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La Biblia como

preparación a la
liturgia
La función de la Biblia en la liturgia:

 A través de las oraciones.

Ellas están verdaderamente “inspiradas” en el


lenguaje y en los conceptos bíblicos, tan evocativos de
las maravillas de Dios y tan pedagógicos. Esta es una
riqueza, que no debiéramos descuidar en una buena
catequesis litúrgica. Y no sólo las oraciones, también
los himnos, los signos, la asamblea, etc. Todas estas
realidades simbólicas de la liturgia están impregnadas
por el espíritu bíblico. Y no sólo esto, sino hasta el
vocabulario y conceptos bíblicos.
Tienen una capacidad de evocación tal que, quien no
esté familiarizado con el mundo bíblico, se pierde de
una gran parte del mensaje litúrgico. (SC 24).

24. En la celebración litúrgica la importancia de la Sagrada Escritura


es sumamente grande. Pues de ella se toman las lecturas que luego
se explican en la homilía, y los salmos que se cantan, las
preces, oraciones e himnos litúrgicos están penetrados de su espíritu
y de ella reciben su significado las acciones y los signos. Por
tanto, para procurar la reforma, el progreso y la adaptación de la
sagrada Liturgia, hay que fomentar aquel amor suave y vivo hacia la
Sagrada Escritura que atestigua la venerable tradición de los
ritos, tanto orientales como occidentales.

Por ejemplo ¿Cómo se profundizaría el sentido


sacrificial de la Santa Misa, si no se entendiera, al
menos, el vocabulario sacrificial del Antiguo
Testamento, incluso de la carta a los Hebreos, o si se
desconociera la celebración de la Pascua judía?
¡Mucha gente asiste a del Nuevo Testamento!
Misa y no sabe nada
de esto! En fin, que la Sagrada
Escritura es una
excelente preparación
¡Cómo se enriquecería
para
nuestra vivencia
comprender, gustar y
litúrgica si se
vivir la
comprendiera, por
liturgia, pues, los
ejemplo, la simbología
signos no pueden ser
profética (acciones que
comprendidos más que
son símbolos) o la
a la luz de toda la
simbología
Escritura.
apocalíptica, que tanto
influyó en la formación
A modo de ilustración, se ofrecen a
continuación algunas de las oraciones
que se rezan, invocan o cantan en la
Eucaristía, en las que podemos
apreciar el contenido bíblico que
tienen. No olvidemos que la Eucaristía
hunde sus raíces en la Biblia:
1) En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Invocación que se hace a la Santísima
Trinidad, en cuyo nombre la Iglesia se reúne y
ora, mientras se hace la señal de la cruz. En
parte, la expresión y su sentido están sugeridos en
Mt 28,19 y Col 3,17.

2) ¡Señor, ten piedad! (En griego, Kyrie eleison).


Expresión que se encuentra en los evangelios (ver
Mt 15,22; 20,30), mediante la cual pedimos a Dios
su perdón.
3) ¡Gloria a Dios en el cielo! Himno de alabanza a
Dios, cuyo inicio está tomado del canto que
entonarón los ángeles, allá en Belén al nacer
Jesús (véase Lc 2,14).

3) ¡Aleluya! Aclamación hebrea, típica de varios


salmos (véase 111-117), que significa “alabad a
Yahvé”, es decir, al Señor.
5) ¡El Señor esté con vosotros!. El sacerdote dirige
cuatro veces este saludo a la asamblea. Alude al
nombre mesiánico de Emanuel (“Dios con
nosotros”), atribuido a Jesús (véase Is 7,14; Mt
1,23), y a la promesa de Jesús Resucitado de
estar con los suyos todos los días (véase Mt
28,20).

6) Credo. Profesión de fe, que proclama los


acontecimientos salvadores fundamentales
revelados en la Biblia.
7) ¡Santo, Santo, Santo! Proclamación de la
santidad de Dios, tres veces santo y digno de toda
alabanza y bendición. Recoge un texto de Isaías
(Is 6,3) y la aclamación jubilosa y alegre del
¡Hosanna! (que significa “Salva, pues”), con que la
gente recibió a Jesús, cuando entró a Jerusalén el
domingo de ramos (ver Sal 118,25-26; Mt 21,9).

8) “Cordero de Dios”. Invocación a


Jesucristo, llamado así por Juan Bautista (Jn
1,29.36). El título referido a Cristo también
aparece en el libro del Apocalipsis, al menos 29
veces. Cristo es el Cordero de Dios, que por su
sacrificio, borró los pecados del mundo.

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