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Los Contratos, Nociones Generales
Los Contratos, Nociones Generales
A. GENERALIDADES
1 Creemos, con C OVIELLO (Doctrina General de Derecho Civil, versión española de la cuarta
edición italiana, pág. 344), que es preferible decir manifestación y no declaración de voluntad,
porque así quedan comprendidos aún los casos en que la voluntad no necesita darse a conocer a
otra persona, como ocurre en el testamento, y aquellos en que la voluntad se expresa por meros
hechos.
1
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placer y sin pensar siquiera en la adquisición del dominio. Esto es, por lo
demás, lo que ocurre siempre: quien ejecuta un acto jurídico no lo hace con
el propósito de producir tal o cual efecto jurídico, sino para obtener un fin
práctico determinado, generalmente de orden económico. Quien compra o
toma en arrendamiento una cosa no lo hace para que se produzcan los
efectos propios de estos contratos, sino porque le es necesaria, y si el efecto
jurídico se produce, es porque el fin práctico perseguido por su autor se
logra mediante un acto a que la ley reviste de eficacia jurídica2.
2 CLARO SOLAR, Explicaciones de Derecho Civil chileno y comparado, tomo XI, Nº 680, pág. 7; DE
RUGGIERO, Instituciones de Derecho Civil, tomo I, versión española de la 4a. edición italiana, pág. 249;
COVIELLO, obra citada, pág. 343.
3 D EMOGUE, Traité des obligations en général, tomo I, Nº 16 in fine, pág. 36 y Nº 16 ter, pág. 40;
CLARO SOLAR, obra citada, tomo XI, Nº 681, pág. 8; COVIELLO, obra citada, versión española de la 4a.
edición italiana, págs. 345 y 346; DE RUGGIERO, obra citada, tomo I, versión española de la 4a. edición
italiana, pág. 250; ENNECCERUS, K IPP Y WOLFF, Tratado de Derecho Civil, Parte General, volumen II,
versión española de la 39a. edición alemana, pág. 71, Nº 3.
LOS CONTRATOS. NOCIONES GENERALES 3
4 DEMOGUE , obra citada, tomo I, Nº 16 bis, pág. 37; C LARO SOLAR, obra citada, tomo XI, Nº 681,
págs. 8 y 9.
5 PLANIOL Y R IPERT, Traité Pratique de Droit Civil Français, tomo VI, Nº 13, pág. 16; JOSSERAND, Cour
de Droit Civil Positif Français, tomo II, 3a. edición, Nº 13, pág. 8; GAUDEMET, Théorie Générale des
Obligations, pág. 21; CLARO SOLAR, obra citada, tomo XI, Nº 681, pág. 8; P LANIOL, Traité Elémentaire de
Droit Civil, tomo II, 10a. edición, Nº 994, pág. 341; BONNECASE, Précis de Droit Civil, tomo II, Nº 186,
pág. 216; DEMOGUE , obra citada, tomo I, Nº 22, pág. 65.
4 DE LOS CONTRATOS
6 G AUDEMET, obra citada, pág. 21; PLANIOL , obra citada, tomo II, 10a. edición, Nº 944, pág. 341;
BONNECASE, obra citada, tomo II, Nº 186, pág. 217; D E PAGE, Traité Elémentaire de Droit Civil belge, tomo
II, Nº 447, pág. 385; PLANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 13, pág. 17; JOSSERAND, obra citada,
tomo II, 3a. edición, Nº 13, pág. 9; D EMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 22, pág. 66; GIORGI, Teoría de las
obligaciones en el derecho moderno, tomo III, versión española, págs. 5 y 6, págs. 19 y 20.
El art. 1321 del C. C. italiano de 1942 define el contrato diciendo que es el acuerdo de dos o
más partes para constituir, reglar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico patrimonial. Definición
análoga contiene el art. 1133 del C. C. de Venezuela de 1942.
DE RUGGIERO, obra citada, tomo II, versión española de la 4a. edición italiana, págs. 255 a 259,
estima, por eso, que no puede limitarse el concepto de contrato, como lo hacen nuestro Código y
el francés, a sólo el acuerdo de voluntades generador de obligaciones.
