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Tranoduecion ala lterotura infil y javenil ‘A partir de la década de los sesenta, la pedagogia moderna recupers [a ban- deca de lv uilizacisn del teatro infantil en la escuela, en la vertiente mis pr6xi- ma alas actividades creatvas y de expresidn verbal y corporal Se tendi6 a mat- gina el teatro tradicional y a potenciar la dramatizacidn infantil en wn "eaten sin platea’ que fomentara la patticipacién y socializacién de los nitios. ‘Actualmente, as formas teatrales se han diversificado y equilibrado y, en ceorla, nadie duda dela capacidad formaciva del ceatro en sus miltiples usos y formas, desde los tere al teatro de sombras o de autor, desde su integracién en ls acti- vidades escolares a la riqueza de sus especticulos infantiles, desde el incerés dela proyeccién y expresion personal ala construccién cultural del conocimiento de sus distintas posibilidades (teatro cémico, dramatico, musical, poético, etc). En la prictica, sin embargo, el teatro para nifios contini’a manteniendo una actividad publica esforeada y dependiente de las subvenciones insticucionales, su uso real en los centros escolares o de animacién cultural se mantiene bajo mini- mosa causa del escasa 0 nua formaciSn de los docentes en este campo y las edi- toriales publicin pocas colecciones de textos eatrales para nis, yaque no exis te ana demanda generallzada de este tipo de textos que los haga renables. Algunas decestascolecciones ve basan en adapteciones de cuentos y natraciones infantiles, mientras que las que se nutren mayoritariamente de textos de autor ofrecen adap- taciones de obras clisicas (de Shakespeare o Cervantes, por ejemplo), algunas obras infantilcs realizadas esporidicamente por autores contemporineos de tea «ro adulto (como Alejandro Casona, Lauro Olmo o Josep M.t Benet i Jomet y Finalmente, alganas obras de autores que habitualmente se dirigen al puiblico infant como Carmen Vésquce Vigo, Aleiniats, Concaclo Armijo 0 Laie Matilla, (ep Tabor eae: dearmar. Espasa Calpe, Madrid. Alonso de Sancos,L. (1991): Laverda- Raye, Me (1990): Un conte dangle # dena y singular historia de la princesa, dimonis, La Galera, Barcelona. (Un Pgs hla eel on aga Beneci jorner,). M. (1976): Supersoe. Rodriguez Casts, M. (1998) Aid du Edicions 62. Barcelona, (Superdota- (que era,,. Tandem, Valencia do, Edebé. Barcelona), hr Pueden consultarse las guias especificas Campubri, M, (1991): Elprincep ie ea ae wave La Galer, Harclona CH prin. _ de 0bnsceatales: ape, Buti, J. (1992): Gute de teatro infrasil Jance 1): Elcona det y jurenilespafiel Asociaci6n expaior ila dels cornils. Edeé. Barcelona. Wide stnigos del bro infantil yjove Jour B-(1984), Les aventurs de cenaler lle Madd Tinant. La Galera, Barcelona, “Guia de teatre per a infants i joves". Mall 1. (1985) Teatro para armary __Farital.23. 1995, 4 Los criterios para valorar y seleccionar los libros infantiles y juveniles ‘Nuestra tesis es que el aprendizaje ~especialmente el dela Jectura- debe daral niffo la impresién de que. través de él se abririn nueves mundos antes mente ysu imaginacién. ¥ esto no resulara dffl si enseéraos aleer de otra manera. Ver cmo un nifo pierde [a nocién del mundo u ‘olvida todas sus preocupaciones cuando lee una historia que le fascina, ver Smo vive en el mundo de fantasia descrito por dichs historia incluso mucho después de haber terminado de ler, es algo que demuestra la facilidad con que os libros cautivan alos nos pequens, siempre y cuando se tar te de libros apropiados. Bettelheim y Zelan (1982) Lacita de Bettelheim y Zelan sirve para situarse precisamente en el cen- tro del problema: ;Luales son los libros apropiados? Los adultos que oftecen los libros a los niffos han experimentado siempre que establecer sus criterios de selecci6n es una cuestién tan compleja como indispensable. En la actuali- dad esta tarea resulta ain més necesaria, ya que el mercado editorial pone 2 nuestro alcance una lista interminable de