Está en la página 1de 1

Fuerte ante la caida

Escucha:
«Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos. Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus
mandamientos. Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios. Tus
estatutos guardaré; No me dejes enteramente» (Salmos 119:4-8)

Piensa:
“Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos” dice el salmista y vienen a
mi mente aquellos momentos en los que me sentí presa de la vergüenza, por haber en algún
sentido, fallado a otros, a mí mismo y a Dios.
Pero el salmista no se detiene allí y continua diciendo: “Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios” y me fortalece para recordar, que el caer es también
parte de la historia, que nos encontramos frente a un camino largo en el que quedan
descubrimientos que hacer y en el que aprenderemos de las experiencias, como crecer en
espíritu y carácter a través del Señor y su palabra.
Así como un equipo se hace fuerte entrenando con convicción y determinación, así nos invitan
las escrituras de hoy a reconocer nuestras fallas pero no quedarnos en ellas, sino levantarnos
de tales errores, obtener de ellos el aprendizaje necesario para crecer y en ese proceso
convertirlos en bendiciones, ofreciendo nuestro servicio, dones y recursos a favor de los que
nos rodean.

En ese proceso de aprendizaje, no olvidemos que ante la duda, tendremos en Dios, la guía
que todo lo puede y todo lo determina. A El podremos, pedir que nos acompañe siempre, sin
duda podremos  como el Salmista decirle: “No me dejes enteramente”.

Ora:
Señor, Concédeme la fuerza y sabiduría para entrenar diariamente mi espíritu, en gratitud,
amor, paz, y servicio mediante Tu Palabra, a Ti y a los que me rodean. Dame la humildad
para reconocer cuando he fallado, y la determinación y perseverancia para enmedar mis
errores y superar mis debilidades, y Guíame Padre, con tu presencia para cada día aprender
de Tu justicia y misericordia. Amen.

También podría gustarte