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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA Y ARTÍSTICA

DEL PARAGUAY

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Antropología Filosófica

Profesora: Abg. Gricelda Rodas Tescari

Alumna: Teresita Dejesús Chaparro Galeano

Tercer Año

Carrera: Lic. En Ciencias De La Educación

Luque ____ Paraguay

2021

Antropología Filosó fica


Recordatorio: Las tareas enviadas no pueden ser modificadas de su formato
original, y deben ser entregadas única y exclusivamente a la plataforma
CANVAS, tienen un puntaje de 5 puntos cada una de un total de 3 tareas. Las
mismas son tareas de proceso que serán sumadas a la prueba parcial.

FICHA DE ACTIVIDAD 3
Identificación
Alumno/ a C.I.N°
Carrera
Docente. Abg. Gricelda Beatriz Rodas Tescari
Fecha de Desde el 14/02/2021 hasta el 20/02– 23:59 Hs
entrega
Formato Plataforma – Aula Virtual Semana 1

Sede

Estimados estudiantes: los invito a realizar una lectura al material anclado


en Recursos Didácticos, posteriormente realizar los ejercicios que le
presento a continuación.

I. Actividades

TIPOLOGIA DE ACTIVIDAD: CUESTIONARIO

1° Inicio

Realice las actividades, teniendo en cuenta los conocimientos adquiridos en el


transcurso de la unidad.

2° Desarrollo

Elabora el concepto de:

1. Historicidad: La historia es el estudio de los acontecimientos del pasado.


Normalmente el historiador investiga un periodo concreto, analizando información de
todo tipo: archivos, documentos, testimonios y, en definitiva, todo aquello que sirva
para conocer mejor una época determinada.

2. Historia: La historicidad es un concepto má s complejo. Consiste en darse cuenta de que


toda la actividad del ser humano forma parte de la historia. Desde la perspectiva de la
historicidad no interesa saber qué cosas sucedieron en un momento específico, sino que lo
que interesa es reflexionar sobre la propia historia. En esa reflexió n, se pone de relieve
una característica genuina de la historia: su temporalidad. La idea de tiempo es clave para
entender la historia. No en un sentido de tiempo cronoló gico, sino como una idea
filosó fica, es decir, el tiempo sería el camino por el que transcurren los hechos. Y es
necesario analizar y comprender el sentido del tiempo en relació n con la historia.
La historicidad es un apartado de la filosofía de la historia. Algunos filó sofos han
analizado el fenó meno histó rico má s allá de los hechos y han explicado cuá l es el
sentido de la historia.

Describo brevemente la historia del trabajo.

