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El Pendejo y El Capitalismo en El Peru
El Pendejo y El Capitalismo en El Peru
EL PENDEJO Y EL
CAPITALISMO
Un apunte para la construcción de
una antropología de los goces sociales
Sumilla:
La figura del pendejo debe estar entre una de las más popularizadas del
Perú contemporáneo. El pendejo entendido como “el que la sabe hacer” es
una noción presente no solo en el imaginario, sino en el día a día. Desde
las páginas de esta revista se inició una reflexión acerca de este tipo de
personaje desde una perspectiva antropológica. El presente artículo retoma
la discusión al remontarse a las raíces del fenómeno tomando un enfoque
psicoanalítico para una mejor comprensión de esta figura.
Ritts Herb
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ANTHROPIA Revista de Antropología y otras cosas
El pendejo es uno de eso actores sociales más comu- cularlo con el pendejo. Insisto, este acápite ensaya
nes que encontramos en las interacciones cotidianas una interpretación que espera (y debe) ser discutida.
sobre el que no se ha reflexionado nada o casi nada
(véase Portocarrero, 2004 y Mujica, 2006). Su pre- 1. ¡Qué pendejo eres!: Hacia un modelo de la es-
sencia es tan cotidiana que la palabra “pendejo” for- tructura del pendejo2
ma parte del vocabulario coloquial. La pendejada La transgresión
es una cuestión cotidiana. Lo que resulta todavía El primer elemento que define al pendejo es la
más interesante de este otro-pendejo es que puede transgresión de normas legales o sociales. Pero no
tratase de uno mismo. Todos podemos (¿somos?) se trata de una transgresión cualquiera, puesto que
ser pendejos. el simple incumplimiento de una norma no hace
No obstante, esto nos sitúa en un lugar verdade- que uno sea un pendejo. Se trata de una forma de
ramente privilegiado: podemos ser el otro-pendejo transgresión “ingeniosa”. En ese sentido se dice que
para luego antropologizar el fenómeno1. Se trata el pendejo es “el que la sabe hacer”. Hay un saber
entonces de la posibilidad de reflexionar académi- detrás del acto transgresor cuyo dominio será el es-
camente sobre un sujeto que podría residir en noso- tructurador de acciones que serán calificadas como
tros mismos. Desde esta perspectiva, le exigiremos pendejadas. ¿Cuál es el saber del pendejo? No es una
a la antropología todo lo que pueda dar para poder pregunta sencilla de responder. En líneas generales
comprender(nos) al otro-pendejo. se puede decir que ese saber tiene que incluir míni-
¿Qué elementos hacen distinguible a un pende- mamente el conocimiento de la norma a ser transgre-
jo según el sentido común? ¿Qué tipo de acciones dida. No puede haber transgresión “ingeniosa” sin un
son calificadas como pendejada? ¿Sobre qué base se mínimo grado de consciencia de las normas.
ancla la “existencia” del pendejo? En lo que sigue De las entrevistas que realizamos podemos inferir
haremos algunos apuntes reflexivos para responder que transgresión pendeja puede ser una manifesta-
a estas preguntas que apuntan a entender al pendejo ción de lo que muchos de ellos llamaron «nadie cum-
y que al mismo tiempo sirven como “insumo” para ple nada». El sentimiento generalizado de que todos
construir una antropología de los goces sociales. ¿Por son transgresores pone en una especie de desventaja
qué goce? El concepto de goce, en sentido psicoa- el no serlo. Otro hito representativo de lo que nos
nalítico, no es lo mismo que el placer. Slavoj Žižek dijeron fue que «las normas se han hecho para no
dice al respecto: “El goce está más allá del principio cumplirlas», y no cumplirlas astutamente pues «uno
del placer. Mientras que el placer existe en las coor- no puede ser un cojudo que se deje chapar».
denadas del equilibrio y la satisfacción, el goce es El éxito
desestabilizador, traumático y excesivo […]” (Žižek, Esa transgresión ingeniosa nos lleva al segundo
2006: 110). ¿Por qué el psicoanálisis? Pues porque elemento que define al pendejo: el éxito. No hay
se trata de introducir algunos conceptos psicoanalíti- pendejada sin éxito. El ingenio de la transgresión
cos en clave antropológica, es decir, la idea es usar tiene que ver con el aseguramiento del éxito. Es
conceptos de la teoría psicoanalítica, particularmente más, la consecución del éxito es la posibilidad mis-
la lacaniana-žižekiana, para (re)pontenciar entradas ma de existencia del pendejo, recordemos que el
etnográficas al estudio de los fenómenos sociales. pendejo es «el que la sabe hacer», pues el no lograr-
El texto está organizado en dos acápites genera- lo le lleva a convertirse en cojudo.
