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Pulsion – Fundamentos de la clínica psicoanalítica

Freud: drang: no empuje, sino fuerza constante. Es una fuerza constante detrás del Ello. Para
Freud viene del interior, viene del cuerpo, y está inhibida en su fin.

La pulsión es un concepto. Elementos: Fuente: partes del cuerpo donde surge la fuerza (zonas
erógenas)., drang, objeto y meta.

Somos seres parlantes, la pulsión viene del Otro. Del código de los significantes.

Está sujeta a variaciones. Variaciones del lenguaje, agrega Nelli ragonese, variaciones de la
lengua, lengua = como apresamos el lenguaje. Lenguaje = eso que circula, general.

Y la presenta como un montaje de esos 4 elementos: esa fuerza constante exige siempre
satisfacción. Exige esta satisfacción de maneras no tan claras.

Cita: p. 173 de Seminario de Lacan. Segundo y tercer párrafo.

Lo único que exige la pulsión es satisfacerse. Se satisface de una sola manera con Freud o
lacan: la descarga. Porque lo que produce el estímulo, vía la palabra, en el cuerpo, es la
excitación.

Pregunta: ¿cómo la pulsión deviene goce?

El goce es una satisfacción sufriente, mortífera. Aunque también hay uno que es vivificante.

La pulsión es una ficción que marcha mientras vivimos, todo el tiempo. Nos impulsa a hablar.
La pulsión no tiene sujeto y no hace sujetos.

La pulsión pasa por los orificios: el hambre pasa por la boca. Pero cuando el alimento llega,
este ya está trabajado por el significante. El montaje de cuatro términos de la pulsión se
establece de entrada. Por esos estímulos que vienen del otro. Y cuando el niño hace un sonido,
se pone en marcha la pulsión. Pero esto no podría producirse sin la libido materna, en este
sentido se dice que la madre libidiniza el cuerpo del enfans, a partir de la libido materna los
estímulos de significante del otro van a resonar en el cuerpo. Ahí ya funciona el montaje de la
pulsión.

Hubo un momento de ilusión donde se estbaa completo: en la placenta. Venimos de entrada


con una perdida, nacemos en la absoluta idermidad en que nos deja el cruce del cuerpo con la
lengua, porque nos hace ganar en satisfacción, pero entro la lengua y se pierde lo natural del
cuerpo.

Lo que es un problema para la pulsión, es la meta, dice Lacan. Donde supuestamente se debe
satisfacer. Ahí aparecen los engaños. La meta no es la satisfacción inmediata. En cuanto a la
meta se pueden dar diferentes cosas: Vuelta sobre sí mismo: se busca en sí mismo, vuelta
sobre el contrario, represión y sublimación.

El camino imposible de la pulsión es llegar a la meta, a la satisfacción. ¿Por qué? Porque se


mete el lenguaje, como barrera, para que la satisfacción sea inmediata. Hay que dar vueltas,
rodeos, no es inmediata.
Lacan dice que el objeto no tiene importancia, el objeto es un objeto vacío (el objeto a). La
pulsión contornea al objeto.

Hay primeros scantes que hacen resonar el cuerpo, son scantes sueltos, no están articulados a
una cadena, que marcan de todas maneras, hacen resonancia en relación a la satisfacción.
Sobre ellos cae la represión primaria. Lacan: eso reprimido primordial es un scante que
resuena en el cuerpo parcial, en las parcialidades de goce del cuerpo. Resuena en un lugar, en
una parcialidad, en esos primeros scantes que quedan como lo reprimido primordial

La pulsión en cuanto representa la sexualidad en el cuerpo siempre es parcial, le falta al sujeto


aquello que podría presentar en el inconsciente si es macho o hembra. Hay una representación
de algo que se satisface, no hay representación de lo que es ser un hombre o mujer.

