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Marco teórico

Índice.

“¿Cómo afecta la falta de atención de los padres en el proceso aprendizaje de la

escuela primaria Nueva Creación, grupo 3ro B?”

1. La familia en la educación. (5 Paginas)

2. La educación en tiempos de pandemia. (2 Paginas)

3. Proceso aprendizaje. (4 Paginas)

4. Importancia de la comunicación padres e hijos. (4 Paginas)

5. Importancia de la participación de los padres en la enseñanza. (8 Paginas)

6. Actividades que requieran la participación de los padres. (4 Paginas)


La familia en la educación

En ocasiones, las expectativas de las familias ante la llegada del bebé se ven

acompañadas de un sentimiento de desamparo ante la realidad de afrontar la

crianza sin tener la formación que dé sentido a su actuación como padres, sobre

todo cuando se presenta alguna situación especial (Murray, 2013). Sin embargo, a

pesar de que la función educativa de las familias está siendo cuestionada, éstas

continúan gozando de gran protagonismo. Educar desde la familia para que ésta

siga siendo un lugar de "arquitectura" en la edificación de las nuevas generaciones

para afrontar las dificultades del presente y del futuro, implica generar un espacio

en el que la convivencia sea agradable, y en el que sus miembros se sientan

acogidos y reconocidos (Mínguez, 2014). De hecho, las familias que se involucran

en la educación de sus hijos, según Stitt y Brooks (2014), compensan las

dificultades escolares al atender el desarrollo social, emocional, espiritual e

intelectual de sus hijos.

Por otra parte, las nuevas tendencias pedagógicas sobre calidad educativa,

escuelas democráticas, inclusivas o eficaces, incluyen a las familias como

elemento posibilitador o inhibidor de estos componentes. De hecho, la implicación

y participación constructiva de las familias, que se traduce en una actitud favorable

de los padres hacia el centro escolar, es considerado un ejemplo de buenas

prácticas y a su vez constituye una característica de las escuelas eficaces

(Azpillaga, 2014). De igual modo, la posibilidad de coordinar y orientar iniciativas

educativas relevantes a partir del debate y la participación de todos (familias,


profesorado, equipo directivo, representantes del ayuntamiento y de los alumnos,

entre otros), supone una conquista de la democracia en los centros educativos

(Jurado, 2010). Por ello, el profesorado debe estar suficientemente formado para

poder facilitar una participación significativa de las familias, más aún si se toma en

cuenta que, para los maestros, uno de los retos más importantes es establecer

relaciones de calidad entre los padres y madres del alumnado y la institución

educativa (Evans, 2013).

Al analizar la participación de las familias por nivel educativo de los centros, las

etapas de educación primaria e infantil presentan los mayores porcentajes de

participación. En un trabajo anterior en el que se estudió la comunicación entre las

familias y el centro educativo se detectó, en general, un bajo nivel de participación

de los padres en la vida del centro escolar; también se encontró que los padres

cuyos hijos cursan educación secundaria obligatoria y bachillerato participan

menos que aquellos cuyos hijos están en educación infantil y primaria (Beneyto,

2015).

Por su parte, Castro y García-Ruiz (2013) analizaron cuantitativamente la

percepción del profesorado de educación infantil y primaria respecto a la relación

que éste mantiene con las familias; en sus resultados los autores reportaron una

relación fluida (91 por ciento), así como una alta satisfacción con el nivel de

implicación de las familias en el centro escolar (73.4 por ciento). Este estudio ha

sido completado con entrevistas a los docentes en las que se han recogido

afirmaciones como: la educación es una tarea compartida entre padres

educadores; el rol educativo de la familia es incluso más importante que el de la


escuela; algunos docentes se sienten cuestionados en su competencia por las

familias; la familia está delegando su acción educativa en la escuela; entre familia-

escuela debe haber confianza y escucha activa, etc.

