Está en la página 1de 6

PRÁ CTICA: Sesió n 6

Sesió n Nro – 3 Lalo y Flor -

José Rosa Joel Felicia


Padre

Au

Sen Lalo
Flor
te 50
48

David Sara
20 19

Motivo de la demanda: Separació n por infidelidad de Lalo

+ Para la sesió n del día de la fecha, convocamos a Lalo y Flor, con la finalidad de
indagar sobre sus familias de origen.
+ Terapeuta: Dra. Ps. Bardales
+ Co-terapeuta: Ramó n

- T (dirigiéndose a Flor): “¿Cómo está?”.


- Flor: “Me encuentro mejor, no me duelen tanto los riñ ones como el otro día. Ahora estoy
tomá ndome unas pastillas. Estoy trabajando.”.
- Ramó n: “Estuve ausente la sesió n pasada porque estuve paseando con mi familia en
Huaraz.
- Flor: “Huaraz es muy bonito….”.
- T: “La sesión de hoy la queremos dedicar a conocer un poco más de dónde vienen,
queremos saber de su historia familiar”.
- Lalo (esbozando una sonrisa): “Somos del mismo pueblo, de, un pueblo muy pequeñ ito
de Cajamarca con 400 habitantes”.
- Flor: “Es una aldea”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Tus padres y tus abuelos también son de allí?”
- Lalo: “Si….yo me vine a Lima só lo con una maleta, a los 18 añ os.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Qué valiente has sido. –
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Cómo se conocieron tus padres?”
- Lalo: “No sé, no me contaron, supongo que de estar ahí en el pueblo, que es muy
pequeñ ito; allí somos todos familia, o por parte de padre o de madre”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿A qué se dedicaban tus padres?”.
- Lalo: “Mi padre era agricultor, trabajaba como jornalero en el campo. Mi madre tenía una
enfermedad del corazó n y murió de eso; empezó a tener estos problemas muy joven. La
recuerdo en la cama y yo haciendo en mi casa la comida”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Qué posición ocupaba tu madre entre sus hermanos?”.
- Lalo: “Ella tenía 7 hermanos y era la tercera o cuarta de los hermanos. Todos trabajaban
en el campo. Mi madre cuidaba cerdos y ovejas, En el pueblo no había recursos, se comía lo
que había”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Tú te alejaste de tu familia”.
- Lalo: “Si…yo salí de casa a los 18 añ os a buscar trabajo en Lima, porque en mi pueblo no
había que hacer”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Tu padre vive?”.
- Lalo: “Sí…tiene 90 añ os”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Y él tenía hermanos?”.
- Lalo: “Sí…tenía una hermana que radicó en Iquitos”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Tú tienes hermanos?”.
- Lalo: “Sí…tengo un hermano llamado Juan José, que es 4 añ os menor que yo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿A qué se dedica Juan José?”.
- Lalo: “Trabaja en el campo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Cómo fueron los primeros años de tus padres como
familia?”.
- Lalo: “Lo pasaron mal, no había dinero y se tenían que buscar la vida, pero nos criaron
bien. Mi madre era una mujer de mucho cará cter, era la que mandaba en la casa y la que
solucionaba los problemas. Mi padre venía tarde de trabajar, comía y se acostaba”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Sabes algo de cómo fue tu llegada al mundo?”.
- Lalo: “Mi madre no podía darme la “teta” y mi padre tenía que ir al pueblo de al lado por
leche".
- T (dirigiéndose a Lalo): “Cuéntame cómo fue tu infancia”.
- Lalo: “Nos criamos en la calle con la vecina, cuando mi padre se iba a trabajar y mi madre
estaba en cama. Era un buen estudiante, tenía buenas notas, pero no pude continuar los
estudios porque mi familia tenía necesidades, yo tenía que trabajar y las becas las daban a
dedo. Yo quise que mis hijos estudiasen, pero ellos no han querido hacerlo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Cómo fue tu decisión de venirte a Lima?”.
- Lalo: “A los 18 añ os me vine a Lima, porque la Coca-Cola iba a los pueblos buscando gente
para trabajar, y yo decidí apuntarme. Empecé a trabajar temporalmente en Lima, iba y
venía a mi pueblo. Con ese trabajo me alcanzaba para comer a mí y mandaba dinero a mi
madre para mejorar la vida de mi familia”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Te acuerdas de cuando nació tu hermano?”.
- Lalo: “No me acuerdo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Cómo es tu relación con Juan José?”.
- Lalo: “Me dejé de hablar con él porque le pedí que me ayudara con mi padre cuando tuve
el problema de mi hija. Mi padre pasaba tiempo en Lima y yo sostenía los gastos de mi casa
aquí y de la casa familiar en mi pueblo. Mi hermano no se ocupaba de mi padre cuando
éste estaba en Lima y no lo venía a buscar cuando yo se lo pedía”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Tu padre se puso de parte de tu hermano?”.