Las pulsiones parciales son las maneras en que se regula este sistema pulsional. La sexualidad
pasa por estas pulsiones parciales y se organiza un collage surrealista, dice Lacan.

Del lado del viviente no hay forma de acceso al otro sexo más que por la vía de las pulsiones
parciales. Se busca una satisfacción que sustituya a las perdidas originales, imaginariamente.

Posición del inconsciente: escritos 2 – Lacan. Pulsion: hace recorridos para satisfascerse, pero
en esta búsqueda de un objeto que nunca es, lo hace como para restituir algo de ese objeto
perdido. Pulsión parcial: del lado del viviente, en cuanto ser apresable en la palabra, en cuanto
que no puede nunca finalmente y entero en ese mas aca del umbral que sin embargo no es
adentro ni fuera, no hay acceso al otro sexo opuesto sino por vía de las llamadas pulsiones
parciales, donde se busca que el otro restituya una perdida por ser sexuado.

Del lado del Otro, lugar donde la palabra se verifica, los ideales que soporta, las estructuras
elementales del parentesco, la metáfora del padre, la división siempre vuelta a abrir en el
sujeto en su enajenación primera, de ese lado, el orden y la norma deben instaurarse las
cuales dicen al sujeto lo que hay que hacer como hombre y mujer. No es verdad que Dios los
hizo macho y hembra si esto equivale a decir Adan y Eva, como lo contradice el mito…” etc.
Pero desde la pulsión no se sabe que montaje se va a armar para satisfascerse. Hoy las
múltiples definiciones con respecto a la sexuación dan claro ejemplo de esto.

En la pulsión se nos juega lo más singular, y se nos juega de esta manera. La pulsión tiene tres
tiempos: el mirar-mirarse-hacerse mirar. Es lo que luego entra en la concepción del fantasma,
pero que lo veremos más adelante.

Los primeros encuentros con el scante caen con la represión primaria, pero estos scantes
quedan como marcas de goce, marcas de escritura. Escrituras que marcan los bordes gozantes
del cuerpo escrito para no ser leído y que están presente como letra. La “letra” son estos
primeros scantes que resonaron en el cuerpo, que bajo la represión primordial hacen estas
marcas. Estas marcas son lo más singular, y sobre las cuales se va a armar el andamiaje del
síntoma (para preservar ese goce que quedó marcado por la letra).

Andres Romero:

La pulsión entraña satisfacción y sufrimiento a la vez, aunque no siempre.

Miller: el partenaire-síntoma. Curso de JAM.

Freud encontró un fantasma, el fantasma de seducción, como recuerdos encubridores, en el


hecho de que sus histéricas “le mintieran”. Seguir el sentido del síntoma llevó a una vertiente
histórica de la práctica. Tratar de historizar al sujeto, que se rectificaba para que el sujeto se
hiciera una historia menos sufriente. Sin distinguir de si es una historia o una ficción. Prevalece
lo simbólico-imaginario en desmedro de lo real. En un principio Lacan toma esta vertiente, la
vertiente del scante. ¿Dónde ubica el síntoma en el Sem V? Anudado como formación del ICC.
ICC en tanto discurso del A. En tanto lugar del scante.

Miller plantea que en la medida en que Lacan va avanzando en su enseñanza

Lo que surge en Lacan al ICC freudiano como respuesta sintomatico que es lo Real. Que no está
en el orden estricto de la ficción y de la representación. ¿Hay algo que se pueda llamar Real? Si
bien no es lo mismo, lo Real en principio se relaciona con la ciencia, la ciencia se dirige a lo Real
para tratar de darle leyes, ordenarla, entenderla.

Las formulas científicas no tienen sentido, son relaciones entre variables, fórmulas.

