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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA: ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS

ACTIVIDAD  (Marque Primera        Segunda   Tercera X


con una X)
ORGANIZACIÓN Y ENTORNO
ASIGNATURA:

POSTGRADO: MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS

NOMBRES Y DANIELA SARAI ESCALONA BARRIOS


APELLIDOS:

CÉDULA DE
V-20636301
IDENTIDAD:

CORREO danielabescalona@gmail.com
ELECTRÓNICO:
FECHA DE ENTREGA: MARZO DE 2021
GRUPO:
Introducción

En Internet conviven gran número de usuarios que se incorporan continuamente


procedentes de todos los sectores y niveles culturales, y de todas las condiciones sociales y
vitales. Conviven el gran público, la última frontera por donde Internet está creciendo
ahora, con otros usuarios procedentes del mundo académico y de entornos científico, donde
primero se desarrolló la red. O con ciertas vanguardias artísticas, culturales y literarias, que
después se incorporaron. Conviven, por último, con una amplia gama de usuarios, más o
menos aventajados, procedentes de  mundos muy diversos y que desarrollan buena parte de
su actividad en Internet: el comercio, los negocios, la educación.
A los conflictos de comunicación, que estos hechos comportan, se añade el que los
nuevos usuarios desconocen los usos de la red e incluso ciertas conceptualizaciones no
están formadas suficientemente o se han desarrollado de forma espontánea. Y de esta
manera chocan con las actitudes de los usuarios ya avezados, que encuentran naturales
ciertas prácticas y usos incomprensibles para los recién llegados.
Esta situación plantea la necesidad de un dominio de ideas y constructos que
integre, dé sentido, forma, legitimidad y lógica, al conjunto de usos, normas, reglas,
relaciones, conceptos y en general a las ideas que existen y se desarrollan en el mundo de la
comunicación interpersonal y grupal a través de las redes, de igual forma a como sucede en
el mundo de la comunicación no digital, o más propiamente en el mundo de la
comunicación oral, escrita, visual, etc.
 Se podría discutir qué contenidos de índole estrictamente comunicacional debería
tener un dominio tal de conocimientos que, aunque tuviesen un soporte o unos
determinantes tecnológicos, o en otro sentido lingüístico, no se tratase propiamente de
contenidos informáticos o lingüísticos. Porque este no sería su carácter dominante.
Su sentido está claro: debería suministrar claves instrumentales para la
comunicación en la red a todos los niveles, desde el de iniciación o desde el de
alfabetización hasta el de investigación, en los fenómenos y proceso que se producen de
esta índole en la red. Y en cuanto a sus contenidos, discutibles en todo caso, hay algunos
que parecen fuera de toda duda: La netiquette y la accesibilidad.
Sociedad de la información

En la última década, la expresión “sociedad de la información” se ha consagrado sin lugar a


dudas como el término hegemónico, no necesariamente porque exprese una claridad
teórica, sino por el bautizo que recibió en las políticas oficiales de los países más
desarrollados, además de la coronación que significó honrarlo con una Cumbre Mundial.

Los antecedentes del término, sin embargo, datan de décadas anteriores, En 1973, el
sociólogo estadounidense Daniel Bell introdujo la noción de la “sociedad de la
información” en su libro El advenimiento de la sociedad postindustrial, donde formula que
el eje principal de ésta será el conocimiento teórico y advierte que los servicios basados en
el conocimiento habrán de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de
una sociedad apuntalada en la información, donde las ideologías resultarán sobrando.

Esta expresión reaparece con fuerza en los años 90, en el contexto del desarrollo de Internet
y de las TIC. A partir de 1995, fue incluida en la agenda de las reuniones del G7 (luego G8,
donde se juntan los jefes de Estado o gobierno de las naciones más poderosas del planeta).
Se ha abordado en foros de la Comunidad Europea y de la OCDE (los treinta países más
desarrollados del mundo) y ha sido adoptada por el gobierno de los Estados Unidos, así
como por varias agencias de las Naciones Unidas y por el Grupo Banco Mundial. Todo ello
con gran eco mediático. A partir de 1998, fue elegida, primero en la Unión Internacional de
Telecomunicaciones y luego en la ONU, como el nombre de la Cumbre Mundial a
realizarse en 2003 y 2005.