Corresponsabilidad educativa familia-escuela

Para Wild, (2012), la educación de un niño requiere de la participación educativa

de toda una tribu, ya que ni los padres, ni los docentes, por sí solos, pueden

educar a las nuevas generaciones para la felicidad y la dignidad. La implicación de

las familias en los centros escolares no es tanto una cuestión de competencia

escolar; más bien se trata de una cuestión moral, y de una responsabilidad. Lo

que se pretende es crear un concepto de educación colectivo, sustentado en la

participación y en el concepto de comunidad como núcleos esenciales, los efectos

positivos en los jóvenes se producen si el enlace entre el medio ambiente y el

entorno familiar se traduce en una acción educativa coherente y cohesionada. Al

respecto, Epstein (2011) señala que la responsabilidad compartida es la mejor

solución para conseguir una implicación eficaz de los padres, e identifican seis

tipos de colaboración: parental, comunicativa, voluntariado, aprendizaje en casa,

toma de decisiones y apoyo a la comunidad.

En aras de superar las posibles tensiones que pueden producirse entre familia y

escuela (Ruiz, 2014) se ha asentado como principio pedagógico altamente

consensuado la corresponsabilidad educativa entre ambas instituciones, entendido

no sólo como la importancia de establecer relaciones cordiales y frecuentes, sino

como implicación conjunta en la gestión educativa. De este modo, la influencia de


cada institución socioeducativa depende, entre otros factores, del tipo de

relaciones que se establezcan entre la familia y la escuela, pero en cualquier caso

no es individual o aislada, sino sistemática e interrelacionada (Sánchez Núñez y

García Guzmán, 2010).

El tema que nos ocupa constituye un ámbito que suscita constantemente nuevos

interrogantes que requieren ser investigados desde diversas metodologías; la

versatilidad de los argumentos expuestos anteriormente nos conduce a

plantearnos: ¿cómo es posible que siendo la familia un aspecto esencial de la

educación que complementa la acción educativa de los centros escolares, no

existan lazos estrechos de colaboración entre ambas instituciones? Nos

encontramos ante un tema complejo y poliédrico, y precisamente por ello deberá

ser abordado desde una perspectiva interdisciplinar. En el ámbito legal, en España

se sostiene que la escuela desempeña una función complementaria, pero que la

responsabilidad última de derecho recae en las familias (derecho a decidir la

educación de sus hijos, a tener la última palabra en caso de que existan

divergencias y derecho a participar). Esto se aplica tanto a la participación

normativa (implicación en las asociaciones de padres y madres y consejos

escolares), como a la no normativa (participación en otros aspectos no

establecidos en las leyes de forma explícita).

La necesidad de incluir a los padres y madres en la toma de decisiones educativas

en el ámbito escolar, nace de la idea de una sociedad moderna y democrática que

exige la participación de los ciudadanos; en este anhelo, el sistema educativo

funge como el principal responsable en la trasmisión e interiorización de los


valores participativos (Egido, 2014). No obstante lo anterior, los mecanismos de

participación establecidos en las normativas educativas españolas son

insuficientes e inadecuados, y requieren, al menos, de una revisión crítica del

modelo de participación que promueven, de los niveles de participación

alcanzados y del impacto escolar y familiar que han tenido.


2.- La Educación en Tiempos de Pandemia

La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) según ha provocado una

crisis sin precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación, esta

emergencia ha dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de

instituciones educativas en más de 190 países con el fin de evitar la propagación

del virus y mitigar su impacto. Por su parte, la UNESCO ha identificado grandes

brechas en los resultados educativos, que se relacionan con una desigual

distribución de los docentes, en general, y de los docentes mejor calificados, en

particular, en desmedro de países y regiones con menores ingresos y de zonas

rurales, las que suelen concentrar además a población indígena y migrante.

En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han

adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales

en todos los niveles, lo que ha dado origen a tres campos de acción principales: el

despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de

una diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y

la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud

y el bienestar integral de las y los estudiantes.

El objetivo de este documento es visibilizar la diversidad de consecuencias que

estas medidas tendrán sobre las comunidades educativas a corto y mediano

plazo, así como plantear las principales recomendaciones para sobrellevar el


impacto de la mejor manera posible, proyectando oportunidades para el

aprendizaje y la innovación en la educación posterior a la pandemia planteado

por .el autor (Montenegro,2020).

A diferencia de otros años según (Ortega, 2020), el inicio del ciclo escolar 2020-

2021 para más de 30 millones de estudiantes y 1.2 millones de docentes fue

totalmente distinto: fue un arranque con escuelas vacías, sin tráfico matutino, sin

carreras en la entrada de los colegios y sin los nervios del primer día en las aulas.

