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Cuando hablamos de ciencia politica, :de qué hablamos? MANUEL ALCANTARA SAEZ, EFERIRSE A LA CIENCIA POLITICA 0, en otros términos, al estudio de la politi- ca, generalmente comporta cierto grado de confusién. Asi sucede tanto ‘entre quienes abordan la materia por razones profesionales como entre los legos. Se trata de un terreno impreciso en el que los aspectos valorativos generan tna complicacion afiadida y cuyo interés, ademas, és telativamente reciente, al menos en 16 que a stis caracteristi¢as de divulgacién se refiere. Por todo ello, se cobra conciencia de sus posibilidades a la hora de crear escuelas metodoldgicas interpretativas (habitualmente en escenarios universitarios) y de influir en Ia opi- nin ptblica mediante las formas mas diversas que van desde la tertulia local hasta el mas popular de los programas televisivos. El objeto del presente articulo es ofrecer tuna vision que intenta, en primer lu gar, hacer explicitos algunos elementos de la ciencia politica, de la politica, refe- ridos a sus constricciones formales, teleolégicas y metodolégicas, para pasar, en segundo lugar, a defender una vision particular en torno al campo de la ciencia politica aplicada y de la politica comparada. En tiltimo término, se desarrolla una reflexion acerca de la relacién que priva en el escenario constituido por la cien- cia politica, los politdlogos y la sociedad. Para ello, se parte de una definicién de politica de cardcter eastoniano en él que el concepto de sistema politico ocupa un lugar central y se desarrolla una argumentaci6n tendente a subrayar la hece- sidad de usar el método comparado. Para finalizar, se plantea una reflexion del papel de la ciencia politica en el futuro de la ensefianza y de la investigacién en Theroamérica. I En un primer esfuerzo por documentar el nticleo formal de la ciencia politica, pueden tomarse dos indicadores extremadamente titiles para medir el grado de actividad de la disciplina en cuesti6n: la docencia y las lineas de investigaci6n en la comunidad cientifica iberoamericana y las Iineas de investigacién en tres de [147] 148 REVISTA MEXICANA DE SOCIOLOGIA 4/93 los polos fundamentales de la,comunidad internacional: En. cualquier circuns- tancia, la enunciacién de estos indicadores no tiene por objeto abrumar al lector con su descripcién minuciosa sostenida sobre una profusa utilizacién de citas. Espero que sirvan como fundamento a la tesis general expuesta. En el caso de Espaiia, bajo el drea de conocimiento de la Ciencia Politica y de Ja Administracién se explicaban en el curso 1991-1992 un nimero de asignatu- ras de afio completo, encuadradas en distintas licenciaturas, superior a la veinte- na. Estas iban desde un rango introductorio hasta la extrema especializacién, pasando por otras de cardcter general. Todas ellas quedaban arropadas por el calificativo genérico ya citado. Un vistazo al Boletin Oficial del Estado cuando sienta las directivas de los nuevos planes de estudio (que estén empezando a po- nerse en marcha) confirma que, desde el punto de vista normativo, esta situacion va a hacerse atin més complicada en el futuro inmediato, Algo similar se suscitaba al enunciar las lineas de investigacién y de publicacion de los politélo- gos espafioles. Baras y Cotarelo (1991), Vallés (1991) y Lopez Nieto, Colino y Delgado (en prensa) han documentado con rigor este aspecto. El resultado muestra una produccién viva que aborda no menos de catorce campos o escena- tios de la ciencia politica, Como en la docencia, su foco de atencién se situaba en un abanico, de suerte que planteaba una separacion tan enorme entre los temas ¢ intereses abordados que hacia casi imposible la equiparacién cientifica entre los investigadores. Respecto de las mesas teméticas que retinen la produccién intelectual por ém- bitos de interés comtin de los congresos de la International Political Be ce Association (IPSA), la American Political Science Association (APsA) y el European Consortium for Political Research (EcPR), sobrepasan las veinticinco en las ulti- mas conyocatorias. Claro esti, se recogen temas que la coyuntura ha podido po- tenciar y elevar al rango de “modas intelectuales”; pero, paralelamente, se sigue manteniendo una cifra de convocatorias que supera la docena y que abarcan as- pectos de la ciencia politica universalmente admitidos como “clasicos”, pero que, igualmente, conforman un paquete variado La diversidad tanto del objeto de estudio como de los métodos existentes conduce a un estado de cierta perplejidad que degenera en la pardlisis. La cues- tidn no se refiere, como inmediatamente cualquier avispado critico de la disci- plina podria indicar, a la debilidad epistemolégica de la ciencia politica que intenta deshacerse del legado de haber sido considerada-durante mucho tiempo como la “Cenicienta” de la ciencias sociales, segtin palabras de Laski (1926: 24). En otros términos, a su futilidad. Complementariamente, la consideracién de la ciencia politica como una “disciplina menor” ha dominado con mucha frecuen- cia los cendculos del mundo cientifico. En una interpretaci6n amplia es conside- rada, en el mejor de los casos, una ciencia en el sentido de traiarse de un “estu- dio sistematico” y cuya etiqueta cubre un cajon de sastre poco diversificado en el } Otro indicador que podria usarse es la division realizada por la UNESCO en la nomenclatura de las Ciencias sociales. Sin embargo, se escogen ‘inicamente los otros dos criterios por tratarse de divisiones, que la propia comunidad cientifiea ha desarrollado en su quehacer cotidiano. CUANDO HABLAMOS DE CIENCIA POLITICA, ,DE QUE HABLAMOS? 149 que, ademas, meten sus manos profesiotiales del derecho o de la economia. Sin embargo, la realidad es ms compleja y algo contradictoria. Por una parte se confirma la debilidad cientifica de la disciplina pero, a la vez, su mayoria de edad hace hoy inviable referirseen cualquier escrito, de la indole que. sea, a la ciencia politica como algo homogéneo:y racionalizable para un programa. académico de: limites acotados y omnicomprensible: Como sefiala Johnson. (1989: 8), la politica continéa siendo “un sujeto incorregiblemente he+ terogéneo y ambiguo”, que es “ambicioso en:su alcance y todavia demasiado ba- nal en contenido y conclusiones”. El reto, por tanto, ¢s estar avisados de las im- plicaciones.valorativas de la.disciplina y.