante del
daño auditivo392.

La salud y el trabajo siempre han estado íntimamente ligados,


tanto que el hombre conoce la acción del ruido sobre su or-
ganismo desde hace siglos, en especial, al relacionar ciertos
tipos de profesiones con el riesgo de sufrir un daño auditivo.
A comienzos del siglo XIX ya era conocido que los trabaja-
dores expuestos a los ruidos y a las vibraciones intensas en
diversas industrias, sufrían de la llamada sordera ocupacional;
sordera que de forma similar a como se la conoce actualmen-
te, se presenta gradualmente en respuesta a ruidos que afectan
a un considerable número de trabajadores que desempeñan la
misma ocupación, y se distingue de la sordera que sobreviene

389 Werner, Mendez, Salazar, El ruido y la audición, Argentina, Editorial AD-HOC, 1990, Cap. 1
390 Dr. Arauz Santiago - Prof. Dr. Debas Juan, Publicaciones ORL y conexas “Trauma acústico-DAIR”, publicación en http://www.sinfomed.
org.ar/Mains/publicaciones/traumaacustico.htm
391 Donal Hunter, Enfermedades Laborales, Editorial Jims SA, España, 1985, Pág. 655-657.
392 Gonzalo de Sebastián, Audiología Práctica, Buenos Aires, Editorial Panamericana, 1999, Cap.11, Pág. 114.

306
como resultado de un ruido repentino y muy intenso como
una explosión393.

A. Werner y colaboradores, Donal Hunter y M. R. Espitia394


entre otros, hacen referencia a la revolución industrial como
un hito a partir del cual los casos de sordera provocados por
ruidos pasaron de estar limitados a ocupaciones relacionadas
con batallas y con los herreros, a ser una epidemia debido
al incremento significativo de la cantidad de trabajadores ex-
puestos a contextos laborales con elevados niveles de ruido.

La primer sordera que se relacionó con el ruido fue la llamada


“sordera de los calderos” (Duchesne, 1857) también conocida
como “oído de caldero”. Además, se describieron la “sordera
de los herreros” (Fosbroke, 1831), la “sordera de los tejedo-
res” y “de los ferroviarios”.
Otros estudios tuvieron lugar: Maljutin en Rusia, año 1895, ob-
servó la intensidad de la sordera de los trabajadores textiles en
relación con el tiempo de exposición al ruido, mientras Witt-
marck, por otro lado, publicó en 1907 un artículo sobre la in-
fluencia del ruido en el oído desde el punto de vista histológico.
Estudios más modernos incluyen la investigación sobre ruido-
audición en los trabajadores de los astilleros (Larsen, 1939),
tejedores (Kristensen, 1946), aviadores (Dickson y cols., 1942)
y en los tripulantes de submarinos (Schilling, 1942).
Los consensos hasta entonces eran, en primer lugar, que una
intensa pérdida de audición podía producirse con rapidez si el
nivel de ruido superaba los 100 decibelios (dB);,pérdida que
se establecería durante las primeras tres o cuatro semanas. En
segundo lugar, que la susceptibilidad individual a los efectos
del ruido era variable, aunque la mayoría de las personas no
acostumbradas expuestas a un ruido mayor a 70 decibelios
393 Donal Hunter ob. cit; Werner ob. cit.
394 Mery Reina Espitia, Umbrales auditivos de 250 a 16000 hz en población adulta de tres industrias colombianas, expuestas a diferentes
niveles de ruido industrial y en población no expuesta; Trabajo de investigación Universidad Jorge Tadeo Lozano, Colombia, Sta. Fe de Bogotá
D.C, 1997; en: www.siemens.com.co/siemensdotnetclient_andina/templates/get_download_Framework_1_1.aspx?id=22&type=DOCS

307
mostrarían alteraciones temporales de su umbral de audición.
Por último, que por regla general, el trabajador no advertiría
su sordera hasta que esta fuera grave, debido a que los prime-
ros efectos demostrados por el audiómetro se limitaban a un
área relativamente pequeña de tonos altos alrededor de los
4096 hz395 . Este hecho se produciría en todas las sorderas
ocupacionales puesto que el tono de la conversación se sitúa
entre el 300 y 3000 hz, por lo que la sordera subjetiva no sería
normalmente un síntoma precoz396.
Antes de objetivarse las respuestas mediante el audiómetro, tec-
nología desarrollada tras el invento del teléfono por Bell (1876),
hasta aproximadamente el año 1920 cuando aparece el primer
audiómetro comercial397, las mediciones se realizaban por medio
de diapasones de diversos tonos (acumetría). De la misma ma-
nera, aparecía en las personas evaluadas una disminución audi-
tiva selectiva para la percepción del diapasón agudo y en la voz
cuchicheada, extendiéndose con el tiempo a los demás tonos de
la zona grave desarrollándose hasta una sordera casi total398.

Los conocimientos mencionados no se han refutado sino que se


han incrementado y especificado en todos sus aspectos: histológico,
electroacústico, audiológico (valoración y diagnóstico, clasificacio-
nes del trauma acústico, etc.) y en cuanto a los efectos no-auditivos
que el ruido tiene sobre el ser humano. El aspecto audiológico se
verá detalladamente en el apartado Conceptos teóricos actuales.

2.3 Enfermedades profesionales: Prevalencia de la pérdi-


da de audición.

Situación mundial y nacional


Dentro de las principales enfermedades laborales el NOISH399
395 Donal Hunter, ob. cit.
396 Arauz, Santiago y Debas, Juan; ob. cit.
397 M.P. Rivas Lacarte y colaboradores, Audiometría: definición, tipos y utilidad diagnóstica y clínica, Jano, Medicina y Humanidades, 1999,
Volumen 56 - Número 1310 p. 59, en: http://db.doyma.es/cgi-bin/wdbcgi.exe/doyma/mrevista.go_fulltext_o_resumen?esadmin=si&pident=3383;
398 Gonzalo de Sebastián, ob. cit.
399 Nacional Institute for occupational Safety and Health, es la oficina de seguridad e investigación dentro del US Department of Health and
Human Services and centres for Disease Control que efectúa estudios para desarrollar los estándares recomendables sobre seguridad y salud.

308
estableció una lista en donde la hipoacusia inducida por ruido
ocupa el sexto lugar400.

Otros datos estadísticos, obtenidos por Eurostat401(Statistical


Office of the European Communities) a través de un estudio
realizado en 12 países miembros de la Unión Europea, indican
que la pérdida de audición inducida por el ruido ocupa el cuarto
lugar en el ranking de las enfermedades profesionales. A partir
de tal sondeo, se calcula que el 29% de los trabajadores euro-
peos está expuesto a elevados niveles sonoros durante al menos
una cuarta parte de su jornada laboral. La OMS reconoce que
la pérdida de audición inducida por el ruido es la enfermedad
profesional irreversible más prevalente402. Atendiendo a los di-
versos sectores profesionales, se describe que el 35% de los tra-
bajadores de la construcción de la UE es sensible a los riesgos
derivados del exceso de ruido, así como también se expresa que
los sectores de la metalurgia, agricultura, la pesca y la selvicul-
tura son grupos de riesgo a tener en cuenta.

The Hearing Foundation of Canada403, organismo canadien-


se confinado a la promoción y prevención, detección tempra-
na e intervención de los problemas de audición, publica datos
divulgados por el Centro Nacional de Estadísticas sobre la
Salud de los Estados Unidos (The National Centre for Health
Statistics in the US, 1994) en donde se constata que el ruido
es la causa de pérdida de audición en un 33.7 % de los casos
(siendo el 28% por la edad, el 17.1% por infecciones y heri-
das, y el 4.4% por nacimientos). Aproximadamente unos 40
millones de trabajadores se encuentran expuestos a un nivel
de ruido de 85 dB y en el 25% de los casos lo están a niveles
superiores (J.B. Touma).

400 Joseph Ladau, MD, Medicina Laboral y ambiental, “La práctica de la medicina laboral”; Editorial El manual moderno, México DF, 1999.
401 Oficina estadística de las Comunidades Europeas. Es la oficina estadística de la Comisión Europea que produce datos sobre la Unión
Europea y promueve la armonización de los métodos estadísticos de los estados miembros.
402 La pérdida de audición, aumento en el ámbito laboral, Reportaje a Juan Ignacio Goiria, 2006; en http://portalsalamanca.com/reporta-
jes_ficha.php?codigo=9
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Causes of hearing loss, Noise, en: http://www.hearingfoundation.ca/hearing_noise.asp.

309
Con respecto a datos latinoamericanos se ha encontrado un
artículo titulado “Las enfermedades profesionales se incre-
mentaron en un 77 por ciento”404 publicado en el diario “El
Espectador” de Colombia, donde se ubica a la sordera neu-
rosensorial en el tercer lugar durante los años 2001 a 2003 y
en el cuarto lugar en el año 2004 (desplazada por los trastor-
nos de disco intervertebral); se destaca que la pérdida de la
audición debida a exposición laboral a niveles de ruido por
encima de los limite permisibles, pasó del 22% durante el año
2002 al 7% durante el año 2005, presentando una tendencia
constante a la disminución. Este último dato es importante y
se deduce que los programas de prevención y conservación de
la audición inciden en dicho promedio.

Otro artículo “La audiología y la salud en el trabajo”, publi-


cado en el año 2005 por el Instituto Mexicano de Audición y
Lenguaje (IMAL)405, revela que los trastornos del oído y las
sorderas traumáticas en promedio anual suman 1.434 y repre-
sentan el 45.5% de todas las enfermedades de trabajo; su pro-
medio anual hace que ocupen el primer lugar en frecuencia.
Se estima que 1.123.336 son los trabajadores que ya han sufrido un
daño auditivo permanente, considerando que 1.872.227 en prome-
dio, estuvieron expuestos durante el lapso de 1998 a 2003.
En la Argentina, profesionales de la Dirección Nacional de
Higiene y Seguridad en el Trabajo, presentaron un trabajo
efectuado en 499 establecimientos industriales, radicados
principalmente en la Capital Federal y Gran Buenos Aires,
en el período 1975-1981, con una población de 8.117 traba-
jadores ocupados en industrias textil, metalúrgica, del cuero,
de la alimentación, del tabaco, construcción, transporte, etc.
Resultó que el 58.82% de los trabajadores estaban expuestos
a niveles sonoros riesgosos tomando en cuenta la media per-
404 Fuente: Diario EL espectador, “Las enfermedades profesionales se incrementaron un 77%” en: http://www.prevencionintegral.com/De-
fault.asp?http://www.prevencionintegral.com/Noticias/Noticias.asp?Id=8916.
405 Dr. Joel Velásquez González, “La Audiología y la salud en el trabajo”, 2005, editado por el IMAL, Fuente: Coordinación de Salud en el
Trabajo, Memorias estadísticas de riesgos del trabajo e invalidez, 2004; en: http://www.imal.org.mx/effeta/effeta_2005.html.

310
misible de 90 dB; y de un 77% si se tomaba en cuenta los 85
dB como medida permisible de sonoridad para una jornada
laboral de 8 horas406. Aunque no se conocen al momento da-
tos certeros en nuestro país sobre cuántos trabajadores están
expuestos diariamente a ruidos de intensidad crítica o infor-
mación estadística sobre cómo afecta a la población de las
diversas industrias la exposición al ruido, se pueden traspolar
los datos suministrados por países más desarrollados407. Se
concluye, al constituir la masa trabajadora unas 3.000.000 de
personas de Argentina, que 600.000 individuos se encuentran
expuestos a posibles alteraciones, de los cuales 300.000 ya
tendrían lesiones en el órgano de Corti408.

Trabajadores de la industria pesquera: estudios que revelan


la prevalencia de daño auditivo inducido por ruido.
La industria pesquera emplea en todo el mundo a unos dos
millones de personas. Pese a ello, se han encontrado escasos
trabajos que estudien el riesgo de pérdida auditiva inducida
por el ruido en una población con características laborales
tan particulares. Entre ellos se destacan, un artículo publica-
do por la revista de Asociación Médica Noruega Norsk Læ-
geforening409 (vol. 23, 2005) y otro publicado en la Revista
MAPFRE Medicina410 Española. En el primero, se indica
que la pérdida de audición en los trabajadores de altamar de
la industria pesquera noruega representa una de cada cuatro
lesiones relacionadas con tal labor, siendo la pérdida de au-
dición la lesión más frecuente. Se registraron, entre 1993 y
2003, 1.709 casos de pérdida de audición ocupacional. Los
resultados revelan que el 94% de los trabajadores sufría de
daño auditivo por efectos del ruido, mientras que el 6% sufría
406 Werner y colaboradores, ob. cit.
407 Ídem.
408 Arauz S. y Debas J.; ob. cit.
409 Fuente Revista Norsk Lageforening Asociación Médica Noruega, “Los trabajadores de altamar tienen problemas auditivos”, en: http://
wwwspanish.political.hear-it.org/page.dsp?page=4147
410 Cifuentes Mimoso, T. ;Bermudez dde la Fuente P. “Patología Inducida por ruido en la población laboral de pesca de bajura”, en Re-
vista MAPFRE Medicina, año 2000, Volumen 11, Número 4, páginas 258-263 en:http://sid.usal.es/mostrarficha.asp_Q_ID_E_5235_A_
fichero_E_8.2.6.

311
de tinnitus, y que la mayoría de los casos se encontraron en
personas de entre 50 y 59 años. En el segundo estudio, se in-
vestigó el deterioro auditivo atribuible al ruido en el sector de
pesca de bajura española, el cual revela que el 74% de las au-
diometrías son patológicas según la Clasificación Klochhoff,
y el 52% de acuerdo a las tablas de corrección según la edad;
concluyendo así, que la prevalencia de patología auditiva en
esta población es importante.

Lo que distingue el estudio de la audición de los pescadores


de altamar respecto de la población de trabajadores de otras
industrias u oficios en general, es el tipo de jornadas laborales.
A bordo, las condiciones generales de trabajo son muy duras
y se emparejan con periodos de trabajo diario de alrededor de
12 horas411 durante períodos de navegación que oscilan entre
10 y 15 días (en los buques fresqueros) con tiempos en tierra
de 48 horas entre marea y marea; y puesto que el buque es al
mismo tiempo lugar de descanso y sueño, el tiempo de expo-
sición al ruido es considerablemente mayor que en jornadas
de trabajo ordinarias en tierra firme, en consecuencia el riesgo
de padecer de una hipoacusia inducida por ruido.

Buque fresquero

411 12 horas como tiempo de jornada estimativa, dado que no existe un parámetro regular de labor, ello depende de muchos factores y
variables del momento como pueden ser por ejemplo la buena o mala pesca, el mal tiempo, etc.

312
Legislación, normas nacionales e internacionales.
Reseñando los precedentes de las reglamentaciones actuales,
se encuentra que en 1950, se publicó la primera y más famo-
sa monografía acerca de seguridad y exposición riesgosa al
ruido, adoptada por el comité de la Asociación de Normas
Americanas ASA en 1954412.

La primera declaración del Departamento del Trabajo de los


Estados Unidos con respecto a la regulación del ruido fue en
1969, posterior a un importante número de investigaciones so-
bre los efectos del ruido en trabajadores de diversas industrias.
En dicha declaración se estableció que 90 decibeles era el nivel
de ruido permisible para una jornada de 8 horas, y que por cada
5 decibeles que la intensidad aumentara, el tiempo disminuiría
a la mitad. El máximo para los ruidos de impulso se estableció
en 140 dB. Cuando los niveles excedían los máximos permi-
sibles, los patrones debían instauran protección auditiva y los
empleados debían llevarla puesta, además era necesario dismi-
nuir la exposición tomando medidas de control de ingeniería
posibles. La norma además recomendaba tener un programa
continuo de conservación de la audición en aquellas empresas
que excedían los límites permisibles413.

En 1972 el NOISH, The National Institute for Occupational


Safety and Health, publicó un documento recomendando dis-
minuir el valor límite permisible a 85 db.

Actualmente, las legislaciones varían según cada país. En el


nuestro existen dos leyes laborales que incluyen in extenso la
cuestión del ruido: la Ley Nº 19.587/72, de Higiene y Segu-
ridad en el Trabajo, con su decreto reglamentario Nº 351/79
y modificatorio de dicho decreto, la Resolución 295/2003;
y la reciente Ley Nº 24.557/95 de Riesgos del Trabajo, que

412 Espitia, Reina; ob. cit.


413 Ídem.

313
va acompañada por los decretos reglamentarios Nº 170/96 y
Nº 333/96, la resolución Nº 38/96 SRT, el laudo Nº 156/96
MTSS (listado de enfermedades profesionales previsto en el
art. 6 apartado 2 de la ley), y los decretos 658/05 (listado de
enfermedades profesionales) y 659/05 (tabla de evaluación de
incapacidades laborales) entre otras normas que modifican o
complementan la ley. Estas leyes protegen directa o indirecta-
mente al trabajador.

El Decreto Nº 351/79 que reglamenta a la ley de Higiene y


Seguridad en el Trabajo es de carácter muy técnico, y está
organizado en 8 anexos. El anexo I reglamenta la ley en gene-
ral, con 24 capítulos y 232 artículos, mientras los restantes 7
anexos se ocupan de temas específicos. En el anexo V, Ruido
y Vibraciones, correspondiente a los artículos 85 a 94 de la
Reglamentación, se introduce el concepto de Nivel Sonoro
Continuo Equivalente (NSCE) como “el nivel sonoro medido
en dB(A) de un ruido supuesto constante y continuo durante
toda la jornada, cuya energía después de atravesar la red A
sea igual a la correspondiente al ruido variable a lo largo de la
jornada414”. Definición que está en relación con la teoría de
que bajo ciertas condiciones, el daño auditivo está en propor-
ción con la energía sonora total recibida acumulativamente.
Se admite en la reglamentación un NSCE máximo admisible
de 85 dBA415 para una jornada laboral de 8 horas, con un
factor de acumulación de 3 dBA416 por encima del cual,
deben realizarse exámenes audiométricos periódicos a todos
los expuestos, y en caso de notarse un aumento del umbral, el
trabajador deberá obligatoriamente utilizar protectores auditi-
vos. De persistir la tendencia a aumentar el umbral, debe ser
transferido a otras tareas menos ruidosas.
414 Federico Miyara, Análisis de la legislación sobre ruido y vibraciones, Biblioteca virtual.
415 La medida registrada por sonómetros equipados con filtro A se expresa en dBA. El filtro de tipo A, es un filtro que registra el sonido de manera
similar a como lo hace el oído humano, atenuando de forma importante los sonidos de baja frecuencia, respetando las frecuencias altas.
416 Significa que un aumento de tiempo de exposición al doble debe ser compensado con una disminución en 3 dBA, por ejemplo, para una
exposición de 93 dBA las horas de trabajo deberían disminuir a 4 horas. Para más detalle ver apartado Principio de igualdad de energía:
exchange rate.

