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EL CONCEPTO DE CIUDAD EN LA OBRA ANGOSTA DE HÉCTOR ABAD

FACIOLINCE

LUISA FERNANDA ITURRIAGO RAMÍREZ

LUZ MIRIAM MORENO PAREJO

Trabajo de investigación para obtener título de

Licenciatura en Lengua Castellana e Inglés

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

FACULTAD DE CIENCIAS BÁSICAS DE LA EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA E INGLÉS

VALLEDUPAR

2017
EL CONCEPTO DE CIUDAD EN LA OBRA ANGOSTA DE HÉCTOR ABAD

FACIOLINCE

LUISA FERNANDA ITURRIAGO RAMÍREZ

LUZ MIRIAM MORENO PAREJO

ASESORA

MELFI CAMPO TORRES

Magíster en Literatura Hispanoamericana y del Caribe

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

FACULTAD DE CIENCIAS BÁSICAS DE LA EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA E INGLÉS

VALLEDUPAR

2017
Nota de aceptación

__________________________

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__________________________

Firma del jurado

__________________________

Firma del jurado

Valledupar, 14 de Febrero de 2017


AGRADECIMIENTOS

El proceso de investigar no es sencillo, exige tiempo, dedicación, análisis y entrega; sin

embargo, son satisfactorios los frutos. Gracias a esta investigación hemos podido desarrollar

una nueva visión de mundo, aprendiendo el verdadero significado de la responsabilidad, la

generosidad, la paciencia y el esfuerzo.

Somos conscientes de las barreras que enfrentamos al expresar nuestros agradecimientos,

puesto que este trabajo no sería posible sin la participación de tantas personas que se han

implicado en el mismo de una forma u otra.

Agradecemos en primer lugar a Dios por ayudarnos magníficamente día tras día en cada

etapa de este proyecto, haciendo las cosas más fáciles y sorteando obstáculos. Gracias a

nuestras familias, por su respaldo absoluto a lo largo de nuestra vida, y su cuidado y entrega

durante el proceso de investigación.

Asimismo, damos gracias a todas aquellas personas que nos han colaborado con el desarrollo

de este proyecto, entre ellas a nuestra asesora Melfi Campo, por asistirnos y ayudarnos a dar

un enfoque claro en este proyecto, sin su guía y ayuda no habríamos podido llevar esto a

cabo.
DEDICATORIAS

A nuestras familias, apoyo incondicional y constante en nuestra vida.

A nuestros maestros, fuentes de conocimiento inagotable, por su compromiso y dedicación.

A nuestra asesora y mentora, Melfi Campo Torres.

A nuestras amistades, apoyo significativo en momentos de dificultad.

A la Universidad Popular del Cesar, institución dedicada a la formación de profesionales

integrales.
TEMA: La Ciudad

TÍTULO: EL CONCEPTO DE CIUDAD EN LA OBRA ANGOSTA DE HÉCTOR

ABAD FACIOLINCE
CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN
LA CIUDAD, ENTRE LETRAS Y REALIDAD……… 9
2. JUSTIFICACIÓN
13
3. ANTECEDENTES
15
4. OBJETIVOS 17
4.1.OBJETIVO GENERAL 17
4.2.OBJETIVOS ESPECÍFICOS 17
5. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 18
6. MARCO TEÓRICO 19
6.1. LA CIUDAD: ZONA URBANA 20
6.2. LA CIUDAD EN LA NARRATIVA DE HÉCTOR ABAD
FACIOLINCE: ANGOSTA 28
6.2.1. Angosta: Escenario de desventura y tribulación 30
6.2.1.1.Tierra Fría: Poder y Opulencia 33
6.2.1.2. Tierra Templada: Conformismo y Evasión 35
6.2.1.3. Tierra Caliente: Rebeldía y Lucha 37
6.3. LA CIUDAD COMO ENTE TRANSFORMADOR DEL
SUJETO 39
6.3.1. Antecedentes históricos de la violencia… 40
6.3.2. La violencia y el conflicto armado en Colombia 42
6.3.3. Angosta: Escenario de violencia y olvido 43
6.3.3.1. Paramilitarismo y Secur 45
6.3.4. La Desesperanza 48
6.3.4.1.La desesperanza: Punto de encuentro de tres
sectores distintos 51
7. METODOLOGÍA 55
CONCLUSIONES 57
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 61
Resumen

Este trabajo de Investigación, tiene como objetivo general definir “El concepto de ciudad en

la obra Angosta (2003) del autor Héctor Abad Faciolince”. Luego de presentar una

panorámica histórica para contextualizar la violencia que es el génesis de los eventos

desarrollados en la urbe ficticia, nos hemos enfocado en analizar cómo la ciudad y toda su

transformación histórica han acercado a sus habitantes a la desesperanza. Para ello nos

remitimos a Cruz Kronfly (1998), quien explica de forma precisa este fenómeno teniendo en

cuenta los diferentes aspectos que caracterizan a un desesperanzado. Asimismo, nos

centramos en tres personajes de la novela que representan de manera vehemente la esencia

de la desesperanza y cuya trascendencia en la obra es absolutamente primordial: Jacobo

Lince, Candela y Andrés Zuleta. Ellos sufren de una manera u otra la infamia de la violencia

en sus vidas y las consecuencias que de ella se derivan, viviendo unos en desesperanza, y

otro en la búsqueda de su condición de sujeto a través del ensueño.

Palabras clave: Ciudad, violencia, desesperanza, sujeto.


Abstract

This research work has as general objective to define "The concept of city in the novel

Angosta (2003) author Héctor Abad Faciolince". After presenting a historical overview to

contextualize the violence that is the genesis of the events developed in the fictional city, we

have focused on analyzing how the city and its historical transformation have approached its

inhabitants to hopelessness. For this we refer to Cruz Kronfly (1998), who explains precisely

this phenomenon taking into account the different aspects that characterize a hopeless.

Likewise, we focus on three characters in the novel who vehemently represent the essence

of hopelessness and whose transcendence in the work is absolutely primordial: Jacobo Lince,

Candela and Andrés Zuleta. They suffer in one way or another the infamy of violence in their

lives and the consequences that derive from it, some living in despair, and another in pursuit

of their status as subjects through the dream.

Keywords: City, violence, hopelessness, subject.


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1. INTRODUCCIÓN

LA CIUDAD, ENTRE LETRAS Y REALIDAD

Desde el siglo pasado las ciudades latinoamericanas han sufrido cierta evolución

que ha coincidido con el desarrollo de la historia. Esa evolución ha permitido así mismo, el

progreso del pensamiento urbano, puesto que podemos percibir a la ciudad como un conjunto

de estructuras arquitectónicas ligadas a una diversidad incomparable de clases sociales y

comportamientos psicológicos, o como diría Luz Mary Giraldo: “el espacio interno y el

externo se integran correspondiéndose, en un movimiento constante donde se cruzan

caminos, ideas, valores, psicologías, convicciones, utopías, decadencias, ruidos y silencios”.

Es por esto que, al abordar un tema como el de la ciudad, no se debe captar toda la atención

en las fachadas, callejones, avenidas, edificios y puentes que hacen parte de la misma; es

necesario escudriñarla, sentirla y analizarla partiendo de sus habitantes.

El tema de la ciudad ha sido recurrente en la novela colombiana desde los

tiempos de la colonia hasta ahora. Recordemos pues, la descripción exhaustiva que hace Juan

Rodríguez Freile en El Carnero; o la Colombia mitificada en la historia de un pueblo

polvoriento y remoto como Macondo en Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.

La Cali nocturna, musical e ilusoria, vista por los ojos del más recordado nadaísta, Andrés

Caicedo con ¡Que viva la música!; y la Bogotá moderna, aislada y fría de Mario Mendoza

con su Ciudad de los umbrales.


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La novela, además de ser una obra creativa, artística e intelectual, se puede

considerar entonces, como una expresión de la conciencia social, de la memoria colectiva

de este país que ha evolucionado considerablemente y que ha sufrido desde hace más de

cincuenta años una guerra completamente absurda y ya carente de sentido ideológico. De

esta forma, Héctor Abad Faciolince, escritor colombiano, crea una ciudad jerarquizada,

dividida en tres sectores, donde las brechas sociales no son un tema subjetivo, sino algo que

afecta profundamente a sus habitantes y los hace actuar, pensar y reaccionar, dependiendo

del lugar donde habiten. Hablamos de Angosta (2004) la cuarta novela de este escritor donde

se muestra una urbe cuyo cimiento es la exclusión, lo cual genera diversos tipos de violencia

que afectan la vida de sus habitantes.

Al analizar Angosta percibimos que ésta es un reflejo mismo de Medellín y que sus

características coinciden con la mayoría de las ciudades de Colombia, por tanto nos servirá

como punto de partida para indagar respecto a la realidad de nuestro país. Es por ello que en

este trabajo, titulado “EL CONCEPTO DE CIUDAD EN LA OBRA ANGOSTA DE

HÉCTOR ABAD FACIOLINCE” responderemos la siguiente pregunta: ¿Qué concepto de

ciudad está planteado en la obra Angosta del autor Héctor Abad Faciolince? Así pues, nuestro

principal interés es el de definir el concepto de ciudad propuesto en esta novela. Para ello

hemos formulado unos objetivos específicos que nos permitirán llegar a la concepción que

tiene el escritor sobre ciudad. Primeramente, determinaremos qué es la ciudad y su evolución

a través del tiempo; especificaremos la concepción de ciudad que Héctor Abad propone a

través de su novela; analizaremos cómo el concepto de ciudad configura el alma de sus

habitantes y por último, detallaremos la manera en que nuestro autor reasume la violencia

colombiana en su obra, Angosta.


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Para llevar a cabo cada uno de los objetivos detallados anteriormente, propusimos

tres capítulos diferentes. El primero lo denominamos “Ciudad: Zona Urbana”. Allí damos

cuenta de las diferentes concepciones teóricas que existen sobre la ciudad, basándonos

principalmente en el punto de vista de Kevin Lynch y Cruz Kronfly, e hicimos un desglose

general de cómo han surgido las ciudades, desde los tiempos más remotos hasta ahora; esto,

con el fin de precisar cuánto y cómo ha evolucionado este concepto hasta llegar a Medellín

que, como dijimos con anterioridad, es la ciudad ilustrada en Angosta.

En nuestro segundo capítulo describiremos la ciudad de Angosta, con cada uno de

sus recovecos, personajes y particularidades para justificar su relación con nuestro país, lo

cual nos dará luz al momento de determinar el concepto de ciudad, que es nuestro gran

objetivo. Finalmente, en el tercer capítulo analizaremos cómo la fragmentación que en

Angosta se da de manera tangible convierte a la ciudad en un ente generador de violencia,

haciendo de sus habitantes unos seres incomprendidos, desarraigados, desesperanzados y

solitarios tomando como referencia la violencia en Colombia.