obras que aumenta cada afio, en Espafia, con la edicién de unos 4.000 titules. La necesidad de seleecionar unas cuantas obras entre ese ocfano de ofertas requiete algo de tiempo y una dosis considerable de serenidad. abe sefialar, en primer lugar, que es preciso abandonar cualquier preten- sién de exhaustividad. Durante bastantes décadas se ha dispuesto de ten pocos libsos aprepiador que loz mediadores interesados por el tema eran eapaces de dominar la oferta existence y detectar las novedades interesantes. En estos momentos, sin embargo, cs includible recusrir a los instrumentos que permi- ten llegar mis alld de lo que la leccura individual podria abarcac y también hacerlo mis rdpidamente. Leer las resefias de las revistas especializadas (CLI). Cuadernos de liceratura infantil, Farstl, Pepeles de literatura infarsily juvenil 159 Introdecim ala literatura infancy juveni! “reonad, Platro,e.),acendes 0 eqaclloe premioe que mde acegiran la calidad, partir de las listas bibliogrificas ofrecidas por los especalistas que nes meres eet confianza (la Fundacin Germin Sanchez Ruipérea, L'Amic de paper, el Seminario de literatura infantil y juvenil de Rosa Sensat, etc.) 0 crear in ‘cambios y grupos de lecturas enire padres, bibliotecarios 0 maestros son aho- ‘a medios indispensables para poder acceder a una produccién ya jerarquits- da, lo eval facilita enormemente la busqueda propia. Con la misma seguridad, sin embargo, puede afitmatse, en segundo lugar, aque extataea no resula ingebernable, pucito que los libres aprapiadesvarian [ntamente, Cada docente, por ejemplo, puede it construyendo un corpus de bras que le parczcan valioasy con las que se senta ebmado, un corpus que le seed rentable durante bastantes aos para tender las eucesivas generaciones de hifios de sa aula, En este corpus deberin figura, sin duda, un conjuno de libros Gliicos, Para ello puede recurtisse, incluso, al recuerdo de la propia infancia, si bien seri necesario velar atentamente para comprobar que eos titules se man- tienen vivos y no han perdide su capacidad de conexi6n con los lectores para convettire simplemente en “libros histricos". No hay ninguna duda de que La Sila del terore mantiene su atractivo desde 1882. Peto, ;pasalo mismo con las renturas de Caia de Forcin?, 0 et un clisico olvidado A travts del desert y de 1a seoa publicado por Sienkiewicz en 1911? Légicamente también deberin estar did muchor Iibroe sosientes, pectn qq la riqueta dela literatura infantil jave- hil actual es innegable e interess aprovechar cl potencial que ofrece. "A partie de un primer corpus, resulta relativamente sencillo mantener Ia atencién sobre las novedades, Se podr4, asf, sustituit un titulo por otf que ‘cumple mejor la funciéa que le atribuimos o ampliar nuestra oferta con los fnuevss adquisiciones. En realidad parece conveniente vatiar con lencicud el corpus que resulta falas Bxise una contradiceibn fundamental entre el fun- ‘Gonamiento del mercado, a partir de novedades, y la necesidad de los lecto- tes de scat que ous lecturas gon conocicas y compartidas, tanto por su gene- tacién como por los adultos. Es preciso constituir un fondo de libros elésicos, también actuaes, que funcionen como un referentecolectivo, del mismo modo {que lo han hecho durane décadas le narraciones mis celebradas del siglo XIX 7 primera mitad del XX. Hay que darse, pues, un margen ms 0 menos amplio para le novedad y a experimentacidn, pero manteniendo en servo aquellos Jibtos que satisficen plenamente ls necesidadesliteraias de os nifios que s6lo tienen una vez la edad para leetlos como nifos, Con qué criterios debe construirse y renovarse, pues, este conjunto de libres apcopiados? Probablemente para responder a erta pregunta haya que “60° ‘ Capitulo 4 Los eriteios para vslorary selcciona os libros infos y wees reflexionar sobre los ees aspectos abordados en los apurtacios siguiente: fa cali- Gad cle los bros, su adecuacton 2 los inxcicoes y sepsis Ia variedad de las funciones que