314
El Laudo Nº 156/96 presenta un listado de enfermedades pro-
fesionales, dentro de las cuales la hipoacusia inducida por
ruido es definida como una afección generalmente bilateral
(ambos oídos), bastante simétrica, irreversible y lentamente
progresiva, estabilizándose al interrumpir la exposición; de
evolución más lenta cuanto mayor sea la pérdida alcanzada.
Siempre se relaciona con daño en el órgano de Corti, pero la
pérdida rara vez es profunda (está entre 40 dB y 75 dB). En
general compromete las frecuencias 3000 Hz, 4000 Hz y 6000
Hz, siendo 4000 Hz la más afectada. En estas frecuencias la
máxima pérdida se alcanza luego de 10 a 15 años. También
indica que las audiometrías deben realizarse después de un
periodo de descanso auditivo de 24 horas por lo menos.

Existen, además, otros organismos reguladores: la ISO, In-


ternacional Organazation for Standardization (Organismo
Internacional de Normalización) editó, en 1975, la primera
edición de la Norma ISO 1999 denominada “Acústica- Eva-
luación de la exposición ocupacional a ruido para los fines
de la conservación de la audición”, establece un criterio para
valorar el riesgo auditivo, proporcionando una definición de
pérdida auditiva global en función de las características de
la exposición. La segunda edición, 1990, titulada “Acústica
–Determinación de la exposición a ruido laboral y estimación
de la pérdida auditiva inducida por ruido”, presenta una re-
lación estadística entre la exposición a ruido y el desplaza-
miento permanente del umbral auditivo. Se estiman los des-
plazamientos de umbral esperados según la edad, según la
exposición al ruido y de acuerdo a la suma de ambos factores
sin delimitar un criterio de cuándo y cómo se considerará una
pérdida de audición.

En la Argentina el organismo normalizador es el IRAM, Ins-


tituto Argentino de Normalización. Las Normas IRAM referi-
das a acústica, ruido y vibraciones son numerosas, y podrían

315
clasificarse en normas referidas a definiciones, a métodos de
medición, a medición de la audición humana, a psicoacústica,
a efectos del ruido y las vibraciones en el hombre, la propaga-
ción, aislación y evaluación de ruido. Las normas revisadas y
utilizadas en este trabajo son la IRAM 4079 “Ruidos: Niveles
máximos admisibles en ámbitos laborales para evitar deterio-
ro auditivo” y la IRAM 4091 “Programa de audiometrías y
evaluación de audiogramas para el personal expuesto al ruido
de origen laboral”.

En cuanto a la legislación y el ámbito pesquero específica-


mente, se revisó un trabajo innovador y actual, llevado a
cabo por la Abogada Evangelina Mattera417, quien investigó
acerca de los Convenios de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) concretamente los relacionados con el sector
marítimo y la “gente de mar”. En este estudio se menciona
y describe la necesidad de renovar y actualizar las normati-
vas vigentes, dada la ineficiente incidencia de aquéllas en las
condiciones de trabajo y de vida de los pescadores en general.
El Convenio sobre el Trabajo en el Sector Pesquero Nº 188,
aún no ratificado por el país y varios otros países del mundo,
considera a la actividad pesquera como una de las más peli-
grosas de todas las profesiones, por lo cual contiene normas
y disposiciones diseñadas para garantizar una mejoría en las
condiciones de trabajo relativas a la seguridad y salud para el
sector pesquero, de modo de minimizar los riesgos que esta
labor representa. Este hecho es muy importante a destacar ya
que llevados a cabo, aunque arduo el camino, implican un
progreso también en lo que respecta al ruido y las vibraciones
a bordo de los buques y, en consecuencia directa, una dis-
minución de las probabilidades de desarrollar una patología
auditiva de origen laboral.

417 Evangelina Mattera, Recepción en nuestro orden jurídico interno de los convenios de la O.I.T para el sector marítimo ratificados por
nuestro país, Tesis de Grado. Universidad FASTA.

316
3. MARCO TEÓRICO

Conceptos teóricos actuales

Hipoacusia inducida por ruido


Definición de la patología.
Se ha generalizado y difundido el término traumatismo sono-
ro o acústico para denominar todo daño auditivo causado por
el agente ruido. Sin embargo, es apropiado diferenciar:

• el traumatismo acústico agudo, que implica una exposi-


ción al ruido en forma aguda,
• el trauma acústico crónico o hipoacusia inducida por rui-
do, que da la idea de cronicidad y progresión en el tiem-
po, y
• la hipoacusia inducida por música (HIM) que especifica
el tipo de ruido que afecta la audición.

Se considera trauma acústico agudo (TAA) a la lesión causa-


da por un ruido único de alta intensidad y corta duración (en
general explosiones, detonaciones) que produce como con-
secuencia normal el desgarro del tímpano, pudiendo dañar
además los sistemas de transmisión y percepción, con daños
auditivos irreparables. La persona no suele tener dificultad en
especificar el comienzo del problema resultante, producién-
dose pérdidas repentinas de la audición.418

Trauma acústico crónico, sordera profesional, actualmente


hipoacusia inducida por ruido (HIR) o deterioro auditivo in-
ducido por ruido419 (DAIR) se denomina al daño auditivo
neurosensorial producido por la acción de la exposición a rui-
dos a lo largo del tiempo, continuada o intermitente, durante

418 Comisión Técnica Médica de Perú, Protocolo de Diagnóstico y Evaluación médica para la Hipoacusia Inducida por ruido, Protocolo nº 7,
publicado en: http://www.minsa.gob.pe/portal/p2005/documentos/CT/Comisi%C3%B3n%20T%C3%A9cnica%20M%C3%A9dica.doc
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En ingles: Noise Induced Hearing Loss (NIHL).

317
y como resultado de una ocupación laboral. La pérdida resul-
ta ser un daño progresivo y gradual, indoloro, irreversible y
real.420, 421, 422, 423

En el primero de lo casos actuará sobre el oído una energía


sonora concentrada aplicada en un solo instante, pero de tal
intensidad que será suficiente para lesionarlo. El daño puede
ser unilateral o bilateral.

En el segundo caso, el daño se caracteriza por ser de comien-


zo insidioso, de curso progresivo y de presentación predomi-
nantemente bilateral y simétrica (predominantemente, ya que
se debe tener en cuenta, la ubicación del actor en el puesto
de trabajo con respecto a la fuente de ruido); cuando no lo es
debe buscarse otro problema no relacionado con el ruido. Al
igual que todas las hipoacusias neurosensoriales, se trata de
una afección irreversible, pero a diferencia de éstas, la HIR
puede ser prevenida424.

Actualmente, entre TA (de tipo crónico) y DAIR, también se hace


otra diferenciación de acuerdo se vean o no afectadas las frecuen-
cias conversacionales (Método de clasificación Klockhoff).

Perfil audiométrico: desplazamiento de umbrales auditivos.


Las características audiométricas de estos cuadros muestran
inicialmente un daño perceptivo en las frecuencias altas, como
el 4000 Hz, seguido posteriormente de la elevación del um-
bral al nivel cero audiométrico425 en el extremo tonal agudo
8000 Hz. A este trazado se lo denomina escotoma. Tradicio-
nalmente, se piensa que la frecuencia 4 Khz. es la que primero
se afecta, no obstante, el escotoma puede aparecer tanto en el
420 Antonio Jerez; ob. cit. Páginas 189 y 190.
421 Werner y cols.; ob. cit. Páginas 65 a 75.
422 Gonzalo de Sebastián; ob. cit. Páginas 115 a 117.
423 Comisión Técnica Médica, ob. cit.
424 Werner y colaboradores; ob. cit.
425 Cuando el trauma acústico es avanzado puede que el umbral no esté en cero pero que sea más elevado (umbral menor) que las
frecuencias altas afectadas.

318
2 y 3 Khz. así como también en el 6 Khz. (existe un estudio
que demuestra que es esta frecuencia la que se daña más pre-
cozmente, con mayor severidad y frecuencia)426, 427.
La intensidad del descenso (o incremento del umbral) no es
estática sino que varía según factores como la frecuencia de
exposición, el tipo de ruido al que se está expuesto, el nivel
de presión sonora y las medidas de prevención tomadas (por
ejemplo, el uso de protectores auditivos).

Si siguiéramos una línea en el tiempo e imagináramos una si-


tuación de sobreexposición continua (sin las medidas preven-
tivas necesarias, mayor riesgo auditivo) el escotoma puede
evolucionar, profundizándose con los años de trabajo y edad
del trabajador428 y afectar progresivamente las frecuencias ve-
cinas comenzando a hacerse manifiestas las dificultades de
audición. McCrae J. H. en sus investigaciones encuentra que
es durante los primeros diez años de exposición cuando se
produce el mayor daño auditivo429.

En un primer momento, el desplazamiento o descenso de las


frecuencias mencionadas en el primer párrafo es temporal, y
se lo llama Cambio Temporal del Umbral430 (CTU) de audi-
ción o Temporal Thershold Shift (TTS) el cual generalmente
no supera los 20 dB431. El TTS ocurre cuando el oído sufre
de fatiga auditiva, es decir, luego de haber estado en circuns-
tancias de exposición prolongada o de ruidos muy intensos
la audición sufre una adaptación (sensibilidad disminuida)
que persiste por un tiempo después de la desaparición de la
situación ruidosa; y siempre que se suspenda la exposición
(estado de reposo auditivo), el umbral se restituye432. Aho-
426 Relanzon Lopez, José María; Validez de los Test predictivos de la fatiga auditiva en la prevención del trauma acústico, Madrid, 1992.
Páginas 117, 202 y 203.
427 En la práctica es una frecuencia que no siempre se testea; sí será tenida en cuenta en este estudio.
428 A. A. Jerez; ob. cit. Página 189.
429 McCrae JH, Noise induced hearing loss and presbyacusis, 1971, en: www.occupationalhearingloss.com.
430 Joseph Ladau, MD; ob. cit. Página 135.
431 Relazón Lopez, J.M; ob. cit.
432 Dr. Arauz y Dr. Debas Juan, ob. cit, “Patogenia”.

319
ra bien, conforme la sobreexposición continúa, y se repiten
los cambios temporales del umbral, aumenta la fatigabilidad,
siendo probable (y aquí entra el juego de la susceptibilidad
individual) la falta de recuperación del umbral auditivo de
tales frecuencias, alterándose definitiva e irreversiblemente;
hecho al que se denomina Cambio Permanente del Um-
bral (CPU) o Permanent Thershold Shift (PTS), en la Norma
IRAM 4079 aparece como Noised Induced Permanent Ther-
shold Shift (NIPTS)433.

El Dr. Arauz expresa que una mayor duración del TTS es


evidencia de que menor será la posibilidad de recuperación
del umbral auditivo434, es decir, cuanto más tiempo se esté
expuesto al ruido, más tiempo tarda el sentido de la audición
en volver a la normalidad (o al umbral real del sujeto). La
gravedad del TTS y su recuperación depende del nivel y de la
duración de la exposición435.

Según Notas Técnicas de Prevención españolas, 16 horas436 es


el tiempo de reposo auditivo recomendable para tomar una au-
diometría tonal de umbrales reales, tal sería entonces, el tiem-
po mínimo que permitiría la recuperación de la normalidad
del umbral. La norma IRAM437 4091 recomienda un mínimo
de 14 horas de reposo auditivo mientras que el Laudo156/96
indica que por lo menos debe ser de 24 horas.

Observando las jornadas laborales, un trabajador ordinario


tiene, generalmente, 16 horas de reposo auditivo correspon-
433 El término se aplica a los cambios de desplazamiento permanente del umbral inducido por el ruido en distribuciones estadísticas de
grupos.
434 Ídem.
435 IRAM 4079:2006, Ruidos, Niveles máximos admisibles en ámbitos laborales para evitar deterioro auditivo, Argentina, tercera edición,
año 2006; página 5.
436 Instituto de Seguridad e Higiene en Trabajo, “Hipoacusia laboral por exposición al ruido: Evaluación clínica y Diagnóstico”. España NTP-
193, 1991, Barcelona. En: www.mtas.es/insht/ntp/ntp_193.htm
437 Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) es una asociación sin fines de lucro cuyas finalidades específicas, en su
carácter de Organismo Argentino de Normalización, son establecer normas técnicas, sin limitaciones en los ámbitos que abarquen, además
de propender al conocimiento y la aplicación de la normalización como base de la calidad, promoviendo las actividades de certificación de
productos y de sistemas de la calidad en las empresas para brindar seguridad al consumidor. IRAM es el representante argentino en la
Internacional Organization for Standarazation (ISO).

320
dientes a las horas que pasa fuera del ámbito laboral. Por el
contrario, los trabajadores pesqueros no gozan de un descanso
auditivo diario sino que lo tienen aproximadamente cada 13
días. En consecuencia, si el nivel de ruido produjo fatiga au-
ditiva, el tiempo de duración del TTS es mayor e iría acrecen-
tándose, teniendo así menores posibilidades de recuperación
del umbral real que un trabajador de tierra, o bien, contando
con más probabilidades de que el desplazamiento del umbral
se transforme en permanente.

Aunque el presente estudio no observará la evolución de los


cambios de umbral es importante tener en cuenta este aspecto
en el estudio y la proyección de un programa de prevención
y conservación.

Figura 5. Factores interrelacionados influyentes en el dete-


rioro auditivo

Sintomatología: efectos auditivos y no auditivos.


El ruido constituye hoy en día el agresor de naturaleza física
más difundido en el ambiente laboral y social.
El ruido actúa a través del órgano del oído sobre los sistemas
nerviosos central y autónomo. Cuando el estímulo sobrepasa
determinados límites, se produce sordera y efectos patológi-

321
cos en ambos sistemas, tanto instantáneos como diferidos. A
niveles mucho menores, el ruido produce malestar y dificulta
o impide la atención, la comunicación, la concentración, el
descanso y el sueño438.

Síntomas auditivos.
• Disminución de la capacidad auditiva: primero tempo-
ral (TTS); segundo permanente (PTS). En los primeros
estadios el paciente no nota la dificultad aunque puede
detectarse el deterioro auditivo con una prueba de audi-
ción; con la sobreexposición se agrava la dificultad hasta
complicarse el entendimiento del habla439.
• Tinnitus: son muy frecuentes aunque no constantes.
Cuando aparecen son generalmente agudos, continuos y
bilaterales. No suelen guardar relación con la magnitud
de la lesión.
• Otalgia: no es un síntoma típico, está más relacionado
con el TAA.
• Algiacusia: cuando se presenta, es la manifestación clí-
nica del fenómeno de reclutamiento, siendo éste común
en las hipoacusias neurosensoriales endococleares como
la HIR. El paciente manifiesta dolor ante la presencia de
sonidos de alto nivel sonoro.

Efectos no auditivos.
El ruido provoca no sólo disminución de la capacidad auditi-
va sino que también perturba el bienestar físico y mental de la
persona expuesta al mismo440. A continuación se presentan
los efectos no auditivos considerados por la OMS y publica-
dos en Guías para el Ruido urbano441:

438 La Lucha contra el Ruido, Efectos del ruido sobre la salud, la sociedad y la economía, artículo publicado en: www.ruidos.org/Referencias/
Ruido_efectos.html.
439 National Institute on Deafness and Other Communication Disorders within the National Institutes of Health, Pérdida de la audición inducida
por ruido; en: http://www.nidcd.nih.gov/health/spanish/noise_span.asp.
440 Werner y otros.; ob. cit. Páginas 87 a 92
441 Documento de la OMS sobre Guías para el ruido urbano, resultado de la reunión del grupo de trabajo de expertos llevada a cabo en
Londres, Reino Unido, en abril de 1999. Se basa en el documento “Community Noise”, preparado para la Organización Mundial de la Salud y
publicado en 1995 por la Stockholm University y el Karolinska Institute. Editado por Birgitta Berglund, Thomas Lindvall, Dietrich H Schwela.

322
Efectos sobre el sueño: El sueño ininterrumpido es un pre-
rrequisito para el buen funcionamiento fisiológico y mental.
Los efectos primarios del trastorno del sueño son: dificultad
para conciliar el sueño, interrupción del sueño, alteración en
la profundidad del sueño y mayores movimientos corporales.
Los efectos cuantificables del ruido sobre el sueño se inician
a partir de 30 dBA y 45 dBA.
• Efectos sobre las funciones fisiológicas: La exposición
al ruido puede tener un impacto permanente sobre las
funciones fisiológicas de los trabajadores. Después de
una exposición prolongada, los individuos susceptibles
pueden desarrollar efectos permanentes, como hiperten-
sión y cardiopatía. La magnitud y duración de los efectos
se determinan en parte por las características individua-
les, estilo de vida y condiciones ambientales.
• Efectos sobre el rendimiento: Se ha demostrado que el
ruido puede perjudicar el rendimiento de los procesos
cognitivos. Si bien un incremento provocado del ruido
puede mejorarlo en tareas sencillas de corto plazo, el
rendimiento cognoscitivo se deteriora sustancialmente
en tareas más complejas. Entre los efectos cognoscitivos
más afectados por el ruido se encuentran la lectura, la
atención, la solución de problemas y la memorización. El
ruido también puede actuar como estímulo de distracción
y el ruido súbito puede producir un efecto desestabilizan-
te como resultado de una respuesta ante una alarma.
• Efectos sobre la comunicación: el ruido provoca interfe-
rencias en la percepción del habla.
El nivel del sonido de una conversación en tono normal
es, a un metro del hablante, de entre 50 y 55 dBA. Ha-
blando a gritos se puede llegar a 75 u 80. Para que la
palabra sea perfectamente inteligible es necesario que su
intensidad supere en alrededor de 15 dBA al ruido de fon-
do. Por lo tanto, un ruido superior a 35 ó 40 decibelios

323
provocará dificultades en la comunicación oral que sólo
podrán resolverse, parcialmente, elevando el tono de voz.
A partir de 65 decibelios de ruido, la conversación se tor-
na extremadamente difícil. Situaciones parecidas se dan
cuando el sujeto está intentando escuchar otras fuentes de
sonido (televisión, música, etc.); ante la interferencia de
un ruido, se reacciona elevando el volumen de la fuente
creándose así una mayor contaminación sonora sin lograr
totalmente el efecto deseado442.

• Molestia: Puede incrementar el nivel personal de estrés.


Además, originar ansiedad, irritabilidad y nerviosismo.

La habituación al ruido.
Se han citado casos de soldados que han podido dormir junto
a una pieza de artillería que no cesaba de disparar o de comu-
nidades que, a pesar de la cercanía de un aeropuerto, logran
conciliar el sueño, aun cuando éste sea de poca calidad. Es
cierto que a medio o largo plazo el organismo se habitúa al
ruido, empleando para ello dos mecanismos diferentes por
cada uno de los cuales se paga un precio distinto.

El primer mecanismo es la disminución de la sensibilidad del


oído y su precio, la sordera temporal o permanente. Muchas
de las personas a las que el ruido no molesta dirían, si lo su-
piesen, que no oyen el ruido o que lo oyen menos que otros o
menos que antes. Naturalmente tampoco oyen otros sonidos
que les son necesarios.

