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UNA ARQUITECTURA SENSORIAL DE LA NATURALEZA

En la actualidad, la arquitectura tiene un impacto emocional y sensorial en las personas,

es decir, que por medio de los sentidos nos permite tener experiencias únicas en el momento

de ingresar a un espacio arquitectónico. Goeritz en 1960 desarrolla el término de arquitectura

emocional, y es el primer momento en el que se define ésta como tal. A su vez, obras

anteriores ya brindaban esta experiencia sensorial/emocional, como por ejemplo la Casa de

la Casada o Residencia Kaufmann que se encuentra en Pensilvania, Estados Unidos y fue

realizada por el famoso Arquitecto Frank Lloyd Wright (1939). (Fúnez y Chinchilla, 2017).

En busca de generar un diseño arquitectónico sensorial, se utilizan estrategias naturales que

permiten una interacción con el medio que nos rodea. Fúnez y Chinchilla (2017): “Cabe

también destacar a Peter Zumthor, que según García (2015), coincide con Tadao Ando en

considerar el agua y la naturaleza como factores fundamentales en la experiencia y diseño

sensorial” (p.55). Por otra parte, se presentan estrategias artificiales que utilizando la

tecnología buscan brindar una experiencia digital. Roig y Mestre (2018): “La naturaleza

híbrida (física + digital) del EA insta al individuo a consumir un nuevo paisaje de carácter

urbano, con lo que incrementa así la complejidad fenomenológica de los que una vez fueron

lugares exclusivamente físicos, pero que pronto pasarán a formar parte del paisaje propio de

la ciudad aumentada” (p. 79). En este texto se dejará en evidencia que se brinda una mejor

arquitectura sensorial por medio de la naturaleza, ya que al integrarse en un entorno natural

se perciben sensaciones que solo esta puede brindar.

En primer lugar, se utilizan recursos naturales para ambientar los espacios, que permite

una interacción de la persona con el entorno en el cual se encuentra. El agua y la naturaleza

como factores fundamentales en la experiencia. Es decir, se utilizan elementos naturales en


los espacios arquitectónicos para que exista una correlación entre el usuario que lo habite y

la naturaleza, permitiendo así una experiencia sensorial única que solo esta tiene la capacidad

de brindar. Por ejemplo, la Casa de la Casada o Residencia Kaufmann (Pensilvania, Estados

Unidos) es la mejor manera de ilustrar una arquitectura sensorial, ya que brinda una relación

directa con la naturaleza, al estar situada en un bosque, encima de una plataforma de roca y

junto a una cascada que produce un sonido singular. Así lo afirman, Fúnez y Chinchilla

(2017)

La casa fue pensada para que se percibiera el sonido del agua y se integrara en el

entorno natural; ambos factores, junto con los juegos espaciales y la iluminación de los

espacios interiores, crean una sensación de movimiento en el que el contrapeso del

carácter dinámico frente al estático hace que el habitante involucre todos sus sentidos.

(p. 59)

Por otro lado, se utilizan colores orgánicos que sean afines con el espacio

arquitectónico para que así se logren efectos visuales agradables y estímulos psicológicos.

En otras palabras, se deben incluir colores cálidos, fríos, tenues o luminosos según la

sensación que el espacio desee transmitir, para lograr así una conexión visual como primera

medida, y seguidamente, se cree un vínculo directo del usuario y el espacio.

Para ilustrar, el Royal Children´s Hospital (Australia), está compuesto por una fachada en

colores que cambian de rojo a verde al proteger del sol. Además, su interior está relacionado

con el color y la textura gracias a diferentes obras de arte introducidas entre las cuales se

encuentra la enorme pecera que está en la parte central del edificio. Así lo afirma Partnership,

(2012) el RCH es un espacio tranquilo y legible, en donde la luz, el aire y el paisaje que
ofrece el interior transmite tanta satisfacción, que las personas disfrutan el hecho de

encontrarse en él.

Otra razón, es que, al estar las emociones ligadas con los recuerdos, la cultura es un

factor importante en la construcción de los espacios arquitectónicos, ya que permite que aquel

que lo habite se traslade a su pasado y sienta la conexión directa con este. En efecto, que se

genere un estímulo psicológico, que permita al usuario establecer una relación con su historia

de vida y el espacio en el cual se incorpora. Así como lo explica Baldwin, (2019) con la

arquitectura marroquí contemporánea que busca reinterpretar las tradiciones, proponiendo

diseños de arte detallados con patrones geométricos y patios abiertos, además implementa

ruinas antiguas en sus obras modernas, que permite una conexión histórica y tradicional con

el espacio. Sin embargo, se pueden crear mejores experiencias sensoriales por medio de

elementos tecnológicos, como el aire acondicionado, las casas inteligentes o paisajes

artificiales, ya que estos brindan una mayor comodidad. Así como lo afirman Mestre y Roig,

(2018) al momento de integrar dispositivos tecnológicos y piezoeléctricos táctiles, que con

el solo contacto permite un manejo perfecto de actividades tanto al interior de un espacio,

como al exterior de este. Desde plataformas que se activan con el solo movimiento hasta un

paisaje cinético con percepción táctil 3D a distancia, trayendo así, más comodidad y una

“visualización futurista como arte”. A pesar de esto, al implementar elementos tecnológicos

como el aire acondicionado se desaprovechan los espacios, se perjudica el medio ambiente y

se generan cambios bruscos en la temperatura que no permiten una experiencia sensorial

amena. Además, las casas inteligentes y los paisajes artificiales a pesar de generar esa visión

futurista tan ideal tienen unos altos gastos económicos iniciales y de mantenimiento, por lo

cual a largo plazo su estancia no será muy agrandable, y se pierde completamente esa
experiencia de contacto directo con el medio natural que nos rodea. Así como lo afirma Fúnez

y Chinchilla (2017) “se considera el agua y la naturaleza como factores fundamentales en la

experiencia de un diseño sensorial” al avivar todos los sentidos, y generar una verdadera

experiencia emocional.

Concluyendo así, que las mejores experiencias sensoriales se dan a partir de una

conexión directa con un medio natural, y como aquellos espacios arquitectónicos que

integran esta naturaleza a sus diseños son los únicos capaces de brindar una arquitectura

sensorial completa, que estimule cada uno de los sentidos humanos al ingresar en dicho

espacio.

Referencias

Fúnez A. & Chinchilla, M. (2017). Consideraciones para una arquitectura que emocione.

Revista de arquitectura AUC, Universidad católica de Santiago de Guayaquil. 39, 53-

61. Recuperado de: https://editorial.ucsg.edu.ec/ojs-auc/index.php/auc-

ucsg/article/view/101

Roig E. & Mestre, N. (2018). El paisaje artificial del entorno aumentado. Análisis estructural

y casuística del medio sensorial. Revista de Arquitectura de la Universidad de los

Andes. 24, 79-88. Recuperado de:

https://revistas.uniandes.edu.co/doi/abs/10.18389/dearq24.2019.07

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