Sin embargo, el Real con el que trata el psicoanálisis está infiltrado por el sentido, de alguna
manera. ¿Dónde lo encontramos? En el síntoma. El síntoma es una excepción, porque es lo
único que transporta sentido a lo Real. Tenemos en el síntoma un problema. Hay Real, y hay
sentido. Hay una cara que es la que Freud descubre en primera instancia, se orienta hacia el
inconsciente, tiene que ver con lo que pueda decirse de ello, y está la vertiente que tiene que
ver con una satisfacción totalmente insensata y desligada del sentido. Esa cara es la que está
relacionada a la pulsión.

Fantasma: realidad psíquica, mundo, representaciones y narrativas que el sujeto se arma.

Ahora, en relación al síntoma, Freud dice que fundamentalmente es una satisfacción


sustitutiva. ¿Sustitutiva de qué? De la relación sexual que no hay. Como no hay nada en el ICC
que nos diga cual es el objeto de goce sexual para cada uno, nos tenemos que inventar un
síntoma. Una satisfacción sustitutiva, siempre desviada. Siempre parcial, en relación a la
pulsión, siempre es en una parte, particular en cada uno, singular, que tiene que ver con los
agujeros del cuerpo.

En el Sem XX plantea un goce posible (no un recorrido por fuera del cuerpo que es la pulsión,
se satisface en el recorrido por fuera del cuerpo, en ese objeto a) Sino un goce en el cuerpo,
que llamará goce femenino, luego goce suplementario, goce en el cuerpo, goce en la vida.
Tiene que ver con dejar afuera lo simbólico. Se anuda entre lo Img y lo Real, en la imagen del
cuerpo y lo Real. No es un goce sexual, se presenta de otra manera. Lo descubre a partir de
experiencias místicas. Si es goce sexual: no hay otra manera que verlo parcial.

El síntoma como satisfacción sustitutiva debemos pensarlo como anomalía, en vez de llevarlo a
la realidad, encuentra la satisfacción en el síntoma. Elizabeth Von R en vez de ir a acostarse
con el cuñado, se satisface en el síntoma de no poder caminar. La idea de satisfacción
sustitutiva lleva una pregunta, necesariamente en Freud se satisface una pulsión. La pulsión se
satisface a pesar del Yo, no importa si el Yo está de acuerdo, por ejemplo en las compulsiones:
no puedo parar de tomar. Hay una satisfacción imparable, la pulsión no para de empujar para
satisfacerse, le trae problemas, el Yo sufre, y aún hay satisfacción.

Dos modalidades de la represión en Freud: reprimir el representante de la representación: el


recuerdo de la escena. En la histeria se reprime la representación, en la neurosis obsesiva es el
componente de afecto sobre esa representación; recuerda la escena, pero es como si no
hubiese sentido nada. Hay dos componentes: representación y afecto. En la representación, se
relaciona con el scante, de un scado reprimido, y habría que hacer emerger el scado.
Se puede reprimir un afecto, una moción pulsional ¿Por qué se reprime esto que puede llevar
una satisfacción? El Yo lo hace. Transforma el placer en insatisfacción. El Yo se sirve del ppio.
De placer para reprimir la moción pulsional. Eso que produce satisfacción lo traduce en
insatisfacción, ejemplo, el asco histérico.

Pero Miller señala que Lacan no hace intervenir al Yo para responder a esto. Sino que lo que
Lacan plantea es que el agente de la represión es el lenguaje. El lenguaje en sí mismo, no el Yo
como instancia, es el lenguaje (el A) mismo por su existencia lo que hace que ciertas
satisfacciones queden reprimidas, es decir, por fuera de la posibilidad del registro, de la
inscripción. Cuando aparece algo de aquello que no entiende, que no se le anuda a ningún
sentido, aparece angustia, y luego viene una interpretación, por ejemplo, una interpretación
hipocondriaca: me voy a morir. Es una manera de producir un saber sobre eso que sucede en
el cuerpo, para poder soportarlo. Para eso se le da una representación.