—entre el. rico. listado: que: offece la actualidad de temas y.métodos—elegir un ment para ser desarrollado mediante practicas docentes e investigadoras que permitan la obtencién de resultados satis- factorios para el medio donde se Ileva a cabo, Ademés, su explosién en el iltimo tercio de siglo ha sido de tal magnitud que sus subespacios han llegado a alcanzar una cantidad considerable de: temas y métodos que hace apenas unas pocas dé- cadas era dificil. prever, Auris quedaron los tres factores que, al surgir la ciencia politica briténica como elemento diferente del espectro mas amplio de las cien- cias sociales, representaron su colocacién inicial junto:con la economia politica: la idea de la politica al servicio de la reforma social y su conexi6n inmediata con la historia (Johnson, 1989: 22); o en la comunidad iberoamericana en relacién con el escenario,dominado por el derecho piblico o-en los intentos de configu- rarse como una disciplina tendente a reforzar valores civicos.? Por, owa parte, su desarrollo y la utilizacién de métodos refinados las ha con- vertido en dreas de gran especializacin que mantienen un nticleo comin sustan- tivo.y que se diferencian notablemente de otras proximas. De esta manera, se produce un consenso. generalizado. internacional que estima la existencia de al menos ocho subdominios de la ciencia politica: Administracién Puiblica, Estabili- dad Politica, Inestabilidad y Cambio; Metodologia; Politica Comparada; Politica Nacional; Politicas Pablicas; Relaciones Internacionales; y Teoria Politica. En una primera aproximacién yen términos minimalistas, se trata ahora de seleccionar entre cuatro. posibles tipos diferentes de entramado te6rico, en términos:de lo que puede ser la politica, y que se-refieren a una aproximaci6n hist6rica, norma- iva, conceptual. (diferenciada de: la anterior por representar un. intento de ejercicio éticamente neutral) y metodolégica; aunque en un extremo menos am- bicioso algtin autor. se, pronuncia por aceptar ‘tinicamente la divisién entre “politica pura” y “politica, aplicada” (Johnson, 1989: 127). La concebida como una reflexién por sf misma, entendida para obtener el conocimiento de tradicio- nes de disputa politica para charificar las.ideas sobre ¢l mundo: politico y para hacer explicita Ja uauuraleza de las formas politicas y de sus consecuencias para la dccién. Esta entendida. como una manera técnica de actuar del, sujeto para los que buscan una educacién potencialmente til en pro de una carrera profesional posterior. * En este sentido, una interesinte aproximmacion al estudio de la polit daria como “civismo” en, a. en-la ensefianza secun- jan Bretana puede encontrarse en el trabajo de Denver y Hands (1990). 150 REVISTA MEXICANA DE SOCIOLOGIA 4/93 at Pero ademés, la disciplina se ha visto ditigida @ desarrollar una cantidad no des- preciable de “estilos tedri¢os” que representan diferentes visiones del objeto de estudio y que han.conformado un escenario muy vivo. De acuerdo ‘con March y Olsen (1984), cinco son los “estilos tericos” de la ciencia politica contempora- neat) contextual, interesado en ver la politica‘como una parte integral dela sociedad; 2) reduccionista, con una visién de los fenémenos politicos como las, consecuencias agregadas del comportamiento individual y menos inclinada a/ads- ctibir los resultados de la politica a estructuras organizativas y a reglas de com- portamiento adecuadg; 3) utilitario, inclinado a ver la’accién como el producto de un calculado interés propio y menos|interesado en’ considerar’a los actores politicos como respondiendo'a obligaciones y deberes; 4) funcionalista, tendente aver la historia como un mecanismo eficaz para aleanzar inicamente un equili- brio apropiado, menos interesado en las posibilidades’ por la inadaptacién y no singularidad del desarrollo histérico; y 5) instrumentalista, inclinado @ definir los procesos de toma'de decisién y de asignacin de recursos como'el sujeto central de la vida politica, menos atento a las formas en que ésta:se organiza alrede- dor del desarrollo de los significados por mediacién de simbolos, rituales y cere- monias. La situaci6n tiene su paralelismo. con la’ del politico profesional cotidiano. Todavia se encuentra generalizada la idea de que un politico se hace en “la lucha politica de cada dia”, Lo-curioso es que a nadie se le ocurrirfa pensar que para aprender algebra lineal bastase pasear todas las tardes con un matemitico ‘en pe- ripatética actitud. Un sindrome parecido afecta a la ciencia politica, campo en el que todo el mundo opina y en él que hay relativamente pocas teorias; datos insu- ficientes y pocos estimulos para el conocimiento; y, donde, ademas, es muy facil que los deseos remplacen a la raz6nya'la evidencia. Esta circunstancia se ve atin més reforzada si se acepta la sugerencia de Ricci (1984) de estar comprometidos en dos empresas incompatibles, como son el estudio de Ia vida politica de mane- ra cientifica y una devocién a un conjunto particular de normas politicas. Ade- més; el propio término de “politico” tiene un caracter evasivo y variable que ine- vitablemente contiene elementos de evaltaciém (Johnson, 1989: 67). ‘Ambas apreciaciones fueron recogidas recientemente por Almond (1990: 14), quien sefiala que la ciencia politica se encuentra separada segiin las dos dimen- siones que conforman Ia ideologia y la metodologia, y sus posiciones ‘extremas, de acuerdo ‘con una légica binaria, por la que se establecerfa ‘un polo de *izquierdas” y otro de “derechas” en la dimensi6n ideol6gica, y uno “duro” y otro *blando” en la dimensién metodolégica. Fl continuo ideologico irfa, pues, desde los grupos situados en la tradicién marxista, algunos de los cuales niegan 1a posi- bilidad de separar el conocimiento de Ia accion y subordinan la ciencia politica a la lucha por el socialismo, a los neoconservadores partidarios extremos de la €co- nomia de libre mercado y de limitar el poder del Estado. En cuanto al continuo metodolégico, se extenderia desde los estudios cuantitativos y de modelos mate- CUANDO HABLAMOS DE CIENCIA POLITICA, ,DE QUE HABLAMOS? 