A lo largo de la historia, los seres humanos hemos ido modificando nuestros


há bitos y costumbres, utilizando la fuerza y el conocimiento para tratar de
satisfacer nuestras necesidades y mejorar nuestra calidad de vida. Este intento de
superació n se realizó a través del trabajo y el empleo de recursos y energía, de
forma tal que a medida que se desarrollaba el trabajo, inevitablemente, se
realizaba un intercambio tanto con el medioambiente como con otros seres
humanos. Pero al trabajar, ademá s de modificar su entorno, un individuo también
se modificaba así mismo, al vincularse de forma solidaria o conflictiva con otros
individuos o grupos
En la prehistoria, los primeros humanos obtenían los medios necesarios para
subsistir en base a la recolecció n (frutos, raíces, miel, semillas, nueces, carroñ a).
Inicialmente usaban só lo sus manos para conseguir el alimento, posteriormente,
palos, estacas y piedras. A medida que fueron desarrollando sus conocimientos
incorporaron herramientas, palos y piedras con algú n trabajo incorporado
(cuchillos, raspadores, punzones, armas de corto alcance), descubrieron el fuego.
En este momento, cuando el hombre pasa de recolector a cazador, es cuando se
produce una importante divisió n social del trabajo: la asignació n
de funciones segú n la condició n sexual y la edad. En gran parte tiene que ver con
las capacidades físicas y con el cuidado de los niñ os. Mientras los hombres salían a
cazar, las mujeres y los impedidos físicamente quedaban a cargo de los niñ os y el
fuego. En este momento también se desarrolla la familia y se inician intercambios
culturales como reuniones alrededor del fuego. El trabajo y la distribució n de la
caza se hacen de forma colectiva.
Posteriormente surgen los primeros centros urbanos y ciudades, y aparece
la agricultura, aumentando notablemente la tecnología disponible. Se inventan
instrumentos para facilitar su labor, como hoces y arados, por ejemplo. Luego se
comienza a trabajar los metales. Con el trabajo del hierro, la agricultura y la
domesticació n de los animales, cada vez era má s necesario el dominio de
conocimientos má s complejos y especializados. La divisió n del trabajo se hizo má s
compleja. De esta forma nació la diferenciació n de grupos sociales segú n su oficio.
Como por ejemplo los campesinos y los comerciantes. Esta nueva forma de
organizar el trabajo tuvo sus consecuencias en la sociedad. Nacieron jerarquías
entre las distintas ocupaciones. Las ocupaciones de menor jerarquía eran las que
requerían de un mayor esfuerzo físico, como los campesinos, mientras que las de
mayor jerarquía eran las realizadas por los grupos que se dedicaban a tareas
religiosas y militares, quienes recibían muchos má s beneficios que los campesinos
y artesanos.
Cuando aparece la apropiació n de tierras, ganados y utensilios, suceden dos
importantes cambios sociales: Se abandona el matriarcado, en el cual las nuevas
generaciones heredaban por parte de la madre, para dar paso al patriarcado, en el
cual se hereda por parte del padre y hacia el varó n mayor (primogénito); y ademá s
el período comunal da paso a los primeros propietarios. De esta forma surgen las
bases del esclavismo.
Una de las divisiones má s importantes del trabajo ha sido la separació n de lo
intelectual con respecto al trabajo manual, es decir la divisió n entre quienes
planean y quienes ejecutan el trabajo. La aparició n de la propiedad les permite a
las personas má s poderosas de la sociedad la apropiació n de la tierra, el ganado,
las herramientas, etcétera, con lo cual logran acumular grandes riquezas basadas
en la agricultura, la ganadería, la explotació n de metales y las artesanías.
Este poder econó mico les permite el control social, de manera que logran aú n
mayores ganancias y pueden darse una vida de comodidades. De esta forma, la
sociedad se divide en dos grandes grupos: los explotadores y los explotados. Los
nobles, los funcionarios, la iglesia y los grandes terratenientes viven a expensas de
la explotació n de los campesinos, pastores y artesanos.
A medida que las sociedades se hicieron má s complejas en cuanto a
su organizació n, la variedad de actividades humanas se ha multiplicado y la
divisió n y especializació n del trabajo ha aumentado notablemente. Un ejemplo de
esto es que también fueron apareciendo divisiones jerá rquicas entre trabajadores
que realizaban una misma labor, como en los gremios de artesanos medievales, en
los que comenzaron las diferenciaciones entre maestros, oficiales y aprendices.
El importante incremento del comercio, las rutas comerciales (y sus consecuentes
peligros) y la especializació n, como así también la necesidad de obtener un
permiso para el ejercicio de su actividad y privilegios de mercado, fueron los
hechos que sentaron una base para el comienzo de las agrupaciones de mercaderes
y artesanos, es decir, los gremios.
En sus comienzos los gremios eran igualitarios y solidarios entre sus miembros, y
su finalidad original era obtener protecció n por parte de las autoridades para sus
actividades y el derecho a regularlas detalladamente. Defendían el derecho de sus
miembros a ejercer su oficio y regulaban la duració n de la jornada de trabajo,
los precios y la calidad de los productos, entre otras cosas. Ademá s, algunos
gremios desalentaban e incluso penalizaban el enriquecimiento personal. No
permitían a sus miembros adelantarse y vender antes de determinada hora ni
después de otra, competir con los precios, disminuir la calidad ni la solidez
del producto a cambio de un precio inferior, ni tampoco comprar barato para luego
vender caro.
El objetivo de los gremios era obtener una justicia social igualitaria para todos sus
miembros. A todo aquel que trabajara le correspondía un sustento.

