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Cambio climático

 Gloria Clavero Aranda

25/06/2021

El deseo de dominarlo todo, hasta acabar con la vida en el planeta, prevalece


en la miserable mentalidad de los seres humanos codiciosos, arrogantes y
estúpidos.

El Cambio Climático, es un hecho real, verídico, ligado a las eras planetarias


que se suceden cada cuantos miles de años en la atmosfera terrestre...

Cuando se avecina el cambio de era, suelen empezar a desaparecer especies


enteras de la flora y de la fauna, dando lugar a otras criaturas que nacen y se
adaptan a los cambios de la Madre Naturaleza... Todo este proceso responde a
los ciclos naturales en los que debiera desarrollarse la existencia de los seres
vivos en este planeta...

Sin embargo, lo que hoy acontece es una aceleración desmedida, incontrolada,


de los ritmos de la Naturaleza, que procede del mundo humano, de la
desmesura provocada por el deseo de control y dominio, producto de la
ambición del homo sapiens que solo reconoce el Poder Material del Mercado
Económico...

La arrogancia de algunos seres humanos. que se han erigido en Dioses


Mercantiles, es la causa de todos los grandes males que azotan la Tierra,
enconándose siempre con la vida de las gentes más pobres, los seres
desheredados de las riquezas de todo tipo, expoliados por la ambición y la
estupidez de los pocos que gobiernan el mundo...

Estos seres humanos, poseídos por su malsano deseo de Control y Poder sobre
todo lo que es y existe, nacieron sin capacidad de percepción del bien y el mal.
Tienen una consciencia de carbono y litio. Para ellos el mal es su medio y su
fin...

La estupidez de estos miserables seres sujetos del Poder Económico, no les


permite dimensionar la inmensa Fuerza Natural (viene de Naturaleza...) que
gobierna la Tierra, y se niegan a asumir su responsabilidad ante los hechos que
desde la mitad del siglo XX están causando el aceleramiento del Cambio
Climático.

Los peores miembros de la especie humana sapiens son los que hoy se sienten
los Amos del Planeta Tierra, los que se adueñaron de sus riquezas expoliando
a sus verdaderos dueños, los Pueblos Originarios.

Estos saqueadores del Bien Común Universal son quienes producen las
guerras geopolíticas, las industrias carbonizantes, las centrales térmicas, la
producción imparable de maquinarias que sustituyen y destruyen los ciclos
naturales de la vida.

La deforestación de los bosques nativos a gran escala, con incendios que


comportan la extinción y la extirpación de la raíz, de la flora y la fauna
originaria, es uno de los horrorosos ejemplos de ir acabando con la vida de
todas las criaturas, incluida la especie humana...

Lo que no quieren entender estos depredadores humanos, es que la Tierra


respira a través de la Madre Naturaleza, con sus ríos, sus mares, sus bosques,
sus desiertos y sus selvas, que comportan los cuatro elementos fundamentales
para la vida de todas las especies...

Cuando el hombre, carente de conocimiento sobre la Tierra, la agrede,


atacando sus pulmones verdes, ensuciando sus aguas, exacerbando la
extracción de sus minerales solo por satisfacer sus ansias de Poder, la Madre
Grande se agita, y agita los mares, los volcanes, las montañas, y los desiertos,
provocando las catástrofes naturales que nos asustan...

Contra este Poder Natural no existe ninguna supremacía humana que pueda
detener su furia.

Afortunadamente, a pesar de la estupidez de algunos pocos humanos, siempre


llega el Solsticio de Invierno a las Tierras de Abya Yala, y así́ es como la
Pachamama, la Mapu Ñuque, nos lo brinda. Antu se levanta en el Sur del
mundo, trayéndonos la esperanza de un Nuevo Amanecer.

Es el We Tripantu Mapuche en las alturas andinas de las tierras incásicas, es el


Inti Reymi, el Sol Naciente que se hace presente más allá de cualquier
eventualidad humana.
Un nuevo año llega con el sol que fertiliza con su luz y su calor el vientre
materno de la Tierra, que alumbra Vida Nueva...

Antu, Inti, el Padre Sol, forma parte de la incontestable Madre Naturaleza. Sin
su luz y su calor, la Madre Grande se volvería oscura. Las tinieblas
envolverían cielo, mar, aire y tierra.

El ser humano, no tendría cabida en esta nueva atmósfera ...

Quillota, 23 de junio de 2021

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