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enc a El cuerpo que Lo tiene Contrariamente al sintoma que, como acontecimiento, viene de fuera, el cuerpo parece imponerse como lo que se tiene como sujeto, en una relacién de inmediatez. La relaci6n con el cuerpo del sujeto hablante, Freud la marca con un rasgo pasional que se- fialé como “narcisismo”. Ya sea primario o secundario, impregna la relacién con la imagen del cuerpo con un aura irreductible. Sean cuales sean las variaciones de la relacién del yo (Moi) con este cuerpo imagen, la evidencia narcisista permanece como un fundamento, Aun asf, Lacan no admite el narcisismo como primario, porque presupone una operacién. Esta fue articulada enseguida mediante la primera estructura ldgica que Lacan ins- tauré para explorar lo imaginario del cuerpo, apoyada en los psi- célogos de lo imaginario alemanes y franceses de finales de los afios treinta. Es el “estadio del espejo”. Cuando esta operaci6n se produce, un agente, el padre que sostiene al nifio ante el espejo, debe autorizar al nifio a identificarse con su imagen, que se le presenta en una relacién de alteridad -estando esta intervencion, con la exaltacion que la acompaiia, prefiada de los trastornos de humor que marcan al cuerpo como jubiloso o mortificado por el impacto del reconocimiento o del rechazo paterno. El estadio del espejo fue retomado y reacondicionado sin cesar por Lacan a lo largo de las construcciones y grafos que elaboré. Luego, en “Radiofonia”, Propone un dispositivo en el que el cuerpo le adviene al sujeto sin la accién de ningtin agen- te. Yano hay ningtin padre que garantice la operacién median- te la cual la carne, con la impresién del signo, deja al desnudo, Por un lado, el cuerpo como muerto o conjunto vacio y, por otro lado, lo incorporal ylo fuera-del-cuerpo del objeto a, en tanto objeto o subconjunto de goce. Este érgano separado no se acopla con la imagen, es mas bien lo que escapa a lo especular. Finalmente, en “Joyce el sintoma” (1976), encontramos otro ensamblaje, en el que el cuerpo ya no es corpse, conjunto vacio, sino que esta directamente conectado con el goce. El cuerpo esta tomado, es otorgado, si se quiere, por las tres dimensiones 8, $e 1, como maquina de goce mas alld de lo imaginario de lo 59 " Escaneado con CamScanner i | que tiene ; ‘ a por ta ae Y de lo que i isimettia de | no la tiene, marcad ombre y el del as '@ sexuacién. Esta el cuerpo del |, Telaciones respecti Mujer, por lo tanto hay asimetria ad el hombre a pee con el sintoma-escritura. Por su F355 ; spinel er e, cuerpo, él Io fens er el sintoma de otro cuerpo, por ‘que su sexuacién ‘ el lado hombre -en los esquemas de J, sintoma adv} Por tanto no desde un punto de vista biolégico~ g} Desde | iene como acontecimiento de su cuerpo. © la primera frase de “Joyce el sintoma” (1976), Nos vemos sumergidos -como ocurre en Joyce, por otra parte- en Cierta obscenidad del sexo. El sintoma en este sentido advie- ne al hombre como encuentro con el goce: “Joyce el sintoma, a entender como Jestis-la-Caille: es su nombre”,” nombre de goce, podriamos afiadir. ;Por qué Jestis la Caille? No es una referencia frecuente en Lacan. Es el titulo de la primera novela de Francis Carco -que forma parte de la misma familia que Carcopino, gran latinista francés-, publicado en 1914. Quizés lo que le Ilamé la atencién a Lacan es 1914, porque es en esta fecha cuando Joyce empieza a escribir Ulises y publica Dubline- ses. En todo caso, Jésts-la-Caille nos habla de las historias de un proxeneta homosexual, bastante chuscas y contadas en la len- gua fuerte y pintoresca de Carco. Lacan concluye este parrafo marcando al hombre con una letra suplementaria, la Z, inicial de uno de los términos del argot para designar el falo*: “Es que nosotros somos shombres [sommes z’hommes]". Y prosigue en el parrafo siguiente: “Lom: en francés eso dice bien lo que eso -. quiere decir. Basta con escribirlo fonéticamente: eso es lo fau- - nético (faun...), a su medida: lo ollebsceno [I'eaubscone]"* Ash unamos los términos punteados y tenemos: LOM = zeaus. El use de esta palabra esta comprobado en francés desde 1880;* fu © de entra. s Nosampare”, ile, E |, p. 591. [N. de T.] En la edicién en espanol se lee “Tep ~ pero en este contexto conviene dejarlo como en el original francé para poder seguir el hilo. ; 28 [N. de T.] Zizi 29 Ibid. p.591. 