Carlo, que adoraba ver trenes, decide usarlos ahora como
escondite; Hannah, que desde que se han llevado a su hermano, dedica las noches a contar estrellas; Émeline, que no quiere llevar la estrella amarilla cosida en el abrigo; David, huido del gueto de Varsovia con su violín.
Las historias de cuatro muchachitos que, en una Europa
destrozada por leyes racistas, viven en carne propia el horror de la deportación.
Una novela entretenedora, con distintas sensaciones que
despiertan sentimientos en bastantes personas, con su trama violenta, con un toque de tristeza y conmoción, de pensar en esto jovencitos, en aquellos momentos traumáticos de su vida
Además da inquietud o ganas de leer esta gran obra por no ser
una historia fantástica, al contrario real y bastante dura para aquellos jóvenes, me causo tristeza su final al no acabar de la mejor manera…