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Acobino Alejandro - Continente Viril
Acobino Alejandro - Continente Viril
Pieza bizarra para cuatro hombres feos escrita por Alejandro Acobino.
“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Personajes.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
PRIMERA PARTE.
El científico, está parado en la cubierta del Tijuca, vestido con sobretodo negro y bufanda. Apoyado
sobre una baranda de la que cuelga un salvavida con el nombre "TIJUCA" habla mirando al
horizonte con una mano a la altura del pecho, como sujetando la bufanda
Si hasta el sol en el poniente parece querer alegrar los grises perpetuos con su caricia
cromática.
CIENTIFICO- ¿Cómo describir este atardecer en el Drake? Si todos los que otrora
contemplara fueron rojo intensos, atardeceres viriles como si el día muriera en la pelea. En
cambio, el que tengo ante mis ojos es tiernamente femenino, con candores que azulosos
reverdecen revistiendo de nupcias el día que huye. Mar y cielo confúndense en una única
entelequia; una franja brumosa los separa mientras otra índiga pretende unirlos. En
sucesión ascendente, vetas oblongas de plúmbeos matices se extienden cual tiernas
espigas y en múltiples tonalidades disuelven sus grises al confluir en la pseudocúpula que
corona el horizonte.
¿Acaso este atardecer que mis ojos contemplan se eternifica a medida que me acerco a la
Antártida cuyos días y noches se dilatan en semestres?
Pronto sonará la hora de mi destino. Queda a mis espaldas un continente que se deshace
en fiordos, islotes y bahías innúmeras. Ante mí, dos océanos se estrechan en mítico
estrecho.
¡Oh Drake!, al surcar tus aguas el Tijuca pareciera reproducir la estela que dejara “El
Vellocino de Oro“ cuando brincara sujeto a la férrea mano del corsario querido por las
reinas.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
La base antártica es una estructura de madera con una ventana empañada en el medio de la pared
del frente, a su lado una puerta da al exterior. Al costado una salamandra. En un banquito está
sentado el sargento Benítez, un provinciano gordo que ceba mate. Junto a él, en un escritorito el
empleado Perrupato tipea una Olivetti. Ambos conversan; Perrupato rara vez para de tipear. Suena
una música de los 70. Una puerta junto a la ventana da al exterior y hay dos salidas para los
costados que dan a otras dependencias. Hacia un lado hay una pila de discos y un Winco conectado
por un montón de cables a algún sistema de micrófonos. Este artefacto es el "estudio" de LRU 78,
"Radio Comodoro Espeche". Suena bajito algo tipo Roberto Carlos.
SARGENTO- ...y cuando vino ese que hacía de tarzán, ¿cómo se llamaba?
EMPLEADO- ¿Cuál...?
EMPLEADO- En el ´79 para ser exactos. ¿Cómo no me voy a acordar...? lo trajo canal 13
por una semana y lo metieron de invitado hasta en la sopa; Johnny Weissmuller en los
programas para pibes, Johnny Weissmuller en los almuerzos, en los concursos, en los
noticieros...
EMPLEADO- Qué esclerótico, Benítez... Lo que pasa que el tipo era una esponja.
Casualmente una vecina mía que trabajaba en Proartel me contó que el viejo estaba re-
feliz porque acá le pagaban el chupi. Mire si estaría feliz que se puso a imitar a la mona
Chita en el hall del hotel...
RISAS.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
EMPLEADO- Y, para una semana más tenemos...Después habrá que ir a buscar, con este
asunto del pase a retiro vamos a necesitar bastante y del bueno...
PAUSA.
EMPLEADO- ¿Sabía que antes de morirse Johnny Weissmuller pegó un alarido como
tarzán?
SARGENTO- No, si en esa época venía más gente que ahora... O por lo menos se notaba
más.
SARGENTO- ¿Quién?
EMPLEADO- Una muy tetona... Cuando llegó fue un revuelo enorme; faltaba que le
pusieran un show propio...y eso que ya estaba medio caida de mercadería.
PAUSA.
PAUSA.
SARGENTO- ¡NO!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
El sargento se levanta, saca un disco de la pila y pone el tema de Katunga: “Me lo dijo una gitana.”
EMPLEADO- Pobre...
EMPLEADO- No, lo que pasa que en ese estado eran más económicos para los canales...
CIENTIFICO- Siendo las veinte y treinta y cinco de la pacífica tarde austral acabo de
columbrar un tempano por primera vez en mi vida. Me embarga la emoción por cuanto
considero que el témpano es el emblema simbólico de las tierras polares, nuncio que
anuncia las proximidades de la Antártida, primer embajador de la República Blanca... Se
me presentó etéreo y pacífico, asomando sus nevados contornos en el horizonte confuso de
la tarde. Cuesta emparentar este témpano con aquellos siniestros icebergs asesinos, terror
de la industria naviera; su imágen inocente antes me recuerda a la de un escolar
estrenando guardapolvo . Aunque inefablemente blanco, en mucho dista mi témpano de
privarse de la policromía pues en su albo volúmen vislúmbranse sutiles reflejos grisáceos,
azules, violetas y verdes: ¿Acaso el mar y el cielo que emiten su sombra en los
infinitésimos e infinitos cristales que lo constituyen? ¿Acaso algún resto de tierra, una
ilusión óptica? ¿O el mero capricho de algún alga microscópica anidando en el agua
sólida?
Alcanzo a percibir que mi témpano está seguido por otros de su raza, que en nívea
comitiva se multiplican a la distancia. Se me figuran colosales cual merengues gigantes
arrojados a la mar, flotantes despojos de algún insólito festín titánico.
EN LA BASE.
EMPLEADO- ... y la gente hacía cola en la Rural creyéndose que iban a encontrar al de la
película ... pero ese King-Kong lo único que hacía era abrir la boca y subir y bajar el
brazo...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- ¿Cómo?
EMPLEADO- Si, era más barato dejarlo acá que transportarlo a otro lado. Todavía debe
estar oxidándose. (Pausa de mate)
SARGENTO- ¿Le conté que por mis pagos anduvieron Batman y Robin?
SARGENTO- Afirmativo, pero los genuinos, ¿eh? los de la serie. Estuvieron recorriendo
el país; allá a Entre Ríos los trajo el Rotary no sé para qué evento.
SARGENTO- Si, como estaban por ahí los contratamos para un acto del Día de las
Américas. Fue una cosa inolvidable...
SARGENTO- Lo del PUM-PAF!, KAPOW! y todo eso... una pelea exhibición con unos
cadetes.
Después siguieron la gira para Corrientes y Chaco y de ahí al Paraguay. Tengo fotos con
autógrafo y todo...
(El sargento va al Winco y cambia el disco. Pone uno del Chango Nieto.)
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Eh...
(suena bajita la voz del operador del otro lado) ¿Qué no está?... Mirá, andá a llamarlo ya mismo
y decíle que se acuerde de las de las veces que le banqué...Cambio ¡Andá a llamarlo,
carajo! Cambio....Estos se creen que yo me como vidrio...Ah, Lafourcade aquí Meléndez.
¿Se puede saber que carajo pasa con lo mío...? (se oye la vocecita de Lafourcade) ¡ Vos sabés
de qué te hablo, cambio! ¿Cómo qué...? Pará, pará; no te hagás el boludo que acá
computan el triple... Cambio... ¡¿COMO QUE OCHO MESES MAS?!... Lafourcade, me
cagaste... Si, si, me cagaste bien cagado, ¡me recagaste! Cambio. No, no, no lo que pasa
que vos sos un cabrón de mierda, y cuando vuelva te voy a meter el tratado en el último
forro del... (La comunicación se corta por un problema técnico )
CORONEL- ¡Me chupa un huevo! ¡La ata con alambre, pero la arregla pedazo de inútil!