Por otro lado, la metodología a implementar que guiará este trabajo de

investigación, será la sociocrítica, propuesta o crítica sociohistórica. Ésta plantea que el

contexto social y cultural en que fue construida la obra se puede deducir a través de un

análisis del texto mismo y de la transformación semántica que en él ocurre y, puesto que la

realidad de Angosta está siendo un reflejo de la colombiana, particularmente la de Medellín,

hemos decidido que este método de análisis es sin duda el más indicado para el desarrollo de

este proyecto.
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Así concluimos esta breve explicación de lo que mostraremos a través de este

proyecto de investigación. Esperamos que a través de su lectura, usted conozca un poco más

de su propio país y pueda meditar sobre la realidad que está cercana a usted. A continuación

profundizaremos en la razón por la cual resulta importante investigar y profundizar sobre el

tema escogido, así como también daremos cuenta de los principales motivos que nos llevaron

a estudiar esta problemática.


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2. JUSTIFICACIÓN

La ciudad y la novela han evolucionado desde su aparición hasta el día de hoy y

Angosta, la novela analizada en esta investigación, da prueba de ello. Asimismo, la forma en

que ha sido transformada la ciudad y su división en nuestra sociedad, ha derivado en una

exclusión de la que son víctimas sus habitantes, cuya respuesta es la violencia, el método por

el cual demuestran su valor humano ante la sociedad. Hablamos no de la totalidad de la

población, sino de los habitantes relegados a comunas, quienes sufren en medio de la pobreza

y el olvido.

Como seres humanos es natural y, en determinados casos, casi una obligación no

mostrarnos ajenos ante el dolor de otros, ante la realidad demasiado evidente que vive nuestro

país; es precisamente esto lo que nos lleva a analizar cómo la evolución del espacio en que

vivimos la gran mayoría, la ciudad, nos ha configurado como personas y ha hecho de

nosotros lo que somos actualmente, no sólo como individuos, sino como una nación que nos

delimita y acoge en su seno uniéndonos bajo un mismo nombre.

Es Angosta un espejo en el que hemos visto el reflejo de nuestro país, de esta

sociedad; por ello la hemos tomado como punto de partida para entender la realidad de

nuestro país y cómo la violencia nos ha desviado del camino de paz y hermandad, una paz

que aún no alcanzamos pese a los vehementes esfuerzos de nuestro gobierno; y es que la paz

no sólo se origina en las altas esferas del poder, como ciudadanos debemos ser generadores

de paz y para esto, debemos ser conscientes de nuestro pasado y nuestro presente.

Puede que Angosta, sea sólo una ciudad, pero es a través de esa ciudad que

podremos ver reflejado el diario vivir de casi todas las ciudades que conforman nuestro país.
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Esta urbe literaria que alberga en su seno la vida de tres clases distintas, que acoge a ricos y

a pobres, a personas de todas las razas y estratos, conserva historias de violencia,

desesperanza, vanidad, crueldad, deseo, envidia y muerte. Es por esto que nos atrae y nos

insta a analizar qué hay detrás de ella, qué desea mostrar Héctor Abad Faciolince a través de

esta ciudad.

El propósito de esta investigación es que, a través del estudio del concepto de ciudad

planteado por el autor en su novela Angosta, podamos dar a conocer la realidad social del

país, todo esto demostrado dentro del contexto que representa la ciudad protagonista de la

obra. Por otro lado, es válido su estudio ya que en nuestra Alma Máter, no existe ningún

estudio referente al autor, pese a su alto valor estético. Además, en el seguimiento del estado

del arte de la misma, no se hallaron trabajos o artículos que abordaran la temática de la ciudad

de la manera enfática en que se ha hecho en este proyecto investigativo.

El tema de la ciudad es algo vital, trascendental y vigente. Por medio de este trabajo

y con el estudio de la evolución histórica que ha tenido la violencia, y la infraestructura

urbana del país junto a las consecuencias que tienen origen en esto, pretendemos crear

conciencia de las consecuencias que trae la segregación social que siempre ha tenido el país

y la exclusión a la que son sumidos los más pobres.

Si tomamos conciencia de los límites que se sobrepasan al tomar como principios

éticos válidos el rechazo, la violencia, la desigualdad y la impunidad, si consideramos todo

esto y hasta dónde nos lleva la indiferencia, podremos lograr una transformación en cada

individuo, un cambio como el primer paso hacia una sociedad nueva, justa y tolerante.
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3. ANTECEDENTES

Angosta (2003) es el nombre de la cuarta novela del escritor colombiano Héctor

Abad Faciolince. Esta obra nace, en gran medida, de la necesidad que tenía el autor de

pregonar de manera literaria la realidad que acompaña hace mucho tiempo a nuestro país y

de la que él mismo fue testigo cuando acompañaba a su padre por los barrios más pobres de

Medellín en sus investigaciones de salud pública. Realidad que no ha sido ajena a la violencia

y de la que lamentablemente fue víctima, pues bien sabemos que el doctor Héctor Abad

Gómez, su padre, fue asesinado por defender de manera absolutamente pacífica los derechos

básicos de la población más vulnerable de Medellín. Este hecho marcó profundamente la

vida y la visión de mundo de este escritor y lo ha llevado a crear obras tan importantes como:

Basura (2000), El olvido que seremos (2005), o La Oculta (2014) lo cual lo ha hecho

merecedor de importantes distinciones y lo ha posicionado como uno de los escritores más

representativos de la literatura posmoderna en Colombia.

En este orden de ideas, Angosta ha generado toda clase de críticas, opiniones y

análisis. Como parte de nuestra tarea investigativa dimos primeramente con una tesis de

maestría desarrollada por Stokke (2012), cuyo principal objetivo fue el de examinar la forma

en que el protagonista de la novela, Jacobo Lince, cambia por causa de la lectura que realiza

al principio de la obra, esto con el fin de demostrar si la interacción ficticia que hay entre el

protagonista y el texto, se relaciona de alguna forma o tiene algún efecto, sobre la interacción

entre el lector real y el de la novela Angosta. Así que este proyecto de grado se preocupa

primeramente por las diferentes lecturas que proceden dentro de la Angosta ficticia y la

Angosta real, entendida como obra literaria.


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Por otro lado, encontramos también dos artículos de revista especializada. El primero,

escrito por Edilson Silva (2009), indaga sobre el tema de la ciudad pero lo plantea desde el

punto de vista del “cronotopo real histórico”, por lo tanto examina el papel que desempeña

la ciudad en la Modernidad y cómo la literatura reacciona de manera crítica frente a la

condición humana que se vive en ella (la ciudad). El segundo artículo, llevado a cabo por

Vera Toro (2013), se concentra nuevamente en la ciudad pero lo hace desde una perspectiva

diferente puesto que la muestra desde tres aspectos: el geográfico, el utópico y el literario.

De esta manera, el autor interpreta a la ciudad como un “vidrio ustorio” que además de

criticar y mostrar la situación sociopolítica del país, la relaciona con otros males que tienen

lugar en otros países.

Los textos mencionados anteriormente sirvieron como punto de partida de nuestra

investigación y como una herramienta esclarecedora, de gran utilidad, para comprender y

visualizar desde diferentes perspectivas un mismo tema. Sin embargo consideramos que

nuestra monografía difiere de ellas en el sentido de que responde a un concepto de ciudad,

que si bien está basado en una misma obra, fue analizado de forma diferente. Miramos no

sólo la ciudad y su evolución sino también su profundidad y relevancia pues configura el

alma de sus habitantes. Asimismo, tendremos un espacio en el que habrá lugar para el análisis

de la manera en que la ciudad se convierte en generador de violencia y cómo esta, encaja con

la realidad misma de nuestro país.


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4. OBJETIVOS

4.1. OBJETIVO GENERAL

Definir el concepto de ciudad propuesto por Héctor Abad Faciolince en su obra Angosta.

4.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Determinar qué es la ciudad y su evolución a través del tiempo.

 Especificar la concepción de ciudad que Héctor Abad Faciolince propone a través de

su novela, Angosta.

 Analizar cómo el concepto de ciudad configura el alma de los habitantes de Angosta.

 Detallar la manera en que el autor refleja la violencia colombiana en su obra, Angosta.


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5. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

Colombia ha evolucionado como país desde su conformación como estado en 1810;

muchos años han pasado en los que no sólo papeles y decretos han modificado a esta nación,

su infraestructura también ha cambiado y junto a ella la sociedad misma. Hemos visto cómo

la violencia es causa y efecto, transforma a la sociedad y la divide entre víctimas, victimarios

e indiferentes.

Angosta, de Héctor Abad Faciolince, enmarca una ciudad cuyos habitantes se ven

perjudicados debido a los cambios que en ella ocurren, es la representación de nuestro país,

de sus miedos, violencia, problemas y circunstancias reducidos a una ciudad. El autor ha

retratado la violencia en obras tales como El olvido que seremos (2005) y La Oculta (2014),

pero sólo en Angosta destaca de forma tan evidente el papel que juega la ciudad en la vida

de sus habitantes.

Por esto, siendo consecuentes a lo expuesto y teniendo en cuenta los aspectos que

se presentan en la trama planteada por Faciolince, nos planteamos el siguiente interrogante:

¿Qué concepto de ciudad está planteado en la obra Angosta del autor Héctor Abad

Faciolince?

Asimismo, entendemos que Angosta no es sino la representación distópica de

Colombia, por lo tanto observaremos ciertos sucesos históricos que han tenido lugar en

nuestro país y que dan explicación de las innumerables problemáticas que hacen parte de

ella. Para llegar a entender el concepto de ciudad que Faciolince propone, consideramos que

hay que compararla con la realidad del país y de este modo comprenderemos la conducta de

sus habitantes.
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6. MARCO TEÓRICO

Dado que este trabajo estará centrado en el concepto de ciudad planteado por Héctor Abad

Faciolince en su novela Angosta, será fundamental especificar conceptos que servirán de

apoyo para el desarrollo de esta investigación. Es por esto que a través de tres grandes

categorías, las cuales serán los ejes conceptuales del trabajo, se dará cuenta del concepto de

ciudad desde distintos puntos de vista: como zona urbana, en la narrativa de su autor

(específicamente en Angosta) y como ente trabajador del sujeto. El análisis que se hará a la

obra será hecho desde el enfoque de la sociocrítica y para efecto de ello se recurrirá a

diferentes autores en escritos relacionados con cada categoría. A continuación se observará

la ciudad como zona urbana, lugar de hábitat para sus pobladores y su evolución a través del

tiempo hasta el presente en el cual se sustenta el autor para dar vida a Angosta.
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6. 1. LA CIUDAD, ZONA URBANA

La ciudad no es sólo un objeto que perciben (y quizás gozan) millones de personas

de clases y caracteres sumamente diferentes, sino que es también el producto de

muchos constructores que constantemente modifican su estructura porque tienen sus

motivos para ello.

(Lynch, 1998, p.10)

La ciudad, uno de los lugares en que se concentran las poblaciones, el espacio en

que el hombre desenvuelve su vida y ejecuta los actos más elementales como dormir, comer,

reproducirse, recrearse; es un entorno físico y estructural en el que habitan ciudadanos,

hombres y mujeres con derechos, una población diversa en género, edad y conocimiento que

refleja el espacio que ellos mismos han construido y modificado progresivamente. Así, la

ciudad cambia continuamente, se transforma de acuerdo a las necesidades, temores y

ambiciones que fluyen interminablemente entre sus habitantes.

