El (MEN, 2017) ha considerado que, dentro del enfoque de derechos, la
diversidad hace parte de la condición humana, por lo que el Estado y la Sociedad deben dirigir sus acciones al logro de una atención integral que responda a las particularidades y mejore la calidad de vida de todos los estudiantes.
Es por eso que dentro del proceso de aprendizaje y enseñanza existe un
elemento primordial en el marco de la educación inclusiva, y es la planificación de acciones y estrategias pertinentes por parte de las instituciones educativas para que los estudiantes con discapacidad y/o talentos excepcionales accedan con facilidad a la educación (MEN y Fundación Carvajal, 2017).
Unas de las tantas recomendaciones propuestas por el (MEN, 2017) para
las instituciones educativas que quieran mejorar el diseño de sus acciones orientadas a la atención de los niños con estas características especiales, son:
Primeramente y muy importante garantizar el acceso y la
permanencia en el sistema educativo de estos estudiantes con condiciones especiales.
Realizar procesos de observación y caracterización educativa de los
estudiantes en quienes se sospeche una discapacidad y/o talentos especiales, o que ingresen con un diagnóstico emitido por una entidad competente, que permitan la identificación temprana de sus necesidades educativas, así como de las fortalezas y las potencialidades con que cuentan, en todos los niveles educativos. Reportar ante el Sistema Integrado de Matrícula (SIMAT) a los estudiantes con discapacidad, en el momento de inscripción en la institución para que se tenga un reconocimiento de su condición. Incluir el enfoque de educación inclusiva en el Proyecto Educativo Institucional (PEI), mediante procesos de autoevaluación que determinen el estado real de los procesos de inclusión del establecimiento educativo, y permitan incluir acciones concretas en el Plan de Mejoramiento Institucional (PMI), en pro de la garantía del derecho a la educación de los estudiantes con discapacidad y/o talentos excepcionales. Incluir en el manual de convivencia el enfoque de educación inclusiva y atención a la diversidad. Encaminar acciones de formación permanente sobre educación inclusiva y la inclusión de estudiante con discapacidad y/o talentos especiales, dirigidas a directivos docentes, docentes de aula, docentes de apoyo, administrativos, profesionales, equipo interdisciplinar y familias. Contar con docentes que conozcan sobre los perfiles de funcionamiento cognitivo, social y emocional de los estudiantes con discapacidad, y sus necesidades en los distintos niveles educativos. Realizar modificaciones de infraestructuras físicas y tecnológicas, para garantizar la accesibilidad al medio físico, la información y la comunicación de todos los estudiantes; en el caso de colegios oficiales inicialmente hace el reporte de dichas necesidades de manera oportuna. Establecer comunicación permanente, dinámica y constructiva con las familias y los cuidadores de estos estudiantes, dándoles a conocer las acciones que adelanta el establecimiento educativo para fortalecer el proceso de inclusión y aprendizaje de estos estudiantes, solicitando su participación activa y apoyo permanente.
En las escuelas de padres, adelantar con todas las familias del
establecimiento educativo, jornadas de sensibilización sobre el derecho a la educación de las personas con discapacidad y la creación de condiciones sociales y pedagógicas favorables para su aprendizaje y participación. Realizar reuniones periódicas, que incluya a docentes de aula, docentes de apoyo, orientadores, equipos interdisciplinarios y directivos docentes, para hacer seguimiento a los procesos de aprendizaje de los estudiantes con discapacidad del establecimiento educativo. Reportar de manera oportuna ante el ICFES a los estudiantes con discapacidad que presenten pruebas de Estado, con el fin de garantizar los apoyos y los ajustes razonables necesarios y pertinentes. Establecer articulación con el sector salud para garantizar una atención oportuna y pertinente a todas y cada una de las necesidades de apoyo de los estudiantes con discapacidad que se encuentren matriculados en el establecimiento educativo. Esto supone solicitar un diagnóstico oportuno, cuando se sospecha que el estudiante tiene una discapacidad, o solicitar y apoyar a la familia para tramitar los servicios terapéuticos que el estudiante requiera (psicología, neuropsicología, terapia ocupacional, del lenguaje, física, entre otras). Si es del caso, pedir asesoría y acompañamiento en aula.