CORONEL- ¡La reputísima madre! Toda una vida de servicio a la patria y me la pagan
de este modo, ¡OCHO MESES MAS! ¡MISERABLES!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Lo que pasa que con esto de la globalización la ecología tiene mucha prensa.
¿No?
CIENTIFICO- El Tijuca sigue su rumbo, cada vez más y más al sur. Cada vez más y más
cerca de mi destino. Cada vez más, y más baja es la sensación térmica. Entonces,
imaginariamente me hermano con el témpano y me descubro níveo, gélido, cristálido. Y
siento que el frío no me afecta. Porque el frío de estas latitudes en mucho difiere del aquel
húmedo invierno urbano, de ese frío que se clava bajo la epidermis y la lacera y la humilla.
El de aquí es un frío sincero, un frío macho, un frío que más que doler arrulla... (El doctor,
de pronto parece ver algo a lo lejos) ¡Oh!, ¿qué veo? De pronto, percibo que algo se mueve en
el seno del témpano. (Saca un catalejo) Efectivamente, con ayuda de la lente alcanzo a
distinguir la figura de un extraño pasajero parado al borde del témpano cual yo lo estoy
de la cubierta del Tijuca. Se trata de un Pygoscelis adeliae o pingüino de Adelia y parece
mirarme a mí tal cual yo lo miro a él. Oh, insólito tripulante del témpano. ¿ Hacia dónde
huyes así, solo, sin ninguno de los tuyos? ¿Qué sino te incita a tan extraña migración?
¿Será acaso la tragedia de tu raza, aquella tragedia por la que yo estoy aquí en la cubierta
del Tijuca? ¿Será la tuya una huída de aquella extraña locura que impera entre tus gentes?
LLEGADA A LA BASE.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- Ayude.
CIENTIFICO- Esteban Sosnowsky...un placer. Mis papeles. (Le da los papeles con las
órdenes.)
CORONEL- ¿Así que lo han mandado por el asunto este de los pingüinos?
CIENTIFICO- Polaco.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Eh...no.
CIENTIFICO- Ah...
CIENTIFICO- Bueno...
SARGENTO- Lo que pasa que el muelle pertenece a los chilenos, lo construimos nosotros
pero nos equivocamos por dos grados y quedó para ellos. Y ya sabe, con esto del
tratado...Perrupato le va a tomar los datos, mientras yo reviso sus cosas.
EMPLEADO- Pasaporte...
EMPLEADO- Y sí, hay que hacer buena letra.¿De qué origen es su...?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- (Mientras revisa el bolso) Bueno, esto es un poquito más frío. Pero le va a
gustar; los primeros meses son difíciles, pero es cuestión de acostumbrarse. Lo
fundamental es mantener el espíritu de camaradería, ¿no cierto Perrupato?
EMPLEADO- Mucha gente escribe así, inclusive escritores famosos. ¿Me permite sus
huellas digitales, doctor? (EL EMPLEADO LE PINTA LOS DEDOS CON UN RODILLO.)
CIENTIFICO- No.
CIENTIFICO- Tampoco.
(Se van por el costado, y el eco de sus voces se pierde en el pasillo. Queda el empleado solo, que deja
de tipear y mira a público.)
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Bah, cosa de mujeres, hasta ahora no tuve problemas. Todo es cuestión de saber quedarse
en el molde... Además Benítez es un tipo macanudo, y el coronel...mientras no le falte
combustible.
(El doctor, entusiasmado, se pone a revolver los discos. Los demás lo miran)
SARGENTO- Aunque le parezca mentira este disco está siendo transmitido a todo el
terriorio Antártico Argentino y su área de influencia...(Empieza a sonar mal.)
Desgraciadamente a veces tenemos algunos desperfectos...
SARGENTO- ¿?
CIENTIFICO- Listo...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- No, no... poco y nada. Lo que pasa que en la facultad cuando se rompe un
aparato lo tenemos que arreglar nosotros.
SARGENTO- Ah... A propósito de eso; ¿no le interesaría leer algo suyo en nuestra radio?
CIENTIFICO- ¿Eh...?
SARGENTO- Sabe por qué le digo, porque estamos medio escasos de programación, casi
todo lo que hacemos es pasar discos.
SARGENTO- Jeje...Por lo menos cuando está el coronel tratamos de pasar folklore. Pero
estaría bueno que el doctor leyera algo suyo, ¿no le parece?
CIENTIFICO- No.
EMPLEADO- Claro, ¿ve este papelito? Cada vez que uno pasa a territorio extranjero tiene
que presentarlo a la autoridad competente y hacerlo sellar. Cuando vuelve a la base usted
me entrega este otro papelito, yo se lo sello y listo.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Bueno, es lo que vine a investigar. Pero ahora sería prematuro ponerse a
especular...
SARGENTO- Bueno pero usted, que es un tipo de estudio y que sabe de todo un poco,
algo se deberá imaginar, ¿no? Digo, porque acá estamos muy confindidos con todo esto.
EMPLEADO- Realmente...
CIENTIFICO- Gracias... (antes de irse, vuelve) Eh...una pregunta... ¿alguno de ustedes vió
uno de esos suicidios...? Quiero decir, ¿in situ?
EMPLEADO- Cuatro.
EMPLEADO- ¿No será como los japoneses que se matan por la presión social?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SEGUNDA PARTE.
El sargento y el coronel están mirando ATC. Un flash informativo anuncia una nueva mala nueva.
Voz TV- ...un supermercado de Grand Bourg fue saqueado, dejando un saldo de cuatro
heridos, tres detenidos y pérdidas por un monto de...
CORONEL- Nosotros los teníamos bien a raya, ahora hacen lo que quieren. Eso es la
democracia; entran por una puerta y salen por la otra. Nosotros hicimos espacios verdes
con las villas; ahora uno abre la ventana y la miseria se le viene encima...
CORONEL- Estos se van a vivir a la villa para no pagar impuestos... Miserables, teniendo
un país tan grande, donde uno tira una semilla y crece.
CORONEL- Se van a cansar de usarla y no nos van a agradecer jamás. Ah ...¿Sabe por qué
nos pasa esto?, por idealistas, por románticos... Por querer salvar al país....
CORONEL-Eso es verdad... El Mundial ´78, ¡qué hermosa fiesta! Fue el mejor de todos;
podrán hacer mundiales con más guita, pero nunca les va a salir uno igual. El Mundial
´78... Bastaba con ver la presentación para saber que estábamos en un país que marchaba
derechito. Meses enteros ensayando con los gimnastas para armar esos cuadros vivientes.
Uno se sentía orgulloso de ser argentino cuando veía esos jóvenes fuertes y disciplinados
armando el logo del mundial, el gauchito y todo eso...¿Le conté que yo comandé el
“Operativo seis a cero” ?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- La foto del grito de la junta militar, ahí, en la tribuna, después del gol a
Holanda... yo no salí porque me estaba tapando Massera... (ENTRA PERRUPATO CON
UN BIBLIORATO BAJO EL BRAZO.)
CORONEL- Hace una semana que está acá y todavía no salió de la base.
CORONEL- Para eso que se quede allá; en esta base hay que moverse.
