Está en la página 1de 5

asombrosa. Resulta importante y Diría que a Simmel están dedi- paisaje.

Después se aprovecha y
revelador, de pronto, el asiento cadas las mejores páginas, si no se disfruta de mejor modo la lec-
que Lucaks ocupaba en clase, el fuese porque es difícil decidir; sí al tura pausada y repetida, de años
nerviosismo de Ortega en una menos las que de manera más in- acaso. Como ese extraño mo-
noche particular, un parentesco mediata y apremiante se refieren mento de nuestra historia inte-
remoto, un lío de faldas. Porque a nosotros. Gil Villegas encuentra lectual, el libro de Francisco Gil
con esos materiales adquieren las en Simmel la mejor manera de Villegas puede ser inagotable. <
ideas consistencia: de ellos de- afrontar la tragedia de la cultura
pende la última, decisiva cohe- moderna: un hallazgo, una revela-
sión de un punto de vista. Algo ción que define el contenido inte-
que uno descubre, que uno en- lectual de ese segundo momento CHRISTOPHER DOMÍNGUEZ
tiende sin apenas saber cómo, al decisivo en la historia intelectual MICHAEL
pasar y de propina, sin la pesadez de la Modernidad. Y que todavía
ni el ingenuo rigor de un modelo nos concierne, de manera igual-
teórico. mente grave si no más. B IO G RAF ÍAS DE S PINOZA
Todo en el libro apunta -pa- Ese es seguramente el gran te-
rece apuntar- hacia Martin ma del libro, que acompaña como
Heidegger; y eso puede echar pa- un bajo continuo los agitados
ra atrás incluso a los especialistas, contrapuntos del relato de la vida
que son gente de buenas tragade- universitaria alemana de princi-
ras e insomnios pertinaces. Por- pios de siglo. Lo que importa y 0l
que resulta, además, que Heideg- hace falta es discernir los proble-
ger era en efecto tal como lo mas, los sobresaltos, las preguntas Yurmiyahu Yovel, Spinoza, el marrano
pinta la leyenda: de un rigor in- que se propuso aquella genera- de la razón, Anaya /Muchnik, Barcelo-
franqueable, una inteligencia ción que definió, digamos, el na, 1995, 462 pp.
vertiginosa y extática. Sin em- punto de vista de nuestro siglo. El Atiliano Domínguez (comp.), Bio-
bargo, el verdadero protagonista tema de la muerte y el de la buro- grafías de Spinoza, Alianza Editorial,
del libro no es él, ni Lukács ni cracia, el horizonte terrible de la Madrid, 1995, 293 pp.
Ortega tampoco: no, ninguno de ciencia y la técnica, la fascinante
ellos sino ese sigiloso y divertido idea de la decadencia, la deshu- urante medio milenio,
duende (“ardilla filosófica”, decía
Ortega) que fue Georg Simmel.
manización y, por supuesto, el
Tiempo.
Mi favorito es, no obstante, el
breve capítulo dedicado al ensayo
D gracias a la tolerancia mu-
sulmana, España fue el
centro floreciente de la judería
europea. Y tan pronto como los
como forma literaria. En él se cristianos empezaron a vencer a
anudan muchas cosas, se resuel- los moros, el judaísmo retrocedió
ven varios de los acertijos que dramáticamente. En 1391, un si-
ofrece el libro; hay también un glo antes de la expulsión, la turba
tramo verdaderamente emocio- sevillana protagonizó un motín
nante en que se relata el encuen- antisemita que se extendió por to-
tro con Ortega y Heidegger, tan- da Andalucía. Miles de judíos fue-
tos años después. Pero lo más ron arrastrados hasta la pila, don-
llamativo son los trazos radicales, de aceptaron el bautismo para
de una simplicidad renacentista salvar la vida. Hubo pocos casos
con que se bosqueja la vocación de martirio. Hacia 1412, San Vi-
temperamental para el ensayo y cente Ferrer aterrorizaba a los ju-
sus encadenadas, inapreciables díos atravesando sus vecindades al
consecuencias intelectuales. frente de un tropel de monjes fla-
Por sus dimensiones, por el te- gelantes. Y el antipapa Benito XII
ma, parecería natural sugerir una organizó la disputa de Tortuosa,
lectura pausada y minuciosa. espectáculo teológico donde se
Creo, sin embargo, que conviene obligaba a los rabinos a discutir
leerlo de un tirón, a saltos inclu- con los judíos renegados, llamados
so, y un poco desordenadamente: desde entonces “cristianos nue-
tenerlo a la vista todo, como un vos” o marranos. La mayoría se ha-