30 Cf. Cellard J. Paris, 1980, “z0b”. jonnel, Hachette. Rey A,, Dictionnaire du francais non convent Escaneado con CamScanner importado del arabe, idioma en el que tiene el mismo sentido, con su injuria asociada, zebbi, que afiade un posesivo, “el mio”. Adviértase de paso que la introduccién de este término en la lengua francesa es contempordnea del nacimiento de Joyce (de modo que, por asf decir, vieron la luz juntos). No olvidemos que “Joyce el sfntoma” (1975) empezaba tam- bién con una evocacién bastante cruda del falo, suscitada por un error en el titulo impreso en el programa del simposio en el que participaba Lacan y que lo habia sacado de sus casillas: “Ni siquiera sabe lo que es Jacques Lacan, le darfa igual Jules Lacue —que es ademas la pronunciaci6n inglesa de lo que noso- tros llamamos, en nuestra lengua, la verga [la queue]. Por qué imprimirfan ‘Joyce el sintoma’? Jacques Aubert se lo comunica, entonces meten ‘Jacques el simbolo’”.3! E] término “faunesco” esté ligado, no al falo, sino al desabo- narse del inconsciente propio de Joyce: “Hay no sé qué de am- biguo en este uso fonético, que escribirfa igualmente faunético. Lo faunesco de la cosa descansa por entero en la letra, a saber, en algo que no es esencial a la lengua, sino que est trenzado por los accidentes de la historia’. La ortograffa, en efecto, no es esencial para una lengua. Las reformas de la ortograffa -aparte de en Francia, donde todo es muy complicado- son numerosas en muchos paises, sin que nadie se espante. Una reforma que esté en curso en Finlandia afecta no solo a la or- tografia, sino a la propia letra: ya no se ensefiar a escribir con letras ligadas, sino tinicamente desligadas. Lacan destaca que la ortograffa no es esencial para la lengua, pero que la letra sf lo es. Asf, la separa para destacar la oposicién entre la escritura como ortograffa, conjunto de las reglas comunes que se aplican a la sustancia fonética, y la letra, que por su parte resiste a las normas y las subvierte: “Que alguien lo utilice prodigiosamen- te interroga en sf lo que ocurre con el lenguaje. He dicho que el inconsciente esta estructurado como un lenguaje. Resulta raro 31 Lacan J. “Joyce el sfntoma” (1975), El Seminario, Libro 23, El sinthon DUBBO, th cetera Seg pnb ee 32 Ibid. Ne, 164. : 2 6h Escaneado con CamScanner {ue tambien Pueda juzy ~ We estrictamente slo Aqui su eseritura Sencia de la letra, faunesco se di Mezgar desabonado del inconsciente a alguien SOLO juega con el Lenguaje”. Lacan justifica fa.t.n.e como un modo de d car la pre- al estar cada una separada de las demas. Lo lo fonétic ingue de lo falico, esta ahf para hacer pasar de NEtico a la letra, o sea, permitir que el goce Se encarne en la letra, ‘ El desarrollo sobre la escritura, que pone de relieve la equi- valencia segiin Ja cual el hombre tiene un cuerpo del mismo Modo que tiene un 6rgano, corresponde a la segunda version de “Joyce el sintoma” (1976). Lo bello es obsceno, esta ligado a Jo que Lacan Hama también “la gonfle’™, término que mezcla el narcisismo del envoltorio que se hincha, que se da importancia, con la ereccién. El hombre se iza*’, También aquf, Lacan desta- ca la dimensién del sfntoma como escritura precisando de qué manera la relacién del “izarse” y de lo bello debe escribirse: “Hissecroibeau a écrire comme I’hessecabeau sans lequel hiha- nappat qui soit ding! d’nom dhom”.