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2. Desenvoloimiento de la doctrina de la Iglesia ala luz de las luchas crstoldgicas urs Las herjiascristogicas de la primera epoca proce ” ron; una parte, del sostenimiento tenaz del concepto judaico de Dios; otra parte, de Ia aceptaciin de ideas paginas hyelensticas, El infujo judaico se muestra en el vivo empeno por mantener & todo trance en | mibterio cristologico la idea de tina de Dios en el sentido de una sola persona dlvina (mona ‘quia), La especulaciin paria del axioma de gue no hay mas qe tug. Yo divino: y se divgian {as oraciones inmedits. mente al Padre por medio de Jestis —todavia el afo 393, un sinodo de Hipona, praesente Augustino, exgia que las oraciones, el altar habian de dirigise siempre al Padre—, en las Iglesias sriegas de oriente amenszadas por el arianismo se temia que | preposicin «por> favoreciera la teologia arriana dela inferio- ridad.'De hecho, los arrianos apelaban a esta formula Iigica para apoyar su doctrina de que el Hijo era menor que el Padre Para combatir sa ebjecién arians, en no pocas lituryias orienta- les se cambis la antigua formula «por Cristo nuesteo Senor>, po- niendo en lugar de «pore la preposicién «com>. Asi ya San ‘Ata- rnasio y San Juan Crisostomo, Enel lugar de fx antigua doxologa ‘Gloria al Padre por el Hijo en ef Espiritu Santo>, se rezd en adelante: «Gloria al Padce y al Hijo y al Expirite Santos, En realidad, Ia antigua férmula era perfectamente correcta, por cuan- to sise consideraba a Cristo en su forma Dei, es deci, en su natu- raleza divina, el Hijo procede del Padre; y si se le miraba fen su formu Seri, es decir, en su naturaleza humana, Ia preposi- dn «pore queria significar aquella mediacion y sacerdocio que el hombre nuevo desempena, como primogénito entre sus hermancs, en favor de toda la humanidad, A diferencia de ls iturgas orientale la romana ha guardado, cen general, ficimente el «per Christum Dominum nostrum>. La mayor parte de sus oraciones ltdrgleas invocan al Padre per Christum Dominun nostrum, Sélo.anaden con tendencia ant arriana la palabra Deus para asegurar la procedencia divina ad intra del Hijo respecto al Padre. Por lo demas, por este motivo se oraba ya en I primitiva Iglesia inmediatamente a Cristo, si no en Ia lturgia solemn, si al menos en la oraciin privada. Ya en ef, “Apocalipsis de San Juan (5, 9-14) se nos habla de la adoracin del, Cordero. Al ser apedreado, Esteban oF6 al Hijo: «Sefior Jest, recibe mi espiritu> (Act 7, 58). En los Acta Petri que pertenecen a la Spoca de Origenes y ‘reflejan la piedad popular del siglo Il, 86 toss fy oraciones se dgeninmeditamente a Cristo de manera tan exclusiva que se ha hablado de un pancrstismo, Cristo cs jgualmentetnvocado una y otra vez en las atigas acta aunt Bs de lo miriree (Martyrium Palycorpl, Maririam Car). Cando ls Iuchas arvana hubieon clio, se Neg tambien introduc takes oracionesen la urgla solemne Por su dogma de Ia consustancaiad del Flo con el Pade, et conto de Nicea habia levantado Ia pltaforma para el poste: For pensamiento teoligio, De aqui no\ pia ya aefrse, 90 {queria renunciar al nombre de cristiano. Cuando a feologa pro. {Grane liberal se hace infil at comin eas sole eto Jas confesiones eristanas y empiesa por nepar derecho de ciuda- dana al dogma del Hijo de Dios encamado; cuando cifras Parculr interes en quar a a sencila imagen evangsca de Cristo su pesado emanto de brocade en oro, es deci, la nate rales divs, no hace sno retvoceler al viejo monarguensmo diam, Todo el erataniamo htc, aun en ste mis cones Ssbercioneshereics, da un