En este contexto, el concepto de “sociedad de la información”, como construcción política


e ideológica, se ha desarrollado de la mano de la globalización neoliberal, cuya principal
meta ha sido acelerar la instauración de un mercado mundial abierto y “autoregulado”. Esta
política ha contado con la estrecha colaboración de organismos multilaterales como la
Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial, para que los países débiles abandonen las regulaciones nacionales o
medidas proteccionistas que “desalentarían” la inversión; todo ello con el conocido
resultado de la escandalosa profundización de las brechas entre ricos y pobres en el mundo.
En efecto, para fines de siglo, cuando la mayoría de los países desarrollados ya habían
adoptado políticas de desarrollo de la infraestructura de las TIC, se produce el auge
espectacular del mercado de acciones de la industria de la comunicación. Pero los mercados
del Norte comienzan a saturarse. Entonces, se intensifican las presiones hacia los países en
desarrollo para que dejen la vía libre a la inversión de las empresas de telecomunicaciones e
informática, en busca de nuevos mercados para absorber sus excedentes de ganancias. Es
en este contexto que se convoca la CMSI; panorama que se modifica, sin embargo, una vez
que estalla la burbuja bursátil a partir del año 2000. No obstante esta realidad y el rol clave
que las tecnologías de la comunicación han desempeñado en la aceleración de la
globalización económica, su imagen pública está más asociada a los aspectos más
“amigables” de la globalización, como Internet, telefonía celular e internacional, TV por
satélite, etc. Así, la sociedad de la información ha asumido la función de embajadora de
buena voluntad de la globalización, cuyos “beneficios” podrían estar al alcance de todos/as,
si solamente se pudiera estrechar la brecha digital

Sociedad del conocimiento

La noción de “sociedad del conocimiento” surgió hacia finales de los años 90 y es


empleada particularmente en medios académicos, como alternativa de algunos a “sociedad
de la información”.

La UNESCO, en particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimiento”, o su


variante “sociedades del saber”, dentro de sus políticas institucionales. Ha desarrollado una
reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en
relación únicamente con la dimensión económica. Por ejemplo, Abdul Waheed Khan
(subdirector general de la UNESCO para la Comunicación y la Información), donde indica
que La sociedad de la Información es la piedra angular de las sociedades del conocimiento.
El concepto de sociedad de la información, a su parecer, está relacionado con la idea de la
innovación tecnológica, mientras que el concepto de “sociedades del conocimiento” incluye
una dimensión de transformación social, cultural, económica, política e institucional, así
como una perspectiva más pluralista y desarrolladora. El concepto de “sociedades del
conocimiento” es preferible al de la “sociedad de la información ya que expresa mejor la
complejidad y el dinamismo de los cambios que se están dando. El conocimiento en
cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico sino también para empoderar
y desarrollar todos los sectores de la sociedad.

Un matiz en este debate, que solo concierne a los idiomas latinos, es la distinción entre
sociedad del “conocimiento” o del “saber”. La noción de saberes implica certezas más
precisas o prácticas, mientras que conocimiento abarca una comprensión más global o
analítica. André Gorz considera que los conocimientos se refieren a contenidos
formalizados, objetivados, que no pueden, por definición, pertenecer a las personas. El
saber está hecho de experiencias y de prácticas que se volvieron evidencias intuitivas y
costumbres. Para Gorz, la inteligencia cubre toda la gama de capacidades que permite
combinar saberes con conocimientos sugiere, entonces, que se traduzca por “sociedad de la
inteligencia”.

En todo caso, por lo general, en este contexto se utiliza indistintamente sociedad del
conocimiento o del saber, si bien en español conocimiento parece ser más usual.

Definiciones actuales:

El estado del Arte Es preciso diferenciar aquí aquellas definiciones que apuntan a
caracterizar una realidad existente o emergente de aquellas que expresan una visión o
anhelo de una sociedad potencial. Las dos son relevantes: las primeras por su aporte al
análisis, las segundas porque orientan políticas y acciones.