- Lalo: “No lo sé”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Cómo era tu relación con tu madre en esa época de tu
vida?”.
- Lalo: “Cuando iba de Lima a mi pueblo, de visita a la casa de mi familia, mi madre me
hacía má s caso a mí que a mi hermano. En cambio, con mi padre yo empecé a tener má s
roces cuando comencé a independizarme (entre los 19/20 añ os)”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Cuando te fuiste a Lima para trabajar y mandabas dinero
a tus padres ¿alguno de ellos te lo reconocieron?
- Lalo: “En mi familia no me lo reconocieron. Era lo normal ayudar a los padres con lo que
se ganaba”.
- Flor: “Antes como no había dinero, el hijo mayor tenía que mandar parte de lo que
ganaba a los padres”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Y eso de ayudar a tus padres ¿hasta cuándo sucedió?”.
- Lalo: “Hasta que me casé con ella (con Flor)”.
- Ramó n (dirigiéndose a Lalo): “¿A qué edad se casaron?”.
- Lalo: “Yo tenía 29 añ os y ella 23”.
- Ramó n (dirigiéndose a Lalo): “Nos da la impresió n con mi compañ era, que tu vida debe
haber sido muy difícil y muy sacrificada. Vivías en Lima, lejos de tu tierra y tu familia, y les
enviabas dinero para ayudarles…”.
- Flor: “Sus padres dependían de él (de Lalo)”.
- Lalo: “Cuando mis padres se casaron no tenían casa propia, alquilaban una habitació n
muy chica, igual de grande que esta sala (de terapia). Y allí vivimos con mis padres y mis
hermanos muchos añ os. Por eso, llega un momento, en que tienes que salir fuera, a
buscarte la vida”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Y salir a luchar como lo has hecho tú, es algo muy
valorable”.
- Lalo: “Como yo ha habido mucha gente. Quien tiene miedo no sale, se queda.”
- Ramó n (dirigiéndose a Lalo): “¿Có mo lo pasaste los primeros añ os aquí en Lima?”
- Lalo: “Los primeros añ os en Lima la pasé bien, iba a la discoteca porque tenía un dinerito.
En mi pueblo nunca había tenido dinero”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Qué pasó en tu familia cuando te fuiste a Lima?”.
- Lalo: “Nada…a veces se acordaban de que me había ido. Nos mandá bamos cartas o yo
llamaba cada semana a la vecina que era quien tenía teléfono en el pueblo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): ¿Quién te ayudó aquí en Lima?
- Lalo: “Alguna gente de mi pueblo que yo conocía aquí. O cuando me sentía mal, me
cuidaba la mujer a la que le alquilaba la habitació n”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “Cuándo te viniste a Lima ¿echaste de menos a tu pueblo y
a tu gente?”
- Lalo: “No, porque allí había pasado mucha necesidad”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Y qué fue de la vida de tu hermano cuando tú te viniste a
vivir a Lima?”
- Lalo: “É l se quedó en mi pueblo, se casó allá y no salió de allí”.
- Flor: “No quiso salir”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Sabes por qué te llamas Lalo?”.
- Lalo: “Por mi abuelo, él se llamaba así. Un primo mío también se llama Lalo”.
- T (dirigiéndose a Lalo): ¿Crees que tu padre se ha sentido orgulloso de ti por lo que
lograste?
- Lalo: “Creo que sí…a ver, me vine a Lima, me compré mi departamento aquí y pude
comprar la casa familiar en el pueblo. Pero tampoco se lo he preguntado…si nos sentamos
a comer en la mesa, no hablamos. Ahora ya está muy mayor, aunque la lucidez no la ha
perdido. Si se lo preguntas, a lo mejor te dice que sí, aunque sea mentira”.
- T (dirigiéndose a Lalo): “¿Te habría gustado que te lo dijera?”.
- Lalo: “No lo sé, es una cosa que no me….si te lo dice pues bueno, al final si has conseguido
las cosas es por el bien de tu familia. Con darte una palmada en la espalda no te van a
reconocer nada”.
- Flor: “Yo creo que le hubiese gustado”.
- T: “Pues, muchas gracias Lalo por todo lo que nos has dejado saber de ti. Ahora,
quisiéramos escucharte a ti Flor para conocer como ha sido tu familia”.
- Flor: “Yo he sido diferente, me crié en el mismo pueblo que él (Lalo), pero con mi familia
no la hemos pasado tan mal como ellos (Lalo y su familia), aunque somos del mismo
pueblo. La familia de él (Lalo) era pobre, la mía no, está bamos bien. Pasé una infancia muy
feliz y tuve todo lo que tenían los niñ os de mi pueblo”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Cómo se conocieron tus padres?”.
- Flor: “De pequeñ itos…allí en mi pueblo, se conoce todo el mundo porque somos 300
habitantes. En esa época, la gente del pueblo se casaba con la gente del pueblo”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Tus abuelos a qué se dedicaban?”.
- Flor: “Se dedicaban al campo, como lo hacen hoy mis hermanos”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Cuántos hermanos tienes? ¿Tú qué posición ocupas?”.
- Flor: “Somos tres hermanos: Benito, que es el mayor, yo, que soy la del medio y Luis, que