CIENTIFICO- Hoy se cumple mi séptima jornada aquí y podría decirse que he sido bien
recibido. Un clima de franca camaradería para conmigo impera entre los integrantes de la
dotación. Son solo tres pero manejan la base a la perfección; por un lado el coronel
Meléndez, jefe del destacamento en cuyo aire distante creo adivinar la flema de los
militares de vieja escuela. Parece muy interesado en Genealogía; ¿acaso uno de aquellos
militares tan aficionados a la Historia y a la Heráldica? Lo secundan el sargento primero
Benítez, un amable y jovial provinciano lleno de criolla picardía y el civil Perrupato, que
por cierto parece un excelente mecanógrafo. Mi misión fue recibida con gran interés;
incluso me ofrecieron que leyera algo mío en la radio.
¿Qué llevará a los pingüinos a tomar semejante desición? ¿A qué se debe tan extraña
contravención a las Ciencias ? ¿Es que acaso la sabia Naturaleza ha enloquecido
fatalmente, sin aparente lógica dejando en ascuas a la Comunidad Científica Internacional
a la cuál yo pertenezco?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Cada tanto una traviesa foca de Weddel juguetea junto al muelle. Las aves emiten
elegantes esguinces contra el viento mientras depredan la costa alegremente. Muchas
revolotean junto a mi ventana en busca de desechos. Viéndolas, reconozco muchas de esas
especies que observara cuando niño en las láminas de los libros o cuya estampa
embalsamada adornara los anaqueles del Gabinete de Biología de mi colegio. La de mayor
tamaño es el Petrel Gigante, también conocido como Pajarón, Pájaro Carnero o
Quebrantahuesos, de vuelo y humos señoriles, gran devorador de cadáveres cuyas fosas
nasales sobresalen de su corvo pico cual cañones de escopeta. También está el adusto escúa
marrón, de cuerpo ancho y patas pequeñas que posado se asemeja a una gallinácea, y que
compite por el alimento con sus archienemigas las gaviotas que por cierto proliferan a
porfía. Pero el ave más querida en la base es el cormorán, palmípeda inconfundible de
ojos azules y negro plumaje que la certera carabina de Benítez se encarga de transformar
en milanesa de pechuga.
¡Qué contagiosamente ensoñador es todo esto! Tiene la majestad de las cosas naturalmente
bellas, la exaltación de lo eterno y la castidad de lo inenarrado. Mi alma se amiga con la
Naturaleza en íntima unión con el Todo.
Jamás estuve en un lugar así e intentar abarcarlo implica llevar mis apitudes póeticas al
límite.
Pero si por fuerza tuviera que definirlo, me animaría a decir que la Antártida es el
continente viril por excelencia.
Salón de la base.
CORONEL-Perrupato.
EMPLEADO-¿Coronel?
EMPLEADO-Por supuesto.
CORONEL- Dígame una cosa, ¿usted cuándo estaba mejor, ahora o cuando estábamos
nosotros?
CORONEL- Quiero decir, ¿ahora o cuándo teníamos la manija...los de las tres fuerzas?
PAUSA.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- Afirmativo...
SARGENTO- Aprete acá para hablar y cuando quiera escuchar suelte. (El sargento le coloca
el auricular.)
SARGENTO- Exacto.
CIENTIFICO- (bromeando) Y tengo que decir cambio, cambio y fuera y todo eso.
CIENTIFICO- Buenos días señor, ¿cómo le va? Cambio...Si, todo bien, el clima, el trato,
todo sin problemas, redondeando los estudios previos. Cambio. Eh, no, no... le explico lo
que pasa...(PAUSA: le están diciendo algo que lo sorprende) Pero, ¿por qué tanto apuro...?
Cambio...(El científico trata de que no se den cuenta de lo que están hablando, pero su tono es cada
vez más serio.) No, señor, pero así yo no puedo, señor...Ah...pero... Oiga...No, no, pero la
Ciencia no... Bueno....bueno....bueno...(PAUSA) Comprendo... cambio y fuera...
(El doctor queda en silencio, sumamente preocupado. Los demás, callados, perciben que algo está
ocurriendo.)
CIENTIFICO- (como ido) Eh...No, no, gracias... Te con limón tal vez.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Limón no nos queda pero podemos llegar a conseguir. Justamente dentro
de un rato voy a hacer una recorrida por las bases vecinas...
CORONEL- Bueno, vayan... Ah, Benítez, trate de volver a pasar por la base australiana...
SARGENTO- Bueno, yo voy preparando el trineo y las provisiones. Póngase este overall
pero trate de que no le quede ajustado. ( El cientifico se pone una especie de overall naranja.
BENITEZ HABLA A PUBLICO) Porque en la Antártida no alcanza con estar abrigado; es
importante no transpirar, ni moquear ni siquiera intentar escupir, porque todo eso se
congela y uno sin darse cuenta capaz que tiene un cubito colgando de la nariz, o los
sobacos duros. Por eso, se recomienda ropa holgada y en lo posible naranja, para que
resalte en el blanco, ¿vió?
( Sale el doctor con el overall) Bueno Perrupato, voy a la heladera ¿le alcanzo las cosas?
EMPLEADO- Okey.
SARGENTO- Esto no nos va a llevar más que unos minutos, doctor ¿eh?
Benítez va a la “ heladera “, que no es más que una ventana lateral que da al exterior, ahí
guardan la mercadería. Benítez va sacando mantecoles de los de kilo y los pone en el
suelo.
EMPLEADO- (por el frío que entra por la ventana) Brr....Agilicemos el trámite que no
estamos en el Caribe.
CIENTIFICO-Si, si...
(Sale Benítez. Se oyen ruidos de perros. El científico le alcanza los mantecoles a Perrupato.
Perrupato les borra las fechas de vencimiento con una goma y se las cambia por otras. Se oye ruido
de perros.)
CIENTIFICO-Eh...no...
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EMPLEADO- Este Benítez, ¿que clase de encargado de comunicaciones es...? Verá doctor,
esto es para canjearlo en las bases vecinas por...por cosas que hagan falta. (Perrupato sigue
cambiando fechas. El científico mira una. )
EMPLEADO- ¿Y por qué cree que le actualizo la fecha? Pero no se preocupe que el frío
polar conserva todo a la perfección. ¿O no sabe usted que en Siberia encontraron carne de
mamut perfectamente comestible?
EMPLEADO- Si, y chocolate Aguila y muchas cosas más... Tenemos varias toneladas que
sobraron de la guerra. Mayormente, lo canjeamos por combustible... Pero no para el grupo
electrógeno, lo canjeamos por combustible para el coronel. (RIE, justo entra Benítez y lo
escucha.)
SARGENTO- Che, más respeto Perrupato... No doctor, lo que pasa que cuando no tiene
whisky el coronel se pone...Se pone malo... Pero no vaya a poner eso en su libro, ¿eh?
SARGENTO- Acá fue el último suicidio. Se juntaron en este risco como doscientos o
trescientos pingüinos con cría y todo, se fueron poniendo en fila y ahí nomás, ordenaditos
por famila se fueron tirando. La mamá, el papá y los polluelos. Algunos quedaron
reventados en las rocas, pero no se vaya a creer que por mucho tiempo. No, porque acá lo
que no se lo traga el hielo o se lo traga algún bicho. Al ratito nomás que se tiraron la costa
se llenó de orcas, lobos marinos y petreles muertos de hambre que no dejaron ni una
pluma. A nosotros nos costó horrores agarrar algo.
SARGENTO- Algunos que le dimos a los perros, porque para comerla uno es una carne
asquerosa, tiene gusto a jabón. ¿La probó alguna vez?
CIENTIFICO- No.
SARGENTO- La alita no es mala pero el resto... Ahora los huevos se dejan comer...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- No, aparte de eso se los veía muy tranquilos... Como los de esa pingüinera,
¿los ve? (Miran a lo lejos.)
CIENTIFICO- Si...
