El Reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17, 21) “antes de trabajar por hacer reinar a Jesucristo sobre los demás, haced… que reine en vosotros mismos…” (E.S. p. 663).
La asunción es obra de la providencia
Dios es el absoluto soberano Un asuncionista es un soldado que divulga la verdad El Reino de Dios es el Corazón de la congregación “lo que ha de hacer el sacerdote es trabajar según sus fuerzas por el Reino de Jesucristo” (D.A. II, p. 242) El reino se instaura primero en nuestra alma, para lo cual lo primero es trabajar en nuestra perfección por medio de las virtudes religiosas (fe, esperanza y caridad). El advenimiento del Reino debe ser lo central del carisma y de ahí se sale a la defensa de la religión y la insistencia de la verdad; desde los apostolados Verdad: “practiquemos esta virtud…hagámonos sus defensores y soldados, y por eso mismo soldados de Jesucristo, Verbo de Dios y Verdad eterna” (P.C. p.38) Si la asunción tambalea es porque no se halla edificada en Jesucristo La oración y el estudios son modos de conocer a Jesucristo
El espíritu de la Asunción lo constituye el amor de Nuestro Señor Jesucristo, de
la Santísima Virgen su Madre, y de la Iglesia, su esposa. Este amor debe llevar al religioso Asuncionista a darlo a conocer por medio de la enseñanza y la predicación