A decir verdad, las primeras ciudades surgen en el Medio Oriente, en toda una

región conocida como el Creciente Fértil. Las antiguas comunidades agrícolas y de pastores

fueron creciendo hasta el punto de ser capaces de sostener poblaciones más grandes y

numerosas. Con la especialización en distintas áreas de trabajo, los individuos fueron

creando un ambiente apto para que naciera el motor de la economía mundial: el comercio.

Este favoreció no solo, el intercambio de mercancías, sino también el de cultura, las visiones

de mundo de distintos individuos se mezclaron al tiempo que los asentamientos iban

creciendo en tamaño y población.


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Cuando Colón arribó a América, el continente que en adelante se conocería como

“Nuevo” por su descubrimiento, ya contaba con ciudades creadas por los nativos, los pueblos

Inca, Maya y Azteca habían desarrollado asentamientos urbanos arquitectónicamente

desarrollados, tal es el caso de Tenochtitlán, que para 1519 cuando llegaron los españoles,

era la ciudad más grande del mundo con más de doscientos mil (200.000) habitantes; estas

culturas desarrollaron una extensa red de caminos y se unificaron unas con otras para

conformar grandes y recordados imperios.

Esta presencia española significó un cambio más que evidente para los pueblos que

estaban aquí establecidos, pues su principal objetivo era gobernar un pueblo más numeroso

que ellos, evangelizarlos y controlarlos por medio de un poder militar, económico y

eclesiástico. Para esto establecieron ciudades y poblaciones adjuntas a estas, que serían

puntos centrales de la colonización.

Estas ciudades eran muy similares, tenían una misma estructura cuadricular, que

ayudaba a la expansión de la misma, Bogotá fue en principio un buen ejemplo de ello,

contando con un diseño colonial que poco a poco y como en otras ciudades importantes, iría

cambiando; es así como entre 1820 y 1970, las ciudades dejaron de lado su estructura

tradicional y se volcaron a seguir los modelos europeos, con sus boulevard, villas y alamedas,

se implementan nuevo diseños arquitectónicos y se adquiere un mayor desarrollo en las vías

de acceso de un lugar al otro.

Hacia el siglo XX, la ciudad ya desarrollada y creciendo por sí sola, adquiere un

nuevo tinte, ya no es solo el lugar de habitación y vivienda de unos cuantos sino también

escenario de conflictos y/o circunstancias sociales como la pobreza. La ciudad llega a


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polarizarse, haciendo evidentes las diferencias entre clases sociales, podríamos hablar de una

ciudad rica y una pobre, en ambas se vive, pero de manera distinta, los primeros viven en

función del bienestar que les brinda su patrimonio, los otros sufren y luchan por superarse.

Son los habitantes de esta ciudad, la desamparada, la de las desgracias, los que luchando por

sobrevivir y hacerse a un mejor estilo de vida, desencadenan la fragmentación de la ciudad;

esta crece y se fracciona, las clases más altas viven en zonas aledañas a la misma y los más

pobres, en la periferia de la ciudad. Es la otra cara de la urbe.

Dado que la ciudad es un espacio de intercambio social y cultural, cabe bien el

concepto de contexto que propone Alejo Carpentier (2003) para mostrar la riqueza

sociocultural de quienes la habitan. En este sentido, hablamos de contextos de tipo cultural,

político, económico, racial, de distancia y proporción, cronológico, ideológico, entre otros.

La identificación de estos mismos conceptos nos acerca a un análisis más profundo de un

lugar y/o situación. En este caso, nos ubicamos en Angosta, una ciudad de variedad

contextual que retrata el diario vivir de sus habitantes, que refleja sus preferencias,

inconformidades, contradicciones y deseos. Esta urbe es reflejo de la ciudad latinoamericana

y la proyecta internacionalmente ante cualquier lector, para identificación del mismo con el

entorno, los habitantes y los hechos que allí acontecen.

Lynch (1960) afirma que “no debemos limitarnos a considerar la ciudad como cosa

en sí sino la ciudad en cuanto percibida por sus habitantes.” (p.10). Estos últimos desarrollan

casi la totalidad de su vida en la urbe y es dentro de ella que definen su manera de pensar,

comportarse y sentir, gracias al entorno en que habitan, su visión de mundo se acomoda a la

cultura y desarrollo de la misma; es por eso que su percepción de ciudad es primordial para
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adquirir un concepto global de la misma, pues ellos la definen y configuran conforme a lo

que ocurre y el tiempo que transcurre.

En la obra de Héctor Abad Faciolince encontramos una preocupación por delinear

la ciudad y con ella el sentir de sus habitantes. De allí que no sea gratuito que Angosta refleje

la realidad colombiana vista desde la perspectiva de tres sectores disparejos, más bien

disímiles; en ellos un grupo selecto y reducido presume de su holgura económica y su gusto

por el buen vivir; otros, se esfuerzan desmesuradamente por sobrevivir, buscando siempre

una forma de contrarrestar la pobreza y alcanzar ese anhelo de estar en Tierra Fría y los

menos afortunados, esquivan las balas y el hambre, mientras omiten el desgarrador olvido

del que son víctimas. Una ciudad ficticia divida en tres, gracias a la aplicación de una política

absurda de apartamiento, eso es Angosta. El espejo de una sociedad latinoamericana y andina

penetrada cada vez más por la violencia, la intolerancia, la desigualdad y el desarraigo.

Llegados a este punto, es necesario retomar a Lynch, quien habla de la ciudad no

como un objeto estático en el que simplemente habita un conglomerado de personas, sino

como el espacio que poco a poco se construye en la medida que la sociedad evoluciona. Para

comprender mejor la incertidumbre en la que están sumergidos los habitantes de Angosta,

hay que tener en cuenta la filosofía de la Modernidad, puesto que con el surgimiento de ésta

el pensamiento del Hombre cambió de manera radical, su vida no gira ya en torno a Dios,

por el contrario, el hombre moderno centra sus energías, pensamiento y devoción en sí mismo

y se fundamenta en la razón. Es así como el concepto de “comunidad” empezó a decaer, ya

que todos los seres humanos empezaron a ser dueños y responsables de sí mismos.
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Bien decía Cruz Kronfly (1994) que el nacimiento y desarrollo del capitalismo

consolidó de manera progresiva el principio de individualización, el cual tiene la capacidad

de fundar una mentalidad colectiva, no holística, sino individualista. Los habitantes de la

ciudad hacen parte de un grupo en el que la gran mayoría no trabaja en pro del beneficio

colectivo y solo unos pocos alcanzan una conciencia altruista. Así, cada individuo configura

un universo aparte y trabaja con el fin de satisfacer sus propias necesidades, ignorando lo

que pase a su alrededor.

De esta forma, se impone desde el poder, un modelo de sociedad que omite por

completo los derechos ciudadanos y cuyo principio es vivir a la vanguardia con los avances

tecnológicos, la ciencia y sus progresos. Contrariamente esta sociedad llena de opulencia,

“siente la agonía de la soledad y la ausencia de todo sentido” (Kronfly, 1994, p.28), sufriendo

el abandono de los suyos y el desamparo de saberse valorada más por sus posesiones

personales que por sus valores, aturdidos entre propiedades, créditos, autos, ropa y todo tipo

de manifestación material que simboliza riqueza en una sociedad moderna. Es evidente que

la sociedad actual es individualista, materialista, vana y necia, todo es apariencia. Faciolince

toma como escenario para esta obra una ciudad que ha sido testigo de múltiples

transformaciones: Angosta, la cual evoca a su ciudad natal, violenta, empinada, hospitalaria,

pero nunca confiada, espacio de creatividad, de leyendas, de pasión. Es esta una ciudad

innovadora, de artistas, clima variado, el equivalente a la ciudad ficticia en la que se

desarrollan los hechos narrados en Angosta, por esto analizaremos la arquitectura, historia y

la idiosincrasia de los habitantes de tan atrayente lugar: Medellín.


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También conocida como como la “ciudad de la eterna primavera”, Medellín está

situada en el Valle de Aburrá, en las riberas del río Medellín, tiene una altura de 1300 metros

y en las cimas de sus montañas 1.900 metros. Según Rodríguez (2009) esta ciudad pronto se

vio consolidada como una de las principales ciudades del país, esto gracias al considerable

desarrollo urbanístico, empresarial, social y cultural, lo cual la hace merecedora de

constantes elogios, tanto de los suyos como de extranjeros. Estas aclamaciones a la ciudad

no se derivan exclusivamente de lo arquitectónico, pues Medellín contribuye más que con su

panorama, ella es cuna de grandes nombres en múltiples disciplinas y artes. Particularmente

y en lo que respecta a la literatura sobresalen personajes cuyas obras han alcanzado un valor

estético, ejemplo de ello: Manuel Mejía Vallejo, Fernando Vallejo, Darío Ruiz, Tomás

Carrasquilla, Juan José Hoyos, entre otros.

Esta misma ciudad en múltiples ocasiones ha servido de escenario en distintas

novelas y cuentos que, muchas veces tienen hechos reales como antecedentes. Es este

exactamente el caso, pues esta urbe, cuya población tiene orígenes judíos y vascos y una

inclinación notable hacia todas las manifestaciones del arte es la misma que hace las veces

de musa para Faciolince y está reflejada constantemente en Angosta; en el libro son varias

las referencias que remiten al lector a la ciudad de la eterna primavera. Por nombrar algunas

tenemos:

 Barriotriste, antiguamente llamado ‘Prado’ (p.49)., que evoca el barrio del mismo

nombre ubicado en Medellín el cual se diseñó como un sitio exclusivo para la élite

de las primeras décadas del siglo XX, este barrio exquisitamente construido con las

más diversas arquitecturas importadas de Europa se vino a menos porque sus dueños,
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ante la gran cantidad de dinero que exige el mantenimiento de las propiedades, las

abandonaron para establecerse a las afueras de la ciudad, hoy muchas de estas casonas

son sedes de inquilinatos, organizaciones no gubernamentales, entidades de salud o

anticuarios.

 El Independiente de Angosta que en su mención en el libro, había vuelto a perder con

Millonarios (p.50). Es una referencia casi innegable al ‘Deportivo Independiente

Medellín’, cuyas derrotas ante el conocido equipo bogotano no hace más que

confirmar la referencia que usa el autor al equipo de su tierra.

 El Señor de las Apuestas, dueño de Apuestas y Chances Nutibara. Este hombre,

conocido mafioso cuya empresa de chances y apuestas era solo una máscara a los

verdaderos negocios que lideraba involucrados con el narcotráfico, recuerda con sus

turbias actividades y el nombre de su empresa al Bloque Cacique Nutibara una

organización paramilitar que surgió en 2001 y que operó en Medellín bajo el mando

de Diego Fernando Murillo, más conocido en el mundo del narcotráfico como ‘Don

Berna’.