Mediante el segundo mecanismo, son las capas corticales del


cerebro las que se habitúan. Dicho de otra forma, oímos el
ruido pero no nos damos cuenta. Durante el sueño, las seña-
les llegan a nuestro sistema nervioso, no nos despiertan pero
desencadenan consecuencias fisiológicas de las que no somos
442 Lucha contra el ruido; ob. cit.

324
conscientes: frecuencia cardíaca, flujo sanguíneo o actividad
eléctrica cerebral. Es el llamado síndrome de adaptación443.

Presbiacusia. Corrección audiométrica por la edad del trabajador.


Se denomina presbiacusia a la disminución por el envejecimien-
to fisiológico y socioacusia al deterioro auditivo en relación con
la edad y la exposición al ruido social o comunitario (no tan altos
como los laborales). Algunos ya hablan sólo de socioacusia.
Desde el primer estudio realizado en una población general
se conoce que los umbrales de audición se deterioran con
el paso de los años. La etiopatogenia de la presbiacusia y/o
socioacusia es múltiple. La base genética, el envejecimiento
«fisiológico», la alimentación, las enfermedades cardiovascu-
lares y, por supuesto, los ruidos (de origen laboral y de la vida
diaria) y los tóxicos pueden influir negativamente sobre los
umbrales de audición. Parece obvio, a la hora de valorar en
un audiograma la afectación causada por el ruido, el tener en
cuenta el efecto de la edad; situación que se complica ya que,
lógicamente, edad y exposición al ruido se superponen444.

La corrección por presbiacusia se utiliza para estimar qué par-


te de la pérdida es atribuible a la exposición al ruido laboral.
Se sustrae, al valor del umbral auditivo de la persona expues-
ta, el valor (dB) de lo que se espera que el umbral haya cam-
biado (incremento del umbral) para la edad y el sexo según la
distribución poblacional no expuesta a ruido ocupacional.
Existen dos posturas posibles, estar de acuerdo o no con su
realización.

Para el NOISH no es recomendable, no es técnicamente apro-


piado realizar la corrección por la edad, valor poblacional es-
tadístico, en el audiograma de una valoración individual. Asi-
mismo, aunque muchas personas experimenten un descenso de
443 Ídem.
444 M. A. Gorospe et al; Página 42.

325
la sensibilidad auditiva con la edad, muchos otros no, y no es
posible saber quiénes tendrán y quienes no tendrán presbiacu-
sia, por lo tanto no es posible conocer a quiénes sí y a quiénes
no se les debería aplicar esta corrección. Por otro lado, si el pro-
pósito de un Programa de Prevención y Conservación de la Au-
dición, es la prevención y conservación de pérdidas auditivas y
un audiograma es corregido por la edad se verá que el tiempo
requerido para que aparezca una disminución significativa del
umbral será muy prolongado, por lo que la aplicación de esta
metodología se opone a los propósitos del programa445,446,447.
La OSHA expresa que no es obligatorio realizar corrección
por presbiacusia en la determinación del handicap o disca-
pacidad auditiva, aunque frecuentemente es efectuada para
cuestiones legales. De todos modos, ha publicado valores de
corrección para las frecuencias 1000 Hz a 6000 Hz. Dado que
al 500 Hz no se le adjudicaron valores sólo pueden ser usados
por las ecuaciones del NOISH y Wisconsin formula448.

El Departamento industrial del Estado de California, DOSH


(Division of Occupational Safety and Health) también cono-
cido como CAL/OSHA publica, en la sección Programa de
conservación de la audición- Evaluación del Audiograma del
Código de Regulaciones, que para la determinación de si se
ha producido un cambio del umbral estándar (base), debe te-
nerse en cuenta la contribución del envejecimiento al cambio
del nivel de audición mediante la corrección del audiograma
anual según el procedimiento descrito en el Apéndice F: De-
terminación y Aplicación de la Corrección por Edad a los Au-
diogramas.449
445 Dra. Espitia, Mery Reina, “Hacia una revisión de la conceptualización metodológica para calificar pérdidas auditivas por exposición al
ruido ocupacional”, en: Revista de Otorrinolaringología; Colombia, editada por la Asociación Colombiana de Otorrinolaringología y Cirugía
de Cabeza y Cuello, Maxilofacial y Estética Facial (ACORL), año 2002, Volumen 30, Número 3, publicado por la en: http://encolombia.com/
medicina/otorrino/otorrino30302-haciaunarevision.htm
446 Kevin T. Kavanagh, “Evaluation of Occupational Hearing Loss and Presbyacusis USing a Microcomputer”, en Journal of the American
Academy of Audiology, Volumen 3, Number 3, 1992.
447 NOISH, Ob. Cit., página 60.
448 Kevin T. Kavanagh,”Presbyacusis”, en : www.occupationalhearingloss.com
449 Division of Occupational Safety and Health, Departamento industrial del Estado de California, Division de seguridad industrial, subcapítulo
7. En: www.dir.ca.gov/dosh/dosh_publications/NoiseRegSpan.htm

326
En la primera edición de la ISO (1975) la tabla de porcentajes
de riesgo auditivo tiene realizada la corrección por la edad450.
La ISO 1990:1990, adoptada por la Norma IRAM 4079:2006,
presenta distribuciones estadísticas de los desplazamientos
del umbral auditivo según el sexo y la edad (entre 18 y 70
años) de acuerdo a distintas bases de datos. La Base de datos
A (ISO 7029) presenta valores correspondientes a los niveles
umbrales de audición de una población otológicamente nor-
mal, es decir, una población cuyo estado de salud es normal,
que no presenta señal ni síntoma alguno de enfermedad en el
oído, que carece de tapón de cera y que no ha estado indebi-
damente expuesta al ruido; en la Base de datos B se presentan
niveles umbrales de audición de una población no selecciona-
da, típica de un país industrializado (socioacusia). El usuario
de la norma es quien elige la base de datos a utilizar para
correlacionar y comparar los datos. El Anexo A adopta para
sus valores las ecuaciones de Robinson y Stutton, las cuales
derivan de la combinación un gran número de estudios451.

Werner menciona que en la metodología norteamericana, J.


Sataloff introdujo el criterio de restar 0.5 dB por cada año de
vida más allá de los 40 ó 50 años de edad, dejando la elección
de este límite etario en manos del evaluador. Si se utiliza la
tabla AMA de 1979, deben restarse los decibeles por presbia-
cusia del valor del promedio de la suma de pérdidas de cada
oído. Si se utiliza para evaluar la incapacidad auditiva la tabla
anterior a 1979, De Marco sugiere hacer la resta de 0.5 dB
por año de edad sólo en las frecuencias 2 y 4 Khz., por ser
éstas las más afectadas por la presbiacusia. El autor aconseja
realizar esta corrección a partir de los 50 años y ser prudentes
con su uso dado que se deberá estar absolutamente seguro de
la incidencia de la presbiacusia: por ejemplo, a un sujeto que
cumple con las condiciones imprescindibles para el diagnós-
450 Federico Miyara, “¿Cuánto ruido es demasiado ruido?”, 1997, Biblioteca Virtual.
451 Ídem 89.

327
tico de HIR, no es quizás equitativo deducirle decibeles por
la presunta presbiacusia. Y agrega, que otros autores opinan
que no debería descontarse nada por el envejecimiento, pues
ya está incluido en la desventaja de los 25 dB.

En la Norma IRAM 4091 se presenta un formulario y un mé-


todo para la evaluación del audiograma que tiene como fin de-
tectar los cambios significativos del umbral del trabajador. El
proceso de cálculo se realiza para cada oído y se utilizan los
valores de tablas diferenciados por sexo y tabulados por edad
para las frecuencias de 500 Hz, 1000 Hz, 2000 Hz, 3000 Hz,
4000 Hz y 5000 Hz. Para obtener los valores de corrección,
es decir, cuántos decibeles se deberán restar a los valores del
trazado audiométrico, se prosigue de la siguiente manera: en
primer lugar, se toma la edad actual del trabajador y se busca,
en la tabla correspondiente al sexo, el valor estandarizado de
la pérdida de audición esperada para la edad en db para las
distintas frecuencias (valor A). En segundo término, se bus-
can y consignan los valores correspondientes a la edad del
trabajador en el audiograma de base (audiograma precedido
por un tiempo de no-exposición) o, en caso de que no exista,
se consignan los valores referidos a “20 años o menos” (valor
B). Una vez que se tienen estos valores, se realiza la dife-
rencia entre A y B, lo que da como resultado el valor que se
restará por frecuencia a los resultados audiométricos. Por últi-
mo, se observa y se consigna si hubo o no un desplazamiento
significativo del umbral según cada frecuencia.

Diagnóstico del DAIR.


El DAIR requiere de un cuidadoso estudio de toda la informa-
ción disponible: la anamnesis, el examen audiológico (otos-
copia) y los datos obtenidos en mediciones audiométricas, ya
que sólo es posible aplicar este concepto si se puede demos-
trar que no existe ninguna otra causa que haya incidido en el

328
desplazamiento del umbral452.
La anamnesis deberá precisar las circunstancias etiológicas,
el carácter adquirido de la hipoacusia y la progresividad de la
misma. No sólo debe incluir información médica y física del
sujeto sino también una cuidadosa investigación sobre expo-
sición personal al ruido en ambientes laborales y no labora-
les. La historia deberá cubrir otras causas posibles de pérdida
auditiva neurosensorial y especificar cualquier antecedente
familiar de déficit auditivo453.

Por lo tanto, deberá contemplar:

• historia ocupacional - exposición actual: tiempo de expo-


sición, antigüedad, utilización de medidas de protección
auditiva, sensación subjetiva.
• Antecedentes laborales- exposición previa: otros puestos
de trabajo con exposición al ruido.
• Exposiciones extralaborales: tiro práctico, motorismo,
música, etc.
• Estado actual de audición: signos de dificultad en la agu-
deza auditiva
• Antecedentes otológicos: presencia y frecuencia de tinni-
tus, otalgia, otorrea, etc.
• Antecedentes familiares: familiares con problemas de
sordera u otras afecciones ORL.
• Exposición a sustancias ototóxicas exógenas (algunos
medicamentos como la aspirina y otras sustancias como
monóxido de carbono, plomo, benceno, mercurio, etc.)
y endógenas (algunas enfermedades actúan sobre el or-
ganismo como agentes ototóxicos como la diabetes, ure-
mia, hepatopatías, etc.).
• Enfermedades generales con afección ótica: traumas cra-
452 Lic. Graciela A. Laguerri, Hipoacusia inducida por música, la otra cara de la música.
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Kevin T. Kavanagh, “Evaluation of occupational hearing loss and presbyacusis using a Microcomputer”, Journal of the American Academy
of Audiology, USA, 1992, Volumen 3, Número 3.

329
neales, meningitis, parálisis facial, herpes zoster, paroti-
ditis, rubéola, sarampión, etc.

La anamnesis utilizada en este estudio fue exclusivamente di-


señada para la población de pescadores, ver Anexo IV.
Los estudios de audición utilizados generalmente correspon-
den a pruebas liminares y supraliminares que brindan la in-
formación necesaria para el diagnóstico correcto y preciso
de la lesión por ruido. Por tratarse de una hipoacusia de tipo
perceptiva no podrá confundirse con hipoacusias conductivas
o mixtas, el hecho de que se trate de una afección bilateral y
prácticamente simétrica (teniendo en cuenta que en esta po-
blación el ruido es constante y no depende del puesto del tra-
bajador en relación a la fuente de ruido), descarta hipoacusias
centrales y retroclocleares454.

Diversidad de criterios.
Uno de los puntos más complejos a describir resultó ser la
definición de los criterios a utilizar, puesto que existen mul-
tiplicidad de ellos, así como de fórmulas y normalizaciones.
Es necesario en cada uno de los pasos luego de la evaluación
audiológica ajustarse a un criterio o ente normalizador; por
ejemplo: para establecer los límites entre la audición normal
y patológica, para definir las frecuencias a estudiar y tener
en cuenta para la valoración de la HIR y el cálculo del déficit
auditivo, para la determinación del uso o no de correcciones
por presbiacusia así como también para fijar los límites de
ruido admisibles, y los métodos para calcular las dosis de rui-
do, entre otros. Criterios que al no estar expresados en forma
de ley (sí los límites de ruido admisibles), por lo menos en
nuestro país, varían según el usuario y de acuerdo a intereses
económicos, políticos y médico-legales.

454 Werner y otros; ob. cit.

330
En cada país se utilizan protocolos de valoración diagnóstica
determinados basados en normas internacionales y nacionales.
En Argentina, el referente son las Normas IRAM, aunque no
aseguran su utilización tampoco la homogeneidad de criterios.
Werner explica que desde un objetivo puramente educacio-
nal o social, se requiere clasificar el impedimento auditivo en
clases o grados. Otro tanto si el criterio con que se observa el
problema es previsional, atento a la valoración de una proba-
ble invalidez, o bien el laboral, a los fines de la selección de
individuos hipoacúsicos455.

Coexisten, en el mundo de la audiología, múltiples criterios


clasificatorios. En términos generales, con respecto a la clí-
nica audiológica y en función del grado de pérdida auditiva,
se considera una pérdida auditiva o hipoacusia leve o ligera
cuando los umbrales se encuentran entre 20-25 dB y 40 dB
(Van Uden, Paises Bajos; Löwe y Kern, Alemania Occ.; entre
otros), habiendo otros autores como Lafón (Francia), Davis
(EE.UU.) y Jusson (Alemania) que la delimitan a partir de los
30 y 35 dB; una hipoacusia moderada se encontraría entre los
40 y 70 dB, una hipoacusia severa entre 60 y 90 dB; y una
hipoacusia profunda o sordera cuando los umbrales auditivos
se encuentran más allá de los 90 dB456, 457 En Argentina, el
límite se encuentra en los 20 dB; sin embargo, cuando se trata
de niños en etapas tempranas del desarrollo del lenguaje se
entiende que una pérdida de 15 dB ya puede traer dificulta-
des para captar ciertas cualidades de los sonidos del habla. Se
puede observar, pues, que por audición normal no se tiene el
mismo criterio en todas las partes del mundo.
La OMS presenta la siguiente clasificación:
• Deficiencia auditiva ligera: 26-40 dB
• Deficiencia moderada: 41-55 dB
455 Werner y colaboradores; ob. cit. Página 171.
456 Faletty y Geuze; Manual de audiometría, Capítulo “Introducción a la audiometría práctica”, Argentina, Editorial Quorum. Página 19.
457 Jerez Antonio, ob. cit. Página 171.

331
• Deficiencia moderadamente grave: 56-70 dB
• Deficiencia grave: 71-91 dB
• Deficiencia auditiva profunda: más de 91 dB
• Pérdida total de audición.

También aparece disparidad en considerar cuáles son las fre-
cuencias conversacionales, lo cual afecta directamente en la
clasificación del trauma, y cuáles son las frecuencias que se
toman en cuenta para la determinación de un hándicap auditi-
vo: en Argentina se toman las frecuencias 0.5, 1, 2, y 4 Khz.,
en otros países se toman el 0.5, 1, 2, 3 Khz. Así como otros
toman también el 250 o excluyen el 3 Khz.
En la práctica de la medicina legal del trabajo existen me-
todologías que buscan delimitar, con la máxima objetividad
posible, cuándo se considera un daño permanente del umbral
y cuándo esa pérdida auditiva provoca un handicap, déficit o
discapacidad auditiva. La Norma IRAM 4079:2006, aunque
no especifica el nivel umbral de audición ni el límite que debe
pasarse para que exista un déficit auditivo, define una pérdi-
da auditiva458 como el deterioro del umbral de audición, y
un déficit auditivo como la discapacidad subsiguiente a una
pérdida auditiva suficiente como para afectar la capacidad de
una persona en sus actividades cotidianas, la cual es expresa-
da generalmente en función de la comprensión de la palabra
cuando existen bajos niveles de ruido de fondo.

El deterioro auditivo se estima a partir de la audiometría to-


nal liminar. Para cuantificar la existencia de una deficiencia
auditiva diversos organismos proponen fórmulas y cálculos
que difieren entre sí principalmente por las frecuencias que
consideran a promediar.
Kevin T. Kavanagh explica que la utilización de una ecua-
458 La pérdida auditiva se estima por el desplazamiento permanente del umbral, y puede considerarse separadamente para cada frecuencia,
sumado para un cierto número de frecuencias con el fin de obtener un desplazamiento “total” del umbral o promediado para un número de
frecuencias que representen generalmente el margen de frecuencias principal para la inteligibilidad de la palabra hablada.

332
ción o fórmula determinada está basada en la combinación de
ciencia y política. La ciencia elige el número de frecuencias
que representan en general el margen de frecuencias principal
para la inteligibilidad de la palabra hablada; la política deter-
mina la ley que puede asignar uso de la ecuación por mandato
y se basa a menudo en la influencia del lobbyng de deman-
dantes y de defensores y del impacto económico resultante
de las desventajas calculadas. A veces, el uso de la ecuación
apropiada necesita ser discutido ante el tribunal459. Federico
Miyara concuerda diciendo que los criterios son arbitrarios
ya que responden a una decisión de carácter más político que
científico. Por ejemplo, podría considerarse que el tener di-
ficultades para la comprensión oral implica discapacidad (lo
cual corresponde al criterio de los 25 dB), pero también po-
dría considerarse una discapacidad cualquier desplazamiento
permanente medible del umbral (y entonces estaríamos en el
criterio EPA por ejemplo).

Algunas de las formulas más conocidas para determinar una


deficiencia auditiva son:
• NOISH 1997: cuando el promedio de las frecuencias
1000, 2000, 3000 y 4000 Hz para ambos oídos exceda 25
dB460. Basado en información proveniente de The Ameri-
can Speech-Language-Hearing Association (ASHA).
• AAO 1979, American Academy of Otolaryngology:
cuando el promedio de las frecuencias 500, 1000, 2000 y
3000 Hz es de 25 dB461.
• ISO 1999:1975: cuando el promedio de los desplaza-
mientos del umbral auditivo en 500 Hz, 1000 Hz, 2000
Hz de 25 dB. Este criterio se utilizó en la primera edi-
ción de la norma para determinar el riesgo porcentual de

������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Kevin T. Kavanagh, “Evaluation of Hearing Handicaps and Presbyacusis Using World Wide Web-Based Calculators”, en Journal of the
American Academy of Audiology, Volumen 12, Number 10, 2001.
������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
US Department of Health and Human Services, NOISH; Criteria for a Recommended Standard, occupational noise exposure, Cincinnati,
Ohio, 1998, Chapter 3, Páginas 19-24.
461 Ídem.