Para continuar con la educación durante la emergencia sanitaria causada por la

pandemia de COVID-19, la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció una

estrategia entre medios públicos y privados para la transmisión de contenidos

educativos, Aprende en Casa.


3.- Los procesos de aprendizaje

Etimológicamente, aprender  proviene del latín apprehendere: atrapar, asir,

agarrar. Y según el  diccionario de la Real Academia Española contiene varias

acepciones, pero tomaremos “Adquisición por la práctica de una conducta

duradera”.

En este sentido, entre la variedad de definiciones encontradas sobre el concepto

de aprendizaje, y a modo de resumen, en el documento Definiciones

Aprendizaje.pdf que encontraréis justo debajo se especifican algunas acepciones

más sobre este vocablo, que como bien describe Faye.(2010)  “es una experiencia

humana tan habitual que apenas se reflexiona sobre lo que significa haber

aprendido algo”.

Sabemos que la adquisición del conocimiento es un acto que se realiza durante

toda la vida y a través de la experiencia. Según Marqués (2010),  para aprender se

deben realizar los siguientes procesos:

-Acceder a la información

-Procesar y comprender  la información

-Memorizar a largo plazo

-Transferir el conocimiento a nuevas situaciones


Pero no todas las experiencias que tenemos logran ser aprendidas. Así, las

conductas pueden ser innatas: (no necesitan aprendizaje) o adquiridas (conductas

aprendidas mediante la experiencia).

El aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender algo, no cuando alguien

quiere enseñar” Roger Schank

¿Cómo aprendemos?

Gutiérrez (2013) detalla que conociendo cómo funciona el cerebro  se puede llevar

a cabo un aprendizaje más efectivo. A este respecto, esta autora señala

algunos principios básicos a tener en cuenta como por ejemplo: que lo que vemos

no es exactamente lo que nuestro cerebro ve; que el orden de los contenidos

influye para su procesamiento al igual que  el ambiente que rodea al alumno; 

cuánto tiempo estamos prestando atención a un determinado tema o que  la

participación activa del estudiante promueve el aprendizaje; (Si pincháis en

“principios básicos” podréis encontrar información más detallada sobre los

principios básicos del aprendizaje).

Igualmente, Cody Blair nos indica, a través de la pirámide del aprendizaje, la

manera en que aprenden y recuerdan los estudiantes en función de las

actividades que realizan. De la imagen se desprende que cuando se involucra al

estudiante  en el proceso de aprendizaje el porcentaje de retención es mayor que

si el estudiante es un sujeto pasivo.
Finalmente, dando unas breves pinceladas en relación a la prospectiva del

aprendizaje, Marcelo (2015) detalla nuevas formas de aprender innovando con  las

TICs en la Universidad centradas en: el sujeto que aprende (activo, constructivo,

con motivación e implicación), en el aprendizaje social (compartir, colaborar en

comunidad) y en el aprendizaje a lo largo de la vida (en cualquier momento y

lugar,  mediante una combinación de físico y virtual y de prosumer).

Estilos de Aprendizaje

Se denomina estilos de aprendizaje a las diferente técnicas o estrategias que cada

uno utilizamos para aprender algo.

En el proceso de Enseñanza-Aprendizaje, al igual que existen diferentes enfoques

metodológicos debido a la  variedad de docentes que imparten sus clases, nos

encontramos con estudiantes que cuentan con estilos de aprendizaje distintos, 

pues no todos aprendemos igual ni con la  misma rapidez.  Así, si conocemos los

diferentes estilos de aprendizaje de nuestro alumnado, podremos diseñar las

experiencias de aprendizaje que mejor se adecuen a esos estilos.


Estilos de Aprendizaje
4.- Importancia de la comunicación entre padres e hijos.

Cuando se habla de la importancia de la comunicación entre padres e hijos según

[Sunset academy, 2017], no sólo se hace referencia al diálogo que debe existir

entre los distintos miembros de la familia. No basta con que todos “se lleven bien”

y ya.

