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Discurso de Orden en el Marco de los

actos del 6 de julio


¡Que sea la fuerza de la historia la que hoy hable, la que a cada uno de
nosotros nos haga reflexionar, nos haga concluir y nos coloque en el dilema
de qué hacer!

Dice Fray Bartolomé de Las Casas “...Comencé a meditar sobre algunos


principios de las Sagradas Escrituras. En una parte del libro encontré esto que
dice: "el pobre no Posee nada como no sea el pan; quien se lo quite es un
asesino. Quien no le dé su salario al trabajador, es un criminal"...Entonces
pensé en las penalidades y la esclavitud en que vive el pueblo aborigen aquí...
Y tanto más pensaba, tanto más me iba convenciendo de que todo lo que
afligía y sucedía a los indígenas hasta la fecha, no era más que tiranía e
injusticias. Y por tanto que iba estudiando, encontrando en cada libro que
leía, fuera latín o en español, cada vez más pruebas y motivos y teorías
fundadas en apoyo al derecho de los pueblos de las indias Occidentales y
contra el salvajismo y las injusticias y los robos que contra ellos se cometen...

“Otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte…sino despedazarlas,


matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas…y nunca otras
tales vistas ni leídas y oídas, maneras de crueldad: De las cuales algunas
pocas abajo se dirán...'

' ... Los cristianos dábanles de bofetadas y puñadas y de palos hasta poner las
manos en los señores de los pueblos: Y llegó esto a tanta temeridad y
desvergüenza, que el mayor rey señor de toda la isla La Española, un capitán
cristiano le violó por fuerza su propia mujer. De aquí comenzaron los indios a
buscar maneras para echar a los cristianos de sus tierras. Pusiéronse en
armas, que son arto flacas y de poca ofensión y resistencia y menos defensa
(por lo cual todas sus guerras son… acá juegos de cañas y aún de niños): Los
cristianos con sus caballos y espadas y lanzas comienzan a hacer matanzas y
crueldades, extrañas en ellos.
Entraban en los pueblos, ni dejaban niños, ni viejos, ni mujeres preñadas, ni
paridas que no desbarrigaran y hacían pedazos, como si dieran en unos
corderos metidos en sus apriscos.

Hacían apuestas sobre quien de una cuchillada abría un hombre por medio, o
le cortaban la cabeza de un piquete, o le descubrían las entrañas.

Tomaban las criaturas de las tetas de las madres por las piernas, y daban de
cabeza con ellas en las peñas.

Otros daban con ellas en los ríos por las espaldas, riendo y burlando y
cayendo en el agua decían: "bullís cuerpo de tal";

Otras criaturas metían en la espada con las madres juntamente, y todos


cuantos delante de sí hallaban.

Hacían unas horcas largas que juntasen casi los pies a la tierra, y de trece en
trece, a honor y reverencia de nuestro Redentor y de los doce apóstoles,
poniéndole leña y fuego los quemaban vivos.

Otros ataban y aliaban todo el cuerpo de paja seca, pegándoles fuego, así los
quemaban.

Otros y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos, y de
ellas llevaban colgando y decíanles: "andad con cartas (conviene a saber):
Llevad las nuevas a las gentes que estaban huidas por los montes.

Comúnmente mataban a los señores y nobles de esta manera: hacían unas


parrillas de varas sobre horquetas, y atábanlos en ellas y poníanles por
debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos
tormentos desesperados, se le salían las ánimas'.

'Una vez vide que teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco
principales y señores (y aún pienso que habían dos o tres pares de parrillas
donde quemaban otros); y porque daban muy grandes gritos y daban pena al
capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen. El alguacil, que era
peor que verdugo que los quemaba…no quiso ahogarlos; antes les metió con
sus manos palos en las bocas para que no sonasen, y atizóles el fuego hasta
que se asaron despacio, como él quería.

