Está en la página 1de 2

Corazón

Lo encontraron tirado en un bote de basura. Sus pies colgaban del tarro como al borde de
una piscina sin agua. La calle, que despertaba con el tremor de los primeros pasos, lo
describió: zapatos y jeans rotos; flaco; desnutrido, con seguridad. Pobre muchacho, se
compadecían las señoras. Una juventud perdida, se quejaban los señores. ¿Qué le pasó?,
preguntó un hombre que llevaba una libreta bajo el brazo y unos Converse blancos que
frotaba cada tanto con el pulgar ensalivado. No sabemos, contestó una señora que miraba
a una distancia antiséptica.

Una mujer en una moto, que cortaba camino subiéndose por el andén, frenó de un tirón y
señaló dos huecos en la base del tarro por donde rezumaban los restos de una pasta de
tomate mustia, casi negra. Saquémoslo, se ofreció un barbudo de camisa rota. Venga le
ayudo, contestó otro abriéndose paso entre el gentío que se había congregado como
alrededor de un cuentero.

Lo tomaron de los pies, uno a cada lado. El del pie izquierdo advirtió que el zapato,
además de ser una copia barata, era derecho; mientras que, del otro lado, el barbudo
confirmó que el derecho también estaba trocado. Lo sacaron con un par de jalones, y su
cabeza, envuelta en un suéter rojo, crujió en el suelo como un vidrio forrado en un cartón.
Algunos se cubrieron los oídos; otros, la nariz; y los que observaban de frente, los ojos.

El hombre de la libreta se agachó sobre el joven y, sin llegar a tocarlo, examinó la


chaqueta fluorescente que traía, unas dos tallas más grandes que su cuerpo de avechucho
y casi tan brillante como los Converse que él seguía empecinado en limpiar. En la
chaqueta, a la altura del corazón, al pie de un logo con dos laureles se leía: Dios y Patria.

Michael Bermúdez Montes


Buenos días. Buenas tardes. Quería compartirles un texto que surgió tratando de hacer la
actividad de crónica, pero que resultó no ser apto. Lo cierto es que no pude, mi mente
estaba en la situación que vive mi ciudad y tuve que responderle a este texto que me
acaparaba. Quería compartirlo, pero puede llegar a ser muy fuerte, quizás algo gráfico,
pero fue la única manera de poder poner mi mente en otra cosa y concentrarme en las
actividades del máster. Si no desean leerlo, está bien. De hecho, no recomiendo su
lectura. Los comentarios son todos bienvenidos y si debo retirarlo de aquí, lo entiendo
perfectamente y evitaré este tipo de publicaciones en otra oportunidad. Un abrazo a
todos.

También podría gustarte