ments. este inten. Es nego abl ova de tania tend nombre de estan cuando se le niega samen lo que fae ropimente elemento impulsor en au desenvolvimiento historic. a fe en el casctr sebrenatual de Jess, a yeti cris Sion las luchas contra el arianismo fa cues oF ex sendo ets'¢ ign eristologiea fue a Ie par una cuestion trintaria, es decir, una cuestion sobre In mutua relacin auf shea de Tas personas divinas, en adelante se deslgé completamente de su conexién con la vida tinitaia ad intra y se convirio en problema cristolégico estrictamente dicho, que se plantea asi: En ‘qué relaci se halla la naturaleza divina de Cristo, conststancil con el Pade, con su naturaleza humana? El dogma de Ia cons: tancalidad habia resuelto una parte del problema, a saber, que 10 divino en Cristo no es una divindad de graci, una divinidad de segundo orden, sino que es absolutamenteidéntico con lo divin. Tanto més urgia ahora Ix solucién de Ta otra cuestin, en que telacin est la divinad de Jess con su humanidad y ésta con e} Verbo divino? Se trataba de una euestin no slo ontoligica, sing también psicoligica: €En qué relacon est fa conciencia divina de Jess con su conciencia puramente humana: [a concienca de tenet hhambre, sente culdado, pensar, querer, sufrir, morir? a7 HLdceione, La solucién mas primitva y mis sencilla fue Ia de negar Tsamente esta conciencia puramente humana. Todo lo hhumano en Jess, spin esta concepciin docéica es slo aparien: ia, Su cuerpo es aparente. Su pas fue aparente, Lo dnico real fen El es To diving, Es extraordinariamente instructivo seguir las races flos6ficas de este doceismo, en cuanto puede agui hablaese de tales raices, Una vez més nos damos cuenta que ls raices propiae de todas ls herejas no se hallan en el ambito de la revela- ‘én, sino en el dominio de las flosofias paganas. Ya Tertulino Inaba lamado al filosofo padre de todas la heres a herein docstica se reduce a Ia manera de pensar helénica xy particularmente, 21a neoplaténiea, slo que, por el pensamiento imasivo, se torn6 todavia mas grosera Para Pltén, el verdadero y propio ser es el ser spiritual y, mas profundamente, el Logos, en cl que todas las formas ideales de Tas cos35, todas ns esencias ‘espiritusles tienen su realidad, En imo temino, el ser verdadero {lo dlvina mismo, cuya copia y expresion es ef Logos. Todo lo {que es se ha formado segin st arquetipo. Por consiguient, para Piatén, todo lo perceptible por los sentido, todo ser empiric, o> sélo ser de segunda categoria, lo que, en cuanto es perceptible por los sents, perece y eambia. Solo lo espirtual no perece. Esta rig distinc entce else divino-spritualy el ser percep. tible sensiblemente, se ahond, por influjo del oriente, en una ‘oposicion entre In materia el espritu. El pensamiento oriental es de tendencia esencialmente dualista, Postula siempre una opesi ‘iin hostl entre el cielo y In tierra, entre el esprit y la materia, entre el alma y el cuerpo, Si prescindimos del brahmanismo y de sus iradiaciones, estas ideas dualistas se fundamentaron y pro- ‘pagaron primeramente en [a religién del parsismo. Cuando Alejan- ‘dro Magno conquists a Persia, este dualismo persa penetrd tam- bin en el pensamiento griego, Asi macio el ebelenismo> 0 época hrelenstica, cuya pectlaridad radica justamente en esta tensin hostl entre el esprit y la materia, Segin eso, el mundo sensible no es verdaderamente ser. Para el pensamiento masivo no habia ya de ahi mis que un paso para consderar lo que no es (ox 3) Como lo que no debe ser (uj 6»). Entre Dios y el mundo, entre ef ‘spirtu y el cuerpo, no solo existe diferencia, sino