* “Lihessecabeau” (hom6- fono de “escabeau”) condensa, a su vez, en su escritura el Es freudiano, con el que homofauniza, la h de hombre y I’esse, 0 sea “ser” en latin. El ser hombre se escribe hissecroibeau. Esta frase, que se lee: El se cree bello, que hay que escribir como el escabel, sin lo cual no hay ninguno que sea digno del nombre de hombre, realiza ast el anudamiento de las tres dimensiones Rk, $, e I: lo imaginario con “él se cree bello”, lo real con “das Ding” y lo simbélico con el sistema de los nombres, el “nombre de hombre”. 33 Ibid., p. 164. es iY de T.] “Gonfle’, término empleado por Lacan en “El atolondradicho” n los Autres écrits, op. cit., pp. 452, 474, 483 (nota 1), 491; en los Otros escrites op. cit.: traducido “hit ofin” ot “i isn” et or ae hinchazén” en pp. 476, 498, 515, y como “inflacisn” en ee Se alza, se eleva, se iza, acute ey ce a! infor (1976), Otros escritos, op. cit., p. 591: creebello IN deT] En ae eae cual nohay quien sea ding! denombre dehombre'- equivoca con] eet” el equivoco con “izar” no es patente. Hissecroibemt 37.Cf. Lacan | El Seite , haciendo resonar “hisser”. ‘ Buenos Aires, 1988, pp angie” 7 Le ica del psiconndisis (1959-1960), Paid6s Escaneado con CamScanner A continuaci6n Lacan insiste en lo real: “Lom se hombrela- mina® a cada cual mejor.” El neologismo lomelizarse, evoca sin duda el mito lacaniano de la amelie: “una forma infinita- mente mas primaria de la vida, y que no estarfa muy dispuesta a redoblar el mundo en microcosmos. Rompiendo el huevo se hace el Hombre (Homme), pero también laHommelette. Supon- gamosla, ancha crepa para desplazarse como la amiba, ultra- plana para pasar bajo las puertas, omnisciente por ser Ilevada por el puro instinto de la vida, inmortal por ser escisfpara. Te- nemos aqui algo que no serfa agradable sentir derramérsele a uno en la cara, sin ruido durante el suefio, para sellarla”.“' Hay filmes populares, como Alien, que han contribuido mucho a imaginarizar esta lamelle, que puede meterse en cualquier par- te, dejarte pringado, tapando todos los orificios, como ser ahi de vida eterna y sin embargo marcada por la muerte. En efecto, “que representa la lamelle [es], la relacin del sujeto vivo con lo que pierde por deber pasar, para su reproduccién, por el ciclo sexual. Asf explico la afinidad esencial de toda pulsién con la | zona de la muerte”,” dice Lacan. “Pues puede suponerse que la ausencia de aparato sensorial en la Hommelette no le deja para guiarse sino lo real puro, y eso le darfa ventaja sobre nosotros, hombres, que debemos siempre proveernos de un homtnculo en nuestra cabeza para hacer del mismo real una realidad”. Este mito le permite a Lacan hacer percibir cémo serfa un 6rgano libidinal que se guiarfa por lo real, que no tendrfa necesidad ni del sujeto aristotélico de la percepcién, ni del cuerpo, ni de los homtinculos multiplicados por los mitos de las neurociencias como otros tantos médulos que replican la forma de las zonas cerebrales -cada una de las cuales percibirfa y tratarfa la informacién para conectarnos con 38 [N. de 1 "Se omellise” juego entre LoM y lamell _ 39 Lacan J., “Joyce el sintoma” (1976), Otros escri ey de T.] “Lamelle”, generalmente traduci lo e mo lami ila, 41 Lacan J., “Posicién del inconsciente” (1964), Es 7 Escaneado con CamScanner lo real Y traducirlo a la iealidadl: Les pines imagenes Pro- - 445 por la resonancia magnética, formadas por las Maqui. ance eB isticadas, solo pueden ofrecer las hipotesis ocultas oe eentenel y que dan consistencia a la forma homuncular ductor. “Con la salvedad de su nombre, que vamos otro mas decente de laminilla (por lo demas Ja palabra omelette no es mas que una metastasis de la palabra francesa lamelle: laminilla). Esta imagen y este mito nos parecen bastante apropiados para figurar tanto como para poner en su lugar lo que Tlamamos la libido, La imagen nos presenta la libido como lo que es, 0 sea, un organo, a lo cual sus costumbres la emparentan mucho mds que a un campo de fuerzas”.