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EL OCASO DEL SOCIALISMO EN EUROPA DEL ESTE.

POLONIA: En 1981 se creó Solidaridad, un sindicato liderado por Lech Walesa que buscaba mantener al movimiento
obrero ajeno al socialismo. Los líderes del movimientos fueron encarcelados y en muchos casos tuvieron que exiliarse en
países occidentales, cuyos gobiernos los apoyaron abiertamente. En Polonia, Solidaridad estuvo prohibido y debió operar
en la clandestinidad. El presidente Wojciech Jaruzelski, quien anteriormente había combatido a los disidentes, comenzó
a acercarse a los países occidentales, particularmente a Estados Unidos, y en 1989 permitió que Solidaridad participara
como partido político en las elecciones de ese mismo año obteniendo la victoria. Tadeusz Mazowiecki se convirtió en
primer ministro tras las elecciones, presidiendo el primer gobierno no socialista de Europa del Este desde la Segunda
Guerra Mundial.

HUNGRÍA: El 11 de enero de 1989 se legalizó la libertad de reunión y asociación de los no comunistas, al mismo tiempo
que se permitió la existencia de partidos políticos disidentes. En mayo se abrieron fronteras con Austria y se determinó
que al siguiente marzo se llevarían a cabo elecciones. En ellas triunfaron los democráticos bajo el liderazgo de Jozsef
Antall.

ALEMANIA ORIENTAL: La apertura de fronteras en Hungría causó que miles de alemanes del este migraran. El gobierno
no pudo detener el éxodo y el 9 de noviembre de 1989 abrió la frontera con Alemania Occidental, lo que causó la caída
del Muro de Berlín. El 18 de marzo se llevaron a cabo las elecciones con derrota para los socialistas y el 2 de julio el
primer ministro Lothar de Maziere negoció con el presidente de Alemania Occidental, Helmut Kohl la unificación de las
dos Alemanias que se concretó el 3 de octubre.

CHECOSLOVAQUIA: Tras los acontecimientos de Polonia y Alemania, miles de personas salieron a las calles a
manifestarse exigiendo respeto a los derechos humanos y elecciones libre. Una huelga de cuatro días obligó al gobierno
a permitir la existencia de partidos disidentes. El 10 de diciembre prestó juramento el nuevo gabinete compuesto por no
socialistas, por lo que el presidente Gustav Husak renunció. Para junio de 1990 se llevaron acabo elecciones en las que
los socialistas fueron vencidos.

BULGARIA: El 9 de noviembre de 1989 el presidente Todor Zhikov fue destituido y el poder quedó en manos de los
socialistas radicales dirigidos por Petar T. Mladenkov quien logró mantenerse en el poder. A pesar de su esfuerzo por
mantener al socialismo, Mladenkov anunció públicamente que el socialismo estaba derrotado y en enero la Asamblea
Nacional permitió elecciones libres que se llevaron a cabo en junio de 1990 con la derrota para los socialistas.

RUMANIA: El presidente socialista Nicolae Ceaucescu buscó mantenerse en el poder por medio de la violencia, sin
embargo el ejército le dio la espalda. Al verse acorralado, intentó huir del país pero fue ejecutado junto con su esposa el
25 de diciembre de 1989

EL DERRUMBE SOVIÉTICO.

A inicios de la década de 1980 la Unión Soviética se encontraba en crisis en diversos aspectos. En el económico, la productividad era
baja, lo que había frenado las tasas de crecimiento por años y su planta industrial quedó estancada debido a la falta de innovaciones
tecnológicas que para entonces ya se empleaban en otros países, haciendo que el abismo entre el rendimiento soviético y el
occidental se hiciera cada vez mayor. En el aspecto social aumentaron problemas como el alcoholismo, el absentismo laboral y las
tasas de mortalidad infantil; los servicios sociales eran insuficientes para atender a toda la población. En el terreno militar, las fuerzas
armadas representaban un enorme gasto para la economía soviética a lo que se sumaron los costos de mantener a sus gobiernos
satélites, la mayor parte de ellos subdesarrollados. En el terreno político se encontraban gobernados por una gerontocracia que
llevaba muchos años en el poder y cuyas ideas resultaban poco funcionales para los problemas que ahora enfrentaban.
En 1985 llegó al poder soviético Mijail Gorbachov quien a pesar de no ser tan joven (55 años) contrastaba con otros dirigentes cuya
edad rondaba en los ochenta. Gorbachov llegó con nuevas ideas: para empezar vio la necesidad de reducir los apoyos a países
satélites a fin de reactivar su economía; así, redujo la ayuda a Nicaragua, Camboya, Angola y Etiopía y retiró la invasión a Afganistán.
Para reducir gastos y mejorar su imagen ante occidente aceleró el proceso de reducción de armamento nuclear al sostener varias
conversaciones con Ronald Reagan, e incluso afirmó su compromiso de poner fin a la Guerra Fría.
En el interior del país, Gorbachov impulsó un programa conocido como perestroika que consistió en la aplicación de medidas
capitalistas como la descentralización de la economía, libertad salarial, liberación de precios entre otras que terminaron por arruinar la
ya agotada economía soviética y causaron la pérdida de popular de Gorbachov. Además, en esos años la URSS vivió dos eventos
trágicos de gran magnitud: el accidente nuclear de Chernobyl en 1986 y el terremoto de Armenia en 1988.
En 1988 se aprobó una nueva constitución en la URSS, gracias a la cual se creó un congreso de diputados a sufragio popular que
fueron elegidos en marzo de 1990. En esas elecciones, los socialistas fueron derrotados por la oposición, que era liderada por el
comunista disidente Boris Yeltsin. Gorbachov no se presentó a las elecciones, por lo que al interior del partido se le acusaba de la
crisis del mismo, mientras que en las calles, la gente se manifestaba en su contra y exigía el fin del socialismo soviético. El 29 de mayo
mientras Gorbachov se encontraba en Estados Unidos en una gira de trabajo, Boris Yeltsin fue elegido como presidente del Presidium
del soviet supremo de la Federación Rusa, lo que en realidad significaba presidente de Rusia.
Yeltsin presentó un programa para transformar únicamente a Rusia en una economía de libre mercado, y en un inicio fue apoyado por
Gorbachov, quien luego se retractó porque consideraba que el objetivo era destruir a la URSS. Sin embargo, esta situación causó que
algunos de los más cercanos colaboradores de Gorbachov terminaran por abandonarlo. Gorbachov realizó un referéndum en marzo
de 1991 para que la gente votara a favor de que la URSS siguiera existiendo, y aunque triunfó la idea, al mismo tiempo la gente apoyó
el programa de Yeltsin que fue elegido presidente el 12 de julio. Viéndose acorralado, Gorbachov comenzó a adherirse al plan de
Yelstin con el que se desnacionalizó la industria y se le dio una mayor autonomía a las repúblicas.
Gorbachov, despreciado por los socialistas radicales, declaró el fracaso del socialismo. En agosto mientras se encontraba de
vacaciones, un grupo de altos mandos del ejército y la KGB intentó tomar el poder por la fuerza pero fracasaron debido a la falta de
apoyo de Yeltsin. A finales del mes, Gorbachov renunció como secretario general del partido; al mes siguiente se inició un gobierno de
transición con el que se aprobaron las independencias de algunas repúblicas. El 8 de diciembre se decidió cambiar la Unión Soviética
por la Comunidad de Estados Independientes, la cual funcionaría solo como bloque económico y de defensa. El 25 de diciembre
Gorbachov renunció a la presidencia de la URSS que dejó de existir oficialmente el 31 de diciembre de 1991

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