333
daño auditivo por exposición a ruido. Proporciona una
definición de pérdida auditiva global en función de las
características de la exposición (edad, años de exposición
y niveles de exposición referidos a una semana laboral de
40 horas (para otras exposiciones se efectúa una conver-
sión, exhange rate, de 3 dB)462.
• La Asociación Médica Americana (1942) propone el
método de Fowler-Sabine, actualizado con especifica-
ción ANSI 1971 e ISO 64, tabla que estudia las cuatro
frecuencias fundamentales para el lenguaje: 500 Hz,
1000 Hz, 2000 Hz y 4000 Hz. Partiendo de una desventa-
ja aceptable de 20 dB, establece distintos porcentajes (ín-
dices) para la diferentes intensidades de pérdida auditiva
en las cuatro frecuencias, de acuerdo a la importancia que
tiene cada una en la comprensión de la palabra (Anexo I.
Tabla 1). Sumando los porcentajes de las cuatro frecuen-
cias se obtiene directamente el porcentaje de deterioro
para cada oído463.
Entonces, para el cálculo de la incapacidad auditiva
funcional o déficit auditivo, el método contempla los si-
guientes pasos: primero se buscan en la tabla los índices
correspondientes a los desplazamientos de las frecuen-
cias investigadas. Segundo, se suman los índices para
cada oído por separado y por último se aplica la fórmula
para las pérdidas biaurales.

Para algunos autores este método es el más justo para utili-


zar en lesiones laborales en donde el tono 2KHz se encuen-
tra indemne (lesiones de primer grado); la tabla actualmente
utilizada (AMA 84) no amerita incapacidad de acuerdo a los
baremos vigentes a tales pérdidas464.

462Federico Miyara, ob. cit. Página 5.


463 V. Santos Hernández, F. Zenker, R. Fernández Belda y JJ Barajas de Prat; ob. cit.
464 F. Bello, B. Parrado, M.J. Sanguinetti, Trauma acústico: mito, verdades y controversias, Cuadernos de Medicina Forense, Publicación
cuatrimestral del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, Buenos Aires, 2003, Año 2, Nº 3. Publicado en: http://www2.csjn.
gov.ar/cmf/cuadernos.htm.

334
• La Asociación Médica Americana (1979 homologada
1984): La AMA propone una formula, diseñada a partir
de una recomendación del Comité de expertos de la AAO
(American Academy of Otolaryngology).
En dicha valoración diferencia tres conceptos: daño per-
manente, el cual significa la existencia de una lesión, ana-
tómica o funcional, desde un punto de vista médico ex-
clusivamente; desventaja permanente (handicap) se ins-
tala cuando el daño permanente implica un impedimento
para las necesidades de la vida cotidiana: se considera
una desventaja permanente cuando el desplazamiento del
umbral es mayor de 25 dB promedio en las frecuencias
conversacionales (500, 1000, 2000 y 3000465 Hz); e inca-
pacidad permanente (disability) que define una situación
caracterizada por la coexistencia de dos conceptos, el
médico, el daño, y otro extra médico, jurídico, la merma
en la capacidad del individuo para ganar su jornal.

Para mayor accesibilidad al método se introduce una ta-


bla, publicada por Fleuretn en 1981 en nuestro idioma e
indicando la utilización de la frecuencia 4000 Hz en lu-
gar del 3000 Hz, en la cual, desaparecen los índices y se
obtiene directamente el valor de la incapacidad auditiva
funcional -porcentaje de pérdida auditiva biaural- a partir
de la intersección de la suma de pérdidas del mejor oído
con la suma correspondiente al peor oído466 , 467.

El deterioro auditivo monoaural se calcula a partir de la


suma del desplazamiento del umbral de cada frecuencia
hallando el correspondiente porcentaje en la Tabla AMA
de Pérdida auditiva global en un oído (Anexo 1. Tabla 2).

465 En la Argentina se toma en consideración el 4000 Hz en lugar del 3000 Hz.


466 Werner y cols; ob. cit. Página 174.
467 V. Santos Hernández, F. Zenker, R. Fernández Belda y JJ Barajas de Prat. Deficiencia, discapacidad y minusvalía auditiva. Auditio: Revista
electrónica de audiología. 1 Agosto 2006, vol. 3, pp. 19-31. <http://www.auditio.com/revista/pdf/vol3/1/ 030104.pdf>

335
En ausencia de las tablas puede arribarse al mismo resultado
a partir del siguiente cálculo:

*Imagen extraída del Artículo “Deficiencia, discapacidad y minusvalía


auditiva”

Obteniendo la media de los umbrales en las cuatro frecuencias


500Hz, 1000Hz, 2000Hz y 3000Hz, se restan 25 (descuento
de la desventaja) y se multiplica el resultado por 1,5 (correc-
ción por factor 1,5) 468.

• Fórmula de la Administración de Veteranos (VA 1976)


o Social Adequacy Index: esta fórmula establece el im-
pedimento auditivo a partir de la audiometría tonal, el
rendimiento en discriminación auditiva y cuestionarios
de técnicas de autoevaluación, estudiando las frecuencias
250Hz, 500Hz, 1000Hz, 2000Hz y 4000Hz. Establece
los umbrales de normalidad en 26 dB HL (ANSI 1969) y
la discriminación a un 92% en cada oído469.
• Fórmula del Comité de Audición, Bioacústica y Bio-
mecánica de la National Academy of Ciencies (CHA-
468 Werner, ob. cit. Ver página 182.
469 V. Santos Hernández, F. Zenker, R. Fernández Belda y JJ Barajas de Prat; ob. cit.

336
BA): se basa en la media de los umbrales auditivos en las
frecuencias de 1000Hz, 2000Hz y 3000Hz., establecien-
do el umbral de normalidad a 35 dB Hl470. También es
llamada Wisconsin State Formula471.
• Oregon State Formula: se basa en la media de los um-
brales auditivos 0.5, 1, 2, 3, 4 y 6 KHz., estableciendo un
umbral de normalidad en 25 dB.
• Fórmula de la Academia Americana de Oftalmología
y Otorrinolaringología (AAOO 1959): Se aplican las
medias de los umbrales a 500 Hz, 1000 Hz y 2000 Hz
para determinar el mínimo y máximo deterioro. Esta fór-
mula fue revisada y corregida por la Asociación Ameri-
cana de Otorrinolaringología (AAO) en 1979.472, 473, 474
• Fórmula de la Asociación Americana de Habla, Le-
guaje y Audición (ASHA): Propone un método para de-
finir el deterioro auditivo y la minusvalía, basándose en
la media de los umbrales a 1000Hz, 2000Hz, 3000Hz y
4000Hz, delimitando el deterioro auditivo entre los um-
brales de 25 dB y 75 dB. Para definir la minusvalía estu-
dia todos los factores que caracterizan el defecto auditivo
de cada paciente, su entorno y necesidades comunicati-
vas475.
• Los programas de prevención y conservación de la
audición, como la OSHA y la Norma IRAM 4091/81
proponen un seguimiento audiológico con evaluaciones
periódicas (previo al ingreso, a los tres meses, y anuales,
según cada caso) y consideran que un desplazamiento del
umbral es significativo cuando aparece un incremento de
10 ó 15 dB (según la frecuencia) con respecto al audio-
grama de base en cualquier oído. A partir de lo cual se
��������
Ídem.
�������������������������������
Kevin T. Kavanagh, ob. cit.
472 F. J. Callejo et al; Medida de la pérdida auditiva. Una ecuación para su cálculo rápido; Acta Otorrinolaringológica, España, 2005; vol. 55:
páginas 179-180. Publicado en: http://acta.otorrinolaringol.esp.medynet.com/textocompleto/actaotorrino43/179.pdf
473 Miguel Ángel Uña Gorospe y colaboradores; Ruido, protocolo de vigilancia sanitaria específica, Madrid, 2000, Edita Ministerio de Sanidad
y Consumo. Anexo V.
474 Dr. José Vilas Ribot, Valoración del Trauma Acústico, Instituto de Seguridad e Higiene en Trabajo, Barcelona, España. NTP 136. En:
www.mtas.es/insht/ntp/ntp_136.htm
475 Ídem.

337
efectúan acciones específicas como por ejemplo, un exa-
men otológico exhaustivo, el implemento de protectores
auditivos, cambio de puesto, entre otras. Por su parte, la
AAO lo define como un cambio de 10 dBA o más en la
media de 500, 1000 y 2000 Hz o en la media de 3000,
4000 y 6000 Hz indistintamente476.
• EPA, Enviromental Protection Agency477: considera un
desplazamiento permanente del umbral en el 4 Khz.
cuando el umbral auditivo sufre un incremento de 5 dB.
Esta organización llevó a cabo un estudio de tipo infor-
mativo, por lo cual deja de lado todo interés político y/o
económico, y suprime el peligro de todo oído susceptible
de ser dañado478.

Tabla 4. Programas de prevención y conservación de la audición

Desplazamiento significativo del umbral de 10 dB para 0.5,


IRAM 1 & 2 KHz.
4091/1981
Desplazamiento significativo del umbral de 15 dB para 4 &
6 KHz.

Desplazamiento permanente del umbral de 5 dB en la


EPA
frecuencia 4 Khz.

Desplazamiento permanente del umbral de 10 dB o más en 2,


OSHA
3 & 4 Khz.

476 M. A. Gorospe et al; ob. cit. Página 24.


477 La EPA es el organismo gubernamental encargado de regular los aspectos medioambientales en los Estados Unidos.
478 Federico Miyara, ob. cit. Página 5.

338
Tabla 5. Fórmulas usadas para calcular el déficit auditivo

Sociedad Frecuencias Mínima Máxima Cociente


(Khz.) intensidad intensidad mejor
(dB) (dB) oído

NOISH
1, 2, 3, & 4 25 92 5:1
(1997)

AAO (1979) 0.5, 1, 2 & 3 25 92 5:1

AAOO (1959) 0.5, 1, & 2 25 92 5:1

CHABA 1, 2 & 3 35 92 4:1

AMA (1979) 0.5, 1, 2 & 4 25 92 5:1


Argentina

Oregon State 0.5, 1, 2, 3, 4


25 92 5:1
Formula &6

ISO
0.5, 1, 2 & 3 25
(1990:1975)

OSHA 0.25, 1, 2 & 3 25

339
Valoraciones de la pérdida auditiva-DAIR.
Existen variadas clasificaciones e índices para valorar y cate-
gorizar la audición patológica con perfil de trauma acústico
tanto en forma individual como estadístico-poblacional. Esta
valoración está íntimamente relacionada con el objetivo de la
cuantificación: social, previsional, laboral y médicolegal.

En la valoración individual se puede determinar:


• el grado de severidad del trauma, con o sin corrección de
pérdida por envejecimiento,
• el grado de audición de las frecuencias conversacionales,
• la pérdida global de la audición o el porcentaje de pérdida
auditiva (handicap) mono y biaural479.

En la valoración poblacional se puede determinar:


• el riesgo auditivo esperado de acuerdo al nivel de presión
sonora durante la jornada laboral, la edad, los años y el
tiempo de exposición, y
• el desplazamiento permanente del umbral estimado para
esta población en relación al ruido y la edad en un deter-
minado período de tiempo.

Clasificaciones: valoración clínica de la pérdida auditiva.


Las clasificaciones pueden realizarse de forma aislada sobre
el audiograma actual determinando la existencia y severidad
del trauma o realizarse teniendo en cuenta los cambios en el
umbral entre sucesivas audiometrías a partir de un audiogra-
ma de base, lo cual correspondería para las evaluaciones de
tipo laboral comprendidas en un programa de conservación y
prevención de la audición.
Para valorar la severidad del trauma son utilizados clásicamen-
te los grados I, II y III de Larsen, quien consideró estos grados
a partir de lo que ocurrió evolutivamente en los estudios audio-
479 Dr. José Vilas Ribot, ob.cit.

340
métricos de los pacientes expuestos a impactos sonoros persis-
tentes, ruidos demasiados fuertes y aún ciertos traumatismos a
los que denominó trauma acústico480 (Anexo II. Tabla 5).

En dicha valoración se basaron estudios realizados por la Es-


cuela Colombiana de Medicina, en donde se recategorizaron
los grados de trauma aplicando los descensos no sólo en la
frecuencia 4000 Hz sino incluyendo descensos en las frecuen-
cias 3000 y 6000 Hz, a los que denominó Larsen Modificado
(Anexo II. Tabla 6). Aquí se considera trauma acústico, a toda
lesión producida en el oído interno, determinada por impac-
tos sonoros persistentes, como los de la industria, estampidos,
ruidos demasiados fuertes, explosiones y traumatismos.
El Dr. Arauz Santiago junto con el Prof. Dr. Debas Juan, ex-
plica y propone que si se evalúan los exámenes audiométricos
de pacientes que solo tienen como antecedente la exposición
a ruidos, éstos se pueden clasificar en tres grupos en el cuadro
representados como series de la 1 a la 9481.

Series 1 a 3: Pérdida Leve


Series 4 a 6: Pérdida Moderada
Series 7 a 9: Pérdida grave
480 Dra. Espitia, Mery Reina, ob. cit.
481 Dr. Arauz Santiago; ob. cit. Estudios complementarios. Se realizó una leve modificación del texto original dado el confuso o indiferenciado
uso de los términos grados y series. Tomando como referencia el gráfico en donde se dibujan los trazados audiométricos y se los denominan
Series (de la 1 a la 9), se toman como Grados los grupos de series, los cuales a su vez determinan el tipo de pérdida auditiva.

341
Se puede observar en esta clasificación que la Series 1 y 2 pre-
sentan un descenso de 10 dB en las frecuencias 4 y 6 KHz, es
de suponer que se está teniendo en cuenta un audiograma de
base con el cual cotejar el cambio permanente del umbral ya
que son los programas de conservación de la audición los que
consideran tal incremento del umbral; o bien se trata exclusi-
vamente de una estimación más anatómica que funcional.

Otro índice de clasificación para determinar la severidad del


daño es el Método Klockhoff, modificado por la Clínica de
Lavoro de Italia, el cual contempla 7 tipos de diagnóstico di-
ferentes482 (Anexo II. Tabla 8):
• Tipo I: Normal (ninguna > 25 dB).
• Tipo II: Trauma acústico inicial. Escotoma < 55 dB.
• Tipo III: Trauma acústico avanzado. Escotoma > 55 dB.
• Tipo IV: Hipoacusia por ruido leve: cuando 1 o más fre-
cuencias conversacionales conservadas.
• Tipo V: Hipoacusia por ruido moderada: todas las fre-
cuencias conversacionales están afectadas pero ninguna
> 55 dB.
• Tipo VI Hipoacusia por ruido avanzada: todas las fre-
cuencias afectadas pero como mínimo una frecuencia
conversacional es > 55 dB.
• Tipo VII: otras patologías no debidas a ruido.
La diferencia entre los términos hipoacusia y trauma estriba en
la existencia o no de la pérdida de audición de las frecuencias
que abarcan el área conversacional, considerando las frecuencias
conversacionales 500, 1000 y 2000 Hz y las no conversacionales
4000, 6000 y 8000 Hz483. Una de las modificaciones realizadas
por La Clínica del Lavoro fue la inclusión de la frecuencia 3000
Hz como frecuencia de la conversación; por lo que se creería que
es posible incluir en la valoración la frecuencia 4000 de acuerdo
482 Gorospe y colaboradores; ob cit. NTP-193; ob cit.
483 Se deduce cuáles son las frecuencias conversacionales a partir de la observación del gráfico de diagnósticos (original) que las menciona;
se puede ver en el artículo de Espitia Mery Reina “Hacia una revisión de la conceptualización metodológica para calificar pérdidas auditivas
por exposición a ruido ocupacional” ya citado.

342
a lo que se considera en nuestro país.
Es un método que tiene en cuenta otras frecuencias además de
la 4000 Hz para la clasificación del daño y no utiliza correc-
ciones por la edad dado que considera como signo o indicio
de presbiacusia cuando el 8000 Hz no se recupera, y no se
manifiesta el escotoma típico de la afección de la audición por
la exposición al ruido. Este punto es uno a debatir cuando se
toman en consideración aquellos estudios que expresan que
la esperanza en la detección temprana, descripción y diferen-
ciación de la pérdida auditiva inducida por ruido, está en las
mediciones de la sensibilidad auditiva más allá del 8 Khz.
(audiometrías de alta frecuencias)484.

Otro aspecto a destacar es que ninguna de las escalas de ca-


lificación anteriores incluye diagnósticos de otro tipo de pa-
tologías no ocasionadas por ruido. Un índice para valorar el
grado de trauma acústico es la Escala ELI, Early Loss Index
o Índice de Pérdida Precoz promulgada en el año 1973 por
el Ing. E.R. Hermman en el XVI Congreso Internacional de
Salud Ocupacional “An Epidemiological Study of Noise” sito
en España. Esta escala evalúa la magnitud de la pérdida au-
ditiva en la frecuencia 4000 Hz y la clasifica en una sucesión
creciente (A, B, C, D, E). Para el cálculo, se resta al valor
de la pérdida audiométrica en el 4000 Hz el valor de la pres-
biacusia485 (Anexo II. Tabla 9). Es una escala que al tener en
cuenta sólo la frecuencia 4 KHz. deja de detectar el 79% de
los casos con patología auditiva atribuible al ruido y que afec-
ta otras frecuencias como la 2, 3 y 6 KHz. Además, presenta
una sensibilidad del 21%, lo que hace que sólo detecte 21
personas enfermas de 100486.

Para calcular el grado de audición en las frecuencias conver-


sacionales existe el índice SAL, Speech Average Loss (Anexo
484 Espitia, Reina; ob. cit. Página 32.
���������������������������������
Dr. José Vilas Ribot, Ob. Cit.
486 Espitia, Mery Reina; ob. cit.

343
II. Tabla 10). Se define como la media aritmética de la pér-
dida auditiva en dB a las tres frecuencias conversacionales
500, 1000, 2000 Hz y establece una clasificación en grado o
escala que va desde SAL-A, dentro de los límites normales
sin dificultad en la conversación en voz baja, hasta SAL-G
sordera total, no puede oír un sonido alguno, ni siquiera con
audífonos487.
Según un artículo publicado en la Web por la Asociación Co-
lombiana de Audiología, ASOAUDIO sobre Conservación
Auditiva - Criterio OSHA, se concluye con base a la aplica-
ción práctica de estas escalas y a los resultados de algunos
trabajos de investigación, que la Escala SAL, protege el mejor
oído desconociendo la evolución del peor oído dentro del pro-
grama de Vigilancia Epidemiológica; que no es preventiva,
debido a que no sirve de diagnóstico precoz, además, deja de
detectar el 90% de las personas enfermas a la prueba ya que
no abarcan todo el espectro coclear del individuo 488, 489.

Valoraciones en el presente estudio.


En el presente trabajo se efectuarán las siguientes pruebas:
audiometría tonal liminar y Acufenometría. Las audiometrías
tonales mostrarán la respuesta frecuencial del oído evaluado
en el trazado audiométrico obtenido, contemplando el rango
de valoración de las frecuencias 500, 1000, 2000, 3000, 4000,
6000 y 8000 Hz. Una vez obtenidos los umbrales de audi-
ción se procederá con la Acufenometría que será practicada
en aquellas personas que refieran tener tinnitus, prueba con la
que es posible conocer la frecuencia e intensidad del mismo.