34 VUELTA 246 MAYO DE 1997


bía convertido al cristianismo de marrano de la razón (1989) la tra- vía bajo el gobierno liberal de Jan
buena fe. Algunos lo hicieron por ma biográfica de un joven judío de Witt (1625-1672). Holandés
atrición y no fueron pocos quie- que rompió, al mismo tiempo, por solidaridad política, Spinoza
nes siguieron practicando la ley con el Antiguo y el Nuevo Testa- se sintió desolado cuando los mo-
mosaica en la clandestinidad. mento. La hipótesis manejada nárquicos asesinaron a De Witt
Los marranos conservaron su por Yovel no es nueva: ya fue ex- para restaurar a la casa de Orange.
poder económico hasta 1449 cuan- puesta por Gabriel Albiac en La Se ignora el grado de privanza que
do los cristianos viejos de Toledo sinagoga vacía. Un estudio de las hubo entre Spinoza y De Witt pe-
reiniciaron los pogromos. La pure- fuentes marranas del espinosismo ro el patricio republicano fue deci-
za de sangre, bandera del antise- (1987), pero en esta biografía sivo para la imaginación política
mitismo, fue considerada un es- queda plasmada mediante el do- del filósofo. Spinoza escribió en
cándalo teológico por el rey y por ble propósito de ofrecer una vida latín y su holandés era defectuoso.
el papa. Era una herejía que nega- y una interpretación. Hijo de un comerciante aco-
ba la efectividad del bautismo y La conciencia marrana, según modado que fue parnas (anciano o
excluía del canon de la cristian- Yovel, fue un vivero de la crítica mayor) de la comunidad de Ams-
dad a todos los conversos desde moderna. Los letrados marranos, terdam, Baruch Spinoza (no veo
los evangelistas y San Pablo. Pero judíos educados como cristianos razón de peso para hispanizar su
un siglo después la pureza de san- que regresan al judaísmo, comuni- nombre y apellido) recibió la edu-
gre reclamada por los cristianos dad a la que pertenecen pero cu- cación judía tradicional: hebreo,
viejos quedó estatuida como fun- yos símbolos y valores ya no com- escriturística, Talmud y filosofía.
ción principal del Santo oficio de parten, vivieron el drama de una Huérfano a los veinte años, probó
la Inquisición. El triunfo de la Re- mente escindida que acaba por fortuna en los negocios familiares,
conquista en Granada provocó el dudar del legado testamentario y sin dejar de asistir a la escuela re-
éxodo de cien mil judíos hacia la se aferra a formas revolucionarias ligiosa del rabino Saúl Levy Mon-
otra orilla del río Tajo, donde el de racionalidad. Yovel estudia a teira, donde conoció al sabio Me-
nuevo imperio portugués necesi- los precursores de Spinoza que vi- nasseh Ben Israel, cuya tertulia
taba de sus habilidades financie- vieron esa tragedia intelectual. reunía a los judíos cultos del país.
ras. Manuel 1, flamante rey de Uno de ellos fue Uriel Da Costa, Fue allí donde escuchó la desgra-
Portugal, les ofreció a los hebreos que de cristiano-no-cristiano pa- ciada historia de Da Costa y reci-
la inmunidad por una generación so a ser, en Amsterdam, un ju- bió las influencias del doctor Pra-
a cambio de una conversión ape- dío-no-judío, para acabar suici- do, marrano español, y de Isaac La
nas formal al catolicismo. Y du- dándose cuando Spinosa tenía Peyrère, un calvinista heterodoxo
rante el siglo XVII, los marranos ocho años. Es probable que el ni- que predicaba la unión entre cris-
salieron de Portugal, reintegrán- ño Baruch estuviera entre los ra- tianos y judíos. No sabemos cómo
dose al judaísmo en Bayona, Tou- paces que apedreaban al doble he- maduró la decisión del joven Spi-
lose, Venecia, Londres y Amster- reje por las calles de la judería. El noza de romper públicamente con
dam. En esa ciudad holandesa se doctor Juan Daniel de Prado, ami- la Sinagoga.
refugiaron los padres del filósofo go de Da Costa, dijo de él: “Es so- Un día del otoño de 1655, qui-
Baruch Spinoza, nacido en ‘di- lo a ti a quien acaeció ser falso zá tras haber sufrido un atentado
ciembre de 1633. cristiano donde no podías ser ju- saliendo del teatro, Spinoza negó
“Todo filósofo”, escribió Berg dío y judío falso donde podías ser- la ley mosaica. Seis meses antes
son, “tiene dos filosofías: la suya y lo sincero.” aún acataba las devociones comu-
la de Spinoza”. Esta frase nos re- Amsterdam era, a mediados nitarias. El 27 de julio de 1656 se
mite a la vida simple y misteriosa del siglo XVII, lo que para nuestra da lectura a la excomunión de
del primer intelectual plenamen- centuria serían Viena o Nueva Spinoza “con todas las maldicio-
te moderno, el discípulo holan- York, capitales de una inteligencia nes escritas en la Torá: maldito
dés de Descartes que negó toda judía abierta a la modernidad. Los sea de día y maldito sea de noche,
autoridad mistérica a las Sagradas judíos holandeses estaban a mun- maldito en su reposo y maldito en
Escrituras, desligándose franca- dos enteros de distancia de los su vigilia”.
mente tanto del judaísmo como guetos de Europa oriental, como Cualquier excomunión es una
del cristianismo, postulando un los reformados de esa república vi- lectura poco edificante. Mas Yo-
Dios necesitado de sí mismo’y vi- vían lejos de la Suiza calvinista. ve1 se cuida de explicar que esa
sible a través de las leyes de la na- Aquel hervidero de herejías, sitio proscripción (herem) era habitual
turaleza. El profesor israelí Yirmi- donde se encontraron el Renaci- en Amsterdam. Castigaba cual-
yahu Yovel explica en Spinoza, el miento, la Reforma y las Luces, vi- quier conducta, por insignificante