Es vital que en esa comunicación los padres tomen la batuta para hablar de

ciertos temas que podrían resultar complicados de tratar, e incluso en

determinados momentos hasta incómodos para los propios papás, para los hijos, o

para ambos.

Sin embargo, la importancia de la comunicación entre padres e hijos en los temas

de prevención es algo que no puede dejarse de lado. En ese sentido, enseguida te

compartimos tres puntos indispensables que debes tocar con tu hijo o hija para

que, en el futuro, no tengas que lamentarte:

-Cómo nacemos, qué es el sexo.

Comencemos aclarándoles a los hijos cuál es su origen, y el de nosotros, y el de

todas las personas. No fuimos semillas, ni fue la cigüeña la que nos trajo. Cuando

los niños crecen y se convierten en adultos pueden, si así lo desean, sus propios

hijos. ¿Cómo lo hacen? Teniendo relaciones sexuales, las cuales son motivadas

básicamente por dos razones: por amor, o por el hecho de simplemente querer

disfrutar del sexo junto a otra persona que también desea lo mismo.

Es mejor que todo esto lo sepa de boca de los padres, hablándole también de los

métodos anticonceptivos, de los riegos del sexo (enfermedades venéreas y

embarazos no deseados).
-La amistad.

Es posible, y deseable, que los padres y sus hijos establezcan una relación con

varias características propias de una relación de amistad. En ese sentido, la Real

Academia de la Lengua Española define la amistad como “afecta personal, puro y

desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

Asegúrate de que tus hijos sepan bien cómo es la amistad, para que en un futuro

él pueda distinguir fácilmente cuando una persona quiere ser su amigo, y cuando

en realidad sólo quiere sacar un provecho para su propio beneficio.

-No todo lo que vemos, es real.

Los programas de televisión, las revistas, los periódicos, en todas partes nos

“mienten”. Varios de los productos que consumimos son realmente producto de “la

ficción”, la cual se nos muestra con el objetivo de vendernos algo, un objeto, un

servicio o una idea.

Los medios de comunicación son realmente fascinantes, nos pueden divertir y

enseñarnos muchas cosas, pero cuando son mal utilizados fácilmente pueden ser

muy dañinos para nosotros. Básicamente, enséñale a no creer todo lo que ve, a

que siempre reflexione; el mensaje, quien lo envía, la forma en cómo lo envía,

etcétera.

Más en esta época que tenemos internet y las redes sociales, donde las mentiras

están a la orden del día. Habla al respecto, impide que se obsesione con alcanzar

la “figura perfecta” que sólo se encuentra en revistas, y muchas veces es en

realidad solo una figura normal alterada utilizando programas para computadora.
Comunicación entre padres e hijos

La familia es una sociedad, apoyada en el vínculo contraído por un hombre y una

mujer con el fin de transmitir la vida y educar a la prole. El hombre es impensable

sin familia. No nace si no se unen un hombre y una mujer para engendrarlo. No

crece si esas personas que le dieron la vida no lo cuidan y lo protegen. No avanza

hacia la plenitud si los padres no lo educan.

¿Qué es educar? La educación es un proceso de mejora personal, intencional,

referido a los dones esenciales del hombre. Educar a una persona es

entusiasmarla con los valores. La educación exige reflexión para descubrir e

incorporar algunos valores permanentes, todos ellos relacionados con el bien y

con el amor. Para formar correctamente el carácter de los hijos, los padres tienen

que aprender a comunicarse entre sí y con ellos. A primera vista esto parece una

cosa bien sencilla, pero en medio de la agitada vida que llevamos, parece que

tenemos tiempo para todo menos para la grata y amable conversación. “Una de

las cosas más tristes que vi (y con mucha frecuencia) fue los desesperados

esfuerzos de muchos niños por obtener atención, sin lograrlo.