151 miticos hasta los meramente descriptivos. En consecuencia, se darfa paso a una disciplina dividida en cuatro subespacios dificilmente reconciliables que la con- ducirfan a una seria constriccién en cuanto a su cardcter universal: Por su parte, Popper (1972) aborda las nociones de determinacién’ e inde terminacién, fundamentales para referirse al conocimiento cientifico mediante una excelente metéfora en la que recoge el comportamiento’de las nubes y los relojes. Mientras que aquéllas simbolizan lo irregular, lo desordenado y lo im- predecible, éstos representan todo lo contrario. El “siglo de las luces" y el pensa- miento newtoniano “suscitaron’ la idea’ de’ que’ la naturaleza’ sé ‘encontraba gobernada por leyes deterministas que habfan conseguido ‘que “todas las nubes fueran relojes, incluso la’ més nublada de as’ntibes” (1972: 210). Mas adelante, las teorfas'de Max Planck sustituyeron @ la vision newtoniana al propugnar que la indeterminaci6n y el cambio eran elementos fundamentales en todos los proce- sos naturales;'se cafa, por tanto, en la inversin de la metifora, de manera que “de algtin modo todos los relojes son nubes; o, en otras palabras, que solamente existen las nubes, aunque se trate de nubes de muy diferente nivel de nubosidad” (1972: 213). De esta manera, Popper llega al punto central de su argumentacién: el indeterminismo no es suficiente para responder de la autonom{a aparente de las ideas del hombre en el mundo fisico. ‘Trasladado al dmbito de la ciencia politica; el razonamiento’ de Popper alcan- zaun éstadio en el que el problema esencial es el control, esto es, €l control del comportamiento y de otros aspectos del muindo fisico por las abstracciones men- ules. De esta manera, establece que “Ia solucién debe explicar la libertad; y debe también explicar cémo la libertad no es s6lo una oportunidad sino, mejor, el re- sultado de un sutil juego recfproco entre algo casi désordenado y algo como un control selective o restrictive”. De acuerdo con todo ello, restringe l panorama de soluciones aceptables a las que se conforman “a la idea de combinar la liber- tad yel control” (1972: 231). El resultado’es la posibilidad de conceptualizar la realidad social por mediacién de uno de los tres elementos ¢itados (como un re- oj, como una nube y como un sistema’ de equilibrio entre la'libertad y el con- trol). La realidad politica, lo que la ciencia politica debe explicar, se aprehende cla- ramente mejor gracias a la tercera conceptualizaci6n. Esto es asi porque consiste en ideas (que conforman decisiones, objetives y /propésitos), en constante ¢ in- tensa interaccion con otras ideas, el comportamiento humano y el mundo fisico. Por otra parte, el universo politico tiene una organizacién conereta que compa- tibiliza con’diferentes opciones y decisiones dé los individuos realizadas en un determinado’ medio; sujeto’a constricciones y oportunidades. Todo ello Confor- ma un escenatio'en el que la estrategia explicativa ‘de las ciencias “duras” tiene solamente una aplicacion limitada a las ciencias sociales. Tanto los modelos como los procedimientos y las metodologias ¢readas para explorar tn mundo en el que predominaran las caracteristiceas representadas por Ia aétiiacién de'las riu- bes ode los relojes capturaria s6lo una parte del mtmdo, mucho mas rico, de la interaccién social y politica. De esta manera, wna simple biisqueda de regulari- 152 REVISTA MEXIGANA DE SOCIOLOGIA 4/93 dades y.de_relaciones. que, cumplan. tna-determinada ley. entre variables, como sucede en las ciencias de la naturaleza, no explicaria las acciones sociales, sino solamente algunas de las condiciones que las afectan.-En resumen, debido a que las propiedades de la realidad politica difieren de las de la realidad fisica, las propiedades. de Jas “regularidades” politicas también difieren de las “regularida- des” de. la fisica. Aquéllas son “blandas" por ser. resultado de procesos de equili- brio entre la libertad y el control. Almond y Genco se muestran muy erfticos con la influencia de lo que denominan el."modelo reloj”, segtin la. meiafora poppe- riana, a la hora de juzgar la calidad de Ja investigacion,en ciencia politica en fun- cidn, casi exelusivamente del. método seguido, Denuncian la tendencia de la dis- ciplina hacia Jos analisis cuantitatiyos y.se muestran_proclives a,uma ciencia “no surgicla de métodos extraidos de Jas matematicas, sino derivada en ‘iltima instan- cia de un, compromiso a explorar ¢ intentar entender un.segmento dado de la realidad empirica. Los medios empleados en la persecucién de este objetivo de- berfan ser secundarios” (1990: 50). ML Ao largo. de'las paginas precedentes se ha ido. desarrollando una difusa formu- laci6n de alguno de los elementos que.configuran wa visién que-asume la idea de. que Ja, ciencia politica ofrece teorfas que posibilitan analizar los fendmenos politicos. Las teorfas tienen. marcado cardcter probabilistico yen la mayor parte de. los casos corresponden a determinadas maneras de entender el univer- so. Por otra parte, los fendmenos politicos son entendidos como los que tienen que ver con el poder y con su capacidad de extraer recursos de la sociedad para volver a colocarlos en ella (Easton, 1957).0, en otros términos, con la influencia (Dahl, 1984). En relacién con el encuadramiento de la disciplina en.el universo epistemoldgico, comparto la idea de Sartori (1972) sobre'la autonomia de la po- Iitica “en sentido relative” y sus cuatro tesis colaterales.en cuanto.a que sea diver- sa, independiente, autosuficiente y “causa prima”. Todo ello, como se ver4 mas adelante, hace concurrir a la politica en e] émbito peculiar que conforma un sis- tema politico. Al abordar el tipo de anilisis que habra de llevarse a cabo, tiene que partirse de la simple y aparente.inocua suposicién doctrinal de que “todo. el, conoci- miento es ptiblico”, Lo. que, de acuerdo con Zuckerman (1991), significa que: ) no hay verdades ocultas, ni fuentes de la verdad oculias, ni buscadores de Ja ver- dad que nunca pueden equivocarse; 2), quien analice la, politica, debe aportar algo que convenza a otras personas; 3) debe fijarse el conocimiento mediante medios que estén mas alld del control de cualquiera; 4) se. asume que el: mundo politico es un Ingar ordenado, en el sentido;de que hay regularidades y que éstas forman un sistema, pero que su ordenacién. noes en, si misma evidente;.5) se reconoce la centralidad de la raz6n.en su esfuerzo, por conocer el mundo, aun- que exista una realidad por fuera de dicho esfuerzo (esto es, si bien las teorias (CUANDO HABLAMOS DE CIENCIA POLITICA, ,DE QUE HABLAMOS? 