oposicién y hasta contradiccion. En el neoplatonismo, que era, desde luego, més bien religion que filsofa, e interpretaron estas ideas en ef sentido de que el fin de toda aspiracién del espiritu y de toda 88 ‘eucacisn conista en desprenderse radicalmente de todo lo sen- Sible sabre todo en el Extn, yn impeimir ens misma To pra iment espiitual, Una corrente fueremente antisense Hamado tneratsmo, se fue diundiendo, sobre todo en aquellos sscores, «que se seman asqueaos pr los excesos dels desenfrenaa sen- sualdad de Ta epoca. Cunndo” el estan pene eh lin, {ue entendido,en su ethos sobre toda, encratsieamente,y do- ceticamente en su espectlacién. Puede devise que I primera desviaion de a prdicaionerstina tuvo laren slo bec nistico, en el sentido de que se combats fa plena corporaldad tel Ser st ser sensible, Ya los eeritos de San Juan (U1 1 17 4, 1:2 Toh 7) hubieron de habarselas con el doetsmo, De abi el cuidlo dl Evangeinta en hacer oualtar que el Verbo se hizo Caine Para este gostcismo doce, lo corporal pasaba por ago, indigno del hombre, El evanglio de los epcios, parendo. de estas eas, no teme Hamar a la mujer, en Inge ee verse sabre todo la unidn con la naturales, evestdure de ignomini> (jenisjons tga) Esta ‘consideracion doceics de Cristo era tanto més prefrida por los gnésticos cuanto por su medio crefan responder al reproche de fs genties de que ea locra hablar de tn Dios cuceado La gnosis docsic fue ya desde comiensos de crisiaismo . Por es, a partir dela escolitia incipient, ya no =e Fable solamente de una assmtio cars, sino del asso carn tanimac, i, hominis. eAsuneién de la carne y del alma, es decir, ‘del hombre». Las controversis eon Apolinar habsan aclarado en ef terreno dlogmstico este unto: En Cristo ests Ia divinidad y Ia plea 1 perfecta humanidad. Esta humanidad posee st plena eonciencia, ‘opis, st peculiar espirtwatidad humana, En ningsin sentido que dda sustiuida por el Logos. La unidad de divinided y humanidad ‘en Cristo no puede deteminar en El desratualizacion ni expolia- ‘ion alguna de lo humano. Desde exte momento quedaba abirto cl camino a Is idea de que fa unién de hr divinidad y de la Imumanidad en Cristo sélo podia tener lugar segin la persona, zo segin la naturaeza. No es posible que ls fuerza divins in: den, por decirlo asi, con nectsidad de naturalesa, la humanidad. de Cristo y Is divinicen, La naturaleza humana de Cristo peema- rece més bien completamente integra despues de Ta wnién, Lo aque ef Logos, pues, comunica 3 hy natwaleea humana de Cristo silo puede ser su personalidad, In perseidad —el ser per se—, Ja subsistencia, Esta consecuencia, realmente Solo las lichas mo. nofisitias Ia sacaron a plena luz” El problems planteado por los ‘monofisias era el siguiente: Si Cristo es verdadero Digs y hombre fentezo en cuerpo y alma; si, consgulentemente, ambos componen tes de st ser, el divino y el humano, permanecen integros, Leomo, fe surgir de estos componentes de diversa especie und wnidad persona, e solo Cristo, nus Christus, y cémo hay que enten- ler mais precisamente esta persona Unica? of 1 erste sexs Toda Ia antigua controversia crstosics, omteuenay aiandrina como es fail ver Ya por las anteriores cexplicacones, fue sostenida por dos escuela teoigcae: Ia ajar dina y Ta antioquens. Esta estaba orentada hacia el dato de ex rienein,c¢ decir, em de tendencia histérca y postiva, Ia otra se ‘nclinaba a uina especulacién metaisco-contemplatva, Si Jos and: ‘quenos buscaban levantarse del mundo de Ia experiencia 10 dlivino, Ios aljandines se esforzaban por comprender el mute el acontecerhistvico partiendo