Referencias como estas encontradas en Angosta nos remiten al Medellín natal del

autor, una ciudad víctima de la violencia, la segregación social, de numerosos cambios

estructurales, sociales y políticos que, aunque no tan radicales como los que sufrió la urbe

ficticia, sí han afectado el espacio que habitan los oriundos de esta ciudad y por consiguiente

su visión de mundo.
28

Vemos cómo una ciudad es un espacio físico que evoluciona y se transforma, ésta

metamorfosis altera a quienes la habitan determinando en muchas ocasiones la visión de

mundo de estos. Sin embargo, antes de analizar lo que causa en los nativos de un lugar las

variaciones que surgen a partir de distintos factores y cómo, precisamente, los cambios que

ocurren en Angosta influyen en los habitantes, es necesario hablar de la división que existe

en esta metrópoli, la cual da origen a los principales conflictos que surgen a lo largo de la

historia. Veremos en el próximo capítulo, cómo está retratado el concepto de ciudad en el

libro Angosta de Héctor Abad Faciolince.


29

6.2. LA CIUDAD EN LA NARRATIVA DE HÉCTOR ABAD FACIOLINCE:

ANGOSTA

No basta con vivir en la ciudad, si no se alcanza desde su mismo rechazo, si no se

entra en ella por calles que no son las de los planos. Una ciudad es también fantasma

que solo la ingenuidad del habitante cree domesticable y próximo; apenas unos pocos

saben del mecanismo interior que hace caer las fachadas y da acceso por oscuros

paisajes a sus últimos reductos.

(Cortázar, 1968, p. 46)

En este capítulo se analizará de forma detallada la manera en que Héctor Abad

Faciolince crea una ciudad y la modifica de modo que pueda reflejar la realidad social,

económica y política que se vive en nuestro país y en el resto de Latino América a través de

su propia visión de mundo. En la obra, las experiencias vividas por el autor en su espacio

real, Medellín, cobran un significado trascendental. En cuanto a esto Pérgolis y Moreno

(2009) afirman que ante un espacio arquitectónico y meramente urbano, el autor elabora una

estructura alterna de palabras, con la cual teje el sentido de su experiencia. De esta forma las

palabras y la obra, en conjunto, vinculan al autor de una manera específica y lo lleva a

construir lo que Octavio Paz (1998) llamaría una ciudad “ideal”: Angosta.

Así es como Héctor Abad Faciolince, escritor colombiano, nacido en Medellín,

víctima del conflicto armado de nuestro país, defensor fehaciente de la paz, consciente de la

violencia, la pobreza y la extrema exclusión y concentración del poder en Colombia, recrea


30

su ciudad natal a través de una urbe completamente ficticia, la cual proyecta fielmente todas

las características de ésta. Es así como, por medio de su obra y de las voces de sus personajes,

da a conocer su concepción de la ciudad, todo lo que acontece en ella y el cúmulo de

relaciones de tipo afectiva que surgen dentro de dicho contexto.

En el siglo pasado Bajtín (1989), planteó una categoría denominada cronotopo la

cual se puede entender como una conexión vital que existe entre las relaciones temporales y

espaciales que son asimiladas desde un punto de vista artístico. Bajtín afirma en su “Teoría

y estética de la novela” que:

“La obra y el mundo representado en ella se incorporan al mundo real y lo enriquecen; y el

mundo real se incorpora a la obra y al mundo representado en ella, tanto durante el proceso

de elaboración de la misma, como en el posterior proceso de su vida, en la elaboración de

la obra a través de la percepción creativa de los oyentes lectores” (Bajtín, 1989, p. 404).

En este sentido, Faciolince crea Angosta y hace de ella una representación de la

realidad que él mismo experimentó, estableciendo relaciones entre el cronotopo real histórico

(Medellín) y el espacio de ficción presente en la obra. Así, podemos afirmar que Angosta no

es más que el retrato de cualquier ciudad latinoamericana, en la cual habitan familias, amigos,

parejas, trabajadores, etc. Y por otro lado, es también un espacio en el que convergen logros

y fracasos, temores y esperanzas, miedo, violencia, pobreza, lo bueno y lo malo (Valencia,

2006). Una ciudad estrecha compuesta por tres pisos, tres gentes y tres climas. Dividida de

forma arbitraria gracias a una medida “transitoria” que, según sus promotores, garantizaría

la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos frente a macabros atentados terroristas: la


31

Política de Apartamiento. Veamos pues, el modelo de ciudad que propone el autor y cómo

ésta configura a sus habitantes.

6.2.1 Angosta: Escenario de desventura y tribulación

Angosta no es un lugar amable. Más que el lugar de encuentro que suelen ser las

ciudades, se ha convertido en la encrucijada del asesinato, el sitio del asalto, la

vorágine de una vida peligrosa y muchas veces miserable e indigna. Quizá por eso

sus poetas y pensadores más dignos, al escribir sobre ella, no han optado por el

panegírico sino por la diatriba.

(Faciolince, 2003)

Henrich von Guhl, es un académico alemán que escribe un breve tratado sobre la

geografía angosteña. Personaje ficticio a través del cual Faciolince describe de manera

detallada cada una de las características urbanas de la ciudad. Este tratado es el punto de

partida de la novela y es gracias a él que se desencadenan todos los hechos que allí tienen

lugar, por lo tanto, es un relato de suma importancia ya que será la columna vertebral de toda

la narración y la mirada objetiva que tendremos de la ciudad.

Por medio de Guhl sabemos que Angosta es una ciudad cualquiera de Colombia,

“(…) ubicada en la mitad de la cordillera Central, o del Quindío, es decir en el centro del

dedo corazón de esa mano en la que los Andes terminan” (p. 10). Angosta está compuesta
32

por tres importantes sektores, éstos marcan una diferencia social específica. A cada piso

corresponde un clima, una casta, unas políticas y un diseño arquitectónico totalmente

diferente.

En la época colonial, los habitantes de Angosta se fueron estableciendo en diferentes

puntos de la ciudad. Ellos eligieron su ubicación teniendo en cuenta sus trabajos o intereses,

lo cual condicionó hasta cierto punto la forma y condiciones de vida de sus habitantes, aún

después de muchas generaciones. Pero la creación de los sektores anteriormente

mencionados se remonta, según Guhl, al nacimiento del nuevo milenio, “(…) cuando

arreciaron los atentados terroristas, las tropas de los países garantes acordonaron la zona y la

ciudad fue dividida, con nítidas fronteras, en tres partes” (p. 18).

Fueron tiempos en los que fuerzas guerrilleras sembraron el terror en los angosteños

a fuerza de atentados, secuestros masivos, masacres cometidas por grupos paramilitares

(Secur), entre otros actos violentos. Para contrarrestar todas estas manifestaciones

antisociales y antigubernamentales se dividió a la ciudad en tres sectores: el Sektor F

(Paradiso o tierra fría), el Sektor T (centro de Angosta o tierra templada) y el Sektor C (Boca

del infierno o tierra caliente).

Así fue que, por medio de una ordenanza social y teniendo en cuenta los niveles

económicos existentes en la población, esta ciudad fue modificándose de manera estratégica.

A esa medida divisoria se le llamó “Política de Apartamiento”, la cual, según narra el ficticio

teórico alemán, iba a ser solamente transitoria: “(…) pero en Angosta todo lo precario se

vuelve definitivo, los decretos de excepción se vuelven leyes, y cuando uno menos lo piensa

ya son artículos constitucionales” (p. 19). En efecto, pese a estar conformada por tres pisos
33

que hacen parte de una misma región o espacio geográfico, sus habitantes no pueden circular

libremente por cada uno de ellos. Para ingresar al Sektor F, por ejemplo, hay que pasar

primero por un Check Point y tener un salvoconducto que justifique su visita.

Analizando la anterior descripción de Angosta podemos apreciar que esta ciudad es

el resultado de una configuración urbana neoliberalista y completamente globalizada en la

cual se refleja de forma indudable la exclusión y la represión. El uso del dólar, en vez de la

moneda nacional, la base arquitectónica parecida a las grandes ciudades primer-mundistas,

la imposición arbitraria de la lengua inglesa, entre otras características hacen que la anterior

afirmación tenga fundamento.

Respecto a este tema, Janoschka considera, en una de sus profundas investigaciones,

que la dinámica neoliberalista urbana tiene características fundamentales: la abolición de lo

social; la maximización de la utilidad y de los beneficios de cada individuo o sujeto

económico; y la falta de la interferencia estatal (Janoschka, 2011). Lo anterior resume la

esencia primordial de Angosta, donde vemos habitantes olvidados completamente por el

Estado, que ve en ellos la mano de obra barata de la que debe hacer uso para garantizar una

estabilidad económica de la que debe gozar todo país, olvidando así, las necesidades que por

obligación debe satisfacer ya que hace parte de sus compromisos sociales.

A continuación haremos un desglose de los tres sektores que constituyen la Angosta

distópica de Faciolince con el fin de mostrar los elementos que justifican la esencia

neoliberal, inequitativa y violenta de esta ciudad.


34

6.2.1.1. Tierra Fría: Poder y Opulencia

Ubicada en un altiplano grande y fértil, y conocida también como la azotea de

Angosta o Sektor F, es el espacio donde los dones, seres de inmaculado prestigio,

provenientes, según ellos, de la más alta casta del país decidieron asentarse y construir una

plácida ciudad, arquitectónicamente perfecta, limpia, moderna y digna de estar situada en

cualquier otro país del Primer Mundo, pero para el infortunio de sus habitantes está

atravesada en un rincón del Tercero.

Sus pobladores, a pesar de que se consideran de mejores genes y ostentan falsamente

un extenso y tradicional linaje, no son más que indios, negros o mestizos, producto de la

mezcla racial que tuvo lugar desde la época de la colonia, donde vascos, extremeños

andaluces o castellanos, satisfacían su necesidad sexual y reproductiva con cualquier mujer;

dando lugar a la compleja mezcla conformada por los ingredientes europeos, americanos y

africanos.

Pese a semejante imposición racial, todos en Angosta saben que “los únicos

ciudadanos de Tierra Fría son los que tienen plata, mucha plata, los que se sienten blancos

aunque su piel refleje otro color” (Abad, 2003, p. 96). Y es que para habitar este sector de

la ciudad solamente se debe garantizar que se tengan los recursos económicos necesarios

para sustentar una vida ostentosa, para ello fue creada la Ordenanza de Empoderamiento 737

la cual determina que cualquier persona que certifique ser propietaria de una fortuna igual o
35

superior a un millón de dólares puede fijar su residencia en Paradiso y a recibir el tratamiento

de don, esto sin importar su procedencia geográfica o étnica.

Sin embargo, los dones no dudan en llamarse a sí mismos blancos y de sangre azul,

juzgando de forma despectiva a los que no hacen parte de su sector; para ellos, los demás

son indios o negros, carentes de clase y buenas maneras; terroristas miserables, izquierdistas

flojos cuyo único propósito es el de apoderarse de manera progresiva de su ilusoria y

supuesta ciudad primermundista, por lo que consideran que es absolutamente necesario

mantener al margen a cualquiera que no pertenezca a su clase ya que eso pondría en peligro

la integridad y perfecta opulencia de sus vidas.