153 pueden capacitar para observar el: mundo,'no determinan lo que se observa); y 6) la:suposicién’de la “naturaleza granular” del mundo (esto'es, un mundo don- de existen fenémenos separados) permite usar descripciones ampliamente acep- tadas para comprobar las explicaciones. Las explicaciones constituyen cl micleo: central del anslisis politico: son’ el re sultado del proceso de demostracién de los fenémenos o conjunto de sucesos politicos que se analizany que representan un escal6n de un proceso general. Se explica presentando: hipétesis que’ especifieair'la’relacién entre los fenémenos cuyo comportamiento quiere entenderse, las variables dependientes y las’ varia- bles explicativas 6 independientes: Cada hipétesis tequiere una’ hipétesis de co- bertura més general que permita especificar y justificar las hipétesis ‘particulares como instancias de la exposicién mas general, de manera que se llega a un esta- dio en el que las hipotesis se encuadran en categorfas de explicaciones relacio- nadas o ‘teorias: Las hipstesis se ven reforzadas en la medida en que se encuen- tran ligadas a teorias sélidas. ‘Ahora bien; tanto el alcance como el vigor dé las hipétesis’se mueven dentro de unos Ifmites muy amplios; esto es; pueden presentarse segiin formas variadas especificando: que las influencias ‘de las variables explicativas afectan, pronosti- can, son origen de, estén inversamente relacionadas con, son una condicion ne- cesaria para, una condicién suficiente para, tna condicién necesaria y suficiente para, o se encuentran relacionadas de tinia’u otra manera con la variable depen- diente. En cualquier caso, las hipétesis deben comprobarse con la‘evidencia em- pitica, de manera»que: si ‘no. se comprueba “una” hipétesis ‘directamente 0 mediante implicaciones deducidas comparables es: como si no se tuviese, y, consi- guientemente, no se tendria ningtin tipo de explicacién. Otro aspecto-importante es que los politélogos trabajan’ con definiciones que indican cémo va.a usarse el concepto y se especifica tanto lo que,"a'los efectos del investigador, algo es como lo’ que’ no €s. Frente’a la ‘concepcién’ de Melucci (1985: 795) que aboga por el carécter operacional de una definicién como opo- sicién a su-consideracién de verdad -absoluta,"en muchos ’autores que’escriben sobre ciencia’ politica puede encontrarse la diferenciacién entre definiciones abstractas y operacionales. Las primeras correlacionan términos y conjuntos de caracteristicas sin conectarlos con fenémenos observables: Para hacerlos empfri- camente. titiles ‘¢s necesario' aportar una’ definicién “operativa mediante una técnica, método o medicién? que conecte el concepto abstracto con 16 que €s observable y verificable. Por consiguiente, el reto consiste en aproximar lo mas posible ambos tipos de definiciones. Al hacer un estudio objetivamente verifi- cable de la ciencia politica, la utilizaci6n de definiciones operativas es basica para ligar las abstracciones no observables con los fenémenos observables. ‘Volviendo al terreno de las hip6tesis, es importante sefalar la importancia que tiene el hecho de poner en comtin cuantas mas hipétesis y proposiciones sea po- 2 El problema'de la medicién'en ciencia' politica es; asimismo, de importancia,’‘no s6lo por el hecho de la existencia de un caraeter valorativo en los conceptos sino porque los seres humanos y su comportamiento son complejos y esta caracteristica dlificulta enormemente la observacién empitica. 154 RENISTA MEXICANA DE SOCIOLOGIA 4/93 sible para mejorar la comprensi6n y.el entendimiento del mundo que nos rodea. De esta manera, la mayor implicacion légica de una hipotesis particular con otras hipétesis acarrea. una. mayor raz6n para usarla y para aceptar la explicacién del fenémeno estudiado. Al mismo tiempo, cuanto, mayor sea el panorama teérico de una hipovesis, mayor raz6n se tendrd para pensar que es parte de wn conjunto interrelacionado de. ideas que ayuda,a entender una porcién més grande del mundo politico. Todo ello conduce:a la met4fora popperiana de concebir una red para describir Ja relacién entre las hipétesis de una teoria. La ciencia politica parece contener una: paradoja fiindamental. Los politélo- gos comparten un lenguaje de anilisis que hace hincapié en los conceptos, las variables, los indicadores, las hipétesis y las teorias y una vision de la disciplina que se centra.en la explicacién de los.fenémenos politicos. Sin embargo, exhi- ben conflictos, profundos sobre las suposiciones apropiadas, asi. como sobre los Ambitos y métodos de andlisis, y ofrecen hipétesis y teorfas que en muchas oca- siones se contradicen directamente. Los politélogos a menudo describen el mis: mo fenémeno, pero ofrecen anilisis muy diferentes de él; incluso pueden obser- var el. mundo.de modos muy diversos, En-resumen, se produce una situacién de “sonido, cacofénico” de la ciencia politica —de-acuerdo con Zuckerman (1991: 13)— cuando las escuelas.de investigacién de-ciencia politica ventilan la existen- cia de. un gran nivel de acuerdo en los:métodos y objetivos de anilisis. acompa- fiado de.un fuerte desacuerdo en los resultados del anilisis. En un campo, como el de la ciencia politica, donde se dan teorias multiples y que.a la vez compiten fuertemente entre si, hay, a'su vez, tiposde andlisis milti- ples y muy competitivos. Esto es asf porque cada teoria:contiene conceptos, va- riables ¢ hipétesis que necesariamente describen la politica de una manera par- ticular. En definitiva, esta diversidad de la ciencia politica proviene también de as muchas escuelas que las variadas teorfas abarcan. Sin embargo, debe tenerse en cuenta, que algunos de los principales retos de la ciencia politica tienen su origen. en la. propia. diversidad dela disciplina ya reiterada. No hay una Gnica aproximacién que se.deba seleccionar, ni’ teoria alguna que tenga necesidad de aceptarse como. Ja verdad. Puede incluso. decidirse a. usar algunos métodos de anilisis y,soslayar otros, lo que!ocasionard que unos lo consideren como una virtud debido a Ja ausencia de verdades absolutas, y sus contrarios, como un pro- blema. por la escasa evidencia de una, acumulacién de conocimiento aceptado sobre la politica. Vv El resultado de todo ello, como ya se indic6, no es otro que la “blandura” de la disciplina materializada, de manera concreta, en la diversidad de los modelos teGricos del anilisis politico, ya que pueden contabilizarse por lo menos cuatro formas de hacerlo. Pero, ademas, estas escuelas discrepan en el alcance de los sistemas teGricos:cerrados que ofrecen; esto es, mientras que algunas toman una CUANDO HABLAMOS DE CIENCIA POLITICA, ,DE QUE HABLAMOS? 