En la primera categoría nos referiremos a Manuel Castells por ser uno de los investigadores
que más ha desarrollado el tema, además de ser una autoridad reconocida en la materia.
Castells prefiere el término sociedad informacional antes que sociedad de la información
(haciendo la comparación con la diferencia entre industria e industrial). Él señala que si
bien el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los modos de
desarrollo, el término informacional indica el atributo de una forma específica de
organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de
información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder,
debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este período histórico
Más adelante precisa: Lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es el carácter
central del conocimiento y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e
información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la
información/comunicación, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la
innovación y sus usos. Y acota: La difusión de la tecnología amplifica infinitamente su
poder cuando sus usuarios se la apropian y la redefinen. Las nuevas tecnologías de la
información no son sólo herramientas que aplicar, sino procesos que desarrollar, por
primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no sólo un
elemento decisivo del sistema de producción

En cuanto a la sociedad del conocimiento, en una publicación posterior señala se trata de


una sociedad en la que las condiciones de generación de conocimiento y procesamiento de
información han sido sustancialmente alteradas por una revolución tecnológica centrada en
el procesamiento de información, en la generación del conocimiento y en las tecnologías de
la información

Yves Courrier, refiriéndose a Castells, diferencia los dos términos de esta forma, sociedad
de la información pone el énfasis en el contenido del trabajo (el proceso de captar, procesar
y comunicar las informaciones necesarias), y sociedad del conocimiento en los agentes
económicos, que deben poseer cualificaciones superiores para el ejercicio de su trabajo

La comunicación y el conocimiento en la economía y en el conjunto de las actividades


humanas. Según este enfoque, la tecnología es el soporte que ha desencadenado una
aceleración de este proceso; pero no es un factor neutro, ni su rumbo es inexorable, puesto
que el propio desarrollo tecnológico es orientado por juegos de intereses.

Siguiendo esta perspectiva, las políticas para el desarrollo de la sociedad de la información


deben centrarse en los seres humanos, deben concebirse en función de sus necesidades y
dentro de un marco de derechos humanos y justicia social. Los países en desarrollo y los
actores sociales deberían tener un rol clave en la orientación de dicho proceso y de las
decisiones.
Redes de cooperación y apoyo electrónico a grupos del entorno

Las redes de cooperación se pueden definir como asociaciones de interesados que


tienen como objetivo la consecución de resultados acordados conjuntamente a través de la
participación y la colaboración mutua, las redes implican la existencia de asociados, que
son los actores o nodos, vinculados sobre la base de sumar esfuerzos para la consecución de
objetivos compartidos, la complementación de sus capacidades y la sinergia de sus
interrelaciones. La vinculación se sustenta en una estructura horizontal de coparticipación,
colaboración y corresponsabilidad de cada uno de los asociados con relación a un plan de
acción.

Las redes pueden entenderse como incubadoras de cooperación, donde las


interacciones, colaboraciones y transferencias entre los asociados contribuyen a generar
multitud de productos y resultados, tanto tangibles como intangibles.

El concepto de red de cooperación así definido puede aplicarse de una manera


amplia a una gran diversidad de organizaciones, existiendo una frontera difusa que permita
delimitar el mismo. Quizá la acotación que puede realizarse con relación al concepto de
redes de cooperación se refiere a la existencia de objetivos comunes bien definidos y a la
existencia de un plan de acción que compromete a cada uno de los asociados de una manera
activa. Estas condiciones pueden diferenciar las redes de cooperación de otras modalidades
organizativas, donde la generalidad de los objetivos y la vinculación más o menos laxa de
los asociados no implica un compromiso activo en un proyecto común.

Tipología de las redes de cooperación

La tipología de las redes varía en función del criterio que se utilice para su
clasificación. Existen, al menos, cuatro criterios que se pueden utilizar: ¿Quién se asocia?,
¿Para qué se asocian?, ¿Cuál es el ámbito de la asociación? y ¿Cuál es la naturaleza de la
asociación? Con relación a quién se asocia, los nodos de las redes pueden estar constituidos
por individuos: profesores, investigadores, tecnólogos, gestores, etc. Pueden estar
constituidos por grupos de investigación y, en tercer lugar, por instituciones, centros de
I+D, empresas y cualquier otro tipo de organización.
La tipología de las redes con relación al objetivo de la asociación es muy variada. Se
pueden considerar, entre otras, las redes de información y comunicación, las redes
académicas, las redes temáticas, las redes de investigación, las redes de innovación y las
redes de servicios tecnológicos.