M AYO DE 1997 V U E L T A 246 35


que hera, que violáse la Ley. Rara el ateísmo “malvado, monstruoso dico calvinista Lucas confiesa que
vez se aplicaba a herejes o blasfe- e impío” del biografiado, pero ex- “es sorprendente que haya que
mos. En el caso de Spinoza fue presan una morbosa y al final ren- ocultarse para escribir una vida,
una medida disciplinaria interna dida admiración por él. Pierre como se hace para cometer un cri-
que segregaba a un impío. Una B ayle ( 1647-l706) primer enci- men. Pero, sobre todo, si esos
acusación de ateísmo contra un clopedista, que había pasado sin grandes hombres se han hecho cé-
judío desprestigiaba a una comu- é xito del protestantismo a la Igle- lebres por vías extraordinarias y
nidad bullente bajo la protección si a Católica para morir repudiado desconocidas al común de los
del gobierno de De Witt, que de- P or ambas confesiones, sufre co- mortales... Pero cualquiera que
fendía la libertad de investigación m o un condenado frente a la sea el riesgo que se corra en tan
en las universidades y la toleran- altracción de Spinoza. No creo que espinosa tarea, bien poco prove-
cia religiosa en la vida pública. 1a historia occidental registre un cho habría sacado yo de la filoso-
Spinoza, a diferencia de los here- C aso similar. Spinoza, que aterraba fía de aquel cuya vida y máximas
jes cristianos, no conocería prisio- a las conciencias más ilustradas, me propongo describir, si temiera
nes ni sufriría la hoguera. Los ju- nunca provocó una sola calumnia asumirlo. Temo poco a la furia del
díos decretaron únicamente su de orden personal. Tras condenar pueblo.”
muerte civil. Más tarde Spinoza si n taxativas su obra, los biógrafos Spinoza, que en vida sólo pu-
abandonó Amsterdam y se insta16 confiaban que a pesar de ésta, ha- blicó un opúsculo sobre Descar-
en una ciudad más benigna, La bía sido un hombre intachable tes y el Tratado teológico-político
Haya. Heine, uno de sus mejores dominado por la bondad, la tem- (1670) anónimo y con falso pie
lectores, revirtió la paradoja del P lanza y el desinterés, fumador de de imprenta, había creado en su
marrano: “Los gentiles tuvieron la P ipa cuya única maldad era captu- persona un nuevo tipo de pensa-
generosidad de asegurarle el título rar moscas para dejarlas caer, in- dor, el investigador solitario e in-
de judío del cual los judíos lo ha- válidas, en la tela de la araña. dependiente ajeno a todas las
bían privado.” Para aquellos comentaristas es- iglesias. Inclusive, el propio Spi-
La leyenda de Spinoza co- cribir sobre Spinoza era una faena noza se considero indigno de dar
mienza en este punto, presentán- d ifícil de librar. ¿Cómo condenar cátedra en Heidelberg, donde fue
dolo como un pintoresco sabio un sistema diabólico mostrando a invitado, pues no deseaba poner
medieval que pulía lentes para so- su creador como un santo? El mé- en riesgo la tranquilidad de sus
brevivir. Sabemos que la óptica
era una ciencia nueva que le apa-
sionaba. Es probable, dice Pierre
Bayle, que el polvo vítreo acelera-
se la tuberculosis que lo mató a los
cuarenta y cuatro años. Y gracias a
las cinco antiguas Biografías de
Spinoza compiladas por Atiliano
Domínguez, corroboramos que
Spinoza fue un becario sostenido
por un puñado de amigos que cu-
brían sus frugales necesidades.
Las Biografías de Spinoza son
una lectura de interés para acom-
pañar El marrano de la razón. Ati-
liano Domínguez, competente
editor y traductor de las obras spi-
nozianas (Alianza Editorial), reu-
nió los textos de Jarig Jelles
(1677) Pierre Bayle (1697 y 1702)
Kortholt hijo (1700) Colerus
( 1705) y Lucas (1719) sobre el fi-
lósofo. Salvo el primero -escrito
por el albacea y prologuista de la
Opera póstuma de Spinoza- to-
dos los relatos pretenden refutar

