La progresiva evolución de la manera de digitar tiene lugar particularmente a lo largo de los siglos

XVll y XVlll.

El siglo XVll conoce a un verdadero florecimiento de tratados de todo tipo, pero tendremos que
esperar varias décadas para encontrar novedades sustanciales con respecto a las tesis de Diruta.

Los prólogos de Girolamo Frecobaldi abordan nunca asuntos estrictamente técnicos, las
observaciones conciernen a tiempos, estilo, ornamentación, cambios rítmicos, rubato, pero no
menciona ni la posición de la mano ni tu movimiento, Frescobaldi prefiere hablarnos de técnica a
través de sus composiciones.

En el siglo XVll Jan Pietersoon Sweelinck, John Bull y mas tarde Johann Jakob Froberger,
exploraron de manera incesante los recursos del órgano y el clave, es en el estudio de sus obras
donde hemos de buscar sus enseñanzas

El tratado Timité de l´accord de l´Espineste de Jean Denis, publicado en 1650 incluye

observaciones acerca de la digitación, de la realización de adornos y de la posición de la mano

El Traité de Jean Denis confirma la consolidación, a mediados del siglo XVll, de los elementos
esenciales que la técnica del fortepiano heredará de los tratados antiguos: los nudillos en las
falanges y con el dorso de la mano, un ataque no forzado u el respeto de los recursos naturales de
cada ejecutante.

Hasta la aparición del tratado de Saint-Lambert, no hay fuentes suficientemente completos y

fiables como para ofrecernos una idea precisa de la técnica de los artistas. El gran Henry Purcell, su
obra publicada póstumamente, Choice Collection of Lessons, renuncia a cualquier observación
acerca de la técnica, limitándose a ofrecer una escala de dos octavas digitada según la bien
conocida sucesión de dedos 3-4-3-4 (mano derecha ascendiendo) y 3-2-3-2 (mano derecha
descendiendo)

El escrito Letre de Mr. Le Gallon a Mademoiselle Regnault de Solier, publicada en 1680, se

confirma la predilección por un ataque suave y poco articulado de la tecla, establece una
interesante distinción entre el jeu courlant (la ejecución ligada y fluida, muy preciada en el ámbito
francés) y el jeu brillant (la ejecución virtuosa, en la que el ataque se hace mas claro y preciso)

En el manuscrito del Arsenal, su anónimo autor remarca ante todo, la necesidad de una
articulación del dedo viva y exacta mínima en amplitud, porque el secreto de la perfecta ejecución
reside precisamente en este gesto digital sutil, lleno de energía y a la vez casi imperceptible.

En 1702 aparece un texto en Francia, dedica exclusivamente al aprendizaje del clave. Michel de
Saint-Lambert, en 28 capítulos de su Le Principes de Clavecín, nos ofrece un panorama exhaustivo
de la practica de los instrumentos de teclado en la época inmediatamente anterior a la generación
de Bach, Handel y Rameau. Con un aire claramente didáctico, este texto se propone llevar al
alumno desde los primeros pasos hasta un completo conocimiento del instrumento, a través de la
teoría y la lectura musical, el estudio de los adornos y la asimilación de una adecuada preparación
técnica, establece una interesante e insólita distinción entre manos grandes y pequeñas cargadas
de sentido común.