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“Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas

en el aire.
Estas son:- Tu Trabajo,- Tu Familia,- Tu Salud,- Tus Amigos y- Tu Vida
Espiritual, Y tú las mantienes todas éstas en el aire.
Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma.Si la
dejas caer, rebotará y regresará.Pero las otras cuatro pelotas: Familia,
Salud, Amigos y Espíritu son frágiles, como de cristal.Si dejas caer una de
estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada e
incluso rota.Nunca volverá a ser lo mismo.

Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más


valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el
trabajo a tiempo.Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos.Haz
ejercicio, come y descansa adecuadamente.Y sobre todo…..crece en vida
interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno.
Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por que? Porque no
espero nada de nadie;esperar siempre duele. Los problemas no son
eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte.
La vida es corta, ¡por eso ámala.! Vive intensamente y recuerda:
Antes de hablar… ¡Escucha ! Antes de escribir… ¡ Piensa! Antes de
criticar… ¡ Examínate ! Antes de herir… Siente! Antes de orar… Perdona!
Antes de gastar… Gana! Antes de rendirte…intenta! ANTES DE
MORIR…..VIVE…!!”
Los ideales dan paso a dogmas, dogmas que se convierten en
fanatismo. Ningún poder supremo puede juzgarnos. Ningún ser
superior nos vigila para castigarnos por nuestros pecados. Al final,
solo nosotros podemos defendernos contra nuestras obsesiones.
Nosotros decidimos si el peaje de nuestro camino es demasiado
caro.
Nos creemos salvadores, vengadores o redentores. Llevamos la
guerra a quienes se oponen a nosotros y ellos nos la devuelven.
Soñamos con dejar nuestra marca en el mundo... Incluso dando
nuestras vidas en conflictos sobre los que nadie escribirá en los
libros de historia, lo que hacemos y lo que somos, empieza y
termina en nosotros mismos...

Nada es verdad, todo está permitido. Es una mera observación de la


naturaleza de la realidad, decir que nada es verdad, supone darse cuenta
que los cimientos de la sociedad son frágiles, y que debemos ser los
pastores de nuestra propia civilización, decir que todo está permitido, es
comprender que somos los arquitectos de nuestros actos, y que debemos
vivir con las consecuencias ya sean gloriosas o trágicas.

- Khemu: Papa, ¿qué es lo mejor de la vida?


- Bayek: Buscar la justicia y la verdad. Vivir con honor, proteger a los débiles
y a los pobres. Y amar a tu madre.
- Khemu: Mi amigo Kenon dice que es aplastar a rivales y oír los lamentos
de sus mujeres.
- Bayek: Somos Medjay, hijo. No Barbaros.
Hace ochenta y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación
concebida en Libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos envueltos en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación
así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un importante
campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a destinar una porción de dicho campo como lugar de
último descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas por que esta nación pudiera vivir. Es
plenamente oportuno y apropiado que hagamos tal cosa.
Pero en un sentido más amplio, no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar
este terreno. Los valientes hombres vivos y muertos que aquí lucharon, ya lo han consagrado muy por
sobre lo que nuestras escasas facultades pueden añadir o restar. El mundo apenas notará o recordará
por mucho tiempo lo que aquí se diga, pero jamás podrá olvidar lo que ellos hicieron en este sitio.
Somos más bien nosotros, los vivos, quienes debemos dedicarnos a la tarea inconclusa que los que
aquí lucharon hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos quienes aquí
debemos abocarnos a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que de estos muertos a los que
honramos, se extraiga un mayor fervor hacia la causa por la que ellos entregaron la mayor muestra de
devoción. Que resolvamos firmemente que estos muertos no dieron su vida en vano. Que esta nación,
Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo, no desaparecerá de la faz de la Tierra.
Abraham Lincoln

Recuerdo que tenía alrededor de 4 años y estaba aprendiendo a andar


en bicicleta con mi tío y mi padre. Por supuesto, me caí varias veces
mientras estaba aprendiendo a mantener, y recuerdo que una vez me
corté bastante la rodilla.

En ese momento, lo único que quería era dejar la bicicleta a un lado e


irme a casa. Pero mi padre me dijo: no puedes renunciar ahora, ya casi
lo tienes. ¡Inténtalo una vez más!

Entonces, volví a subirme a esa bicicleta. No quería hacerlo, pero sabía


que necesitaba enfrentar mi desafío de frente.

Y, efectivamente, esa fue la primera vez que me subí a una bicicleta sin
ayuda. Después de eso, la sensación de felicidad que sentí al haber
continuado intentando, ha hecho que nunca más me haya dado por
vencido, en nada.

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