CIENTIFICO- (al grabador) Estoy frente a una colonia de Pygoscelis Antarticus, también
llamados pingüinos de barbijo. Hace escasos dos meses registrose aquí el último suicidio
colectivo. Nada parece indicar evidencia alguna de la automasacre, salvo los nidos vacíos
mudos testigos de la catástrofe. Sin embargo solo trescientos metros de distancia una
pingüinera acaso gemela increíblemente rebosa de vida.
CIENTIFICO- Si.
SARGENTO- No, esa pingüinera está en litigio entre Noruega, Inglaterra y no sé que otro
país.
CIENTIFICO-¿Usted quiere decir que solamente se suicidaron los del lado argentino?
SARGENTO- Afirmativo. Es más, que yo sepa en ningún otro sector hubo suicidios.
CIENTIFICO- ¿Cómo?
CIENTIFICO- (a público) Estoy anonadado. Lo que está pasando aquí constituye una
instancia sin precedentes en los anales de la investigación científica. Tal vez un punto de
inflexión. Quizá un vacío. Por alguna incomprensible razón la Madre Naturaleza está
acatando las fronteras geográficas marcadas por el hombre.
En este momento en el que la oscuridad invade mi mente, una frase retorna a mi memoria
tras asombrosa pirueta sináptica: "La ansiedad es una congoja mental ante una frustración
anticipada."
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Pero nada como esta frase podría expresar mejor mis actuales sentires.
EN LA BASE.
SARGENTO- Pidieron cosas raras, chicles jirafa, chocolatines del sheriff, caramelos MU-
MU...todas cosas que no quedan en stock . Yo se lo dije Perrupato; llevemos de lo que nos
sobra porque si después nos piden algo que no tenemos, cagamos.
SARGENTO- La verdad que resultó mejor de lo que esperaba. Mire, todo esto lo conseguí
en la base yanqui, es ese whisky de maní que toman ellos.
EMPLEADO- Bourbon...puaj, que porquería. ¿Por qué no probó con los británicos?
SARGENTO- Lo que pasa que ellos me piden "Vitamate Salus" que ya no queda en
depósito. ¿Ve lo que le digo? Lo único que tenemos que cambiar es mantecol y chocolate,
nada más. Pero no se preocupe que a esto lo mezclamos con el whisky que queda, un poco
de alcohol fino, azúcar y pasa como el mejor.
EMPLEADO- A razón de botella, botella y media por día...Tenemos más o menos para dos
meses. Todavía nos quedan casi dos toneladas de mantecol, tres de chocolate y otro tanto
de miscelánea... Bueno, calculo que con esto iremos tirando, por lo menos hasta que
gestionen el pase.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
EMPLEADO- Buenos días a todos, aquí transmite LRU 78 radio Comodoro Espeche en
vivo y en directo desde la Antártida Argentina para todo el continente antártico. Santoral
del día de hoy: Hoy 14 de marzo la Iglesia Católica celebra el martirio de Santa Matilde.
Efémérides del día de hoy; un 14 de marzo pero de 1929 el capitán italiano Girólamo
Galuppi realizó el primer vuelo transpolar sin escalas, uniendo el polo norte con el polo
sur en 12 días y 18 horas. Pese a la ausencia de testigos el hecho es considerado
unánimemente un acontecimiento crucial en la historia de la navegación interpolar.
(MUSIQUITA COMICA.)
(El sargento lee los chistes de un librito, con bastante poca fluidez.)
RIEN.
Si, pero lo que pasa es que afuera hubo un accidente y son para untar.
RIEN.
SARGENTO- Acá tengo otro... (LO DICE SIN LEER) Mire; resulta que están todas las
hormigas en un hormiguero, haciendo las cosas esas que hacen las hormigas, ¿no? Este...
¿cómo era...? Ah, y entonces pasa un tipo caminando por ahí y se le cae una naranja
encima del hormiguero, y entonces una hormiga le dice al hijo: " Nene, apuráte que llegó
el escolar. "
RISAS.
EMPLEADO- Y este fue el microprograma de humor regional del sargento primero Elbio
Omar Benítez.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
EMPLEADO- Si, si, todo bien...Lo único que la próxima trate de avisar. Por una cuestión
de programación, ¿vió?
EMPLEADO- ¿Cómo...? ¿No se acuerda? Una joyita que encontré en el depósito; Demis
Roussos.
SARGENTO- ¿?
SARGENTO- ¡Ah... cierto! Ese que pesaba como doscientos kilos y que después bajó y se
puso a vender dietas.
EMPLEADO- Claro, el tipo ya había pasado de moda y con "La dieta de Demis
Roussos" ganó más guita que con los discos. Era una dieta terrible; hubo muertos y todo...
EMPLEADO- Jé, tipo polémico este Demis Roussos; cuando llegó a Buenos Aires hizo un
show en el Opera, ¿no? y en medio del recital el público se dió cuenta que era playback...
SARGENTO- ¿Playba...?
EMPLEADO- Que era grabado...Ponían el disco y el tipo movía la boca como si cantara.
No sé si hizo un mal movimiento o si el disco estaba rayado, pero cuando se dieron cuenta
empezaron a tirarle monedas. Tuvo que rajar del país.
SARGENTO- Y...el público argentino es el mejor público del mundo pero cuando te
mandás una no te la perdona.
(Entra el científico con cara de pocos amigos. Tiene un guardapolvo manchado y está totalmente
despeinado. )
CIENTIFICO- ¿Cómo?
SARGENTO- Acá, en la radio... Digo, esas cosas que escribe en el grabadorcito. Mire que
en un par de meses tenemos el Día de la Antártida y hacemos transmisión radial en dúples
con todo el país, ¿no cierto Perrupato?
EMPLEADO- Así es; acá el Día de la Antártida es más importante que Año Nuevo o que
el 25 de mayo...
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SARGENTO- ¿Cómo?
EMPLEADO- Déjeme hablar Benítez, si no me deja hablar no voy a poder cotejarla nunca.
(Parando de tipear) Verá doctor, yo estuve leyendo bastante sobre el tema porque no sé si
sabe que acá tenemos una biblioteca muy bien pertrechada y por cierto, mucho tiempo
para leer. Le decía que estuve leyendo un libro del doctor Basilio Gregoriuk, seguramente
habrá escuchado hablar de él...
CIENTIFICO- Ah...
SARGENTO- Bueno, eso puede ser, porque allá en Entre Ríos cuando está por ocurrir
una inundación nos damos cuenta mirando los hormigueros que se ponen como que
revientan, y las anguilas que empiezan a saltar en los cañaverales que hay que verlas.
Nosotros aprovechamos y hacemos una faena...
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EMPLEADO- Benítez, no confunda, eso es otra cosa. Eso es un fenómeno natural que no
recuerdo como se lo denomina...¿Cómo es que se le dice, doctor?
CIENTIFICO- No sé...
EMPLEADO- Tiene un nombre científico, en Japón usan ese fenómeno para detectar
terremotos con cabras. Bueno, no me acuerdo... Pero lo que está pasando acá es diferente,
es algo que resiste toda explicación lógica. Esto es comparable al incidente Roswell, a la
ciudad de Erks o a lo de las marcas de Nazca...
EMPLEADO- Que está por ocurrir algo importante. Algo indudablemente relacionado con
el milenio, la era de acuario o algún asunto por el estilo.
SARGENTO- Yo de esas cosas mucho no entiendo, pero algo debe haber. Por ejemplo; yo
tenía un tío, el tío Octavio que era un tipo de esos que no se enferman nunca, pero nunca,
¿eh? Se bajaba media damajuana en las comidas y después era capaz de hacharse un
algarrobo y de postre salir a putanear . Bueno, el tío tenía un perro, Derqui se llamaba,
una maravilla de animal -otra que el perro Fernando, ese perro famoso que había en el
Chaco - y diga que los entrerrianos no somos así de hacer bandera por cualquier cosa,
porque si los chaqueños le hicieron un monumento a ese perro que lo único que hacía era
hacer sociales al Derqui habría que abrirle una calle...