Comunicación se deriva etimológicamente del vocablo latino comunicativo, que

significa hacer común, entrar en relación, participación, intercambio. Nace del

modo mismo de ser persona, constitutivamente abierta hacia adentro y hacia


fuera, y por ello capaz de manifestarse y dialogar. Tiende a producir unidad entre

las personas. Sin comunicación no habría sociedad y ni siquiera vida, ni espíritu:

solo los seres inertes carecen de comunicación. La inteligencia y la voluntad son

las capacidades humanas que permiten una comunicación más profunda de la

persona y de su intimidad. En todo ello se ve que vivir es comunicarse. La

comunicación en el matrimonio es un proceso necesario para unirse y para vivir un

proyecto común y metas que durarán toda la vida. No basta estar físicamente

cerca. Es necesaria la aproximación de los espíritus que lleva a encontrar el

tiempo de conversar con los hijos y acerca de ellos, a valorar sus virtudes y a

buscar la mejor manera de incrementarlas; a intercambiar criterios educativos,

opiniones y cariño. Y tantas cosas más, aparentemente pequeñas, que

contribuyen a hacer ciertamente del hogar –para padres e hijos- un remanso de

paz de luz y de alegría.


5.- Importancia de la participación de los padres en la enseñanza

¿Cómo vives la comunicación en familia? Según [Gilles, 2010]:

1. Tiempo para conversar.- La información de entrada que recibe la mente infantil,

aun antes del nacimiento, es lo que más influye en la conducta posterior del niño.

Nos encontramos en un ambiente de conversación cada día más restringido. Se

dedica un tiempo excesivo a deberes activos, equipos de sonido, televisión,

mientras que es insuficiente el que conceden al intercambio de mensajes con

seres humanos cariñosos y solícitos, como deben ser los demás miembros de la

familia. Casi no queda tiempo para la conversación. La queja principal que se

escucha en labios de las amas de casa es que el marido solo habla de hechos y

números y solo comunica una cantidad mínima de información. La charla familiar

es tan importante para conservar sana la relación matrimonial y para el desarrollo

y estabilidad de los hijos. Nada puede compararse a la importancia de la

comunicación entre marido y mujer, especialmente en presencia del hijo. Si este

escucha el diálogo afectuoso, tiene la sensación de seguridad. Para un hijo el

amor es tiempo. El precio que se paga por no invertir tiempo y no esforzarse al

máximo por criar hijos buenos, es demasiado elevado. La mejor inversión de

tiempo y energía es el tiempo y el esfuerzo que se dedican a los hijos, porque es

la inversión que le dará dividendos durante toda su vida.


2. El hijo que insiste. Sus hijos son adultos en proceso, cuando entren a

interrumpir una conversación, pueden contestarles brevemente y volver al diálogo

con su visitante. Los hijos deben incluirse en las conversaciones de familia.

Aprenden a comportarse en el mundo de los adultos, mejorando su comprensión y

ampliando su vocabulario, todo lo cual contribuye al desarrollo de sus destrezas

sociales y de conversación. También hace que se sientan parte del equipo

Muchas veces un muchacho o muchacha de doce o catorce años inicia una

conversación, pero los padres apenas le contestan sí o no, sin hacer el menor

esfuerzo por proseguir el diálogo ni ampliar ninguna área de interés. Es una de las

maneras más seguras de empujarlo a la casa de un vecino o a una pandilla

inconveniente.

3. Los hijos deben participar y colaborar. Un común denominador que todos

tenemos, es la necesidad de ser amados y comprendidos. En nuestras

discusiones en familia, estamos formando lazos de unión de que disfrutaremos

durante toda la vida. Consultar con ellos si se trata de una cuestión crítica, como

por ejemplo la mudanza a otra ciudad. Así hacen parte del proceso de planeación,

se siente entusiasta y lo apoya. Es una manera de manifestar su amor, su

consideración y su respeto por su hijo. Es indispensable que participen en la

planeación de las actividades de la familia, tales como un paseo o unas

vacaciones. Los beneficios son que pueden invertir mucho tiempo en la

planeación, se mantienen abiertas las líneas de comunicación, aprenden de

geografía, historia. Todo contribuye a la educación de sus hijos.


