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(ILUSIÓN)
Eikasia viene del verbo eikadsein. La idea raíz es "tratar una cosa como semejante a otra". De
eikasia viene la palabra española icono.
Doxa. Entre el no-ser y el ser —las formas hay un nivel intermedio de realidad: aquello que
deviene, el mundo sensible. Del mismo modo ha de haber un tipo de conocimiento intermedio: la
opinión o doxa.
Aunque la doxa a veces sea correcta (acierte), casi siempre es inadecuada, incorrecta, porque no
tiene en sí misma la garantía de su propia corrección y es tan mudable como el mundo de los
sentidos mismo. El verdadero conocimiento es causal. Pero si la doxa fuera causal sería epistêmê.
La doxa u opinión misma tiene dos niveles en relación al objeto de su conocimiento (recuerda el
principio de proporcionalidad):
Eikasia o imaginación, ilusión: su objeto de conocimiento son las sombras o las reproducciones de
los objetos del mundo sensible. Ej.: el dibujo de una manzana.
Pistis o creencia, suposición: su objeto de conocimiento son los objetos mismos del mundo
sensible. Ej.: una manzana.
Pistis
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En la mitología griega, Pistis (Πίστις) era la personificación de la buena fe, la confianza y fiabilidad.
Es mencionada junto con muchas otras personificaciones como Elpis (Esperanza), Sophrosyne
(Prudencia), y las Cárites, quienes estaban todas asociadas con la honestidad y armonía entre la
gente.1
Por otra parte, un estrecho vínculo entre pistis y persuasión desarrollada a través de la discusión
de la fe y se transformó aún más por una comprensión de pistis como una técnica retórica.2
ISTIS
Πίστις significa convicción o creencia.
Platón, en la República, compara el conocimiento con una línea dividida en cuatro
segmentos. El extremo izquierdo se refiere al estado de conocimiento inferior denominado doxa u
opinión. El extremo derecho se refiere al estado de conocimiento superior denominado episteme.
La doxa se divide, a su vez, en dos segmentos que se refieren a dos grados de conocimiento:
eikasia y pistis. Y la episteme se divide en dos segmentos: dianoia y noesis.
Si eikasia es el grado de mayor ignorancia, quien está en pistis sigue estando errado. Aunque
su error es menos disparatado. Platón considera que este pseudoconocimiento es el propio de la
gente común que considera real el mundo físico. Evidentemente para Platón el árbol físico es una
imagen o copia de la idea de árbol, que sería la verdadera realidad.
SÍMIL DE LA LÍNEA
b) El mito de la caverna
En la formulación inicial de la teoría de las Ideas, Platón sostuvo que nadie puede aplicar
correctamente una palabra (concepto), si previamente no posee alguna noción general sobre
su significado. ¿Cómo logramos esta noción general, cómo logramos el conocimiento?
Antes de contestar esta cuestión, Platón plantea un problema epistemológico: conocer o
aprender es un proceso imposible si previamente no se conoce de alguna manera aquello
que se quiere aprender (aquello que se busca). Para superarlo, Platón dice en
el Menón que investigar (buscar) y aprender no son otra cosa que recordar (anamnesis)
Según Platón la 'doxa' se trata de un conocimiento fenoménico y, en consecuencia, según él, engañoso. La doxa
comprendería dos grados: eikasia (εἰκασία) y pistis (πίστις), es decir, conjetura y fe o creencia. Platón contrapone la
doxa a la episteme; a veces esta última se traduce como conocimiento científico pero, según Platón, la episteme
solo tiene desarrollo en el mundo de las ideas (conocimiento intelectual) y no el mundo sensible (conocimiento
sensible).1
Platón criticaba la doxa, pero, sobre todo, despreciaba a quienes hacían del falso conocimiento y de la apariencia de
sabiduría un medio de lucro personal o de ascendencia social. A estos personajes los denominaba doxóforos,
«aquellos cuyas palabras en el Ágora van más rápidas que su pensamiento». Existe una relación entre la doxa y la
episteme explicada a través de la alegoría de la caverna.
En sociología el término doxa aparece relacionado a la teoría de Pierre Bourdieu, sobre los campos, para hablar de
las ideologías que ya no son cuestionadas y que forman parte fundamental de un Campo (sociología). Los doxa
funcionan como motivaciones que parecen naturales e inherentes a cualquier actividad social humana.23
Doxa es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El
concepto, procedente del griego, alude a una opinión o a un punto de vista.
Doxa
En el ámbito de la filosofía, se entiende como doxa al conocimiento que no brinda una certeza
absoluta. La doxa, por lo tanto, es un saber aparente y no un dato objetivo. Dicho de otro modo: la
doxa no constituye un verdadero conocimiento de la realidad.
Varios filósofos griegos se centraron en el asunto de la doxa. Parménides empleó la noción para
aludir a la “vía de la opinión”, diferente de la “vía de la verdad”. Platón, por su parte, consideraba
que la doxa era un conocimiento engañoso desarrollado a partir de la imaginación y de la fe. De
esta forma se oponía a la episteme, un conocimiento que podía justificarse como verdad.
Siguiendo con la filosofía platónica, la doxa sería una opinión (conocimiento sensible) producto de
la imaginación y de las creencias. La episteme, en cambio, aparece como ciencia (conocimiento
inteligible) creado por intuición y razonamiento. Por eso la episteme se acerca al conocimiento
verdadero, algo que no puede lograr la doxa.
Platón llamaba doxóforos a aquellos individuos que buscaban ascender socialmente y lucrar
mediante conocimientos falsos. La doxa de estos sujetos solo aparentaba un saber, pero no era un
conocimiento real.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu, por su parte, utilizó la idea de doxa en el marco de su teoría
de los campos. Para Bourdieu, un campo es una red de relaciones sociales que se desarrolla en un
espacio de acción. La doxa, en este contexto, son las motivaciones o ideologías que se presentan
como inherentes a una actividad y que, por lo tanto, no son sometidas a cuestionamiento.
Es importante señalar que el término original, en griego, puede traducirse como «fama o gloria»,
aunque en este marco se entiende como «opinión», y por eso hablamos de un conocimiento que
no siempre es cierto sino que gira en torno a la realidad a causa de su masificación.
Volviendo a la teoría de Bourdieu, define la doxa como esos esquemas de la vida cotidiana que se
consideran naturales y, por lo tanto, no se cuestionan sino que se admiten tal y como son. La doxa
es, en otras palabras, el habitus colectivo que se vuelve predominante en una sociedad y época
determinadas, y que no exige la reflexión.
La palabra habitus, por lo tanto, puede asemejarse a costumbre, entendida como la práctica
reiterativa que tiende a fijarse como resultado de su frecuencia.
Retomando el concepto de doxa, Bourdieu lo considera el sustento irreflexivo del accionar de los
sujetos que viven en sociedad. La doxa puede atravesar cambios, cuya velocidad está íntimamente
ligada a la clase de sociedad en la que se contextualice: en una conservadora tiende al estatismo,
mientras que en una permeable cambiará con facilidad.
Los cambios de doxa tienen lugar entre dos periodos, pero están vinculados a los hitos, aquellos
sucesos de carácter histórico que marcan a la sociedad y pueden alterar efectivamente su doxa,
incluso de manera negativa (entre los ejemplos más comunes se encuentran los golpes de estado,
los periodos de represión y las guerras).