36 V UELTA 2 4 6 MAYO DE 1997


eventuales estudiantes, difundien- mo (y más aun en su dispersión tamento fue una religión teocráti-
do una filosofía condenada por to- marrana) prohija una ausencia. ca cancelada por la historia tras la
das las facultades. Confiaba en Ese vacío explica que el origen ju- segunda destrucción del Templo.
que cada quien encontrara, como dío de Marx, Freud o Einstein de- El filósofo encuentra en los profe-
él lo había hecho, su propio cami- termine su devoción por la inma- tas hebreos el anuncio de los crí-
no hacia la razón, que no la ver- nencia, atribuyendo a la historia, menes del cristianismo; también
dad. Más cercano a Galileo que a el inconsciente o el universo las lee en la Biblia el anhelo de la ar-
Voltaire, Spinoza prefirió compar- potestades del creador. Spinoza monía universal. Por ello Nietzs-
tir su sabiduría con un puñado de sabía que la mera observancia de che y Marx se hermanan ante
oscuros elegidos con los cuales los ritos permite leer el envés de Spinoza: el Eterno Retorno dra-
sostuvo una voluminosa corres- las religiones, penetrando en una matiza la inmanencia o el mus
pondencia. realidad armoniosa ante la que economicus sustituye al mos geome-
La segunda parte de El marrano Erasmo y Descartes retrocedieron tricus
de la razón, de Yovel, sigue la in- horrorizados. Sin trascendencia, Pero si Spinoza criticó el pro-
fluencia de Spinoza en el pensa- la salvación es innecesaria. Que- fetismo hebreo, él mismo profe-
miento moderno, tarea un tanto da el hermoso espectáculo de la tizó el Estado de Israel. La circun-
desmesurada que el profesor cum- Creación. cisión, dijo en el Tratado teológi-
ple ajustadamente. Acaso sea pre- El filósofo holandés no creía, co político, garantiza por sí misma
ferible un libro más concentrado como se le interpreta abusiva- la continuidad del judaísmo, cuya
C O m O PO r Un Spinoza radical (FCE) mente la frase de Leibniz, que el secularización podría resultar en
de Paul Wienpahl, traducido por nuestro fuera el mejor de los uni- una forma estatal. Spinoza, arries-
Adolfo Castañón en 1990. versos posibles. Su crítica de las ga Yovel, secularizó la historia ju-
A falta de una comunidad laica supersticiones judeocristianas fue día sabiendo que ésta minaría su
-el mundo del futuro-hubo Spi- la de un reformador moral, para propia heredad, la civilización
noza de elegir una situación insóli- quien el Estado laico era el justo cristiana: un argumento póstumo
ta: la soledad de la razón, ese labo- medio entre la anarquía y el des- tan fecundo para negar la moder-
ratorio de geometría donde diseñó potismo. Y al decir que la virtud nidad como para explicarla. Yir-
su Ética. Yovel localiza con preci- es su propia recompensa, Spinoza miyahu Yovel prefiere terminar su
sión lo que en Spinoza une al ma- crela ingenuamente que las masas libro con Freud, el último de los
rrano con el moderno. En primer serían educadas según la razón. grandes hijos de Spinoza, “su her-
termino, la prudencia (o el fingi- Cuando su portera le preguntó si mano en la falta de fe”, que como
miento) del viejo biblista que in- la religión profesada por ella era la él negó la trascendencia derivada
troduce entrelíneas aquellos versí- buena, nuestro inquilino la tran- de las religiones monoteístas. Las