de Dios. Su especulacign no tba, como Inde los antioguenos, dle abajo arriba, sino de arriba abajo, Esta diferencia caracteristia dle las dos cscs se puso tanto imas de manifesto cuanto mas decidiamente pass a primer plano |h cuestién sobre fs manera de unirse en Cristo la diviidad y la Ihumanidad. Los antioquenos partian de la apariciga bistérca de Jess: Cristo aparecié como hombre perfecto y entero en una ‘onciencia personal humana. La polémica con Apolinar habia est- Blecido claramente que Cristo no pose solo conciencia perso. fal diving sino tambisn conciencia humana. De donde concluian: Nego Cristo tenia también tin yo humano. El problema, cons uientemente, se planteabs asi: Stel yo humano\en Cristo es un dato hstorico y hasta un dato previo, ccomo puede unirse el yo fliving del Sefor con este yo humano? Este planteamiento del{ preblema Hlevaba de antemano consigo el peligro de coneluir, de |p pecularidad de In conciencia humana, Ia exstencia de un yo humana independiente, y destruir asi In unidad personal de Ces, Para la mentalidad antioguena, era natural Ia tentacin de cons dear ly unin entre In divinidad y Ta humanidad de Cxsto no] ‘coma intima y sustancil, sino externa y accidental. El yo humano coesistia, desde ese momento, junto al yo divino. Su unidad no 6 fisica, sino moral. No es esencial, sino voluntaria: una mera Felacion’ mutua (wsicayenxt) que resulta de Ia proximidad morosa del yo divino y del humano y que necesita ser renovada onstantemente, En Cristo, pues, tene lugar un continuado inter- cambio de anor, un permanente movimiento de amor entre el ‘yo divino del Logos y el yo hemano, La continua unin amorosa (rage) levanta, ademss, el yo humano a Hijo de Dios. En Cristo ay, pues, dos hijos de Dios: cl natural y el adoptive, Maria ~ sé dio a luz a est hijo adoptivo. De ahi que no pueda lamrsela, madre de Dios en sentido estricto, sino sélo madre de Cristo, Siquera estas coasecuencias slo fueron claramente vistas y expres 95 samente sacadas en ef curso de las controversias, El haber con ddenado In iglesia el arsianismo yapolinarismo que pretendian Sdemostrar una unin natural entre la divinided y fa humanidad de Gristo, parecin Favorecer Ia doctrina antioguena acerea de la unio caitatis. Y asi se explica que Nestorio, patriarea de Constantino- ss, creia con Ia mejor buena fe mantenerse ea el pensamiento fortodoxo al encomendar al presbitero Anastasio llevar las ideas antioguenas al palpito y propagarlas entre el pueblo, 4 nesuriaome. Por medio de esta popularizacin, esas ideas se volvieron naturalmente mas masivas ¥ geoseras de lo que origina tiamente habian sklo pensadas. Tal sucedio sobre todo por ls ‘omsecuenciae que el predicador creys deber deduce de Is teoria tbe fos dos hijos de Dios, Sein eso, habria que separar igurosa- ‘mente en Cristo as propiedades y actividades del Yo divino y del yo humano. No seria licito lamar Dios a Cristo sin mis distncion {yadorarle como a tl. Slo el Logos es verdadero Dios en Cristo. No se davia, por ende, Ia comunicacion de idiomas. Tampoco hhabria que considerar a Maria como madre de Dios. Maria cvia Cristotokos, no Theotokos —la que dia luz a Cristo, no la que dig a luz a Dios —. Justamente esta tltima consecuencia provectd tin claro foco de faz sobre la teoria de los dos hijos de Dios, Esa ‘coria aparecis enfonces en el mas viva eontraste con la concien cia cristina, que habia siempre venerado en Maria a la bendita entee las mujeres, cuyo fruto habia sido el Cristo entero y no solamente su yo humano. En la teologia siempre se habia desig nado a Maria, desde Origents, como