les. En el primero presentamos los elementos que De ahí que podemos decir que las acciones del
caracterizan al pendejo según la opinión de algunos pendejo no son improvisadas y realizadas al azar:
jóvenes. Hacemos patentes los rasgos que delinean hay una racionalidad pendeja (que es una manifes-
al pendejo y que además permiten su diferenciación tación del saber pendejo). Esta racionalidad hace
de otros goces sociales, lo que no significa que ne- que el pendejo tome lo que está a su disposición
cesariamente se excluya de ellos, dicho de otra for- para el éxito de sus fines, no importa si son perso-
ma, mostramos aspectos que pueden ser propio de nas o cosas. Pero ¿cuál es el fin del pendejo?, ¿de
un pendejo, aunque el “espíritu” pendejo pueda estar qué tipo de éxito estamos hablando? El tipo de éxito
contenido en otros goces sociales. En el segundo, puede ser material y/o simbólico y su fin la satisfac-
ensayamos una interpretación del pendejo en tanto ción gozosa. De ahí que no importa someter, reba-
fenómeno social inmerso en el contexto social gene- jar e incluso atropellar a otros sujetos, pues estos
ral. Para ello tomamos en cuenta la introducción del pueden quedarse con el éxito que con la trasgresión
50 capitalismo a nivel global y peruano para luego vin- ingeniosa se quiere lograr.
Revista de Antropología y otras cosas ANTHROPIA
La complicidad
Ni la transgresión, ni el éxito pueden ser posibles
sin la complicidad de los demás sujetos. En palabras
de Gonzalo Portocarrero, «la transgresión implica
la creación de una complicidad, de una comunidad
que la aprueba y que goza con ella» (Portocarrero,
2004: 192). Para el caso del pendejo es necesario
distinguir entre complicidad activa y pasiva. La ac-
tiva es ser partícipe directamente del acto transgre-
sor del pendejo, contribuir en su realización, cele-
brar con él el éxito y sentir goce por lo hecho. Por
otro lado, la complicidad pasiva significa no actuar
ante la pendejada, mantenerse indiferente ante el
acto transgresor, hacer «como si uno no viera nada»
y, sin embargo, se está en la acción.
La centralidad gozosa del éxito
¿La transgresión, el éxito y la complicidad son Henri Cartier - Bresson
sentido histriónico: es un papel que se ha de inter- tividad del pendejo 2) el desdoblamiento analítico
pretar y re-crear continuamente, un acto que se re- entre pendejo-personaje y pendejada-acción, 3) la
pite pero que no es igual al anterior, un acto que se centralidad gozosa del éxito y 4) la variación en la
re-crea constantemente en la interacción. En suma, percepción. Es decir, la conjunción entre el perso-
el pendejo es performativo. naje que se interpreta y re-crea constantemente, la
Siguiendo esta línea de reflexión, puede ser vá- distinción entre habitualidad y coyuntura, la excesiva
lido distinguir analíticamente al pendejo en tanto búsqueda del éxito y la percepción de facilidad del
personaje y la pendejada en tanto acción4. Dicho en logro del éxito en proporción inversa a la importan-
otras palabras, uno puede ser un pendejo, desem- cia asignada a la transgresión y la complicidad dan
peñar continuamente el papel de pendejo; pero por como resultado que la carga moral implicada en el
otro lado uno puede hacer pendejadas sin asumir pendejo sea más soportable e incluso deseable. No
continua y completamente el papel de pendejo. O se trata de dos morales que colisionan entre sí, sino,
para ser más claro aún, ser pendejo significa obvia- como señala Mujica, de una en constante reacomodo
mente hacer pendejadas, pero hacer pendejadas no estratégico. No es un cambio de morales, sino el uso
significa necesariamente ser pendejo habitualmen- de una sola sometida a los criterios señalados en 1,
te. Unos son más pendejos que otros5. 2, 3 y 4 que operan explícita e implícitamente en la
La distinción analítica es válida y necesaria por- subjetividad de los actores. De manera que lo que
que, además de reforzar la performatividad del pen- tenemos es lo que Mujica llama un “Juego de valo-
dejo, permite dos niveles de reflexión: el de habituali- res morales performativos” que hace que los sujetos-
dad permanente y el coyuntural contingente. De ma- pendejos actúen sin remordimiento (Mujica, 2006:
nera que un sujeto puede ser pendejo habitualmente 54)6.