SARGENTO- No, pero esa creo que es por un prócer que salió en un billete. Cómo le
decía, una mañana estábamos en casa viendo la carrera esa que Reutemann se quedó y se
puso a llorar...
SARGENTO- Esa, ¡qué amargura! Bueno, estábamos viendo la tele y de golpe nomás el
Derqui empezó a aullar como loco. Se retorcía del dolor, levantaba polvo del piso y no lo
podíamos parar ni con el rebenque. Estaba como quien dice en trance, como endemoniao,
era una cosa... Una cosa ´e mandinga como decían antes... ¿Y saben por qué?
CIENTIFICO- No.
EMPLEADO- Eso que contó debe estar relacionado con los casos de muerte simultánea de
gemelos idénticos...Pero volviendo al tema de los pingüinos, doctor, yo creo que acá hay
algo que se cae de maduro. Algo está por ocurrir y por eso se matan.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
EMPLEADO- ¿Y?
SARGENTO- Quiero decir que es un animalito sano, que no anda con rarezas, que no la
va con cuestiones... Si dicen que cuando el pingüino se junta con una hembra se
aquerencia para toda la vida...
CIENTIFICO- Cierto...
PAUSA.
SARGENTO- Bueno pero algo debe tener allá en La Plata, algún filo, alguna...jeje...
CIENTIFICO- ...
SARGENTO- Menos mal que no hay. Porque la mujer es muy linda pero también es
media víbora, media cizañera...No la va con la camaradería.
EMPLEADO- De eso doy fe, porque yo en mi trabajo tuve que convivir mucho con
mujeres y es jodido... Pero también tiene sus satisfacciones...
SARGENTO- Si es una sola mejor estar solos. Ahora, si está repartido es otra cosa...
EMPLEADO- Allá en Catastro estaba parejo; cinco minas, cuatros chavones, y uno medio
rarito...
SARGENTO- ¿Con el rarito también? No, no se enoje, era una joda...jejeje... Ahora eso de
que cuando hay pocas minas es jodido es verdad. Yo me acuerdo que en el regimiento
había una paraguayita que trabajaba en enfermería. En esa época no había mujeres en el
ejército, y con la paraguayita... Llegamos a enfiestárnosla entre cuatro; uno pa´adelante,
otro por atrás, otro por la boca y el más abombao se quedaba al costado y hacía un
enchastre.
RISAS.
SARGENTO- Por eso les digo, si traen minas que traigan para todos, y si sobran mejor. ¿O
no doctor?
EMPLEADO- ¿Cómo?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
RISAS.
CIENTIFICO- Eso...con perdón de la palabra. Bueno, la cosa es que había una profesora
de biología; una pobre mujer, una del montón...Pero para nosotros era una Venus y se nos
caía la baba a todos por ella. Una cosa terrible. Mientras explicaba, nosotros no
parábamos de mirarle ...los pechos, la cola...
SARGENTO- Diga, las tetas y el orto... doctor, llame a las cosas por su nombre...
CORONEL- Ejem...
CORONEL- ¿Así que están hablando de mujeres? Sigan, sigan nomás... No es malo tener
cada tanto una charla informal con la tropa.
SARGENTO- Eh...
Ahora que somos cuatro podemos jugar un truco como Dios manda; ¿qué les parece
equipo castrense contra equipo civil?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Me defiendo.
Pone un disco de danzas folklóricas de segundo curso. Benítez baraja las cartas, el doctor es mano.
Sigue a la derecha el coronel y luego Perrupato. Mientras reparten este diálogo.
CORONEL- ¿ QSO?
SARGENTO- QRU.
CORONEL- Envido.
EMPLEADO- ¿Y?
EMPLEADO- No queremos.
CIENTIFICO- Cante...
EMPLEADO- Truco...
SARGENTO- ¿QSP?
CORONEL- QRU.
CORONEL- Jeje... No se ofenda doctor... es jerga del oficio, si hubiera una jerga civil usted
podría usarla en el truco. Ninguna regla lo prohíbe.
CIENTIFICO- Perdone.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- Todo tiene que tener una utilidad. Nosotros tenemos un lema; “ Entrar para
aprender, salir para servir.” Quiero retruco.
EMPLEADO- ¿Y?
CIENTIFICO- No queremos.
SARGENTO- No, si acá no hay deshielo. Acá hay más congelao o menos congelao.
CORONEL- Envido.
CIENTIFICO- En este preciso instante, siendo las 10: 35 del día 14 de marzo, acaba de
ocurrir un suceso inesperado cuyas consecuencias tal vez alteren para siempre el curso de
la Ciencias Naturales. Estábamos jugando una partida de naipes en un clima de grata
camaradería cívico-militar cuando un chorro de líquido elemento se coló por el
machimbre del techo desembocando en libre caída en el centro de nuestra mesa de juego.
Yo, instantáneamente preguntéme - ¿Será el deshielo?- a lo que el sargento respondióme.
SARGENTO- No, si acá no hay deshielo. Acá hay más congelao o menos congelao.
CIENTIFICO- Yo, que jamás creí en las casualidades, sentí entonces la presencia de
aquella musa científica que carece de nombre, pero que yo que también soy poeta aprendí
a reconocer. Aquella musa que pusiera un Eureka en boca de Arquímedes, y un Eppur si
muove en boca de Galileo. Aquella que le revelara el mundo a Newton en la caída de una
manzana. En ese momento supe que la verdad estaba a mi alcance.
CORONEL- Envido.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- ¡Ganamos!
Entra desde afuera el doctor. Esta vez con arrastrando un trozo de hielo.
Perrupato descuelga los mapas de la pared. Benítez el trae la lámpara y la lupa. El doctor arma un
aparataje sobre la mesa. Coloca el hielo sobre el mapa de la Antártida y el espejo sobre el de la
Argentina.
CIENTIFICO- Con el permiso del coronel voy a tratar de confirmar delante de todos
ustedes una teoría que acabo de vislumbrar. Esta lámpara hará las veces de luz solar, la
enfocaremos en ángulo agudo sobre estos trozos de hielo que vamos a colocar sobre el
mapa de la Antártida Argentina. Seguidamente procederemos a colocar este espejo encima
del mapa de nuestra querida república. ¿Me siguen?
(Contestan afirmativamente.)
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Bien, ahora ponemos el sol en esta cuadratura para así emular la situación
real. Acto seguido, simularé con esta lupa el efecto del agujero de ozono, que en este caso
potencia la radiación ultravioleta, ¿alguien quiere anotar?
(Contestan negativamente. )
CIENTIFICO- Bueno...
Silencio, el doctor está espectante esperando que algo ocurra con su experimento. Pausa.
CORONEL- ¿Y?
CIENTIFICO- Paciencia...
Pausa. Al rato cae un chorro de agua escurre por el agujero de la mesa hacia la jarra medidora.
Toma el tiempo con el reloj. Al rato levanta la jarra y observa cuanta agua se derritió.
EMPLEADO- ¿Cómo?
SARGENTO- ¿?
CORONEL- Bueno, bueno, bueno, a ver si nos vamos calmando un poco y me explica de
una vez por todas que carajo es todo este circo.
PAUSA.
CORONEL- ¿Y?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SILENCIO.