a madre de Dios, El dua imo_de Cristo, Ia intima escision de s1 Ser, se presentaba como prefiado de peligro, Cristo aparecia como un ser dable, como ti Santuario ambulante, en que el summa sacerdate huimano adoraba su Dios, Ya no era el Cristo de Juan y de Pablo y tampoco era el poderoso, maravillosamente fuerte «yo» de los sindpticos que hhoy moria én Ja crus y pasado mafana resucitaba. Por sus més Ihondas conexiones dlogmatico-histricas, el nestorianismo Hevaba a Ta més inmediata proximidad de los monarquianos. dinamistas, Sefaladamente a.un Pablo de Samosata, que habia volatizado Ia figura histriea de Cristo en un pessonaje puramente humano. Era comprensible que Nestor suscitara por ello la protesta de Te escuela alejandring, cuya particlaridad, desde Clemente Alejandrino, habia precisamente consistido en considera al Logos 96 como el principio unificante y animador inmediato del cbrar Jnumano de Cristo. De ahi que esta escuela no consideraba prime: Famente 3 Cristo por st apaickin externa humana, sino seins Aignidad intena, silo ala fe accesible y segtin st relacén exencial fon Dios. El problema, por tanto, se planteaba asf. Si Cristo ee verdadero Dios, Zoimo puede sw divinidad asumir la natu Jhumana, sin poner en peligro Ia integrdad de esa misma natu lesa? Pero sy planteado ast el problema, queda indubitablemente asegurada Ia’ unidad de persona en Casto, quelahs, por otra parte, fatalmente mutilada Ia naturaleza humana en sw smbito de Acciin. Mientras los aleandrinos, desde st punto de part ‘endian a exagerar Ia uniad de persona en Cristo en una una dle raturalezs, los antioquenos estaban expucstos 2 distor | ‘ualidad de naturalezas en dualidad de personas, Es muy nat aque el mismo San, Ciril, en los comienzos de x especuacion, tomara por base el esquema tradicional del Logos-earne que hasta se valiera, sin escrpulo, de formulas apolinaistas, Solo en cl curso de las controversias con Nestorio eeconacié que la tala ia alejandrina, por su parte, tampoco ponia siientemente de relieve la peculiar importancia del alma humana y de sus opera cones. De ahi que Iz aportacién propia de su especulacion con- sists en haber unido los conocimientos de Ia escuela antioquens on las opiniones alejandrinas y haber creado asi una base suf cientemente clara para el ulterior desenvalimiento coreecto de las verdades cristoligias Lo caracterstco de fa especulacién de San Cirlo puede res mire en estos puntor: El movimiento de Ia encarnacion parts no de lo humano, sino de lo divino. No se hizo Verbo el hombre “Ciisto, pues esto seria una apoteosis ala manera de ls mitologias ppaganas, sino que fue el Verbo quien se hizo hombre. Hl sujeto de lution cf solamente el yo-Logos. De ahi que sélo pueca hablaise de-un Yo tinico en Cristo, del Yo divino del Logos. Aun después de Ta encarnacion hay solamente un Yo en Cristo: «Llno solo y el ‘mismo ex Cristo, Este Logos a hecho suy ia nataraleza humana, de tal mane que le pertenece de modo fico (we ean) por lo tanto, esencialmente, no, por ejemplo, en vietud de’ la accisn moral deTa fe y de la cardad por parte de la misma natu ‘aleza humana. La unin de Dios y del hombre se cumplié de i vez para siempre por el hecho de a encarmacisn, No estiba, pues cn Ia libre voluntad 6 en una acciéa moral. 