“ Asf, no es la libido que obedece al principio de energfa caro a Freud, ya que Lacan la convierte en un 6érgano dotado de una topologia que se adjunta al cuerpo. La libido asf concebida no se apoya en ninguna forma, en ningun imaginario, en ningtin aparato sensorial. Se experimenta y se orienta en funcion de un real, presentado en “Posicién del inconsciente” como “puro campo de fuerzas”. El mito de la lamelle sittia la libido como rgano paraddjico ~ y goce no homogéneo al goce falico. Comentando este mito y su surgimiento en la obra de Lacan, J.-A. Miller pudo oponer este mito al lugar del falo -tal como éste se sittia en “Subver- sidn del sujeto y dialéctica del deseo...”, donde Lacan escribe: “Esto es lo que predestina al falo a dar cuerpo al goce, en la dia- léctica del deseo” *° He aquf lo que dice J.-A. Miller al respecto: “Lacan esta en ese limite donde el goce precisa de un cuerpo, pero solo encuentra el cuerpo significante que le da el falo”.* La lamelle, por el contrario, es una especie de cuerpo de goce que no es significante. Para volver a Lom, en “Joyce el sintoma” (1976), éste es captado en su relaci6n con el falo no significan- como aparato tra Lacan prosigue: a cambiar por este #4 Ibid, p. 805. ; 45 Lacan J., “Subversi6n del sujeto y dialéctica del de. dliano” (1960), Escritos 2, op. ci, p. 782 ees 46 Miller J.-A., La angustia, Introduccién al Semi ies Lat c : apse -X La mapa nario x de Jacques Lacan, nua, COL FP Escaneado con CamScanner ‘te, allf donde el goce félico se inscribe directamente sobre el cuerpo, a la manera de lo que Lacan llama en “Radiofonfa” los subconjuntos de goce. El goce se faliciza, pero también se lome- liza o se lameliza: "LOM se hombrelamina a cada cual mejor”.“7 Este pdrrafo termina con una frase que tiene mucho jugo: “Moje, le dicen, hay que hacerlo. Sin mojar no hay escabello”."* Con lo de mojar”, henos aqui sumergidos en los body fluids, como en un cuadro de David Lynch, No solo tenemos érganos, sino también los fluidos que entran y salen por todos los poros. iEso es algo corporal! En este concentrado de frase, Lacan hace un montaje muy sofisticado y opone lo que se dice y lo que hay que hacer. “Moja” es un imperativo, una orden, como “\Goza!”. Es dicho como imperativo “para las paredes”,® como un “se dice”. De ahf la dimensién que implica, la respuesta a la orden que no es simplemente “joigo!"”, sino que también hay que mojar. No se trata solo del cuerpo como superficie de inscripcién, sino del cuerpo como lugar de goce. Y este goce ya no es pensado como articulado con el falo del lado del inconsciente, sino con el ello (el Es freudiano). No con el Hisse, sino con el hesse. Tras haber situado el falo y las lomelas en cortocircuito del significante, Lacan puede volver al cuerpo lomelizado, que es del registro del tener, de un tener primero y no del ser: “Lom, LoMde base, Lomquetieneunkuerpo y notiene mds keu- no. Hay que decirlo asf: él tienuno... y no: él esun... (cuerpo/ anidado)’.* El portador del pepinillo resulta, ante todo, que esta corniché, cuerpo anidado en el centro de las tres dimensio- 47 Lacan J, “Joyce el sintoma” (1976), Otros escritos, op. cit., p. 591. es 48 Ibid., p. 591. 2 49 [N. de T.] “Mouille”, de “mouiller”. Como “mojar” en el espafiol de Espafia, tiene connotacién sexual. Cf. Diccionario de argot Delvau (1864): Mouiller. Faire Yacte vénérien -au bout duquel les deux acteurs se sentent réciproquement inon-- _dés de sperme. 3 Fae 50 Lacan J., El Seminario, Libro 11, Los cuntro conceptos fundamentales del psicoani _lisis, op. cit., pp. 215-216. s a Aorta 51 IN. de T] “ouis”, equivoco entre “oigo” y el imperativo “goza” (jouis A 52 Lacan, J., “Joyce el sintoma” (1976), Otros escritos, op. cit., p.591.