Por lo tanto, el acceso a esta parte de Angosta está completamente restringida

mediante el uso de un obstacle zone, esta no es más que una barrera de mallas, alambrados

y cables de alta tensión, custodiada por una fuerza de intervención internacional y militar

que no dudará en hacer uso de la fuerza una vez que descubran a alguien intentando entrar al

Sektor F de manera ilegal y esto es, evadiendo el Check Point.

Algo ineludible es el poder de decisión de los habitantes de tierra fría sobre lo que

ocurre en Angosta, ya que es allí donde se decide el curso, desarrollo y futuro de la ciudad.

Aunque existen representantes públicos que el pueblo elige supuestamente de manera

democrática, la verdad es que impera un poder detrás de ese poder. Hablamos de los llamados

“Siete Sabios”, personajes de las procedencias más diversas y distintas razas pero con algo

en común: una vocación por defender sus propios intereses y hacer valer su voluntad; para

esto se reúnen clandestinamente con el fin de llegar a un acuerdo sobre qué habitante de la
36

ciudad debería ser eliminado y así evitar cualquier cambio en su actual y cómoda situación,

y qué decisiones deberían tomarse y llevarse a cabo para mantener el control sobre la ciudad.

Ahora, entremos al Sector intermedio de la ciudad ficticia del autor para analizar los

diferentes elementos que la caracterizan y ahondar en el día a día de sus habitantes.

6.2.1.2. Tierra Templada: Conformismo y evasión

Ubicada a lo largo del estrecho valle del Turbio en la antigua zona cafetera, en

pleno centro de Angosta; conocida por todos como Sektor T, gracias a su temperatura media

es el hogar de los segundones, nombre con cual se reconoce a sus habitantes. En esta parte

de la ciudad está situado el Prado, uno de los barrios más tradicionales de Angosta; La cuña

y La Comedia, atravesada por la carrera el Dante.

En esta parte de la ciudad no hay parques públicos, ni espectáculos gratis, ni mucho

menos está rodeada por jardines celosamente cuidados. Aquí la cultura se limita a una vieja

y solitaria biblioteca que queda a la orilla del río; y a un diminuto club de Ajedrez donde

siempre hay un octogenario dispuesto a jugar. Por lo tanto, un habitante común de este sektor

pasa buena parte de su vida frente a un televisor, lanzando blasfemias e injurias cada vez que

el Independiente de Angosta pierde, o viendo ‘realities’ y novelas melodramáticas

provenientes de México.
37

Aquí no impera el miedo por los ataques terroristas o la invasión secular, el mayor

temor que tienen los segundones es la de ser confundidos con los pobladores del Sektor C, y

su única ambición es la de obtener algún día, el título de don. Por esto los habitantes de Tierra

templada anhelan con todas sus fuerzas una posibilidad de trabajo y de futuro dentro del

Sektor F, así que soportan las engorrosas entrevistas e interrogatorios, los trámites, el

papeleo, una firma, otro sello, para conseguir su fin. Todo esto se volvió parte de ellos pero

ignoran que es casi imposible encontrar algún trabajo en T si no se tiene una prodigiosa

destreza.

Los tibios no son ajenos a los ataques de violencia que se propician continuamente

en Angosta, pero en ellos hay una rabia profunda y desgarrada pese a ser víctimas de la

injusticia social patrocinada por los dones. Así que se oponen al uso de la violencia como

medio transformador o denunciante de la inequidad que los envuelve. Esto no ocurre con los

tercerones, habitantes de la zona más baja y olvidada de Angosta, de los cuales hablaremos

a continuación.
38

6.2.1.3. Tierra Caliente: Rebeldía y lucha

Comprende los alrededores del Salto de los Desesperados y la Boca del Infierno,

por las laderas de la orilla occidental de río Turbio que suben a Tierra Templada. Se ubica

en el valle estrecho que recuerda al Valle de Aburrá de Medellín. Está compuesto por calles

destapadas, polvorientas y estrechas, cuyos nombres conservaban aún su toque religioso:

Monte Tabor, Viacrucis, Señor Caído, Niño perdido, Calvario, etc. El río que baña esta parte

de la ciudad “es hoy una cloaca venenosa de olores nauseabundos donde apenas si crecen

bacterias anaerobias” (p. 116). Además de esto es la base del Salto, lugar que se distingue

por ser un botadero de muertos donde va parar todo aquel que se opone a la política de

apartamiento.

En cuanto a sus habitantes podemos leer en la obra: “se conocen como tercerones,

a sus pobladores, por blancos que sean se les considera negros o indios” (p. 15), viven con

el estigma del rechazo, no son bien vistos, les precede su fama de agitadores y terroristas,

una burda y cruel generalización. “Todos los que vienen de abajo, sobre todo si son

calentanos, pueden llevar por dentro la semilla de la muerte” (p. 97), por lo que cada

habitante que procede de este sector de la ciudad es recibido siempre con miradas de absoluta

desconfianza.

Los únicos tercerones que logran subir hasta el sector F son obreros o empleados de

servicio, cuya única manera de acceder a esta tierra de clima más frío es a través de sus

trabajos, su sueño de habitar allí inicia cada día al amanecer y se apaga con los rayos del sol,

cuando vuelven al cálido valle de donde provienen.


39

Los tercerones son personas cálidas, aman a su tierra pero odian el hecho de ser

rechazados por haber nacido allí. Son los excluidos de su ciudad, denegados por su propia

gente que los califica solo por no tener condiciones económicas que tienen los de Tierra Fría

y que anhelan tener los segundones. Responden a esa negatividad con violencia, pues están

en contra de la Política de Apartamiento y es precisamente de ese valle caliente y fértil que

emergen individuos dispuestos a sacrificar sus vidas y las de los demás por una misma causa

que comparten los segundones, pero que solo ellos, los tercerones, están dispuestos a

defender con uñas y dientes.

En esta parte de la ciudad la inequidad es tan marcada, la injusticia sobreabunda y

los beneficios para los no ricos son tan pocos que terminan haciendo de sus habitantes una

especie olvidada, que nada entre el abandono, la injustica y la falta de oportunidades,

convirtiéndolos en personas inconformes, pasivas, acobardadas y silenciosas; y que ven en

la violencia la única esperanza de salir del letargo de la desigualdad.

Visto todo esto se puede afirmar con absoluta certeza que para analizar el tema de

la ciudad hay que verlo a través del alma de sus habitantes: “Una ciudad no está hecha sólo

de calles, carreras, callejones y parques; es también un ente cultural que guarda en su interior

un conjunto de relaciones simbólicas, dispuestas a ser decodificadas y por lo tanto vividas

por sus habitantes” (Barcasnegras, p. 18). Es por esto que en el siguiente capítulo veremos

las consecuencias de la desigualdad y la exclusión que son parte de ésta ciudad y cómo ella

como ente mismo se vuelve un elemento transformador de sus habitantes, desencadenando

hechos marcados por la violencia.


40

6.3. LA CIUDAD COMO ENTE TRANSFORMADOR DEL SUJETO

Así en el laberinto, tras correr durante mucho tiempo, tras haber atravesado los millares de

salas, de pasillos, tras haberse perdido por completo en todas esas vueltas y rodeos, en todos

esos rincones y escondrijos, en todas esas innumerables sinuosidades, de callejón en

callejón, de falsa salida en falsa salida y siempre ante las mismas puertas, siempre ante los

mismos muros, hubo un momento sin duda en que Ícaro, agotado, en el límite de sus fuerzas

y de su valor, sin aliento ni esperanza, comprendió que no había salida, por ninguna parte,

que su carrera era vana y loca, todos sus esfuerzos inútiles y toda esperanza ilusoria.

(Comte-Sponville, 2001)

Angosta, la ciudad ficticia que da nombre a la obra de Héctor Abad Faciolince, al

igual que Macondo, se puede ubicar dentro de la realidad de un país que da contexto a las

historias allí narradas. En este caso, se debe particularmente a un fenómeno social del cual

se habla en esta categoría: la violencia. Ésta lleva a que los personajes se desvinculen de su

condición de sujeto y, tan infame es la misma, que los hace caer en estado de desesperanza

y los degrada como seres humanos. Se encuentran, sin embargo, excepciones como Camila

quien huye de su opresora realidad, y Andrés, quien opta por el sueño como método de escape

hacia su libertad. Así, para precisar lo que es violencia, basta remitirse al Diccionario de la

Real Academia Española (2014), en el cual se la define la violencia de la siguiente manera:

“f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder”. Este concepto sin duda se refiere

a actos de fuerza que son contrarios a los derechos y leyes establecidos por cada sociedad.

En Colombia este tipo de casos se han presentado en múltiples maneras, es habitual el hecho
41

de que las personas recurran a la violencia para satisfacer sus necesidades, alcanzar logros y

conseguir respeto o cualquier tipo de deseo. De hecho en Colombia este mismo término, el

de Violencia, se le asigna a un período de tiempo que encierra todos los sucesos ocurridos

durante la crisis bipartidista y el enfrentamiento armado que hubo en el país durante la mitad

del siglo XX. Se hace a continuación un recuento de los principales períodos históricos de la

violencia en el país.

6.3.1. Antecedentes Históricos de la violencia

Una vez Colombia se independiza de España se desencadena una serie de guerras

civiles nacionales, locales y un par internacionales. La Guerra de los mil días es la más

famosa de ellas ¿La mayor consecuencia de la misma? La pérdida de Panamá en 1903.

(Guerrero, 1994).

Se dividen los años más arduos de este periodo llamado “Violencia” en cuatro

grandes etapas de esta manera:

 1930 - 1947: Hubo constantes altercados y persecuciones entre liberales y

conservadores que buscaban controlar los puestos públicos, regular la

tenencia de tierras, así como el dominio religioso e ideológico.

 1948 - 1953: En 1948 muere Jorge Eliécer Gaitán, caudillo del pueblo, lo cual

desencadenó un general descontento entre el pueblo que lo tenía como futuro

presidente. Esta etapa estuvo caracterizada por la lucha armada entre


42

conservadores y liberales, se establece la creación de las guerrillas liberales y

el gobierno a nivel departamental, y municipal emplea a los llamados

“pájaros”, comienzos de la policía y arma del conservatismo.

 1953 - 1957: En esta etapa sobrevino la dictadura militar de Gustavo Rojas

Pinilla, quien decreta una amnistía para dialogar con los líderes de las

guerrillas del llano para luego romperla asesinando a estos uno a uno por

medio de “pájaros”. Esto obliga a los combatientes del partido liberal a

retomar las armas y conformar grupos guerrilleros de los cuales surgiría la

primera columna guerrillera comunista que más adelante sería conocida como

FARC.

 1958 - 1960: Se conforma el “Frente Nacional” que surge de un acuerdo entre

los principales partidos y es en los años sesentas que al ser declaradas las

autodefensas, por lo demás inofensivas como enemigo número uno del

estado, que surge una transformación en estas dando paso a la creación de

grupos influidos por la revolución cubana, y las ideologías de Marx, Lenin y

Mao Zedong; FARC (1964), ELN (1965) y el ELP (1968).