queramos ororgaties. gets La calidad de los libros are (1988) uci la expresin “Tbros que no 30 Jos libros “escritos por cerebros de segunda fila” que llenan el tiempo huidizo dela infancia con lecturas que no dejarin ninguna huella. Estos libros ofre- Cent lugares comanes, perzonajesestereotipades, sentimientos t6picos, moti Naciones unfvocas. No sirven para ayudara los nisosa “llegar a conclusiones, ye tobre certezas de un mundo pristino, sino sobre ls diversas perspectivas ue pueden construe para quel experiencia se vuelva comprensible' como dice Bruner (1988), al hablar sobre la funcién dea literatura. ‘Un libro semanal entre los cinco y los quince ans supone poco mls de quinieatos titles letdos. No son muchos para poder desperdicares en leet wre tque no son nada’, Sobre todo si pensumnos que alguns lecturas mediocres también pueden merecer su lugar en la vida leetora de los nies. A menudo, caus lecturas de libros estereotipados cumplen otras funciones y presentan otras Veneajas. Pueden, por ejemplo, ser libros de moda entre los nifios, de forma (que [& ayuden a eapestancnzer a loceara coma vn inetrumento de socaiza~ Sign, « puede que satistagan el afin coleccionista que se experimenta ade Gniiades edades, Su facilidad de leetura puede Fontencar también fa aut gen positiva de lectores por parce de los nifior que pueden semansar Fromentdneamente, en ellos, el esfuerzo de su progreso que, con ellos, se ven ‘apaces de abordar libros mis largos. Pero exe tiempo limitado dedicado a la Lectura supone, principalmente, un acicate para intentar ofrecer una experiencia literaria de calidad, Devidie que din bre posee esta calidad no respondea una férmula determinada, Los bue- tos lectores literatios han consteuido un horizonte de expectativas que les le va‘ apreciar comperstivamente la entidad de una nueva letara, No hay ms Jecreto, pues, para este aspecto de la selcocién, que el de ser un buen lector y gontracar Ia leerura de los libros infantiles, en primer lugar, con el interés y plo cer que ha proporcionado al mismo adulto. Ese juicio inmeciato puede aqui- facarce,en segundo lugar, con un andlisis mds detenido de las cualidades espe- Aifieas dela obra y con la comparacién de la propia valoracién con fa realizadla por los demés —por lacrftica, pr otros adultos interesados y por los mismos 18 ———— educate literatura infant yjuvent) a quienes se destina~ paca deseubrir nuevos aspectos que no se hablan tenido en cuenta La valosacién de la calidad de las obras sc basa en Ja apreciacién de los dis- sintos elementos gue Ja configuran. En el capftulo primero se ha aludido a algunos de ellos, El tema, los valores, los elementos constructivos de fa natra- cin, el lenguaje, la ilustracién o incluso el formato se relacionan entre sf para ofrecer wna obra més o menos lograda, A continuacidn analizaremos algunos de estos elementos para cjemplificar su utilizacién en la valoracién de los libros. 4ot.2. El andlisis de los elementos consiructivos de ta narracién ‘Antes hemos visto que las narraciones para primetos Jectores empezaban a aparvarse de su forma mas simple para introducir complicaciones en distin- - Los libros infantiles y juveniles establecen real- mente un itineratio creciente de complicaciones narratives sein Ia edad a que se dicigen, o sea, a medida que se espera que los lectores scan eompetentes para entenderias (Colomer, 1998). Asi, las historias pueden contarse a través de estcucturas complejas que contengan Iineas argumentaes diversficadas,o bien pueden introducir akeraciones en el orden cronolégico de su exposicin atra- vvés de sacos temporales hacia atrés o hacta adelante, o pueden dejar en manos del lector la nccesidad de inferir una cantidad de informacidn, menor 0 mayor, sobre la historia contada, o pueden ilizar distintas voces narratives que se altemen en el elato de la historia 0 que se cistancien mas o menos de ela a través de a ironfa, por ejemplo. Es decir, que cada elemento narrativo tiene sit abanico