[N.deT.] (cor) _Miché) Para lo que sigue; pepinillo es “cornichon”, que tiene connotacién sexual yal mismo tiempo significa “tonto”; “niché” es anidado, alojado; “cor-niché” es __homéfono con “corps niché” (cuerpo anii i Escaneado con CamScanner nes que lo atraviesan. ;Por qué “Lom de base”, sino porque 61 es el punto de partida de esta nueva ubicacion de la relacion entre el cuerpo y los goces? Del mismo modo que en “LOM (escrito L.o.M.)”, Lacan acenttia aqui la dimensién de la letra, de for- ma muy joyciana, escribiendo puntos suspensivos, figura de estilo -desaparicién de la palabra, la elipsis 0 aposiopesis~ tan del gusto de Joyce que hace de ella la marca de su estilo, Por supuesto, esto tiene su reverso en el mondélogo de Molly Bloom en el episodio final de Ulyses, “Penélope”, que ya no tiene ni un solo punto, al contrario que la epifanfa. La voz de la mujer ya no esta velada por la dulzura, tiene toda la crueldad de la voz femenina del supery6. De este “tienun”®’, Lacan concluye: “Es el tenerlo y no el serlo lo que lo caracteriza. Hay algtin ladrido* en el gqué tie- “nes tui? con el que se interroga ficticiamente por tener siempre la respuesta. Yo tengo ello, es su tinico ser”.” Este pasaje se aclara particularmente tras el curso de J.-A. Miller sobre el ser 'y la existencia. El tener es antes del “zt que tienes?” La via del tener, entre grito y confesién®, est4 del lado de la existen- cia y del decir, del lado del ser que pasa por el dicho como “interrogacion ficticia” siempre precedida por la respuesta de la existencia del cuerpo. Sélo con la filosoffa, como discurso sobre el saber que pone el acento en el ser, se produce la in- version que pone el ser antes del tener: “es él el que hace el q...ombo llamado epistémico cuando empieza a zarandear al mundo, haciendo pasar el ser antes que el tener, mientras que lo verdadero es que Lom tiene, al principio. ;Por qué? Eso se 53 Ibid,, p. 5 _ is 54 Cf Joyce J., Lilysse, trad. y ed. J. Aubert, Gallimard, col. Folio classique, Paris, 2013, pp. 1131-1204. 5 eet 55[N. de T] “Ahun’. gab : , 56 [N. de T] “Avoiement”, en vez de “aboiement” (ladrido). En espartol, el us de “ladrido” es menos metaférico; en francés puede designar un grito fuerte yen la expresi6n “aux abois” tiene la connotacién de desesperacién. Para el carb “b” por ““v”, véase nota siguiente, “Joyce el sintoma’’ (1976), Otros es p. ci eT] “[...] entre aboiement et aveu”, Retoma el juego abo en efecto, el cambio de la “b” por “y” hace resonar “aveu” ( Escaneado con CamScanner siente, y una vez sentido, eso se demuestra”. Esta frase re- toma y condensa el efecto que advirtié Heidegger cuando el sujeto de la ciencia, el sujeto cartesiano, establece su imperio sobre el mundo. Somete el ser a su “emplazamiento”™, a su posibilidad de reducirse a una representacién, ya que: “El ser del ente es ahora buscado y encontrado en el ser-representado del ente”."' Entonces se olvida que primero es preciso fener un cuerpo, condicién para que el goce la presencia en el cuerpo de los instrumentos de goce, del objeto a- se inscriba en él. El goce se experimenta, “eso se siente”. Y tras esta prueba por el goce, se producen los efectos de saber propios de los efectos significantes sobre el cuerpo, El saber inconsciente abrir la via a la demostracién de lo que hay que entender como efectos de saber. Lacan invierte el sentido de la certeza surgida del cogito cartesiano. Para Descartes, lo que se siente es el pensamiento; a partir de ahi, mediante una demostracién (ergo), se produce la certeza del ser. Para Lacan, lo que se experimenta es el goce, a partir del hecho de que el cuerpo, é/ lo tiene. De este cuerpo marcado por los acontecimientos de goce, por los traumas de Talengua, vendrén luego efectos inconscientes de sentido, que Lacan aborda como efectos de saber. Es otro tipo de demostra- ion, un ergo mediante el goce. La mujer sintoma He aqui una inversién de las relaciones, una anterioridad del tener sobre el ser, que resiste a una dialéctica. P.591.. . : SIN. de T} En francés, “arraisonnement”, tt Escaneado con CamScanner

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