Los gremios poseían personalidad jurídica, mediante una reglamentació n otorgada


por la autoridad municipal. Dicha personalidad jurídica obligaba a respetar los
estatutos y la licencia de algunos privilegios. Por otra parte, otorgaba a la
corporació n gremial el privilegio de regular su propio oficio, y la posibilidad de
ejercer funciones de policía.
La jornada laboral hasta mediados del siglo diecinueve es de doce a catorce horas y
debido a la demanda explosiva de mano de obra, se llegó a utilizar menores y
mujeres en la realizació n de tareas peligrosas y penosas. En las hilanderías inglesas
se trabajaba normalmente entre doce y diecisiete horas diarias. La concentració n
poblacional y la vida en las ciudades son modificaciones sociales que impuso
la Revolució n Industrial que se caracterizó , ademá s de los horarios prolongados,
por malas condiciones de trabajo, insalubridad, inseguridad y bajo nivel de
las remuneraciones siendo los peores pagos los menores y las mujeres. No existía
tampoco legislació n laboral que ordenara el caó tico sistema.
La explotació n de los obreros, originada por los métodos empleados al inicio de la
industrializació n, aunada al afá n de lucro excesivo de los patrones, fueron las
raíces del movimiento asociacionista de los trabajadores, que buscaron homologar
fuerzas respecto de los patrones por medio de la aglutinació n de individualidades
laborales, para reclamar condiciones salariales má s justas, jornadas de trabaja má s
cortas y, en general, llegar a establecer un estado social má s equitativo para
la clase trabajadora.  La transformació n industrial, que operó primero en los países
europeos, prohibió terminantemente el derecho de asociació n de los trabajadores,
pues el régimen individualista no veía justificació n para que los trabajadores se
asociaran en defensa de sus intereses laborales e incluso se tipificó como
un delito en los có digos penales: esta etapa de prohibició n de dio entre 1776 y
1810.Con el tiempo, los esfuerzos del Estado para prohibir el derecho de
asociació n fueron infructuosos, porque los sindicatos seguían existiendo. Por ello
en los diversos países se inició una etapa llamada de tolerancia, en la cual, sin
otorgar reconocimiento alguno al derecho sindical, se admitía de hecho, sin
establecer nada respecto en las leyes dictadas por el Estado. A la época de la
tolerancia siguió una de reconocimiento absoluto del derecho sindical. Esto
sucedió a finales del siglo XIX, ante las acciones de los sindicatos lograron que el
estado variara su criterio al respecto y dictara leyes que reconocían a los
trabajadores, de manera abierta, el derecho a integrarse en sindicatos. Inglaterra
fue el primer país que dio el primer paso en este aspecto, con el reconocimiento del
derecho de coalició n en 1824, que otorgaba la legalidad a un intenso movimiento
asociacionista que existía en la clandestinidad. Dentro del proceso histó rico
del sindicalismo también se tiene que tomar en cuenta las internacionales, las
cuales eran convocatorias de organizaciones sindicales. En 1862 se celebró en
Londres la Exposició n Internacional, la cual tuvo la participació n de ingleses,
franceses y alemanes; en total se reunieron má s de 300 líderes obreros en la
llamada Fiesta de la Fraternidad. En esta se pactó la solidaridad entre los
sindicalistas de estas naciones para buscar una unificació n formal que les
permitiera adquirir una gran fuerza. Hacia 1867, la Internacional demostró su
fuerza cuando los sindicalistas ingleses sostuvieron econó micamente las huelgas
de los trabajadores franceses. La visió n de esta primera Internacional se puede
resumir en lo siguiente: "La emancipació n econó mica del trabajador debe ser el
objetivo de toda política.
A causa de la permanente competencia entre las empresas, era necesaria la
permanente bú squeda de nuevas tecnologías y de mejoras en la organizació n del
trabajo. Por eso, a principios del siglo XX se realizaron experiencias
e investigaciones para intentar mejorar las condiciones de producció n.
Los dueñ os de las fá bricas buscaban la manera de bajar sus costos y aumentar las
ganancias, y encontraron en las ideas del ingeniero estadounidense
Frederick Taylor una ayuda invalorable.  Algunos llamaron a
este método "organizació n científica del trabajo" y otros, simplemente taylorismo.
El método de Taylor consistía en calcular el tiempo promedio para producir un
determinado producto o una parte de él y obligar al obrero a acelerar el ritmo de
trabajo asimilá ndolo a una má quina. 
Esto se lograba a través de tres métodos fundamentales: 1) aislando a cada
trabajador del resto de sus compañ eros bajo el estricto control del personal
directivo de la empresa, que le indicaba que tenía que hacer y en cuanto tiempo; 2)
haciendo que cada trabajador produjera una parte del producto, perdiendo la idea
de totalidad y automatizando su trabajo y por ú ltimo, 3) pagando distintos salarios
a cada obrero de acuerdo con la cantidad de piezas producidas o con su
rendimiento laboral.  Esto fomentaba la competencia entre los propios
compañ eros y aceleraba, aú n má s, los ritmos de producció n.