4. Cuando hay que decir que no. Siempre que sea posible acceder a las peticiones

y cuando sea absolutamente necesario decir “no” se agrega la explicación. Eso

hace del “no” una experiencia de crecimiento. Hay muchos casos en que los

muchachos, careciendo de madurez y penetración, no ven los peligros de un

determinado paso, y su juicio no les permite preocuparse por su seguridad, y

salud, ni por la seguridad del resto de la familia. Justifique su negativa. Para decir

que no, los padres deben basar su razón para el no ofreciendo una buena

justificación. Preguntarle suavemente: “¿Por qué crees tú que no? Seguramente él

les podrá dar muy buenas razones; tal vez alguna en que usted ni siquiera había

pensado. Si el hijo no tiene en realidad una explicación lógica, sino que su

experiencia de padre le indica que no debe acceder a lo que se le pida, dígale:

“Hijo, tengo el presentimiento de que lo mejor para ti es que no te de permiso,

algún día comprenderás.

5. Cuidado con el tono de voz. Muchas veces los hijos nos ponen a prueba. Están

verificando nuestra autoridad y tratando de ver si cederemos y les dejaremos

pasar algo. Pero cuando se han establecido firmemente las reglas y los límites, se

sienten más tranquilos y agradecen esos límites. La voz es nuestra más eficaz

herramienta de comunicación. Un error grave de los padres es alzar la voz, los

hijos hacen lo contrario de lo ordenado. Cuando hay que decir que no, se debe

decir en la mayoría de los casos después de reflexionar un poco. Una dirección

firme con dominio adecuado de la voz, es poderosa, convincente y estimulante.

Debemos ser firmes y no modificar la regla, pero hay excepciones para modificarla

explicando por qué cambió, basada en nueva información. La verdadera autoridad


es templada y suave, pero firme. Los hijos ven que usted tiene dominio de si

mismo y de la situación, responderán a esa voz suave, autorizada y llena de

confianza.

6. Diga siempre “por favor”. La comunicación Cortés es contagiosa en el círculo

familiar. Cuando los hijos tengan que pedir algo, exíjales que acompañen su

petición con las palabras por favor. Esto hay que enseñarlo con el ejemplo, de

modo que usted también debe emplear fórmulas de cortesía: “tiende la cama, por

favor” Y una vez cumplida la orden, no olvide en rematar con “Gracias”. Enseña en

una forma efectiva la obediencia al par que la cortesía. Anne Sullivan, refiriéndose

a Helen Keller, dijo: “Lo he pensado mucho, y cuanto más me convenzo de que la

obediencia es la puerta por la cual el conocimiento-, si, y el amor también- entra

en la mente del niño. “Permiso”, “gracias”, “perdón”. En efecto, estas palabras

abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras

sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la

fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en

cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se

derrumbe. La primera palabra es “permiso”. Entrar en la vida del otro, incluso

cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora,

que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a

darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más

exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar que el otro abra la puerta

de su corazón. La tercera palabra es “perdón”. Palabra difícil, es verdad, sin

embargo tan necesaria. Cuando falta, se abren pequeñas grietas —incluso sin
quererlo— hasta convertirse en fosas profundas. Por el perdón nos liberamos de

la esclavitud producida por el odio o el resentimiento. Si no se perdona el amor se

enfría y la amistad puede perderse para siempre.

7. Acuéstelos… y levántelos. Orden, horario. Hay hijos dados a la dilación, o

adquieren ese hábito a temprana edad. Otros tienen cierto rasgo de

independencia o resistencia a la autoridad, que parece salir a la superficie cuando

quiera que se les pide que hagan la cama, saquen la basura, recojan la ropa o se

levanten por la mañana. Hay unos que son noctámbulos y otros que son diurnos.

Padres e hijos, si no conocen bien sus respectivos caracteres se pueden ver

enredados en una serie interminable de conflictos que erige entre ellos una

barrera a la comunicación. Ejemplo, detesta acostarse por la noche a una hora

determinada y no quieren dejar la cama por la mañana. “El que tenga que ir al

baño, dar de comer al gato, etc. que lo haga ahora porque dentro de treinta

minutos todos tienen que estar acostados. Y por la mañana se llama a la puerta

del cuarto, luego se entra y les dicen es hora de levantarse.

8. Autoridad. Es verdad que tú debes ser “compañero” de tu hijo, pero sin olvidar

que tú eres el padre. Si te comportas sólo como un compañero de tu hijo, esto no

le hará bien a él. La base del trato con el hijo es una buena amistad. Que los

padres procuren hacerse amigos de sus hijos. Se puede armonizar perfectamente

la autoridad paterna, que la misma educación requiere, con un sentimiento de

amistad, que exige ponerse de alguna manera al mismo nivel de sus hijos. Los

chicos –aun los que parecen más díscolos y despegados- desean siempre ese

acercamiento, esa fraternidad con sus padres.