155 posicién dura e inmediata en una 0 més de las dimensiones del anilisis, otras ofrecen una actitud que retine con mayor aproximaci6n sugerencias para la in- vestigacin mejor que requisitos estrictos para el andlisis. Las referidas aproxima- ciones son: las teorfas estructurales donde se da cabida’a los trabajos de Marx y la investigacion y metodologia de Weber; la teoria de la eleccidn racional que tiene sus rafces en la economia y que subraya la utilidad de analizar la’politica, como si todas las personas persiguieran racionalmente sus propios intereses; y ¢l estudio del comportamiento politico y de las actitudes que explora’ cémo las variaciones en las creencias y percepciones afectan a la manera como los individuos partici- pan en la politica y que toma prestados métodos ¢ hipstesis de la psicologia.* La aproximacion marxista mantiene que las ciencias sociales incluyen constric- ciones normativas y praxis. Estas se:derivan de la denuricia de Marx contra la tra- dicional tarea de interpretar el mundo y la necesidad de cambiarlo y, al mismo tiempo, son consecuencia de haberse “comprometido dogméticamente en la 'le- gitimacién de Ja autoridad politica ‘en los paises socialistas” (Zdravomyslov, 1986: 3). Por tanto, el marxismo es, “por excelencia, la wadicién en la que se llevan a cabo las conexiones ineludibles enue la ‘epistemologia yy Ia investigacién subs- tantiva, yentre la'teorfa social:y la practica politiéa” (McLeniian, 1989: 259-260). En esta “compleja relacién entre teorfa y praxis” es donde el marxismo'“pone en cuesti6n la capacidad reflexiva dela teorfa” (Cotarelo, 1978: 125). El cuerpo tedrico principal del marxismo se basa en el convencimiento de que los patrones'econémicos determinan la actuacién de la sociedad y de la politica; en eb caracter natural y necesariamente social de los individiios, ya'que viven sus vidas en relacién con otros; en que el cambio de la estructura econémica con- duce:a la revolucién, definida como el paso de un tipo de sociedad a otra; en la existencia de un determinade modelo procesal que posibilita analizar la varia- cidn en el desarrollo de las sociedades, mediante la teoria de las contradicciones, segtin el método dialéctico, y por la que no se referfa a cualquier forma de con- flicto:o:de lucha (Elster, 1985: 43); y en-la teorfa de las clases sociales por la que Jos individuos encuentran su puesto en las estructuras de clase de las sociedades. En resumen, el marxismo mandene que las sociedades se mueven por una escala de desarrollo potenciada por las contradicciones “entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccién” y “entre la produccién social y la apropiacién pri- * La Variabilidid de los enfoguies investigadores propuestos queda de relieve al comprobar las dife- rencias existentes. La teorfa mar is alrededor del concepto de‘ elase social, aunque get faa la teoria de Ia eleccién racional. En cuanto a los estudlios que se-centran en la aproximacion de Weber a las iencias sociales y en las activudes politicas y el comportamiento, son mucho menos restrictivos. a teorfa dela electidn racional, por ejemplo, insite en la importancia del andlisis en el nivel indivi dual'y exel requisite del rigor teéxico (la habilidad de dar cuenta de muchos y dliversos fenémenos, especialmente te a légica deductiva). La evidencia empitiea se emplea para ilustrar, pero no para, comprobar las proposiciones de. los tedricos de la, eleccién racional (Zuckerman, 1991: 44-45) ‘Ademas, también se podria incluir una quinta escuela, la de la antropologia, cuya aproximacién dirige su atenci6n al modo en el que los miembros de una comunidad particular se perciben e interacttian uno con el owo, habida cuenta de que se parte de Ia base de que el comportamiento, las actitudes y los valores deben entenderse en el contexto de la cultura en que tietien lugar. 156 , REVISTA MEXICANA DE SOCIOLOGIA 4/03 vada",? que: definen:a situacién concreta de las personas y la organizacién de la vida social y politica. El.concepto fundamental de la teorfa marxista de clase proporciona la clave para ellandlisis del modo como los individuos se relacionan y de la manera como el.conflicto entre las clases conduce:a la revohicién. Las hipétesis mas importan- tes en esta teorfa san el. concepto de clase, asi como la compleja interaccién en- tre la posicién de clase y las actitudes de una persona, sus valores y:su acci6n. Las clases sociales derivan de los puestos diferentes en Ia divisién del trabajo, y la per- tenencia.a una clase est4,definida por la relacién.con los medios de producci6n. La conciencia de clase suscitada serfa “la habilidad para conseguir qué el pro- blema del individuo se integrara en los intereses de clase” (Elster, 1985: 347) y actuarfa. como un motor fundamental para la accién colectiva: Puesto que el desarrollo del capitalismo ha generado la-existencia de dos cla- ses antagénicas, se da paso a una situacién de lucha de clases que definiré la vida social y politica. Esta concepcién que, inevitablemente, hacfa basaren la identifi- caci6n de un sujeto revohicionario las vias de progreso, comporta en sf misma las raices de la crisis del marxismo al producirse una crisis de identificacion de dicho sujeto (McCarey, 1990; 163). Paralelamente, la crisis se ha visto alimentada por las carencias. esenciales, que representaban “los modelos. insatisfactorios del ‘socialismo real’ y Ja incapacidad de explicarlos desde una perspectiva marxista y por el incumplimiento de las previsiones.relativas a Ia crisis y. hundimiento del capitalismo,,. y la incapacidad de dar cuenta satisfactoria de ese incumplimiento” (Corarelo, 1978: 125). No es por ello extraiio que, alo largo dela década de 1980, se, hayan sustrafdo del. marxismo: elementos. conceptualés. importantes como son Ia lucha de-¢lases y el desarrollo capitalista desigual, ¢ido