de posibilidades. Unas resultan mds diflclles que otras para el lee- tos, pero de lo quese trata aqui es de analiza si las opciones del autor al exco- get los elementos constructives se hallan realmente a servicio de lo que desea contar y si codos estos aspectos colaboran pata potenciar la experiencia litera- ria desu leetura, tos puntos de la construc 4) Bl lenguajecan el que se nos cuenta la historia es un aspecto general que merece especial atencién. Esté muy extendida la idea de que es necesario valorat la cantidad de palabras desconocidas o sa registro culto para medir la dificultad del texto. Pero hay otros aspecios, tanto o mds importan- tes, a tenet en cuenta. Por ejemplo, en los cuentos cercanos al cuento popu- lara veces se utiliza un enguaje ran proximo ala lengua oral que el lector se ve obligado casi ofrse decir el cexco para poder entenderlo, O bien, es 162 Capitulo 4: Los eritsrios pare walorary selecconar los bros infaiilesy javeniles importante atender al equilibrio entre descripcién/accién, demoralpro- resin della historia, O hay que tener en cventa el abuso de la novel juve- nil de un tipo de desarrollo basado en frases simples y coordinadas que repasan Jo que el personaje ve a su alrededor o lo que esté sucediendo, cas ‘como si se tratara de una traduccion a imagenes itmicas, X tambien es convenience fijarse en la manera de utilizar el didlogo. Bl didlogo se ha vuelto més breve y ms econdmico, informativamen- tchablando, en las itimas décadae. La televisidn es un medio obligado = llamar la atencin en escasos segundos ya manteneda através de a accién. la repercusié de exte medio en los habitas de recepeién de los nifios ha llevado a los autores a potenciarlaaccién de las obras reduciendo las des- cripciones y la longitud de las intervenciones de los didlogos. En cambio, Ja densidad de informacién presente en lo que dicen los personajes ha aumentado, Las obras tienden a situarse en plenz accién y dejan que la informacién sobre el escenario se deduzca 2 partir de los cidlogos. Ello exi- ge que el lector entienda completa facilitda por los personajes y que sea muy rfpido en el proceso de inferencias. Una obra based en ¢| didlogo puede servi a los lectores menores, tal como hemos ‘isto antes, porque ahora texto, aunque requiere entorices la colaboracién dela jee ome ee fa ectura, Peto cuando los lectores ya dominan ado pueden necesitar una mayor lentitud y mis ayuda del natrador para entender lo que ocuree Yor otra parte, la calidad ce las obras requlere mucha hablidad en el ras paso informativo a través de lo didloges para que no suenen a fasos. Son los personajes los que hablan y no hay que offal autor informando al lector a tra- vids de ellos. Es ecencial, también, que cada personaje mantenga su propia vor yy que ésta suene de forma verosimil a pesar de las diferencias existences entre a convetsacién oral y las formas escritas, acogiéndose para ello.a las conven- cones que tigen la reproduccién escita de didlogos. El éxito en la forma de tratar los cidlogos es, sin duda, una de las cuaidades que deben apreciarse en una obra de calidad. Una pauta valorativa sobre este aspecto deberia incluir dlementos como los siguientes. Pauta de valoracion de los dislogos Elector debe tener indicaciones clars sobre quign habla. (Cada petiomaje debe poseer una vor propia y adecuade a sus caracteisicas. 76 Ineroduccié a la literatura infil y jen » Bl diflogo debe ser verosimil y, al mismo tiempo, moverse dentio de as con- venciones de la escrtura. Ls dogs deen. pod un consi pos a nea nes deben responder tanto a las preguntas directs Como a las mplicaciones ike 7 {Los didiogos deben mantener una buena relaci6n con el propreso de histo ta, ofrecer informaciéa y no prolongarseinnecesatiamente, EL inicio dels maracones sun aspecto muy importante para valorar sus posibilidades de éxito entre los lectores. En las eras paginas, la historia debe esablecerelmundo de icin, oftcercernentcs al let rmitan acoplarse al