Las redes de información y comunicación se basan en redes electrónicas a través de


las cuales los asociados intercambian informaciones y datos. Suelen estar implícitas en
todos los otros tipos de redes, pero también pueden existir por sí mismas, sin que exista un
contacto personal entre los asociados, sino simplemente un interés común en intercambiar
información en un ámbito de la I+D. Estas redes son muy generalizadas entre los
investigadores y especialistas de múltiples campos, puesto que permiten una permanente
actualización de informaciones, conocimientos y resultados científicos, más difícil de
mantener a través de otros medios tradicionales, como las publicaciones científicas o los
congresos. Este tipo de redes puede tener una gran amplitud de asociados, los cuales
pueden ser más o menos pasivos, tanto en la utilización de la red, como en las
contribuciones a los espacios para la discusión que pueden abrirse en las mismas.

Oportunidades y limitaciones de las redes de cooperación

El éxito de las redes como instrumento para la cooperación se fundamenta en una


serie de ventajas derivadas de su carácter flexible y transitorio. Estas características
confieren a las redes una gran versatilidad y no plantean, en general, los problemas de
sustentabilidad posteriores a la finalización de su existencia como organización formal,
presentes en otras modalidades de cooperación internacional.

Otra ventaja es el carácter horizontal de la organización, lo que confiere el


protagonismo a todos los actores y permite múltiples liderazgos en función de los diferentes
tipos de actividad que se desarrollan. Las actividades se generan por mecanismos de "abajo
a arriba", lo que es una garantía para su viabilidad. La complementariedad de los asociados
permite una asociación en la que se sumen capacidades, se faciliten procesos de
transferencia de conocimientos en el interior de la red y se garanticen beneficios mutuos.
Desde el punto de vista financiero, las redes requieren financiamientos relativamente
menores que otras modalidades de cooperación, puesto que los asociados pueden hacer
aportaciones basales que se ponen en común. De igual modo, las redes permiten una
diversificación de fuentes de financiamiento externo con relación a las diferentes
actividades que desarrollan, constituyendo organizaciones que están en buenas condiciones
para optar a otras oportunidades de financiación, además de las previstas inicialmente para
la conformación de la red. Probablemente las redes constituyen el instrumento de
cooperación que tiene una mejor relación costo/beneficio. A pesar de estas ventajas, las
redes no deben considerarse como el instrumento que puede ser de mayor utilidad en todas
las circunstancias y para todos los objetivos de la cooperación.

La generalización y la moda de las redes no deben incitar a las instituciones a


participar en ellas de manera indiscriminada y poco selectiva. Como para cualquier otro
instrumento de cooperación, la participación debe ser una decisión que se adopta después
de evaluar su utilidad e impacto desde el punto de vista de los objetivos institucionales.

Para determinadas actividades de cooperación académica y científica, la


bilateralidad sigue siendo una alternativa válida y que se acomoda mejor a determinados
objetivos que la creación forzada de una red con la complejidad que supone el incremento
del número de contrapartes. Las redes de cooperación plantean una serie de dificultades que
deben analizarse en el momento de la organización de la red y durante su desarrollo. La
primera dificultad suele relacionarse con la idoneidad de la red, como estructura
organizada, con los objetivos planteados y los resultados esperados. Adicionalmente, las
dificultades aumentan con la excesiva amplitud y generalidad de los objetivos. Estas
circunstancias pueden conducir a la dispersión y atomización de actividades con una escasa
eficacia.

