Arenas Blanco Héctor Joel, fmap. 3° semestre A México D.F. a 28 de marzo de 2011. _________________________________________________________________________ SOBRE LA VIDA EN PAREJA
Sabiendo que la familia es el arquetipo, modelo o punto de referencia hacia la
comunidad de amistad, vayamos a su origen que es la vida en pareja. Al hablar de la pareja, desde luego que nos referimos a un hombre y una mujer, lo que ha suscitado debates por cuestiones ideológicas en cuanto a la igualdad entre éstos. Y es claro que existe cierta igualdad en ellos en diversos aspectos, no porque la ameriten, sino que ya la poseen; pero es innegable que se diferencian, lo que nos hace pensar que, al estar hechos el uno para el otro, se hable de complementariedad. Así, en la vida en pareja se da la mutua cooperación que va adquiriendo modelos y va desarrollando experiencias más variadas, además de que descubre dos términos en los cuales se debe reflexionar: masculinidad y feminidad. Con éstos, nos damos cuenta que la complementariedad es necesaria, y entendemos que la familia está fundada en la vida en pareja, es decir, el matrimonio. Desde la sociología, éste es considerado una variante más de la vida en pareja, pero la ética filosófica que estamos estudiando nos dice que el pensamiento clásico y cristiano considera al matrimonio como la única forma de vida en pareja que pertenece al orden ideal de la vida buena y que es capaz de propiciar la vida feliz. Ahora bien, para llegar al matrimonio primero hay que partir del dinamismo sexual, el cual encuentra pautas que la naturaleza le pone, además de la estructura psíquica y corporal que marcan en cierto modo la dirección que será asumida para no ejercerlo a lo loco, sino que pueda volverse un proyecto. Estas pautas naturales junto con la cultura se van definiendo a través del discernimiento que se realiza con el intelecto y la experiencia, aunque existe el riesgo de que en el proceso el patrimonio sea desechado y sustituido. Con esto tenemos que esta dinámica, la de la afectividad sexual, es la causa de la vida en pareja, pues en ella se lleva a cabo una búsqueda de valores sexuales que se encuentran en el otro y que obedece en primera instancia al apagamiento del apetito concupiscible y la necesidad de procrear. De hecho, la primera fase de la dinámica sexual es que ésta parte muy abierta, pero no se queda ahí sino que avanza a la segunda fase que es la búsqueda de la estabilidad; esto supone una evolución en la tendencia sexual a pesar de que la relación hombre-mujer es más dramática que en la homosexualidad la cual tiende a la inestabilidad.