CORONEL- Así que por eso se matan los pingüinos... (ofuscado) ¿Pero qué estupidez está
diciendo? Usted, como científico, debería saber que los pingüinos no tienen el más mínimo
respeto por las fronteras nacionales. Si tuvieran algún problema de este lado bien podrían
haber emigrado hace rato, no son aves criollas como el hornero o el chajá...
CIENTIFICO- Si, pero si bien es cierto que desconocen las jurisdicciones nacionales, por
otro lado los pingüinos presentan rasgos xenófobos en su conducta y no aceptan
pingüinos provenientes de otras pingüineras... Pingüinología básica, mi coronel.
Pingüinología básica...
SILENCIO.
CIENTIFICO- Bueno, antes que nada lo voy a verificar... El método científico exige
rigurosas verificaciones y toda una serie de pasos muy estrictos que hay que cumplir...
CORONEL- ¡ No sea irresponsable! Usted no tiene pruebas para echar a correr semejante
disparate.
CORONEL- Le recuerdo que está en una base militar, y que yo estoy a cargo de ella.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
PAUSA. MIRADAS.
CIENTIFICO- Exacto.
CORONEL- Bueno doctor; más allá de nuestras diferencias quiero felicitarlo por su
descubrimiento. Eso habla de la capacidad de la gente del Instituto Geográfico Militar y de
que los científicos cuando hacen lo que tienen que hacer pueden llegar lejos... Ahora, usted
esto piensa divulgarlo ya mismo, ¿no?
CORONEL- Comprendido doctor... Pero antes que haga nada yo le quiero contar una
historia... ¿Un whisky?
CORONEL- Tenía entendido que los polacos son gente de buen tomar...
CORONEL- Afirmativo, se podría decir que los Meléndez hemos jalonado la historia
argentina de cabo a rabo...Bueno, como le venía diciendo ya desde mi más tierna infancia
abracé los ideales castrenses. Mire si será así que ya en el ´55 era cadete, y desde la de
Onganía en adelante yo estuve en todas. Y no llegué adónde llegué por los desfiles. No
señor; yo me jugué por la causa del ejército, yo luché contra la demagogia, contra la
subversión... Yo hice cosas por la patria que usted nunca se podría imaginar.
SILENCIO. MIRADAS.
CORONEL- En fin, se podría decir que estuve en todas. Julio Pantaleón Meléndez;
dígame si este no es un nombre de comandante en jefe... Bah, por desgracia la suerte no
me acompañó y quedé como coronel... Tampoco pude pelear en Malvinas... Pero estoy
muy orgulloso de mi trayectoria, y estoy muy orgulloso de estar acá defendiendo los
confines soberanos de la patria.
CIENTIFICO- Claro...
CORONEL- Por eso, doctor, ¿usted no cree que todo buen guerrero merece su reposo?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- Por otro lado, le aclaro que tengo el mejor concepto de los hombres de
ciencia, siempre y cuando se dediquen a estudiar y prioricen los intereses nacionales a los
personales... Es más, me encantaría saber comó fue que se le dió por esto de la ciencia.
¿Usted viene de familia científica?
CORONEL- Ah, pero nunca es tarde para iniciar una dinastía, ¿no lo parece? Jeje...
CIENTIFICO- Je...
CORONEL- No, pero con eso puede hacer un libro perfectamente. Römmel escribía entre
batalla y batalla en su tienda de campaña... ¿Usted hizo el servicio militar?
CIENTIFICO- No, me salvé por número bajo... Quiero decir, no lo hice por número bajo.
CORONEL- Está bien, se salvó, dígalo con confianza; yo sé que la milicia no es para
todos... Bueno, ahora que nos conocemos mejor le quiero proponer algo... de argentino a
argentino. ¿Eh?
CORONEL- Verá; no sé si sabe que acá en la Antártida los meses de servicio se computan
al triple.
CIENTIFICO- No sabía...
CORONEL- Si, al triple. Por eso si todo sale bien a fin de año me retiro...
CIENTIFICO- Ah...
PAUSA.
CORONEL- Es para el bien de todos...Seis meses más, seis meses menos... Además lo del
tratado está muy fresco y si se enteran que todo esto se está derritiendo seguro que nos
van a transferir y...y quien sabe para cuándo me jubilo...
CORONEL- ¿Por los muchachos lo dice? No se preocupe doctor; usted inventa otra teoría
y desmentimos todo... Solo le pido seis meses, después usted informa lo que quiere...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Pero coronel, no puedo hacer eso; sería como traicionar a la Comunidad
Científica Internacional.
PAUSA.
A propósito, ahora que estamos en confianza yo le quiero mostrar algo que de seguro le va
a interesar.
El coronel va hacia un armario que está junto a la pared del fondo, saca una llavecita de su llavero y
lo abre. El armario está plagado de armas de todo tipo y calibre.
CORONEL- En mi caso son casi un vicio, no puedo vivir lejos de ellas. Tal es así que me
tuve que traer unas cuantas para la base.
CORONEL- Mire esta joyita: fusil de asalto STG 44, calibre 7,92. Es el padre de los
modernos fusiles de asalto; carga 30 cartuchos y puede disparar a repetición o a tiro
simple. Y este de acá es un máuser del ´41, esta fue un arma standard de la Wehrmacht y
se siguió fabricando hasta el fin de la guerra. Pero mi pieza favorita es esta observe : la
Lüger calibre 7, 65 Parabellum.
CORONEL- La pistola más entrañable de todos los tiempo. Podrán hacer armas más
modernas, más poderosas, más económicas... Pero nunca podrán igualar el placer de tirar
con Lüger. Bué, en realidad es una P08 modelo ´42, Lüger era el diseñador, pero todos le
decimos Lüger cariñosamente.
Cuando se tira con Lüger uno tiene la sensación de que el arma es una extensión natural
del brazo. Créame que uno puede sentir que el tiro está saliendo de uno mismo. Es la
mejor arma de remate a corta distancia. Tal es así que los alemanes casi no la usaban para
combate, pero cuando reducían al enemigo y tenían que rematarlo, entonces sacaban la
Lüger. Porque con la Luger no solo apunta y tira, con la Lüger uno puede intuír hasta
donde va a penetrar la bala y que clase de herida va a ocasionar. En definitiva, uno puede
calcular cuánto va a tardar en morir el enemigo. Con una de estas uno puede matar de a
poquito, como los toreros.
Créame doctor; tirar con Lüger es uno de los mayores placeres de la vida.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- ¿Está seguro que no quiere un whisky? Bueno, yo sí me voy a servir uno.
Eh... a propósito de lo que le dije antes, eso de los seis meses, yo quisiera que lo pensara un
poco más, ¿sabe?, me gustaría que encontrara la manera de postergar el anuncio. Porque
sería una lástima que toda esta camaradería tan sana se fuera al carajo por seis meses de
mierda y por toda esa sanata de la comunidad científica internacional... ¿No le parece?
Bueno, ahora prometamé que va a hacer todo lo posible para aguantar seis meses.
SILENCIO.
CIENTIFICO- ...si...
CORONEL- Si señor.
CIENTIFICO- Si señor.
CORONEL- ¿Vió que hablando se entiende la gente? (Llama a los demás) Benítez,
Perrupato... El doctor acá tiene algo que decirles.
VUELVEN.
EL DOCTOR NO HABLA.
SILENCIO.
Vuelve Benítez.
EMPLEADO- Yo sigo creyendo que estos suicidios están relacionados con el fin del...
CORONEL- (interrumpiendo) ¡ ACA NO PASA NADA!, ¿me escucharon bien los dos? ¡NO
PASA NADA! Usted, sargento, arregle el techo de una vez por todas y vigile que el doctor
no haga nada raro. Me lo acompaña en todas las salidas, me le restringe el acceso a la
radio y toda la correspondencia que mande me la pasa primero a mí. Usted civil
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- ¡Acá se acabó lo que se daba! ¡Este es un destacamento del ejército argentino
y va a empezar a marchar como se debe!