Yo vide todas las cosas arriba dichas, y muchas otras infinitas. Y porque toda
la gente que podía huir se encerraba en los montes y subía a las sierras,
huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias…
enseñaron y amaestraron perros bravísimos, que en viendo un indio le hacían
pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y le comían como si fuera un
puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnicerías, y porque
algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos cristianos, con justa
razón y santa justicia, hicieron ley entre sí, que por un cristiano que los indios
matasen, habían los cristianos de matar cien indios...' Relata Fray Bartolomé
de Las Casas.

Y a pesar de toda esa historia en el Acta de Independencia del 5 de Julio de


1811, legan los firmantes: “…olvidamos generosamente la larga serie de
males, agravios y privaciones que el derecho funesto de conquista ha
causado indistintamente a todos los descendientes de los descubridores,
conquistadores y pobladores de estos países, hechos de peor condición, por
la misma razón que debía favorecerlos; y corriendo un velo sobre los
trescientos años de dominación española en América, sólo presentaremos los
hechos auténticos y notorios que han debido desprender y han desprendido
de derecho a un mundo de otro, en el trastorno, desorden y conquista que
tiene ya disuelta la nación española.”

Yo pregunto; no respondan, reflexionen: ¿Hay algo que celebrar o hay algo


que conmemorar; hay algo por lo que hay que estar felices o algo para
remover las más intrincadas fibras aborígenes y revolucionarias que palpitan
en nuestras almas?

Y a tales afectos valgan estas señas del líder de la revolución Bolivariana:


“Solicito a los gobiernos de Europa y al Vaticano pedir perdón por el
genocidio realizado a partir de 1492. Había casi 100 millones de habitantes
en la América precolombina. 150 años después, no quedaban ni 5 millones.
Es decir, exterminaron 95 por ciento y más de los indios originarios de estas
tierras… ¿Díganme ustedes si eso es colonización, civilización, culturización,
evangelización? … …¡Masacre! ¡Genocidio! Hay que denunciarlo con nombre
y apellido! Hay que decirlo a los cuatro vientos. ¡Aquí hubo un genocidio,
una masacre!" Por ello ¿Cómo podemos celebrar siquiera algún día en
cualquier parte de nuestra América, la fundación de la avanzada europea que
diezmó, que masacró a nuestros antepasados y que 300 años después, un día
como ayer, continuación de la lucha de José Leonardo Chirinos emprendida
(10/05/1795) 16 años antes, con la firma el Acta de la Independencia
venezolana, se inician los 12 años de gesta independentista, hasta aquel
1823, en Puerto Cabello con la Batalla Naval del Lago?

Pero la historia escrita por los españoles, a la mejor manera de los cuentos
nos dice, que en estas tierras erase una vez, “un misionero capuchino
llamado fray Ildefonso de Zaragoza, estando en España le hizo
personalmente una solicitud al rey para que se le permitiera fundar un
poblado que sirviera de centro de operaciones para atender a los pueblos
indígenas de la región. Se le otorgó el permiso por Real Cédula con fecha del
15 de junio de 1692. El Capitán General de la Provincia de Venezuela
comisionó a José Ramírez de Arellano, para ese entonces sargento mayor, a
que en consulta con fray Ildefonso, escogieran el sitio del nuevo pueblo. El
acta de fundación tiene fecha del 6 de junio de 1694. El lugar estaba a un
lado de la Quebrada de Armo, sin embargo, fue mudada en 1696 al lado de la
Quebrada de Araure, lugar que hoy ocupa, por tener una mejor provisión de
agua. Ochenta y dos (82) años después, el obispo Mariano Martí visitó Araure
en 1778 y la denominó villa de Nuestra Señora del Pilar de Araure con 2.841
habitantes” Las historia, vista y enseñada así, parece un guión de Walt
Disney.