a parar a otras aproximaciones como. Ja: “estado-céntrica’, xina vez “limpias de su conte- nido marxista” (Levine; 1987: Ll). Sin embargo, conviene recordar que sobre los grandes supuestos teéricos del marxismo se gener6.a lo largo de-un siglo una corriente de anilisis extremada- mente rica y compleja, aunque su examen no es el objeto de estas paginas. Cabe, no, obstante, referirse a los. intentos de establecer en: la: ltima década un “paradigma marxista sociolégico”, préximo a la teoria dé sistemas, claborado so- bre un modelo cuadrangular de interaccién social en el que participan sujetos, medios, actividades y relaciones sociales. Estos cuatro conceptos, en su unidad funcional, constitnyen un modelo desarrollado y elaborado de interaccién social que “abarca la realidad. social como un sistema. integral autodesarrollado. y puede, por consiguiente, ser considerado Como un modelo de! sistema ‘sociolé- gico de la sociedad” (Dobrianov, 1986: 20-25). Frente a los presupuestos marxistas, el pensamiento de Weber negé la posi- bilidad de completar las tcorfas de la politica que ofrecen. soluci6n a todos los problemas, ¢ incluso sostuvo que cualquier esflerzo que reclamase que las teo- rfas se encontraban en completo acterdo con la realidad debia fracasar. El desa- ® Segin términos del propio Marx citados en Elster (1985: 47). CUANDO HABLANOS DE CIENCIA POLITICA, :DE QUE IABLAMOS? 187 cuerdo con Marx Ilevé a Weber'a sefialar que ‘el concepto de clase contenia deft ciencias empiticas y tedricas,* ya denunciar los errores'en algunas de las pre- dicciones formuladas por aquél, ‘como ‘eran las relativas al mayor empobréci- miento de la clase trabajadora ya la esperanza depositada por €l socialisino en las crisis econémicas que no's sostenia empiricamente. Todo ello, como ya se ha indicado, conducia a la principal critica que Weber hizo a’ Marx por rechazar Este’ todos los esfuerzos para desarrollar explicaciones completas de los fenéme- nos sociales; las explicaciones y las descripciones deben ser siempre parciales (Wiley, 1987). La metodologfa de Weber asume tres Comporienites (Eisenstadt, 1968: 3-5): el primero es la accidn social (las acciones ¢ interacciones de 16s individuos que es- tin orientadas a las accionés de otras personas); el segundo son los hechos socia- les (las acciones e interacciones dé los individluos que tienen las caracteristicas dé los sticesos naturales), y el tiltimo es la estructura social (las iinteracciones sociales de’ una’ pluralidad de individuos que adquieren efectos propios). Como conse- cuiencia de que la acci6n social necesariamente refleja los objetivos y percepcio- nés de una persona, sti explicacion debe eiivolver el aridlisis del pensamiento del otro. De aqui que uh esttidio adectiado de los feémenos sociales, entre ellos el comportamiento politico y las instituciones, s¢ Vincule a aniilisis tanto en el plano individtial como en el estructural, Weber mantiene que los fendmends sociales son distintos de otros porque los que se comprometen ent Ia accién social le dan tin significado, por lo que los and- lisis de lés fendmenos sociales deben incluit él esfuerzo de entender los motivos, peréepciones y objetivos de los actorés. Ahora bien, éntonces se planteaba el problema de construir una tipologfa de orientacién para la aéci6n social que pu- diera apliarie personas en todas las Sdciedades y en todos los perfodos. Para ello (Risenstadt, 1968: 6), Weber distingne entre los medios y los fines de las ac- ciones y entre el comportamiento racional y no racional, lo que le brinds una tipologfa con cuatro casillas que denomin6: tradicional, emocional, racional de valor absohito y racional de valor instrumental.” S6lo estos cuatro tipos caracteri- zan a las personas donde y cuando ellas vivan. Esta ipologfa permite 2 Weber © En primer lugar, las relaciones entre elase y las variables de orden social, econémico y politico eran condicionales, mejor descritas.como estaclisticas que como gencralizaciones universales, y eran indeterminadas en sus deficiencias causales, La clase no es sino wna posible base de la accién, politica. En el lenguaje conceptual de Weber, la clase es una categoria objetiva econémica, definida por el lugar en el mercado de tabajo y por la posesién de bienes y de oportunidades para el ingreso, pero de la posicin de clase no se derivan necesatiamente intereses compartidos y pueden no ditigir a la 7 Una orientacion tradicional de Ia accién caracteriza a los que simplemente adoptan, sin pensarlo, los patrones de vicla de sus padres y de Ia comunidad ienen tna orientacién emocional para Ja accién se dejan llevar por sus valores, de nuevo sin realizar un juicio razonado; tas otras dos orientaciones envnelven el uso de Ia raz6n, Ia orientaci6n racional de valor absoluto tipifica a las personas que hacen compromises emotivos para sus objetivos titimos pero razonan cuidaclosamente ‘en cémo alcanzarlos; por timo, las personas que calcukan sus intereses razonando sobre el proj ‘timo de su vida y caleulando emo alcanzar mejor sus metas, se caracterizan como tipos raci de valor instrumental. 158 REVISTA MEXIGANA DE SOCIOLOGIA 4/93 analizar los objetivos y los yalores sin asumir que todas las personas comparten los mismos objetivos, como Ja teoria de Ja clecci6n racional supone, y sin asumir tampoco, obviamente, que las personas. de la. misma clase 0. comunidad. compar- tan Ja misma orientacién para la accién..Al. mismo. tiempo, Weber reclama la ha- bilidad para examinar los objetivos y los valores sin usar ninguna de las técnicas de la investigaci6n cuantitativa. Para analizar las estructuras sociales, Weber utiliza la técnica de los tipos idea- les (construcciones analiticas que son modelos de los fenémenos que contienen un conjunto de caracteristicas légicamente relacionadas) (Parsons, 1964: 110). Mediante las abstracciones que. propone, ofrece una tipologia de las estructuras de autoridad para analizar las instituciones politicas y que define como arreglos legitimos.de poder entre gran cantidad de personas, de aqui que la base sobre la que se reclama y.se admite la autoridad es la clave de su andlisis. Weber propone tres tipos ideales, basados en las pretensiones de legitimidad: carismatico, tradi- cional y racional-legal, y que se relacionarfan, con los tipos histéricos de domina- cién: