Está en la página 1de 2

CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA Y EFECTO

INVERNADERO
La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han
disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de
efecto invernadero han aumentado significativamente. Es probable que a finales
del siglo XXI la temperatura en superficie sea superior en 1.5ºC a la del periodo de
1850 a 1900. Todo esto llevará a cambios globales en el clima que tendrán
implicaciones por, al menos, cientos de años.
Todos estos datos son incorporados en modelos climáticos, los cuales reproducen
patrones y tendencias de la temperatura en superficie, y otros parámetros, a
escala continental observados a lo largo de muchos decenios. Estos estudios
basados en observaciones y modelos combinados nos ofrecen tendencias y
predicciones sobre la magnitud del calentamiento mundial como respuesta al
forzamiento pasado y futuro.

SABER QUÉ PASA EN LA ATMÓSFERA


Aunque los modelos climáticos han mejorado a lo largo de los años, en todas
estas conclusiones tenemos razonables incertidumbres, que vienen derivadas de
un conocimiento incompleto de la química y comportamiento de nuestra
atmósferas. De manera general, podemos decir que nuestras incertidumbres
vienen delimitadas por falta de conocimiento delas reacciones que generan,
procesan y eliminan estos compuestos, así su interacción físico-química con la
radiación solar. La atmósfera es un medio muy reactivo en la que un determinado
compuesto está sometido a la influencia de muchos factores que pueden alterar su
estado.
Recientemente se ha puesto de manifiesto que en buena parte de las regiones del
planeta, la mayor fuente de destrucción del ozono en la troposfera (región baja de
la atmósfera que está en contacto con la superficie terrestre) es su reacción con el
Yodo. Además, a su vez, estas reacciones pueden, en determinadas condiciones,
dar lugar a la generación de aerosoles, los cuales tienen también una influencia
clave en los procesos de calentamiento o enfriamiento de la Tierra. Por lo tanto, el
estudio de los procesos en los que interviene el yodo resulta clave para llegar a un
mejor entendimiento de nuestra atmósfera, y poder así tener una mayor precisión
en nuestros modelos climáticos.
La fuente principal de emisión de compuestos de yodo son los océanos. En ellos,
el yoduro del agua de mar reacciona con el ozono en superficie, dando lugar a
emisiones de yodo reactivo (I, I2, HOI, etc.) que son los responsables de los
procesos anteriores. Adicionalmente, las algas de las zonas costeras, así como el
fitoplancton (organismos acuáticos del plancton), como consecuencia de sus
procesos biológicos, son también responsables de la emisión de yodo reactivo.
grandes concentraciones sobre la Antártida, región que tiene una importancia
clave en los procesos climáticos del planeta.
Se ha predicho además, que el incremento de ozono troposférico provocado por
las emisiones humanas en la época industrial, ha llevado a incrementar
considerablemente la concentración de yodo en la atmósfera, por lo que se pone
de manifiesto la importancia de tener en cuenta todos estos procesos en los
modelos QuímicoClimáticos.
Nuestro grupo de investigación (formado por investigadores del Instituto de
Estructura de la Materia del CSIC, en Madrid, y de la Escuela de Ingeniería
Industrial de la Universidad de Castilla La Mancha, en Toledo) tiene como objetivo
determinar el mecanismo por el que se producen estos procesos y poder así
cuantificarlos. En el laboratorio podemos llevar a cabo estas reacciones de
manera controlada, de tal manera que podemos cuantificar los procesos y separar
las contribuciones de los diferentes factores que les afectan (presión, temperatura,
humedad, radiación solar, presencia de otras sustancias…).
Además los cálculos teóricos (a través de programas de cálculos químico-
cuánticos) nos permiten predecir el comportamiento de las diferentes especies que
nos interesen en función de su reactividad frente a otras moléculas o frente a la
radiación solar. Recientemente, hemos lanzado además una campaña de
crowdfunding a través del proyecto Precipita de la Fundación española para la
Ciencia y la Tecnología, FECYT. El objetivo es difundir nuestro proyecto y
conseguir fondos que nos ayuden al desarrollo de estas investigaciones para
continuar contribuyendo al conocimiento y entendimiento de la Atmósfera y el
Clima.

También podría gustarte