7 Como seve, In férmula crliana twa goa no puede fomarse en el sentido del monofisiisme posterior, como si ls tin de las dos naturalezastuviera lugar secundum naturam di Pinar y todos los atrbutos de la naturaleza divina se desbordaran ‘de suyo sobre Ta humanidad de Cristo y absorbieran completz- mente cuanto en El hay de humano, La formula quiere més bien ecir que la unién no es accidental y puramente voluntaria, que ‘lose estableciera por acts libres dela naturaleza humana, No. Es tna unig permanente, tnia, establecida por el solo echo de Jn encamaciin, El yo-Loges no es, pues, el resultado, sino el principio permanente de la unin. Esta se cumplié ya antes de toda accién moral de que Cristo fuera capaz, y estan intima que lo divino y humano en Cristo silo Weal 0 tedrcamente pueden separarse, En realidad, «= uno solo y mismo Yo divino el que jrealiza no sla los actos divinos, sino también los humanos, de suerte que de Cristo pueden predicarse igualmente acciones div ‘nas y humanas. Se da, por ende, una comunicacion de idiomas Del Yo en Cristo que toma su nombre dela naturaleza diving se preden predicar actos humanos,y del Yo en Cristo que se design por la naturaleza humana se pueden afiemar acts divinos. Puedo, puts, confesar: el Logos divino se ha hecho hombre y ha pade” ‘ido, con Ia misma raz6n con que puedo aseverar: el crucfcado ‘eel principe de la vida Podemos decir esto porque el sujto de {quien se dizen estos predicados es siempre uno y el misma: el yo de Verbo eterno. Por eso jestamente no silo se ha de adorar al Logos en Cristo, sino a Cristo entero, aun ss humanidad, pace esta ‘humanidad pertenece al Verbo y no puede separarse de él. Y por ‘0 justamentetambign es Maria verdadera madre de Dios, puesto que el ser viviente que ella dio a luz es el Hijo de Dios hecho hombre Ta fuerte acemuacidn de Inne gor en el sentido descrito, que Cirilo debi, indudablemente, a Iz tadicién aleandrna, pone Ja imagen de Cristo a cubierto de toda divsién, y hace resaltar con energia el fondo absolutamente divino de fs vida de Cristo, el hecho potente de ser Dios mismo, Ia segunda persona divina, cl sujeto propio de todos los atributos y fuerzas, humanas y sobre fhumanas, del Sefor. Solo ahora logra una clara concepciGn esp tal y fuminosa expresién el Verbune caro factum est de Sa Juan y Ia conviecion de la fe de que el solo y mismo Jesis histérico es a la par el Hijo del Dios vivo, 98 En read, todavia no se ha promuncad Is palabra Hera dora saber, qe stn no ex tna nn sepin la mauler, sino spn persona. La clare dnc entre maturcea per] tomy, In afnacion de quel personalidad no & cement eel rs naturale, sno que pede ser ssa als matuaesa 9h omivientement, es concebibey rel ic en Cinta sed cet tment ana natriea humana, pro no tna persona humans esa Clas citinin, deci, entre matwatesa pesna no fue fol ia Itetas por Gil. De sh que sie sre retersa mente a sspeha de qu, ene! foo, or lsandrns ersehaban Ie auncon de Is satursiesn humana en Ta divina ye, co fuienement, Ia naturatesa divin pola ssumie absorber en Sloe srbtoey facade bimanae, Esa postblild fe teida cena por los monofisie posterior ‘ilo, desputs e on sine de Alen, lan, por encore det Papa doce anatematimes contra lv eros de Nestor. ‘Teva en el mismo ao (129) papa Celestine condeng tm: thin elnetrianismo en un snodo de Roma. Como Nestorio no fe quisorometer yen doce conaanatematismosfactaba 2 Clo de splnariumo, cl emperador Teoaio Nl convcs lao 431 on Conelio gener en Eco. Bak Ta preside de Cio fe com dnndo de neevo cl nesters 9 se defn Ts doctina ele Sinica sein a forma Je Ci. Netra ste partarior se Sinton moletor por la foma poco cantata © peo con Ge Ciro apemsba para Ta decn de la cvestn antes de que Eitan ego fe nestoranos. Eas fuera de dds que Cla no procdi de maners abnegada y desntreda, sno que cor plc a lucha dopmaticacon interes personales y con spa Tir enemisod conta Nistor. As ae