En estos años el horror se vio acuciado por el también llamado “Terrorismo de

Estado” una Doctrina de seguridad Nacional que busca combatir la violencia de los grupos

guerrilleros con más violencia, esto llevó a estos grupos a límites hasta entonces

insospechados pues los mismos campesinos liberales y conservadores, torturaron, violaron y

asesinaron indiscriminadamente a hombre, niños, mujeres embarazadas; masacraron familias

enteras forzando a otras a abandonar sus tierras, mutilaron personas, robaron tierras y ganado,
43

destruyeron casas, quemaron propiedades, etc. Las zonas que más se vieron afectadas por

esto incluyen los departamentos de Tolima, Santander, Cundinamarca, Norte del Valle,

Boyacá, Caldas, Quindío y Risaralda. Las guerrillas proliferaron en zonas donde el control

del gobierno era débil, zonas como Sumapaz, al sur del Tolima, el Madalena medio, los

llanos orientales y el alto San Jorge.

6.3.2. La violencia y el conflicto armado en Colombia

A partir de los años ochenta surgen nuevas situaciones de conflicto, una nueva etapa

de violencia interna que, a pesar de lo acontecido anteriormente en el país exige un desarrollo

y consideración especial. Hubo una expansión guerrillera, las FARC elevaron sus frentes a

30 en 1986 y el M-19 (Movimiento 19 de Abril que había surgido en busca del protagonismo

político a favor de los intereses de izquierda), había dejado su lucha en la ciudad y se había

vinculado a la lucha rural; las políticas de paz como la del gobierno de Virgilio Barco (1986-

1990) se veían grandemente limitadas; y el narcotráfico ocupaba un lugar importante como

principal medio de financiamiento del conflicto armado gracias a la confluencia de las élites

que buscaban defender y perpetuar su patrimonio, los mismos narcotraficantes que tenían

como objetivo la expansión de sus actividades ilegales y los militares que buscaban atacar a

la guerrilla.

Pronto el narcotráfico fue el gran protagonista, perdió su principal objetivo como

financiador de las partes del conflicto e impactó de manera contundente en la vida política,

social y cultural de la nación. La corrupción pronto llegó a la clase política e instituciones


44

del Estado, conformando una “narco política” que infectó a más de algún dirigente político

del país. Asimismo resonó pronto en el pueblo el hecho de que estas actividades ilegales eran

una manera rápida de ascender social y económicamente, fue un vuelco cultural y social, una

reformulación de los referentes éticos sociales y produjo la aceptación general del

narcotráfico; personajes como Pablo Escobar calarían hondamente en la memoria de la

sociedad.

Fue precisamente este último quien desencadenó una serie de hechos que

impulsaron una reorganización dentro del paramilitarismo, pues gracias a las órdenes de

Escobar varios de los principales líderes paramilitares fueron asesinados, dando paso a una

penetración del narcotráfico dentro de la organización. A continuación, vamos a hacer un

breve repaso del paramilitarismo y su papel dentro de Angosta.

6.3.3. Angosta: Escenario de violencia y olvido

En los capítulos anteriores ya hemos visto la forma en que cierto grupo de habitantes

de esta urbe han sido apartados e ignorados por gran parte de la sociedad. Como

consecuencia, Angosta se convierte en un lugar de desencuentros en el que sus habitantes,

víctimas de la represión, no ven otra salida a tal hecho que la violencia. Hablamos

específicamente del Sektor C y sus pobladores, los tercerones. Nuevamente evocamos la voz

del ficticio teórico Van Guhl quien explica brevemente en lo que se ha convertido Angosta:
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Angosta no es un lugar amable. Más que el lugar de encuentro que suelen ser las ciudades,

se ha convertido en la encrucijada del asesinato, el sitio del asalto, la vorágine de una vida

peligrosa y muchas veces miserable e indigna. (Abad, 2003, p. 226)

En este sentido, la ciudad representa un espacio en el cual sus habitantes nadan en

la intranquilidad debido a las modificaciones arbitrarias realizadas en la urbe. Ellos se sienten

solos como individuos, están inmersos en un espacio construido para garantizar que los ricos

sigan siendo cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Así que los angosteños

“al no sentir su ciudad como un refugio seguro, padecen una especie de desarraigo, o exilio

interior” (p. 226).

Es importante retomar entonces la esencia de la política de Apartamiento, puesto

que a través de ella surgen todos los males de esta ciudad. Recordemos pues que Angosta es

una ciudad partida por muros reales e invisibles, en la que la pobreza en vez de ser tratada

como un problema a solucionar, recibe el tratamiento de peste. Todo aquel que esté infectado

de dicha epidemia es excluido, apartado, oprimido y sufre de manera directa las

consecuencias de una sociedad excluyente por medio de la violencia.

Así no los hace ver Andrés Zuleta, la voz usada por el autor para dar a conocer de

forma explícita, clara y sensible, la manera en que se vive en el sector menos favorecido de

la ciudad. Este personaje comenta lo siguiente en su libreta de apuntes:

Cada vez que hay un atentado, sin falta, caen los magníficos fuegos artificiales de los misiles

teledirigidos desde los satélites. Aterrizan con gran estruendo en Tierra Caliente y casas,

cuevas de terroristas – eso se dice–, supuestos arsenales, saltan por el aire en mitad de la
46

noche, y nuestros ojos atónitos miran el chisporrotear de las llamas, el fuego danzante entre

el viento y el rocío que llega desde el Salto. (Abad, 2003, p. 98)

Ante semejante espectáculo bélico y persecución por parte de las fuerzas de poder,

del ejército y la maligna presencia de la Secur, los calentanos no tienen más alternativas que

proyectar su odio de una forma igualmente violenta. Es por ello que la mayoría de sus

habitantes se ven a sí mismos como kamikazes en búsqueda de un cielo a través del martirio.

Así pues, se crea una rutina en torno a cada atentado: “los tercerones, al amanecer, recogen

sus muertos, renuevan su odio y juran venganza eterna contra los dones. De ahí se nutren los

kamikazes del Jamás” (p. 98).

Cabe decir que Angosta no es más que una representación ficticia y ampliada de la

sociedad colombiana. Al igual que en esta ciudad, nuestro país sufre debido a la desigualdad

económica, la segregación social y a la injusticia social, lo cual ha dado origen desde tiempos

coloniales a la violencia. Sin embargo, la fuerza violenta más criticada en la obra es

precisamente la de la Secur, la cual tiene diversas similitudes con el Paramilitarismo en

Colombia, a continuación veremos los puntos de encuentro entre ambos entes y su incidencia

en los habitantes de la ciudad.

6.3.3.1. Paramilitarismo y Secur

Al inicio de este capítulo se hizo un desglose de la forma en que surgió y ha

evolucionado la violencia en Colombia; desde el tiempo de la colonia, pasando por la disputa

bipartidista; la germinación de las FARC, el ELN y otros grupos armados; la influencia del

narcotráfico, entre otros hechos. En este apartado, nos ocuparemos específicamente de las

Autodefensas colombianas y la compararemos con las acciones que tuvieron lugar gracias a
47

la Secur, en nuestra ficticia ciudad. Esto con el fin de seguir demostrando que Angosta no es

más que un espejo global de nuestro país.

Las autodefensas colombianas aparecen debido a varias causas. Para entender su

origen debemos remontarnos a los años 1965 y 1968, cuando se estableció el Decreto 3398

y la Ley 48, por medio de los cuales el Estado permitió la creación de organizaciones de

defensa civil. Básicamente se dio aval a la formación de ejércitos privados, los cuales

ofrecían protección a quien pudiera pagarlo. Esto como consecuencia de la violencia

desatada por las FARC y el ELN y a la incapacidad de las Fuerzas Armadas de imponer su

presencia en todo el territorio colombiano pues además de su escasez de fondos, han

enfrentado problemas de corrupción y conflictos internos que han hecho fútiles sus

intervenciones en el ámbito tratado. Así fue como ambos bandos (Fuerzas Armadas -

Autodefensas) conformaron una alianza de tal manera que pudieran contrarrestar el flagelo

del narcotráfico y los actos violentos perpetrados por la guerrilla. Método bastante

cuestionable ya que no se puede acabar la guerra produciendo más guerra.

Si bien, en un momento de la historia las autodefensas surgieron con el fin

anteriormente descrito, no podemos considerarlas como un grupo de ciudadanos organizados

contra la criminalidad, antes bien, son grupos que mantienen cierto poder sociopolítico

establecido haciendo uso de la tortura, el asesinato indiscriminado y otros actos violentos.

Respecto a esto, Guerrero Barón (1994) afirma que “algunas guarniciones militares, daban

instrucción y suministraban armas a grupos civiles organizados generalmente por

autoridades civiles o por hacendados, con el objetivo de aumentar la capacidad operativa de

esas guarniciones”.
48

De esa forma los grupos paramilitares se fueron fortaleciendo, recibieron el apoyo

de distintos sectores del país, quienes lo veían como una estrategia infalible para garantizar

su seguridad. Así en los 80’s, empezaron a golpear a los defensores de derechos humanos y

a personaje políticos que representaran cierto peligro para los intereses políticos de sus

padrinos, es decir a la izquierda emergente. Un ejemplo claro fue la eliminación de la Unión

Patriótica, a través de la cual las FARC manifestaron claramente su voluntad de crear una

fuerza política.

Cada uno de los hechos descritos anteriormente y la esencia de la que los

paramilitares están compuestos encajan perfectamente con la oscura fuerza que siembra el

terror en la ficticia Angosta de Faciolince: la Secur. Esta no es más que una organización

encargada de garantizar que se cumpla la ley de Apartamiento y de que todo aquel que se

oponga a dicho estamento sea aniquilado. Los Siete Sabios patrocinan cada infracción

cometida por este grupo paramilitar. Ellos controlan la vida y la muerte en esta ciudad, ya

que se reúnen de manera periódica para decidir el destino de sus habitantes, su único fin es

el de hacer perdurar el Apartheid. En la obra leemos “(…) los grupos aliados del

establecimiento, igualmente crueles, creen que es posible eliminar el descontento matando a

los descontentos” (p. 226).

Recordemos entonces el caso de la desaparición del presidente de un sindicato de

maestros del Sektor C, líder negro que luchó por defender el derecho a la educación en los

barrios populares. A fuerza de huelgas y marchas pacíficas exigía, junto a otro grupo de

maestros, más recursos al gobierno. Otro caso es el del esposo de Luisita, la vieja viuda que

vivía en La Comedia, quien fue asesinado a sangre fría frente a su esposa y sus hijos por
49

rechazar de forma netamente pacífica la política de Apartamiento, ya que lo consideraba

excluyente y dañino. Promovió marchas de silencio, como alguna vez haría el padre de

Faciolince, y se opuso a dicha a través de comunicados y artículos académicos.