es el má s pequeñ o”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Qué sabe de sus padres?”.
- Flor: “De joven mi padre fue muy mujeriego y fiestero, tenía muchas novias. Luego
cuando se casó se tranquilizó . Mi padre se llevaba super bien con mi madre. Pero hace 12
añ os, cuando se murió mi madre, mi padre con 70 añ os volvió a vivir la vida loca, empezó
a salir y hacer su vida. É l es muy independiente, le gusta la libertad y, desde que murió mi
madre, comenzó a viajar solo… ¡con 70 añ os se fue a Iquitos! Mi padre es todo lo contrario
a mi suegro, que es el típico hombre de nuestro pueblo que no se mueve y que no sabe
hacer nada. Admiro a mi padre porque ha sido una persona que no depende de nadie”.
- T (dirigiéndose a Flor): “Cuando tú y tus hermanos eran pequeños ¿a qué se
dedicaban tus padres?”.
- Flor: “Mi padre era una persona muy trabajadora, se dedicaba a pastorear ovejas y criar
chanchos y no nos hizo faltar nada. Yo fui una niñ a muy feliz, me la pasaba casi todo el día
en la calle en el pueblo, y a veces también me iba al campo”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Y tu madre en casa?”.
- Flor: “Las mujeres de mi pueblo, como no había dó nde salir, iban a recoger algunos
cultivos. Mi madre hacía eso, pero no trabajaba de manera fija, todos los días. Mi padre
mantenía la casa con el dinero que ganaba con su trabajo con las ovejas en el campo.
Vivíamos bien, no teníamos caprichos, no había tele, pero está bamos bien y felices”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Y cómo ha sido la vida de tus hermanos?”
- Flor: “A Benito, siempre le ha faltado “media cocció n” y ha dependido mucho de mi
padres. De hecho, al día de hoy, mi padre lo dirige con el trabajo con los chanchos y no ha
salido del pueblo. En cambio, Luis, mi hermano pequeñ o, es má s avispado, ha viajado, ha
ido y venido, y después regresó definitivamente al pueblo; hoy vive allí con su familia.
Ademá s Luis también dirige a Benito con su trabajo con los animales”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Y cuál era tu rol en la familia?”.
- Flor: “Yo era la chica, la que tenía que fregar y limpiar. Yo quería estudiar para salir de mi
pueblo”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Qué esperaban tus padres de ti?”
- Flor: “Que me casara, que fuera una ama de casa, que dirigiera bien la casa”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Qué piensas de esto ahora?”.
- Flor: “Ay si volviera el tiempo atrá s… me hubiera ido del pueblo sí o sí. A mi hermano el
pequeñ o, a los 14 añ os, ya lo mandaron a Piura”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿A ti no te dieron la oportunidad?”.
- Flor: “No…tampoco era muy buena estudiante, mis padres habrá n pensado “para qué
íbamos a gastar dinero en ella”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Cómo era la relación entre tus padres?”.
- Flor: “Mi madre sabía llevar muy bien a mi padre, y mi padre se dejaba aconsejar por mi
madre. É l siempre ha sido muy pendiente de ella. Como matrimonio, ellos funcionaron
muy bien”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Y tú con ellos?”.
- Flor: “Me llevaba mejor con mi padre que con mi madre. Mi madre era má s dó cil, yo era
má s independiente y rebelde como mi padre”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Eras la rebelde de la familia?”.
- Flor: “Si. Pero como era mujer, en la familia pensaban que había que protegerme má s,
para que no hablaran mal de mí en el pueblo”.
- T (dirigiéndose a Flor): “¿Pero a ti te daba igual?”.
- Flor: “Si… yo tenía 12 añ os y me montaba en los coches para ir al pueblo de al lado. No
era ni soy miedosa.”
- Lalo: “Yo le aviso a ella de lo malo que le puede ocurrir.
- T (dirigiéndose a Flor): “Veo que ahí se complementan”.
- T: “Se nos ha acabado el tiempo, vamos a tener que dejarlo aquí y seguiremos la
siguiente semana con la historia de Flor”.
+ Algunas conclusiones e hipó tesis extraídas antes de hacerles la devolució n de la sesió n
- Lalo y Flor dicen las cosas importantes de pasada, y evidencian cierta indefinició n en sus
juicios.
- Ambos no hablan de psicopatología, ni de adicciones en sus familias de origen. Sería
importante explorar estas cuestiones.
+ Devolució n
“Flor queremos pedirte disculpas porque hoy nos hemos quedado con tu historia a medias,
pero la semana que viene terminaremos y te daremos el espacio que te mereces. Lalo,
aunque nos has dado pinceladas de tu historia, pensamos que ha tenido que ser una vida
muy dura la que emprendiste al dejar tu pueblo. Y también creemos que te cuesta recibir
el reconocimiento que bien merecido tienes (Lalo se emociona).
+ Se convoca para la pró xima sesió n del día jueves a Lalo y Flor para seguir explorando
sus familias de origen y la historia de su pareja.

También podría gustarte