ENNECCERUS, KIPP Y WOLFF, obra citada, Derecho de las obligaciones, volumen II, pág. 141, estiman
asimismo que el contrato puede crear, extinguir o modificar obligaciones.
7 En sentido contrario: DE PAGE, obra citada, tomo II, Nº 447, pág. 385; DE RUGGIERO , obra
citada, tomo II, versión española de la 4a. edición italiana, pág. 258.
8 CLARO S OLAR, obra citada, tomo XI, Nº 681, pág. 9; D E P AGE, obra citada, tomo II, Nº 447, pág.
385; COLIN Y CAPITANT, Cours Elémentaire de Droit Civil Français, tomo II, 8a. edición, Nº 8, pág. 9.
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7. CARACTERÍSTICA ESENCIAL DEL CONTRATO. Para que haya contrato, basta que
exista un acuerdo de voluntades de dos o más personas que genere obligacio-
nes. Nada más exigen los arts. 1437 y 1438.
No es necesario, como creen algunos11, que los contratantes tengan inte-
reses opuestos. Basta recordar que la sociedad es un contrato, no obstante
que los intereses de los socios, aunque distintos no son opuestos, pues todos
convergen al mismo fin12.
No es necesario tampoco que el contrato sólo deba crear obligaciones y
que éstas sean de efectos transitorios o temporales, de modo que no serían
contratos aquellos actos, como el matrimonio, las capitulaciones matrimonia-
les, la sociedad, el contrato colectivo de trabajo, que, a más de crear obliga-
ciones, dan origen a un estado o situación jurídica permanente. La ley no
contempla tal exigencia; por el contrario, la rechaza abiertamente, pues al
matrimonio (art. 102), a la sociedad (art. 2053) y al contrato colectivo de
trabajo (art. 3º del C. del T.) los define y considera como contratos. Por lo
demás, la distinción entre contratos que crean obligaciones de efectos transi-
torios o temporales y contratos que generan un estado o situación permanen-
te carece de todo interés práctico; siendo patrimoniales, unos y otros se rigen,
por lo general, por las mismas reglas. Creemos, pues, con Josserand, que la
expresión contrato debe darse a todo acuerdo de voluntades generador de
obligaciones, cualesquiera que sean los intereses de las partes, la intervención
que les haya cabido en su formación y la extensión y duración de los efectos a
que dé origen13.
9. CONTRATOS COLECTIVOS. Hay, sin embargo, casos en que la ley, por conside-
raciones de interés general, admite que quienes no han prestado su consenti-
miento queden ligados con un contrato celebrado por otros. Es lo que ocurre
en el contrato colectivo, que puede definirse como el que afecta a todos los miem-
bros de un grupo o colectividad determinada, aunque no hayan consentido en él, por el
solo hecho de formar parte de dicho grupo o colectividad 15.
Si se exigiere la unanimidad, seguramente el contrato fracasaría; nunca
faltaría uno que se opusiere a su celebración. Para obviar este inconveniente,
la ley acepta que estos contratos puedan celebrarse con la voluntad de la
mayoría de los interesados. Esta voluntad es obligatoria para todos, inclusive
para la minoría16.
Tales son:
1º El convenio judicial de acreedores, que puede versar sobre cualquiera de
los objetos a que se refiere el art. 146 de la ley de quiebras y que se conside-
ra aceptado cuando cuenta con el consentimiento del fallido y reúne en su
favor los votos de los dos tercios de los acreedores concurrentes que repre-
senten las tres cuartas partes del total pasivo con derecho a voto, excluidos
los acreedores que menciona el art. 148 de la misma ley. Aprobado definiti-
vamente el convenio, será obligatorio para todos los acreedores comprendi-
dos en él, inclusive los inasistentes y los que votaron en contra (art. 159 de
la ley de quiebras. Lo dicho sólo reza con el convenio judicial. El convenio
extrajudicial requiere la unanimidad de los acreedores (art. 138, Nº 1º, de la
ley de quiebras).
