Está en la página 1de 3

Leyenda del flechador del sol

En la nación Mixteca, existe la leyenda de un héroe mixteco llamado Tzauindanda, (también


conocido como Yacoñooy o Mixtecatl), quien demostró que la fuerza de la voluntad y el
amor a su patria hizo posible que pudiera librar la batalla más difícil y con ello vencer al
enemigo más fuerte que cualquiera pudiera tener. Esta héroe es mejor conocido como “EL
Flechador del Sol”, y la leyenda dice, que:

Eran dos árboles gigantes que existían en el fondo de una misteriosa cueva en tierras de
Apoala, que llegaron a amarse tanto, que entrelazaron, sus ramas y unieron sus raíces, de
este fantástico amor, nació el primer hombre y la primera mujer Mixtecos. Con el tiempo,
aquellos seres tuvieron hijos y os hijos de los hijos fundaron la ciudad de Achiutla, lugar
donde nació Tzauindanda. La población de Achiutla creció tanto que ya no cabían, entonces
Tzauindanda decidió salir a conquistar las tierras que necesitaba su pueblo para asentarse,
así que tomó su arco y flechas y partió una mañana, dispuesto a disputárselas a quien
fuera.

Por días, no descansó un solo instante hasta que llegó a una vasta y deshabitada extensión
en donde no halló nada que estorbara su paso, sólo el sol brillaba esplendoroso como
dueño y señor de aquellas tierras; tierras que Tzauindanda codició para él por frescas y
hermosas.

Tzauindanda alzó la vista, no había una sola nube que le quitara el sol; después de un rato
sediento y cansado, sentía los rayos del sol como cuchillos, como flechas que se clavaban
en cada parte descubierta de su piel. Entonces comprendió: ¡El Sol era el señor de aquellas
tierras!, por lo que levantó su arco y lanzó muchas de sus flechas contra el sol.

Por fin al atardecer se dio cuenta de que el sol se había debilitado, ya no herían sus rayos
con la misma fuerza y el cielo tenía un ligero tinte rojo. Poco a poco el sol empezó a caer
y el cielo se puso más y más rojo, hasta que por fin cayó tras los montañas , el cielo
estaba teñido con la sangre del sol, indicaba donde había caído vencido el poderoso señor;
¡Tzauindanda, lo había derrotado!; de ahí, nuestro eslogan que dice: “lo Imposible, es
Posible”.

La figura del Flechador del Sol, es el símbolo del IDM, Significa que nada es imposible
cuando se tiene la determinación de cambiar. El héroe de Tilantongo, como dice la leyenda,
se enfrentó al sol en desigual combate, hasta que una de sus flechas dio en el blanco y el
sol, herido, cayó rendido hacia el abismo de la noche.
Escultor Tiburcio Ortiz

Tiburcio Oriz, nace en la Región de la Mixteca en 1945 en Santa Catalina Chinango, estado
de Oaxaca. De 1960 a 1962 fue aprendiz en el taller de la escultura religiosa en Huajuapan
de León. Estudia talla en piedra y mármoles el taller Chimalhuacán del Estado de México.

Fue profesor y promotor del Nuevo Diseño en Cerámica, fundó los Talleres Libres de Artes
Plásticas en la Universidad Obrera de México.

En 1966, ganó su Primer Premio de Escultura; otorgado por la ENAP, en 1984 ganó el
Premio al Mérito; otorgado por la Galería Internacional de la Ciudad de Nueva York, en
1990, ganó el Premio The Hakone Open Air Museum en Tokio Japón.

En escultura de hierro elaboró al FLECHADOR DEL SOL, símbolo de una leyenda Mixteca,
misma que donó al Instituto para el Desarrollo de la Mixteca, A.C. y que desde el
nacimiento del Instituto, se ha utilizado como logotipo del mismo.

También podría gustarte