Sin embargo, nos recuerda Wilfredo Bolívar que “las tierras que actualmente
comprenden el Municipio Araure, antes del poblamiento europeo, estaban
ocupadas por la gran nación Arawaca…entre los 4.000 y 14.000 años a.C., de
acuerdo a investigaciones arqueológicas realizadas en el área…se sabe
[además] que los aborígenes que ocuparon el actual territorio araureño, lo
fueron los indios Boraure, Cherrechén y Guamonteyes. Los primeros,
asentados en el piedemonte araureño en los límites Lara–Portuguesa de
presumible etnia Caquetio, Cuibas, y Cuyón de la gran familia arawuaca que
pobló los llanos venezolanos occidentales tras remontar la cuenca del
Orinoco”
Reseña a Bolívar la obra “Recopilación Historial de Venezuela”, publicada en
1585, de Aguado quien dice de los Boraure: “eran en mucha cantidad y muy
belicosos guerreros”, comportamiento tribal que manifestaron en defensa de
su territorio. El primer contacto con los invasores europeos se produjo el 24
de junio de 1535, fecha en que la expedición del conquistador welser de
Jorge Spira se topó con algunas porciones de estos naturales. Los primeros
europeos en arribar al territorio fueron los Capitanes Juan de Cárdenas,
Martín González y Micer Andreas Gundelfinger, líderes de la expedición de
Spira. Durante la conquista, los Boraure se replegaron a la zona alta
araureña, siendo “empalados” por órdenes de un grupo de vecinos de El
Tocuyo, quienes los inmolaron con este cruel castigo en las montañas oeste
del actual Araure.” Resulta fácil concluir que los Boraure, al igual que todos
los demás grupos aborígenes nuestroamericanos lucharon defendiendo su
tierra de los invasores españoles, portugueses, ingleses.

Luego del breve paso por testimonios de ayer y de hoy, a 314 años de la
Fundación de Araure y en el marco del ciclo bicentenario, me permito de
nuevo invitarlos a hacer una serie de reflexiones que pueden ser interesantes
para alimentar nuestra memoria histórica y para que en síntesis tengamos
claro qué ocurrió tal día como hoy en el año 1696 a finales del siglo XVII,
cuando se asignó a pobladores españoles provenientes de Nueva Segovia de
Barquisimeto, tierras e indígenas encomendados para fundar una villa.
Araure fue fundada, a la manera hispana, como un pueblo de blancos, por
eso se llamó la Villa de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza y Araure. El
mecanismo de ocupación consistía en que a un grupo de blancos españoles,
se les repartía la tierra, eran los repartimientos, y se les asignaba una
cantidad de indios como mano de obra para que la trabajaran, eran los
indios encomendados mediante el régimen de encomiendas, que en el caso
que nos ocupa fueron los Boraure provenientes de La Lucía y Barquisimeto.

El mecanismo de conquista y colonización implicaba que al lado del


conquistador viniera el misionero cuya función era aparentemente
conquistar las almas, esto es lo que la historia oficial llamó conquista pacífica,
como si no fuera violencia la imposición de creencias a los pueblos.
Obviamente se trató de un evento más inscrito en la invasión que a finales
del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII sacudió a nuestro continente.

Es necesario que con más objetividad comprendamos que lo ocurrido tal día
como hoy en esta geografía, no es otra cosa que la materialización del
despojo por parte de Europa específicamente de España, de nuestro
territorio y el sometimiento de los “legítimos dueños” de esta tierra como
llamara don Simón Rodríguez a los indígenas, a un régimen de dominación y
explotación que llevó al exterminio de muchos grupos indígenas, de allí que
lo reconozcamos como un genocidio.

En este contexto podríamos de nuevo preguntarnos si tenemos algo que


celebrar hoy o si los que deben celebrar son otros. Preguntas incómodas que
nos llevan a recordar que a 200 años del 19 de Abril, “la lucha por la
Independencia continúa” verdad tan grande como un templo, si lo que
Bolívar dejó por hacer se hubiera hecho, no tendríamos una mentalidad tan
colonialista como para no atrevernos a desmontar las celebraciones de
fundaciones de pueblos a la manera hispana que no es otra cosa que la
imposición de culturas y formas de vida que cada día son más pesadas y
negadoras de lo que somos.