Las audiometrías tonales serán realizadas teniendo en cuenta


un tiempo de reposo auditivo mínimo de 24 horas490, con el

����������������������������������
Dr. José Vilas Ribot; Ob. Cit.
488 Dra. Espitia Mery Reina; ob. cit.
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HERMANN, Edward R. An Epidemiological Study of Noise. En: XVI International Congress of Ocupational Health (1973: Madrid), citado
por IBID, p. 29
490 La norma IRAM 4091/81 sugiere un tiempo de reposo mínimo de 14 horas

344
fin de evaluar umbrales auditivos reales, sin fatiga auditiva,
descartando así desplazamientos temporales del umbral.

Se considerará Umbral normal al umbral de audición que


se encuentre entre 0 y 15 dB, Umbral Patológico o Daño
permanente del umbral al umbral de audición que sea mayor
o igual a 20 dB. Se distinguirán grupos de acuerdo a los um-
brales Normales y Patológicos.
Se realizará la corrección por presbiacusia en esta instancia
según la Norma IRAM 4091 con el fin de observar el porcen-
taje de la población que se encuentra con desplazamientos
significativos de los umbrales de audición y cuánto difiere
con la observación más clínico-anatómica de tales umbrales.

Se diferenciarán las hipoacusias neurosensoriales con carac-


terísticas de trauma acústico, es decir, aquellas cuyo perfil
audiométrico, muestren un escotoma auditivo y que en la in-
formación obtenida en la anamnesis se perciba como ocupa-
cional. Es posible que la muesca se sitúe en la frecuencia 2,
3, 4 ó 6 Khz., o bien que se encuentren afectadas más de una
frecuencia con la consecuente recuperación del umbral en el
8000 Hz491. Se excluirán aquellas que, no presenten antigüe-
dad, que se presenten como TAA o como hipoacusias percep-
tivas leves o moderadas con ausencia de escotoma auditivo.

El trazado audiométrico patológico con perfil de trauma acús-


tico se clasificará según Larsen modificado (LM) y el Método
Klockhoff (MK), en cada oído por separado tomando como
frecuencias conversacionales 500, 1000, 2000 y 4000 Hz.
No se calculará el handicap o el porcentaje de incapacidad ya
que no es relevante a los fines de la investigación.

491 En estadios avanzados es posible que esta frecuencia se vea afectada pero es muy difícil separarlo del deterioro debido a la edad.

345
Sintetizando las características de la valoración que se lle-
vará a cabo:
1. Diferenciación entre umbrales normal (todos los umbra-
les entre 0 y 15 dB) y umbrales patológicos (una o más
frecuencias ≥20 dB).
2. Diferenciación de los trazados patológicos según el tipo
de hipoacusia (conductiva, mixta o perceptiva):
2.1. Las conductivas: termina ahí el procesamiento de los
datos.
2.2. Las mixtas: sólo se tendrán en cuenta aquellas que pre-
senten el escotoma característico de HIR, con el compo-
nente conductivo en las frecuencias graves.
2.3. Las perceptivas: son las que se someten a las clasifica-
ciones.
3. Clasificación del grado de severidad de las audiometrías
patológicas de tipo perceptivas con Perfil-Trauma acústi-
co, según: Larsen Modificado y el Método de Klockhoff
(incluyendo el 4000 Hz.) del perfil auditivo por grupos
etarios.
4. Determinación de la presencia/ausencia de cambios signifi-
cativos de los umbrales auditivos correspondiente a la nor-
ma IRAM 4091/81 (obtención de nuevos valores en dB para
cada frecuencia luego de la corrección por la edad).

Dosis de ruido.

Sobre la Dosis de Ruido.


Se puede señalar que la existencia de hipoacusia inducida por
ruido se sustenta sobre la base de un triángulo, que tiene en
cada uno de sus ángulos:
el nivel de presión sonora,
• el tiempo de exposición y
• las características personales de cada individuo.
Es de suponer que cuanto más tiempo permanezca un sujeto
expuesto a un lugar ruidoso, mayores son las posibilidades

346
de padecer de hipoacusia inducida por ruido. De igual forma
ocurre con el nivel de presión sonora: a mayor nivel, mayor
deterioro auditivo. De la interrelación de estos factores surge
un concepto denominado “dosis de ruido”.

Desde hace algunos años, se ha comprobado que no son sólo


los niveles de presión sonora sino las dosis, las que origina-
rían las hipoacusias inducidas por ruido, siendo el tiempo de
exposición tan importante como el nivel sonoro para producir
el deterioro. Esta teoría llamada “igualdad de energía”, sos-
tiene que el daño es proporcional a la dosis acumulada a lo
largo de la vida, y supone que los efectos sobre el oído son
estrictamente una función de la energía total, sin considerar
la distribución en el tiempo492. Esta teoría resulta muy inte-
resante a la hora de pensar en la población evaluada donde el
factor tiempo es crucial.

Definición.
La dosis de ruido expresa la razón entre el tiempo real que
está expuesto una persona en el ámbito laboral y el tiempo le-
galmente permitido según la intensidad del ruido493. Expresa
el nivel medio equivalente - Nivel sonoro continuo equivalen-
te (NSCE) – para un determinado período de tiempo (dura-
ción de referencia: 8 horas/diarias, y 40 ó 48 horas/semana).
Es un índice que reemplaza el ruido continuo, intermitente o
variable por un ruido de tipo constante, que suple un esquema
complicado de ruido distribuido en el tiempo por un valor
único494. Se espera que tal valor esté por debajo o al lími-
te especificado en las normas referentes a salud ocupacional
(normalmente el límite ronda los 87 dB).
La dosis de ruido también puede ser expresada como un por-
492 Werner y colaboradores, ob. cit. Pág. 73 y 74.
493 Ing. Carola Corra, Conceptos básicos sobre riesgos laborales, publicado en: http://www.losrecursoshumanos.com/conceptos-basicos-
sobre-riesgos-laborales.htm
494 Alberto Peláez, Evaluación de los factores de riesgos físicos: ruidos, vibraciones; Superintendencia de Riesgos del Trabajo; II Semana
Argentina de la Salud y Seguridad en el Trabajo 2005, en: http://www.srt.gov.ar/nvaweb/super/eventos/Semana2005/Ponencias/Pelaez/
Martes%2026%20-%20Pelaez.doc

347
centaje del máximo permitido. Si el límite está en 85 dB y una
persona se encuentra expuesta constantemente a un nivel de
presión sonora de 85 dB durante ocho horas, el resultado es
un 100% de la dosis de ruido. Un nivel constante de 88 dB da
como resultado un 200% de la dosis de ruido495.

El ruido equivalente representa, en forma de nivel de ruido, la


energía que el trabajador recibe durante el tiempo de exposi-
ción, independientemente de la duración de la jornada laboral
o del tiempo de exposición al ruido durante esa jornada496.
Un trabajador que cumple 6 horas de trabajo a un NSCE de 92
dBA tendrá en realidad un nivel de ruido diario inferior al que
ha estado expuesto, del mismo modo que un trabajador que
excede la duración de la jornada laboral estándar tendrá un
nivel de ruido diario superior al que ha estado expuesto.

Principio de Igualdad de energía: Exchange rate.


El “principio de igualdad de energía” es una hipótesis o re-
gla basada en un análisis exhaustivo de la relación entre el
tiempo de exposición, la intensidad y la pérdida de audición;
de aquellas conclusiones se desprende que para mantener la
dosis de energía dentro de los parámetros de seguridad auditi-
va la tasa de intercambio o exchange rate recomendada es de
3-dB. Este factor, refiere que un incremento o disminución
(del tiempo de exposición) representa el doble o la mitad de
la energía sonora. En la práctica indica cuántos dB pueden
incrementarse/disminuirse al nivel sonoro si el tiempo de ex-
posición se aumenta/ reduce a la mitad. Según el criterio de
las normas ISO y recomendaciones del NOISH y adoptado
por nuestra legislación se toman en cuenta 3 dB; la OSHA y
otros países, en cambio, toman como factor de acumulación
495 Hoja técnica: Prevenir la pérdida de audición producida por ruido en el puesto de trabajo; publicado en:
http://72.14.209.104/search?q=cache:-3VI_0CHoTAJ:www.bksves.com/tbdoc/3583/4444-4445(BP211711).pdf+dosis+de+ruido&hl=es&ct=cl
nk&cd=4&gl=ar
496 Faustino Menéndez Díez, Higiene Industrial: Manual para la formación del especialista, 2006, Ed. ���������������������
Lex Nova. Página 265.

348
5 dB. Teóricamente, este principio podría ser aplicado a un
rango que va de minutos a años aunque no se aconseja verda-
deramente en períodos prolongados497.
La premisa detrás del exchange rate es que igual cantidad de
energía sonora producirá igual cantidad de pérdida auditiva
sin importar cómo esa energía está distribuida en el tiempo.

Federico Miyara expone como ejemplo el caso de un disk joc-


key que trabaja expuesto a 102 dBA durante 4 horas los días
viernes y sábado y durante 2 horas los domingos. Explica que
dado que el sujeto está expuesto a la cuarta parte del tiempo
nominal (10 horas semanales en lugar de 40) deben restarse 3
dB por cada disminución a la mitad de la jornada o exposición
semanal (sobre una base de 5 días semanales), es decir, 2 veces,
obteniéndose un nivel de exposición de 96 dBA. A partir de tal
ejemplo, se podría decir que este factor sirve tanto para conocer
cuál sería el nivel de exposición segura en relación al tiempo de
exposición diaria como el nivel de exposición semanal cuando
la jornada laboral difiere de los valores de referencia.
Entonces:
• para obtener el nivel de exposición diaria, un aumento
de tiempo de exposición al doble debe ser compensado
con una disminución (de la intensidad del sonido) de 3
dB, lo cual se observa en las tablas de límite de ruido
admisible498;
• para obtener el nivel de exposición semanal, por cada re-
ducción a la mitad de la jornada o exposición semanal, se
restan 3 dB499. De forma análoga, se deduce que por cada
aumento a la mitad de la jornada o exposición semanal,
se deberían sumar 3 dB.
Si se tomaran las horas semanales que los pescadores están
expuestos, aparece un evidente excedente: un viaje (una marea)
�����������������������������������������������������������������������������
US Department of Health and Human Services, NOISH; ob. cit. Páginas 25-26.
498 Ídem 104.
499 Federico Miyara, Estimación del riesgo auditivo por exposición a ruido según la Norma ISO 1999:1990, página 27.

349
de 10 días equivale a 5 semanas de 48 horas cada una. La pregun-
ta es si es posible este procedimiento (a la inversa en relación al
ejemplo anterior) para una jornada como la de los pescadores y si
ese resultado se acercaría a la realidad de la exposición500.

Intensidad/tiempo de exposición: ruido admisible.


La dosis de ruido permitida y el factor de acumulación (exchange
rate) utilizado varían según la legislación de cada país. Adoptado
por la legislación argentina, la Ley 19587 de Higiene y Seguridad
en el Trabajo, Decreto Reglamentario 351/79 con modificaciones
actuales del Anexo V, Capítulo XIII Ruido y Vibraciones Reso-
lución 295/2003, basados en las Normas ISO indica que la dosis
máxima admisible es de 85 dBA para una jornada de 8 horas y de
48 horas semanales, con un factor de acumulación de 3 dBA (a
diferencia con el criterio de la OSHA, 5 dBA); y que por encima
de 115 dBA no se permitirá ninguna exposición sin protección
individual (artículo 2).
Las dosis de ruido permitidas se pueden ver en las tablas siguientes501:

Tablas 12. Dosis de ruido diaria admisible


Decreto 351/79
Exposición en NSCE
Horas por día dBA
8 90
Resolución SRT 295/2003

7 90,5 Exposición en NSCE


Horas por día dBA
6 91
5 92 8 85

4 93 4 88
3 94 2 91
2 96 1 94
1 99 30 min. 97
30 min. 102
15 min. 100
15 min. 105
1 min. 112
1 min. 115

500 Ídem.
501 Alberto Peláez, ob. cit.

350
Tabla 13. Valores límites para Ruido hasta 24 horas de expo-
sición*

Duración por Día Nivel Sonoro dBA

  24 80

Horas 16 82

  8 85

  4 88
  2 91
 
1 94
 
30 97
Minutos
15 100
 
7.50 103
 
3.75 106
 
1.88 109
 

0.94 112
 
*Alberto Peláez

De acuerdo a la Tabla 13 los tiempo diarios de exposición no


deben exceder esos límites ya que están definidos para mi-
nimizar el daño auditivo; se aplican al total de la exposición
(NSCE) en una jornada de trabajo, independientemente de
que la exposición sea continua o constituida de varias exposi-
ciones de corta duración502. Se refiere a la energía total recibi-
da, a la dosis de ruido.

502 Ídem.

351
Exposición al ruido y susceptibilidad individual.
Existe un NSCE considerado crítico, fijado internacionalmen-
te en 115 dB, que determina la aparición de lesión auditiva
con poco tiempo de exposición, y un nivel de seguridad o
“no peligroso” establecido en 80 dB o menos. Entre ambos
valores existe una franja de niveles de ruido capaces de cau-
sar deterioro auditivo de mayor o menor grado, dependiendo
directamente de las características personales de cada indivi-
duo. Esto significa que no todos los trabajadores expuestos
correrán el mismo riesgo; aún a 100 dB buena parte de ellos
no será perjudicada. Tal diferencia está basada en lo que se
conoce como susceptibilidad individual, y obedecerá a dos
tipos de razones: una defectuosa amortiguación del oído me-
dio503, o bien, a la labilidad del órgano de Corti, que no se
sabe certeramente si sería un efecto de una variación consti-
tucional, o el resultado de factores varios adquiridos (tóxicos,
metabólicos, vasculares, etc.)504Actualmente se observa que
para cada frecuencia existe un nivel de exposición “seguro”,
es decir, que por debajo de él la percepción de dicha frecuen-
cia no se verá afectada (o lo que es lo mismo el umbral no ex-
perimentará desplazamientos). Por ejemplo, por debajo de 89
dBA, no existen efectos perjudiciales sobre los 1000 Hz, pero
habrá que descender hasta los 75 dBA para evitar deterioro en
la región de los 4000 Hz505.

Muchos estudiosos se han preocupado por encontrar una me-


todología para descubrir a aquellos trabajadores susceptibles
de ser lesionados por la acción del ruido, por ejemplo, inten-
tando identificar el grado de labilidad coclear con el uso de
pruebas que determinan la fatiga y adaptación auditiva (Prue-
bas de Hood, y Peyser entre otras). Se supondría que si una
persona tiene fatiga y adaptación patológicas es más suscep-
503 Este punto, interesante a tener en cuenta, no podrá ser investigado debido a la falta de aparatología necesaria.
504 Werner y otros; ob. cit. Páginas 160 y 162.
505 Federico Miyara, Estimación del riesgo auditivo por exposición a ruido según la Norma ISO 1999:1990, página 28.

352
tible al daño auditivo por exposición al ruido. En palabras de
Gonzalo de Sebastián:
“Los dos fenómenos tienen gran importancia audiométrica.
Se utilizan para determinar el topodiagnóstico de una lesión
en el órgano auditivo, al mismo tiempo que sirven para la in-
vestigación de individuos con aparatos auditivos lábiles a los
ruidos, interesante aplicación para excluir futuros traumas
acústicos que se puedan producir en trabajos efectuados en
ambientes ruidosos. Ambos fenómenos se pueden considerar
como una etapa preliminar al trauma acústico”506.

Se puede considerar la fatiga y adaptación auditiva como una


etapa preliminar al trauma, es lo que más arriba llamamos
desplazamiento temporal del umbral; lo que no se puede ase-
gurar es que las pruebas audiológicas que evalúan la fatiga
auditiva valgan para excluir, predecir o prevenir un DAIR.

Una investigación reciente que estudió la validez de los Test


predictivos de la fatiga auditiva en la prevención del trauma
acústico considerando la evolución de los cambios de umbral
en las Fuerzas Armadas españolas, pone de manifiesto que el
trauma acústico (agudo, en este estudio) aparece con mayor
frecuencia entre los oídos con fatigabilidad aumentada que
entre oídos normales; sin embargo, expresan que no signifi-
ca que estén inexorablemente abocados al trauma acústico ni
que los oídos normales estén lo suficientemente protegidos.
Por otro lado, en la etapa del cambio de umbral transitorio
(TTS), la evaluación mostró que el incremento de la fatiga
auditiva no se relaciona con la magnitud del cambio de um-
bral ni determina su evolución (temporal o permanente). Por
el contrario, el estado de audición previa sí puede condicio-
nar la evolución de un cambio de umbral; siendo el cambio
permanente del umbral tanto mayor cuanto mayor es el cam-
bio de umbral inicial. Lo importante, opinan, es que no se le
506 Gonzalo de Sebastián, ob. cit. Página 118.

353
de a estas pruebas mayor valor del que tienen, no deberían
considerarse como exploraciones fundamentales dentro de un
programa de prevención ya que han comprobado que ni los
test de fatiga auditiva ni los test de reclutamiento sirven para
predecir la evolución del trauma507.

Se concluye que no existe una prueba plenamente eficaz para


la detección precoz de aquellas personas pasibles de afectar-
se por la exposición continuada a ruidos, por lo tanto, de las
hipoacusias inducidas por ruido508; es decir, las pruebas de
fatiga auditiva no serían útiles para predecir la evolución de
los cambios de umbral509.

Según lo expuesto en los párrafos anteriores, la susceptibili-


dad auditiva no es cuantificable ni predecible individualmen-
te, sin embargo, es contemplada estadísticamente en estudios
epidemiológicos o poblacionales donde aparece la incidencia
de la susceptibilidad individual en la respuesta de los distintos
receptores del agresor común, el ruido, ya sea de tipo ocu-
pacional (DAIR) o ambiental (socioacusia-presbiacusia)510.
La Norma ISO 7029, por ejemplo, proporciona la distribu-
ción estadística del desplazamiento del umbral auditivo para
la población según el género y la edad (entre 18 a 70 años).
Dichas gráficas exponen los niveles de audición esperados,
computando la susceptibilidad auditiva para los diferentes
grupos etarios, es decir, la disminución de la agudeza auditiva
o el incremento del mínimo nivel de presión sonora audible
de cada grupo; se relaciona con el concepto de presbiacusia.
Las Normas ISO 1999:1990 e IRAM 4079/06, presentan una
metodología según la cual, conocido el nivel sonoro al que
está expuesta una población –evaluado como nivel sonoro

507 Relanzon López, José María; ob. cit.


508 Werner y otros; ob. cit. Página 169.
509 Relazon Lopez; ob. cit.
510 Dra. Ing. Alice Elizabeth González, Valoración de pérdida auditiva en poblaciones de acuerdo con la norma ISO 1999-9, III Congreso
Iberolatinoamericano de Hipoacusia IV Congreso Argentino de Hipoacusia, Septiembre 2001; artículo publicado en Portal interactivo Voces
en el Silencio: www.vocesenelsilencio.org.ar

354
continuo equivalente de ocho horas o referido a una sema-
na laboral de 40 horas- y la distribución por edades de la
población, se puede estimar la probabilidad de sufrir un de-
terminado nivel de pérdida auditiva en distintas frecuencias
de interés511; en términos estadísticos, la norma expresa la
relación entre la exposición al ruido y el desplazamiento
permanente del umbral de audición inducido por el ruido
(NIPTS)512, 513. Para tales predicciones se utilizan las bases
de datos (A y B), descriptas en el apartado sobre Presbia-
cusia, elegidas según el usuario, el problema planteado y/o
la cuestión a resolver. Asimismo, se entiende que cuando
se realizan las correcciones por la edad se está teniendo en
cuenta la posible susceptibilidad ante los diversos factores
que pueden modificar los umbrales de audición.