feudal, patrimonial y. burocrético.. Las yariaciones, en. las bases de legitimidad est4n directamente relacionadas con las variaciones en las otras carac- terfsticas de la estructura politica. A su vez, esta tipologia es aplicable a toda poli- tica a lo largo del tiempo y del espa: Las tipologias de la accion social y de las estructuras politicas sugieren la ma- nera como Weber relaciona los niveles de andlisis individual y de grupo. La gente en las estructuras politicas particulares por lo general tiene las mismas orienta- ciones respecto de la accién social y precisamente porque la estructura social no determina Ia accién social, esta tiltima tampoco explica a la primera. Cada una es una esfera separada, pero cada una esti relacionada con la otra. La teoria de la eleccién racional, entendiéndose aqui racionalidad come la correspondencia éptima entre fines y medios (Tsebelis, 1990; 18), asume que todas las personas son “maximizadores” racionales de su propio interés, de ma- nera que calculan el valor de los objetivos alternatives y actian eficientemente para obtener lo que desean, En el ambito de la politica este supuesto sc traduce en la afirmacién de que una caracteristica de “las organizaciones es la de fo- mentar los intereses comunes de grupos de personas” (Olson, 1965: 7). Ahora bien, donde la aproximacién de la eleccién racional ha centrado su atencién prioritariamente es en las constricciones impuestas a los actores racionales que representan las instituciones de una sociedad (Tsebelis, 1990: 40). Las institucio- nes vigentes, consideradas en sit sentido mas amplio (también como las reglas del juego), determinan el comportamiento de los actores, los cuales, a su vez, producen resultados politicos o sociales.* Para Tsebelis esta aproximacién pre- senta cuatro ventajas sobre otras: su claridad y parquedad tedrica, su andlisis equilibrado, su razonamiento deductivo y la intercambiabilidad de los individuos (1990; 40-44). ® Segin el propio Tsebelis la razdn de esta paradoja ea simple y estriba en que “la acci6n individual se asume que cs una adaptacién Sptima para un medio institucional. y que la interaccién entre los individues se asume que es una respuesta Optima entre ellos” (1990: 40). (CUANDO HABLAMOS DE.CIENGIA POLITICA, :DE QUE HABLAMOS? 189 Por su parte, Laver (1981); ha: seiialado Jos: principios basicos de. la eleccién racional: J) razonar como ‘si el: mundo politico estuviera compuesto tinicamente por individuos.y sus objetivos; 2) asumir) que las| personas. escogenracional- mente entre sus objetivos, de manera-que: las’ decisiones racionales implican seleccionar los medios apropiados para alcanzar los objetivos deseados; 3) 10s ob- jetivos son intrinsecos. (valorados' en.y por sf mismos) 0 instrumentales (\itiles para alcanzar los objetivos intrinsecos); 4) los objetivos intrinsecos son persona- les y asociales mientras que los instrumentales son sociales; los’ objetivos perso- nales son los que’ uno mismo puede obtener, y los sociales incumben a otros y encierran.fenémenos tales como el respetoy la popularidad que dependen de la visién de otra gente; 5) como consecuencia de que los individuos siempre valo- ran los.objetivos personales y que practicamente todo el mundo quiere mejorar su. situacién. econémica; se define. generalmente-el. interés propio como: “la mejora del bienestar econémico del individuo concernido” (Laver, 1981: 110). Segiin esta vision, la politica comienza con el comportamiento de los individuos, yJos grupos y Jas naciones no acttian, de manera que la politica nola hacen los gobiernos como tales, sino las personas desde posiciones particulares y, por con- siguiente, la explicacién;de.la politica, debe: centrarse en el-comportamiento de os individuos y en aceptar sus metas. Todo ello hace que la aproximacién de la eleccién racional construya modelos de politica en el nivel individual de andlisis. El principal reto que sé planteaa la teorfa de la elecci6n racional, que aboga por el vigor de la légica deductiva més que por la evidencia empfrica, radica en el problema de la accién colectiva; esto: es, asumiendo que los individuos persi- guen racionalmente su propio interés, 1a cuestién radica en’ c6mo deberén jun- arse grandes cantidades para actuar como uno. La solucién se centra en la res- puesta dada por Hobbes en favor de que tinicamente la fuerza del Estado puede hacer que los individuos acttien conjuntamente, circunstancia que se ve ampliada si, ademis, se tiene en cuenta la posibilidad de que aquél suministre bienes pt blicos de cardcter general y diffcilmente obtenibles por grupos sociales por sepa- rado.? La tiltima de las escuelas de anilisis: politico enunciadas examina las variacio- nes en las actitudes, motivaciones y otras caracterfsticas psicolégicas para explicar el comportamiento politico. Tal vez el representante més destacado de esta ten- dencia es: Lasswell (1930, 1962a y 1962b), quien fue el primero en aplicar los principios de la psicopatologia, entonces recientemente elaborados por Freud, a Ia politica. Lasswell dibujé una aguda diferenciacién entre los individuos que, de un modo u otro, eran activos en politica y las “personalidades politicas”, las cua- les se conducfan por motivaciones internas que les hacfan preferir la politica por -encima de cualquier otra carrera. Desarroll6 algunas hipstesis fundamentales sobre el “hombre politico”, como un tipo social, y sobre algunos subtipos, tales como el del “agitador”,;el “te6rico” y el “administrador”. El'estudio intensive de os Ifderes politicos hizo conocidas las influencias operativas de lo “no racional” 9'A este respecto Laver puntualiza que “mientras asumimos que los hombres racionales desearan bienes pablicos, no necesitamos asumir que los desearin intrinsecamente” (198187). 