La comunicación es el todo. La comunicación más positiva o negativa, es la que

ocurre cuando los padres hablan acerca de sus hijos. Los verdaderos sentimientos

de los padres acerca de los hijos se revelan en las discusiones ya sea en su

presencia u ostensiblemente cuando el hijo no está escuchando. Los hijos creen

estar conversaciones que alcanzan a oír, y reaccionan de acuerdo con ellas. He

oído a padres que llaman a sus hijos monstruos o brutos….. Puede usted estar

seguro de que lo que su hijo le oiga decir de él, lo tomará al pie de la letra,

mientras que lo que le diga a su cara puede tomarlo con un grano de sal.

Importante que usted sea “un buen encontrador”. Si sus hijos le oyen decir cosas

positivas y elogiosas de ellos, creerán que eso es lo que realmente siente y

reaccionarán de acuerdo. Un ingrediente clave de las comunicaciones familiares

es escuchar. Cuando los hijos o los padres sienten que se les escuchar, pueden

respetar al que escucha y respetarse a sí mismos, puesto que sus comentarios

tienen valor. Esto ayuda a adquirir una imagen positiva de si mismos. En la familia,

entre hermanos se aprende la convivencia humana, cómo se debe convivir en

sociedad. Tal vez no siempre somos conscientes de ello, pero es precisamente la

familia la que introduce la fraternidad en el mundo La libertad y la igualdad, sin la

fraternidad, pueden llenarse de individualismo y de conformismo, incluso de

interés personal. (Papa Francisco).

¿Qué papel juega la familia en el proceso educativo de los niños? ¿Es la familia

un pilar importante en la educación de los hijos?


La educación tiene un objetivo muy claro, este es el desarrollo integral del niño, y

es en el núcleo familiar donde encontramos las raíces de ese desarrollo global.

Según (Núñez, 2013), la familia es vital tanto para la sociedad como para el

desarrollo del ser humano. La educación es tarea primordial de la familia, aunque

compartida de una manera significativa con la escuela, con el entorno y con el

contexto social.

Los tres anillos de formación de la persona son: la familia, la escuela y la

sociedad.

Centrándome en la familia tengo que decir que es para el niño el primer transmisor

de pautas culturales y su primer agente de socialización. Los primeros

responsables de la educación de los niños son los padres, la familia es el primer

contexto donde nos ponemos en contacto con el mundo, un mundo particular de

cada grupo familiar, que va transmitiendo al niño sus hábitos, sus costumbres, sus

pautas de transmisión cultural. 

Dentro de la familia se dan las primeras interacciones, se establecen los primeros

vínculos emocionales y vivencias con las personas cercanas. Es en este medio

donde el niño realiza los aprendizajes sociales básicos que le ayudarán en su

relación consigo mismo y con los otros. Poco a poco irá conociendo normas,

pautas de actuación y comportamiento humano.


Para que la relación entre familia y escuela sea efectiva (Fernández, 2013), debe

lograr integrar a la familia como parte esencial. Se trata, por así decirlo, de poner

en práctica una escuela abierta. La escuela comparte con la familia la labor de

educar, completando y ampliando sus experiencias formativas. Conseguir que la

educación sea eficaz depende totalmente de una unidad de criterios educativos en

casa y en la escuela. Y para conseguir ese fin es necesario la comunicación y

coordinación entre maestros y padres.

Por ello los maestros necesitan no sólo la información que puedan aportar los

padres relativa a sus hijos para conocerlos, sino que además va a ser muy

importante su colaboración para hacerles partícipes de la educación escolar de

sus hijos, esto repercutirá notablemente sobre su personalidad así como lo que

aprendan en el seno familiar va a repercutir en sus comportamientos en la

escuela.
6.- Actividades que requieren la participación de los padres.