2º Las asociaciones de canalistas que quieran gozar de los beneficios esta-
blecidos por la ley Nº 2.139, de 20 de noviembre de 1908. Según el art. 21 de
esta ley, las comunidades de agua que estaban organizadas en esa fecha
pueden modificar sus estatutos para el efecto de constituirse en tales asocia-
ciones por acuerdo de la junta de socios tomado por mayoría de votos,
14 PLANIOL , obra citada, tomo II, 10a. edición, Nº 946, pág. 343.
15 BONNECASE, obra citada, tomo II, Nº 569, pág. 487; JOSSERAND, obra citada, tomo II, 3a. edición,
Nº 35, pág. 26.
16 PLANIOL , obra citada, tomo II, 10a. edición, Nº 946, pág. 343; PLANIOL Y RIPERT , obra citada,
tomo VI, Nº 26, pág. 32; JOSSERAND, obra citada, tomo II, 3a. edición, Nº 35, pág. 26; COLIN Y
CAPITANT, obra citada, tomo II, 8a. edición, Nº 10, pág. 12.
LOS CONTRATOS. NOCIONES GENERALES 7
10. DOMINIO DEL CONTRATO. El dominio del contrato es vastísimo: tiene cabida
en el Derecho Público, en el Derecho Internacional y en el Derecho Privado.
Los contratos administrativos desempeñan un papel de primer orden en la
Administración Pública. Los tratados son verdaderos contratos entre Estados.
Unos y otros están sujetos, en principio, a las mismas reglas que rigen los
contratos en el Derecho Civil.
Pero el campo más fecundo del contrato es el Derecho Privado, en donde
no sólo tiene aplicación en materia patrimonial sino también en el derecho
de familia. El matrimonio (art. 102) y la adopción (art. 1º de la ley Nº 5.343,
de 6 de enero de 1934, sobre adopción) son contratos, puesto que nacen de
un acuerdo de voluntades que genera obligaciones17.
Entre estos contratos creadores de derechos y obligaciones de familia y los
contratos meramente patrimoniales hay, sin embargo, una diferencia funda-
mental: los contratantes no pueden alterar ni modificar los efectos que les
atribuye la ley, ni señalarles una duración distinta de la que ésta les fija, ni
pactar otros contratos que los contemplados expresamente por la ley. Son
17 JOSSERAND, obra citada, tomo II, 3a. edición, Nº 16, pág. 12; PLANIOL Y RIPERT , obra citada,
tomo VI, Nº 24, pág. 30; D EMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 23 ter, pág. 76; C OLIN Y CAPITANT, obra
citada, tomo II, 8a. edición, Nº 10, pág. 11; ENNECCERUS, KIPP Y WOLFF, Tratado de Derecho Civil, Parte
General, volumen II, versión española de la 39a. edición alemana, pág. 70, Nº 2.
GIORGI, obra citada, tomo III, versión española, Nº 7, pág. 21, cree que estos contratos no
pueden calificarse de tales en el sentido riguroso de la palabra.
8 DE LOS CONTRATOS
18 PLANIOL Y RIPERT , obra citada, tomo VI, Nº 24, pág. 30; DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 23
ter, pág. 76; COLIN Y CAPITANT, obra citada, tomo II, 8a. edición, Nº 10, pág. 11; ENNECCERUS, KIPP Y
WOLFF, Tratado de Derecho Civil, Parte General, volumen II, versión española, pág. 289.
19 P LANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 25, pág. 31; C OLIN Y C APITANT, obra citada, tomo II,
8a. edición, Nº 10, pág. 11 in fine.
20 DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 5, pág. 8 y Nº 23, pág. 68.
21 D E RUGGIERO, obra citada, tomo II, versión española, pág. 13. Este criterio ha prevalecido en
el C. C. italiano de 1942: según el art. 1321 de este C., el contrato es el acuerdo de dos o más partes
para constituir, reglar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico patrimonial.
22 ENNECCERUS , KIPP Y WOLFF, Tratado de Derecho Civil, Parte General, volumen II, versión españo-
la, pág. 290; G IORGI, obra citada, tomo III, versión española, Nº 37, pág. 47; COVIELLO, obra citada,
versión española, pág. 355.
LOS CONTRATOS. NOCIONES GENERALES 9
23 D E R UGGIERO, obra citada, tomo I, versión española, págs. 252 y 253; C OVIELLO, obra citada,
versión española, págs. 354 y 355; ENNECCERUS, K IPP Y WOLFF, Tratado de Derecho Civil, Parte General,
volumen II, versión española, pág. 290.