mientras que otros pueden serlo ocasionalmente. El
primero ha construido un personaje-pendejo y el otro 2. ¿Qué pendejo eres?: Síntoma, ideología y ca-
realiza una acción calificable como pendejada sin pitalismo
asumir al personaje-pendejo completamente, o, si se Un síntoma, en la teoría psicoanalítica, es “La
prefiere, se convierte en un pendejo ocasional. Unos parte que, aunque inherente al orden universal exis-
ejemplos aclararán esta distinción. tente, no tiene un ‘lugar adecuado’ dentro de él”
Cuando un sujeto es conocido por ser infiel con- (Žižek, [2000] 2002: 185), “es un elemento que -
tinuamente a su pareja sentimental, o por tener va- aunque la no realización del principio [estructura-
rias relaciones de corta duración se le califica de dor] universal en él parezca depender de circunstan-
pendejo: es reconocido como una persona que nor- cias contingentes- tiene que mantenerse como una
malmente actúa como pendejo y que propicia los excepción, es decir, como el punto de suspensión
actos calificables como tal, es decir, ha asumido un del principio universal: si el principio universal se
personaje que le confiere una identidad: el de ser aplicara también a ese punto, el sistema universal en
pendejo. Si, por otro lado, un sujeto tiene la ocasión sí mismo se desintegraría” (Žižek, [1998] 2005: 176
de infringir una norma, sea legal o social, como la y 177, el énfasis es del autor). El síntoma además es
de no hacer una cola y buscar a un conocido que un “Mensaje codificado que hay que descifrar por
esté próximo a los primeros lugares y acomodarse medio de la interpretación” (Ibíd.: 214). Žižek cita
junto a él, decimos que ha hecho una pendejada. como ejemplo la demostración que hiciera Hegel
Esto, evidentemente, no significa que la frontera sobre la inevitabilidad de la existencia de la plebe
entre uno y otro sea rígida. Se puede dejar de ser en sus fragmentos dedicados a la sociedad civil en
pendejo habitual y ser uno ocasional o viceversa. “La filosofía del derecho”. La mala administración
La pregunta que surge sería ¿es la pendejada un pa- social, inadecuadas medidas gubernamentales o
pel que puede no ser desempeñado? (respondemos una suerte desafortunada de la economía no son la
esta pregunta al final del texto) causa de la existencia de la plebe, sino que la propia
La performatividad de la moral dinámica estructural de la sociedad civil inevitable-
Decíamos al inicio del acápite que la pendejada mente origina una clase excluida de los beneficios
de ser repudiable pasó a tornase normal e incluso que genera esta sociedad. De manera que la plebe
deseable. Pero, ¿en qué radica esa normalidad o esa es un elemento inmanente a la sociedad civil, pero
deseabilidad? ¿Se trata de una doble moral de los su- que al mismo tiempo niega su principio universal
jetos entrevistados? Cuatro de las cosas que ya vimos (Žižek, [1998] 2005: 177).
52 hay que conjugar para resolver esto: 1) la performa- Propongo pensar al pendejo como un síntoma.
Revista de Antropología y otras cosas ANTHROPIA
Alexander Rodchenko
tamos inmersos y no calificar al pendejo como un
error de este contexto. Es decir, pensar al pendejo
en términos de síntoma es pensar parte de la socie-
dad en sí misma: no está fuera de ella ni es un epife-
nómeno de la misma, sino que se trata de un hecho
inmanente y concomitante a la propia estructura-
ción de la sociedad. ¿Cuál es nuestro actual orden
universal? ¿Cuál es el principio universal estructu- noventa haciéndose “natural” en la atmósfera cultu-
rador de nuestra cotidianeidad? ral de nuestra sociedad (Ibíd.).
El derrumbe de las utopías socialistas significó ¿Hay alguna relación entre el discurso exitista y
la penetración del capitalismo en prácticamente el pendejo? La relación es que en tanto la búsqueda
todo el mundo y la implementación de las refor- del éxito es central en la estructuración del pendejo,
mas neoliberales en casi todos los países. En nues- este puede ser pensado como la radicalización del
tro país ocurre esto en los años noventa luego del discurso exitista del que nos habla Portocarrero. En
desastroso primer gobierno de Alan García (que, a efecto, si nuestra atmósfera social nos hace respi-
menudo se olvida, fue el derrumbe de un socialismo rar la búsqueda del éxito como un estructurador de
en clave aprista) y la llegada al poder de Alberto nuestra identidad, el pendejo no sería sino la mani-
Fujimori. Pero no debemos entender la penetración festación exacerbada de esta identidad. Es más, si
del capitalismo sólo en sentido económico: todo un sujeto que llega a ser exitoso en esta atmósfera
cambio implica, entre otras cosas, la “implementa- por el “buen” camino se sentirá complacido de ha-
ción” de una ideología dominante (hegemónica)7. ber logrado ser un hombre de éxito; en cambio si se
Toda ideología dominante funciona con una ob- opta por la transgresión como mecanismo de con-
nubilidad (in)consciente en los sujetos: se buscan secución del éxito se obtendrá, como vimos antes,
racionalizaciones incluso para aquellos fenómenos la satisfacción gozosa de haberlo logrado. En suma,
que contradicen el sentido común ideologizado8. el pendejo no es más que el síntoma del capitalismo
En este sentido podemos decir que la ideología es tardío.