Cálculo de la dosis de ruido.


El cálculo de la dosis de ruido puede efectuarse tanto para una
exposición diaria como para una semanal según las caracterís-
ticas de la exposición. Busca calcular la energía sonora que el
trabajador recibe durante su jornada, para lo cual es necesario
conocer los distintos momentos de su tarea y el nivel de ruido
asociado a ésta.

A continuación, y previo a la discusión sobre el cálculo de la


dosis de ruido de los pescadores propiamente dicha, se pre-
senta una jornada laboral típica de la población. Para ello, se
tomó como ejemplo una marea de uno de los barcos inves-
tigados, así como también información que los pescadores
brindaron en las entrevistas personales sobre este tema. Ade-
más, se agregan por ocupación los niveles de exposición de
acuerdo a cada tarea realizada.

511 Ídem.
512 Federico Miyara, Estimación del riesgo auditivo por exposición a ruido según la Norma ISO 1999:1990, páginas 3 y 22.
513 Jesús Bilbao y Eduardo S. Peracaula, Envejecimiento y trabajo: audición y motricidad, Instituto de Seguridad e Higiene en Trabajo,
Barcelona, España. NTP 366. En: www.mtas.es/insht/ntp/ntp_366.htm

355
Caracterización de la jornada laboral.
Una marea consta de un período de navegación libre y un perío-
do de pesca: en navegación libre el barco, durante 13 días (312
horas), estuvo aproximadamente 4 días (98 horas). Navega de
esta manera para dirigirse desde el puerto a la zona de pesca,
mientras está explorando, y para volver desde la zona de pesca
hacia el puerto de Mar del Plata. En Zona de Pesca permane-
cieron el resto de los días, 8 días (214 horas), tiempo durante el
cual se realizan las maniobras propias de la pesca.

La jornada laboral comienza al amanecer y termina en las


últimas horas del día (anochecer), horario que por supuesto
varía según sea invierno o verano, y que constituye un perío-
do laboral de 12 horas. Durante ese tiempo se producen 3-4
lances. Se llama lance al proceso que comienza con el arrojo
de las artes de pesca (redes) al mar, que prosigue con el perío-
do de arrastre (captura del recurso) y posteriormente con las
acciones de vira (elevación de la red) y trabajo de elaboración
(aboco del pescado a la cubierta y bodega).
De manera general y a modo de regularizar las tareas de cada
ocupación, se puede decir que:
 Los marineros se encuentran aproximadamente 7 horas y
media en cubierta, siendo el total de horas que pasan tra-
bajando en maniobras y tareas de elaboración; y 4 horas
y media dentro del barco correspondientes a la totalidad
de horas libres entre cada lance, una vez terminado el
trabajo en cubierta; un total de 12 horas de trabajo.
Durante una hora (tiempo total que estaría funcionando
el guinche), en cubierta, el nivel de ruido promedio sería
de 85 dB, mientras que el resto del tiempo estaría en un
nivel de 80 dB. Durante el tiempo libre (descanso y sue-
ño) en el buque, el nivel de ruido es de 74 dB.

 La jornada laboral del 1º y 2º Patrón es de 12 horas de


guardia (12 x 12), la mayor parte del tiempo se encuen-

356
tran dentro del buque, en el puente de mando.
Los niveles de ruido promedio a los que están expuestos
oscilan en 73 y 74 dB.

 La jornada de trabajo de los maquinistas (Jefe de Má-


quina y Primer Oficial de máquina) es bastante difícil de
describir dadas sus múltiples formas, las variables pro-
pias de cada barco y las situaciones específicas que se
presenten. En los buques fresqueros suelen embarcar dos
maquinistas. Según los datos recabados en las entrevistas
individuales, se puede generalizar el laboro de la siguien-
te manera: un total de entre 8 a 12 horas diarias dividi-
das en 4 horas (4 x 4), es decir, 4 horas de trabajo, 4 de
descanso y así sucesivamente. Otra forma de trabajo es
dividir la jornada cada 6 horas (6 x 6).
Los niveles de ruido promedio a los que se encuentran
expuestos durante las horas de guardia es de 108 dB, el
resto del tiempo en el buque es de 74 dB.

Presentada la jornada laboral, cabe preguntarse cuál sería el lími-


te permisible que se ajuste a la jornada de trabajo de los pescado-
res, y si sería más apropiado calcular la dosis de ruido semanal,
teniendo en cuenta el tiempo que están expuestos al ruido.
Ateniéndose a los reglamentos de nuestro país, el nivel de rui-
do diario al que deberían estar expuestos los pescadores es de
de 80 dBA, lo que corresponde para una jornada de 24 horas
(Decreto 351/79) o jornada ilimitada (Norma IRAM 4079).
El cálculo de la dosis semanal, aunque pareciera ser más re-
levante en este caso, no lo es en verdad, por el hecho de que
tanto las tareas como los niveles de ruido se mantienen esta-
bles durante la mayor parte del tiempo, no difieren significa-
tivamente entre los días así como tampoco entre los períodos
de navegación y pesca. Consecuentemente, el resultado de la
dosis de ruido diaria serviría para traspolar ese valor al nivel
de ruido semanal al que están expuestos.

357
Cabe mencionar, en este apartado, una excepción-comentario
que Alberto Peláez presentó en su ponencia durante la II Se-
mana Argentina de la Salud y Seguridad en el Trabajo en el
año 2005, en la que expresa que cuando el trabajador durante
períodos superiores a 24 horas queda restringido a un espacio
o a un conjunto de espacios que sirven simultáneamente como
lugar de trabajo, de descanso y sueño, el nivel de ruido de
fondo deberá ser inferior o igual a 70 dBA514. Este mismo ni-
vel sonoro es el tomado por los criterios de la Agencia de Pro-
tección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) que afirma,
en lo referente a la conservación de la audición, que para pro-
teger virtualmente a la población el nivel sonoro promediado
durante las 24 horas del día no debería ser mayor a 70 dB515.
Este punto es interesante, a pesar de estar alejado de la reali-
dad legal, ya que es posible que haga referencia a los efectos
no auditivos, vulnerables ante tan extendida exposición.
Si bien no incumbe a la audióloga realizar este tipo de cálculos,
fue necesario efectuarlos en este estudio con el fin de observar,
analizar y cotejarlos con los resultados audiométricos obteni-
dos. La fórmula elegida para calcular la dosis de ruido fue la
propuesta en el Decreto 351/79 (Figura 7) debido a que reflejó
la realidad sonora de los pescadores en la jornada laboral tí-
pica ejemplificada. Por el contrario, la fórmula propuesta por
la resolución 295/03 (Figura 8) no dio exactamente una idea
ajustada del nivel excedido.

Figura 7. Decreto 351/79

514 Ídem.
515 Federico Miyara, ¿Cuánto Ruido es demasiado ruido?; Biblioteca Virtual, ob. cit.

358
Figura 8. Res. SRT 295/2003

Aproximación a la dosis de ruido a bordo.


Los marineros obtuvieron un NSCE de 83.7 dBA, nivel que
equivale a la energía sonora a la que se exponen durante una
marea. Están excedidos en 4 dB para una jornada labora de 24
horas así como para las 48 horas semanales de referencia.
Los patrones obtuvieron un NSCE de 73.7 dBA, nivel que se
encuentra por debajo del máximo admisible.

Los maquinistas, que no han utilizado protección auditiva du-


rante los primeros 10 años de trabajo, obtuvieron un NSCE
de 108. 5 dBA, nivel que excede considerablemente el máxi-
mo permisible para una jornada de 24 horas. Para calcular
el NSCE de los maquinistas que utilizan protectores auditi-
vos se dedujeron 20 dB, correspondientes al máximo que los
auriculares disminuyen en intensidad, dando como resultado
un NSCE de 88.5 dBA, nivel que también excede el máximo
permisible. A este grado de exposición, en una jornada labo-
ral estándar (dosis de ruido diaria), se permite un tiempo de
exposición de 4 horas, por lo cual se deduce que las guardias
están programadas de ese modo por tal razón. Sin embargo,
no se corresponde con la dosis de ruido diaria (24 horas-80
dBA) a la que deberían estar expuestos.

Se concluye pues, que los pescadores constituyen una pobla-


ción que necesita de la implementación de un programa de
conservación y prevención de la audición: los NSCE mues-

359
tran que deberían tomarse medidas exclusivas tanto admi-
nistrativas como de ingeniería (buen aislamiento entre los
compartimentos, educación, uso de protectores auditivos, por
ejemplo) que sirvan para disminuir los niveles de ruido, más
aún cuando las jornadas laborales no pueden modificarse tan
fácilmente, sea por cuestiones económicas y/o por las carac-
terísticas propias del trabajo.

Para ello, estudiar la dosis de ruido que reciben, de modo


más particular y dirigido, serviría para poder enmarcar las
pautas y medidas a seguir buscando que se mantenga un nivel
sonoro seguro auditivamente y que convenga, en lo posible,
a todos los que este proceso involucra en el caso de que se
lleve a cabo.

5. PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO

Diseño Metodológico.

Problema.
Se plantea la cuestión de saber y describir cuál es el perfil au-
ditivo de los trabajadores de los buques fresqueros (patrones,
maquinistas, marineros) debido a que es una población que se
encuentra durante toda la jornada laboral, que incluye horas
de trabajo y descanso durante al menos 10 días, sometida a
ruidos constantes.
¿Cuál es su perfil auditivo? ¿Presentan audición normal?
¿El ruido presente en el barco les afecta?

Definición de la Hipótesis.
La audición de los pescadores se ve afectada por la exposición
al ruido durante la jornada laboral. El tiempo de exposición
sería el factor predominante más que la intensidad del ruido
al que están expuestos.

360
Objetivos.
Objetivo general
 Investigar cuál es el perfil auditivo de los trabajadores
pesqueros sometidos de forma continua a ruidos fuertes.

Objetivos específicos
 Indagar acerca de las características del sonido (nivel de
presión sonora) que emite la fuente sonora (motores, tim-
bre, guinche).
 Determinar el nivel de ruido (en decibelios) en los distin-
tos compartimentos del buque.
 Realizar una anamnesis para obtener antecedentes per-
sonales y signos-síntomas subjetivos en relación con la
audición y la salud.
 Evaluar a los pescadores mediante exámenes audiométri-
cos tales como audiometría y acufenometría (si la perso-
na lo refiere).
 Analizar los resultados de los exámenes audiométricos
de la población a investigar:
o Identificar e informar sobre el porcentaje/
resultado de audiometrías normales, patológicas de
tipo ocupacional y de otro tipo.
o Clasificar y calificar el perfil auditivo de los
pescadores.
o Comparar los resultados audiométricos con y
sin los descuentos correspondientes a la edad según
la Norma IRAM 4091.
 Calcular la dosis de ruido en relación a la jornada laboral.
 Comparar y relacionar los resultados audiométricos de la
población según la edad, la actividad del embarcado y la
antigüedad.
 Conocer la frecuencia de utilización de las medidas
preventivas.
 Describir aspectos relevantes de un Programa de Preven-

361
ción y Conservación de la audición en relación a los re-
sultados de la evaluación y riesgo auditivo.

Tipo de diseño.
El presente estudio es exploratorio y correlacional, busca des-
cribir una temática que a pesar de haber sido ampliamente
estudiada en diversas profesiones no lo ha sido en los tra-
bajadores de la industria pesquera. Existen escasos estudios,
ninguno en nuestro país, que descubran los efectos del ruido
en la audición de los pescadores; se trata de una investigación
general que busca ser disparadora de futuros estudios más es-
pecíficos y de futuras medidas que mejoren las condiciones
laborales, al menos en este sentido, de la población tratada.

Delimitación del campo de estudio-muestra.


La población estudiada se constituye por los Trabajadores de
buques fresqueros del puerto de Mar del Plata que no tuvie-
ran antecedentes otológicos ni de sobreexposición auditiva
que pudieran explicar la potencial deficiencia auditiva. Por tal
razón se descartaron aquellas personas trabajadoras de otras
embarcaciones tales como buques factorías, mercantes o em-
barcaciones más chicas; así como también se excluyeron per-
sonas que mencionaron practicar Tiro Práctico y Buceo, no se
encontraron antecedentes personales tales como exposición a
sustancias ototóxicas, enfermedades otológicas varias, pará-
lisis facial, cirugía o trauma de oído, u otras que produjesen
patologías auditivas diferentes a la hipoacusia por ruido.

Para obtener la muestra, datos audiométricos y personales, en


primera instancia se convocó a los pescadores a realizarse el
estudio audiológico voluntariamente, informándoles a través
de charlas y promoción en los sindicatos que los represen-
tan. Al no haberse conseguido el número de audiometrías
propuesto, en una segunda instancia, se recabaron datos en la

362
Policlínica San Salvador del puerto, de aquellos que asistían a
la realización del estudio audiológico correspondiente a la ac-
tualización de la libreta de embarque. En una tercera instancia y
para completar un número significativo de datos, se recibieron
de la Prefectura Naval Argentina audiometrías ya realizadas y
archivadas, seleccionadas al azar y no por el autor del estudio,
siendo las mismas efectuadas en el mismo año.
Los estudios audiométricos fueron realizados utilizando el
Audiómetro Ladie-160 y un audiómetro manual Kamplex-
AD 27. Para observar las calibraciones de ambos audióme-
tros, se compararon audiometrías realizadas a la misma perso-
na, las cuales coincidieron correctamente como era esperado.
Para recabar los datos personales y específicos relacionados
con el tema, se diseñó una Anamnesis especialmente para la
población en cuestión (ver Anexo).

Variables.
 Nivel de audición: se refiere a los umbrales auditivos
necesarios para establecer si existe o no un descenso del
nivel auditivo normal; y de existir, si se lo encuadra den-
tro de la clasificación trauma acústico.
 Dosis de ruido: valor de la energía sonora total diaria y/o
semanal a la que los trabajadores están expuestos. Valor
necesario para correlacionar el nivel de exposición con
los esperados en las normativas vigentes y con los resul-
tados de los datos audiométricos.
 Edad
 Tipo y nivel de ruido: indicar el nivel de presión sonora
del ambiente laboral de la población en cuestión es im-
prescindible para tener un parámetro medible que permi-
ta calcular la dosis de ruido.
 Tiempo de exposición: es un dato primordial que sirve,
junto con la intensidad del ruido para valorar la dosis de
ruido a la que los trabajadores están expuestos.

363
 Tipo de trabajo y ubicación dentro del buque: resulta im-
portante para comprender en qué lugar del buque pasan
la mayor parte del tiempo, por lo tanto a qué intensidad
del ruido quedan expuestos.
 Antigüedad: tiene que ver (junto con el tiempo de exposi-
ción) con el concepto de dosis de ruido y está en relación
con el grado del supuesto daño auditivo.

6. DESARROLLO

Observaciones y Análisis

Descripción de la Muestra.
El número de audiometrías (At) con sus respectivas anamne-
sis fue de 76. Además, se contó con 133 audiometrías brinda-
das por la Prefectura Naval Argentina con el fin de poseer un
número significativo de audiogramas que permita obtener un
perfil audiológico del universo estudiado.

Se denominó al grupo de las 76 At con anamnesis C-An y al


grupo total de audiometrías (C-An y audiometrías sin anam-
nesis suministradas por la Prefectura) T-An. Las anamnesis
permitieron tener en cuenta variables como antigüedad labo-
ral, ocupación y edad. Las audiometrías sin anamnesis sólo
permitieron considerar la variable edad; asimismo, debieron
quedar fuera del análisis las frecuencias 3000 y 6000 Hz.

En el grupo C-At, 12 pescadores no fueron incluidos en los


análisis dado que sus audiometrías correspondían a la audio-
metría de base, es decir, que aún no han estado expuestos a
ruido laboral. Estas personas en su totalidad tienen audición
normal.
En la Tabla 15 se muestra la distribución de la población de

364
pescadores de acuerdo a la tarea que desempeñan. A los Ins-
pectores se los incluyó dentro del grupo de los Marineros
debido a que la exposición al ruido es semejante en ambas
ocupaciones.
En la Tabla 14 se describe la distribución de la población (T-An)
según grupos etarios (se excluyeron las At sin antigüedad).

Tabla 14. Distribución de la población según la edad

Edad Pescadores

<30 42
[30-40) 43
[40-50) 59
[50-60) 40
≥60 13

Total 197

Análisis de los datos obtenidos en la anamnesis:

Edad y Ocupación.
En la Tabla 15, se detalla la distribución de los
pescadores por edad y ocupación.

365
Tabla 15. Distribución por la edad y la ocupación

Grupos Erarios
Ocupación
20-30 31-40 41-50 51-60 > 61 Total
años años años años años

Marinero 14 11 10 6 1 42

Patrón de
Pesca 1 2 1 2 2 8

Maquinista 2 2 6 9 3 22

Inspector de
Pesca 1 1 1 1 - 4

Total 18 18 18 19 6 76

Antigüedad.
La mayoría de los trabajadores comienzan a trabajar entre los
19 y 25 años, y en general continúan desarrollando tareas en
la industria hasta la jubilación, llegando a desempeñarse más
de 30 años. Algunos cambian de jerarquía pero continúan en
la industria. En la Tabla 16 se detalla su distribución.

366
Tabla 16. Distribución de la población según la Antigüedad
por grupos etarios

Edad
 Antigüedad
[31-40] [ 4 1 - 5 0 ]
≤30 años ≥50 años
años años
≤5 3 2 - 1

(5-10] 3 2 - -

(10-15] 1 5 3 -
Marinero e
(15-20] - - - 2
Inspectores
(20-25] - 1 2 -

(25-30] - - 6 1

≥30 - - - 4

≤5 - - - -

(5-10] 1 - - -

(10-15] - 1 1 -
Patrones
(15-20] - - - 1

(20-25] - 1 - -

(25-30] - - - -

≥30 - - - 3

≤5 - 1 - 1

(5-10] - - - 1
Maquinistas (10-15] - 1 - -

(15-20] - - 1 -

(20-25] - - 1 -

(25-30] - - 4 5

≥30 - - - 5

367
Trabajo anual.
El tiempo de trabajo anual en meses promedio es de 9 meses,
variando en un mínimo de 6 meses a un máximo de 11.

Utilización de Protección auditiva.