ono del rela le para la lectura offecer; puss, suficiente inflormacién para poder imaginat a los personajes dlimarca de laaccidn, y debe fawoduciral mismo tempi aE uaa susciten el deseo de saber mis sebre ello, Veamos, a cont ‘excelentes inicios de obras que pueden ilustrar estos aspectos, ada de Gon una montaisoitaca que se alza msde mil metros por ‘encima de ormencoso Mar del Noideste, es una fess comarca de mages. (U- Le Guin: Un mage de Tevanar) Toes to del mands mei crecen. ¥ no so crecen, sino que fen seguida saben que han de crecer, Nuestra Wendy lo odo siguiente: U:NE Dante Pct Ry Woah iii 81 Squire Tielawney, el doctor Livy os tes caballeros me han encagado ai ec deamon dol eile se “a del tesoro, sin dejar otra cose por dece mis que a posicién de ha ide, ya que ain quedan all por recoge algunas dela iquezs encontradas, Torn la plama, pues el afo 17... rerocedo hast tiempo en que mi padre ea el mo de la posada llamada cl “Almirante Benbow”, cuanco el vo navezate, cone oxo moreno por el so waco pox unsabizo cntrd en nuestra casa en calidad de hudsped.(R. L, Stevenson: La i del esr) Tom! Ninguna respuesta, Ninguna respuest -=Dénde debe haberse metid este chico? (Tom! La vieja sera se aj ae gals y mies por encima coda la habiacin: des- pds elas abid y voli mie eta vex por encima de a montua. (Ma Twain: “Laxey le Towa Suef) CCopiulo 4: Los critevos para valoraryselectonar ls libros infants» jeeries Ba el primer ejemplo vernos cémo ina soa fase es capaz de evocar un escenario completo stuar el géneso de! libro y suscitar el interés del lector on una declaracidn insite En el segundo Barre centra, de entrada, el cema Gil ibros A continuacion induce un perconaje, implicanda ya la compli- Cidad del lector a través de ese posesivo, “nuestra Wen”, y > de ella de Gquiea el narrador va a hablar en lo que sigue. Per se hia dejado insdivser vente instalada en La mente del lector esa semilla motivadora: ‘menos uno" El famoso iniclo de La isla del tesore, por otra parte, se acoge al recurso Vencional del encargo de excritura, pero es dificil oficeer mayor informacién tn ton pocas lineas, Incluso se atreve a desvelar el final de la historia antes de arravina al leetor frente a a entrada excitante de un pirata en una eran dhl posida, Pore contario, hay muy paca informaciénexplicita ene ini- oi de Tom Sawyer. Pero la llamada de tia Polly supore pulsar el interrupror dela focalizacién en el protagonista que caracteviza la obra y nos hace eepe- far expeerantes fa aparicién de un Tom que sabemos y2 en conficto eon ef tnundo reglado de los adultos, una encarnacién del canto a la infancie que vaasuponerla obra. ©) Elina de las hinorig es otto elemento fundamental para lo valoracién de {og narraciones porque ororga sentido, retrospectivamente, a la narracibn: lcida y provoca la resecidn emotiva del lector. Asi, por jemplo, ¢s prec samente 21 Tiialel que Thamina todo To ecurrido hasta entonces en Elo del Africa de Sergio Bizzio y nos permire encendet Ia historia. Y si En la scuridad, una nattacibn sobre las meninas de la calle de Brasil de Juli q Braz, rermiaara de forma tranquilizadora, [a inquietud social que desv enel lector no alcanzaria la misma intensidad, Fl final de los libros infantiles es, adem, uno de los spectos que mds ha varia en as theimas décadas,dirigiéndose hacia una ampliaién de sus opcio- nes. Hasta los afs setenta Jos cue its acababan, “bien”. El prota 3 santa Fae a gonista podia caer en poder de ui peurre en Hansel y Gretel, ser separado de su familia y su eavorno para ezvie cn ie ludad, como en Heidi o tener que sobrevivir como tobinsones adoles- Gentes on Dor aif de vacaciones de Verne, Pero el lector podta tener Ja.certe- za de que, al final, por mucho que se bubiesa horroriade, Ter do rensin,experimentara un avi, El eonficrodesapaesita para sempre dl sector podra emengercairtcamente dest viaje literario con la satisfacion de Ia felicidad ganeds. 1

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