160 REVISTA MEXICANA DE SOCIOLOGIA 4/93 en politica eindicé que era necesario tomar precauciones especiales si se iban a realizar estimaciones politicas tobre fundamentos relativamente' racionales; de esta manera subrayo la"“politica de prevencién” como un medio de liberar las potencialidades constructivas del hombre. Sin embargo, la aplicacién analitica de este modo de aproximacién se dirigid hacia el -éstudio del‘comportamiento electoral 'materializado en el progreso de los estudios de la-denominada escuela’ de Michigan y su modelo de:comporta- miento.electoral:explicitado en el trabajo pionero de Campbell t al. (1960) y, poco después, en los estudios de cultura politica de Almond y Verba (1963): Los politélogos que pueden’ agruparse en’ esta’ escuela de aproximacién ‘al andli- sis politico sostienen que los individuos tienen diferentes conjuntos de actitudes y que incluso en las mismas circunstancias se comportaran de diferente manera, de modo que el: comportamiento politico varfa porque los individuos se encuen- tran motivados por diferentes objetivos cuarido tienen actitudes diversas sobre la politica! Segiin Zuckerman (1991: 53), esta Gltima escuela concentra su atencién en las siguientes ideas basicas: 1) las actitudes contienen tres elementos: afectivo o emo- tivo, cognitive:e intencional; 2) las actitudes son distintas de 1a accion a'la que preceden; por lo que pueden usafse para explicar el comportamiento} 3) ¢s im- portante organizar las actitudes-en nichos de creencias con el objeto de descubrir los prineipios subyacentes; 4) es también importante descubrir los componentes de las actitudes y relacionarlos con el comportamiento; y 5)'lo8 estudios de las actitudes politicas y del ;comportamiento caracterizan cuidadosamente el trabajo empirico ideado yy las hipétesis dibujadas mejor que las teorfas ambiguamente ligadas. Tanto en la manera de obtener los datos como en el modo de interpretarios, hay un acuerdo generalizado ‘por parte de’ los integrantes de esta escuela. Las encuestas de opinion piblica, com una especial atencion a la muestra utilizada y a las preguntas planteadas, junto con el uso de Varias téenicas de andlisis correla- cionales y otras pruebas con regresiones multiples y métodos mis refinados, to- dos ellos tendentes a especificar la importancia relativa de las variables explicati- vasy la relaci6n entre ellas, son los instrumentos utilizados.° Las diferencias’ teéricas que presentan los cuatro grupos’ de teorfas recién enunciadas.ponen de’ relieve la posibilidad de abordar wn mismo’ fenémeno desde posiciones distintas sin que ninguna hipétesis sea tan’ débil que niegue la utilidad de su aproximaci6n teérica 0 provoque a los miembros de la escuela de 1° La investigacién actual busca descubrir relaciones mas complejas entre las actitudes y el compor- tamiento introduciendo nuevos coriceptos y variables e hipdtesis nuevas. Se han formulade tres carac- tevisticas de actitudes como hipétesis que influyen la probabilidad de que afecten al comportamiento subsiguiente: a) las actitudes basadas en la experiencia directa y personal son mis importantes que las que se han formade fuera del entorno individual; 6) las actitudes definidas con mayor claridad tienen un efecto mayor que las imprecisas; y ¢) cuanto mas facilmente recordada es la actitud, mayor es el efecto sobre el comportamiento. Complementariamente, los factores relacionados con los tipos de personalidad y con las circunstancias sociales modifican la repercusion de las actitucles sobre 1 com- portamiento (Zuckerman, 1991: 56). (CUANDO HABLAMOS DE CIENCIA POLITICA, DE QUE HABLAMOS? 161 investigaci6n que la’ propugna que abandonen dicha-aproximacién y sin que ninguna hipstesis sea tan fuerte que obligue 2:su incuestionada aceptacién. El hecho de que la investigacin s¢ lleve a.cabo en el seno de grupos de cientificos que comparten el lenguaje, el método y los argumentos, prestando escasa aten- in a'las otras escuelas:de andlisis, comporta; de una manera ode otra, la divi- sin de la ciencia politica; lo cual representa uno de sus principales problemas actuales que, ir6nicamente, ‘procede ‘de ‘su propia ‘expansién. Esta situacién puede ser paliada mediante la vision comparada'de la disciplina que aboga por el necesario’ entrecruzamiento’ de los ‘dispares utensilios:metodolégicos, aspecto que se retomaré inds adelante. Vv De acuerdo:con la autocxigencia de optar por una’ propuesta concreta, Esta’ se desliza sobre el marco “eastoniano” del estudio de Ia politica, bajo'el método del anilisis comparado, como escenario en el que una determinada dutoridad, cuyos titulos de poder y su proceso’de encumbramiento y remoci6n son también obje- to de estudio, asigne recursos de diferente entidad y magnittid (si bien aquellos qite conforman las ‘politicas pitblicas recibirén” una” mayor atencién), en un maréo definido por la libertad y por la certidumbre en’ unas reglas de actuacién mayoritariamente aceptadas. Su finalidad ¢s maximizar la capacidad de todos los interesades en el estudio de esta disciplina para analizar € interpretar el signifi- cado y las dindmicas de los sucesos politicos y de los procesos gubernamentales. Hay, por consiguiente, un velado interés por ‘reivindicar Ia ciencia polftica aplicada que debe abrir nuevas perspectivas en el escenario intelectual ibero- americano. Para lo cual ¢s necesario enfrentarse a la superacin ‘de la” brecha existente entre'la teorfa'y la prictica de la ciencia politica que orienta a ésta a’ ser una de las ciencias sociales con un crecimiento y expansién’ menor a pesar de alcanzar el grado de “ciencia maestra” (Leftwich, 1950: 5), como ‘consecuencia de su caréeter central en la organizacién de los asuntos del hombre en toda’so- ciedad y en la que resulta imposible separar 1 organizativo de lo normative. Para autores como Andres y Beecher (1989), la debilidad de la disciplina radica preci- samente en la necesidad de que la investigaci6n y la teorfa se desplacen mas alld de la descripcién de los fenémenos politicos y se sittien mas en la focalizacién de modelos predictivos acerca del desarrollo «lel mundo real. Esto es, la ciencia poli- tica se ha preocupado por la descripcién y la explicaci6n de los fenémenos, pero apenas han entrado en un tercerestadio que representaria su prediccién, aspecto “ que harfa el trabajo’ significativamente més trascendente, wtil € interesante. De esta manera, un Cientifico de la politica serfa alguien que tuviera “mas un estado mental que un puesto de trabajo", y la gestaci6n de tal estado deberia convertirse en uno de los objetivos bésicos dela ensefianza en la disciplina. La ruptura de la citada brecha harfa que la teorias reflejaran con mayor precisi6n la realidad, amén de ventajas en: torno al desarrollo de contribuciones sustanciales a. cual-

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