La pulsión se satisface en su repetición, en su insistencia. Hay una satisfacción que insiste,


siempre es sintomática. Luego de darle sentidos al síntoma, insiste. Por su satisfacción. Es una
satisfacción singular, no entra en ninguna norma, es propia de cada cuerpo hablante. Sin
embargo muchos síntomas disminuyen, desaparecen, pero puede haber un núcleo sintomático
del sujeto (término de Andrés Romero) irreductible, porque la relación entre lo masculino y lo
femenino es suplementaria y nunca complementaria. Nunca hay el buen complemento, sino
dos cosas.

Los síntomas son lo único que tenemos para enlazarnos al otro y Otro. Siempre son arreglos
(es lo que pudo hacer para arreglárselas con eso que le sucede), a veces mejores, a veces
peores. A veces muy sufrientes, por ejemplo. A lo largo del análisis hay una “cura” por
añadidura de ese floripondio sintomático sufriente, aunque no es lo que se busca. El análisis es
un proceso de reducción, se va reduciendo, pero siempre quedará un síntoma. Hasta llegar a
ese punto de goce singular ineliminable, que tiene que ver con esa letra que marcaron, y que
vamos a tener que hacer un arreglo con eso, a la buena manera, no sufriente. Ya no va a ser
por la vía de la interpretación y del desciframiento, sino por la vía del saber-hacer. Poder
saber-hacer mejor ahí con eso que tenemos y que vamos a tener toda la vida. Lo vamos a usar
mejor.

Lacan: el psicoanálisis apunta al análisis de la pulsión, no del deseo. Porque sino es


interminable, no tanto al desciframiento, sino apuntar a la pulsión, al saber-hacer. La cosa no
se agota en la interpretación y desciframiento. Hay sueños, formaciones del ICC, pero el
desciframiento lleva a sostener la idea de la verdad, como desciframiento último encontrar
una verdad última, lo cual es interminable, pues la verdad siempre se escapa, siempre puede
haber otra verdad detrás de ello. Hay que orientarse por lo Real, eso dice en palabras sobre la
histeria, (Lacan). No hacia lo real, sino POR lo Real. Ir hacia lo Real en sí mismo es insoportable,
como seres hablantes es insoportable, angustiante. Lo Real está ubicado en el síntoma de cada
uno, eso nos orienta. Yo soy como yo gozo, esa es la identificación final, ubicar el modo de
goce singular de cada uno y decir: soy eso. Y luego saber arreglárselas con eso “savoir y faire
avec” saber hacer ahí con eso. Arreglarse vez por vez, con ese modo de goce.

La neurosis tiende a convertir a todo en destino de la vida. En contra de eso, hay que saber
hacer vez por vez, en la contingencia.

En un principio Freud plantea que la satisfacción pulsional no puede sentirse como peligrosa.
Sin embargo, Miller plantea que en una parte final de Inhibición, síntoma y ang. Freud advierte
que algo de la satisfacción pulsional puede resultar peligrosa, percibida por el sujeto como
peligrosa.

Lo que satisface a la pulsión no es ningún objeto, sino seguir satisfaciéndose, en ese plus de
goce. No busca el objeto, sino en el otra vez. Por ej: la coca-cola. Tenes sed, te tomas una coca,
pero inmediatamente tenes ganas de tomarte otra. No hay satisfacción que alcance, ese punto
puede volverse peligrosa. El sujeto confrontado a que no hay una satisfacción totalitaria
posible. El sujeto debe poder hacer lograr caer ese objeto plus de goce en el que está
atrapado, para poder salir, por arriba. Ese plus de goce se sostiene con el fantasma, en la cual
está atrapada con más de lo mismo, con sus variaciones. Esto se ve bien en las adicciones,
alcoholismo. Es eso que no para nunca y siempre pide más, aún cuando hay una vuelta en
contra del mismo sujeto. El goce fálico circula así, para poder salir de eso hay que reducir el
goce fálico para abrirle el campo al goce del no-todo. Otro modo de satisfacción no
mortificante.

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