Ventajas de tener internet de las cosas en las empresas


Incorporar una tecnología como el IoT en las empresas genera múltiples ventajas, como
las que se mencionan a continuación:
1. Obtención de información sobre el usuario. A partir de los millones de objetos
que hoy en día están ligados al IoT es posible que las empresas obtengan una
enorme y valiosa información sobre patrones de consumo, preferencias, rutinas y
comportamiento de sus clientes, lo cual es una ventana de posibilidades para ofrecer
más productos y servicios, más personalizados, intuitivos y predictivos.
2. Mejora en la experiencia del cliente. Debido a que el IoT hace posible una
interacción en tiempo real de los objetos conectados con sus dueños o usuarios, esta
tecnología potencia la experiencia del cliente, permitiéndole a las empresas conocer
el grado de satisfacción de un usuario con un determinado producto o servicio, lo
cual se convierte en un insumo para la mejora constante.
3. Comunicación directa y en tiempo real. En la actualidad ya es posible, por
ejemplo, enviar a un televisor o una consola de videojuegos conectados al IoT una
serie de mensajes automatizados y programados por una empresa que quiere estar
en constante comunicación con el usuario. Esta es una de las ventajas de mayor
importancia, debido a la posibilidad que estar en contacto con un potencial cliente y
de optimizar su experiencia.
4. Mejora de la productividad. Contar con información sobre el comportamiento de
un determinado objeto conectado ayudará a que una empresa tome decisiones
acerca de un tema en específico de manera rápida. Por ejemplo, si un vehículo
conectado alerta sobre una falla a través de sistemas de mensajes automatizados el
tiempo de respuesta se puede reducir significativamente.
5. Nuevos modelos de negocio: El volumen de datos recabados por el IoT permite el
uso de la intuición, lo que genera ventajas competitivas para ciertos negocios como
las tiendas en línea, los que producen wearables y las empresas de retail que pueden
crear contenido hiperpersonalizado. Asimismo, la adaptación de toda una
organización al IoT abre un universo infinito de posibilidades para cualquier tipo de
industrias; a tal punto que permite hacer cambios significativos en la vida de las
personas, transformando la experiencia en un doble sentido: dentro y fuera del
negocio.
6. Reducción de costos en las operaciones de la empresa. Debido a que la
automatización es una de las ventajas del IoT, esta herramienta puede ser útil en la
actualización de los procesos vinculados a las actividades laborales, así como
también en reducción de archivos físicos a almacenar, optimizando también
espacios de trabajo.
¿Cómo saber si una empresa está lista para el IoT?

El IoT implica un desafío para las empresas de corte tradicional, debido a que tienen
que adaptarse a las innovaciones tecnológicas para garantizar una experiencia única entre el
cliente y ellas, y mantenerse en pie en mercados cada vez más competitivos. Se requerirá
un plan de desarrollo tecnológico a largo plazo y de acuerdo con las necesidades de la
empresa para satisfacer las demandas de datos de los usuarios.
También en el plan de desarrollo es necesario tomar en cuenta el tipo de dispositivos
que van a proveer los datos; se recomienda hacer pruebas en varios sitios de la red y
verificar la seguridad de la misma, para saber qué dispositivo tiene acceso a qué tipo de
información.
Conclusión

Con todo lo expuesto, puedo llegar a la conclusión de que internet es un recurso


tecnológico sumamente importante que viene a modificar completamente los métodos de
comunicación, investigación y conocimientos respecto de los tradicionales o antiguos que
utilizamos diariamente todos los seres humanos en cualquier parte del mundo.

Se utiliza en todos los ámbitos de la vida diaria, por ejemplo en el campo


informativo es muy efectivo, es muy útil de la misma forma en el ámbito educativo, en el
comercio, en la comunicación aunque ésta viene actuando en cada uno de los ámbitos, etc.
Así pues, internet vino a revolucionar nuestra forma de vida, siento muy rápido,
permitiéndonos así ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo. 

 Por otra parte, la creación de internet se dio debido al surgimiento marcado de una
nueva necesidad de la población mundial. Desde la aparición e incorporación de los
ordenadores en la vida de las personas, se exponía la necesidad de transferir archivos de tal
modo que, aun destruyéndose una estación física la información fluyese y que no se fuera
todo a la basura por motivo de tal incidente.
Bibliografía

 Sebastián, Jesús Las Redes de Cooperación como modelo organizativo y funcional


para la I+D Redes, agosto, 2000
 Angell, D., and B. Heslop SERVICIOS DE LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN Y DE COMERCIO ELECTRÓNICO, julio, 2002

 Castells, Manuel (s/f) Internet y la sociedad red, Barcelona, UOC.

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