opsione sigutron et fe Solo enel ano 433 se adh a Ils de One a nba Ee Antogia, t amado Symbolin Epbeinom, qos Hamaba a Marta theotoos, peo enechat, por ara parte unin, sa ime, ela dildo y de bumsnidad en Cli La human {pe seb, por su asncién ene Verb, los abutory pode tes dz by entnlza divin, sno que permanee nega bani {Ei La Yoomlaequvec, gue proce de hpolnary abla io Scepada por Gull, na gone’. Duh Dopo. sepogiv, 10 fe aditdo en el smbolo. Sin embargo, Ciro reconocis ste “Solo recta por antoquene, porque reresetaba un ds treo equine nes dos tendon La aportacin esencial de fa contienda antinestoriana fue haber establecido que no hay en Cristo doble yo, sino uno solo, el yo el Logos. de la segunda persona divina. La humanidad del Sefior ‘std unida de manera esencialy permanente con este yo del Logos Yan intimamente que todos los actos humanos de Cristo son 3 la vvez actos del Logos. Cristo no puede pensar ni hacer absoluta mente nada que no pertenezca a'su yo del Logos. FF mowsostione. Como después de la muerte de Cirilo resucits el viejo esquema del Legos-carne en st forma igida, sus parti- darios sontvieron que las decsiones del concilio de Efeso nece- Sitaban correccion, Portavoz en la mieva contenda que se encen- dia fue primeramente Eutiques, archimandrits de un convento czrea de Constantinopla, Eutques acepts ls formulas de Cirle y las explicd en el sentido de que, en vetud de Ix encarnacion, la dlvinidad yx humanidad de Cristo se fundieron en una sola fa sola naturaleza divina. La vieja cristologia apolnarsta el Logos-care, que propiamente debis haber quedada superada por la teologf antinguena y por la férmuta de unidad del aRo 433, ceplada por el misma Cirl, lewd a Eutiques a f opinisn de que, por Ta encarnacin, resulta una emezela> (a5. 2773 que la naturaleza humana queda de todo en todo absorbida por Ih diving. Pusironse de st parte, sobre todo, los aljandvinos; asi, ol violent patrarea Dioseuro, que en ef lamado ssinodo de los Iadrones>, de Efeso, defends fas formulas de Eutiques frente sl patriareaortodoxo de Contantnopla, Flaviano, y contra la carta Sogmatica del papa Leén T al mismo Flaviana. El concilia convo- ‘ado seguidamente en Calcedonia el afo 451 acepts ln carta dog- mati del papa Len y rechaz6 toda interpretacion monofisia del Efesino. Como el concilio Niceno habia confesado a Cristo con sustancial_con el Padre (Zqusiaos

. Parecié por un momento que, ‘amino de este monoenersismo, volvia a penetrar en la Iglesia el Antiguo monofistsmo, La stuacion se salve gracias a dos monjes: Sofronio, mis tarde patiares de Jerusalés, y el sablo abad Maximo, Confesor. Ya‘en un sinado Taterano del aio 649 rechaz6 solemnemente la Iglesia romana, por medio del papa Martin I, el ‘monoteliso, y el VI conclio general ce Constantinopla (680-81), confimado por el papa Agatén, lo sefalaba como herejia y exco tulgaba no so a Tos autores propios del error, particularmente Sergio, sno también a sus efavorecedoress, sabre tado, por ende, SI papa Honorio. La confesin solemne fue redactada de acuerdo on fa carta dogmatica del papa Agatén: eY ppredicamos igual ‘mente cn El dos voluntades naturales 0 quereres y dos operaciones naturales (Zar puoiad Dobaass ak Moe guauees Eouyie naturales volumtates et dias naturales operationes). sin di sion, sin conmitacin, sin separacién, sin confusion, set la ense- fania de lor Santos Padres, y dor veluntades, no contrarias =IDios nos hibre!