culos cuya lectura correcta, él lo quilizó con una máxima ecuméni- furias provocadas por Freud, ano-
sabe, incendiara el mundo. No es ca en su día escandalosa: cual- ta el biógrafo, sólo son compara-
que Spinoza haya sido ateo: Hegel quier devoción es útil si se rige bles a las suscitadas por Spinoza.
aclaró que “en él hay demasiado por la ética. A diferencia de Tho- Y el filósofo holandés pudo con-
Dios’!. Una totalidad divina que se mas Hobbes (1588-1679), su her- testar como lo hizo el psicoanalis-
identifica con el universo y con- mano en racionalismo y su enemi- ta vienés: “¿Qué le queda a us-
vierte al Dios testamentario en un go en moralidad, Spinoza creía ted de judío, si abandonó todas
dato histórico, en el espejo donde que la represión política y la vio- las características comunes a su
una mentalidad concreta, obra de lencia religiosa desaparecerían g e n t e ? Mucho, y probablemen-
los hombres, quiso mirarse. gradualmente bajo el imperio de te la esencia.”
Spinoza fue el padre de la críti- la razón. El mundo debería ser co- En 1925 el historiador Joseph
ca bíblica y el filósofo de la inma- mo lo soñó Spinoza, pero desgra- Klausner subió en Jerusalén al
nencia. Esta última, lo subraya ciadamente sigue siendo como lo monte Escopo y proclamó “Ba-
Yovel, está emboscada en el cora- describió Hobbes. ruch Spinoza, eres nuestro herma-
zón de la teología judía. La tras- El marrano de la razón concluye no”. Más tarde fue Ben Gurión,
cendencia hebrea, en apariencia con la polémica situación de Spi- primer ministro de Israel, quien
tan arrebatadoramente mesiánica, noza ante el judaísmo. Tanto los encabezó una campaña para le-
carece de una escatología que in- reformadores judíos como los an- vantar la excomunión de Spinoza.
volucre el alma individual y su tisemitas abrevaron en Spinoza y Y obtuvo que en 1953, el rabino
salvación. Sin el castillo de la re- ambos tienen buenas razones para Yitzhak Haleví Herzog, haciendo
velación cristiana, con sus mora- sentir saciada su sed. Según Spi- una interpretación sutilísima del
das divinas e infernales, el judaís- noza el judaísmo del Antiguo Tes- anatema contra Spinoza, autoriza-

M AYO DE 1997 V UELTA 246 37


ra la lectura de su obra. No hay tores y explicar las características
actualmente una institución nor- E RNESTO H ERN Á NDEZ B USTO del mundo bucólico a partir de la
mativa en el judaísmo, aclara Yo- visión pastoril (monofocalismo
vel, que pueda ratificar o levantar abstracto, primitivo, utópico, que
el edicto de 1656. Acaso esa sea la LOS PASTORES SIN OVEJAS “ignora el principio de realidad
victoria postrera de Spinoza entre implícito en la visión estereos-
los judíos. El actual museo hebreo cópica”).
de Amsterdam, invocando el Ac- Si antes el mundo bucólico se
ta de Igualdad Civil de 1796, que De Fabio Morábito reducía al paisaje, convertido a su
declara la libertad de todo judío vez en la coartada de algún propó-
para decidir que expresión dar a b sito exterior, ahora, visto desde
su condición, honra la memoria las características de los persona-
de Spinoza. CNCA El Equilibrista, México, 1996, jes que lo recorren, ese mundo ad-
Baruch Spinoza murió el 21 de 229 pp. quiere un perfil menos estrecho,
febrero de 1677. Arthur Schopen- una autonomía imaginaria. Su