 La má quina establecía la intensidad del trabajo y, a su vez, cada obrero requería
saber menos, pues para realizar una tarea mecá nica y rutinaria (ajustar un tornillo,
por ejemplo), lo ú nico que necesitaba saber era obedecer.  De esa forma, el
empresario ya no dependía ni de la buena voluntad del trabajador para realizar su
tarea eficazmente (la má quina le marcaba el ritmo) ni de sus conocimientos.  El
obrero era, segú n Taylor, un buen "gorila amaestrado" que hacía lo que otro había
pensado y, al mismo tiempo siguiendo el esquema de Adam Smith, producía má s
en menos tiempo, pues reducía el costo y aumentaba la ganancia. Al final de la
cadena el auto quedaba terminado.
A este novedoso modo de producir se lo llamó  fordismo.
La obsesió n de los nuevos industriales de la ciencia de la dominació n laboral fue la
de subordinar definitivamente el trabajo vivo del obrero al ritmo de la má quina
industrial, que desde entonces se convirtió en el verdadero ordenador de la vida
laboral y en la principal garantía de la disciplina obrera. La imagen de las nuevas
fá bricas no exageraba la que ofrecía Charles Chaplin, en Tiempos Modernos. Cada
operario especializado en una ú nica actividad realizaba su tarea al ritmo que
marcaba la cinta transportadora.
El trabajador sometido a la disciplina del cronó metro empezó , ademá s, a ser
pagado mediante un sistema de primas de producció n que individualizaban su
trabajo y su salario de acuerdo con su productividad. La nueva conciencia patronal
tan obstinadamente empeñ ada en la racionalizació n probaba el hecho de que la
alienació n del trabajo es un factor consustancial en la acumulació n de capital
cuando los encargados de realizarlo no se avienen a aceptarlo sin resistencia. La
era de la producció n en masa, por tanto, no supuso un progreso en la emancipació n
de la fuerza de trabajo sino un agravamiento de las condiciones que lo
conformaban como actividad alienada: pérdida de control sobre el proceso de
producció n, burocratizació n de la actividad en la industria, divisió n de los
trabajadores mediante los sistemas de primas. La fá brica fordista nació má s para
garantizar el control de la mano obra sin la cual carecía de sentido todo el edificio
industrial que para asegurar la producció n.
Una tendencia en el desarrollo de la civilizació n industrial ha sido la aplicació n
creciente de la ciencia y la tecnología al proceso productivo. Las transformaciones
econó micas y organizativas que caracterizan la nueva fase de la economía mundial
está n estrechamente asociadas a un profundo cambio científico y tecnoló gico.
Estas nuevas tecnologías tienen un doble efecto. Por una parte, abren nuevos
sectores industriales, como la industria de la computació n.
Estos cambios son acompañ ados en las sociedades capitalistas avanzadas por una
importancia creciente de las actividades de procesamiento de informació n, tanto
en el producto bruto como en la estructura ocupacional. La organizació n de la
producció n y el trabajo también se ha visto profundamente modificada.
Así como el fordismo caracterizó la organizació n productiva desde los primeros
añ os del siglo XX, desde el ú ltimo tercio del siglo creció en importancia un nuevo
modelo de organizació n del trabajo y de la producció n. Este modelo suele
denominarse toyotismo (porque fue desarrollado en la fá brica japonesa de
automó viles Toyota).
(Porque su concepció n y diseñ o fueron realizadas por Taiichi Ohno, ingeniero jefe
de Toyota). Las nuevas formas organizativas se caracterizan por la flexibilidad de
la producció n y de la gestió n empresarial, no só lo en la estructura interna de las
empresas sino también en relació n con sus sistemas de proveedores y su demanda.
La economía contemporá nea es cada vez má s una economía global, en la que, como
señ ala Manuel Castells, "el capital, la producció n, la gestió n, los mercados, la fuerza
de trabajo, la informació n y la tecnología se organizan en flujos que atraviesan las
fronteras nacionales".
La primera fase de la Revolució n Industrial estuvo estrechamente identificada con
el ascenso de Inglaterra; la segunda, con el avance de los Estados
Unidos y Alemania. La tercera fase muestra el ascenso de Japó n, que durante las
décadas de 1970 y 1980 supo sacar el mayor provecho de las posibilidades
productivas de las tecnologías de la informació n. Esto no significa que los Estados
Unidos y los países de Europa occidental hayan quedado marginados de este
proceso, sino má s bien que hay nuevos y poderosos actores en el escenario
econó mico internacional.
En la actualidad se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente
a Brasil, Rusia, India y China, que tienen en comú n una enorme població n (Rusia y
Brasil por encima de los cien millones, China e India por encima de los mil
millones), un enorme territorio, lo que les proporciona dimensiones estratégicas
continentales y gigante cantidad de recursos naturales, y lo que es má s importante,
que en los ú ltimos añ os han presentado cifras de crecimiento de su PIB y de
participació n en el comercio mundial enormes, lo que les hace atractivos como
destino de inversiones. 