al mismo tiempo ideologizante. Por ponerlo en len- Pero si el pendejo es un síntoma, es decir, la
guaje bourdieuniano, se trata de una ideología ideo- parte inherente al orden universal capitalista sin
logizada predispuesta a funcionar como ideología “lugar adecuado” dentro de él, ¿quiere decir esto
ideologizante. De manera que hay que entender la que porque hay capitalismo hay pendejo? Obvia-
ideología hegemónica neoliberal como un tipo de mente no. Haciendo eco del ejemplo hegeliano de
habitus9 del sistema capitalista tardío operando en Žižek, el plebeyo existe porque la propia dinámica
la atmósfera del mundo social. estructural de la sociedad civil inevitablemente ori-
Una de las manifestaciones de la ideología del gina una clase excluida cuya “materialización” es
neoliberal es la de buscar el éxito10. De hecho, uno la figura del plebeyo. Por ello que este tenga que
de los modelos de identidad que construye Gonzalo ser inmanente a esa sociedad: tiene que ser un sín-
Portocarrero a partir de los sentidos comunes vi- toma. Lo mismo ocurre para el caso del pendejo.
gentes entre jóvenes es lo que llama discurso exi- La atmósfera ideológica exitista de nuestra socie-
tista. Este hace referencia al hombre de éxito cuyo dad etructurada por el capitalismo, inevitablemente
objetivo es la consecución del éxito económico y origina una clase excluida del éxito cuya materia-
social. A decir de Portocarrero, un hombre de éxi- lización subversiva radical es la figura (personaje)
to “se piensa como un individuo que no tiene otros del pendejo. En este sentido, el exitismo funciona
compromisos que no sean los que él deliberada- como un significante flotante cuyo “punto nodal”
mente acepta. […] no asume ningún deber para con (Žižek, [1992] 2001: 125), es decir, la fijación radi-
los demás, existe como un individuo responsable cal de su significado, se realiza en/con el pendejo.
sólo de sí mismo. […]. La solidaridad deja de ser Los significantes flotantes en la teoría piscoanalíti-
una obligación para convertirse en una preferencia” ca lacaniana son elementos presentes en el espacio
(Portocarrero, 2001: 23 y 24, los énfasis son míos). ideológico “´sin amarrar´, […], cuya identidad está
Es más, la proliferación de este discurso, siempre ´abierta´, sobredeterminada por la articulación de
siguiendo a Portocarrero, se inició en la década del los mismos en una cadena de otros elementos –es 53
ANTHROPIA Revista de Antropología y otras cosas
decir, su significación ´literal´ depende de su plus orden universal y sólo en este sentido. Ahora una
de significación metafórico.” (Ídem.). Dicho en tér- pregunta más: ¿siempre ser pendejo sería negati-
mimos simples, el ser pendejo encuentra un terreno vo? Hay momentos, como señala Portocarrero, en
fértil dentro del capitalismo no sólo por el discurso que “La transgresión es también una resistencia a
exitista que este origina, sino sobre todo porque le la mentira y la injusticia” (Portocarrero, 2004: 16),
es inmanente en tanto que es el punto nodal en el pero, como bien puntualiza este autor, “Siempre y
que se ancla el significante flotante exitista. De ma- cuando no se convierta en sistemática, la transgre-
nera que hay pendejo porque flota el exitismo en la sión ‘prudente’ es un camino a una individualiza-
atmósfera capitalista. ción reflexiva que implica no convertir a la ley en
Teniendo en cuenta todo lo antedicho, ahora sí un fetiche” (Ibíd). Con esto se entiende mejor por
podemos responder la pregunta que planteamos qué la pendejada puede ser incluso un acto desea-
antes, a saber: ¿es la pendejada un papel que pue- ble y una moral performativa. Una última pregun-
de no ser desempeñado? La respuesta es ¡no!, en ta se desprende de toda nuestra reflexión: ¿qué tan
el sentido de que es el síntoma de nuestro actual pendejos somos?