Los marineros no utilizan protección auditiva de ningún tipo,
sólo una persona mencionó que usaba tapones para dormir.
Los patrones de pesca tampoco.
El 100% de los maquinistas mencionó que recurre a auricu-
lares como protección auditiva, el 25% de esas personas no
utilizó protección auditiva durante los primeros diez años de
oficio. Un comentario general, y no menos importante para
mencionar, durante las entrevistas fue que muchas veces ellos
mismos se ocupaban del mantenimiento o recambio de los
auriculares y no los empleadores. Por otro lado, cabe destacar
que los protectores auditivos atenúan principalmente frecuen-
cias altas teniendo una protección significativamente menor
para frecuencias bajas.

Exposición al ruido extralaboral.


El 78% de los marineros no refirieron tener actividades extra-
laborales con exposición a ruido. El 16% mencionó escuchar
música fuerte frecuentemente, 1 practicó buceo, 1 realiza una
vez al año tiro práctico, lo cual representa el 6%.
De los maquinistas el 60% dijo no estar expuesto a este tipo
de actividades, mientras que el 30% señaló que escucha mú-
sica fuerte y el 10% desarrolla tiro práctico.
Los patrones no mencionaron ejecutar este tipo de actividades.
Quienes practicaron tiro práctico y buceo fueron excluidos
del análisis audiológico debido a que presentaron un trauma
acústico de tipo agudo y no crónico.

368
Exposición al ruido en otros trabajos.
El 98% de la población no ha estado expuesto a ruidos en
otros puestos de trabajo.
Es por ello que no se puede atribuir que los desplazamientos
del umbral auditivo sean por exposición al ruido laboral en
otros puestos o por actividades extralaborales que implican
exposición a ruidos pasibles de afectar la audición.

Molestia ante el ruido.


La pregunta hace referencia a la sensación de molestia por
el ruido en el barco en general, no de un compartimiento en
particular como podría ser la sala de máquinas.
Resulta que el ruido es considerado molesto por el 62% de los
pescadores (Figura 9).

Figura 9. Molestia ante el ruido

En cuanto a los marineros, el 62% lo considera molesto, mien-


tras que al 44% refiere no perturbarle. Dentro de los marine-
ros a quienes les molesta el ruido, al 17% sólo le incomoda al
comienzo de la marea, lo cual hace referencia a la habituación
o adaptación al ruido ambiente.

En cuanto a los maquinistas el 70% refiere molestia, mientras

369
que el 30% no percibe malestar. Dentro de los que señalan
molestia el 35% establecen que ella se produce cuando es un
ruido más fuerte que el ambiental.

Para el 62% de los patrones de pesca el ruido es molesto; al


49% le disgusta cuando el ruido es más fuerte que el ambien-
tal y al 13% al comienzo de la marea.

El ruido más fuerte que el ambiental más comúnmente refe-


rido es el guinche, también han mencionado el ruido de las
radios y el televisor, ya que es de esperar que deban estar
superando el nivel sonoro ambiental para ser escuchados.

Sensación subjetiva del ruido.


El 63% de los pescadores describe el ruido como fuerte mien-
tras que el 37% lo describe como moderado.

No es raro que la mayoría de los patrones de pesca, quienes se


encuentran la mayor parte del tiempo en el puente (lugar del
buque donde el ruido es más bajo en intensidad) consideren el
ruido como moderado.
La calificación realizada por los marineros y maquinistas no
difiere significativamente, cerca del 70% describe el ruido
ambiente como fuerte.

De modo general, se puede observar que la sensación del so-


nido como fuerte, va disminuyendo a medida que aumenta la
antigüedad del pescador, lo cual se correlaciona a su vez con
la edad y la disminución de los umbrales de audición.
Todos coincidieron, asimismo, en comentar que de acuerdo al
barco esto varía: cuanto más pequeño es el barco, más fuerte
y molesto es el ruido.

370
Figura 11. Sensación Subjetiva del Ruido

Habituación al ruido.
El 73% de los pescadores expresa acostumbrarse al ruido del bar-
co, observándose el mismo patrón en los grupos por ocupación.
Este efecto ha sido un comentario común durante las entre-
vistas. Algunos, y en especial los maquinistas, advirtieron que
cuando se detenía o cambiaba algún ruido del barco, se sobre-
saltaban tomándolo como un signo de alerta o no podían dor-
mir; otros, que de tan acostumbrados que están lo “extrañan”
a la hora del sueño en tierra, así como también expresaron que
les cuesta un tiempo adaptarse al “silencio” en tierra firme.
Además han referido que a pesar de que el ruido es siempre
molesto, se acostumbran y conviven con él.

Figura 11 A. Expresa habituación al ruido

371
Figura 11 B. Expresa habituación

Alivio al bajar.
El 72% de los pescadores siente alivio al bajar del barco, sien-
do los maquinistas los de mayor porcentaje respecto de los
otros grupos, lo cual es coherente con el nivel de exposición
al que se encuentran.

Figura 12 A. Alivio al bajar

372
Figura 12 B. Alivio al bajar

Tinnitus.
Se observó que el 52% de los pescadores han experimen-
tado la presencia de tinnitus en algún momento, siendo la
situación más frecuente cuando bajan del barco. El 5% lo ha
catalogado como permanente.

Las personas evaluadas con acufenometría fueron 18. Del to-


tal, 11 acúfenos fueron equiparados en frecuencias graves 250
y 500 Hz, 5 equiparados en 4000 y 8000 Hz y el resto en RBE
(Ruido Banda Estrecha).
El resto de los pescadores, no evaluados con acufenometría,
adjudicó un valor (grave, agudo o tipo lluvia) al sonido del
tinnitus en la anamnesis, siendo 11 las personas que lo descri-
bieron como agudo, 3 como grave, y 2 como lluvioso (RBE).

El hecho de que hayan aparecido acúfenos equiparados en


frecuencias graves es novedoso en lo que se refiere a traumas
acústicos, ya que en la bibliografía consultada lo caracterizan
como agudo. Esto se puede relacionar con la sensación sonora
del ruido del motor del barco. Sin embargo, no es posible con-
firmar un denominador común para la frecuencia del tinnitus.

373
Muy interesante es este punto para futuras investigaciones.

Figura 13. Tinnitus: frecuencia de aparición

Sintomatología.
El 28% de los pescadores presentó alguno de los siguientes
síntomas: dolor de cabeza frecuente, nerviosismo excesivo o
trastornos del sueño. Dos de estos síntomas aparecen en co-
ocurrencia en la mitad de los afectados, siendo el síntoma de
mayor frecuencia los trastornos del sueño. La mayor parte de
los que presentaron alguno de estos síntomas fueron los ma-
quinistas.

En relación con la edad, si se comparan las ocupaciones en


un rango de edad >40 años, son los maquinistas quienes en
su mayoría presentan esta sintomatología. En el conjunto pa-
trones y maquinistas, en el rango de edad que oscila entre los
20 y 40 años no es posible conocer la frecuencia de aparición
de la sintomatología, debido a que la muestra carece de tales
datos; en consecuencia, no permite la comparación entre ellos
y el grupo de los marineros de la misma edad.

374
Antecedentes otológicos y familiares.
En cuanto a los antecedentes familiares, 5 personas del total
de la población refirieron tener uno o dos padres con proble-
mas de audición debido a la edad, siendo uno de ellos especí-
ficamente una hipoacusia inducida por ruido.
En referencia a los antecedentes otológicos, 2 personas del
total comentaron haber tenido problemas en OM (perforación
timpánica y otitis media a repetición).

Análisis de los datos audiométricos:

Presencia de umbrales normales y patológicos en el Conjun-


to C-An.
En la siguiente descripción se muestran los porcentajes de
umbrales normales y patológicos, sin distinción del perfil
auditivo, calculados de acuerdo a la ocupación y la edad; se
comparan con los resultados obtenidos una vez realizada la
corrección según la Norma IRAM 4091 y se presenta una ob-
servación acerca de la relación entre los umbrales patológicos
y la antigüedad.
Del conjunto C-An, el 23% (15) presentó umbrales de audi-
ción normales, el 16% (10) umbrales patológicos unilaterales,
mientras que el 61% (39) presentó umbrales patológicos en
ambos oídos. Por ocupación:

 El 38% (13) de los marineros presentó audición normal,


el 15% (5) umbrales descendidos unilateralmente y el
47% (16) presentó umbrales patológicos en ambos oídos.
Dichos porcentajes coinciden habiéndose realizado la co-
rrección de umbrales por la edad, por lo que se conside-
ran desplazamientos significativos o excedidos en una o
más frecuencias.

375
 En los patrones se observó que del total (8), 5 presenta-
ron desplazamientos significativos del umbral con y sin
corrección por la edad, el resto audición normal.
 Sólo 2 de los maquinistas presentaron umbrales norma-
les, no incluidos en los porcentajes ya que corresponden
a las personas evaluadas sin experiencia en esta labor.
El 90% (18) presentó umbrales patológicos bilaterales,
mientras que el 10% (2) umbrales unilateralmente afec-
tados. Realizando la corrección por presbiacusia, el por-
centaje de umbrales patológicos descendió al 59%.

Umbrales patológicos en relación con la antigüedad:


 Los marineros se pueden agrupar en: un grupo de 10 per-
sonas evaluadas sin antigüedad que no han sido inclui-
das en los porcentajes y quienes en su totalidad presen-
tan umbrales normales; un grupo de 5 marineros con un
tiempo de exposición de entre 1 y 5 años, todos con audi-
ción normal; otro de 14 marineros con una antigüedad de
entre 8 y 15 años, de los cuales 7 presentaron umbrales
patológicos; y un último conjunto de 16 marineros con
una antigüedad de entre 20 y 30 años, de los cuales 11
exhibieron umbrales patológicos.

En general, se observó que el número de casos con umbrales


patológicos se mantiene relativamente estable conforme au-
mentan los años de exposición y, según lo observado, sería a
partir de aproximadamente los 10 años de antigüedad el ini-
cio en la aparición de los desplazamientos en los umbrales de
audición.

 Los maquinistas se pueden agrupar en: un grupo de 2 tra-


bajadores excluidos por falta de antigüedad, ambos con
audición normal; un grupo de 4 maquinistas con una an-

376
tigüedad entre 4 y 9 años, de los cuales 3 presentaron
umbrales patológicos bilaterales y 1 unilateral; un grupo
de 8, con una antigüedad de entre 12 y 28 años, 7 de
los cuales mostraron umbrales bilateralmente afectados
mientras que 1 fue unilateral; y del grupo de maquinistas
con ≥30 años de antigüedad la totalidad presenta umbra-
les patológicos bilaterales.

Es de destacar que a diferencia de los patrones con la misma


trayectoria (≥30 años), estas personas denotan una afección
en todas las frecuencias conversacionales en alguna medida.
A pesar de que la cantidad de audiometrías correspondientes
a esta ocupación no es tan extensa como la de los marineros,
se pudo observar que con la mínima antigüedad (5 años, por
ejemplo) estos trabajadores ya comienzan a presentar des-
plazamientos de los umbrales de audición. Sería interesante
observar este aspecto del comportamiento auditivo de forma
más exhaustiva en esta población de pescadores.

Figura 14. Conjunto C-An: Umbrales de audición con y sin


corrección por presbiacusia

377
Figura 15. Umbrales de Audición por ocupación sin correc-
ción por presbiacusia

Figura 16. Umbrales de Audición por ocupación según


Nomra IRAM 4091/83

Presencia de umbrales normales (UN) y patológicos (UP)


del conjunto T-An.
En la siguiente descripción se muestran los porcentajes de
umbrales normales y patológicos, sin distinción del perfil au-
ditivo, calculados de acuerdo a la edad de los trabajadores y
se comparan con los resultados obtenidos una vez realizada la
corrección por la edad según la Norma IRAM 4091.

378
Resultó que el porcentaje de la población que presentó umbrales
normales fue del 34%, mientras que el 66% presentó umbrales
patológicos (el 19.2% umbrales afectados unilateralmente y el
46.7% bilateralmente); realizada la corrección, el porcentaje de
umbrales patológicos disminuye al 29%: el 12% considerados
cambios significativos de los umbrales de audición unilaterales
(E1) y al 17% los cambios significativos en ambos oídos (E2).
Aunque la corrección por envejecimiento descarta aproxima-
damente la mitad de los umbrales patológicos, el porcentaje de
aparición de desplazamientos significativos de los umbrales de
audición es alto.

Se ha observado que efectuada la deducción de decibeles


correspondiente a la edad un escotoma de 20 ó 25 dB en la
frecuencia 4000 Hz no es considerado un desplazamiento sig-
nificativo del umbral en un sujeto de [30-40) años; se toma
en cuenta cuando el escotoma es mayor o igual a 30 dB. En
el grupo de [40-50) un escotoma de 35 o más es considerado
un cambio significativo del umbral, en tanto que en el grupo
[50-60) años es así a partir de los 40 dB. Un escotoma en la
frecuencia 4000 Hz de 45 dB ya no es significativo para un
sujeto de 60 años o más. Otro detalle a destacar es que cual-
quier descenso del umbral, sea de 20 o de 50 dB, en 8 Khz. no
es tenido en cuenta por la norma.

Como patrón general, se observa que el porcentaje de audición


normal va decayendo a medida que aumenta la edad y los años
de antigüedad al mismo tiempo que se incrementa el porcentaje
de umbrales patológicos; y que, a pesar de que se acrecienta el
porcentaje de la población que se considera no presenta cam-
bios significativos del umbral cuando se efectúa la corrección,
el patrón sigue siendo el mismo (Figuras18 y 19).

379
Tabla 16. Distribución de los umbrales con y sin corrección
por la edad
Sin corrección por la edad
Edad UN UPU UPB
<30 32 5 5
[30-40) 20 8 15
[40-50) 8 18 33
[50-60) 7 5 28
≥60 0 2 11
Total 67 38 92
Con corrección por la edad
Edad UN U (E1) B (E2)
<30 36 2 4
[30-40) 32 4 7
[40-50) 40 12 7
[50-60) 27 4 9
≥60 5 2 6
Total 140 24 33

Figura 17. Conjunto T-An: Umbrales de audición Con y Sin


corrección por presbiacusia

380
Figura 18. Umbrales de audición distribuidos por grupos
de edad

Figura 19. Umbrales de audición con corrección por pres-


biacusia según Norma

381
Frecuencia de aparición: Hipoacusia perceptiva con perfil
de Trauma Acústico, Hipoacusia perceptiva, Hipoacusia con-
ductiva e Hipoacusia mixta en el Conjunto T-An.
El 3% de las audiometrías analizadas presentó hipoacusia mix-
ta, el 1% presentó hipoacusia conductiva mientras que el 2%
representó a las hipoacusias de tipo perceptiva sin perfil de
trauma acústico. Las hipoacusias con perfil de trauma acústico,
tomando las bilaterales, parejas o no en relación al grado de se-
veridad, representaron el 39% según Larsen Modificado (LM),
y el 20% según el Método Klockhoff (MK).

Los porcentajes obtenidos en las clasificaciones, se podrían


comparar con los obtenidos en las calificaciones de UP y UN
con y sin corrección por la edad de la siguiente manera: el mé-
todo LM se aproxima más a una calificación de la audición que
no tiene en cuenta el envejecimiento fisiológico (socio o pres-
biacusia) y el método MK, se acerca más a la calificación de la
audición que si tiene en cuenta el descuento por la edad.

Descripción del Perfil de Trauma acústico según las fre-


cuencias afectadas.
El análisis se llevó a cabo en aquellas audiometrías que mues-
tren escotoma auditivo, independientemente de la cantidad de
frecuencias afectadas y realizando un promedio de ambos oí-
dos. Se contabilizó que:
En el Conjunto T-An
 el 28.4% de las audiometrías de este conjunto presentó el
escotoma en la frecuencia 4000 Hz. y
 el 2.5% presentó el escotoma en el 2000 Hz.
En cuanto al 8000 Hz.:

 el 21.3% mostró una caída del 8000 Hz (contadas aque-


llas en que es ésta la única frecuencia afectada, y cuando
se encuentra igual o más afectada que el 4000 Hz.)

382
En el Subconjunto C-An
 el 28.1% de las audiometrías mostró el escotoma en la
frecuencia 4000 Hz.
 el 21.8% de las audiometrías exhibió el escotoma en la
frecuencia 6000 Hz., de ellas el 6.2% se define como
afección por ruido por esta frecuencia y no por otra.
 el 4.6% de las audiometrías lo mostró en la frecuencia
3000 Hz.
 En cuanto al 8000 Hz:
 el 17% de las audiometrías muestra una caída en el 8000
Hz. (sola, igual o mayor que el 4000 Hz).

Es de destacar que el porcentaje de audiometrías con escoto-
ma en el 4000 Hz coincide en ambos grupos, mientras que es
aproximado el número de audiometrías que aparece con un des-
censo en el extremo tonal agudo. Es posible que el porcentaje
de audiometrías afectadas en el 6000 Hz, pueda generalizarse
del mismo modo.

El análisis del Subconjunto C-An permite demostrar que existe


un porcentaje de audiometrías con perfil de trauma acústico que
pasan desapercibidas por no evaluarse el 6000 Hz: existen casos
en que es la única frecuencia afectada, en consecuencia, es la
que marca la existencia de un traumatismo sonoro; en otros ca-
sos, representa la distinción entre un perfil presbiacúsico y una
afección inducida por ruido debido a que es la que se muestra
más afectada entre el 4000 y el 8000 Hz, cuando ya entre ellas
no existe una diferencia o bien el extremo tonal está también
descendido. Por este motivo, se concluye que evaluar la fre-
cuencia 6000 Hz, específicamente cuando se trata de personas
expuestas a ambientes laborales ruidosos, es muy importante
(ver Audiogramas ejemplificadores, Anexo III).
Perfil Auditivo de los pescadores.
Para obtener el perfil auditivo de los pescadores, se realizaron

383
promedios de los umbrales obtenidos en las audiometrías, pri-
mero del Conjunto T-An, y luego del Subconjunto C-An, di-
vidiendo los grupos según la edad. Se graficó cada uno en un
audiograma con el fin de visualizar el perfil auditivo de cada
grupo y por último, se clasificaron según el MK y el LM.

