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Bacterias: Las bacterias son seres generalmente unicelulares de tamaño variable y su estructura es
menos compleja que la de organismos superiores. Las bacterias son ubicuas y juegan un papel
fundamental en la naturaleza y en el hombre, ya que la presencia de una flora bacteriana normal
es indispensable, aunque asimismo hay bacterias (gérmenes) que resultan patógenas. Las
bacterias patógenas son una de las principales causas de enfermedades humanas, destacando las
intoxicaciones alimentarias, intoxicaciones provocadas por consumo de alimentos que pueden
estar contaminados por una mala manipulación.
Virus: Los virus son una entidad infecciosa microscópica que sólo pueden multiplicarse dentro de
las células de otros organismos, y tienen una alta capacidad infectiva. Los que llegan a los
alimentos, normalmente son de origen fecal y los contaminan a través de aguas contaminadas, por
lo que el mayor problema se da en productos como moluscos bivalvos, pescados, mariscos y
vegetales. Que una persona en contacto con alimentos tenga falta de higiene también puede
provocar contaminación.
Hongos: Los hongos son microorganismos con un nivel de complejidad biológica superior al de las
bacterias; representan un grado mayor de diferenciación. Existen unas 250.000 especies de
hongos en la naturaleza, aunque tan sólo se conocen poco más de 150 especies que puedan Tipos
de contaminación alimentaria 3 producir patología en el ser humano. Las micosis son las
enfermedades producidas por los hongos y tienen características clínicas y microbiológicas
exclusivas que los hacen diferentes de otros microorganismos. Los hongos pueden ser divididos en
mohos y levaduras.
Suelo
En el suelo se acumulan microorganismos procedentes de todas las fuentes de contaminación
(agua, animales, plantas, aire, etc.); cuanto más fértil sea, más especies y más número de
microorganismos tendrá. Podríamos decir que casi todas las especies importantes en
microbiología de los alimentos pueden encontrarse en los suelos. Una de las contaminaciones
más peligrosas que puede aportar el suelo es de bacterias esporógenas termorresistentes,
como diversas especies del género Clostridium.
Estos microorganismos pueden llegar a los alimentos arrastrados por las corrientes de agua,
junto con las partículas de polvo que levanta el aire, o por insectos y otros animales. Además,
en el suelo aparecen residuos químicos procedentes de los tratamientos agrícolas (fertilizantes
y plaguicidas), que se acumulan y permanecen en el mismo.
Agua
El agua es un elemento fundamental en las industrias de los alimentos, ya sea como parte
constitutiva de los alimentos (ingrediente), como agua de limpieza de las instalaciones o de los
propios alimentos, o la utilizada en otros procesos como enfriamientos, hielo de conservación,
esterilización, etc. En todos los casos, el uso de agua contaminada provocaría una
contaminación irremediable en todos los productos elaborados.
Debido a esto se debe prestar especial atención al estado microbiológico del agua utilizada en
el procesado de alimentos: el agua a utilizar debe ser potable, es decir, se puede beber sin
ningún riesgo para la salud, o lo que es lo mismo, está exenta de microorganismos patógenos.
Plantas
Las plantas reciben contaminación del suelo (trasladada por el viento y el agua de lluvia), de las
aguas de riego (será mayor si se utilizan aguas residuales no tratadas), de los animales e
insectos y, por último, de los manipuladores y materiales empleados en su procesado.
Aparte de la flora superficial, se ha comprobado que algunas frutas pueden contener en su
interior microorganismos viables, que podrán desarrollarse en cuanto encuentren las
condiciones adecuadas.
Animales
Todos los animales llevan altas cargas microbianas sobre su piel, en sus vías respiratorias, en
las mucosas y en el tracto intestinal. Aparte de la flora propia, llevan consigo también la que
reciben del suelo, el estiércol, el agua, los alimentos que consumen y el entorno.
En la piel predominan los Staphylococcus y Streptococcus. Las heces de los animales y todos
los productos que hayan podido ser contaminados por ellas contendrán microorganismos
entéricos, como por ejemplo Salmonella sp., capaz de provocar graves intoxicaciones al
consumidor; de ahí la importancia de tratar los canales aplicando las máximas medidas de
higiene.
Manipulación y tratamiento
APLICACIÓN DEL FRÍO El frío artificial es sin duda una de las técnicas cuya aplicación es
esencial por el hecho de preservar el conjunto de cualidades higiénicas, nutricionales y
organolépticas de los productos y anula en gran parte las pérdidas de éstos, siendo necesario
para casi todos los procedimientos de transformación y de conservación de los alimentos
perecederos. Sin embargo, el frío no esteriliza los productos de consumo así se lleven cerca
del cero absoluto, y por consiguiente la buena higiene durante toda la cadena desde la
producción hasta el consumo, debe ser observada en la manipulación de alimentos. El agua
cuantitativamente es el principal constituyente de los alimentos perecederos y se transforma
en hielo cuando la temperatura disminuye. La temperatura a partir de la cual comienza la
transformación del hielo se denomina crioscópica ó de congelación principiante, que es una
característica física. Según si el almacenaje se efectúa a una temperatura superior ó inferior a
aquella, se distinguen dos procedimientos para aplicación de frío:
IRRADIACIÓN La irradiación tiene los mismos objetivos que otros métodos de tratamiento
de los alimentos: reducir pérdidas ocasionadas por alteración descomposición y combatir los
microbios y otros organismos. El empleo de radiaciones ionizantes en los alimentos, tiene
efectos letales para los microorganismos y las dosis empleadas no deben constituir peligro
para la salud de los consumidores, solamente deben garantizar que su acción sea similar a la
destrucción por el calor, o sea que en proporción al aumento de la dosis, disminuya
exponencialmente el número de gérmenes que sobreviven. Muchas de las aplicaciones
prácticas del tratamiento por irradiación tienen que ver con la conservación, puesto que ésta
inactiva los organismos que descomponen los alimentos, en particular las bacterias, los mohos
y las levaduras. Además es muy eficaz para prolongar el tiempo de conservación de las frutas
frescas y hortalizas porque controla los cambios biológicos normales asociados a la
maduración, la germinación y por último, el envejecimiento. La irradiación destruye también
los organismos causantes de enfermedades, inclusive los gusanos, parásitos e insectos que
deterioran los alimentos almacenados. Las dosis de radiación ionizante utilizadas son
establecidas en las recomendaciones del Códex Alimentarius y son aplicadas en unidades
llamadas Grays, variando según el tipo de alimento y de las necesidades del tratamiento, pero
en todo caso sin exceder los 10 kGy .