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La enfermedad de Alzheimer un desafío en el siglo XXI.

Primera Parte
Dr. Douglas Calvo de la Paz
Médico-Psiquiatra
Email: dougcpaz@gmail.com
El envejecimiento demográfico ocurre de forma acelerada en todas las
regiones del mundo, más rápido de lo que se anticipó. La proporción de
personas ancianas se incrementa, como resultado de la disminución de
la mortalidad y el aumento de la expectativa de vida. Existen regiones
como América Latina y Asia que está experimentando una transición
demográfica sin precedentes.
En la América Latina se aprecia un incremento en la esperanza de vida,
las dietas ricas en grasas, el hábito de fumar y los estilos de vida
sedentarios se hacen más comunes; por tanto, las enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares se convierten en el problema más
sobresaliente de la salud pública, constituyendo un factor de riesgo,
para que se establezca en personas de la tercera edad, deterioro
cognitivo.
Las demencias en general y la enfermedad de Alzheimer en particular se
han convertido en un problema creciente en el orden médico, de salud
pública, social y económico. De acuerdo con estimaciones recientes
(basados en revisiones sistemáticas de datos de prevalencia y un
consenso de expertos), se calculan 24 200 000 personas con demencia
en todo el mundo, con 4 600 000 nuevos casos cada año. La mayoría de
las personas con demencia viven en los países en vías de desarrollo, un
60 % en 2001 y alcanzará 71 % para 2040. Este número se duplicará
cada 20 años hasta alcanzar los 80 000 000 en 2040 a nivel mundial.
En más del 90 % de los casos, la enfermedad de Alzheimer se desarrolla
después de los 65 años, con una prevalencia que se duplica en cada
década sucesiva de la vida, desde un 5%-10% entre los 60 -70 años; un
10%-20% entre los 70-80 años y en grupos de 80 años un 30%-40%.
La enfermedad de Alzheimer ha sido considerada como una de las
plagas de la sociedad moderna, otros la han denominado la epidemia
del siglo XXI. El número de personas que la padecen directa o
indirectamente, así como el enorme impacto económico y social que
produce.
El 4 de noviembre de 1906 el Dr. Alzheimer impartió una memorable
conferencia, en la cual describió por primera vez una forma de
demencia que a sugerencia del Dr. Emil Kraepelien fue denomina
enfermedad de Alzheimer, mostró la presencia de abundantes placas
amiloideas, ovillos neurofibrilares y cambios arterioescleróticos.
Dentro de todos los cuadros demenciales, la enfermedad de Alzheimer,
comprende más de 50 % de los casos, seguida en orden de frecuencia
por la demencia vascular con 15 a 20 %, sin excluir la asociación de
ambos procesos: la llamada demencia mixta.
Factores de riesgo que pueden generar demencia, teniendo una
elevada prevalencia en la población, como son:
- Edad avanzada
- Sexo femenino
- Historia familiar de demencia
- Síndrome de Down
- Antecedentes de trauma craneal
- Enfermedad tiroidea
- Trastorno depresivo
- Bajo nivel escolar
- Dislipidemias.
- Hipertensión
- Diabetes Mellitus
- Tabaquismo
- Obesidad
- Desnutrición
- Infecciones
- Procesos inflamatorios
- Resistencia a la insulina
- Intolerancia a la glucosa
- Homocigótico para el alelo E4 de la apolipoproteína E
- Especies reactivas del oxígeno (radicales libres)
Genes y enfermedad de Alzheimer
Hace aproximadamente un siglo comenzó la descripción de la
enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, fue en el año 1932 cuando se
reportó, por primera vez primera, una familia con varios miembros
afectados por esta enfermedad, definiendo el carácter hereditario de la
misma.
Los estudios familiares a lo largo de seis décadas y con especial énfasis
en los últimos quince años, han permitido concluir que defectos
genéticos (mutaciones) presentes en el mismo gen o en diferentes genes
ubicados a su vez en diferentes cromosomas, pueden dar origen a la
enfermedad de Alzheimer. En la mayoría de los casos e
independientemente de la localización del defecto genético, el cuadro
clínico es similar variando la edad en que empieza el mismo: comienzo
temprano o tardío.
Enfermedad de Alzheimer de comienzo precoz.
En el cromosoma 21, se encuentra el gen precursor de la proteína
amiloide, un desajuste en el procesamiento del precursor, produce una
cantidad anormalmente incrementada de beta amiloide, contribuyendo
a la formación de depósitos extracelulares de sustancia amiloide en
forma de placas seniles. Se conoce que los individuos que presentan
síndrome de Down o trisomía 21, desarrollan en su mayoría lesiones
neuropatológicas similares a las de la enfermedad de Alzheimer, aunque
a edades más tempranas.
En el cromosoma 14 y 1, se encuentran los genes de la presenilina 1 y
2, el mecanismo por el cual estos genes son capaces de producir las
alteraciones características de la enfermedad, es a través del aumento
de la beta amiloide.
Enfermedad de Alzheimer de comienzo tardío.
En el cromosoma 19, se encuentra el gen de la apolipoproteina E
(ApoE). Es un gen del cual se tenía información con anterioridad, su
principal función es la de transportar el colesterol entre órganos, y
dentro del mismo órgano. Existe tres isoformas de apolipoproteína E,
denominadas E, y en la enfermedad de Alzheimer se establece cuando
está presente la variante epsilom 4 de la apolipoproteína E (e 4). Se ha
reportado que los individuos que tienen al menos 3-8 veces un alelo de
la isoforma Apo E4, presentan un riesgo mayor de padecer la enfermedad
de Alzheimer que los que no lo presentan, mientras que la presencia del
alelo E2 parece ser un factor protector en relación con la enfermedad de
Alzheimer.
Criterios diagnósticos de la Demencia degenerativa primaria tipo
Alzheimer DSM-5.
Trastorno neurocognitivo mayor
A. Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el
nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos
(atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria,
lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición social) basada
en:

1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le


conoce o en el clínico, porque ha habido un declive significativo
en una función cognitiva
2. Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo,
preferentemente documentado por un test neuropsicológico
estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica
cuantitativa.
B. Los déficits cognitivos interfieren con la autonomía del individuo
en las actividades cotidianas (es decir, por lo menos necesita
asistencia con las actividades instrumentales complejas de la vida
diaria, como pagar facturas o cumplir los tratamientos).

C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto


de un síndrome confusional.

D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno


mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).

E. Especificar:

Sin alteración del comportamiento: Si el trastorno cognitivo no


va acompañado de ninguna alteración del comportamiento
clínicamente significativa.

Con alteración del comportamiento (especificar la alteración): Si


el trastorno cognitivo va acompañado de una alteración del
comportamiento clínicamente significativa (p. ej., síntomas
psicóticos, alteración del estado de ánimo, agitación, apatía u
otros síntomas comportamentales).

F. Especificar la gravedad actual:

Leve: Dificultades con las actividades instrumentales cotidianas


(es decir, tareas del hogar, gestión del dinero).

Moderado: Dificultades con las actividades básicas cotidianas (p.


ej., comer, vestirse).

Grave: Totalmente dependiente.


Entre los factores protectores de la Demencia de Alzheimer, se citan el
alto nivel educacional y la actividad intelectual y física mantenida, el
consumo de una dieta balanceada y medicamentos antiinflamatorios no
esteroideos.

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