6.3.4. La Desesperanza

La desesperanza, a diferencia de la tristeza es un estado más neutral que negativo. Es

el resultado de una acción en la que existe un rechazo y la esperanza se pierde; de allí lo de

des-esperanza puesto que no existe más espera, no hay porvenir en ella y, a pesar de lo que

evoca el término en sí, tampoco hay tristeza, puesto que ésta viene siendo el punto en el cual

es posible deshacerse de la esperanza y por tanto, de la decepción que ésta podría traer

(Comte-Sponville, 2001). A partir de ella es posible aspirar a la dicha y, sin embargo, al ser

neutral, no existe en ella esperanza, es por esto que lleva a los personajes a estados

decadentes, de abandono y olvido, que los hace alejarse de su condición de sujeto.

En términos de Foucault el sujeto no es una sustancia sino una forma que "no es sobre

todo ni siempre idéntica a sí misma, sino que tiene una historia" (Foucault 1994, p. 123). El

sujeto según Foucault es algo subjetivo y cambiante de acuerdo a las condiciones y relaciones

en las que se desarrolle consigo mismo, con los otros y con el mundo. A estas relaciones

consigo y con el mundo, Foucault incluye el concepto de “ética”, que no es otra cosa que la

constitución del sujeto mismo como sujeto moral, esto abarca una serie de conductas que

permiten la formación del individuo y le dan pautas para el gobierno de sí mismo pues es el

sujeto un ser de derechos, que cobra autonomía y se hace cargo de sí mismo. No es fácilmente
50

avasallado, pero desarrolla una “estética de la existencia”, la cual se refiere a valores y formas

de sujeción y de comportamiento que el sujeto está dispuesto a aceptar con el fin de llevar

una vida aceptable y de bienestar. Sin embargo, estas normas pueden ser en ocasiones

opresivas y la libertad del sujeto se ve amenazada. Y la libertad adopta reflexivamente una

práctica de la ética y de la conciencia que tiene el sujeto para comportarse y adoptar

diferentes actitudes según lo decida.

Es entonces, cuando el individuo escoge resistir o caer, debe elegir entre ser dueño

de su cuerpo y su discurso con una conciencia asumiendo su existencia como un ser con

derechos y libertad; o ser un oprimido, llevado por los deseos ocultos y egoístas de otros,

sufriendo con el miedo y conformándose con poco. Esta separación de elecciones existe en

Angosta, donde personajes que resistieron y obtuvieron una libertad de una manera disfrutan

de ella, mientras otros siguen bajo la política de Apartamiento.

Partiendo de estos últimos, caídos en desesperanza la cual Kronfly (1998, p.124)

define como un conjunto de aspectos que surgieron como resultado de un individuo

hostigado por la Modernidad, en la cual la vida diaria no da lugar para la alegría, la aventura,

etc. vemos cómo la vida de algunos personajes en Angosta pierde su sentido, despojándose

de su identidad y asumiendo la desesperanza.

Para examinar esto se toma la vida de Jacobo, quien aun disponiendo de los medios

para acceder a Paradiso (tierra fría, donde habitan los más adinerados), prefiere vivir en

tierra templada; o, por ejemplo, Candela, quien siendo tercerona está alejada de su condición

de sujeto por su proveniencia, o hablamos de la vida de Andrés Zuleta, otro segundón que

no encaja con lo que la sociedad y su familia esperan de él. Estos desesperanzados se aferran

a sus propios placeres, a otros cuerpos, a otros como ellos mismos; viven por y para el
51

hedonismo, viviendo relaciones como si de rituales se tratase, no hay más escape que el de

sobrellevar su existencia de alguna manera.

Pero existen personajes como el de Camila (amante del Señor de las Apuestas, un

narcotraficante) quien habiendo sido deshumanizada y es vista como un objeto, recupera su

identidad como sujeto, huyendo del país que la oprimía, dejando todo atrás. O el mismo

Andrés Zuleta quien opta por el ensueño, y la idealización del arte como medio de escape a

la opresión en la que habita.

No queda más por decir que la razón, la solidaridad, la fraternidad, la igualdad y la

libertad siguen siendo el punto al que cualquier desesperanzado de la obra se dirige. Pese a

no tener una esencia de progreso sus almas estarán en búsqueda todos estos aspectos y

lucharán a su manera para que Angosta sea una mejor ciudad.

Anteriormente describimos la Angosta de Faciolince como aquel espacio donde

conviven cierto grupo de habitantes cuyo comportamiento y accionar dentro de la ciudad

depende del sector al cual pertenece. Vimos pues, una urbe marcada por la violencia,

reprimida y flagelada en muchos aspectos, como consecuencia de la división insensata que

ha sufrido en los últimos tiempos y que encaja perfectamente con la realidad de nuestro país.

Sus habitantes están completamente desarraigados, no ven esta ciudad como el lugar de

interacción social y colectiva que normalmente se plantea al hablar de una ciudad. En ellos

no emerge la fascinación al idealizar una ciudad perfecta, así que se ha perdido en absoluto

el peso mítico del progreso, podemos afirmar entonces que en Angosta prima el sentimiento

de la desesperanza.
52

En este apartado analizaremos entonces cómo la ciudad y toda su transformación

histórica han hecho de sus habitantes unos seres desesperanzados. Para ello nos remitiremos

a Cruz Kronfly, quien explica de forma precisa este fenómeno teniendo en cuenta los

diferentes aspectos que caracterizan a un desesperanzado. Asimismo, nos centraremos en

tres personajes de la novela que representan de manera vehemente la esencia de la

desesperanza y cuya trascendencia en la obra es absolutamente primordial: Jacobo Lince,

Candela y Andrés Zuleta.

6.3.4.1. La desesperanza: Punto de encuentro de tres sectores distintos

El concepto de desesperanza ha sido tratado por muchos autores, críticos y literatos.

Kronfly (1998, p.124) ha querido mostrarlo como un conjunto de aspectos que surgieron

como resultado de un individuo hostigado por la Modernidad. Este autor la percibe como el

triunfo de una razón lúcida que lleva al hombre por el camino de la desventura, de tristeza y

agonía. En cuanto a esto Kronfly (1998, p.118) dice que el hombre contemporáneo ya no es

moderno ni necesita serlo, antes bien ha creado una irracional fascinación por la velocidad,

la fugacidad y lo transitorio de todo, incluso de aquello considerado sólido.

Así es como la vida de ciertos personajes de Angosta empiezan a carecer de sentido.

Viven por vivir, sin ninguna clase de aspiración y llevan sus vidas al extremo, estando

siempre al filo de la muerte. La vida transcurre sin seriedad, a toda velocidad y siempre por

sus orillas, diría Kronfly (1998, p. 126). Así que la muerte se asume de manera natural, sin
53

ninguna clase de compasión o zozobra. Siempre hemos visto que el hombre se aflige ante la

consciencia de su muerte pero ante tal aflicción:

Se ve obligado a reelaborarla, a manosearla y a neutralizarla permanentemente a través de

sus imaginarios (…) para hundirse en el refugio de sus fantasías de inmortalidad y de sus

anheladas compañías extra naturales, de donde difícilmente dejará que lo arranquen la Razón

y sus productos. (Kronfly, 1998, p. 125).

Un claro ejemplo de esto es Jacobo Lince recordemos pues que “es un segundón de

nacimiento (…) pero podría ser un don y vivir en Paraíso, si quisiera” (p. 15). Por el

lamentable adulterio de su madre y de la fortuna que ésta le deja, tiene todos los derechos de

habitar en el Sektor F, sin embargo, él rechaza hacerlo, sin importarle que esto implique estar

alejado de su hija, que su vida corra peligro debido a cualquier retahíla provocada por los

entes de seguridad de la ciudad. Incluso, emprende una aventura hacia el sector de los

calentanos con la excusa de comer un simple bocado japonés poniendo su vida en inminente

riesgo al tener que pasar por estrechas y sucias callejuelas invadidas por jóvenes cuyas

intenciones no son las mejores y que ven en él la perfecta víctima de un atraco. Precisamente

en este lugar conoce a Candela, desesperanzada igual que él, quien se convierte en su guía

inseparable dentro de la Boca del Infierno y que hace viajes clandestinos a Tierra Fría,

evadiendo todas las medidas de seguridad. Así mismo, Andrés Zuleta, el joven poeta que nos

da una mirada más humana de Angosta por su medio de su libreta, es otro ejemplo de la

fugacidad con la que se toma la vida. Él asume una responsabilidad completamente riesgosa,

debe tomar evidencias de un caso de tortura, violación y asesinato que tendrán lugar en El

Salto. Consciente del riesgo que va a afrontar se empeña en cumplir con la tarea

encomendada sin temor alguno.


54

Por otro lado, podemos afirmar que una consecuencia o aspecto relacionado con la

levedad de la vida anteriormente descrita, es el desarraigo. Ninguno de los personajes

mencionados se siente identificados y anclados en Angosta o en el sector al que pertenecen.

Zuleta, por ejemplo, odia pasivamente a su familia ya que no encaja en ninguno de los

aspectos que a ellos los caracteriza y debido a ello ha llevado una vida sin sentido. Lince,

como dijimos anteriormente, se niega a hacer parte de los dones y se reviste de una fachada

segundona, puesto que aborrece la vida consumista y artificial que se vive en Paradiso.

Candela, por su parte, no rechaza su condición de tercerona, pero sueña con llevar una vida

digna y apacible, en cualquier otro sector de la ciudad.

Otro aspecto a tener en cuenta es que esa fugacidad de la que anteriormente

hablamos abarca muchos aspectos de la vida del desesperanzado, así pues, estaremos al

frente de una persona cuyo sentido del amor está completamente transgredido, puesto que

precisamente no cree en él. Sino que ve en las relaciones afectivas un ritual por medio del

cual se satisface una necesidad netamente física y psicológica, mas no lo percibe como algo

a lo que deba estar arraigado. Así que el desesperanzado cunde en el hedonismo, vive en

función de sus placeres. Y es que la ausencia de la esperanza obliga a aferrarse a cualquier

cosa que pase aleteando y fue esto, lo que vimos en Lince y su relación con Camila: “Jacobo

no sentía ningún amor por Camila, y ni siquiera, afecto, sólo un deseo intenso e insolente de

olerla y penetrarla” (p. 100). Esta incapacidad de amar lleva a Lince a buscar otros cuerpos,

incluyendo el Candela, relación que se mantenía a fuerza de afecto paternal pero que siempre

fue consumada bajo las sábanas. Incluso Andrés, cuya sensibilidad y poesía nos haría creer

que el amor reinaba sobre él, un día, justo antes de morir se entregó de forma carnal y
55

desmedida a la fotógrafa. Así que el amor, para este grupo de personajes, no existe, sólo hay

una necesidad que es necesaria satisfacer, lo cual los convierte en seres solitarios y vacíos.

No queda más por decir que la razón, la solidaridad, la fraternidad, la igualdad y la

libertad siguen siendo el punto al que cualquier desesperanzado de la obra se dirige. Pese a

no tener una esencia de progreso sus almas estarán en búsqueda todos estos aspectos pues es

lo único a lo que pueden aspirar habiéndose desecho de la esperanza y por tanto, de la

desilusión, ellos sin tristeza y sin esperar nada lucharán a su manera para que Angosta sea

una mejor ciudad.


