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Para poder afrontar esta problemática, primero debemos tratar de conocerla y ello implica
procurar definirla.
Esbozar una definición que más o menos contenga que es ciberacoso, su forma de presentarse, su
desarrollo, el nivel de afectación, los actores, así como la capacidad de respuesta del equipo
directivo y docentes de las IIEE.
Conocer las principales formas, así como la escalada en el tiempo, también permitirá al equipo
directivo desarrollar estrategias para empoderar a los padres de familia y a la comunidad
educativa en general y más si se tiene en cuenta que las caracterizas que acompañan al
aislamiento social frente a la pandemia, la cual implica un mayor uso de las redes sociales; un
entorno donde muchos padres de familia aun no dominan adecuadamente.
Tener a una comunidad educativa fortalecida para detectar y afrontar este flagelo, eleva la
probabilidad, que ante una situación de conflicto por ciberacoso, posean los recursos y estrategias
para el adecuado manejo y resolución del mismo; todo ello en el marco del interés superior del
niño, niña y adolescente
Por lo general el ciberacosador se siente en una posición de poder desde el anonimato que se
percibe mientras se está en línea, lo cual puede hacerle llegar a creer que sus actos no tendrán
ninguna repercusión sobre su persona. Su motivación para el acoso por lo general gira en torno
al acoso sexual, el odio, la envidia, la venganza o la incapacidad de aceptar un rechazo o disminuir
emocionalmente al agredido.
Qué es el ciberacoso.
Según UNICEF, Ciberacoso es acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Puede
ocurrir en las redes sociales, las plataformas de mensajería, las plataformas de juegos y los
teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar
a otras personas.
El acoso cara a cara y el ciberacoso ocurren juntos a menudo. Pero el ciberacoso deja una huella
digital (la cual puede ser perenne); es decir, que puede acompañar al agredido por mucho tiempo.
Cuando el acoso ocurre en línea, la víctima siente como si la estuvieran atacando en todas partes,
hasta en su propia casa. Puede parecerle que no hay escapatoria posible. Las consecuencias
pueden durar largo tiempo y afectar a la víctima de muchas maneras:
Según el Decreto supremo N° 010-2012-ED, el cual aprueba el Reglamento de la Ley N° 29719, Ley
que promueve la convivencia sin violencia es las instituciones educativas; define al El acoso
escolar, también conocido como bullying, es un tipo de violencia que se caracteriza por conductas
intencionales de hostigamiento, falta de respeto y maltrato verbal y/o físico que recibe un
estudiante en forma reiterada por parte de uno o varios estudiantes, con el objeto de intimidar o
excluir, atentando así contra su dignidad y derecho a gozar de un entorno escolar libre de
violencia. El acoso escolar también puede manifestarse a través del ciberacoso o ciberbullying
A diferencia del acoso escolar tradicional, el ciberbullying puede mantenerse durante las 24
horas del día, ya que el acceso a los distintos dispositivos se puede realizar en cualquier
momento y desde cualquier lugar, por lo que el perjuicio para la victima puede ser
considerablemente mayor.
En algunos lugares se puede pensar que el acoso escolar y ciberacoso es hablar de los mismo, pues
en realidad no lo es, aquí se presentan algunas diferencias:
En realidad, no existe ningún motivo que sustente el hecho de tener el derecho de incomodar a un
compañero; sin embargo El ciberacosador se siente en una posición de poder desde el anonimato
que se percibe mientras se está en línea, lo cual puede hacerle llegar a creer que sus actos no
tendrán ninguna repercusión sobre él.
Quienes lo conforman
Acosado, agredido o víctima. Es el NNA que viene sufriendo de acoso a través de los
medios digitales.
Acosador, agresor. Es la persona, que acosa mediante los medios virtuales a un menor
Testigos. Son los menores que conocen de los hechos de acoso, ellos a su vez se pueden
subdividir en:
Amigos del agresor. Lo apoyan o protegen en el acoso.
Reforzadores. Aunque no necesariamente acosan de manera directa, observan las
agresiones, aprobándolas e incitándolas.
Observadores. Se muestran como neutrales y no quieren implicarse, pero al callar
están tolerando el acoso.
Defensores. Pueden llegar a solidarizarse con la víctima del acoso y en algunos
casos es gracias a ellos que las autoridades de la IE o los padres de menor toman
conocimiento del acoso.
Ausentismo escolar
Depresión y otros problemas psicológicos
Baja autoestima
Relaciones deterioradas con la familia y amigos
Ideación suicida
El ciberacoso es una forma de violencia que viene ganando cada vez un mayor terreno en el
ámbito educativo, debido principalmente a una serie de características y pensamientos de los
involucrados.
En esta etapa los estudiantes experimentan una serie de cambios corporales y afectivos que
influyen en su comportamiento individual y social. Buscan su identidad, prueban y ensayan roles,
imitan, se identifican y buscan un mayor nivel de aceptación. Por ello, es determinante la
intervención con acciones que favorezcan el reconocimiento del otro como una persona que
merece respeto.
Para prevenir conductas como el ciberacoso, “no basta con enseñar a rechazarlo, sino que es
preciso apoyar al estudiante para que desarrolle habilidades que le permita afrontar la situación
problema” proporcionando, por ejemplo, habilidades para sentir que forma parte de un grupo y
explorar adecuadamente el nuevo estatus de ser adolescente, sin incurrir en conductas que vayan
en contra de los valores morales y educativos. En ese sentido, es importante “favorecer la
integración en grupos de compañeros confiables y enseñarles a resistir cualquier tipo de presión
social cuando ésta sea destructiva, ayudando a afrontar la tensión que puede suponer sentirse
diferente al mantener el propio criterio”.
¿Cómo debería orientar el equipo directivo de la IE a los padres de un estudiante que
sufre de ciberacoso?
El personal directivo una vez que tiene conocimiento del hecho, su accionar es muy importante
pues dependerá de ello que se frene el hecho de violencia virtual así mismo sin que ello genere
algún tipo de represalia del agresor contra el agredido.
Es complicado orientar a los padres en cómo es la mejor manera de reaccionar si su hijo es víctima
de ciberacoso. Aquí se incluyen algunos ejemplos de cómo se debería orientar a los padres:
Mantener el acceso a los sistemas virtuales. pues si se les quita el acceso para protegerlos
o quitarle el dispositivo o cortar el tiempo de conexión a internet de su hijo. Esto podría
percibirse como un castigo y por eso tal vez esté menos dispuesto a comentarle acerca de
situaciones de acoso en el futuro.
Documentación. Si hay evidencia en línea, guarde una captura de pantalla. Esto podría ser
útil si fuera necesario denunciar el hecho.
Apoyo. Hable con su hijo sobre la experiencia. Los estudios demuestran que contar con
tan solo una persona que los escuche y apoye ayuda a los niños que sufrieron acoso a
manejar mejor la situación.
Busque usted también un apoyo. La experiencia de acoso de un niño también puede ser
estresante para los padres. Es conveniente que los padres consideren la posibilidad de
buscar a alguien con quien hablar, que les brinde apoyo.
Busque recursos. Hable con un profesional acerca de los recursos para lidiar con el acoso.
¿Cómo se podría orientar al estudiante para que
evite el ciberacoso?
Tener en cuenta que muchas veces es muy complicado identificar al agresor (una vez detectado
el ciberacoso) pero es importante recordar que ante un hecho detectado se debe asesorar al
padre de familia y poner en conocimiento de la autoridad competente.
Usted puede buscar mayor información en la web del SíseVe
Referencias