Responde: ¿Cuáles son los debates relacionados con la historicidad?


Para los pensadores influidos por convicciones religiosas, el rumbo de la historia
está señ alado por Dios. Hay filó sofos que consideran que el espíritu humano se va
desarrollando a lo largo de las distintas etapas y el objetivo es la plena libertad.
También hay pensadores que defienden la tesis de que no hay un sentido en la
historia, simplemente los hechos se van sucediendo sin ningú n tipo de plan u
objetivo.

Las diversas reflexiones sobre la historia responden a una inquietud que se podría
plantear como un interrogante: ¿la historia de la humanidad va hacia una
direcció n? Las respuestas a esta pregunta serían los distintos planteamientos de la
historicidad.

Desde la historicidad como idea que piensa sobre la historia, hay un especial
interés en relació n con la idea de cambio. Es evidente que en la historia se dan
cambios a lo largo del tiempo.
Uno de los debates relacionados con la historicidad es el peligro de valorar la
historia desde un á ngulo relativista y, en consecuencia, justificar cualquier
situació n del pasado porque formaba parte del proceso de la historia.

¿Cómo ha hecho el hombre a lo largo de los años para cambiar la calidad de


vida?
Hay cambios cuantitativos cuando se acumula una mayor cantidad de algo (por
ejemplo, en algunos avances tecnoló gicos). El cambio se puede entender como un
fenó meno cíclico (la idea de que la historia de alguna manera se repite). Existen
cambios cualitativos (cuando algo nuevo provoca una revolució n en algú n sentido).

¿Explica con palabras sencillas lo que establece el artículo 4 y el artículo 6 de


nuestra constitución nacional?

En el Artículo 4. Del derecho a la vida

Dice la vida es a la persona humana. Se estable la garantía, la protecció n en todos


los á mbitos desde si concepció n.

Que no se practicara la pena de muerte.

Que la integridad física y psíquica garantiza su protecció n, en general, desde la


concepció n. Queda abolida la pena de muerte. El Estado proteger a toda persona
desde su integridad física y psíquica así como el honor y reputació n. La ley
reglamentará la libertad de las personas para disponer de su propio cuerpo, só lo
con fines científicos o médicos.

En el Artículo 6. De la calidad de vida

El Estado promoverá a traves de políticas y planes que reconozcan factores


condicionantes, como la pobreza extrema y los impedimentos por la discapacidad
o la edad.

Fomentar la investigació n sobre los factores de la població n y sus vínculos con el


desarrollo

Completa con los términos adecuados

1-……Toda persona……………….. tiene derecho a habitar en un ambiente saludable y


ecoló gicamente equilibrado.

2-…El delito ecoló gico……………….. será definido y sancionado por la ley. Todo dañ o
al ambiente importará la obligació n de recomponer e indemnizar.
3-…La calidad de Vida………………………. fomentará la investigació n sobre los
factores de població n y sus vínculos con el desarrollo econó mico social, con la
preservació n del ambiente y con la calidad de vida de los habitantes.

4-………………………. es inherente a la persona humana. Se garantiza su protecció n,


en general, desde la concepció n.

3° Cierre

Completa la actividad teniendo en cuenta el material de lectura y la referencia


bibliográ fica complementaria de la unidad.

Fecha de entrega:

II. Control de trabajos: es un trabajo individual completado en línea, se puede


entregar en un archivo de Word y subir nuevamente a la plataforma.

III. Evaluación

Puntaje Puntaje
N° Indicadores de evaluación
Asignado Logrado

Conceptualizar historicidad e historia. 2


1

Establecer la diferencia entre historia e 2


2
historicidad.

Conozco los diferentes periodos de la 1


3
historicidad del hombre

TOTAL 5

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