56

7. METODOLOGÍA

La metodología de este proyecto se implementó, en primer lugar, atendiendo a las

lecturas realizadas a la obra Angosta de Héctor Abad Faciolince, en la cual se evidencia la

ciudad (Angosta misma) como entorno, hábitat y ente regulador del carácter y visión de

mundo de sus habitantes. En el análisis que se hizo a esta novela, fue evidente una tendencia

violenta y desesperanzada dentro de la urbe, lo cual configura el comportamiento de los

habitantes y personajes de la novela. Posteriormente, se tuvieron en cuenta determinados

textos que proporcionaban claridad acerca de los argumentos a desarrollar, para esto

evocamos ensayos, artículos, tesis y reseñas de la novela misma.

Se determinó el método a efectuar en la investigación: La sociocrítica, también

llamada crítica sociohistórica; una herramienta de análisis textual verdaderamente útil al

momento de analizar el contexto social y cultural que subyace tras la creación de un escrito

y que se restringe a “las huellas de la sociedad en la obra, siempre al interior del texto”

(Negrín, 1993). A través del texto mismo, la realidad padece una transformación semántica,

por medio de la cual el texto refleja lo vivido por el autor y descubre (quizá de forma

compleja) los vestigios del contexto social e histórico en que fue fundamentada la obra.

Esta metodología nos permite abordar la novela e interpretar la manera en que se

desarrolla dentro de su realidad, más concretamente en una realidad “empírica”. La misma

posibilita el estudio y análisis de la situación social e histórica de Angosta a nivel textual en

el libro. Es oportuno y acertado el uso de dicha teoría puesto que el modo en que se aborda

un texto literario desde la misma es evidentemente necesario y adecuado para nuestra


57

investigación ya que la finalidad de esta monografía es abordar el concepto de ciudad dentro

de la novela de Héctor Abad Faciolince: Angosta. Esto, si tenemos en cuenta que la misma

es un medio o recurso a través del cual el mismo autor muestra la realidad social de una

ciudad que perfectamente se acomoda a cualquier localidad de este país; es allí donde entra

la sociocrítica, pues en ella la literatura no es simplemente una expresión escrita sino un

medio a través del cual el autor va a exponer, expresar y evidenciar a su manera, su condición

social, ideologías, de dónde proviene y esto es algo que está permanentemente presente en

Angosta.

Esta investigación permitirá especificar el concepto de ciudad planteado en la obra,

sus variantes y cómo esta influye en los mismos personajes de la novela; busca, además,

determinar el estado del arte respecto al tema que se desarrolla en la misma y examinar el

componente social que se toca dentro de la obra y cómo estos son reflejo mismo de la

ideología y procedencia social de Abad Faciolince.


58

CONCLUSIONES

Al iniciar esta investigación nuestro principal objetivo era definir el concepto de

ciudad propuesto en la novela de Héctor Abad Faciolince, Angosta. Para ello se plantearon

varios objetivos específicos que determinarían el curso de la investigación paso a paso. Y

para efecto de los mismos, se inició un proceso exhaustivo de indagación y lectura el cual

nos llevó a plantear tres grandes categorías que fueron ejes centrales de este proyecto y

conformaron el marco teórico de este. Estas fueron: “La Ciudad, zona urbana”; “La ciudad

en la narrativa de Héctor Abad Faciolince: Angosta” y “La ciudad como ente transformador

del sujeto”.

Para definir el concepto de ciudad propuesto por Abad Faciolince en Angosta, era

necesario saber qué es la ciudad y de dónde viene este concepto. De esta necesidad surge la

primera categoría: “La Ciudad, zona urbana”. En esta categoría se explica el desarrollo

histórico de la ciudad, desde sus orígenes en Medio Oriente, pasando por las urbes de los

Incas, Mayas y Aztecas hasta llegar a Colombia. Pero la ciudad es más que un asentamiento

urbano, en ella existen distintos contextos, de tipo histórico, cultural, político, económico,

racial, etc. Ella no es sólo una cosa, existe en cuanto sus habitantes la sienten o perciben, y

en Angosta los pobladores viven en una constante incertidumbre, como consecuencia de las

múltiples transformaciones que ha sufrido por el paso de la modernidad. Angosta evoca una

ciudad que puede ser cualquier ciudad en Colombia o incluso Latinoamérica, pero

basándonos en el origen del autor, es fácil identificar dentro de la obra referencias que evocan

a Medellín, su ciudad natal, tan diversa y viva como Angosta, al menos para el autor y es a
59

partir de esta ciudad real, que la ficticia cobra vida en la narración y Abad la modifica a su

gusto, partiendo de su experiencia.

Es de eso precisamente de lo que tratamos en la segunda categoría: “La ciudad en la

narrativa de Héctor Abad Faciolince: Angosta”. Vemos así, cómo el autor divide la ciudad

de manera que en cada Sektor de la misma se despliega una larga y tendida red de historias

cuyos protagonistas buscan la culminación de sus propios intereses; esta urbe no ha sido

siempre la misma, ha cambiado a través del tiempo y es precisamente esta alteración la que

hace que sus habitantes se transformen; la ciudad evoluciona y con ella los que la habitan,

existe en ellos un vacío que buscan llenar de maneras distintas, dependiendo de su proceder,

para algunos la única solución a esta ausencia está en la violencia, para otros está en la

represión; es por esto que hemos ampliado esta investigación hasta investigar la violencia,

su historia y origen en el país y cómo Angosta es también espacio de la misma logrando que

sus mismos habitantes se vean afectados por ella.

Para la tercera categoría: “La ciudad como ente transformador del sujeto”, hemos

revisado la historia de la violencia en Colombia, pues es un flagelo que golpea y corroe a sus

habitantes y modifica su conducta, luego de revisar los antecedentes históricos y evolución

del conflicto armado en Colombia, analizamos cómo Angosta es en sí misma un escenario

de violencia y olvido, pues la política de Apartamiento crea segregación, angustia, miedo e

impotencia y muchos angosteños, son despojados de su libertad como sujetos y oprimidos,

caen en un estado de desesperanza. Examinamos entonces la vida de personajes de gran

importancia en la novela y sus formas de escapar a la opresión, unos por la huida, otros por

el ensueño y todos dirigiéndose hacia la libertad que no esperan pero a la que no renuncian.
60

A través del desarrollo de este proyecto hemos visto cómo se define, de manera

general la ciudad viéndola, pues, como ese espacio en el que el hombre desarrolla su vida

en comunidad pero lo influye hasta determinar en gran medida, quién es, cómo piensa, cómo

se comporta y cómo siente. Angosta con sus sektores y su gente, es una ciudad y el escenario

principal de todas las historias de los personajes, la cual permite al lector ubicarse en un

espacio casi real, un lugar en el que se desencadenan sucesos tan comunes como los que

vivimos a diario en nuestro país; es una metrópoli la protagonista de esta historia y la razón

por la cual nos vimos en la necesidad de estudiar diferentes aspectos históricos, geográficos

y sociales de Colombia, hasta concluir que Angosta es una ciudad viva, cuya transformación

influye de forma pausada pero decisiva en la vida y visión de mundo de sus residentes.

Como resultados obtenidos de este proyecto investigativo, tenemos en primer lugar,

nuestro desarrollo y cualificación como futuras docentes investigadoras, además de haber

tenido la oportunidad de generar un mayor conocimiento literario de la narrativa de Héctor

Abad Faciolince haciendo énfasis en su obra, Angosta. Asimismo, tuvimos la oportunidad

de proyectar y dar a conocer el presente trabajo de investigación en diferentes escenarios

académicos, como el “II Encuentro Internacional de Investigación: Investigación, ciencia y

tecnología como ejes transversales para el desarrollo de la paz en Colombia” realizado por

la Universidad de la Guajira los días 25 y 26 de mayo de 2016 en el municipio del Villanueva,

Guajira. Allí pudimos participar en calidad de ponentes, exponiendo una visión general de

este proyecto. Igualmente, y como parte de esta ponencia, contamos con su inclusión en un

libro que lleva el mismo nombre del evento y cuya publicación cuenta con su respectivo

código ISBN, lo cual genera confianza y validez en la veracidad del mismo. Además de esto,

tuvimos la oportunidad de participar nuevamente como ponentes en la mesa temática de


61

Literatura, Memoria y Posconflicto del “V Congreso Internacional de Literatura

Iberoamericana”, evento desarrollado por la Universidad Santo Tomás del 13 al 16 de

septiembre del 2016 en la ciudad de Bogotá.

En relación con otros enfoques o puntos de estudio de la obra, consideramos que este

proyecto da pie para que futuros investigadores ahonden en aspectos más formales y

literarios de la obra y estudien, por ejemplo, las diferentes voces allí presentes, así como la

ciudad que se ve reflejada en ellas. Otro aspecto que se puede estudiar es el tema del poder

y cómo actúan las organizaciones que forman parte de la ciudad como garantes de la ley de

apartamiento y aquellas que se rebelan contra dicha ley; también se podría realizar un análisis

comparativo mucho más profundo de la violencia en Colombia a través de esta obra de

Héctor Abad Faciolince comparándola, por ejemplo, con El Olvido que seremos (2005), ya

que en esta última la temática es abordada de manera distinta, y daría como resultado un

estudio comparativo que enriquecería seguramente la experiencia del lector puesto que la

violencia, a pesar de haber sido tomado en cuenta en este trabajo no tuvo el énfasis que, en

cambio, podría dar lugar a una nueva investigación.

A manera de conclusión general y como distinción final podemos decir que fue

gratificante comprender cómo Héctor Abad ha dejado plasmada en esta obra y a través de

sus personajes y las historias que vive cada uno de ellos, gran parte de lo que acontece en el

mundo real; así como para Jacobo Lince, leer sobre la urbe que da nombre a la obra en el

libro de Von Guhl le otorga al lugar que habita la posibilidad de existir, para el lector de

Angosta la ciudad ficticia no es más que un reflejo de la verdadera, una proyección de una

sociedad en la que la segregación es algo legal y oficial. Es esta obra una demostración de la

importancia que tiene lo social para el autor pues existe en él una constante crítica hacia la
62

manera en la que la sociedad hoy se regula, excluyendo innecesariamente a aquellos que por

circunstancias completamente fuera de su dominio, viven en condiciones deplorables y

tienen menos oportunidades para avanzar en la vida.

Angosta, recrea la hostilidad de la ciudad novelada por la violencia y que dialoga

con nuestras ciudades vividas, si la ignorancia es la cuna de la violencia, la literatura es el

principal medio para enfrentarla, de allí su necesidad para la paz. Si cada uno de los

habitantes de este país, a diferencia de los de Angosta, toma conciencia de la importancia y

el valor de cada individuo, desarrolla un sentido de tolerancia y justicia y resuelve dejar a un

lado la ignorancia, cada ciudad que de alguna manera se ve representada en la obra podrá

tomar un rumbo diferente, lejos de la iniquidad, la injusticia, la inmoralidad y el rechazo;

será este un territorio en el que lo más significativo no sean los bienes materiales sino lo

humano, un país en el que prime la igualdad, en donde la integridad y la libertad de cada

persona se respete y en el que cada día podamos sentirnos orgullosos de ser colombianos.
63

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