—, coma iron los impios herejes, sino que ‘xc voluntad humana sigue 2 1a divina y omnipotent, sin oponér- Sele ni combatirla, antes bien, enteramente sometida a ella (Dz 291), Con esta defincion’ quedaba a salvo lo. mismo la dluaidad de voluntades en Cristo que su unidad moral ‘Al ensenar el conciio en Cristo no s6lo dos voluniades, sino también dos operaciones naturales, quedaba de auevo confirmada, ¥ asegurada en sus consecuencas la definicion del Caleedonense de que, aun despucs de Ia encaenacign, cada una de fs dos nat salezas permanece en To que lees propio (silo proprieate tris {que natura) No soo ae dos natwralezas; también ss cos modos {le obrar permanecen en Crist inconfusos, No es que Is natura leza humana, bajo el predominio de la divina,lleve ya slo una triste existencin como dipasicién potencial. No. La voluntad Jmumana es, antes bien, independiente, auténoma, instrumeato del Verho con faculkadespropias y que sigue sus props leyes psu «3s, El querer human conserva su libertad. Como nuestra vountad no es volentada por In gracis, tampoco Ts voluntad humana dle Cristo lo es por la divina La aportacién de fa contends monoteltca a ls crstologia ests, solve todo, en haber estalecido que la unién de la natraleza humana con el yo divino no despojalanaturaleza humana en ningin aspecto, sino que la deja como es y la conserva en su propiedad: 108 (proprctas) hasta cio acto de Ia voluntad, Las leyes, por ede, dela fsilogia y psicologa,segn ls cuales se desenvuelve €lobrar human, conseran en la imagen del Cristo de Ta fe too su derecho y vigencia. Na seria silo ero y apalinaita hen. tificar el pensamiento y_vida espinal del Sefor con la eterna fazin diving; seria tambien berico. considerar su voluad libre albedrio como un querer divino y omnipotente, Las deter minacones de la vould Jes evan en patria humana, en el sentido de que estin inspiradas por un entendi mento puramente humane. ejcutadas con humana Hibertad Cristo no es, portant, un milagro ambulante, que sso aparente- mente realzara actos humanos, pero que en realidad solo obrara Aivinamente. No es cieramente aslo hombre. Porgve es Dios- hombre, In nién de st abrar'y qucrer humane con ei diving e incomparablemente mis intima que en nosotros. Ee-una unign personal y permanente, Una de ls cuestiones mis dif, peo dia pac de las mas atrayentes de una psicolons iteigent, c= is de astcar ls misterioss elaciones del querer humana y del divino en Cristo y la descripcin de su compeneraciin y corns Adoytnime. Con Ia defniciin conciiae del afo 681 quedaron ten lo exencial conchisas las controversias crstoldgiens. Slo tl viejo nestorianismo volvié nuevamente, de forma esporsdica, 8 flamear en suelo occidental. Primero en el siglo VIII, en Espara, bajo ls forma del llamado adopcianismo. Seguin ste, ess, en 8 naturaleza humana, solo habria de ser tendo por hijo impropio, por hijo adoptivo de Dios, como hijo de Dios por gracia, Un Sinodo de Francfort del aio 794 rechaz6 este error en presencia del legado del papa Adriano 1, apoysindose en que tambin Ia na- turaleza humana del Senior tiene por sujeto un yo diving la segunda persona de Is Trinidad. Enel siglo XIX se levaneé un nestorianismo femejante, en forma moderna, con la teoria de Antonio Ginthee F1863). Seguin Gunther, habia que distinguir en Cristo una doble conciencia, Is divin y Ix humana, Esta afirmacion es tan clertamente exacta como falso ef supuesto de que fa esencia dela persona se concluye sn restrvasen esa conciencia. Lo que hace per ona a una persona seria no la subsistenci, sino el darse cuenta de esa subsistencia, es decir a conciencia. De la prémisa de que fa conciencia es Ia que forma la persona y de que haya, por otra 105

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