Esto debe quedar muy claro, no para alimentar resentimientos que no tienen
cabida en nuestros corazones y mucho menos después de un proceso de
apropiación y sedimentación culturales como los sucedidos, pero sí para que
reconozcamos los mecanismos de dominación de los imperios que a pesar de
que aparentan ser más sofisticados, terminan siendo los mismos en el siglo
XVI y en el siglo XXI.
Si tenemos alguna duda revisemos nuestra historia reciente, veamos la
mirada complaciente con la que el imperio norteamericano celebró los más
de cuarenta años de entrega de la soberanía de la IV República y cómo
muestra sus garras afiladas ante la aspiración de un pueblo que decide
hacerse libre y soberano. Les vimos los dientes y su furia en el golpe de abril,
durante el paro petrolero, y se los vemos todos los días en las opiniones que
emiten los medios de comunicación de masas, voceros de la oligarquía,
frente a cada paso que damos hacia la consecución de una patria de iguales,
criminalizando el ejercicio de nuestro legitimo derecho.

“La lucha por la independencia continúa”, en este ciclo bicentenario, no es un


eslogan es un compromiso que el pueblo bolivariano asume en concreciones
como el ALBA, en la implementación de una moneda como el sucre, en la
primera transacción que se realiza hoy entre Venezuela y Ecuador a través de
esta moneda. En este nuevo despertar de nuestros pueblos estamos muy
cerca de cumplir los sueños de nuestros libertadores, estamos obligados a
seguir inventando a América.

Alertamos contra el gran peligro interno que significa la quinta columna, el


peligro de continuar repitiéndonos creyendo que estamos innovando, eso
lejos de impulsar el proceso, nos atrasa, estamos obligados a alimentar la
autocrítica para que nos movilicemos, estamos obligados al cambio cultural
que nos permita asumir las responsabilidades sin achacarlas a terceros, que
nos permita asumirnos como sujetos de nuestra propia historia.

Esta fecha, que nos recuerda la dominación extranjera de la que fuimos


objeto, nos obliga a asumir críticamente posiciones frente a problemas
concretos que tenemos en nuestro municipio. Por ejemplo, el área bajo
régimen de protección especial Mitar, que alarma en época de verano
porque arde junto a nuestros corazones, pero que en invierno se olvida y con
la lluvia tampoco la reforestamos porque terminamos ignorando de quien es
la responsabilidad. Yo convoco araureños y araureñas para que asumamos
acciones concretas y nos responsabilicemos, para que nos salvemos con este
espacio, así mismo convoco a todos los araureños y araureñas para que
concretemos más acciones por la maravillosa Quebrada de Araure cuyo
nombre ya en 1613 aparece registrado para referirse a la corriente de agua
que atraviesa la ciudad y que porfiadamente circula hasta nuestros días a
pesar del maltrato a que ha sido sometida. Estas son acciones liberadoras de
una manera de relacionarse con el ambiente que debemos asumir, es el
necesario respeto de los derechos de la madre tierra más allá de los derechos
del hombre.

Los vientos soplan a favor de la insurgencia de los pueblos de nuestra Patria


Grande, la unión de los pueblos se concreta a cada paso, ¿qué
acontecimientos pueden alimentar más nuestro espíritu libertario que la
llegada de los restos simbólicos de Manuela al Panteón Nacional? ¿Qué
mejor manera de celebrar los 199 años de nuestra independencia que la
unión de nuestros libertadores en un solo concierto, que bajo la misma
espada entonan himnos de libertad? Es la energía que mueve, es la fe, la
revolución inicia y continúa siendo eso, un acto de fe, porque creemos en lo
que no hemos visto. Esa fe que se inscribe en la voz del pueblo que grita “con
hambre y sin empleo con Chávez me resteo”, es la fe que nos impulsa a
transitar un camino porque estamos convencidos de que un mundo mejor es
posible y, en eso, digo con Alí Primera… “yo apuesto el alma”

Araure 6 de julio de 2010.


Año 200 de la independencia y 151 de la Federación.

¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE…VENCEREMOS!

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