24 Véanse los autores citados en la nota precedente.
25 Rev., tomo 27, 2a. parte, sec. 1 a., pág. 724. Este mismo tribunal había fallado anteriormente
que siendo de la esencia del contrato de transporte la obligación de entregar las mercaderías
transportadas a la persona a quien van dirigidas, las partes no pueden celebrar pactos que tiendan
a dejarla sin cumplimiento, por cuyo motivo carece de valor la cláusula por la cual el porteador se
desliga de toda responsabilidad por las pérdidas totales o parciales que sufran las mercaderías
durante el viaje: Rev., tomo 23, 2a. parte, sec. 1a. , pág. 400 (Corte Suprema).
10 DE LOS CONTRATOS
B. LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD27
De ahí que las leyes relativas a los contratos sean, por lo general, supletorias
de la voluntad de las partes; sólo se aplican en el silencio de éstas29. Y que la
misión del juez, en caso de litigio, sea interpretar o restablecer esa voluntad, pero
no crearla, ni mucho menos sustituirla por la suya30.
14. LIMITACIONES DE ESTE PRINCIPIO. Esta autonomía no es, sin embargo, abso-
luta; tiene sus limitaciones. Desde luego, las partes no pueden alterar o modi-
ficar las cosas que son de la esencia del contrato que pacten, pues, de hacerlo,
éste o no produciría efecto alguno, o degeneraría en otro diferente (art.
1444)31; no podrían, por ejemplo, estipular una compraventa o un arrenda-
miento sin precio. No pueden tampoco estipular nada que vaya contra las
prohibiciones legales, el orden público o las buenas costumbres; tales estipulaciones
serían nulas absolutamente por ilicitud de objeto o de causa, según las cir-
cunstancias (arts. 10, 1461, 1466, 1467 y 1682)32.
pág. 113; ENNECCERUS, KIPP Y WOLFF, obra citada, Derecho de obligaciones, volumen I, versión española,
pág. 141, Nº 2, y volumen II, versión española, pág. 1.
El art. 1322 del reciente C. C. italiano reconoce a las partes el derecho de determinar con toda
libertad el contenido del contrato dentro de los límites legales y de las normas corporativas y de
pactar aun aquellos contratos que la ley no regle, siempre que tiendan a la realización de intereses
dignos de ser protegidos por el ordenamiento jurídico.
29 D E PAGE , obra citada, tomo II, Nº 462, pág. 402; PLANIOL Y R IPERT, tomo VI, Nº 27, pág. 33;
DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 27, pág. 84.
30 DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 27, pág. 83; PLANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 14,
pág. 20.
31 PLANIOL Y RIPERT , obra citada, tomo VI, Nº 17, pág. 24.
32 P LANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 17, pág. 24; DE PAGE, obra citada, tomo II, Nº 462,
pág. 402.
12 DE LOS CONTRATOS
33 DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 27, pág. 83 in fine; P LANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI,
Nº 14, pág. 21.
34 DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 30, pág. 86 y Nº 32, pág. 88; PLANIOL Y RIPERT , obra citada,
tomo VI, Nº 15, pág. 22.
35 P LANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 15, pág. 23; DE PAGE, obra citada, tomo II, Nº 463,
pág. 404; DEMOGUE, obra citada, tomo I, Nº 28, pág. 84; CLARO SOLAR, obra citada, tomo XI, Nº 749,
pág. 115.
36 ELIACHEVITCH, T AGER Y NOLDE, Traité de Droit Civil et Commercial des Soviets, tomo II, Nº 29,
pág. 55.
LOS CONTRATOS. NOCIONES GENERALES 13
37 PLANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 16, pág. 23; CLARO SOLAR, obra citada, tomo XI,
Nº 749, pág. 116.