EMPLEADO- ...todo lo que quiera pero no se puede comparar con lo que había antes.
Antes había de todo y para todos los gustos; qué sé yo, tenías al Increíble Hulk, el
Crucero del Amor, Bonanza, El gran Chaparral...
SARGENTO- A mí la que más me gustaba era Chips. Casi me meto en la policía por
Chips.
SARGENTO- No me diga...
EMPLEADO- Si, había otro rubio que duró un capítulo solo... Si, pero Chips no era de mi
estilo, yo tiro más para el lado de "Las calles de San Francisco"...
EMPLEADO- Si, a uno le hacía sentir que vivía en una ciudad limpia.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
El doctor va al escritorio de Perrupato y firma una planilla. Benítez lo acompaña hasta la puerta del
baño y lo espera parado.
EMPLEADO- Si, pero esto me parece mucho. Ni siquiera hoy que es el día de la Antártida
deja de marcarlo; ni que fuera Maradona...
EMPLEADO- Si, yo también y la verdad que me ya me da calor tener que andar anotando
que en el día de la fecha siendo las 17, 25 el susodicho entró al baño por segunda vez .
El doctor va al escritorio y firma en una planilla notificando que ha salido del baño. Luego vuelve a
su cuarto.
EMPLEADO- Ah, Baretta. Robert Blake se llamaba el actor. Buena serie, pero para
detectives me quedo con Columbo...o Kojak.
SARGENTO- ¡Kojak! ¡Cómo me gustaba Kojak! ¿Y esa que eran como dos agentes
secretos que había un montón de minas y autos y cosas así...?
EMPLEADO- No sé...
EMPLEADO- “Los Vengadores” no puede ser porque eran un tipo y una mina...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Noche polar, noche de mis sentidos... Y vaya contrasentido que el Día de la
Antártida coincida con el hemiciclo nocturno... Mas nada hay de contradicitorio si
considero la tiniebla que me embarga...
Hace ya dos meses que soy casi un prisionero en esta base. Mis movimientos se vigilan, se
calla en mi presencia. Solo me queda este humilde grabador de periodista para testificar
mi indignación, esta profunda decepción que me afecta como argentino, como científico y
también como poeta: ¡Porque incluso se me ha cercenado la posibilidad de leer algo en el
éter, hoy qué es el Día de la Antártida...!
SALON PRINCIPAL.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Ahora, ¿se da cuenta que esas series eran por rubro?; había de abogaos, de
detectives, de ladrones, de médicos...
(ENTRA EL CORONEL.)
CORONEL- Feliz día... Yo no me quiero poner nostálgico pero los domingos uno se
quedaba en casita y tenía de todo para ver. Y todas cosas sanas ¿eh?, cosas, para toda la
familia...
SARGENTO- Siii...
CORONEL- Uno no iba a escuchar una puteada, un gesto obsceno, ni nada raro en esas
películas...¿Sabían que yo aparecí en una de Angel Magaña?
EMPLEADO- No me diga...
CORONEL- Todo un señor, parecía uno de los nuestros. Fue el actor que mejor supo
captar la escencia del militar argentino. Me acuerdo una frase suya de la película “Mi
amigo Luis”: Los militares y los artistas tenemos mucho en común...Y en cierto modo es
así; mantener la seguridad nacional es todo un arte. ¿Cómo va ese chocolate?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Comprendido.
SARGENTO- Si, si, yo subí pero para mí que va a haber que poner membrana nomás.
¿Algún mensaje?
SARGENTO- Todavía ninguno. Recién debe de estar por empezar el programa, todavía
tienen que hacer el dúples con La Quiaca y con Paso de los Libres.
SARGENTO- En su cuarto... Podríamos decirle que venga...¿no? No digo que venga para
leer nada, pero...
CORONEL- Mire Benítez, si no viene es porque no quiere... En todo caso, llevelé una taza
de chocolate y listo.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
(Perrupato trae cosas de la heladera; mantecoles, turrones y gaseosas del pasado. Todos se sientan a
beber al lado de la radio. )
EMPLEADO- Encontré gaseosas también. Miren... (Perrupato muestra una Teem, una Tab y
una Canadá Dry.) Debe hacer como 20 años que no tomo una de estas...
CORONEL- Pero Perrupato, ¿habiendo chocolate vamos a tomar gaseosas? Pruebe; este
es chocolate con leche al estilo del Colegio Militar...
BRINDAN.
SARGENTO- Comprendido...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
El científico ya no habla al grabador, sino a público. Mientras anuda sábanas como los presos.
CORONEL- ...y una vez por semana Muñoz se contactaba con la Marambio.
Trasmitíamos en duplexxxxx... Pero Muñoz era puntual, no como estos. José María
Muñoz, esos eran hombres... (nostálgico) Je, cuando le pegaron el paraguazo en Inglaterra
por cantar un gol argentino...
CORONEL- Era otro periodismo, un periodismo con más conciencia nacional; ¿se
acuerdan de Gómez Fuentes?
SARGENTO- Parece que no tienen apuro; como el programa dura cinco horas...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CORONEL- Es la camaradería Perrupato. Che, qué bueno que está este mantecol, parece
de la semana pasada... Cortemos otro poco de ese con nuez que ya no lo hacen más.
EMPLEADO- Oia...miren...
EMPLEADO- ...pero...
EMPLEADO- No...
ALGUNAS RISAS.
EMPLEADO- "...te escribo esta carta a vos que estás tan lejos defendiendo nuestras
Malvinas. Acá en Rosario pensamos en ustedes todos los días y también rezamos por
ustedes. Todos estamos juntando cosas para mandarles. Por eso con esta carta te mando
este mantecol y este dibujito, para que no te sientas tan lejos. " Firma Julián...
SILENCIO.
EMPLEADO- Uy, miren lo que le mandó... ¡Un dibujo del Pato Carret!
CIENTIFICO- Porque fue allí, en esa biblioteca, donde cimenté mi afición por la zoología,
la fitogeografía y la botánica, mientras mis compañeros apenas aspiraban a ser contadores
públicos.
Como papá.
¡Porque fue allí, en esa biblioteca, donde nació mi pasión antártica, cuando a mis manos
llegara aquel maravilloso libro del capitán Moneta, "Cuatro Años en las Orcadas del Sur",
que tantas veces leyera y releyera!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
PAUSA REFLEXIVA.
Es ahora o nunca,
Mi sacrificio va por ellos, y también en memoria de los grandes pioneros del continente
blanco.
(El doctor pega un tirón a la reja de su ventana, esta cede como si estuviera limada. Sale al exterior
con una cuerda de sábanas anudadas al hombro.)
CORO-
“¡ Un corazón grande,
ha nacido Bordolino,
RISAS.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Voz- ...y ahora nos vamos al otro rincón de nuestra República. ¡Buenos días a la base
Comodoro Espeche!
CORONEL- (medio ebrio) Buenos días aunque acá es de noche. Por lo del polo, ¿vió?
Voz- Muy bien coronel, aquí le mandamos un gran saludo desde los estudios de Radio...
VOZ DEL CIENTIFICO- (exhaltada) ¡La Antartida Argentina se está derritendo! ¡La
verdad científica está siendo ocultada al mundo! ¡Los pingüinos argentinos se suicidan
porque su hábitat natural se derrite! ¡La reflexión bitriangular...!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
VOZ DEL CIENTIFICO- ¡El avance de la Pingüinología está siendo frenado por un
capricho castrense! ¡LA ANTARTIDA ARGENTINA SE ESTA DERRITIENDO!