M
hauer se glorió de haber nacido el e llama la atención que quietud (que no es sinónimo de
22 de febrero de 1788, es decir, tres de los mejores li- inmovilidad) se transforma en el
cien años más un diez por ciento __ bros de ensayo publica- correlato de un cuerpo sin órga-
y un décimo de tal porcentaje, dos el año pasado (El salón de los nos, sin apetitos, sin pasiones,
comprobando que sumando un espejos encontrados de Jaime Mo- destinado al lamento y a la reco-
uno a las cifras del día de su óbi- reno Villarreal, Retrato hablado de lección. Aunque luego Morábito,
to, se obtenía la fecha de naci- Francisco Segovia y Los pastores en un incomprensible arrebato
miento del amantísimo discípulo. sin ovejas de Fabio Morábito) per- sociológico, afirme que “la aboli-
Más allá de las interesadas (y tenezcan a autores de la misma ción del pasado histórico que rea-
exactas) numerologías schopen- generación y se ocupen de un te- liza la alta burguesía del Quattro-
hauerianas, sabemos que Spinoza ma lo bastante amplio como para cento obliga (?) en el terreno de la
dejó al morir escasos bienes ma- permitir numerosos acercamien- imaginación artística a postular
teriales y una biblioteca de 159 tos: la percepción, la relación en- un cuerpo sin herencias ni deter-
tomos, entre los que destacan, tre el mundo de los sentidos y el minaciones”.
ecos de la España perdida, los mundo de la letra, la imagen lite- Un purista de la crítica bucó-
Quevedo, los Saavedra Fajardo y raria. lica (T. G. Rosenmeyer, T. P. Ha-
los Góngora. El ejemplar autó- De los tres libros, el de Morá- rrison, W. J. Kennedy...) podría
grafo de la Etica fue vendido a bito parece ser el esfuerzo más sis- hacer notar que en ocasiones Mo-
Leibniz, el único contemporáneo temático, más ambicioso, puesto rábito descuida demasiado el pai-
ilustre de Spinoza que se atrevió, que se presenta como el recorrido saje para concentrarse en sus pa-
en 1676, a visitarlo. por una de las imágenes más per- seantes, pero también es posible
El filósofo fue enterrado en la sistentes de la literatura, elevada contrargumentar que en la litera-
Nieuwe Kerk, en una fosa común a la categoría de Arquetipo: la tura moderna el personaje ha ga-
y alquilada. Años después un pas- Arcadia, el tema de la ensoñación nado importancia en detrimento
tor protestante se tomó la moles- bucólica y sus prolongaciones en de la escenografía (véanse, por
tia de escribirle el siguiente epi- una serie de géneros literarios mo- ejemplo, los ensayos de William
tafio: “Escupid sobre esta tumba. demos o incluso en delirios políti- Empson: Some Versions of Pasto-
Aquí yace Spinoza. Pluguiera a cos, como el nazismo. A contra- ral). Por eso el hilo conductor del
Dios que también su doctrina es- corriente de una serie de estudios libro de Morábito no es tanto un
tuviera aquí enterrada. Entonces que se limitan a ver el ideal arcá- paisaje y sus características como
esa pestilencia no envenenaría dico como trasfondo de algún una serie de encamaciones o per-
más el alma. Beneditus Spinoza, otro “contenido” (el amor cortés, sonajes mitológicos y literarios
judío renegado, que combatió la doctrina neoplatónica, la corte donde “lo bucólico” reaparece mi-
con saña al mismo Dios. Jamás en clave...), este ensayo analiza al metizado bajo diversas formas de
produjo el infierno monstruo más mismo tiempo las características monofocalismo: Polifemo, el Ca-
impío, ya que renegáis de aquel de la Arcadia y las de sus habi- ballero Andante, el Científico
ante el cual los mismos diablos tantes. Si desde Curtius se nos ha- verneano, Don Juan, Drácula, Hi-
tiemblan. ¿Quién os iguala en bla de la características del locus tler, Hermes, Filoctetes...
perversidad? Yo afirmo que lo ig- amoenus, Morábito prefiere ver El problema no es (como escri-
noro.” 6 ese paisaje con los ojos de los pas- bió algún reseñista despistado)

38 V UELTA 246 MAYO DE 1997

También podría gustarte