38 Véanse, sobre esta materia: RIPERT , Le régime démocratique et le droit civil moderne, Nos. 92 a 104,
págs. 177 a 204 y Nos. 137 a 166, págs. 269 a 325; JOSSERAND, obra citada, tomo II, 3a. edición, Nº 15
bis, pág. 11 y Nos. 403 a 405 bis, págs. 223 a 228; J OSSERAND, “Apercu général des tendences actuelles
de la théorie des contrats”, artículo publicado en la Revue Trimestrielle de Droit Civil, tomo 36, año
1937, pág. 1; JOSSERAND, “La transformation du droit des obligations et des contrats depuis la
promulgation du Code Civil Français”, estudio publicado en Le Droit Civil Français, Livre-Souvenir des
journées du Droit Civil Français (Montreal, 31 août - 2 septembre 1934), pág. 29; JOSSERAND, “La
“publicisation” du contrat”, estudio publicado en Introduction a l’étude de Droit Comparé, Recueil
d’Etudes en l’honneur d’Edouard Lambert, tomo III, año 1938, pág. 143; GAUDIN DE LAGRANGE, La crise du
contrat et le rôle du juge; MORIN, La loi et le contrat; la décadence de leur souveraineté, y las siguientes
memorias de prueba: HERNÁN PARADA COBO, Algunos aspectos de la transformación social del Derecho Civil,
Imprenta El Imparcial, Santiago de Chile, 1938, Capítulo III, secciones 1a. y 2a.; EDUARDO MARZI
ESCOBAR, Decadencia de la libertad contractual, Talleres Gráficos “El Tamaya”, Ovalle (Chile), 1942.
14 DE LOS CONTRATOS
forzoso dirigir las relaciones contractuales, sea prohibiendo las que se esti-
man nocivas, fomentando las que se consideran beneficiosas, reglando el
comercio de tal o cual producto o actividad, dictando medidas protectoras en
favor de aquellos que, por su inferioridad económica, están más expuestos a
sucumbir, o señalando las condiciones de precio, duración, circunstancias y
demás en que han de celebrarse los contratos para obtener las finalidades
económicas que el Estado conceptúe convenientes.
De este modo, como dice Josserand39, el contrato, fenómeno privado e
individual, pasó a ser un fenómeno social, cuya existencia y efectos interesa-
ban por igual a quienes lo habían convenido y al Estado.
Manifestaciones de la tendencia que hemos expuesto son el desarrollo
creciente de la lesión en la vida contractual, la admisión del abuso del dere-
cho en los contratos y la teoría de la imprevisión, que autoriza al juez para
destruir o modificar aquellos contratos cuya ejecución llega a ser ruinosa para
una de las partes a causa de circunstancias posteriores extraordinarias e im-
previstas al tiempo de su celebración40.
19. DERECHO COMPARADO. Esta evolución –que constituye una prueba más de
que el derecho, como que es el trasunto real de la vida, debe adaptarse a las
necesidades sociales y no éstas a él– es un fenómeno universal, que se observa
tanto en los países democráticos como en los totalitarios.
Son numerosas la leyes dictadas en Estados Unidos de Norteamérica, en
Italia, Bélgica, Alemania y otros países destinadas a fijar los precios de venta
de ciertos artículos, la cantidad en que éstos pueden exportarse o importarse
o los salarios que deben pagarse en ciertas industrias, a controlar las operacio-
nes de cambio internacional, etc. En Francia se han dictado asimismo leyes
de moratoria, otras que suspenden el ejercicio de las acciones judiciales con-
tra cierta categoría de deudores, que prorrogan los contratos vigentes, que
autorizan para reajustar el precio del arrendamiento de los predios rústicos o
que lisa y llanamente rebajan las rentas de arrendamiento en los contratos ya
pactados, que fijan el precio de venta de ciertos productos y otras, como la
conocida ley Failliot, de 21 de enero de 1918, que autorizó a los tribunales
para decretar la resolución de los contratos de arrendamiento de locales
comerciales pactados antes del 5 de agosto de 191441.
39 Cours de Droit Civil Positif Français, tomo II, 3a. edición, Nº 15 bis, pág. 11.
40 JOSSERAND, obra citada, tomo II, 3a. edición, Nº 404, pág. 224; DE PAGE, obra citada, Nº 463,
pág. 404; P LANIOL Y RIPERT, obra citada, tomo VI, Nº 18, pág. 25.
41 J OSSERAND, obra citada, tomo II, 3 a. edición, Nº 405, pág. 226; PLANIOL Y RIPERT, obra citada,
tomo VI, Nº 25, pág. 27.
LOS CONTRATOS. NOCIONES GENERALES 15