(Vuelve Benítez.)
CORONEL- Hijo de puta...¡Pero no! ¡Esto no va a quedar así...! ¡Perrupato, venga para
acá pedazo de cagón!
CORONEL- (todavía medio borracho, pero con tono discursivo) Ustedes lo vieron, el que
empezó fue él. Una vez más las fuerzas armadas han sido atacadas. Desde este mismo
momento declaro el estado de sitio en este destacamento. Benítez...
SARGENTO- ¡Señor!
CORONEL- ¡Me importa un carajo! No voy a esperar seis meses hasta que aclare. ¡Traiga
linternas, las boinas rojas y los walkie-talkies, yo busco las armas! ¡Lo vamos a agarrar
vivo o muerto!
CORONEL- ¡Cállese la boca civil que estamos en estado de sitio...! Más bien que voy a ir.
¡Soy un coronel de la Nación carajo!
VUELVE BENITEZ CON UNA BOINA PUESTA. REPARTEN ARMAS Y EQUIPO CON EL
CORONEL. PARECEN DOS COMANDOS.
CORONEL- ( señalando en el mapa) Benítez, usted va a ir por acá y... ¿Pero qué hace el
civil acá? ¡Saqueló ya! ¡Esto es un asunto militar!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
SARGENTO- Mi coronel, para mí que está por acá nomás, no se puede haber alejado
mucho.
CORONEL- ¡NO ME DISCUTA LAS ORDENES CARAJO! Acá mando yo, y si digo que
hacemos rastrillaje táctico, hacemos rastrillaje táctico. ¡¿Alguna duda?!
¡¡¿COMPRENDIDO?!
CORONEL- Vamos.
EMPLEADO- Mi mujer tenía razón, este no es buen lugar para un municipal. Lo que
pasa que yo nunca había tenido quilombo con los militares. A mí nunca me pasó nada, ni
en Archivos ni en Catastro...
¡Puta, ¿quién me mandó a venir acá?! ¡ Con estos milicos de mierda y ese pelotudo del
doctor...!
¿Quién me mandó...?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Mi suegro tenía un loro, Pepito se llamaba. No era un tipo muy original mi suegro, pero le
había enseñado muchas cosas al loro. Sabía silbar, saludaba, decía piropos...A mí me
puteaba pero yo me divertía. Porque me llevaba bien con el loro, era uno de los pocos que
no picaba...
Aparte de mi suegro...
Mi suegro era tan, pero tan, pero tan peronacho que le había enseñado a silbar la marchita
al loro. Completa, ¿eh? La silbaba completa... Y en el ´76 tener un loro como Pepito era un
peligro. Por eso quise soltarlo.
Pero Pepito siempre pegaba la vuelta. Una noche me lo llevé en el Citroën, yo tenía un
3CV antes de comprar el Renault 8 que después cambié por un 404 que todavía... Bueno,
la cuestión es que metí al loro en el Citroën y lo largué en el Parque Domínico.
¿Pueden creer que volvió? Siempre volvía a la casa, lo largara dónde lo largara.
Una vez incluso le corté las alas y lo tiré por ahí. Dos meses después cuando le crecieron,
el loro pegó la vuelta.
Entonces tuve que tomar una desición muy jodida. Le puse perejil en la comida.
(SE VE POR FUERA DE LA VENTANA AL DOCTOR QUE BAJA DEL TECHO, ESTABA
AL LADO DE LA ANTENA INTERFIRIENDOLA.).
EMPLEADO- Fue algo horrible; Pepito quedó pata para arriba en la jaula... y murió
silbando pedazos de la marchita...
CIENTIFICO- La radio...ayuda...ah...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
CIENTIFICO- Benítez...
SARGENTO- (llama por el walkie talkie) Mi coronel, aquí Benítez. ¿Me escucha, cambio?
SARGENTO- (mirando el grabador) Así que con esto hiciste la interferencia... (patada en las
costillas.) Hijo´ e la gran puta...
( habla por su walkie talkie) Mi coronel, aquí Benítez. ¿Me escucha, cambio?
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
NADIE CONTESTA.
SILENCIO.
Voz radio- Hello, hello, here the Australian base... Hello, hello, please sgt. Benítez, hello....
CIENTIFICO- (sin levantarse) ...son los de la base australiana... dicen que es...importante...
Voz coronel- ¡LA REPUTA MADRE QUE LOS PARIÓ A TODOS! ¡SÁQUENME DE ACA!
SARGENTO- ¡¿Qué?!
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
Perrupato y Benítez embalan las cosas porque se mudan de repartición pública. El clima
de la charla es distante. GOTEA MUCHO.
EMPLEADO- No.
PAUSA.
EMPLEADO- Psé...
SARGENTO- Pobre coronel, parece que lo extraditan por el asunto este del australiano...
Y encima le salieron un montón de causas más. Pobre, lo van a llevar de país en país, de
tribunal en tribunal... Yo le dije que no saliera, yo se lo dije...
ENTRA EL DOCTOR CON UNA MOCHILA COLGADA, UNA VALIJA EN UNA MANO Y
LA BARANDA DEL TIJUCA EN LA OTRA. SE ESTÁ YENDO. SILENCIO. ANTES DE QUE
SE VAYA, BENITEZ LO LLAMA.
SARGENTO- Doctor, tengo que darle algo. (Le da un paquete) Tome, este es el material que
mandó a incautarle el coronel cuando estábamos en estado de sitio... No llegamos a
hacerle nada. Acá le doy también el grabadorcito ese con que armó el transmisor...
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
(El doctor agarra las cosas y las guarda en un bolsillo del sobretodo.)
CIENTIFICO- ¿Sabe lo que pasa?, que a usted le gusta mucho cumplir órdenes.
SARGENTO- Si, para que lo viá negar...Me gusta mucho cumplir órdenes
EL DOCTOR SE VA.
BALANCE Y REGRESO.
Parece mentira que esté regresando. Mas este, tiene para mí el sentido del retorno de un
viaje iniciático. Un viaje que llevóme a los confines más oscuros, a los abismos más
insondables y del que regreso orgulloso y con la frente erguida.
Herido pero triunfante. Quizá mi nombre figure entre los grandes de la Antártida; junto a
Nördeskjold, Amundsen, Irízar, Billinghausen, Shackleton, Piedrabuena y tantos otros...
Mas no ansío semejantes laureles, yo sé muy bien que, vana, la gloria desemboca
finalmente en las estancadas aguas del olvido. Después de todo, lo que hice lo hice por la
Ciencia, y por nada más.
En todo caso que se me recuerde por mi libro, este, en el que pienso volcar mis
impresiones, mis reflexiones y todos los vericuetos de esta terrible pero enriquecedora
experiencia para que sirva de guía a las futuras generaciones.
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“Continente Viril”. A. L. Acobino.
¡Qué paradoja!; tal vez especies enteras de pingüinos dejen de existir para siempre. Pero
sin duda la Pingüinología habrá avanzado a pasos agigantados y un porvenir auspicioso le
espera.
Cierro mis ojos un instante; el azul y el blanco del cielo y de la costa se metamorfosean con
los augustos colores del pabellón patrio que flamea suavemente acariciado por la brisa del
sur, esa brisa que nos impregna con albores de hielo y celestes empíreos en místico
arrobamiento.
Puede que todo este territorio al terminar de derretirse vuelva a la mar. Si, pero cuando
ello ocurra pasará a formar parte del Mar Argentino, ese mar brioso y prolífico que luce
tan celeste como en los mapas escolares.
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