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El medio ambiente:

Salgo de mi apartamento. Veo al perro del vecino haciendo sus


necesidades fisiológicas en nuestros espacios verdes.
Espacios verdes tan apreciados en una ciudad y en los que
luego juegan nuestros hijos. El vecino se hace el distraído y
sigue paseando a su mascota.
Sigo caminando por una de las veredas. ¡Hay me salve!!!, hoy
estoy bien despierto, evite pisar los desechos de otro perro de
la zona. Recuerdo la vez que tuve que saltar para no tropezar
con ellos. Estaban ahí, en el medio del camino, a la salida del
edificio.
Miro por la ventanilla y veo una ciudad sucia. Una imagen
dantesca que me causa mucha tristeza. Papeles tirados en la
calle y vereda, contenedores con la basura desparramada a su
alrededor, pintadas y pegatinas de todo color y por todos
lados. Veo también al vecino que bolea su negra bolsa de
basura por la ventanilla del auto. Sigo el rastro de los
fumadores por las colillas que van quedando sobre el  asfalto.
Me recuerdo hoy es 5 de junio  “Día Mundial del Medio
Ambiente”. Ya sé que muchos me van a decir: “estás hablando
del primer mundo, tiene todo el dinero para hacer lo que sea”.
Pero no, no es así, no es solo dinero. Muchas veces las cosas
se logran solo con voluntad, con cultura, con respeto. Acá no
hay gobierno departamental, nacional, ni autoridad alguna que
logre concientizarnos y hacernos ser un poco más ordenados y
limpios. Un poco más educados. No pido mucho, solo un poco,
con eso ya sería suficiente para empezar.
El cuidado del mar y de los ríos y lagos, de los árboles y de los
animales, y, en general, el amor por la naturaleza, son
esenciales para nuestra supervivencia y la de las generaciones
futuras.

¡Abre los ojos a un mundo más sano, sostenible y habitable!

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