La participación de la familia en la educación para (Mujica, 2017), es

preponderante para el desarrollo integral de los niños porque es el primer entorno

social en donde se desenvuelven, son los padres los primeros maestros que

educarán a sus hijos en temas de valores y principios que se desarrollarán a lo

largo de su vida.

Con el inicio de la vida académica del niño comienza una corresponsabilidad entre

la escuela y los padres. Este vínculo brinda apoyo, soporte y es complementario

en el proceso educativo.

Recogemos a continuación algunos consejos para involucrar a la familia en la

participación activa en la educación de sus hijos:


1. Charla de integración familiar. La primera reunión de curso se puede utilizar

para concebir la idea que el maestro, los padres y los niños formarán una

gran familia en el año escolar en busca de un bienestar común.

2. Actividades de aula. “Construyo mi historia familiar” puede ser el tema de

una actividad para empezar a conocer el entorno del niño en aspectos

como los integrantes de la familia, su situación familiar, el trabajo de los

padres, etc. Luego lo presentará en clase a sus compañeros.

3. Gymkanas u olimpiadas. Organizar actos deportivos y culturales donde no

solo participen los niños, sino que se se incluyan a padres y madres de

familia para promover la unión y el trabajo en equipo.

4. Día de la familia. Planifica un día dedicado a compartir con las familias de

los niños. Es una ocasión donde se puede charlar en un ambiente más

informal y estrechar lazos de compañerismo entre los padres.

5. Grupos interactivos de padres y madres de familia donde se fomente el

diálogo, se intercambie información, se planteen dudas, consulta de tareas,

etc. Se puede crear, por ejemplo, un grupo de WhatsApp.

6. Contacto diario. La entrada o la salida de alumnos del centro se puede

aprovechar para intercambiar información sobre hechos concretos del niño

(está enfermo, no durmió bien) que pueden afectar su aprendizaje.

7. Entrevistas y tutorías. Las entrevistas son reuniones personalizadas en las

que los docentes se encuentran con las familias. También servirán a lo

largo del curso para la puesta en común de ideas.


Recuerda que no es necesario abrumar a las familias con una cantidad de

actividades que resulten excesivas e innecesarias, sino que debemos involucrar a

las familias en la medida de lo posible recordando que también tienen otras

responsabilidades personales y laborales que cumplir.

La clave para conseguir más implicación está en una comunicación efectiva es

decir, en lograr una comunicación sin interferencias. Una comunicación en la que

el mensaje llegue a los padres. Y una comunicación con contenidos efectivos, que

incluyan toda la información que las familias necesitan para tomar la acción que se

requiere de ellas. Si te preguntas cómo plantear la comunicación de tu centro de

manera que sea efectiva, aquí te dejamos cuatro elementos para empezar a

construirla.

1. El mensaje

Lo primero será construir mensajes claros y sencillos, con un objetivo

definido. Por ejemplo, para comunicar una actividad, las familias

necesitarán información sobre:

o en qué consiste,

o cuándo se realizará,

o quién participará,

o y dónde tendrá lugar.


2. Motivar la acción

Si necesitas que respondan, confirmen o bien, participen, entonces

deberías incluir una llamada a la acción clara, con un espacio para dar una

respuesta corta:

o SÍ - NO

o Fecha - Hora…

o U otras opciones específicas a escoger.

3. Personalizar el envío de información

Lo ideal será que estas notificaciones lleguen a cada padre o madre, de

forma directa e individual. A su teléfono móvil o email. Y que ellos, también,

puedan responder de esta manera.

4. Comunicar la finalidad

Ahora, si quieres empezar a conectar más con las familias, para motivarlos

a que formen parte de las actividades en las que necesitas mayor

participación (talleres especiales, organización de fiestas, salidas

conjuntas…) será interesante que, además, comuniques su finalidad.

o ¿Qué aprenderán los niños con esta actividad?

o ¿Por qué es importante?


o ¿Qué objetivos tiene?

No hace falta que añadas gran cantidad de texto. Al contrario, intenta resumir la

finalidad en una o dos líneas. Te llevará poco tiempo, y ayudará a los padres a

ver los beneficios que tiene su participación para sus hijos. Y, si entienden los

beneficios, si ven la finalidad que hay más allá, quizás, puedan hacerse un hueco,

y dedicar parte de su tiempo para participar.

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