Los perfiles obtenidos fueron:


 Grupos <30 años y [30-40) años: ambos presentaron au-
dición normal. En el segundo grupo se puede ver un cam-
bio del umbral en la frecuencia 6000 Hz. no considerado
como patológico aún.
 Grupo [40-50) años: para ambos conjuntos según el MK
y, el grupo mostró un perfil Tipo II, es decir, un Trauma
Acústico Inicial sin afección de las frecuencias conver-
sacionales. Según LM, el subconjunto C-An se califica
como un Grado II ya que pudieron evaluarse las frecuen-
cias 3 y 6 Khz.; y al Conjunto T-An lo califica como Gra-
do I.
 Grupo [50-60) años: según MK, el subconjunto C-An se
puede calificar como un Tipo IV, es decir, un DAIR leve;
se observa un descenso de 35-40 dB en el 6000 Hz. así
como también un descenso mayor a 25 dB en las frecuen-
cias 3000 y 4000 Hz., con tres frecuencias conversaciona-
les conservadas (500, 1000 y 2000 Hz.). Al Conjunto T-An
lo califica como un Tipo II (TAI): se observa un descenso
de 30 dB en el 4 Khz. Según LM, el subconjunto C-An se
calificaría como un Grado III dado que se extiende hacia
una frecuencia considerada en la franja conversacional (3
KHz.); y el Conjunto T-An como un Grado I ya que se
muestra afectada una sola frecuencia.
 El grupo ≥60 presenta la misma valoración en ambos
conjuntos: para MK es un Tipo IV (presenta solamente
una frecuencia conversacional conservada, el 500 Hz.),
y para LM es un Grado III (aunque sea una o todas las

384
frecuencias conversacionales afectadas no hay distinción
de grados más allá del Grado III).

Se puede concluir que los niveles de deterioro auditivo son si-


milares en ambos grupos, manteniéndose aproximados los ni-
veles umbral de audición. Se observa claramente que el perfil
de la pérdida es debido al ruido, al ruido laboral, por la predo-
minancia de afección de la frecuencias medias y agudas, y la
consecuente recuperación del extremo tonal agudo 8000 Hz.

El hecho de conocer las características de la jornada laboral,


los NSCE, toda la sintomatología y sensaciones subjetivas re-
gistradas, descarta que otra sea la causa que predomine sobre
dicha afección; por otro lado, la pérdida que manifiestan tener
no se corresponde con el traumatismo de tipo agudo; no se re-
gistraron casos de TAA avanzado (Tipo III) que no tuvieran
relación con otro tipo de actividad (tiro práctico por ejemplo)
y que por ende sean excluidos de la clasificación y porcentajes.
Por lo tanto, el traumatismo que revelan los pescadores es de
tipo crónico y evolutivo, siendo altamente probable que desa-
rrollen un grado de severidad de un TAC leve (TAA para MK)
a un DAIR leve o avanzada.

Para terminar, se puede concluir diciendo que los perfiles au-


diológicos graficados (ver Anexo III “Gráficos comparativos”)
muestran cómo van desarrollando con los años de exposición
y la edad un Déficit Auditivo Inducido por Ruido de grado le-
vemente-moderado. Se tomó para tal afirmación, del Método
Klockhoff la acepción de hipoacusia inducida por ruido cuando
el traumatismo acústico crónico presenta pérdida conversacio-
nal; leve dado que al menos una de las frecuencias conversa-
cionales se encuentra conservada; y moderado, calificativo
que intenta describir e incluir los umbrales de audición que
aparecen en 50 dB, tomándose de las clasificaciones clínicas

385
generales para las Hipoacusias por quedar fuera la referencia
la intensidad del deterioro en el Tipo IV del MK.

7. CONCLUSIÓN

Resumen: conclusión en relación con la hipótesis planteada

A partir del análisis de los datos obtenidos se puede confirmar


la hipótesis planteada al comienzo de la investigación:

“La audición de los pescadores se ve afectada por la exposi-


ción al ruido durante la jornada laboral. El tiempo de expo-
sición sería el factor predominante más que la intensidad del
ruido al que están expuestos”.

La audición de los pescadores efectivamente se ve afectada por


la exposición al ruido laboral, manifestando como resultado de
dicha sobreexposición una Hipoacusia Inducida por Ruido le-
vemente moderada. Que sea una hipoacusia inducida por ruido,
indica que existe deterioro de las frecuencias de la conversa-
ción; y que sea leve significa que hay al menos una frecuencia
conversacional conservada según el Método Klockhoff. El ca-
lificativo levemente moderado se dio para enfatizar el hecho de
que algunas frecuencias sobrepasan el límite que se considera
“leve” en la clínica general que es 40 dB, referencia (intensi-
dad) que no se hace en la clasificación mencionada sino sólo la
cantidad de frecuencias afectadas-conservadas.

En relación con los grupos por ocupación en el buque, se


comprueba que los más afectados son los maquinistas, y en
segundo lugar los marineros; excediéndose las dosis de ruido
admisibles para su jornada laboral en ambos grupos.

El NSCE (108.5 dBA, 88.5 dBA) al que se exponen a bordo los

386
maquinistas es extraordinario, calculado con y sin protección
auditiva; es el grupo que presenta mayor porcentaje de sinto-
matología no auditiva (trastornos del sueño, dolor de cabeza,
nerviosismo excesivo) y auditiva (deterioro auditivo y tinnitus),
a pesar de que el 100% mencionó utilizar protectores. El uso
de protección auditiva, se supone minimizaría los efectos no-
civos de la sobreexposición a ruidos intensos, si fuese correcta
la relación tiempo/intensidad de exposición. Otra cuestión que
evidencia lo expuesto, son las evaluaciones audiológicas pre-
laborales que testearon a aquellos futuros maquinistas prove-
nientes de la Escuela de Pesca; todas ellas obtuvieron un perfil
audiométrico normal (0-15 dB). En consecuencia, y a pesar de
no tener un seguimiento longitudinal, se puede inferir con sufi-
ciente veracidad que existe un alto riesgo en estos trabajadores
de sufrir una Hipoacusia Inducida por Ruido de la que, vale
mencionar, se desconoce el grado específico de severidad ten-
diente a desarrollar ya que excede los objetivos de la presente
investigación. Concluyendo, se puede decir que los maquinis-
tas se encuentran en una situación de vulnerabilidad importante
y superior con respecto a los demás grupos de pescadores, debi-
do tanto a las condiciones de exposición como a la ausencia de
un seguimiento o programa educativo, de seguridad e higiene
sonora que prevenga el deterioro auditivo.

El NSCE (83.7 dBA) al que se exponen los marineros es me-


nor en comparación con el de los maquinistas, aún así sobre-
pasa los valores permisibles (80 dBA) y de seguridad sonora
para un jornal de 24 horas según la legislación vigente. En
esta población las evaluaciones audiológicas pre-laborales
testeadas descubrieron audición normal.

El NSCE calculado para los patrones de pesca, en cambio,


se encuentra dentro de los límites esperados para asegurar la
conservación de la audición, por lo que no se puede legalmen-

387
te atribuir su afección auditiva a los efectos del ruido.

El factor “tiempo de exposición” es el más sobresaliente en la


determinación de la sobreexposición en esta población; aun-
que no el único ni el modificable. Si, por ejemplo, los pescado-
res tuviesen el reposo auditivo correspondiente a las 12 horas
de descanso diario que tiene un trabajador de tierra fuera del
ámbito laboral, la exposición estaría dentro de los parámetros
permisibles, lo cual es imposible porque dejarían de ser traba-
jadores de buques fresqueros. En cambio sí es posible modi-
ficar el factor “intensidad” adoptándose las medidas técnicas
de control más convenientes para aislar el ruido, insonorizando
o minimizando las fuentes de ruido y vibración, de tal modo
que el ruido ambiental del barco disminuya lo suficientemente
como para que el tiempo que dura una marea (jornada laboral
diaria, más tiempos de descanso y sueño) no se aparte de los
límites de exposición admisibles. Sumado a estas medidas, la
educación y concientización en higiene y seguridad sonora es
la forma más conveniente de prevenir el daño auditivo. Estas
medidas deberían enmarcarse dentro un Programa de Preven-
ción y Conservación de la audición (PPCA).

El factor “susceptibilidad individual”, es importante pero


como aún no existe un modo o prueba fehaciente de medir y
objetivar la posibilidad de un sujeto de padecer una HIR, que-
da restringido el factor a estudios epidemiológicos o pobla-
cionales (los cuales a su vez dejan fuera una jornada laboral
que excede los parámetros de referencia 8 horas diarias y 40
horas semanales que aparecen en las tablas y cálculos) y no a
oportunidades preventivas.

388
8. PROPUESTA

Programa de prevención y conservación de la audición

Introducción.
Uno de los objetivos de nuestra ciencia de estudio, la Fonoau-
diología, es la prevención, detección y atención temprana de
las diversas dificultades o trastornos que atiende. De acuerdo
con el concepto de salud ocupacional definido por la Organi-
zación Mundial de la Salud y la Organización Internacional
del trabajo, la postura a tomar por la audióloga es justamente
la de detección, prevención y conservación de la audición, en
donde la evaluación audiométrica cumple un rol fundamental.
Para conseguir tales objetivos y para corroborar el éxito del
programa es fundamental que la vigilancia audiométrica no se
limite a una mera medición que describa el estado de audición
de los trabajadores sino que sea un instrumento para determi-
nar qué acciones concretas (derivación al ORL, reinstrucción,
cambios de puesto, declaración de DAIR, etc.) efectuar para
la prevención de la pérdida auditiva.

Según los resultados obtenidos en el análisis de los datos au-


diométricos y de las dosis de ruido de cada puesto de traba-
jo, la evaluación del riesgo auditivo de los trabajadores de
buques fresqueros manifiesta la necesidad de desarrollar un
PPCA. Los marineros y principalmente los maquinistas son
quienes deberían estar bajo este tipo de programas ya que se
encuentran sobreexpuestos al ruido con una dosis de ruido
mayor a los 80 dB para una jornal de 24 horas.

A continuación se describirá en qué consiste un PPCA según


las recomendaciones de NOISH, con comentarios específicos
de acuerdo a necesidades de los trabajadores en cuestión.
Como criterio básico NOISH recomienda que el programa
debe efectuarse sobre todos aquellos trabajadores que estén

389
expuestos durante 8 horas a un nivel de ruido mayor o igual a
85 dB516 y que el correcto funcionamiento del programa des-
cansa sobre el compromiso de todos los involucrados en el
mismo, y quienes como fin tienen la prevención del DAIR.

Partes más relevantes de un PCA.


 Controles de ingeniería y administrativos
Los controles de ingeniería, realizados por especialistas en
Seguridad e Higiene industrial e ingenieros, se definen como
cualquier modificación, sustitución, reacomodación del equi-
pamiento, a la fuente de ruido o al canal de transmisión -ex-
cepto los protectores auditivos-, que reduzca los niveles de
ruido.
Este paso debería ser el primero en efectuarse luego de la
detección de la sobreexposición al ruido; cuando el ruido es
reducido al menos en unos pocos decibeles o eliminado a tra-
vés de los controles, el riesgo auditivo es también reducido o
eliminado.
Los mecanismos típicos de control son:

- reducción de la reverberación (recubriendo paredes con


materiales de absorción del sonido, por ejemplo.)
- reducción de las vibraciones del equipamiento; y
- alteración del camino de transmisión (barrera acústica).
En los buques fresqueros los controles de ingeniería son su-
mamente necesarios, imprescindibles para la reducción del
ruido y las vibraciones tanto dentro de la sala de máquinas
como en el resto del barco (comedor, pasillo, camarotes). Es-
tos controles proporcionarían una mejoría notable en la cali-
dad de los ambientes en donde los trabajadores descansan y
se recrean.
Cuando los controles de ingeniería no pueden ser realizados o
resultan insuficientes, se realizan los controles de tipo admi-
516 NOISH, Ob. Cit.

390
nistrativos, es decir, modificaciones en la jornada laboral
-modificación de los tiempos de exposición- que reduzcan
la sobreexposición. En el caso de los maquinistas, expues-
tos a un NSCE de 88.5 dBA (medida analizada con protec-
ción auditiva)517, los controles administrativos deberían
evaluarse luego de efectuados los controles de ingeniería;
posiblemente ambas medidas deban evaluarse. Por otro
lado, es muy probable que el NSCE de los marineros (83.7
dBA) se vea favorablemente disminuido con controles de
ingeniería eficientes.

 Evaluación audiométrica y monitoreo


La evaluación audiométrica de los trabajadores es crucial para
el éxito del PCA debido a que es la única manera de deter-
minar si el DAIR está siendo prevenido. Por otro lado, es la
comparación anual de los audiogramas la herramienta a través
de la cual se observan los cambios en los umbrales de audi-
ción, en consecuencia, actúa como disparador de las interven-
ciones preventivas a tomar. Recordemos que esta patología
auditiva ocurre gradualmente, y los afectados no perciben el
cambio auditivo hasta que las variaciones en los umbrales de
audición son severas (más frecuencias afectadas, aumento en
los desplazamientos del umbral).

Las audiometrías consisten al menos en la evaluación de la


vía aérea con tono puro de las frecuencias 500, 1000, 2000,
3000, 4000, 6000 y 8000 Hz., realizándose de ser necesario la
evaluación de vía ósea y otras pruebas audiológicas con fines
exploratorios como acufenometría y logoaudiometría518. En
la toma de la At se tomarán en cuenta ambos métodos, ascen-
dente y descendente, para evitar respuestas automáticas así
como también otros recursos y pruebas del audiólogo para
517 Ver en Aproximación a la dosis de ruido.
518 Es una prueba muy importante, indica objetivamente cuánto del lenguaje la persona entiende o discrimina, y permite al audiólogo observar
la relación entre el déficit auditivo y las dificultades en la comunicación. Sería interesante que nuevos estudios analicen la importancia de esta
prueba en este campo de estudio. Es una prueba que no se tiene en cuenta a la hora de determinar la discapacidad auditiva.

391
evitar posibles simulaciones.

Con el fin de proveer óptima protección a los trabajadores y


óptima documentación para los empleadores, NOISH reco-
mienda efectuar las evaluaciones audiológicas en las siguien-
tes ocasiones:
- antes de comenzar el empleo;
- anualmente para cualquier trabajador que se encuentre
expuesto a niveles de ruido ≥85 dBA para un jornal de 8
horas y dos veces al año para aquellos trabajadores que
estén expuestos a niveles de ruido mayores a 100 dBA,
como en el caso de los maquinistas, dado que es posible
que un porcentaje de la población con inadecuado uso de
protectores auditivos y/o inadecuados controles desarro-
lle una pérdida auditiva en el término de un año; para los
ingresantes puede tomarse como la Norma IRAM 4091
lo expresa, dentro de los 90 días.
- reasignación de un puesto de trabajo;
- fin del empleo.

Asimismo, se distinguen los siguientes tipos de evaluaciones au-


diométricas: de base, de monitoreo y confirmación, y de salida.

La audiometría de base o audiometría inicial, es la audiome-


tría de referencia, sirve para comparar la evolución y cambios
en los umbrales de audición de cada trabajador; debe tomar-
se antes de comenzar el empleo o durante los primeros 30
días, teniendo el trabajador al menos 24 horas (12 hrs. para la
NOISH) de reposo auditivo.

La audiometría de monitoreo y retest es aquella que evalúa a


los trabajadores expuestos anualmente al finalizar la jornada
laboral (también durante el jornal en otro tipo de empleos).
Tiene como objeto detectar cualquier cambio temporal de au-

392
dición (TTS) y determinar si los controles o uso de protección
auditiva son adecuados o no. Si hubo un descenso del umbral
de audición respecto de la At de base (cambio ≥ 15 dB) se re-
testea nuevamente a los 30 días con el correspondiente reposo
auditivo -At de confirmación- para establecer si dicho cambio
es temporal o permanente (PTS), en primera instancia.

Las acciones a tomar ante un PTS incluyen la notificación al


trabajador, una evaluación ORL y audiológica para determi-
nar la posible etiología; reinstrucción y revisión de los protec-
tores auditivos, y entrenamiento/capacitación adicional para
enfatizar la prevención de la pérdida auditiva y/o reasignar
el puesto de trabajo. Cada una de las intervenciones debe ser
debidamente documentada.

Cabe aclarar que el criterio para establecer cuándo un despla-


zamiento significativo del umbral de audición debe ser tenido
en consideración para establecer acciones preventivas concre-
tas y específicas, es de ≥15 dB, mientras que el criterio para
clasificar un DAIR es de ≥25 dB según el MK.

La audiometría de salida es una At realizada al trabajador que


termina su empleo, o bien que es reasignado a un ambiente ex-
puesto a niveles por debajo de los 85 dBA de acuerdo a la jornada
laboral. El reposo auditivo es igual que en la At de base.

 Uso de protectores auditivos


NOISH define los protectores auditivos como cualquier ele-
mento que pueda reducir el nivel de ruido que entra al oído. En
general, el uso de protectores auditivos es motivo de diversos
problemas prácticos que pueden entorpecer su función, por
tanto debería considerarse el último de los recursos para evi-
tar el riesgo auditivo. Dentro de tales dificultades se pueden
identificar: incomodidad o disconfort, uso incorrecto, deterio-
ro y uso discontinuo. Además, generalmente los protectores

393
proveen de una elevada protección para frecuencias altas pero
significativamente menor para frecuencias bajas.

 Educación y motivación
Los trabajadores que forman parte de un PPCA deben ser infor-
mados acerca de las razones y beneficios de su participación así
como también deben recibir una capacitación anual acerca de
todos los aspectos relevantes para la conservación de la audi-
ción; de ello depende, en gran parte, el éxito del programa.

Entre los temas más relevantes a tratar en las capacitaciones


se encuentran: efectos del ruido en la audición, entrenamiento
en el uso de protectores auditivos, audiometrías, responsabi-
lidad individual en la prevención del DAIR, políticas de con-
trol para la reducción y/o eliminación del ruido de la empresa,
entre otros.

Las capacitaciones pueden ser planificadas anualmente para


un grupo determinado de trabajadores, así como también epi-
sódicas, por ejemplo, en el momento que se realizan las At
establecidas. Allí se pueden explicar los resultados de la eva-
luación auditiva, concientizar y reentrenar en el uso de los
protectores auditivos o reforzar positivamente el correcto uso
de los controles de ruido, según cada caso en particular.

 Documentación y registros
Es necesario, tanto en beneficio del empleador como del tra-
bajador, que se creen y mantengan registros de cada aspec-
to del programa, no es un solo un archivo de datos sino que
constituye la evidencia de que todos los componentes del pro-
grama han sido apropiados, consistentes y bien conducidos.

 Evaluación de la efectividad del programa


La efectividad del PPCA debe ser evaluada en términos de
la prevención de pérdidas auditivas por cada trabajador, es

394
decir, de forma individual, y del total de la población. La pri-
mera se logra a través de la comparación de los monitoreos
audiométricos con el audiograma de base de cada trabajador;
la segunda, implica la comparación del promedio de umbrales
de audición entre los trabajadores expuestos al ruido con el de
personas no expuestas a ruido laboral, para lo cual se podría
utilizar la Norma IRAM 4079:2006.

 Corrección por presbiacusia


El criterio NOISH con respecto a la corrección por la edad
está descripto en el apartado 2.1.4 “Presbiacusia-Corrección
por la edad”.

Además de los argumentos dados por este ente, se puede agre-


gar que en el caso de los pescadores en particular no sería ra-
zonable adjudicar la pérdida auditiva a los efectos de la edad y
al efecto del ruido ambiental de una sociedad industrializada,
debido a que gran parte de sus vidas (trabajan anualmente en-
tre 9 y 11 meses) transcurre dentro del barco (ámbito laboral).

395
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